1. ANÁLISIS POLÍTICO
LÓGICAS Y PRESIONES PRESIDENCIALES
ALEJANDRO GONZÁLEZ LLAGUNO
ANÁLISIS POLÍTICO # 1
30-ABRIL-2011
2. 1. DEMOCRACIA Y ELECCIONES PRESIDENCIALES
Si bien una democracia se caracteriza por la separación de poderes, estado de derecho,
libertad de prensa, expresión y de asociación, sistema de partidos, etc, son las dinámicas
electorales para elegir las autoridades político-institucionales del Estado el rasgo distintivo y
definitorio de una democracia. La teoría política tiene muchos matices sobre tipos de
democracia y de las formas que asumen los sistemas electorales.
Por ello, observamos que el tema presidencial y de la sucesión en una temática recurrente y
permanente en las democracias; por lo menos en la chilena. Desde el primer de la instalación
de un nuevo gobierno empiezan las especulaciones por quién podría ser el sucesor o bien
quién podría liderar la campaña presidencial de las oposiciones. Y ello, sin considerar que los
hay proyectos políticos y personales que proyectan una opción presidencial más allá de un
período de gobierno y que implica muchos años de trabajo y espera. El caso de Piñera es
paradigmático en el sentido de que durante 20 años se preparó para esta instancia. Lo mismo
que Lagos, que tuvo que esperar su turno frente a una fuerte Dc en los inicios de la re-
democratización y frente un bien posicionado Frei. Allamand, Matthei, Lavín, Longueira son
algunas figuras del oficialismo que han ido quedando en el camino. Pero, cómo la política es
dinámica y la realidad porfiada, en cualquier momento o coyuntura pueden volver a
posicionarse. Y de modo paralelo van surgiendo nuevas liderazgos y proyectos presidenciales
que en las actuales condiciones se ven my debilitados. Comentario aparte, merece la figura
de Golborne.
Por el lado de la actual oposición también hay figuras que han quedado en el camino y que
pueden volver a posicionarse. En ese camino han quedado fuera de carrera Alvear, los dos
Zaldivar, Trivelli, Ravinet y el propio Frei. Y no olvidemos al Panzer Inzulza.
En la izquierda los caídos han sido menos y las derrotas menos traumáticas. En este sector
siempre estuvo claro el liderazgo de Lagos y de Bachelet que se impuso lentamente en las
encuestas hasta constituirse en un hecho macizo; que, determinó finalmente, el abandono de
la competencia interna de la Concertación de Alvear. Sólo cuando la dupla Lagos-Bachelet no
estaba se generaron ciertos conflictos en el sector. Y ello, se expreso, en la postulación
frustrada de Insulza, en la entrega a la figura de Frei, en la emergencia de la figura
presidencial de Meo, de Arrate y del más políticos de todos el senador Navarro. En las
actuales condiciones y rasgos de la fase asoman algunos nuevos y emergentes liderazgos.
No debe extrañar, por tanto, que las dinámicas presidencial estén presentes en la coyuntura
política –sobre todo, en el contexto de un régimen presidencialista- de manera permanente no
sólo ejerciendo presión sobre los distintos actores, sino también generando altos niveles de
ansiedades y tensiones.
3. 2. LA DINÁMICA PRESIDENCIAL
Durante las últimas semanas el tema presidencial ha adquirido una dinámica más intensa y
todos los actores han comenzado a debatir en torno a tres aspectos, a) el mecanismo que
cada conglomerado usara para elegir sus candidatos, b) cuáles son las alternativas
presidenciales que hoy se encuentran mejor posicionados y c) cuáles serán los contenido (si
se quiere relato) que cada actor (partidos, conglomerados y postulantes) pondrá en la mesa
en la perspectiva de un programa de gobierno y un proyecto de país.
a). ¿Cómo elegir el candidato?
La elección de un candidato presidencial al interior de una coalición política tiene dos fases.
La primera, el candidato que cada partido pone a disposición de la coalición; y la segunda,
definir el mecanismo que usa la coalición para elegir a su abanderado. Durante las últimas
semanas se ha intensificado este debate.
Un tercer elemento para un análisis presidencial debe considerar la política de alianzas a nivel
electoral y/o político que cada partido va privilegiar en la fase. Ello, es importante para definir
y posicionar figuras presidenciales. La concertación se ve más complicada por esta situación
por el hecho de que para muchos de sus dirigentes las posibilidades de volver a La Moneda
depende de manera estratégica y fundamental de buscar alianzas y acuerdos no sólo con el
tradicional Juntos Podemos, sino también con los descolgados (Navarro, Meo, Arrate).
La alianza gobernante ha entrado en el debate sobre el mecanismo para elegir su abanderado
presidencial. En el sector hay dos tesis; las encuestas que indican cuál es el mejor
posicionado (tesis Longueira) y la realización de primarias que es la tesis que tiene más
fuerza en Renovación Nacional y entusiasma a algunos sectores de la Udi (tesis Coloma).
Nada es definitivo ni claro al respecto. Por ahora, cada sector y sus cartas presidenciales
siguen en mejorar sus posicionamientos. Lo que si, al parecer está definido, es que el sector
debe llevar candidato único.
En la Concertación hay una cuestión clara. El sector definirá su candidato por medio de
elecciones primarias. Ello, se instalo no sólo por la mala experiencia del mecanismo usado en
la última presidencial, sino también porque desde los primeros momentos de la derrota
electoral en Enero del 2010 prometieron primarias. Es más, si bien es una fórmula que usaran
para escoger su abanderado presidencial –ratificada como credo cada vez que se hace
referencia al tema-, se ha ido posicionando como mecanismo para resolver conflictos para
escoger candidatos a nivel municipal y parlamentario. No obstante, no olvidar, que ese
mecanismo a nivel no presidencial se usará sólo en los lugares en que exista cierta duda
respecto de cuál es el mejor posicionado (tesis Escalona).
El tema tiene otras aristas cuando observamos el mapa presidencial que se estructura en
torno al Juntos Podemos –liderado por el Pc- y los descolgados de la concertación (Navarro,
4. Arrate, Marco Enríquez y los Pri). El asunto adquiere relevancia por dos situaciones; a) la
tesis de que “la unidad de la oposición es la única manera de derrotar a la derecha” y b) la
correlación de fuerzas a nivel electoral no es tan diferente como para que un sector se
imponga con facilidad por sobre el otro.
Para el primer caso, se trata de un fórmula que gana cada día más consenso y fuerza.
Escalona acaba de publicar un documento –“Unidad para vencer”- donde hace este llamado.
Las voces se escuchan desde todos los sectores. Sin embargo, incorporar este sector a una
primaria amplia con las fuerzas opositoras complica a la Dc que se debate –a la fecha- entre
las tesis de Walker y Pizarro.
Mientras en el progresismo de la Concertación la “unidad opositora” se ha instalado como
táctica política, en la Dc hay dudas y es un debate que tiene que avanzar hasta la definición
final de la postura del partido.
El Juntos Podemos con el Pc, Arrate y Aguiló comienzan a definir sus acciones presidenciales
en torno a repetir el experimento Arrate y el progresismo de Marco Enríquez espera la hora
formal de la partida presidencial (no me imagino a Meo fuera de esta carrera). Por el lado del
MAS, surge el escenario de que Navarro irá a la reelección senatorial; por lo que, su opción
presidencial hoy, es inviable políticamente.
Las negociaciones con la Concertación en busca de esa nueva mayoría social, ciudadana y
política han comenzado de manera no oficial ni formal; estamos, en la fase de las señales. Sin
embargo, no será una tarea fácil. Para llegar a acuerdo relevantes y que aumenten las
probabilidades de que la oposición vuelva a La Moneda (que no es lo mismo que la
Concertación), esta unidad opositora requiere a lo menos cuatro condiciones; a) ciertos
elementos de unidad para las municipales del próximo año, b) lista parlamentaria unitaria, c)
programa de gobierno consensuado y d) candidato presidencial único.
En relación a este último punto es de vital importancia definir un mecanismo que de garantías
a todos los interesados y legitimidad al candidato electo. La tesis de una primaria amplia
comienza a ganar fuerza en la oposición. Esto, no obstante, no estará exento de tensiones,
negociaciones y concesiones.
Finalmente, en relación a la correlación electoral de fuerza las posibilidades del Juntos
Podemos más los descolgados es algo que la Concertación debe analizar con mucha
racionalidad. De hecho, se abre el escenario de la que Concertación se convierta en la tercera
fuerza política del país. Es cosa de ver los resultados electorales de la última presidencial.
En Diciembre del 2010 la Concertación logró en primera vuelta el 29.6 por ciento de los votos;
el progresismo de Meo llegó al 20,14 por ciento y Arrate con el Juntos Podemos alcanzo el
6,21 por ciento.
5. La suma de estas tres opciones presidenciales alcanzó el 55,95 por ciento. Sin embargo, en
la segunda vuelta presidencial bajaron esa cifra y sólo llegaron al 48,39 por ciento de los
votos. El sector –hoy oposición- perdió 7,56 puntos porcentuales. Sin duda, la fuga fue por el
lado de Ominami.
Los datos muestran no sólo que la oposición “unida” tiene un buen piso electoral como para
competir con éxito y ganarle a la derecha en la próxima presidencial, sino también al interior
del bloque opositor la correlación de fuerzas es muy competitiva. En efecto –y según los datos
de la primera vuelta electoral- el sector de Arrate y Meo lograron el 26,35 por ciento de las
preferencias. Frei y la Concertación obtuvieron el 29,6 por ciento. Entre ambos hay una delta
electoral de sólo de 3,25 punto porcentuales.
No es extraño, por tanto, ver un escenario presidencial en que la Concertación termine como
tercera fuerza política. Este hecho, se convierte en un punto táctico y estratégico para las
negociaciones al interior de la oposición en la perspectiva de re-encantar y re-construir una
nueva mayoría social y política.
b). ¿Qué figuras presidenciales se observan en el panorama pre-electoral?
La carrera empezó al otro día de que se instalara el nuevo gobierno en Marzo del 2010. Las
perspectivas y posicionamientos presidenciales tienen cuatro criterios que definen las
posibilidades que cada postulante tiene; a) las encuestas que no sólo se han convertido en un
barómetro de alta legitimidad e impacto; b) el sentido común (lo que se respira en la calle), c)
el análisis del consejero y d) la clase política (los pares).
b.a. En el gobierno y en la alianza.
En la derecha se identifica un panorama de cartas presidenciales fuertemente concentrado en
el gabinete; ellas son, Golborne, Lavín, Allamand, Hinzpeter y Matthei. Obviamente, cada uno
con posicionamientos distintos. Incluso, en algún momento se menciono la figura del Ministro
de Justica Bulnes como una interesante opción. Fuera del gabinete encontramos a Longueira.
En Rn las figuras presidenciales mejor posicionadas son miembros del Gabinete: Hinzpeter y
Allamand. En un segundo nivel –en el sentido de la fuerza que manifiesta cada postulación)
está el Ministro Bulnes y el Alcalde de Puente Alto Ossandón que en algún momento se
mencionó como una alternativa, pero que está más interesado en su carrera Senatorial.
No se observan otras figuras presidenciales. Sin embargo, el propio Presidente Carlos Larraín
podría convertirse en un presidenciable dependiendo de cómo se fueran desarrollando las
dinámicas políticas y presidenciales.
En la Udi las tres figuras presidenciales con mejores opción hoy son el renovado Lavín (“el
nuevo Lavín” según Benitez), la ministra del trabajo Evelyn Matthei y el senador Pablo
6. Longueira. El que mejor posicionamiento tiene en las encuestas es Joaquín Lavín. La gestión
que haga de las crisis de la educación será fundamental para consolidar su capital político.
Cada partido tendrá que definir el mecanismo que usara para elegir su candidato. Y ello, es
independiente de lo que sucederá en el sector para suceder a Piñera.
En ese contexto ha emergido y se ha consolidado la figura del independiente Golborne. De
hecho, es la figura del sector mejor posicionada en las encuestas y que Rn y la Udi se
disputan. Si sigue su ascenso y consolidación en las encuestas podría ser el candidato de
consenso del sector; y de ese modo, reducir las tensiones que en ese escenario surgen
inevitablemente entre ambos partidos.
En ese contexto, podría ser el candidato del consenso. De hecho, ir con dos opciones a la
primera vuelta parece ser una tesis descartada. Se imponen la tesis del candidato único vía
primaria o encuestas.
b.b. En la concertación.
En la Concertación hay cuatro partidos y cuatro cuerdas para un trompo. Es un debate
cruzado no sólo por la tensión entre los viejos y nuevos liderazgos que no han logrado
posicionarse, sino también entre la concertación en su forma pura y debilitada (con el 30 por
ciento de la votación según la última presidencial) y la oposición en general.
Entre los viejos liderazgos se instala la figura de Lagos –que parece resucitar con su Chile
2030- y Bachelet que no sólo es la figura de la unidad opositora, sino también la figura que
mejor posición tiene en las encuestas; de hecho, le gana a todas las opciones de la derecha.
En los radicales la figura de Gómez no presenta resistencias. Sin embargo, en el contexto
actual es un liderazgo presidencial débil que no tiene muchas probabilidades de convertirse
en el candidato del sector.
El PPD es el partido donde los liderazgos emergentes tienen más fuerza y proyecciones. En
esa dirección han surgido y se van posicionando las figuras de Carolina Tohá y Lagos Weber
(que manifestó en los últimos días su intención de participar en una primaria amplia).
En el mismo sector surgen figuras con menor posicionamiento presidencial como Giradi, Vidal
y Bitar. Sin embargo, las más serias, fuertes y viables son las de Tohá y Lagos Weber. Las
encuestas y las sintonías ciudadanas lo ubican como la mejor carta presidencial del partido.
De hecho, las últimas encuestas han mostrado que es la figura presidencial más fuerte de la
Concertación luego de Bachelet.
Independientemente del panorama interno del partido en relación al tema presidencial, hay
voces que creen que hay que levantar y potenciar la figura Bachelet como la carta
presidencial del partido.
7. Lagos que ha aumentado sus apariciones y opiniones públicas y políticas durante los últimos
meses no ha sonado con fuerza al interior del partido que contribuyo a fundar a fines de los
ochenta.
En el Ps los liderazgos emergentes no han logrado consolidarse ni constituirse en figuras
presidenciales. Al contrario, las cartas que más fuerza tienen en la perspectiva presidencial al
interior del partido y del país son liderazgos de la vieja escuela: Bachelet y Lagos.
El candidato presidencial del partido saldrá de ambos liderazgos. Sin embargo, surge la tesis
de Bachelet con mucha fuerza. De hecho, hay un sector dentro del partido que la quería
proclamar en el Congreso realizado a principios de Mayo. Gano la tesis de que no era el
momento para que el Ps tome esa decisión.
La opción Lagos también ha comenzado a ser considerada en algunos sectores del partido y
mencionado por algunos militantes como Schilling a días del Congreso del partido.
El partido ha decidido elegir su abanderado presidencial durante el último trimestre del 2012
luego de las municipales de Octubre.
En la Dc el panorama presidencial se observa débil en el sentido que no hay un liderazgo
presidencial que este bien posicionado en las encuestas y que pueda igualar y superar la
potencia de Bachelet. De hecho, al interior del partido hay voces que identifican este hecho
(Cornejo-Pizarro).
La vieja guardia (Frei, Zaldivar y otros) ha quedado en el camino y la renovación se ve –a la
fecha- lenta y frágil. Sólo Walker y Orrego parecen tener respaldo y posicionamiento al interior
de la colectividad. Mientras Orrego debe decidir entre convertirse en el abanderado
presidencial del partido, en su postulación senatorial o seguir como alcalde en Peñalolén o
competir en Santiago), Ignacio Walker (actual presidente del partido) marca muy poco en las
encuestas. Incluso, la figura de Ximena Rincón no es algo descabellado para los próximos
meses.
Lo que está claro en la Dc es que tendrán candidato y que competirán en las primarias de la
Concertación. En esa dirección deben definir no sólo el mecanismo interno para elegir su
abanderado presidencial, sino también los representantes de cada sector.
En relación a la interna de la Dc el grupo de los llamados “príncipes” (Walker, Orrego, Burgos,
Undurraga) no sólo controlan el partido (la mesa), sino también tienen los mejores
posicionamientos presidenciales a nivel interno. De hecho, a nivel nacional esos liderazgos
son muy débiles.
Frente a este sector surgen otros dos grupos que buscan presencia y fuerza interna. Los
huérfanos del aylwinismo, de los chascones y del colorín Zaldivar. Los dos primeros sectores
8. se han comenzado a re-articular en torno a la figura del Senador Pizarro y algunos
parlamentarios como Silber, Cornejo, Rincón, Latorre.
Por otro, esta la rearticulación de los colorines que a nivel interno deberían levantar una
opción presidencial. De hecho, se ha conformado de manera corporativa y están lanzando u
documento político que entre otros, pretende convertir a la concertación en una alianza
electoral más que política.
En lo que no hay dudas, a la fecha, es que la democracia cristiana llevara un candidato a la
primaria de la concertación. Eso, si no ocurre el síndrome Alvear.
b.c. Hacia la izquierda de la concertación
La candidatura tradicional extra concertación siempre estuvo ligada al partido comunista y al
conglomerado que se articulo en torno a su influencia. En esa larga lista desde la presidencial
del 1993 encontramos al cura Pizarro, a Gladis Marín en el ’99, a Tomás Hirsch en el 2005 y a
Jorge Arrate en el 2010. Hoy el escenario este distinto.
Este sector se constituye a partir de cuatro alternativas políticas. La más clásica es el Juntos
Podemos que articulo a la izquierda extra parlamentaria en torno al liderazgo del Pc desde el
inicio de la re-democratización a principios de los noventa. En la última presidencial apoyan la
candidatura de Jorge Arrate. Las voces de este sector se debaten entre articular la unidad
opositora, reeditar el experimento Arrate o recorrer el camino propio.
Los otros tres sectores que están a la izquierda de la Concertación se articulan en torno a
figuras descolgadas de la coalición gobernante por 20 años y que hoy es oposición. Todos,
sin embargo, provenientes del socialismo. Ellos son el Movimiento Amplio Socialista que
lidera el Senador Navarro, el Partido Progresista que encabeza Marco Enríquez-Ominami y la
Nueva fuerza de Izquierda que se articula en torno al binomio Arrate-Aguiló.
Si bien hay voces que llaman a la unidad presidencial de la oposición (PPd, Lagos, Escalona,
Pizarro en la Dc, etc.) entendida como un requisito básico para triunfar y volver a La Moneda,
este fragmentado sector debe definir su estrategia política sobre la bases de tres alternativas;
a) consensuar con la Concertación una primaria abierta y participativa con garantías de
competitividad a todos los actores del sector –lo que implica, a lo menos, un programa de
gobierno común-, b) definir entre ellos (Meo+Arrate+Pc+Navarro) una plataforma política y
electoral que con un candidato único (que no puede ser otro que el propio Marco Enríquez) y
c) el camino propio de cada sector.
Por último, no hay que olvidar que la unidad de ese sector (los descolgados de la izquierda de
la Concertación más el Juntos Podemos y el Pc) tienen una fuerza electoral no despreciable
que llega al 26 por ciento y que no sólo pueden usar para negociar con la Concertación, sino
también para iniciar un proyecto político que los convierta en la segunda fuerza política del
país.
9. b.d. Los descolgados de la Dc
El Partido Regionalista Independiente (Pri) se articula en torno a la figura de Adolfo Zaldivar y
algunos colorines descolgados de la Dc. Sus proyecciones presidenciales son muy bajas. De
hecho, una candidatura del Pri no sólo es políticamente inviable, sino también
estratégicamente irrelevante. Sin embargo, tienen fuerza parlamentaria en el sentido de que
sus votos pueden ser relevantes para definir el éxito o el fracaso de algún proyecto de Ley.
A la fecha no hay señales claras que nos puedan ayudar a plantear hipótesis o potenciales
caminos presidenciales del sector. Sin embargo, lo que sí se sabe es que ellos afirman que
son “la tercera fuerza política, que no son de izquierda ni de derecha, ni de gobierno ni de
oposición y que optan por el camino propio”.
c). Los contenido de la presidencial.
En este tema nos encontramos con el famoso relato. El contenido de una presidencial se
manifiesta no sólo en los programas de gobierno que cada opción política presenta y expone
frente a los ciudadanos, sino también en torno a un proyecto de país a definir en los próximos
años. Programa y proyecto se yuxtaponen.
De acuerdo al debate político actual hay, a los menos, cuatro aspectos que se van
configurando como ejes temáticos de la futura presidencial. Ellos son; a) reformas políticas en
la perspectiva no sólo de aumentar la participación en el sistema político, sino también de una
profunda reforma Constitucional que termine con los “resabios o enclaves autoritarios”
heredados de la dictadura y que limitan la profundización democrática, b) Política energética
que ponga acento en el desarrollo sustentable a base de energías limpias y renovables
(eólica, geotérmica, solar, etc.), c) una profunda reforma tributaria orientada a mejorar las
distribución del ingreso (ya hay muchas voces que lo mencionan y d) consolidación y
profundización de la agenda social.
3. CONCLUSIONES
Las principales conclusiones del estudio se relacionan con cada uno de los aspectos
desarrollados en el análisis. La carrera presidencial ya ha empezado. En ella, los mejor
posicionados son Bachelet, Golborne y Lavín. Pero, antes que la carrera continúe con los
candidatos oficiales y legalmente inscritos, los partidos deberán poner en marcha
mecanismos trasparentes y legítimos para elegir a sus candidatos.
Para que los ciudadanos vayan a las urnas a elegir nuevamente un Presidente quedan 30
meses.