1. EXPLICA LAS CARACTERÍSTICAS DE LA PINTURA DE EL GRECO A TRAVÉS DE SUS OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS
• Doménikos Theotokopoulos, El Greco, (1541- 1614) es el principal
representante del Manierismo en España y la principal figura del siglo XVI en la
pintura española.
• Sus primeras obras en Creta le introducen en la pintura de iconos religiosos, lo
que se reflejará en sus pinturas en determinados aspectos:
o Profunda espiritualidad de carácter simbólico.
o Renuncia a los fondos.
o Isocefalia en algunas composiciones.
o Algunas representaciones religiosas heredadas de la tradición bizantina:
pantocrátor, déesis…
• En obras como La expulsión de los mercaderes del templo, que pinta tras su estancia en Venecia, se aprecia
la influencia de los pintores venecianos como Tintoretto y Tiziano:
o Valoración del color, colorido rico, vibrante y variado, en
ocasiones de carácter artificial, manierista, empleando
contrastes de color en ocasiones muy violentos.
o Predominio del color sobre la línea en la definición de las
formas, con una pincelada suelta, nerviosa y ondulante.
o Interés por la luz y efectos lumínicos.
o Utilización de profundas perspectivas y composiciones
descentradas, así como de personajes en posiciones
forzadas, todo ello influencia de Tintoretto.
• En Roma conoce la pintura de Rafael, Miguel Ángel y los manieristas, pintando anatomías poderosas, con
musculaturas resaltadas, aunque de canon más alargado, en posiciones complejas, torsionadas,
inestables, escorzos muy agresivos, y recibe la influencia de pintores manieristas como Parmigianino y
otros pintores manieristas, alargando conscientemente el canon de sus figuras en aras de una mayor
espiritualidad y empleando colores de carácter arbitrario.
• Obras como otra Expulsión de los Mercaderes del Templo, La Anunciación o La Trinidad (1577) que pinta
cuando ya ha llegado a España muestran esas influencias:
• En 1577 llega a España, atraído por la posibilidad de trabajar en la Corte en la decoración de San Lorenzo
del Escorial, se asienta en Toledo y comienza a pintar diferentes obras para la abundante clientela de
iglesias y conventos de la ciudad, así como para los personajes más importantes de la misma.
• Allí pinta una de sus primeras grandes obras, El Expolio (1577-79), para la Sacristía de la Catedral de Toledo,
en la que ya aparecen algunas de sus características principales de su estilo:
2. o Composición muy abigarrada, que da una sensación de
agobio espacial de carácter manierista, que subraya el
dramatismo de la escena.
o Desaparición de los fondos, sustituidos por una enorme masa
de personajes revueltos.
o Eliminación de la sensación espacial tradicional y renuncia a
la perspectiva tradicional, empleando incluso puntos de vista
diferentes: uno para Cristo y la masa de sayones que le rodea
y otro, mucho más alto y oblicuo, para las Tres Marías del
ángulo inferior izquierdo.
o Figuras muy alargadas, de carácter espiritual, con colores
muy pálidos en su piel.
o Personajes en posiciones inestables y escorzos muy violentos
o Deformaciones expresivas del cuerpo humano, renunciando
al equilibrio y las proporciones clásicas: cuello de Cristo,
manos…
o Impresionante espiritualidad y serenidad del rostro de Cristo.
o Empleo de colores muy vibrantes, destacando el rojo de la túnica de Cristo en el centro, de carácter
simbólico.
o Interés por reflejar los efectos lumínicos, de origen veneciano.
o Licencias temáticas y representativas muy atrevidas, que le
supusieron problemas con los encargantes de la obra.
• Para darse a conocer en la corte, pinta su cuadro Alegoría de la Liga Santa o
El sueño de Felipe II, de carácter alegórico, en la que recurre a una división
arbitraria del cuadro en dos zonas, como hará en El martirio de San
Mauricio o en el Entierro del señor de Orgaz: una terrenal y otra como una
visión celestial, en la que en una abigarrada composición de personajes
aparecen ángeles en impresionantes escorzos.
• En esta obra, el Greco ya aparece como un pintor capaz de conectar con el
espíritu de la Contrarreforma, tan presente en España, lleno de simbolismo
y espiritualidad.
• Con el fin de poder entrar como pintor en la corte, participa en el concurso de pintura que debía
representar El Martirio de San Mauricio y la legión tebana, que no gustó a
Felipe II, por lo que el Greco se dedicó a la clientela toledana.
o Descentran completamente la escena principal.
o Elimina los fondos y las referencias naturalistas.
o Emplea colores vibrantes y fríos, con violentos contrastes.
o Es patente el canon alargado de sus figuras y los violentos escorzos
de algunos personajes.
o Los rostros de San Mauricio y sus acompañantes son muy alargados
y espirituales, con una expresión de aspecto casi espiritual, místico,
muy del gusto del Greco y de la espiritualidad española, lo que
acentúa aún más la palidez de los rostros y la piel.
• En Toledo alcanza gran popularidad, pintando abundantes obras de carácter
religioso y retratos que realiza para lo mejor de la sociedad toledana. El
famoso Caballero de la mano en el pecho (1580) muestra sus principales
características como retratista:
3. o Espiritualidad y sobriedad, como exigía la España
contrarreformista.
o Austeridad en el uso del color, con habituales fondos oscuros,
desaparición de fondos concretos, tan típica en el Greco, y que
acentúa la espiritualidad.
o Intento de captar la profundidad psicológica del personaje.
o Pincelada suelta y libre, aunque con una perfecta
caracterización de los rasgos del personaje, con un tratamiento
muy realista, aunque con su peculiar gusto por el alargamiento
de los rostros y por su palidez, acentuando la espiritualidad.
o Uso expresivo y virtuoso de la luz, para resaltar lo fundamental
del personaje: rostro, manos, empuñadura de la espada.
• Ya muy reconocido como pintor, en Toledo pintará la que es conocida
como su obra cumbre, El entierro del Señor de Orgaz (1586-88), en la que a través de la representación de
un milagro medieval resalta el valor de la caridad, de las obras, para la salvación, frente a lo que
postulaban los protestantes, conectando profundamente
con el espíritu contrarreformista de la España de la época.
o Divide la escena de nuevo en dos niveles, uno
terrenal y otro celestial y que prácticamente se
funden, proporcionando una visión espiritual muy
acorde con la religiosidad de la época:
- El inferior, de aspecto horizontal, con los
personajes de la sociedad toledana
retratados, con sus cabezas a igual altura
(isocefalia), con colores más cálidos y
oscuros.
- El superior, de aspecto más vaporoso, con
colores más fríos y claros, presenta una
escena celestial presidida por una déesis de
raigambre bizantina.
o Desaparece cualquier referencia espacial, sin
perspectiva, con fondos indefinidos y sensación de
agobio espacial, en una escena totalmente espiritual,
que resalta el carácter milagroso de la escena.
o Los rostros de los personajes, muy alargados, muestran expresiones de profunda espiritualidad,
algunos casi en actitud de arrobo místico.
o Las manos, resaltadas por la luz sobre el fondo oscuro, se convierten –como en sus retratos- en
elementos profundamente expresivos, transmitiendo las emociones individuales de los personajes.
o Especial interés en la captación de los efectos lumínicos: armadura del Señor de Orgaz, sobrepelliz
del canónigo de espaldas…
o Imponentes escorzos en algunos personajes: posición serpentinata del cuerpo del Señor de Orgaz,
del ángel que transporta su alma, canónigo de espaldas, que introduce al espectador en la escena
del milagro…
o Figuras de anatomías poderosas, pero de canon especialmente alargado en la zona celestial, para
acentuar aún más la espiritualidad y un abigarrado cortejo de santos.
o La pincelada es suelta, vibrante, especialmente en el mundo celestial y muestra el típico colorido
rico, vibrante, con grandes contrastes.
o Consigue conectar perfectamente con la profunda espiritualidad contrarreformista de la España
del momento.
4. • Al final de su vida, su pintura se hace más espiritual y se aleja cada vez más de los cánones clásicos, como
muestra la Adoración de los pastores (1612-14):
o Los cánones se alargan, sus miembros se deforman y se alejan cada vez
más de las proporciones clásicas.
o Las figuras parecen flotar en el aire en extrañas posiciones, retorcidas.
o Las composiciones, e incluso la forma de los cuadros tienden a una
verticalidad de carácter espiritual.
o Los escorzos se hacen imposibles.
o Empleo simultáneo de diferentes puntos de vista. Anulación de la
perspectiva.
o La pincelada se hace mucho más suelta y sinuosa.
o Los colores se hacen más fríos y los contrastes tienden a ser muy
violentos.
o Los fondos tienden a oscurecerse, a la vez que acentúa los contrastes
lumínicos, con luces que parecen proceder de los propios personajes, en
un ambiente de carácter casi tenebrista, incluso con figuras a contraluz.
• También pintó algunos curiosos Paisajes de Toledo, con colores muy fríos,
cielos pesados y plomizos, con una atmósfera irreal y angustiosa, casi fantasmagórica, con grandes
contrastes lumínicos, colores muy fríos y con unas visiones artificiosas y de extrañas perspectivas,
reproduciendo los edificios de la ciudad de un modo arbitrario, especialmente valoradas por los pintores
simbolistas de finales del siglo XIX y por los expresionistas y surrealistas de comienzos del siglo XX.
• Igualmente misteriosa e inquietante y con una atmósfera igualmente tenebrosa e irreal realiza su pintura
Laooconte y sus hijos¸ curiosamente emplazada en la ciudad de Toledo, como una nueva Troya.