1. EL CUERPO DE CRISTO, PAN DE VIDA
Del Evangelio según San Juan, capítulo 6
48
Yo soy el pan de vida.
Sus antepasados comieron el maná en el desierto, pero murieron: 50 aquí tienen el
pan que baja del cielo, para que lo coman y ya no mueran.
49
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para
siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo.»
51
52
Los judíos discutían entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer carne?»
Jesús les dijo: «En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y
no beben su sangre, no tienen vida en ustedes.
53
El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el
último día.
54
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi
carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. 57 Como el Padre, que es vida,
me envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí. 58 Este es el pan
que ha bajado del cielo. Pero no como el de vuestros antepasados, que comieron y
después murieron. El que coma este pan vivirá para siempre.
55
2. LA FIESTA DE PASCUA: PANES SIN LEVADURA Y EL
SACRIFICIO DEL CORDERO… LA ÚLTIMA CENA
Del Evangelio según San Lucas, capítulo 22
Estaba cerca la fiesta de los Ázimos, llamada Pascua.
07 Llegó el día de la fiesta de los Panes sin Levadura, en que se debía sacrificar el
cordero de Pascua.
08 Entonces Jesús, envió a Pedro y a Juan diciéndoles: «Vayan a preparar lo necesario
para que celebremos la Cena de Pascua.»
01
Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Esto es mi
cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía.» (Éx 24,8).
19
Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: «Esta copa es la alianza
nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes». (Jer 31,31).
20
3. EL CORDERO DE LA ANTIGUA ALIANZA
• Ustedes escogerán un corderito sin defecto, macho, nacido en el año. En lugar de un
cordero podrán tomar también un cabrito. Éx.12,5
• Esa misma noche comerán la carne asada al fuego; la comerán con panes sin
levadura y con verduras amargas. Éx. 12,8
• Ustedes harán recuerdo de este día año tras año, y lo celebrarán con una fiesta en
honor a Yavé. Este rito es para siempre: los descendientes de ustedes no dejarán de
celebrar este día. Éx.12,14
• El primer día tendrán una reunión sagrada, así como el séptimo. Ningún trabajo se
hará estos días, solamente prepararán lo que haga falta a cada uno para comer.
Éx.12,16
• Ustedes celebrarán la fiesta de los Ázimos, porque ése es el día en que hice salir de
Egipto a vuestros ejércitos. Ustedes celebrarán ese día de generación en
generación: este rito es para siempre. Éx.12,17
• Entonces Moisés tomó la sangre con la que roció el pueblo, diciendo: «Esta es la
sangre de la Alianza que Yavé ha hecho con ustedes, conforme a todos estos
compromisos.» Éx 24,8
4. JESÚS, LA VÍCTIMA SIN MANCHA
• Ustedes escogerán un corderito sin defecto, macho, nacido en el año. En
lugar de un cordero podrán tomar también un cabrito. Éx.12,5
• Pero desde la salida del sol hasta su ocaso, mi Nombre es grande entre las
naciones y en todo lugar se presenta a mi Nombre un sacrificio de incienso y
una ofrenda pura; porque mi Nombre es grande entre las naciones, dice el
Señor de los ejércitos. Mal. 1,11
• Pilato se dirigió a los jefes de los sacerdotes y a la multitud. Les dijo: «Yo no
encuentro delito alguno en este hombre.» Lc. 23,04
• Pues si la sangre de chivos y de toros y la ceniza de ternera, con la que se
rocía a los que tienen alguna culpa, les dan tal vez una santidad y pureza
externa, con mucha mayor razón la sangre de Cristo, que se ofreció a Dios
por el Espíritu eterno como víctima sin mancha, purificará nuestra conciencia
de las obras de muerte, para que sirvamos al Dios vivo. Hb. 9,13-14
5. JESÚS, EL CORDERO DE DIOS
•
Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo: «Este es el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo». Jn.1,29
•
Del libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 8
El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente: "Como oveja fue llevado al matadero; y
como cordero que no se queja ante el que lo esquila, así él no abrió la boca.
32
En su humillación, le fue negada la justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia, ya que su vida
es arrancada de la tierra?"
33
El etíope preguntó a Felipe: «Dime, por favor, ¿de quién dice esto el Profeta? ¿De sí mismo o de
algún otro?».
34
Entonces Felipe tomó la palabra y, comenzando por este texto de la Escritura, le anunció la Buena
Noticia de Jesús.
35
• Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice: Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, sino que me
formaste un cuerpo. No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado; entonces dije:
«Aquí estoy yo, oh Dios, como en un capítulo del libro está escrito de mí, para hacer tu voluntad».
Comienza por decir: No quisiste sacrificios ni ofrendas, ni te agradaron holocaustos o sacrificios por
el pecado. Y sin embargo esto es lo que pedía la Ley.
Entonces sigue: Aquí estoy yo para hacer tu voluntad. Con esto anula el primer orden de las cosas
para establecer el segundo.
Esta voluntad de Dios, de que habla, es que seamos santificados por la ofrenda del cuerpo de Cristo
Jesús hecha una sola vez. Hb. 10, 5-10
6. JESÚS Y LA NUEVA ALIANZA
Del libro del Profeta Jeremías, capítulo 31
Ya llega el día, dice Yavé, en que yo pactaré con el pueblo de Israel (y con el de Judá) una nueva
alianza.
31
No será como esa alianza que pacté con sus padres, cuando los tomé de la mano, sacándolos de
Egipto. Pues ellos quebraron la alianza, siendo que yo era su Señor, palabra del Señor.
32
Esta es la alianza que yo pactaré con Israel en los días que están por llegar, dice Yavé: pondré mi ley
en su interior, la escribiré en sus corazones, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
33
Del evangelio según San Mateo y la Carta a los Hebreos
•
Después tomó una copa, dio gracias y se la pasó diciendo: «Beban todos de ella: esto es mi sangre,
la sangre de la Alianza, que es derramada por muchos, para el perdón de sus pecados. Mt.26,27-28
•
Al darse cuenta Pilato de que no conseguía nada, sino que más bien aumentaba el alboroto, pidió
agua y se lavó las manos delante del pueblo. Y les dijo: «Ustedes responderán por su sangre, yo no
tengo la culpa.» Y todo el pueblo contestó: «¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros
hijos!» Mt.27,24-25
•
Pero ahora Jesús celebra una liturgia tanto superior cuanto es mediador de una alianza mejor fundada
en promesas mejores. Hb. 8,06
•
Se nos habla de una alianza nueva, lo que significa que la primera ha quedado anticuada; y lo que es
anticuado y viejo está a punto de desaparecer. Hb. 8,13
7. LOS DISCIPULOS DE EMAUS RECONOCEN AL SEÑOR
AL PARTIR EL PAN
Del Evangelio según San Lucas, capítulo 24
Y les interpretó lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por Moisés y siguiendo por
los profetas. 28 Al llegar cerca del pueblo al que iban, hizo como que quisiera seguir adelante, 29 pero
ellos le insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, ya está cayendo la tarde y se termina el día.»
Entró, pues, para quedarse con ellos.
27
Y mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio.
31 En ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció.
32 Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el
camino y nos explicaba las Escrituras?»
30
De inmediato se levantaron y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a los
de su grupo. 34 Estos les dijeron: «Es verdad: el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.» 35
Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
33
8. LA COMUNIDAD CRISTIANA CELEBRA
LA FRACCIÓN DEL PAN
•
Del libro de Los Hechos de Los Apóstoles, Cap. 2
Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la
vida común, en la fracción del pan y en las oraciones.
42
Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y comían
juntos con alegría y sencillez de corazón; 47 ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el
pueblo. Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquellos que debían salvarse.
46
• El primer día de la semana, cuando nos reunimos para partir el pan, Pablo, que debía salir al
día siguiente, dirigió la palabra a la asamblea y su discurso se prolongó hasta la medianoche. La
habitación donde nos habíamos reunido estaba muy iluminada. Un muchacho llamado Eutico, que
se había sentado en el borde la ventana, tenía mucho sueño y se dormía mientras Pablo hablaba,
hasta que, vencido por el sueño, se cayó desde un tercer piso. Cuando lo levantaron, estaba
muerto. Pablo bajo, se echó sobre él y, abrazándolo, dijo: «No se alarmen, porque está vivo».
Volvió a subir, partió el pan y comió. Luego siguió hablando mucho tiempo hasta el amanecer; y
después salió. Hch. 20,7-11
• No abandonen las asambleas, como algunos acostumbran hacer, sino más bien anímense
unos a otros, tanto más cuanto ven que se acerca el día. Hb. 10,25
9. EL NUEVO RITO: «HAGAN ESTO EN MEMORIA MÍA»
• La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la Sangre de
Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo? Ya que
hay un solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo,
porque participamos de ese único pan. 1Cor. 10,16-17
• Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente: El Señor
Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: «Esto
es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía». De la
misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva
Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memora mía».
Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del
Señor hasta que él vuelva. Por eso, el que coma el pan o beba la copa del Señor
indignamente tendrá que dar cuenta del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Que cada
uno se examine a sí mismo antes de comer este pan y beber esta copa; porque si
come y bebe sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación.
1Cor. 11,23-29
10. ¿QUIEREN MARCHARSE TAMBIÉN USTEDES?
Del Evangelio según San Juan, capítulo 6
55 Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi
carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. 57 Como el Padre, que es vida, me
envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí. 58 Este es el pan que ha
bajado del cielo. Pero no como el de vuestros antepasados, que comieron y después
murieron. El que coma este pan vivirá para siempre.
Así habló Jesús en Cafarnaúm enseñando en la sinagoga. 60 Al escucharlo, cierto
número de discípulos de Jesús dijeron: «¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá
escucharlo?»
59
Jesús se dio cuenta de que sus discípulos criticaban su discurso y les dijo: «¿Les
desconcierta lo que he dicho?
61
¿Qué será, entonces, cuando vean al Hijo del Hombre subir al lugar donde estaba
antes?
62
El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho
son espíritu y vida. 64 Pero hay entre ustedes algunos que no creen.»
63
11. CONCLUSIÓN:
•
La Alianza que se pactó con Moisés en el Sinaí quedó atrás. Ahora con la sangre de Jesús se sella
desde la Cruz la Nueva Alianza, donde Cristo es sacerdote y víctima al mismo tiempo.
•
Jesús es el pan vivo bajado del cielo, también es el cordero de Dios sin mancha ni defecto, que quita el
pecado del mundo, sacrificado en el Gólgota el mismo día en que se sacrificaba el cordero de la antigua
alianza (el cordero de pascua), por eso, cuando Jesús estando en la cruz, encomienda su espíritu a
Dios Padre, se rasga la cortina del templo, porque el Sumo Sacerdote (Jesús) se había ofrecido en
sacrificio agradable a Dios Padre.
•
En la última cena Jesús instituye el nuevo rito: La Eucaristía. Al mismo tiempo instituye a los nuevos
sacerdotes (los Apóstoles) que celebrarán la Pascua de la Nueva Alianza (el paso del Mesías de la
muerte a la vida), no en recuerdo de la salida de Egipto, ni del paso por el Mar Rojo, sino en memoria
del sacrificio puro y santo de Jesús en la cruz… «Hagan esto en memoria mía».
•
Los primeros días de la semana se reunía la primera comunidad cristiana para celebrar la Fracción del
Pan, en memoria de Jesús, proclamando su muerte y resurrección hasta que vuelva, realizando un
sacrificio de comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
•
Cada vez que se celebra la Santa Misa se renueva o se presenta nuevamente el sacrificio de Cristo en
la cruz. Jesús a la vez actúa como Sumo Sacerdote, Sacerdote Principal, Sacerdote Eterno a
semejanza de Melquisedec.
•
De allí que el sacrificio de la Misa sea Puro y Santo, ya que la Víctima y el Sacerdote Principal, es el
mismo Cristo, el sin mancha, el Santo de Dios.
12. El espíritu es el que da vida,
la carne no sirve para nada.
Las palabras que les he dicho
son espíritu y vida. Pero hay
entre ustedes algunos que no
creen.» Jn.6,63-64
GRACIAS POR SU ATENCIÓN