2. Sólo el ser humano es “persona”, sujeto consciente, libre y el “centro y vértice” de todo lo que existe sobre la tierra.
3. La dignidad es el bien más precioso que el ser humano posee, gracias al cual supera en valor a todo el mundo material.
4. El ser humano vale no por lo que tiene, sino por lo que es. Toda violación de la dignidad personal del ser humano grita venganza delante de Dios y se configura como ofensa al Creador del hombre.