2. Como Iglesia Adventista del Séptimo
Día, creemos que:
“Hay un solo Dios: Padre, Hijo y
Espíritu Santo, una unidad de
tres Personas coeternas. Dios
es inmortal, omnipotente,
omnisciente, por encima de
todo (trascendente), y siempre
presente. Es infinito y está más
allá de la comprensión humana,
aunque es conocido por su
revelación de sí mismo. Es
eternamente digno de
alabanza, adoración y servicio
por toda la creación”.
(Dt. 6: 4; Dt. 29: 29; Mt. 28: 19;
2Co. 13: 14; Ef. 4: 4-6; 1P. 1: 2;
1Tim. 1: 17; Ap. 14: 6 y 7)
“Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu,
para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os
sean multiplicadas” (1ª de Pedro, 1: 2)
3. “Dios, el Eterno Padre, es el
Creador, el Originador, el
Sustentador y el Soberano de toda
la creación. Él es justo y santo,
misericordioso y clemente, tardo en
airarse, y grande en constante amor
y fidelidad. Las cualidades y
poderes mostrados en el Hijo y en el
Espíritu Santo son, también,
revelaciones del Padre”.
(Gn. 1: 1; Ap. 4: 11; 1Co. 15: 28; Jn.
3: 16; 1Jn. 4: 8; 1Tim. 1: 17: Éx. 34:
6 y 7; Jn. 14: 9)
“Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y
sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén”
(1ª de Timoteo, 1: 17)
Ningún creyente se ha planteado la divinidad del Padre. Si creemos que Dios existe,
al menos una de las tres personas mencionadas (Padre, Hijo, Espíritu) ha de ser el
Dios en el que creemos.
4. “Dios, el Hijo Eterno, se encarnó en Jesucristo. Por medio de Él todas
las cosas fueron creadas, se revela el carácter de Dios, se consuma
la salvación de la humanidad y es juzgado el mundo. Verdadero Dios
por siempre, también llegó a ser verdaderamente hombre, Jesús el
Cristo. Fue concebido por el Espíritu Santo, y nació de la virgen
María. Vivió y experimentó la tentación como ser humano, y
ejemplificó perfectamente la justicia y el amor de Dios. A través de
sus milagros demostró el poder de Dios y fue atestiguado como el
Mesías prometido por Dios. Jesús sufrió y murió voluntariamente en
la cruz en nuestro lugar por nuestros pecados, fue resucitado de
entre los muertos y ascendió para ministrar en el santuario celestial
en nuestro favor. Vendrá de nuevo en gloria para la liberación final de
su pueblo y la restauración de todas las cosas”.
(Jn. 1: 1-3 y 14; Col. 1: 15-19; Jn. 10: 30; Jn. 14: 9; Ro. 5: 18; Ro. 6: 23;
2Co. 5: 17-19; Jn. 5: 22; Lc. 1: 35; Flp. 2: 5-11; Heb. 2: 9-18; 1Co. 15: 3
y 4; Heb. 4: 15; Heb. 7: 25; Heb. 8: 1 y 2; Heb. 9: 28; Jn. 14: 1-3; 1P. 2:
21; Ap. 22: 20)
5. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era
con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan, 1: 1)
“Más del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el
siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro
de tu reino” (Hebreos, 1: 8)
En la Biblia, se declara
explícitamente que
Jesucristo (el Verbo
encarnado, el Hijo)
es Dios.
Además, al Hijo se le
atribuyen cualidades
exclusivas de la divinidad:
6. “En el principio creó Dios” (Génesis, 1: 1)
CREADOR
“Todas las cosas por él fueron hechas”
(Juan, 1: 3; Colosenses, 1: 16; Hebreos, 1: 1-2)
“Mas Dios es el juez” (Salmo 75: 7)
JUEZ
“Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo”
(Juan, 5: 22; Mateo, 25: 31-36)
“En ti he sido sustentado desde el vientre” (Salmo 71: 6)
SUSTENTADOR
“*El Hijo+ sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos, 1: 3)
“Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo, 4: 10)
DIGNO DE
ADORACIÓN “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los
ángeles de Dios” (Hebreos, 1: 6; Mateo, 14: 33; 28: 9; Lucas, 24: 52; Juan, 9: 38)
PODER DE “¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?” (Marcos, 2: 7)
PERDONAR
PECADOS “El Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados”
(Marcos, 2: 10)
7. “Dios, el Espíritu Santo, desempeñó una
parte activa con el Padre y el Hijo en la
Creación, encarnación y redención.
Inspiró a los escritores de las Escrituras.
Llenó la vida de Cristo con poder. Llama
y convence a los seres humanos; y a
aquellos que le responden, les renueva y
transforma a la imagen de Dios. Enviado
por el Padre y por el Hijo para
permanecer para siempre con sus hijos,
“Respondiendo el ángel, le concede dones espirituales a la Iglesia,
dijo: El Espíritu Santo vendrá la capacita para dar testimonio de
sobre ti, y el poder del Cristo, y en armonía con las Escrituras,
Altísimo te cubrirá con su la guía a toda verdad”.
sombra; por lo cual también el (Gn. 1: 1 y 2; Luc. 1: 35; Luc. 4: 18; Hch.
Santo Ser que nacerá, será 10: 38; 2P. 1: 21; 2Co. 3: 18; Ef. 4: 11 y 12;
llamado Hijo de Dios” (Lucas, 1: 35) Hch. 1: 8; Jn. 14: 16-18 y 26; Jn. 15: 26 y
27; Jn. 16: 7-13)
Al igual que Lucas indica que Jesús sería llamado Hijo de Dios por haber sido
concebido por el Espíritu Santo, Pedro le dijo a Ananías que había mentido a Dios al
mentir al Espíritu Santo (Hechos, 5: 1-11)
8. La palabra hebrea para “uno”
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, usada aquí es la misma que se
Jehová uno es” (Deuteronomio, 6: 4) usa para decir que el hombre y
la mujer son “una” sola carne.
Por lo tanto, esta palabra se
refiere a una unidad compleja.
“Yo y el Padre uno somos” (Juan, 10: 30) Dios es tres personas en uno, al
igual que el matrimonio es uno
compuesto por dos personas.
9. “Haya, pues, en vosotros este sentir
que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como
cosa a que aferrarse”
(Filipenses, 2: 5-6)
“El que me ha visto a mí, ha visto
al Padre” (Juan, 14: 9)
En la Trinidad no existe superioridad ni inferioridad de una Persona respecto de otra.
Como el Hijo es igual que el Padre, el Padre es igual que el Espíritu y el Espíritu es
igual que el Hijo.
El Dios único (“Él”) es también, e igualmente, “Ellos”; y “Ellos” están siempre juntos,
cooperando estrechamente. El Espíritu Santo ejecuta la voluntad del Padre y del
Hijo, que es también su propia voluntad.
10. “La gracia del Señor Jesucristo, el En diversas ocasiones, podemos ver
amor de Dios, y la comunión del cómo las tres Personas que
Espíritu Santo sean con todos componen la Trinidad aparecen o son
vosotros. Amén” (2ª de Corintios, 13: 14) mencionados simultáneamente
(Marcos, 1: 9-11; Mateo, 28: 19;
Judas, 20-21).
Esto descarta la idea de que las tres
Personas sean tres roles distintos de
la divinidad.
Por otro lado, el uso del plural en
distintas formas verbales usadas por
Dios mismo nos indica que éste son
varias personas y no una sola:
“hagamos” (Génesis, 1: 26-27),
“descendamos”, “confundamos”
(Génesis, 11: 7-8), “¿quién irá por
nosotros?”(Isaías, 6: 8)
Debemos deducir por tanto que Dios es uno en tres personas
iguales, coeternas y unidas en propósito.
11. Si Jesús no fuera divino, la Ley de Dios no sería tan sagrada como Dios mismo; si su
violación pudiera expiarla un ser creado, solo sería tan sagrada como un ser creado.
El pecado mismo no sería tan malo, si bastara la muerte de una criatura y no la del
Creador. El hecho de que requirió que Dios mismo, en la Persona de Cristo,
remediara el pecado es una evidencia de cuán serio es el pecado.
¿A quién debemos dar las gracias por nuestra salvación?
† Al Padre por amarnos y haber enviado al Hijo.
† Al Hijo por haber muerto en nuestro lugar e interceder
perpetuamente por nosotros.
† Al Espíritu Santo por exaltar y glorificar al Hijo, y
presentarnos la pureza de su justicia y la salvación que
tenemos en Él.
“Pero cuando venga el
Consolador, a quien yo os
enviaré del Padre, el Espíritu de
verdad, el cual procede del
Padre, él dará testimonio
acerca de mí”
(Juan, 15: 26)
12. E.G.W. (Pacific Union Recorder, 5 de enero de 1905)
“La salvación de los seres humanos es una vasta empresa que
requiere la dedicación de todas las agencias divinas. El Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo se han comprometido a hacer más que
vencedores a los hijos de Dios por medio de aquel que los amó. El
Señor es paciente con nosotros "no queriendo que ninguno perezca";
ha provisto el poder para capacitarnos a fin de ser vencedores”