2. Todas las gaviotas sólo pensaban en comer; pero su maestra sabía que estaban hechas para retos más formidables, y desde su roca agitaba sus manos y les invitaba a volar, a volar más allá de la comida.
3. Desde su esquina, Pablo Pérez, la observaba, como siempre, como queriendo, como convenciéndose
5. Las demás gaviotas seguían ahí, pegadas a la fuerza de gravedad, como si hubiesen sido hechas para habitar en la tierra, con sus alas muy perdidas dentro de sus bolsillos.
6. … pero Pablo, la Marcela y la profe insistían en ir más arriba, mirar el mundo a la altura que dieran sus alas…
9. … muy lentamente, ya no fueron tres, ni cuatro, contagiaron con su esfuerzo y constancia a todas sus compañeras. Todos querían ver la vida desde arriba, ya no de abajo.
10. Estos son ustedes, nuestros alumnos y nuestras alumnas, personas que tienen alas propias. Nosotros como profesores, sólo les enseñamos el vuelo. ¡Tú puedes, tú quieres, aquí estamos: ¡Vamos hacia arriba!