3. TERAPIA LIBERAL:
5 LIBROS QUE LO CURARAN DEL ESTATISMO
Axel Kaiser
(Compilador)
Juan Pablo Couyoumdjian
Rolf Lüders
Alberto Benegas-Lynch
Axel Kaiser
Rafael E. Rincón
4. Serie Papeles Libres
Fundación para el Progreso Jean Gustave Courcelle - Seneuil
Santiago de Chile, Diciembre 2012
http://www.fprogreso.org
contacto@fprogreso.org
Las ideas son de la exclusiva responsabilidad del autor y no
representan necesariamente a la Fundación para el Progreso.
4
5. ÍNDICE
Terapia liberal:
5 libros que lo curarán del estatismo (Axel Kaiser)
7
Friedrich A. von Hayek
Camino de Servidumbre (Juan Pablo Couyoumdjian)
Milton y Rose Friedman
Libertad de elegir (Rolf Lüders Schwarzenberg)
9
15
Henry Hazlitt
La economía en una lección (Alberto Benegas-Lynch)
29
Ludwig von Mises
La mentalidad anticapitalista (Axel Kaiser)
35
Carlos Rangel
Del buen salvaje al buen revolucionario
(Rafael E. Rincón)
43
5
7. Axel Kaiser
TERAPIA LIBERAL:
5 LIBROS QUE LO CURARAN DEL ESTATISMO
Si usted pertenece a aquellos confundidos por la
mitología estatista, la siguiente “terapia liberal”
fortalecerá y regenerará sus anticuerpos intelectuales.
Se trata de un par de lecturas esenciales para entender
qué es y por qué es moralmente superior una sociedad
de personas libres.
El primer ingrediente de este golpe vitamínico
mental es Camino de Servidumbre, del ex socialista
Friedrich von Hayek. En él, usted aprenderá cómo el
colectivismo fue avanzando en Alemania desde las
esferas intelectuales, pasando a la política y las masas,
hasta terminar en el gobierno socialista de Hitler. De
paso comprenderá que la batalla por preservar las
ideas de la libertad es esencial para la mantención
de un orden civilizado y libre, lección que en Chile
no podemos olvidar. Pero además entenderá por qué
la destrucción de la libertad económica deviene en
la tiranía y verá por qué los peores elementos de la
sociedad serán aquellos que tenderán a liderar un
proyecto socialista.
Un segundo libro fundamental para su salud
intelectual es Libertad de Elegir, de Milton y
Rose Friedman. En esa obra encontrará lecciones
elementales de cómo la libre interacción de las
personas en el marco de relaciones de intercambio
incrementa el bienestar de la sociedad y deviene
en el progreso integral de los individuos.
Especialmente le dejará claro el rol de los precios
como mecanismo de transmisión de información y
por qué la planificación central necesariamente tiene
que fracasar. Adicionalmente conocerá cómo las
intervenciones del Estado, salvo en casos especiales,
empobrecen a los más desaventajados de la sociedad
beneficiando a unos pocos grupos de interés.
7
8. Terapia Liberal
Otro libro central para afirmar los anticuerpos,
especialmente los anti keynesianos, es La Economía
en una lección, de Henry Hazlitt. Después de leerlo
usted se habrá curado de las falacias más comunes
que atraviesan la ciencia económica y que suelen
repetir los políticos y economistas del main stream
permanentemente. Entre otras cosas, le quedará claro
por qué el gasto fiscal es destrucción de riqueza,
cómo la inflación que generan los bancos centrales
arruina la fábrica de relaciones económicas y sociales
estables y cómo los sindicatos poderosos aumentan
el desempleo.
Lo anterior hay que complementarlo con La
Mentalidad Anticapitalista del notable Ludwig von
Mises. Ese breve ensayo le dará una explicación
contundente al hecho de porqué los intelectuales y
artistas tienden a ser de izquierda. Entenderá además
que quienes se hacen ricos por medios honestos en
un mercado competitivo lo han logrado gracias a
haber satisfecho estrictamente el interés ajeno.
Finalmente, debe leer Del Buen Salvaje al Buen
Revolucionario, de Carlos Rangel. Este clásico le
permitirá hacer sentido de la tradición romántica
latinoamericana que santifica e idolatra a asesinos
como el “Che” Guevara y a otros personajes
que promueven la vía armada para construir sus
utopías. Con esas lecturas quedará intelectualmente
blindado frente a la contagiosa mitología estatista de
izquierda y de derecha.
Axel Kaiser
Director Ejecutivo
Fundación para el Progreso (Chile)
8
9. Friedrich A. von Hayek
FRIEDRICH A. VON HAYEK
CAMINO DE SERVIDUMBRE
Aunque fue publicado en 1944, en los últimos
años se ha visto un renovado interés en Camino de
Servidumbre. Ello ha estado asociado, a su vez, a
distintas interpretaciones sobre el real mensaje de
F.A. Hayek en este trabajo1. Este libro representó
en verdad una reacción frente a la realidad política
de su época; es en este sentido que se ha dicho que
el contexto es muy importante al evaluar Camino de
Servidumbre. Como ha explicado Bruce Caldwell,
Camino de Servidumbre iba a ser parte del proyecto
sobre el “Abuso de la Razón” que Hayek estaba
meditando desde fines de los años 30. Sin embargo,
este proyecto, que iba a constituir un estudio sobre el
problema del desarrollo social y a la vez una crítica a
la idea de la planificación colectiva, nunca vería la luz
y Hayek decidió publicar Camino de Servidumbre,
que originalmente iba a representar la segunda parte
de este trabajo, de forma separada2.
El objetivo político de Camino de Servidumbre
es reconocido por el mismo Hayek en el Prefacio
a la primera edición del libro (1994, XIV). Lo que
resulta más interesante de anotar es que el argumento
central de Hayek respecto de los peligrosos efectos
imprevistos de un sistema socialista resultó ser
altamente controversial. De esta forma, Camino
de Servidumbre menoscabó de alguna forma
la reputación de Hayek como académico y él
mismo tuvo clara conciencia de esto3. Dicho lo
anterior, cuando en 1945 la revista Readers Digest
publicó una versión condensada de este trabajo su
popularidad a nivel del público general alcanzó
niveles insospechados. En términos de ventas y
9
10. Terapia Liberal
difusión popular, parece justo señalar que Hayek
nunca volvió a alcanzar los niveles de influencia que
consiguió con Camino de Servidumbre.
Pero consideremos directamente de qué trata
este libro. En este trabajo Hayek advierte sobre los
peligros de la planificación centralizada; de acuerdo
a Hayek los argumentos en favor de estas políticas
envuelven errores que pueden ser muy peligrosos,
peligrosos incluso desde el punto de vista de la
preservación de las libertades individuales. Una
revisión de este problema implica una comprensión
clara del rol de la planificación en las actividades
humanas. En este punto Hayek nos recuerda que
en un sistema de propiedad privada también existe
“planificación económica”; la planificación es
intrínseca a toda actividad humana. Lo clave es definir
el ámbito de la planificación. Como explica Hayek,
dada la importancia de la información de carácter
local para la planificación individual, un sistema
basado en la planificación económica centralizada
conllevará la supremacía de los objetivos de los
planificadores centrales. Nótese, en este sentido, que
el argumento de Hayek va más allá de la ineficiencia
de una economía socialista que había presentado en
los debates sobre la imposibilidad del socialismo en
los años 30. Ahora, subraya que al institucionalizarse
la planificación centralizada la imposición de las
preferencias de los planificadores va a estar asociada
a un quebrantamiento de las libertades individuales.
Más aún, este proceso va a estar asociado al hecho
de que los planificadores van a tener un carácter
pro-totalitario, como Hayek explica en el capítulo
titulado “Por qué los peores se colocan a la cabeza”
(“Why the worst get on top”).
La relación entre un sistema liberal competitivo y
las intervenciones coercitivas de la autoridad es un
tema importante para Hayek a lo largo de toda su
obra. Un sistema liberal puede requerir de algunos
tipos de interferencias gubernamentales, pero no
es coherente con un esquema de planificación
colectiva global. Postular una tercera vía (o un
10
11. Friedrich A. von Hayek
“middle way”) entre la planificación centralizada y
un sistema competitivo es imposible, ya que ambos
modelos son fundamentalmente inconsistentes.
Un sistema de propiedad privada implica una
descentralización del poder económico; en este
contexto, cuando hay muchos agentes actuando
de forma independientemente existe libertad de
acción y de elección. Como ya vimos, un sistema
de planificación centralizada lleva a un menoscabo
de la libertad individual. Es en este sentido que una
política de planificación a gran escala va a terminar
en la pérdida de las libertades civiles.
Esto no significa que, de acuerdo a Hayek,
cualquier nivel de planificación colectiva vaya a
terminar en un estado totalitario. Quizás debido
a que esta había sido una interpretación de su
trabajo, Hayek se refirió a este punto directamente
en el Prefacio a la edición de 1976 de este libro,
desmintiendo esta conclusión (Hayek 1994, XXIV;
69–75). De esta forma el argumento que presenta
Hayek se parece más bien a un argumento del tipo
de un “efecto dominó” (“slippery slope”), donde
el intervencionismo de corte planificador lleva a
más intervencionismo, a través de un proceso que
muy probablemente no había sido reconocido en
sus orígenes, al arrancar las primeras políticas
intervencionistas4. Es en este sentido que el libro
que examinamos está dedicado a “los socialistas
de todos los partidos”. Este reconocimiento a un
socialismo de izquierda y derecha apunta, por cierto,
a que el verdadero objetivo de Hayek era apelar a los
creyentes en la compatibilidad entre la planificación
central y la libertad política, de cualquier sector que
ellos fueran, de forma que advirtieran los errores de
sus postulados.
El argumento de Hayek en el volumen que
consideramos es importante en la medida que
reconocemos la necesidad de un ámbito para las
decisiones colectivas. Es la expansión de este
espacio, que en general debiera estar limitado
11
12. Terapia Liberal
a la (planificación para la) provisión de bienes
públicos, lo que nos puede llevar a las consecuencias
nefastas que él mismo destaca. El “camino de
servidumbre” está plagado de buenas intenciones.
Frente a la supuesta inestabilidad de un sistema
capitalista después de la Gran Crisis de los años 30
surgió un creciente entusiasmo por una economía
de tipo socialista a la vez que se implementaron
diversas intervenciones económicas. Después
vino la Segunda Guerra Mundial; cuando esta se
acercaba a su fin, Hayek temía que los controles y la
planificación económica propia de la época de guerra
se mantuvieran en tiempos de paz. La ilusión de que
la planificación y la intervención estatal pueden
resolver todos nuestros problemas nos puede llevar
por el camino de la pérdida de nuestras libertades.
Hoy en día existe un reconocimiento bastante
mayor que en los años 40 respecto de las debilidades
fundamentales de un sistema colectivista basado
en la planificación centralizada. La caída del Muro
de Berlín fue muy iluminadora en este respecto.
Es interesante anotar, sin embargo, que si bien
este era un resultado esperable desde un punto de
vista Hayekiano, este acontecimiento resultó ser
sorpresivo para muchísimos analistas y expertos.
Hayek parecía haber sido refutado respecto de la
posibilidad de una economía socialista. La verdad,
por supuesto, es que en este plano Hayek tenía la
razón. Más aún, el sistema socialista implicó un
sacrificio de las libertades políticas, tal como Hayek
explicó en Camino de Servidumbre.
Por su parte, el intervencionismo sigue vigente.
Los argumentos que se sigue escuchando sobre
la fragilidad de un sistema capitalista son muy
parecidos a los que se escuchaban en los años 30.
Más aún, en la actualidad vemos un renovado
impulso de políticas de un claro corte paternalista.
El estándar utilitarista detrás de estos argumentos
no nos parece accidental, pero ese es otro tema. Por
ahora es importante enfatizar que en la batalla de
12
13. Friedrich A. von Hayek
las ideas los argumentos en favor de la libertad y la
iniciativa individual deben seguir siendo repetidos.
Y es por ello que volver a leer a F.A. Hayek es tan
importante.
Referencia:
Friedrich von Hayek, The road to serfdom. Rouledge
Press, Reino Unido, 1944. Edición en español,
Camino de servidumbre. Unión Editorial, Madrid,
2008.
Juan Pablo Couyoumdjian
Profesor
Universidad del Desarrollo (Chile)
1 Distintas lecturas del argumento allí planteado y un examen de
su conformidad a la luz de los sucesos económicos y políticos
internacionales, desde la publicación de este libro, han dado lugar
a interesantes debates sobre si este flamante interés en Hayek
es en verdad justificado. En este sentido véase, por ejemplo, el
intercambio entre Farrant & McPhail, por un lado, y Caldwell
por el otro, en Challenge; A. Farrant & E. McPhail, “Does F.A.
Hayek’s Road to Serfdom Deserve to Make a Comeback?”,
Challenge 53 (4), Julio-Agosto 2010, pp. 96-120; B. Caldwell,
“Hayek on Socialism and on the Welfare State: A Comment on
Farrant and McPhail’s ‘Does F.A. Hayek’s Road to Serfdom
Deserve to Make a Comeback?’”, Challenge 54 (1), EneroFebrero 2011, pp. 82-97; A. Farrant & E. McPhail, “A Response
to Caldwell on F.A. Hayek and The Road to Serfdom”, Challenge
54 (1), Enero-Febrero 2011, pp. 98-112.
2 B. Caldwell, Hayek’s Challenge, University of Chicago Press,
2003, p. 241.
3 “It went so far as to completely discredit me professionally”,
escribe Hayek respecto de las consecuencias de publicar Camino
de Servidumbre; en Hayek on Hayek: An autobiographical
dialogue. The Collected Works of F.A. Hayek, S. Kresge & L.
Wenar (eds.), Liberty Fund paperback ed., 2008, p. 103. Vale la
pena destacar, en todo caso, que no todo fueron críticas negativas
desde el mundo académico o intelectual; por ejemplo, J. Maynard
Keynes se refirió a este trabajo como un “grand book”, agregando
que “Morally and philosophically I find myself in agreement with
virtually the whole of it; and not only in agreement with it, but in
deeply moved agreement”; dicho esto, Keynes sí hace notar lo
que considera son algunas debilidades del argumento de Hayek
(citado por R. Skidelsky, John Maynard Keynes, 1833-1946:
Economist, Philosopher, Statesman, Penguin, 2005, pp. 722-723).
13
14. Terapia Liberal
4 Este es un argumento que Hayek reiteraría en trabajos
posteriores; véase, por ejemplo, su The Constitution of Liberty
(The University of Chicago Press, 1960). Una comprensión de los
efectos imprevistos de las políticas públicas intervencionistas nos
indica cuán razonable resulta este argumento de Hayek. Cuando
una política intervencionista no muestra los resultados deseados,
la solución tiende muchas veces a una mayor intervención. El
caso de los controles de precios es un ejemplo claro en este
sentido; es de esta forma que este tipo de políticas regulatorias
terminan, de forma general, en campañas persecutorias contra los
“especuladores” en el mercado.
14
15. Milton y Rose Friedman
MILTON Y ROSE FRIEDMAN
LIBERTAD DE ELEGIR
Hacia un nuevo liberalismo económico5
En 1980 Milton y Rose Friedman escribieron
Libertad de Elegir, libro que se transformó en
un best-seller. La versión original en inglés la
sub-titularon “una toma de posición personal”6.
Sostienen que la libertad de mercado es una precondición para la libertad política y critican la fuerte
tendencia estatista y proteccionista existente en los
años 1970 en los países occidentales. Opinan que la
búsqueda de la igualdad de resultados, al coartar la
libertad individual, solo resultará en menos libertad
individual y además en una situación económica
desmedrada para todos. El libro se basa casi
exclusivamente en el análisis de casos reales y es de
muy fácil lectura.
Para comprender mejor el contenido del libro
describiremos –antes de hacer la reseña propiamente
tal- el ambiente económico y político existente en
los años 1980, algunos datos biográficos pertinentes
de los autores, y los antecedentes ideológicos de la
obra.
Ambiente económico y político en los años 1970
En el siglo XIX las economías de Occidente fueron
de mercado, las empresas fueron en general más bien
pequeñas y medianas, y el Estado todavía jugaba un
rol cercano al mínimo. Es decir, los gobiernos se
encargaban de la defensa del territorio nacional, del
orden interno y de la justicia. No obstante, existían
15
16. Terapia Liberal
fuerzas mercantilistas que indujeron a los gobiernos
a tomar medidas proteccionistas -relativamente
moderadas- en materia de intercambio de bienes y
servicios. Además, la cuestión social en Europa,
gatillada por la revolución industrial y sus efectos, se
tradujo en una incipiente expansión del gasto social,
en parte importante para neutralizar la aceptación
que estaban ganando las ideas socialistas.
En el siglo XX se produjeron dos fenómenos
sociales que dividieron al mundo. Por un lado, la
revolución bolchevique, que instaló en la Unión
Soviética un régimen totalitario de corte comunista,
que luego sirvió de modelo para regímenes socialistas
similares en muchos países, incluyendo la China. De
facto, estos sistemas socio-económicos y políticos
tuvieron economías centralizadas, en que el Estado
fue dueño de prácticamente todos los medios de
producción y en parte no menor por ello la libertad
individual se vio severamente restringida. Estos
regímenes todavía subsisten en su forma más pura en
unos pocos países, como Cuba y Corea del Norte por
ejemplo.
Por el otro lado y simultáneamente, en las
economías de Occidente que mantuvieron sus
economías de mercado, se produjo una rápida
expansión del rol del Estado. El término del
primer gran episodio de globalización (1870-1914),
las dos guerras mundiales, y la Gran Depresión
generaron incertidumbre e interrumpieron, al menos
temporalmente, los flujos comerciales en un mundo
en que simultáneamente se aceleraba el cambio
tecnológico y la tasa de crecimiento económico. La
actividad económica y la estructura social se hicieron
cada vez más complejas y la familia nuclear pasó a ser
la norma. Aumentó la demanda por proteccionismo,
por seguridad social, y por regulación de la actividad
económica. El Estado requirió de recursos para
financiar sus crecientes actividades y los impuestos
–a menudo progresivos- afectaron notoriamente los
incentivos para trabajar e invertir.
16
17. Milton y Rose Friedman
El proceso culminó en los años 1970, época en que
Friedman trabajó en la serie de televisión y en el
libro Libertad de Elegir y en que en muchos países
europeos el Estado gastaba casi el 50 por ciento de lo
producido, las tasas marginales de impuestos sobre
la renta de las personas superaban el 80 por ciento,
y existía una maraña regulatoria muy considerable.
En esos años la pérdida de la libertad individual
fue muy significativa en la órbita comunista y
considerable en Occidente. Libertad de Elegir es un
esfuerzo por alterar el ambiente político y rescatar
la libertad individual como un valor en el diseño de
las políticas públicas. Lo pretendió hacer enseñando
economía a personas comunes y corrientes, para que
comprendan la superioridad del libre mercado como
herramienta de progreso material y como requisito
para preservación de la libertad individual.
Los Friedman
Para comprender bien a Libertad de Elegir es
necesario conocer a sus autores y su trayectoria.
Milton Friedman nació en Brooklyn, Nueva York
en 1912. Sus padres, judíos, nacieron en lo que
entonces era una provincia de Austria-Hungría, más
tarde parte de Checoslovaquia y la Unión Soviética,
pero solo se conocieron cuando las familias habían
emigrado a EE.UU. Teniendo Milton Friedman un
año, la familia se cambió a un pequeño pueblo vecino
a Nueva York, en dónde su madre manejaba un
pequeño negocio y su papá trabajaba ocasionalmente
como vendedor. Vivían –dice en su autobiografía- en
constantes dificultades financieras. Su padre falleció
mientras el estuvo todavía en el colegio.
Friedman recibió una beca para estudiar en
la Universidad de Rutgers y realizó, como se
acostumbra en USA, trabajos para la universidad. Sin
ser alumno brillante, se especializó en matemáticas
para ser actuario y también en economía, porque
era el ramo en que se aprendían materias útiles para
entender la Gran Depresión, que entonces afectaba
a los EE.UU. Pensó con esos conocimientos poder
17
18. Terapia Liberal
diseñar políticas para superarla. En Rutgers fue
muy influenciado por las investigaciones de Arthur
Burns y por la teoría económica de Homer Jones.
Fue este último quién lo indujo a seguir estudios de
post-grado en la Universidad de Chicago en 1932.
Allí, sostiene, experimentó un ambiente intelectual
que jamás se imaginó pudiera existir y conoció a su
compañera de curso Rose Director, con la que –una
vez superadas sus dificultades financieras- se casó
seis años después. Rose se convirtió en su socia
profesional. Por su situación económica, Friedman
aceptó una beca muy atractiva de la Universidad de
Columbia en Nueva York, en dónde completó su
doctorado.
Completados sus estudios, Milton Friedman se
dedicó durante una década a trabajar con varios
de sus mentores, ya sea en la academia o en la
administración pública. Es allí dónde realizó
varios trabajos –en que utilizó sus conocimientos
estadísticos y matemáticos- que luego le sirvieron
para desarrollar su famosa Teoría de la Función
de Consumo (1957) y su útil hipótesis del ingreso
permanente.
En 1946 fue invitado a ser profesor de teoría de
los precios de la Universidad de Chicago, dónde
dirigió el fructífero seminario sobre Dinero y
Banca, de dónde surgió el controversial Un Marco
Monetario y Fiscal para la Estabilidad Económica
(1948) y en dónde escribió un importante documento
metodológico, Ensayos en Economía Positiva
(1953). Simultáneamente fue invitado a presidir, en
la Oficina Nacional de Investigación Económica de
los EE.UU., los estudios sobre el papel del dinero en
el ciclo económico. Allí trabajó con Ana Schwartz,
con la que luego publicó su influyente Historia
Monetaria de los EE.UU. 1867-1960 (1963).
En 1977, a los 65 años, Friedman se retiró de la
Universidad de Chicago, se mudó a San Francisco
y pasó a ser investigador senior de la Institución
Hoover en la Universidad de Stanford, posición
18
19. Milton y Rose Friedman
que le dio la flexibilidad que deseaba. Murió en
noviembre de 2006, habiendo recibido, entre otras
distinciones, en 1951 la Medalla John Bates Clark al
economista menor de 30 años más destacado de los
EE.UU., en 1976 el Premio Nobel en economía, y
en 1988 la Medalla de la Libertad de los EE.UU. de
América.
Rose Friedman nació alrededor del año 1910 en
Rusia y muy luego se trasladó con sus padres, tal
como los de Milton Friedman, también de origen
judío, a Portland, Oregon. Inició sus estudios
superiores en Reed University, pero completó el
college en la Universidad de Chicago. Allí aprobó
todos los requisitos para el doctorado, pero nunca
escribió su tesis7. Profesionalmente colaboró con
Milton Friedman en parte de sus trabajos, destacando
entre ellos Capitalismo y Libertad (1962), Libertad
de Elegir (1980), y las memorias de ambos, Two
Lucky People (1998). La leyenda sostiene que
Milton Friedman nunca perdía un debate, excepto
con Rose. Verdad o no, lo cierto es que Milton
Friedman y Rose fueron siempre muy unidos y el
respetaba absolutamente la opinión de ella. Rose
Friedman murió en Davis, California en agosto de
2009.
Los Friedman, hijos de familias que habían huido
a Occidente en búsqueda de una libertad amenazada
en sus países de origen y testigos de la tendencia
del Estado occidental a crecer en forma desmedida,
se sintieron crecientemente llamados a actuar en la
cosa pública para defender la libertad individual.
Para Milton Friedman el proceso se inició cuando
–invitado por von Hayek y Allais- participó como
fundador, junto a pensadores tan destacados como
Euken, Knight, Popper, Robbins, Roepke, Stigler
y von Mises, en la primera reunión de la Sociedad
Mont Pelerin en Suiza en 1947. Los convocantes,
partidarios de una sociedad libre y profundamente
preocupados por el avance –entonces- de las ideas
socialistas en el mundo, invitaron a sus colegas a
participar activamente en la formulación y difusión
19
20. Terapia Liberal
de las virtudes de la libertad de expresión, de
las economías de mercado libre, y de los valores
políticos de una sociedad abierta. Friedman presidió
la Sociedad Mont Pelerin a comienzos de los años
1970 y su activo rol dentro de ella desde sus inicios
simboliza al otro Friedman, distinto al destacado
científico, el luchador por la libertad individual para
lograr una vida mejor para todos.
En los años 1960 Milton Friedman aceptó ser el
asesor económico del candidato republicano Barry
Goldwater, que no resultó ser elegido. En 1966
inició sus columnas quincenales en Newsweek, un
conocido semanario en los EE.UU. En 1968 fue
uno de los asesores de Richard Nixon, que si resultó
elegido, y finalmente fue un activo asesor de Ronald
Reagan. No obstante, más influyente que lo anterior
porque tuvieron un importante impacto sobre la
opinión pública, fueron los trabajos ya citados con
Rose Friedman, entre los que se destaca la serie de
televisión y el libro Libertad de Elegir.
Las influencias ideológicas en Libertad de Elegir
En Capitalismo y Libertad (1962) Milton Friedman
analiza el rol del capitalismo en un régimen liberal
clásico. Se trata de un libro teórico, que concluye
que la libertad económica es una pre-condición
para la libertad política. Sostiene que comúnmente
el mercado libre es útil además para promover un
mayor bienestar material para todos los ciudadanos
que aquél obtenible bajo un régimen socialista. A
pesar del nivel y la abstracción del análisis, el libro
se tradujo a 18 idiomas y ha vendido más de 500 mil
copias. El libro tuvo un gran impacto en las élites
intelectuales, pero no llegó a las masas populares.
En 1977 John Kenneth Galbraith lanzó, con
gran éxito, Age of Uncertainty, un libro y también
una serie de televisión, en que predomina un ideal
social-demócrata. El resultado de este experimento
de comunicación masiva de conceptos complejos
desafió a Milton Friedman a hacer lo mismo, pero
20
21. Milton y Rose Friedman
para exponer las virtudes de una organización
socio-política liberal clásica. La serie de televisión
resultante, Libertad de Elegir, superó todas las
expectativas de audiencia y se han vendido millones
de copias del libro, que se ha transformado en un
clásico sobre economía, libertad y la relación entre
ambos.
Libertad de Elegir, lo señalan los propios
Friedman, tiene dos vertientes ideológicas: La
riqueza de las naciones de Adam Smith y la
Declaración de Independencia de los EE.UU. de
Thomas Jefferson. Adam Smith, nos dicen los
autores de Libertad de Elegir, analizó “el modo
en que un sistema de mercado podía combinar la
libertad de los individuos para lograr sus propios
objetivos con la amplia cooperación y colaboración
necesarias en el campo de la economía...”8 y
descubrió que “todo intercambio voluntario genera
beneficios para las dos partes”, siendo innecesaria “la
coerción o la violación de la libertad para conseguir
la cooperación…”. Agrega Smith que: “Al perseguir
sus propios intereses, el individuo promueve a
menudo los de la sociedad de un modo más efectivo
que cuando intenta directamente promoverlos”. Es
ni más ni menos la famosa mano invisible.
Thomas Jefferson, por su parte y según los
Friedman, declaró “…que todos los hombres han
sido creados iguales, que su creador les ha dotado
de ciertos derechos inalienables; que entre estos se
encuentra la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad”9. Agregan los Friedman, apoyados en las
conclusiones de Capitalismo y Libertad, “La libertad
económica es un requisito esencial de la libertad
política. Al permitir que las personas cooperen
entre si sin la coacción de un centro decisorio, la
económica reduce el área sobre la que se ejerce el
poder político. Además, al descentralizar el poder
económico, el sistema de mercado compensa
cualquier concentración de poder político que pudiera
producirse. La combinación de poder político y
21
22. Terapia Liberal
económico en las mismas manos es una fórmula
segura para llegar a la tiranía”10. Es un dato que la
libertad política acompañada de libertad económica
ha producido los países más libres y prósperos del
planeta. En Chile, por cierto, esa combinación
también ha demostrado ser exitosa11.
El contenido de Libertad de Elegir12
En Libertad de Elegir los Friedman describen
convincentemente como, después de la Gran
Depresión y en Occidente, la libertad individual fue
menoscabada y la prosperidad afectada con respecto
a lo que sucedía en el siglo XIX, por la explosión de
leyes, regulaciones, superintendencias, y tributación.
Lo hacen describiendo casos concretos recogidos
principalmente de EE.UU. pero también de varios
otros países desarrollados y en desarrollo. En efecto,
para la versión en TV –que fue la original- viajaron
extensamente. Analizado cada caso, los Friedman
proponen también medidas concretas para resolverlo.
El uso de ejemplos de la vida real le da gran agilidad
a la narración y la hace cercana a los lectores.
El libro se inicia con un capítulo titulado El Poder
del Mercado describiendo el rol del mercado y del
Estado en una economía. Se refiere a la cooperación
voluntaria, la formación de precios –hay que recordar
que sin mercado no hay precios que entreguen
información para asignar recursos-, y el papel crucial
de los incentivos. El Estado, nos dicen los autores
basados en una cita de Adam Smith, en una sociedad
libre tiene importantes pero limitadas funciones: la
de proteger a los ciudadanos de la coacción física
venga ella del exterior o del interior del país, la de
administrar justicia, y finalmente la de proveer bienes
públicos (aquellos que no son rivales con otros en
la oferta y/o no es posible excluir a nadie de su
consumo). Los autores resaltan que estas funciones
se pueden interpretar en forma estricta –como lo hizo
22
23. Milton y Rose Friedman
Hong-Kong por ejemplo-, o en forma amplia, como
lo hacen la mayoría de los países de Europa. Se
inclinan, por supuesto, por la primera interpretación
y resaltan en base a ejemplos tomados de la realidad
como el sector privado tiende a suplir espontánea y
eficientemente la mayor parte de las funciones que
realizaban los Estados ineficientemente.
En un segundo capítulo fascinante, los autores se
refieren a lo que llaman La Tiranía de los Controles.
Describen las ventajas del comercio (libre) y
comparan dos experiencias históricas, la de la India
y la de Japón para ilustrar el poder del comercio
para generar riqueza. Luego amplían el debate a
la libertad económica y finalmente a la libertad
humana. Concluyen que “…la libertad es un todo,
que cualquier cosa que la reduce en una parte de
nuestras vidas puede afectarla en otras partes”13. Con
todo reconocen que la libertad no puede ser absoluta
porque vivimos en una sociedad interdependiente”,
pero que “…hemos ido mucho más lejos y que “Hoy
la necesidad urgente estriba en eliminar barreras, no
en aumentarlas”.
En el siguiente capítulo, Anatomía de una
Crisis, los autores postulan que la Gran Depresión
afectó profundamente la forma en que el ciudadano
común y corriente percibía el sistema económico
entonces existente. De allí en adelante favorecería
la intervención del Estado en la economía como
necesaria para darle estabilidad al sistema. Además
considerarían a la política fiscal -la receta propuesta
por John Maynard Keynes para salir de la crisiscomo más efectiva que la política monetaria para
lograr la ansiada estabilidad. Los Friedman sostienen
–basados en gran parte en las investigaciones
de Milton Friedman- que tanto la percepción
mencionada, como la receta, intervención estatal,
son erradas.
23
24. Terapia Liberal
En el capítulo 4, De La Cuna A La Tumba, los
Friedman describen como los ciudadanos de EE.UU.
pasaron en los 1930 “de creer en la responsabilidad
individual, el laissez faire y un Estado limitado
y descentralizado, a defender la responsabilidad
colectiva y la existencia de una Administración
centralizada y poderosa”14. Surge el Estado de
bienestar –que pretende proteger a los ciudadanos a
lo largo de todas sus vidas y los Friedman se refieren
a sus manifestaciones en materia de seguridad
social, asistencia pública, vivienda, y salud, como
también a sus consecuencias, que juzgan negativas.
Luego de resaltar que el problema fundamental de
los programas de bienestar es que los ciudadanos
tienden a apoyar el uso de recursos de terceros
para beneficios propios, proponen un sistema de
tributación progresivo negativo para reemplazarlos.
El capítulo 5 es complementario con el anterior.
En Creados Iguales los autores analizan el concepto
de igualdad.
Distinguen igualdad ante Dios,
igualdad de oportunidades e igualdad de resultados,
el concepto dominante en EE.UU. en la época en
que se escribió el libro. Concluyen que “el uso de
la fuerza para lograr la igualdad destruirá la libertad,
y la fuerza, introducida con buenas intenciones,
acabará en manos de personas que la emplearán en
pro de sus propios intereses”15. En cambio, agregan,
“por otra parte, una sociedad que ponga en primer
lugar la libertad acabará teniendo, como afortunados
subproductos, mayor libertad y mayor igualdad”16.
El siguiente capítulo, ¿Qué Falla En Nuestras
Escuelas? analiza el sistema educacional de los
EE.UU., resalta sus problemas (relativamente caro y
de menor calidad que la posible a nivel primario y
secundario), y propone –un viejo conocido nuestro
en Chile- el famoso esquema de “vouchers”, para
financiar la educación primaria y secundaria y un
sistema de créditos para la educación superior.
24
25. Milton y Rose Friedman
En ¿Quién Protege Al Consumidor? y en ¿Quién
Protege al Trabajador? El libro describe y critica
el rol de las instituciones estatales orientadas a
proteger a los consumidores y al medio ambiente,
y el de los sindicatos, respectivamente. Muestran
como el mercado responde a fallas de información
sin necesidad de injerencia estatal, describen las
nefastas consecuencias de la era de la prohibición
del consumo del alcohol en los EE.UU., y destacan
como los sindicatos -si es que logran mejorar las
condiciones de trabajo de sus asociados- empeoran
aquellas de los trabajadores no-sindicalizados.
Valoran las mejoras salariales que se generan en
ganancias de productividad, que son aquellas que no
se consiguen a expensas de otros, como las únicas
deseables socialmente.
En el capítulo nueve, El Remedio A La Inflación,
los autores de Libertad de Elegir vuelven a la macroeconomía. Es el único capítulo en que se usan gráficos,
en este caso para mostrar la estrecha relación que hay
entre la cantidad de dinero y las variaciones de los
precios e ilustrar la tesis de Milton Friedman de que la
inflación es siempre un fenómeno monetario. En esos
años EE.UU. sufría de una inflación relativamente
elevada y Friedman la atribuye en último término
a los significativos aumentos del gasto público, la
política de pleno empleo que se estaba aplicando, y a
una errada política monetaria de la Reserva Federal,
que permitió que los dos fenómenos anteriores
se tradujeran en aumentos de precios. Sostienen
que la única manera de eliminar la inflación es
controlando los aumentos de la cantidad de dinero
y que durante el período de reducción de la inflación
se producen efectos secundarios desagradables, que
son –sostienen- inevitables. No obstante, agregan,
la dicotomía inflación o desempleo es falsa. “La
alternativa real consiste sólo en si nos enfrentamos
a un desempleo más elevado como consecuencia de
unos precios más altos o debido a un efecto temporal
secundario para eliminar la inflación”17.
25
26. Terapia Liberal
Finalmente, en Las Cosas Están Cambiando,
capítulo más conceptual que los anteriores y por lo
tanto inexistente en video, los Friedman desarrollan
la economía política del auge del intervencionismo
estatal y señalan que estaría comenzando una
reacción. Se refieren entre otros indicios de lo último
a la elección de Margaret Thatcher en Inglaterra en
1979, a la derrota de los social-demócratas en Suecia
en 1976, después de cuatro décadas en el poder, y
a la revuelta fiscal en California al aprobarse la
“Proposición Nº13”18. Explican como pequeños
grupos organizados pueden obtener beneficios muy
importantes para ellos cuando los que pagan esos
beneficios o pierden con su otorgamiento son muchos,
de modo que cada uno de los últimos paga o pierde
un monto insignificante. Sin embargo, el impacto
agregado de muchas situaciones similares puede
ser muy significativo y eventualmente produce una
reacción, como aquella que se empezó a producir en
el mundo hacia fines del siglo pasado. Los Friedman
terminan el libro con una nota optimista, válida en
países democráticos: “Afortunadamente, también,
como pueblo tenemos todavía la libertad de elegir
qué camino debemos tomar; continuar a lo largo de
la senda que hemos estado siguiendo hacia un estado
cada vez más poderoso, o detenernos y cambiar de
dirección”19.
Conclusiones
El mundo ha cambiado mucho desde los años 1970,
época en que los Friedman escribieron Libertad de
Elegir. La guerra fría ha terminado y el muro de
Berlín se ha derrumbado. El estado de bienestar
en los países de Europa Occidental ha entrado en
crisis y los países de Europa del Este han adoptado
regímenes democráticos y economías de mercado.
China e India están liberalizando sus economías y
en la mayoría de los demás países en desarrollo ha
sucedido lo mismo. No cabe duda que el espacio de
libertad individual ha aumentado significativamente
en prácticamente todas las regiones del mundo.
26
27. Milton y Rose Friedman
Es difícil, si no imposible, evaluar el aporte que
hicieron Milton y Rose Friedman al proceso de
expansión de la libertad individual mencionado. No
obstante, la existencia de sus ideas, reseñadas acá
y tan brillantemente expuestas por ellos, hicieron
posible que en momentos de crisis los pueblos
optaran por esas ideas en vez de aquellas de otros
para reorganizar sus sociedades.
Sin embargo estamos lejos del ideal implícito
en el libro de los esposos Friedman y el peligro de
volver atrás está siempre presente. Es por eso que
invito a todos a leer y si ya lo han hecho, a re-leer,
Libertad de Elegir. Aseguro que no lo lamentarán.
Bibliografía
Friedman, Milton y Rose (1992), Libertad de Elegir,
Hacia un nuevo liberalismo económico, Grijalbo,
1992.
Lüders, Rolf (2007), “Crecimiento Económico de
Chile: Lecciones de la Historia”, Administración y
Economía, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Referencia:
Milton & Rose Friedman, Free to choose. A personal
statement. Penguin, EEUU, 1980. Edición en
español, Libertad de elegir. Grijalbo, Madrid, 1992.
Rolf Lüders Schwarzenberg
Profesor
Pontificia Universidad Católica de Chile
27
28. Terapia Liberal
5 Esta reseña está basada en la segunda edición de Libertad de
Elegir publicada por Grijalbo, en 1992.
6 Milton Friedman distinguía muy claramente entre el análisis
“positivo” (lo que es y no se puede refutar) y el “normativo” (lo
que deseamos que sea). El subtítulo pretende advertir a los lectores que el libro no es científico-profesional, sino una toma de
posición de los autores frente a los grandes principios que guían
las organizaciones sociales.
7 Aaron Director, hermano de Rose Friedman, también fue profesor de la Universidad de Chicago, pero en la Facultad de Derecho.
8 Ésta y las demás citas de este párrafo son de Milton y Rose
Friedman (1980).
9 Milton y Rose Friedman (1980).
10 Ibíd.
11 Lüders (2007)
12 La versión original, publicada en inglés como Free to Choose,
tuvo 297 páginas y 10 capítulos. La de Libertad de Elegir utilizada
para esta reseña, segunda edición de Grijalbo, también tiene 10
capítulos, pero 434 páginas. Tanto las nuevas ediciones del libro,
como aquellas de las series de televisión, sufrieron variaciones
con respecto a las originales, pero no alteraron en absoluto la
esencia del contenido o su forma.
13 Milton y Rose Friedman (1980).
14 Ibíd.
15 Ibíd.
16 Ibíd.
17 Ibíd.
18 Hacia fines de los años 1980 tuve ocasión de visitar a los
Friedman en el precioso departamento que tenían en el último piso
de un moderno edificio cerca de la bahía, en San Francisco, California. Reagan estaba en el poder en los EE.UU., en Europa los
social-demócratas habían perdido varias elecciones, China e India
se estaban liberalizando económicamente, y en América Latina el
llamado neo-liberalismo se estaba generalizando. Le expresé a
Milton Friedman que sus escritos, videos y conferencias parecían
haber permeado al mundo y que finalmente las ideas liberales (clásicas) parecían estar imponiéndose. Me contestó que de ningún
modo, que en una perspectiva más larga, de siglos, grados importantes de libertad individual solo predominaron en unas pocas
sociedades y por períodos muy cortos. Por eso el no daba ganada
en absoluto la batalla.
19 Milton y Rose Friedman (1980).
28
29. Henry Hazlitt
HENRY HAZLITT
LA ECONOMÍA EN UNA LECCIÓN
La notable sencillez de la economía
En esta nota me quiero referir telegráficamente al
magistral y sencillo trabajo de Henry Hazlitt titulado
La economía en una lección publicado originalmente
en inglés en 1946 y reeditado decenas de veces en
múltiples idiomas (las últimas en castellano están
a cargo de Unión Editorial de Madrid, distribuida
ampliamente en el mundo hispanoparlante).
El autor agradece la influencia bienechora que
sobre él han tenido autores como Bastiat, Wicksteed
y von Mises. Este último pensador fue el pionero
en mostrar que la economía no se circunscribe a lo
crematístico sino que abarca toda la acción humana
conectando con aspectos éticos, epistemológicos
y jurídicos de un radio muy extenso y humanista,
en contraste con lo que suele enseñarse en muchas
universidades contemporáneas.
En el texto que ahora consideramos se abordan
muy diferentes temas que giran en torno a
problemas económicos cotidianos, todos escritos
de modo sumamente ameno y, al mismo tiempo,
penetrante. Siempre dejan pensando al lector, a
quien invariablemente se le abren nuevos horizontes
y perspectivas luego de leer este libro corto pero de
largos alcances y gran calado.
Todo gira en torno a una lección central: mirar
“lo que se ve y lo que no se ve” al efecto de poder
apreciar las consecuencias de cualquier política. Se
29
30. Terapia Liberal
ve un edificio estatal lleno de mármoles y espejos
relucientes, pero lo que no se ve son las personas
sufrientes que no pueden adquirir lo que necesitan
debido a las cargas fiscales que succionaron sus
recursos para la construcción y operación del edificio
de marras y así sucesivamente.
El autor abre su trabajo con un capítulo titulado
“Los beneficios de la destrucción” en el que muestra
las falacias escondidas tras la afirmación apresurada
de que la rotura del vidrio de un negocio generará
trabajo al vidriero, el que con sus ingresos adicionales
podría comprarle un traje al sastre generando un
círculo virtuoso que activaría la economía. Todo esto
sin percatarse de que si la rotura no hubiera sucedido,
el dueño del local, además de contar en su activo
con un vidrio sano para su escaparate, contaría con
los recursos que tuvo que destinar a la mencionada
reparación. Con esos recursos disponibles podría
haber comprado un traje nuevo o ahorrarlos para
inversiones adicionales.
Asimismo, muestra de modo muy didáctico que
en un mercado libre de restricciones no hay tal cosa
como desempleo. Si los recursos son escasos y las
necesidades son ilimitadas, el recurso por excelencia
es el factor laboral sea manual o intelectual puesto
que no se concibe la producción de ningún bien
ni la prestación de ningún servicio sin el concurso
del trabajo. La tragedia del desempleo se genera
debido a las mal llamadas “conquistas sociales”, por
ejemplo, el salario mínimo que expulsa del mercado
a los que más necesitan trabajar al colocarlos por
sobre el salario que permite la tasa de capitalización.
Eso último es lo que determina salarios e ingresos en
términos reales y no los decretos voluntaristas por
más bienintencionados que sean.
Se detiene a considerar cómo el crédito estatal
perturba la producción ya que la constitución misma
de un banco gubernamental significa alterar las
prioridades en la asignación de recursos de la gente
30
31. Henry Hazlitt
y, por tanto, conduce al empobrecimiento. El crédito
estatal, es decir, el manejo coactivo de los factores
productivos disponibles inexorablemente desvía el
fruto del trabajo ajeno a tareas y campos que la gente
libremente hubiera destinado de otra manera.
También enfatiza que las obras públicas no
incrementan el empleo sino que desvían trabajo de
áreas productivas. Añade que los aranceles aduaneros
elevan artificialmente los costos reduciendo el nivel
de vida en provecho de malos empresarios que
sacan partida del privilegio de contar con mercados
cautivos.
Le destina un espacio considerable a discutir
temas monetarios desentrañando tantos mitos que
rodean estos asuntos que aparecen complicados pero
que en definitiva son cuestiones de sentido común.
En este contexto se suele definir la inflación como
“el aumento general de precios” lo cual revela dos
errores garrafales. En primer término, la inflación
es la expansión exógena de dinero y su efecto se
traduce en la distorsión en los precios relativos (no
aumentos generales), lo cual malguía a los operadores
económicos, lo que, a su turno, significa derroche de
capital y, consecuentemente, empobrecimiento.
Otro tópico predilecto del autor es el ataque a la
máquina y a la productividad como enemigos del
trabajo. Ya hemos hecho alusión a las reflexiones
de Hazlitt sobre el desempleo, pero esta sección
la destina a demostrar cómo los incrementos en la
productividad liberan trabajo para ser empleado
en áreas nuevas que hasta el momento no podían
encararse debido, precisamente, a que el trabajo
disponible estaba esterilizado en otros campos. En
este mismo contexto, este maestro de la pluma y de
los ejemplos sencillos y contundentes, se refiere al rol
de los sindicatos y los enormes perjuicios que crean
cuando se constituyen en base a la obligatoriedad de
la afiliación (sea de jure o de facto).
31
32. Terapia Liberal
No deja de costado el tema de nuestro tiempo,
cual es la redistribución de ingresos en sus diversos
matices y formas. En realidad “redistribuir” significa
volver a distribuir por la fuerza gubernamental lo que
el mercado ya distribuyó pacífica y voluntariamente.
Este capítulo está íntimamente vinculado a la manía
del igualitarismo que siempre conducen a dos
efectos centrales: los que se encuentran por encima
de la marca igualitaria tenderán a no producir en
la medida en que perciban que serán expoliados
por la diferencia y quienes se encuentren debajo
de la marca esperarán infructuosamente que se los
redistribuya, lo cual no se producirá debido a que lo
primero genera incentivos perversos.
Personalmente conocí a Hazlitt cuando mi padre
lo invitó a pronunciar conferencias en Buenos Aires
en 1967 y, al año siguiente, asistí a su curso como
parte de los seminarios para los que obtuve una
beca patrocinada por la Foundation for Economic
Education de New York. Recuerdo en esa época
los frecuentes comentarios en muy diversos medios
de los célebres artículos de Hazlitt publicados
semanalmente en Newsweek y, periódicamente, en el
Wall Street Journal. No tiene desperdicio su libro en
el que critica línea por línea la obra más conocida de
Keynes, ensayo meduloso y exhaustivo que lleva por
título Los errores de la nueva ciencia económica.
Tengo muy presente una discusión que se suscitó
en un almuerzo al que fui invitado en casa de
Sylvester Petro -entonces profesor en la Universidad
de New York- junto a Ludwig von Mises que dictaba
su último año lectivo también en NYU, el presidente
de FEE, Leonard Read, Murray Rothbard, en ese
momento profesor en el Instituto Politécnico de
New York, y Henry Hazlitt. El jugoso intercambio
de ideas se concentró en lo que hoy diríamos es el
“Dilema del Prisionero” en el contexto de la misma
existencia del Leviatán. De más está decir que, en
semejantes circunstancias, cuando yo apenas estaba
trabajando en lo que iba a ser mi primer doctorado,
32
33. Henry Hazlitt
no interviene en ese duelo de gigantes intelectuales
por miedo a hacer el ridículo.
Referencia:
Henry Hazlitt, Economics in one lesson. Harper
& Brothers, EEUU, 1946. Edición en español La
economía en una lección. Unión Editorial, Madrid,
2011 (7º ed.)
Alberto Benegas-Lynch (h)
Miembro Academic Board
Fundación para el Progreso(Chile)
33
35. Ludwig von Mises
LUDWIG VON MISES
LA MENTALIDAD ANTICAPITALISTA
En más de alguna oportunidad, Milton Friedman se
mostró perplejo por el hecho de que, a pesar de la
irrefutable evidencia, millones de personas, políticos
e intelectuales preferían el socialismo por sobre el
capitalismo. ¿Cómo era posible que incluso luego del
colapso del socialismo soviético, prácticamente en
todo occidente los estados siguieran creciendo como
si nada hubiera pasado? Estas son preguntas que
sin duda han ocupado la reflexión de todos quienes
aspiran a mantener un orden social basado en la
libertad personal. Tal vez no exista una aproximación
más aguda y al mismo tiempo más sistemática a esta
problemática que la que Ludwig von Mises ofreciera
en su libro La mentalidad anticapitalista. En un estilo
directo y a ratos brutal, Mises explica las causas
sicológicas de la difamación del capitalismo, el rol
que juega la filosofía social del hombre común en
su imagen, la función de la literatura en convertirlo
en villano y las objeciones no económicas al que ha
probado ser el sistema más exitoso de la historia de
la humanidad.
Causas sicológicas de la mentalidad anticapitalista
Lo primero que Mises se encarga de explicar es
que el capitalismo es un sistema de producción en
masa para el consumo de las masas. Esto significa
que el capitalismo, al hacer cada vez más accesibles
más productos a más personas, cumple un rol de
“desproletarización” de las masas elevándolas a la
categoría de burguesía o clase media. En este orden
de cosas, los empresarios son los servidores de
35
36. Terapia Liberal
las masas: están obligados a producir lo que estas
quieren consumir y a los precios que estas están
dispuestas a pagar. Como consecuencia, señala
Mises: “el control de los medios materiales de
producción es una función social que depende de la
confirmación o revocación de los consumidores, que
son los soberanos”.
De este modo, el estatus en una sociedad
capitalista depende de satisfacer las necesidades y
deseos ajenos de manera eficiente. En otras palabras,
de realizar un servicio a los miembros de la sociedad
aumentando su calidad de vida. Así, el capitalismo
es el único sistema en que la riqueza de unos es
función del beneficio de otros que libremente han
decidido elevar a un grupo por sobre el resto. Mises
contrapone esta “democracia del mercado” con el
sistema aristocrático: “la riqueza de un aristócrata ...
no se deriva de abastecer a los consumidores y no
puede ser afectada por ninguna acción de parte del
público”. El empresario capitalista en cambio “debe
su riqueza a las personas que apoyan su negocio”... y
la pierde “inevitablemente tan pronto otros hombres
los suplanten sirviendo a los consumidores de manera
más barata o mejor”. Mises explica aquí uno de los
factores esenciales, no solo para entender por qué el
capitalismo es el sistema más exitoso de la historia
humana, sino también el más justo y democrático.
Y la razón es que quienes gozan de estatus en
la sociedad capitalista, esto es, los ricos, lo son
porque han beneficiado al prójimo -consumidorestanto o más que a sí mismos y deben beneficiarlo
permanentemente si no quieren perder esa posición.
La desigualdad es así función del beneficio social
y su combate por medio de la coerción estatal no
solo agrede la libertad de elegir de las personas que
optan por consumir una cosa en lugar de otra, sino
que además destruye los mecanismos que permiten
elevar a la población a una mejor calidad de vida. En
ese contexto, Mises añade que el mercado no premia
a aquellos con “méritos” según un determinado
estándar absoluto de justicia, como desean los
36
37. Ludwig von Mises
críticos del capitalismo, sino a quienes muestran
eficiencia en la satisfacción de los deseos ajenos.
La frustración que genera el capitalismo, dice
Mises, es que estas posiciones aventajadas se
encuentran abiertas para todos pero solo unos pocos
logran conseguirlas. Mises sostiene: “la autoestima y
equilibrio de todos es minada por el espectáculo de
aquellos que han probado tener mayores habilidades
y capacidades”. De este modo, en el capitalismo
“todos son conscientes de su propia derrota e
insuficiencia”. Luego Mises agrega una reflexión
esencial para entender la mentalidad anti capitalista:
“para consolarse a sí mismo -quien ha fracasadobuscan un chivo expiatorio persuadiéndose de
que ha fracasado, no por su propia culpa” sino
porque “el orden social no otorga los premios de
acuerdo a los méritos, premiando a los deshonestos,
inescrupulosos y explotadores individualistas”. Todo
ese resentimiento y envidia explica Mises, más que
dirigirse a personas de carne y hueso, con los que
el hombre común no comparte por pertenecer a
un distinto círculo social, es dirigido en contra de
abstracciones como “capitalismo”, “empresas” o
“management”.
En el caso de los profesionales educados, estos
detestan el capitalismo según Mises porque ha
otorgado a otros la posición que ellos mismos
desearían tener. Estos ven cómo sus amigos o
compañeros de curso han logrado llegar a la cima
mientras ellos han fracasado en el intento. La envidia
y el resentimiento resultante no se expresa como un
ataque a quienes han tenido éxito, pues manifestarse
abiertamente en contra de una persona en particular
por su éxito conlleva costos, sino nuevamente en
contra del sistema capitalista que permite que esto
ocurra.
37
38. Terapia Liberal
La filosofía social del hombre común
El segundo capítulo Mises lo dedica a analizar
la filosofía social del hombre común. Según el
economista vienés, este tiende a pensar que el
progreso es inevitable. Cree que el avance de las
ciencias y la tecnología tiene una dinámica propia
que explica el aumento de la calidad de vida de las
poblaciones. El marxismo, según Mises, obtuvo tanta
aprobación porque adoptó esta visión popular sobre
el progreso, la cual, por cierto, es totalmente falsa.
Como explica Mises, ningún avance tecnológico
puede existir si antes no se ha acumulado, mediante
el ahorro, el capital necesario para desarrollarlo. Y
para ello la propiedad privada y un conjunto de ideas
favorables a un marco institucional que permita el
funcionamiento del mercado, son imprescindibles. En
ese contexto, el reclamo de que las grandes empresas
son las más explotadoras implica ignorar el hecho
de que estas son precisamente las que hacen llegar a
las masas los beneficios de los avances tecnológicos
que antes eran patrimonio de una minoría. En
efecto, el hecho de contar con minorías adineradas
que puedan “gastarse el lujo” de comprar nuevas
invenciones a las que las mayorías no tienen acceso,
permite abrir el mercado para su posterior desarrollo
y producción en masa. No hay casi ningún invento
que hoy consideremos necesario para nuestras
vidas que no haya sido en el pasado disfrutado de
manera exclusiva por una minoría de mayores
recursos. Automóviles, celulares, computadores,
refrigeradores, televisores y muchos más, fueron
productos que en un principio solo personas ricas
podían tener. Entonces eran considerados lujos, hoy
son necesidades al alcance de cualquiera gracias
a la producción en masa que permiten las grandes
empresas. De acuerdo a Mises entonces, nada
puede ser más falso que el argumento según el cual
el capitalismo es un sistema de explotación que
beneficia solo a una minoría mientras el socialismo
vela por el bienestar de las mayorías. La verdad dice
Mises, es que “las personas no quieren socialismo
38
39. Ludwig von Mises
porque sepan que mejorará sus condiciones de vida
y no rechazan el capitalismo porque sepan que
perjudica sus intereses. Las personas son socialistas
porque creen que el socialismo mejorará sus
condiciones y porque creen que el capitalismo los
perjudica. Son socialistas porque están enceguecidos
por envidia e ignorancia”.
Literatura y capitalismo
En el tercer capítulo Mises analiza el mercado literario
y su relación con el capitalismo. Lo más interesante
de este capítulo es la observación de Mises de que
la ideología dominante entre líderes de opinión es
aquella según la cual la pobreza es el resultado de
instituciones sociales injustas. Para esta visión, el
capitalismo solo sirve a intereses individuales de
explotadores y la solución es más Estado. Quienes
promueven estas ideas, observa Mises, se hacen
llamar progresistas precisamente porque creen estar
realizando metas deseables de acuerdo a las leyes
inexorables del progreso. Mises destaca que el
principal ataque de los progresistas al capitalismo
consiste en atribuirle crisis y depresiones periódicas.
Ante ello Mises responde que la ciencia económica
ha probado que estas son causadas por intervenciones
del Estado - en particular manipulaciones monetarias
de los bancos centrales- algo que los progresistas
ocultan a la gente, especialmente a los estudiantes
universitarios.
Otro aspecto interesante de este capítulo lo
constituye la forma en que el capitalismo es
retratado en novelas y obras de teatro, el que suele
ser presentado como un sistema que hace a las
masas sufrir las peores miserias. La respuesta de
Mises es simple: “(estos autores) no se dan cuenta
de que las circunstancias chocantes que describen
son el resultado de la ausencia de capitalismo,
son los remanentes del pasado precapitalista o el
efecto de políticas que sabotean el capitalismo.
Ellos no entienden que el capitalismo, al engendrar
39
40. Terapia Liberal
producción a gran escala para el consumo masivo, es
esencialmente un sistema que elimina las penurias
tanto como es posible”.
Las objeciones no económicas al capitalismo
En el cuarto capítulo, Mises trata algunas críticas
clásicas al capitalismo. La primera de ellas, que ha
vuelto a ponerse de moda, es el argumento de que
la posesión de bienes materiales no hace feliz a
las personas. Mises concuerda, pero añade que los
seres humanos no luchamos por obtener la felicidad
perfecta sino por remover cuanto sea posible las
incomodidades que nos aquejan de modo de ser un
poco más felices que antes. Así, una persona que
compra un televisor lo hace porque cree que poseerlo
incrementará en algo su bienestar, de lo contrario no
lo compraría.
Una segunda crítica sostiene que el capitalismo es
materialista. Se le culpa de distraer a las personas
de perseguir fines más nobles y de no mantener una
cultura más refinada. Mises ofrece una respuesta
demoledora: la riqueza de los empresarios bajo el
capitalismo es inmensamente inferior a aquella que
poseían los reyes y príncipes antes del capitalismo.
Nadie es tan rico dice Mises, como para construir el
palacio de Versalles o el Escorial. Los capitalistas no
son déspotas capaces de ordenar proyectos faraónicos
financiados con dinero arrebatado al pueblo. Y en
cuanto a los grandes artistas Mises señala que estos
siempre han sido venerados por grupos pequeños. De
este modo, no se trata de que el capitalismo se defina
por el mal gusto de las masas, sino que estas masas,
gracias al capitalismo, pueden consumir literatura,
música, arte, etc. De ahí que otro tipo de géneros se
produzca a gran escala y que no necesariamente se
ajuste a las valoraciones estéticas de una élite.
Finalmente, suele criticarse al capitalismo por ser
un sistema supuestamente “injusto”. Mises advierte
que los detractores más apasionados y peligrosos del
40
41. Ludwig von Mises
capitalismo son aquellos que adhieren a esta crítica.
Esta crítica se basa en una fantasía que consiste en
creer que las personas tienen un “derecho” a bienes
materiales, idea fundada a su vez en el mito según
el cual la naturaleza ha puesto suficiente para todos
sobre la tierra y que si unos tienen más y otros menos
es porque ha habido abuso de los primeros. Contra
este mito Mises sostiene que la naturaleza ha limitado
la provisión de todo aquello que necesitamos para
mejorar nuestras vidas. De hecho, la supervivencia
del hombre es el resultado de la aplicación de sus
talentos y habilidades para preservarla. Así, es una
“tontería” dice Mises ocuparse por la redistribución
de riqueza que no está dada en lugar de promover
lo más posible las instituciones que permiten la
producción de aquellas cosas que las personas
necesitan. Y esas instituciones son las que garantizan
la libertad, la cooperación social y la división del
trabajo, es decir, los fundamentos del capitalismo.
He ahí, explica Mises, la fórmula que permitió a
Occidente alcanzar su posición predominante en el
mundo.
Referencia:
Ludwig von Mises, The anti-capitalistic mentality.
Ed. Van Nostrad Company, EEUU, 1956. Edición
en español, La mentalidad anti capitalista. Unión
Editorial, Madrid, 2011 (7º edición).
Axel Kaiser
Director Ejecutivo
Fundación para el Progreso (Chile)
41
43. Carlos Rangel
Carlos Rangel
Del Buen Salvaje al Buen
Revolucionario
La supervivencia y perduración del interés, luego
de muchos años, por un texto de crítica y denuncia
puede ser frustrante. Si El Manual del Perfecto
Idiota Latinoamericano (1996) apenas requiere
actualizar un puñado de nombres y fechas para
sentirlo como escrito ayer, es porque los problemas
que denunció siguen tan saludables e irritantes como
cuando se publicó; populismo, demagogia, vocación
revolucionaria y hostilidad hacia la libertad, entre
otros vicios minuciosa y sarcásticamente descritos
en la obra, aún disponen de las vidas de millones de
latinoamericanos.
Plinio Apuleyo, Carlos Alberto Montaner y
Álvaro Vargas Llosa, sus autores, deben mucho
a un caraqueño que en 1976, hoy hace 36 años,
les antecedió en la carga contra las miserias de la
política latinoamericana escribiendo un ensayo
de magistral tino interpretativo, casi profético. Su
nombre es Carlos Rangel20 y a su escrito lo tituló Del
Buen Salvaje al Buen Revolucionario.
El Libro: Tema y Tesis
El texto de Rangel, publicado en varias ediciones21,
se divide en once capítulos: Del Buen Salvaje al
buen Revolucionario; Latinoamérica y los Estados
Unidos; Héroes y Traidores; Ariel y Calibán;
Latinoamérica y el Marxismo; Latinoamérica y la
Iglesia; Algunas Verdades; Algunas Verdades más y,
al final, en tres partes, Las Formas de Poder Político
en América Latina.
43
44. Terapia Liberal
Una buena cuenta de su temática y propósito la
da el francés Jean François Revel (1924 – 2006),
filósofo, escritor y atrevido polemista político, quien
prologó Del Buen Salvaje al buen Revolucionario
juzgándolo como “un libro indispensable no sólo
para la comprensión de Latinoamérica, sino de
una buena parte del mundo contemporáneo, donde
se reproducen los mismos fracasos, las mismas
impotencias, las mismas ilusiones (…) la obra
de Rangel constituye una reflexión general sobre
la discrepancia entre lo que una sociedad es y la
imagen que tiene de sí misma” (p. 21).
En efecto, Rangel, contra lo políticamente
correcto, desnuda a América Latina frente al espejo,
mostrándole la distancia insalvable que media entre
la realidad y la creencia idealizada y sufrida que tiene
sobre sí misma. La severidad de su discurso es la de
un llamado de atención sobre los complejos y las
perversiones políticas y culturales de una sociedad
que, recurriendo a mitos explicativos de la miseria y
fracaso propios, ha minado la libertad y justificado el
oprobio, el abuso y sus desaciertos haciéndose regir
por sucesivos caudillos, déspotas y populistas.
La tesis
Bajo el título Española y no Latina, Rangel introduce
el libro preguntándose qué es ser latinoamericano.
Desde mexicanos en el norte hasta argentinos y
chilenos en el sur, pasando por cubanos en el Caribe
Insular y venezolanos y colombianos a medio
camino entre los dos extremos, Rangel se refiere a
los hispanoparlantes que, aún distribuidos en un
territorio tan vasto, comparten una espiritualidad
común. Sin embargo, aún así, advierte que sigue
siendo problemático responder con precisión, no
solo porque “no estamos satisfechos con lo que
somos, pero a la vez no hemos podido ponernos de
acuerdo sobre qué somos, ni lo que queremos ser”
44
45. Carlos Rangel
(p. 29), sino porque la carga mitológica contenida en
el ideario latinoamericano es de una riqueza infinita.
Es una convergencia y síntesis de coherencias y
contradicciones, de incontables creencias, inocentes
y nocivas, del pensamiento occidental.
Un ejemplo es Simón Bolívar, el idealizado Padre
de la Patria venezolana, objeto en su tierra de sagrado
culto. Para Rangel no es el héroe decimonónico
(proto) socialista que ha encarnado en un caudillo
para hacer la revolución continental, como hoy es
moda decir, sino un hombre que terminó resignado
y sin fe en el futuro de la América que se extiende al
sur de los Estados Unidos. Es el Bolívar que vio la
Gran Colombia desmoronarse bajo los cascos de su
caballo y que pronosticó la segura caída de su sueño
como presa de las multitudes desenfrenadas, para
luego quedar a merced de las botas alternantes de
tiranuelos. Es el hombre decepcionado que ha arado
en el mar y partidario de la emigración como único
destino sensato. Es que ni los europeos se dignarían
en conquistar a una desdichada tierra capaz de volver
al caos primitivo.
Rangel se hace acompañar de este Bolívar en
su pesimismo. Y también de Carlos Fuentes, quien
sentenció que América Latina podría terminar siendo
prescindible para el imperialismo. Que si una vez
fue explotada, pronto las tecnologías conseguirían
sustituir industrialmente los recursos que, en
muchos casos constituyen su sostén económico
monoproductivo.
Así, como apoyada por el vaticinio bolivariano,
la tesis de Rangel resumen en el rotundo fracaso de
América Latina, combatido desesperadamente como
verdad con una obstinada negación complaciente
y una mitología compensatoria que alivia el dolor
como una anestesia. O acaso como una droga
alucinógena que altera la realidad y salva de culpas
inaguantables.
45
46. Terapia Liberal
El culpable en el espejo
Rangel escribió su libro cuando el contexto no le
favorecía. La señera estrella soviética brillaba y en
América Latina, por aquellos días de mediados de
los años 70, Fidel Castro representaba los deseos
y resentimientos, abiertos o solapados, de muchos
latinoamericanos que se emocionaban al verlo
desafiar al coloso del norte desde las costas cubanas.
El Che Guevara había caído fatalmente en Bolivia
en 1967, pero su espíritu se había quedado en el
mundo de los vivos, tal como hoy está estampada
por doquier la captura fotográfica de Alberto Korda.
No era cómodo - tampoco hoy lo es - aceptar
que las Américas hispana y anglosajona, como
hermanas de edades casi iguales, tuvieran
desarrollos y desempeños tan escandalosamente
dispares, apartados por la distancia entre el éxito que
evidenciaban la riqueza, el estilo de vida y los avances
tecnológicos en el norte - qué decir del gringo en la
luna, para lo cual el soviético Gagarin era una suerte
de consuelo prestado - y el fracaso del sur, patente
en el hecho de que ni los propios recursos podían ser
explotados sin las facilidades imperialistas.
Las explicaciones intelectuales no tardaron y se
popularizaron versiones de influencia decisiva en la
mentalidad latinoamericana: Las Venas Abiertas de
América Latina de Eduardo Galeano, la teoría de la
dependencia, el pensamiento cepaliano. En suma, la
América anglosajona despegó a costas de la Hispana,
vilmente explotada por la primera.
Y no fue fácil competir contra las cuestionables
tesis marxistas – leninistas en cuanto a la
dependencia, la explotación y el imperialismo.
Menos aún haciéndolo como Rangel, que sugirió
46
47. Carlos Rangel
al latinoamericano buscar al responsable de su
subdesarrollo en el espejo.
Los Personajes: El buen salvaje y el buen
revolucionario
El Buen Salvaje es el habitante impoluto de un mundo
paradisíaco, libre de maldad y corrupción, que un mal
día fue asaltado por un trío de carabelas tripuladas
por gentes perversas. Violentado, humillado y
despojado de su oro, por fuerza o mediante trueques
malintencionados - oro por espejitos -, al buen
salvaje se le extravió viciando sus hábitos, creencias
y cultura. Obviamente, no es el nativo precolombino
de Mel Gibson en su filme Apocalypto (2006).
El buen revolucionario es, podría decirse, el buen
salvaje devenido en sujeto emancipado. O es quizás su
vengador. Repudia al Cristóbal Colón que comandó,
según su versión de la historia, un genocidio y divide
a la sociedad entre mestizos, indios y negros contra
gringos, europeos y blancos. Se adentró, fusil en
mano, en las selvas latinoamericanas para combatir
el capitalismo, las oligarquías y la explotación
burguesa. Lanza arengas diarias contra los Estados
Unidos y sus lacayos, a quienes persigue con saña,
por haber succionado con sus colmillos la sangre de
las naciones ensambladas entre el Río Grande y la
Patagonia, causando su pobreza.
Y puede que el buen salvaje haya sufrido. O que
la rabia del buen revolucionario obedezca a hechos
reales. Pero, ¿tiene realmente la explicación acertada
del fracaso latinoamericano?
El Argumento
A la América Latina buensalvajista y
buenrevolucionaria nunca le ha faltado a quien
responsabilizar por su fracaso: españoles, iglesia
católica, empresas transnacionales, el Imperio
47
48. Terapia Liberal
Yankee. Pero no niega Rangel que pueda haber sido
objeto de la explotación, del uso instrumental o de
vejámenes odiosos, ya sea por potencias extranjeras
y/o elites nacionales. Lo que objeta es que se
encuentren allí las razones fundamentales de su
atraso. De hecho, Rangel contradice la convicción,
popular entre muchos académicos y políticos de
renombre, de que la prosperidad de países como
los Estados Unidos se debe a un saqueo continuo
e impúdico de las riquezas latinoamericanas. Así
que la idea de que “ellos son ricos porque nosotros
somos pobres, y viceversa” (p. 69) no le convence.
Tampoco que “es el imperialismo norteamericano
quien ha obstaculizado las transformaciones
necesarias, económicas y políticas, en los otros
países del hemisferio; y esto para empobrecerlos,
succionándoles la riqueza que ha servido al auge
económico de los Estados Unidos y que sin esa
transferencia hubiera asegurado nuestra felicidad
y prosperidad” (p. 69). Menos aún cree la versión,
en sus palabras “un poco más astuta y redondeada”,
según la cual “el subdesarrollo latinoamericano ha
sido producido por el imperialismo desde 1492 en
adelante, y que simplemente españoles, ingleses,
franceses y norteamericanos se han ido relevando
en el papel de protagonistas principales de un mismo
proceso subdesarrollante” (p. 71).
Para Rangel, el subdesarrollo de América Latina
es creación propia, gracias a males más políticos que
económicos: caudillismo, populismo, demagogia,
pisoteo de las libertades, cultura de la mediocridad.
He allí, como los llamaron Apuleyo, Montaner y
Vargas Llosa en un libro del mismo nombre, los
Fabricantes de Miseria. E incluso alude Rangel a
las creencias morales y religiosas:“Y lo más grave
de todo es que la diferencia entre las dos Américas
no es sólo de éxito económico y de poder, sino de
moralidad pública y privada” (p. 167).
48
49. Carlos Rangel
La fatal raíz de la desgracia latinoamericana
está, para Rangel, en las utopías; la mentira
autocomplaciente; la idea del Estado benefactor,
todopoderoso y único capaz de concentrar la riqueza
de manera legítima; el marxismo y su aporte a la
cultura política, que produjo eso que luego, en otro
libro, denominará El Tercermundismo (1982), la
ideología del fracaso.
Palabras Finales
Escribió Rangel que “el imperialismo norteamericano en América Latina no es, desde luego, ningún
mito. Sólo que es una consecuencia y no una causa
del poder norteamericano y de nuestra debilidad.
Hasta el despojo más inicuo, por reprobable que sea,
no excusa de buscar una explicación racional para
la fuerza del ladrón y la debilidad de su víctima”
(p. 56). Así, endosar a otros las culpas, los yerros
y los pecados propios falla el diagnóstico y aleja las
soluciones.
Hoy, el mapa político latinoamericano está
colonizado por buenos revolucionarios que
ahuyentan las posibilidades de éxito. Y aún en países
como Chile, con alto nivel comparativo de desarrollo
económico y político - institucional, abunda la
retórica buensalvajista y buenrevolucionaria. No
hay, pues, sociedad completamente inmune ni
definitivamente librada de caer en el desenfreno
populista para terminar en su propia destrucción.
Si Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario
fue, en su momento, una bofetada insolente y
sonora contra la mitología política latinoamericana,
hoy debe ser asumida como una advertencia con
antecedentes proféticos. Porque si hoy aún viviera
Rangel - parafraseando a Montaner, el hombre al que
no hicieron caso los latinoamericanos22 – tendría
todo el derecho se enrostrarnos un “se los dije”.
49
50. Terapia Liberal
Referencia:
Rangel, Carlos, Del Buen Salvaje al Buen
Revolucionario, Monte Ávila Editores, Caracas,
1976. Edición utilizada en esta reseña: Criteria,
Caracas, Venezuela, 2005.
Rafael E. Rincón – Urdaneta Z.
Profesor
Universidad Adolfo Ibáñez (Chile)
Investigador asociado Fundación para el
Progreso (Chile)
20 Carlos Rangel (Caracas, Venezuela, 1929 – 1988) fue abogado, periodista, ensayista y diplomático. Obtuvo un Bachelor of
Arts en Bard College, un Certificat d’Études en la Université de
Paris y un Masters Degree en la New York University. Dirigió
la revista Momento entre 1969 y 1970, posicionándose como
analista político de la prensa venezolana, y fue columnista del
Wall Street Journal, Time, Newsweek y Visión. En la Universidad
Central de Venezuela enseñó periodismo de opinión. Fue electo
concejal por el Distrito Federal (1964 – 1968). Con su esposa,
la destacada intelectual de origen rumano Sofía Imber, produjo y
moderó Buenos Días, un programa televisivo de opinión. Desde
1974, Rangel fue miembro de la Junta Directiva de la Fundación
Museo del Arte Contemporáneo de Caracas. Y desde 1984 del
Teatro Teresa Carreño. Entre sus trabajos publicados están Sobre
Manifiesto Radical (1972), El Tercermundismo (1982), Tiempo
de conocer la Libertad (1986) y Marx y los Socialismos Reales
(1988). Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario, objeto de esta
revisión, ha sido editado repetidamente y traducido a varios idiomas. El 15 de enero de 1988, el autor se quitó la vida por su propia
mano a los 58 años de edad.
21 Relativamente recientes son las de Criteria (2005) y Gota a
Gota Ediciones (2007). La primera conserva el prólogo original
de Revel y tiene un epílogo del escritor cubano Carlos Alberto
Montaner en el que ofrece una lectura actualizada del contenido.
22 Carlos Alberto Montaner presentó una vez a Rangel como es
“el hombre al que no hicieron caso los venezolanos”.
50
51. Carlos Rangel
Axel Kaiser
Abogado y Master en Derecho por la Universidad
de Heidelberg donde actualmente sigue estudios de
doctorado.
Escribe periódicamente para el Diario Financiero
y El Mercurio, también es columnista del Cato
Institute en Washington DC, uno de los think tanks
más influyentes a nivel mundial.
Recientemente su
ensayo “Liberalismo: el
verdadero y el falso” fue uno de los premiados por
la organización mexicana Caminos de la Libertad,
entidad que realiza el que se considera el concurso
de ensayos más competitivo del mundo de habla
hispana.
Actualmente se desempeña como Director Ejecutivo
de Fundación para el Progreso.
Juan Pablo Couyoumdjian
Ingeniero Comercial y Licenciado en Ciencias
Económicas de la Universidad de Chile, y Ph.D.
en Economía de la George Mason University. En la
actualidad es profesor-investigador de la Facultad
de Gobierno y de la Facultad de Economía y
Negocios de la Universidad del Desarrollo. Entre
sus trabajos académicos más recientes destaca el
volumen editado el año 2011, titulado “Reformas
Económicas e Instituciones Políticas: La experiencia
de la Misión Klein-Saks en Chile“.
Rolf Lüders Schwarzenberg
Ph.D University of Chicago. Es profesor del Instituto
de Economía e investigador del EH-Clio Lab
(Economic History and Cliometric Laboratory), de
la Pontificia Universidad Católica de Chile.
51
52. Terapia Liberal
Alberto Benegas-Lynch
Es Doctor en Economía y también es Doctor en
Ciencias de Dirección. Es Presidente de la Sección
Ciencias y es miembro de la Academia Nacional
de Ciencias Económicas, ambas en Argentina. Es
autor de diecisiete libros y seis en colaboración.
Es profesor en la Maestría de Derecho y Economía
de la Universidad de Buenos Aires. En dos
oportunidades integró el consejo Directivo de la
Mont Pelerin Society, es Académico Asociado de
Cato Institute de Washington DC, es miembro del
Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs
de Londres, miembro del Instituto de Metodología
de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional
de Ciencias Morales y Políticas en Buenos Aires y
recibió grados honoríficos de universidades de su
país y del extranjero.
Es miembro del Academic Board de Fundación para
el Progreso.
Rafael E. Rincón-Urdaneta Z.
Ingeniero Comercial, Magíster en Estudios
Internacionales y Doctor en Estudios Americanos.
Se ha desempeñado como profesor, entre otras, en
las universidades de los Andes y Adolfo Ibáñez.
Miembro director del Círculo Checo en Chile a cargo
de relaciones públicas y promoción de la cultura y la
imagen de la República Checa.
Investigador asociado de Fundación para el
Progreso.
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