BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
El positivismo en México Guadalupe Álvarez segunda parte
1. análisis
EL POSITIVISMO EN MÉXICO
(Segunda y última parte)
GUADALUPE ÁLVAREZ LLOVERAS*
El positivismo en el porfiriato: “Los científicos” blemas propios de la situación en que México se en-
cuentra, estimulando el trabajo, el esfuerzo de sus in-
Con la publicación en el periódico La Libertad del dividuos, garantizando el orden que es menester
manifiesto del candidato a gobernador por San Luis para ello, aplastando todo desorden, fruto de una
Potosí, Pedro Díez Gutiérrez, en 1881, dará comien- falsa aspiración. La locomotora es el símbolo del tra-
zo en México la “Escuela Científica Política de Mé- bajo que debe ser estimulado por encima de las utó-
xico”. El periodista de La Libertad, Leopoldo Zamora picas conquistas del derecho” (Zea, 1993:398).
lo expresó de la siguiente manera: “Están de acuerdo En 1884 el periódico La Libertad dejó de publicar-
con la tesis que hemos sostenido desde este periódi- se, pero sus redactores se dedicaban a una política
co sus diversos redactores, con la Escuela científica, activa. Para 1892 se regresó al texto original de la
sin que esto implique ninguna presunción, sólo que- Constitución de 1857, que promulgaba la reelección
remos sencillamente expresar la idea de correlación indefinida y sin cortapisa (Krauze, 1987:42); era ne-
que existe entre los nuevos princi- cesario justificar una vez más la
pios y las nuevas condiciones del reelección de Porfirio Díaz. Con
país” (Zea, 1993:397). El positivismo de este fin se creó un nuevo partido
En el manifiesto de Díez Gu- político, Unión Liberal, en el cual
tiérrez se hacen presentes las tesis Comte subordinaba los se agruparon los antiguos redacto-
que seguidas en La Libertad: la res de La Libertad que se habían
necesidad de conocer las leyes
intereses del individuo convertido en teóricos del porfi-
naturales y sus relaciones para a los de la sociedad; a rismo. Justo Sierra, el más famoso
así poder establecer las condicio- del grupo, dio las bases ideales
nes de orden adecuadas al des- la burguesía mexicana sobre las cuales era justificable la
arrollo de la sociedad. Díez Gutié- no le convenía esta reelección. El manifiesto del nue-
rrez afirmaba: “Los derechos se vo partido apareció en abril de
alcanzan con el trabajo. Cada doctrina. 1892, firmado por Manuel M. Za-
cual tiene los que ha sabido al- macona, Sóstenes Rocha, Justo
canzar. Sostener que todos los Sierra, Rosendo Pineda, Carlos
hombres tienen los mismos, es engañarlos; la reali- Rivas, Pedro Díez Gutiérrez, Pablo Macedo, José
dad es otra, cada hombre tiene los derechos que ha Ives Limantour, Francisco Bulnes, Vidal Castañeda
sabido conquistar con su trabajo. Este engaño pro- Nájera y Emilio Álvarez (Zea, 1993:401).
duce la envidia de los que no tienen capacidad para En el manifiesto, Sierra sostenía la vieja tesis de
alcanzar por propio esfuerzo tales derechos, se sien- que es necesario reforzar el orden para obtener la li-
ten defraudados y tratan de alcanzar por la violencia bertad. Se hacía referencia a la necesidad de analizar
lo que no han podido alcanzar con el trabajo. El go- científicamente la situación social de México, para
bierno debe en adelante poner atención en los pro- implantar en el país un orden de acuerdo con dicha
situación. Estos planteamientos fueron el origen de
que el partido fuera llamado popularmente como
* Licenciada en Historia, Maestría en Metodología de la Ciencia, partido de los “científicos” o “cientísicos” como les
profesora de tiempo completo, CECYT “Ricardo Flores Magón”, IPN. llamaría la clase media (González, 1982:956).
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2. análisis
Algunos párrafos del manifiesto expresan lo si- individuos. Una libertad que sólo beneficiaría a quie-
guiente: “El partido liberal agrupado en torno a Por- nes poseían bienes que podían ser acrecentados
firio Díaz, ha logrado transformarse en un auténtico (Zea, 1993:403). Esto justificaría la adopción del
partido de orden, ha realizado la condición que era positivismo de Mill y Spencer en sustitución del de
menester realizar para el advenimiento de la liber- Comte.
tad” […] “Necesita el partido liberal, al abrirse el El positivismo de Comte subordinaba los intere-
nuevo periodo, dar la voz a las aspiraciones del país ses del individuo a los de la sociedad; a la burguesía
en el momento actual; aspiraciones que derivando mexicana no le convenía esta doctrina. No sucedía
de las fuentes excelsas de los principios penetran lo mismo con el positivismo inglés, el cual procuraba
más en las necesidades de lo presente y preparan el justificar el liberalismo económico de su burgue-
camino de lo porvenir” […] “La nación desearía que sía, contrario a cualquier interés colectivo que sub-
su gobierno se encontrase en aptitud de demostrar, ordinase la acción del Estado a los intereses de la
que considera la paz actual como un hecho definiti- misma. Como se planteó en el artículo anterior, el
vo, reorganizando económicamente algunos ramos positivismo de Comte nació como una reacción ante
de la Administración como el de Guerra, que absor- la anarquía suscitada por la Revolución francesa. Se
be buena parte de nuestros recursos fiscales” […] utilizó en México en situaciones semejantes al res-
“Desearía que no hubiese tregua en el empeño de taurarse la república. El grupo que había pedido el
sacar nuestro régimen tributario del periodo pura- orden en nombre de la sociedad, iba ahora a pedir la
mente empírico, proporcionándole en el catastro y la libertad en nombre de los individuos de esta socie-
estadística sus bases científicas” […] “Desearía que dad. Pero se trataba de una libertad muy ajena a la
la libertad del comercio nacional, por la supresión de libertad política que defendían los jacobinos mexica-
las aduanas interiores, llegase a ser un hecho consu- nos. La libertad que piden ahora es “libertad para
mado y no una aspiración periódicamente renovada” enriquecerse”.
(Zea, 1993:402-403). El orden político y la libertad económica fue el
En estas ideas se ponía de manifiesto que la liber- ideal de este grupo y a este ideal fue muy útil un po-
tad que se deseaba era la libertad para alcanzar las sitivismo como el de Mill y Spencer. En México el
mejores condiciones económicas del individuo. La orden político fue puesto al servicio de los intereses
libertad política podía sacrificarse, si en su lugar se de la burguesía. En la medida en que eran disminui-
alcanzaba la libertad para aumentar la riqueza de los dos los derechos políticos del pueblo, eran aumenta-
dos los privilegios de la burguesía. Ésta
adquiría mayor libertad para explotar
la economía del país en su provecho
(Zea, 1993:403-404).
Los “científicos” fueron asesores ofi-
ciales en materia de finanzas, tuvieron
importantes nexos con el capital ex-
tranjero, cuantiosas inversiones pro-
pias, mucha influencia política y gran
ascendiente sobre Díaz. Sin embargo,
Díaz, buen militar al fin, desconfiaba
bastante de los teóricos, supo enfren-
tarlos entre sí y mantenerse por encima
de sus presiones, con lo cual conservó
el poder autocrático que le caracteriza-
ba. Con base en las ideas del “darwinis-
mo social” de Herbert Spencer, los
científicos afirmaban que la sociedad
mexicana era un campo donde a unos
correspondía mandar y a otros obede-
cer. Los que mandaban habían sido
Los “cientísicos”, con Olegario Molina, Justo Sierra y Limantour al centro. distinguidos por el éxito económico y
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3. análisis
la cultura superior, tenían por misión buscar el bene- mostraba que, con excepción de los positivistas,
ficio de toda la sociedad que, integrada por una todos los filósofos llevaban en la frente el estigma os-
mayoría de gente de inferior capacidad, debería de curo del sofisma, todo lo que no podía ser explicado
acatar con respeto y agradecimiento la dirección por el método positivo era rechazado por ser metafí-
de los “más aptos”. sico. La filosofía demostrativa no demostraba ya
Esta aplicación del evolucionismo y de la selec- nada; la filosofía basada en la observación no tenía
ción natural llevó al grupo en el poder a conclu- tampoco nada que observar. Faltaba lo que tanto
siones extremas, como las que afirmaban que los negaba: imaginación (Zea, 1993:434-435).
indígenas mexicanos se debatían en la pobreza, la ig- La nueva generación empezaba a dudar, sentía
norancia y las enfermedades y estaban en franco pro- que se asfixiaba, se dieron cuenta que se les había
ceso de extinción debido a su inferioridad natural y a educado inconscientemente en una impostura. El
su falta de capacidad intelectual. Si los indígenas re- positivismo mexicano se había convertido en rutina
clamaban sus derechos a la tierra y a su propia cultu- pedagógica y perdía crédito. La moral, el arte, la lite-
ra, exigían mejores jornales y mejor trato, entonces ratura, todo aparecía encerrado en los mismos estre-
los “más aptos” debían acelerar el proceso de exter- chos límites de la filosofía positiva. Además de la
minio y en esta forma ayudar a la obra de la natura-
leza (Carbó, 1991: 88-89).
Porfirio Díaz se negó a realizar el programa pro-
puesto por Unión Liberal. Los autores del programa
lo pusieron en manos de Limantour para que lo hi-
ciera llegar a Díaz, pero éste no dio señales de querer
observarlo, pues ni se comprometió a ello de palabra
ni por escrito, ni mucho menos se sujetó a sus térmi-
nos en su conducta posterior (Zea, 1993:426-427).
En torno al ministro de Hacienda Limantour, se in-
tegró la oligarquía de los científicos, que fueron
adueñándose de los más fructíferos negocios del país,
hasta convertirse en árbitros de la prosperidad de los
mexicanos. Desde que abandonaron su programa en
1892 sólo habían tratado de beneficiarse en sus inte-
reses privados (Zea, 1993:428).
Mientras, Porfirio Díaz tenía todo el poder políti-
co. El orden parecía ser la idea fija de su gobierno.
En nombre del orden se aplastaba toda oposición a
su gobierno. El secreto de la fuerza de los científicos “Se puede afirmar que existió un positivismo mexicano
consistía en aparentar una aceptación sin límite a la adaptado a nuestras circunstancias y a nuestra realidad.”
política y a la persona del presidente, para tenerlo así
engañado y alejar el peligro de perder su apoyo (Zea, opresión intelectual, estaba la opresión política y
1993:430). económica en gran parte del país. La filosofía oficial
era demasiado sistemática, demasiado definitiva para
Decadencia del positivismo. La nueva generación
no equivocarse.
La filosofía positiva, que había dado bases teóricas al La generación educada por Gabino Barreda cam-
porfirismo, envejeció igual que éste. El positivismo bió el optimismo por el escepticismo. Afirmaba que
dejó de ser la filosofía del progreso al considerar que la ciencia no lo era todo, que era todo lo contrario
éste ya estaba realizado. Una vez alcanzados los fi- de lo que habían pensado Barreda y sus discípulos; la
nes perseguidos, la teoría se convirtió en algo muer- ciencia, en vez de ofrecer soluciones definitivas,
to: ya no existía nada que solucionar, todo había planteaba problemas. La ciencia no era el orden,
sido resuelto por el método, como lo enseñó Gabino todo lo contrario, era una lucha perpetua. El orden
Barreda. era incompatible con el progreso: lo uno o lo otro.
Porfirio Parra, discípulo de Barreda, se convirtió Una ciencia que prefería el orden al progreso era una
en un repetidor en su tratado de Lógica, donde se de- ciencia muerta.
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4. análisis
Justo Sierra compartió este escepticismo, había Conclusión
creído en la ciencia y seguía creyendo en ella, pero El positivismo en México no fue sino la expresión fi-
no era en la que habían creído Barreda y sus discípu- losófica de una realidad ajena al positivismo como
los (Zea, 1993:435). El positivismo mexicano entró doctrina ideal. El positivismo como teoría fue com-
en crisis, dejaba de ser ciencia definitiva, aparecien- pletamente diferente al positivismo como práctica.
do como una filosofía más, lo que actualmente se le Esa expresión práctica es la que nos concierne, pues
llama ideología. No expresaba ya el Orden, sino un es la que contiene aspectos propios de México (Zea,
orden, no era un instrumento de paz, sino instru- 1993:38).
mento de guerra. Frente a él se alzarían otras co- El positivismo mexicano sufrió una transforma-
rrientes, nuevas filosofías y con ellas nuevos hombres ción: comenzó siendo una adaptación del comtiano,
(Zea, 1993:437). que serviría para implantar el orden, tan necesario
En la misma forma en que la generación positivis- en la República restaurada, con la libertad como me-
ta no pudo comprender a la generación liberal, la dio, el orden como base y el progreso como fin.
nueva generación no comprendió a la vieja genera- Expresaba la ideología del grupo liberal triunfante.
ción positivista y publicó en 1906 Savia Moderna, También sirvió para estructurar la educación en la
una revista cuya tendencia era diferenciarse de la enseñanza primaria y la Escuela Nacional Prepara-
generación anterior. Nuevas filosofías fueron opues- toria. Posteriormente se le adaptó el positivismo
tas al positivismo: a Comte y Spencer se opusieron spenceriano. Con base en la práctica real del positi-
Shopenhauer y Nietzsche, después hablaron de prag- vismo, se puede afirmar que existió un positivismo
matismo. mexicano, adaptado a nuestras circunstancias y a
En 1908 Justo Sierra hizo eco de las nuevas in- nuestra realidad.
quietudes. Para 1910 la nueva generación se agrupó Mas tarde funcionó como una justificación a la
en contra del positivismo en el Ateneo de la Juven- dictadura de Díaz; se enarboló la bandera de la liber-
tud. Entre los miembros del Ateneo se encontraban tad, pero no la de los individuos sino la económica,
Pedro Henríquez Ureña, Alfonso Reyes, José Vas- ya que con la entrada de las inversiones extranje-
concelos, Antonio Caso y otros. El ideal de la nueva ras en México, sirvió para que el grupo privilegiado
generación fue la “restauración de la filosofía, de su de los científicos se enriqueciera más y más. El posi-
libertad y de sus derechos”. Fue una revuelta contra tivismo, al volverse mexicano, simboliza el anti-
el dogmatismo positivista que había limitado la liber- guo régimen, el sistema prerrevolucionario. Ade-
tad de filosofar (Zea, 1993:438). más de la nueva generación, la correlación de fuerzas
Esta generación manifestó su interés por las cul- que producirá la Revolución mexicana le dará el gol-
turas de Grecia y Roma y por las letras españolas, a pe final. <
diferencia de la generación positivista que desprecia-
ba lo latino y lo consideraba una desgracia racial. La
generación del Ateneo destacó lo que los positivistas
llamaban las “despreciadas cualidades de la raza lati- Bibliografía
na”: la imaginación (Zea, 1993:439). Blanquel, Eduardo, et al. (1984), Tiempo de México, nn. 17, 19 y 20,
Desde 1833, año en que Valentín Gómez Farías México, SEP.
había disuelto la Real y Pontificia Universidad de Carbó, Margarita (1991), “La oligarquía”, en Enrique Semo (coord.), Mé-
xico, un pueblo en la Historia, México, Alianza Editorial Mexicana,
México, no existía una instituida, sino escuelas supe- t. 3.
riores dispersas. Para las fiestas del Centenario del Krauze, Enrique (1987), Porfirio Díaz, místico de la autoridad, México,
FCE.
inicio del movimiento de Independencia, en 1910 se González, Luís (1981), “El Liberalismo triunfante”, en Daniel Cosío Ville-
creó la Universidad Nacional de México, cuyo pri- gas (coord.), Historia General de México, México, El Colegio de Mé-
xico, t. II.
mer rector fue Justo Sierra. Él creará la Escuela de Mardones, J. M. y N. Ursúa (1997), Filosofía de la Ciencias Humanas y
Altos Estudios de donde surgirá la actual Facultad Sociales, México, Editorial Fontanamara.
de Filosofía y Letras, y permitió la entrada de la “filo- Matute, Álvaro (1984), México en el siglo XIX, fuente e interpretaciones
históricas, México, UNAM, Lecturas Universitarias, n. 12.
sofía metafísica” (así la llamaban los positivistas) a la Villegas, Abelardo (1982), “El positivismo: justificación ideológica”, en
Universidad. El Ateneo de la Juventud y la Revolu- Ismael Colmenares M., et al., Cien años de la lucha de clases
en México (1876-1976), México, Ediciones Quinto Sol, t. I.
ción maderista fueron los golpes que terminaron con Zea, Leopoldo (1993), El positivismo en México: nacimiento, apogeo
la filosofía positiva. y decadencia, México, FCE.
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5. análisis
Comprender la grandeza de México
CARLOS MONTEMAYOR*
Hace más de 200 años, Francisco Javier Clavi- A partir de entonces creemos descender de es-
jero comentó: “Jamás han hecho menos honor a pañoles y de indios, nos creemos herederos de
su razón los europeos, que cuando dudaron de una gran cultura prehispánica, sin aceptar com-
la racionalidad de los mexicanos. La organiza- promiso alguno con los pueblos que descienden
ción social que vieron los españoles en México, de esas viejas culturas. Como en una especie de
muy superior a la que hallaron los fenicios y car- esquizofrenia social, abrimos un gran abismo
tagineses en nuestra España, y los romanos en las entre la población indígena actual y la prehispá-
Galias y en la Gran Bretaña, debía bastar para nica. Aplaudimos la figura abstracta del pasado y
que jamás se excitare semejante duda…” nos avergonzamos del presente. Exaltamos la me-
¿Por qué los cartagineses y los fenicios no pu- moria prehispánica como mestizaje, pero nuestro
sieron en tela de juicio la naturaleza racional de racismo se pone al descubierto frente al indio
los pueblos ibéricos que vivían en la barbarie? real. Celebramos el mundo de ayer, pero discrimi-
¿Por qué tampoco los romanos cuestionaron la namos a los indios de carne y sangre de hoy.
naturaleza racional de los galos y anglosajones, He trabajado durante varias décadas en nume-
tanto o más bárbaros que los ibéricos? Acaso por- rosas regiones y comunidades con escritores de
que la cultura de los cartagineses y fenicios y la nuestras lenguas originarias. Esa labor, concreta-
cultura de los romanos era superior, en térmi- da en talleres, libros de autores actuales de di-
nos humanos, a la de los españoles, sajones y ho- versas lenguas; concretada en mi propia literatu-
landeses que arribaron como “descubridores” a ra, en mi labor como escritor, lingüista, analista
América. Acaso, también, porque eran menos político, ha modificado mi vida profundamente y
voraces. me ha llevado a comprender con nitidez la gran-
Ese prejuicio, que permanece vivo en muchas deza de México.
regiones de nuestro país y de nuestro continente, Cuando negamos la herencia milenaria de los
ha ido reformándose, modificándose, desvane- pueblos originarios, creemos que nuestra historia
ciéndose a veces, dando paso a una amplia gama abarca solamente los últimos 500 años. Es decir,
de discriminación y de racismo a partir de un por una visión predominantemente racista esta-
peculiar sentido del concepto de mestizaje. Veá- mos perdiendo el privilegio y el honor de poseer
moslo así: el criollo del siglo XVIII, que por vez también la memoria milenaria de estas culturas.
primera revaloró el mundo prehispánico, celebró Cuando logremos unir en nosotros todos los Mé-
la cultura que la conquista quiso destruir y cance- xicos y pueblos que somos; cuando podamos
lar. Celebró a esa cultura y a sus creadores. Sin sentir como nuestras todas las lenguas que ya des-
embargo, el “indio” celebrado como creador de cribían y cantaban nuestros territorio antes de
nuestra historia era una idea ya, un concepto abs- que apareciera en el mundo la lengua en que aho-
tracto, una invención no de europeos, sino de ra les hablo, reconoceremos que este país puede
novohispanos. ser tan milenario como China y la India. Tam-
bién, y sobre todo, que puede ser un país más jus-
to y noble.
Agradezco el honor de expresar esto en el
* Palabras del escritor, ensayista, poeta y traductor al recibir, marco del premio de una fundación que proclama
la noche del jueves, en el Palacio de Bellas Artes, el Premio Funda-
ción México Unido a la Excelencia de lo Nuestro, publicadas en el y celebra, precisamente, a un México Unido en la
periódico La Jornada el 15 de septiembre de 2007. Excelencia de lo Nuestro. <
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