2. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD
DEL CUSCO
FACULTAD DE MEDICINA HUMANA
TRAUMATOLOGÍA
MD Mag. OSTWALD AVENDAÑO TAPIA
FRACTURAS DEL TERCIO SUPERIOR DE
HÚMERO
3. ANATOMÍA
La cabeza humeral representa la 3ª parte
de una esfera limitada por fuera por el
cuello anatómico. Posee dos
tuberosidades:
1- El troquíter , la más grande que se
encuentra por fuera de la cabeza y
presenta tres facetas de inserciones
musculares: supraespinoso, infraespinoso
y redondo menor.
2- El troquin, el más pequeño, se
encuentra por debajo y por delante de la
cabeza y se inserta el músculo
subescapular.
El troquíter y troquin limitan el
surco o corredera bicipital, cuyos
labios dan inserción al pectoral
mayor, dorsal ancho y redondo
mayor y por el centro desciende la
porción larga de bíceps.
4. ANATOMÍA
• El extremo superior del
húmero está separado de la
diáfisis por el cuello
quirúrgico, porción estrecha
del hueso, subyacente al
troquín por fuera y al borde
inferior del cuello anatómico
por dentro.
•
• La escápula recoge la cabeza
del húmero en su cavidad
glenoidea.
Por encima de esta cavidad se
encuentra el tubérculo supra
glenoideo donde se inserta el
tendón de la porción larga del
bíceps y por debajo en el
tubérculo sub glenoideo donde
se inserta el tendón de la
porción larga del tríceps.
5. FISIOPATOLOGÍA
Existen dos mecanismos traumáticos para provocar una
fractura
. Directo.
Indirecto: En huesos debilitados por la osteoporosis.
Factores que influyen en el tipo de lesión:
• Intensidad de la fuerza
• Peso del cuerpo y velocidad durante la caída
• Dirección que toma el brazo al golpear con el suelo antes de
que se propague la fuerza del impacto.
El mecanismo de lesión determina el desplazamiento.
En las fracturas del troquíter el supra e infraespinoso y
redondo menor tienden a desplazar los fragmentos hacia
arriba, atrás y afuera, por lo que se tendrá en cuenta para que
el paciente no produzca una contracción brusca para no
agravar la fractura.
6. • La clasificación mas
frecuentemente utilizada para
las fracturas del húmero
proximal es la descrita por el
Dr. Neer quien las clasificó en
1970 luego de observar que las
fracturas ocurren generalmente
entre 4 fragmentos principales:
• Cabeza o superficie
articular (proximal al cuello
anatómico)
• Tuberosidad mayor o
troquiter (sitio de inserción
del manguito rotador)
• Tuberosidad menor o
troquin (inserción del
subescapular)
• Diáfisis humeral
CLASIFICACIÓN
7. Permite la adecuada
interpretación
anatómica de la
fractura, una
comprensión de la
biomecánica del
desplazamiento, y
pronóstico del estado
vascular de la cabeza
humeral. Los tres
factores son
fundamentales para
decidir el tipo de
cirugía a realizar.
Estudio radiológico en
tres planos es
necesario.
CLASIFICACIÓN NEER PARA FRACTURA DE HÚMERO PROXIMAL
8. FRACTURAS DEL HUMERO PROXIMAL
Causa de consulta en Urgencias
frecuente.
Se encuentran implicados diversos mecanismos
de trauma tanto directos por golpes sobre
el hombro como indirectos por caídas sobre
la mano con transmisión de la energía del
trauma hacia el humero proximal.
También se encuentran frecuentemente
fracturas avulsivas por contracciones
bruscas de los músculos que tienen inserción
en la porción proximal del humero o
asociadas a luxaciones del hombro.
En pacientes de edad avanzada por la
mala calidad ósea se presentan
fracturas impactadas.
9. RADIOLOGÍA
Las proyecciones radiológicas
recomendadas para la evaluación
de los traumas alrededor de la
articulación glenohumeral son las
antero posteriores con rotación
interna y externa y las axiales.
• Ocasionalmente se requerirán
proyecciones adicionales o TAC
cuando se desee complementar la
información ofrecida por las
primeras.
10. Fractura de la cabeza humeral
(head – splitting )
• Comprenden aquellas fracturas con compromiso
de la superficie articular.
• Habitualmente se asocia a fracturas de las
tuberosidades y del cuello quirúrgico.
• El tratamiento indicado es el reemplazo
protésico.
• Al igual que en fracturas en 4 partes, en un
paciente joven con adecuado stock óseo, se
puede intentar una reducción interna y
osteosíntesis.
• Se comportan como una fractura en 4 partes
con compromiso articular de la cabeza humeral.
11. FRACTURAS DE LA CABEZA
HUMERAL AISLADA
• Poco frecuentes; consisten en
hundimientos o rasgos de fractura
que habitualmente necesitan
tratamiento conservador, para el
manejo del dolor e inmovilización con
cabestrillo y rehabilitación.
12. FRACTURAS DEL
TROQUÍTER
• Se refiere básicamente a la
fractura de la gran tuberosidad de
la cabeza humeral (troquíter) que
da inserción al músculo
supraespinoso.
Se describen tres tipos de
fracturas del troquíter:
Fractura conminuta con
gran compromiso óseo.
Fractura sin
desplazamiento del
fragmento.
• Fractura con
desplazamiento del
fragmento.
13. Fractura del macizo del troquíter
Generalmente se produce por un
violento golpe directo de la cabeza
humeral, en una caída de lado
contra el suelo
*En la mayoría de los casos compromete todo
el cuerpo del troquíter, que se fragmenta
en dos o más segmentos y a veces
adquiere el carácter de una fractura
conminuta.
*A pesar de ello, los fragmentos no se
desplazan. El pronóstico es bueno y la
consolidación es rápida.
*El brazo se mantiene sostenido por un
cabestrillo por 2 a 3 semanas, cuidando
desde el primer momento de ejercitar
movimientos de flexión anterior y
posterior del hombro, rotación y luego
movimientos de abducción controlados y sin
que provoquen dolor.
*Al cabo de 2 a 3 semanas la movilidad del
hombro se empieza a recuperar y la función se
hace completa entre 1 a 2 meses.
14. FRACTURA DEL MACIZO DEL TROQUÍTER
El grado de recuperación así como el
plazo para conseguirla, depende de:
• Edad del enfermo; pasados los 45
años el riesgo de limitación a la
abducción es progresivo.
• Grado de contusión muscular,
especialmente del deltoides.
• Grado de la potencia de los
músculos del hombro.
• Obesidad.
• Grado de comprensión y cooperación
del paciente.
• En ello juega un papel trascendente
la acción estimulante psicoterápica
del médico.
• En la mayoría de los casos es
innecesaria la inmovilización
con un vendaje tipo Velpeau.
Iniciar de inmediato la
actividad muscular y
articular.
15. FRACTURA DEL VÉRTICE DEL
TROQUÍTER SIN
DESPLAZAMIENTO
• Típica fractura por arrancamiento. La
tracción arranca la base de la zona de
inserción del músculo.
• Con frecuencia el fragmento desprendido
no se desplaza; el pronóstico es bueno.
• Tratamiento; sólo requiere de inmovilizar
el brazo en un cabestrillo por 2 a 3
semanas, cuidando de mantener la
movilidad del hombro en actividad.
• Medidas de rehabilitación deben ser muy
controladas en enfermos de más de 45
años.
16. FRACTURA DEL TROQUÍTER CON
DESPLAZAMIENTO
• Por la violencia de la caída, la
tracción del supraespinoso es
extremadamente violenta.
• Radiografía lo muestra sobre la
cabeza humeral o bajo el acromion.
• El fragmento desprendido
debe ser reducido y fijado en
su posición normal.
• Ello requiere de una
osteosíntesis e inmovilización
en férula de abducción.
• Si el fragmento del troquíter queda
definitivamente desprendido de la
cabeza humeral, la acción del
supraespinoso queda abolida y el
movimiento de abducción del brazo
queda fuertemente limitado.
17. SINTOMATOLOGÍA
• Dolor de regular intensidad,
limitación o imposibilidad al
movimiento de abducción.
• Los movimientos de extensión
anterior y posterior son posibles.
• No es infrecuente la consulta
tardía, sea porque el dolor es
poco relevante o porque el
movimiento de extensión anterior
y posterior del hombro se
conservan, a veces en rangos muy
amplios.
18. • El pronóstico en general es muy
bueno; la movilidad del hombro se
recupera. El músculo deltoides, motor
principal del movimiento, se atrofia
con extraordinaria rapidez y su
recuperación suele ser muy lenta y
difícil.
• Los ejercicios de rehabilitación
deben ser iniciados tan pronto haya
una unión sólida del segmento óseo
fracturado.
PRONÓSTICO
19. Factores adversos a una
buena recuperación
• Inadecuada rehabilitación
• Pasados los 45 a 50 años de edad la
rehabilitación es progresivamente
más difícil.
• Musculatura con desarrollo
deficiente.
• Obesos.
• Arrancamiento óseo con
desplazamiento del fragmento.
• Diagnóstico tardío.
20. CUELLO DEL HÚMERO
• Llamada “ Fractura Sub
Capital“.
• Se producen generalmente en
personas mayores de 50 años.
• Generalmente es consecuencia de un
mecanismo indirecto en que el enfermo
cae hacia adelante o hacia el lado, y
busca apoyo con todo el miembro
superior extendido y apoyado contra el
suelo.
• El brazo se constituye en un largo brazo de
palanca con apoyo fijo en la articulación del
hombro.
• A esa edad, generalmente hay ya
un proceso de osteoporosis, el
hueso cede y la fractura se
produce. Al movimiento referido
se agrega una torsión interna o
externa del brazo, y el extremo
distal de la fractura puede girar
en uno u otro sentido.
21. FRACTURAS DEL CUELLO
ANATOMICO
Son extraordinariamente raras cuando ya
terminó el período de crecimiento, en que la
epífisis quedó soldada al resto del hueso;
son más frecuentes en el niño.
El desplazamiento de los fragmentos casi
siempre es moderado y no necesita de ninguna
maniobra reductiva.
Basta una simple inmovilización con un
vendaje por espacio de 2 a 3 semanas.
Si hubiese quedado una discreta mala
reducción, ésta se corrige en forma
espontánea en el curso del crecimiento.
La reducción quirúrgica es de indicación
excepcional.
La complicación de la necrosis avascular de la
epífisis humeral es excepcional.
22. FRACTURAS DEL CUELLO ANATÓMICO
En el adulto : es extraordinariamente rara y se produce en
el plano del resto del cartílago de crecimiento.
En el niño , hay dos situaciones diferentes:
• El poder de remodelación de los segmentos fracturados ya es nulo, de
modo que, de existir deformaciones importantes, éstas deben ser
corregidas.
• La capacidad de revascularización de la epífisis a través de la línea de
fractura es escaso, de modo que con frecuencia en este tipo de fractura
se produce la necrosis avascular de la epífisis.
Se usa un yeso colgante que corrige el ascenso del húmero y el varo.
Después de 2 a 3 semanas se retira el yeso, y se mantiene el miembro
sostenido por un cabestrillo.
Debe cuidarse atentamente la actividad muscular del hombro con
ejercicios activos.
23. SÍNTOMAS
Son muy claros e inequívocos. Sin embargo suelen no
serlo tanto para los enfermos. Por ello no es
infrecuente la consulta tardía.
• La aparente levedad del traumatismo, el dolor
tolerable y la movilidad parcialmente conservada por el
encajamiento de los fragmentos, hacen que el paciente
atribuya todo ello a una contusión del hombro; no es
infrecuente que el médico de poca experiencia piense
lo mismo.
• La consulta se realiza ante la persistencia de los
signos y la aparición de una extensa equimosis que
desciende a lo largo de la cara interna del brazo.
• Dolor, impotencia funcional al movimiento de abducción
del brazo y equimosis tardía en la cara interna del
brazo, son los signos prominentes de las fracturas de
este tipo.
24. RADIOGRAFÍA
• Son necesarias radiografías en dos planos:
antero posterior y axial.
• La sola proyección antero posterior no nos
informa de la verdadera posición del
extremo distal de la fractura; puede
corresponder a una fractura no encajada,
en que el fragmento distal está por delante
o por detrás del proximal. No resulta fácil
ni conveniente elevar el brazo para
conseguir la proyección céfalo-caudal; más
apropiada es la proyección lateral o retro-
esternal.
25. I Fracturas por contusión
Producidas por un mecanismo directo, al golpear la cara externa del
hombro contra el suelo o al recibir una contusión por un impacto directo.
En ellas hay una fractura de rasgo transversal, que cruza el cuello del
húmero, en general sin gran desplazamiento de los fragmentos ni
deformación de los ejes; con frecuencia las superficies de fractura se
encuentran firmemente encajadas.
Son fracturas estables, de buen pronóstico
Tratamiento; requieren inmovilización relativa del brazo en cabestrillo o
yeso que comprometa desde el hombro hasta el codo, sin que impida su
movilidad. cuidarse de mantener activos los movimientos de flexión
anterior y posterior del Hombro, y ya a las 2 a 3 semanas, se inician los
movimientos de abducción del brazo.
La recuperación se logra en el curso de 1 a 2 meses y no debe esperarse
limitación del movimiento de la articulación.
Ninguno de los movimientos con que se inicia la recuperación deben
provocar dolor.
26. II Fracturas por aducción
Se produce por caída directa, golpeando el hombro contra el
suelo, quedando el brazo en posición de aducción.
El rasgo de fractura es sensiblemente horizontal, impactado
contra la cabeza humeral en su mitad interna, de modo que el
ángulo céfalo-diafisiario del húmero se encuentra más cerrado
en 15, 20 ó más grados; el eje del brazo se ha desviado en
aducción.
Es frecuente que además el segmento diafisiario gire en su eje
longitudinal, en un movimiento de rotación interna.
27. II Fracturas por aducción
En la mayoría de los casos no es necesaria
ninguna maniobra de reducción.
Debe respetarse el impacto en que se encuentran
ambos fragmentos; la estabilidad queda así
asegurada, el proceso de consolidación es rápido
y la rehabilitación puede iniciarse con relativa
rapidez.
Puede bastar la inmovilización con un yeso que
descienda desde el hombro hasta el codo, sin
comprometer su movilidad. El brazo se sostiene
en un cabestrillo.
Se mantiene esta inmovilización por 3 a 4
semanas, con ejercicios pendulares del brazo,
iniciando los movimientos de abducción después
de 2 a 3 semanas.
Ninguno de los movimientos con que se inicia la
recuperación deben provocar dolor.
Si en un principio se consideró necesaria la
inmovilización con un Velpeau, debe ser retirada a
los 15 ó 20 días, y la rehabilitación del movimiento
del hombro debe ser fuertemente estimulada.
28. Fractura por Aduccion
• La angulación de los ejes céfalo- diafisiarios, no
determinan una incapacidad importante en el
movimiento de abducción del brazo,
considerando que la desviación no sobrepasa en
general más allá de los 20 a 30 grados.
• Más trascendente es el haber respetado la
impactación de los fragmentos de fractura, que
permitieron una consolidación rápida y una
rehabilitación precoz.
29. • Acentuada desviación en varo del húmero, constituye una
fuerte limitante del movimiento de abducción del hombro.
• Ello puede ser poco trascendente en el enfermo de edad avanzada; en él
adquiere mucho más valor el encajamiento de los fragmentos, que
garantiza una consolidación rápida, y una movilización precoz, aun cuando
la abducción pueda quedar parcialmente limitada.
• Esta situación no debe ser tolerada en el paciente joven, en
quién la limitación del movimiento de abducción se constituye
en una grave incapacidad.
• Los fragmentos deben ser reducidos; las superficies de
fractura deben ser desimpactadas y el húmero se lleva en un
movimiento de abducción. Recuperado el eje del hueso, se
inmoviliza en un yeso hombro-brazo péndulo, en una férula de
abducción, según sea el grado de estabilidad de la fractura.
• Se retira el yeso de abducción ( toraco-braquial), en un
plazo de 30 a 50 días y se continúa con el brazo suspendido
de un cabestrillo.
30. REHABILITACIÓN
• Comenzar con ejercicios
pendulares.
• Usar eventualmente el
cabestrillo para evitar
fatiga.
• Movilización progresiva
escapulohumeral.
• Posterior a la
consolidación total se
puede hacer la técnica de
movilización articular.
32. RADIOLOGÍA
Se necesita un
mínimo de 2
radiografías de
la articulación
glenohumeral
perpendiculares
entre sí para
identificar el
tipo de fractura
33. INDICACIONES
QUIRÚRGICAS OBJETIVAS
• El tratamiento quirúrgico depende de las lesiones
generales y locales coexistentes, el tipo y la
estabilidad de la fractura, la edad y el estado
general del paciente y de la calidad ósea
(osteoporosis).
• La fijación interna y el tratamiento
funcional precoz postoperatorio están
tanto más indicados cuanto mayor sea el
daño del periostio y de los tejidos blandos
subyacentes.
• Especialmente en pacientes de edad avanzada, el tto es
habitualmente conservador.
• Sólo en el 20 % de casos es necesaria la
reducción y fijación interna.
34. INDICACIONES QUIRÚRGICAS
SUBJETIVAS
• En los individuos jóvenes el objetivo
será restablecer la función a un
estado similar al anterior a la lesión.
• Algunos individuos de edad avanzada
desean volver a realizar actividades
deportivas como la natación, vela
esquí o golf; otros sin embargo,
solamente desean poder realizar sus
actividades diarias.
35. REDUCCIÓN CERRADA
Si la anestesia general es
posible, se coloca al paciente
acostado en posición de “silla de
playa” con el miembro afectado
apoyado en un soporte de brazo
y con paños estériles colocados
de manera que no interfieran
con la movilidad.
36. VÍAS DE ACCESO QUIRÚRGICO
• Acceso delto pectoral:
a) La incisión cutánea parte de la
apófisis coracoides incurvándose
hacia el lado interno, hasta la
inserción del músculo deltoides en
la cara externa de la diáfisis
humeral:
(nervio axilar, apófisis
coracoides, acromion, extremidad
externa de la clavícula.)
b) Retracción del músculo deltoides
hacia el lado externo en busca de
la cabeza humeral:
( vena cefálica, músculo deltoides,
pectoral mayor, arteria circunfleja
humeral anterior, porción larga del
bíceps, musculo Subescapular.)
37. VÍAS DE ACCESO QUIRÚRGICO
• ACCESO LATERAL
TRANSDELTOIDEO
Esta vía se utiliza para las
fracturas y lesiones de las
tuberosidades del
manguito de los rotadores.
38. Instrumentos e implantes para la
Osteosíntesis
• Se tratará de emplear el menor número
de implantes.
• Las placas se utilizan principalmente
para las fracturas del cuello
quirúrgico.
• Placas en T que se fijan con tornillos
de cortical de 4.5 mm. y tornillos de
esponjosa de 6.5 mm.
• Placas en “trébol” para tornillos de
3.5 mm de pequeños fragmentos.
• En ocasiones se prefiere los clavos
intramedulares en fracturas
subcapitales.
• Placa angulada canulada que se desliza
sobre una aguja de Kirschner, permite
la inserción de tornillos en la cabeza
o en la cortical interna. Valiosa en
retrasos de consolidación y pseudo
artrosis.
39. Instrumentos e implantes para la
Osteosíntesis
* Si se prevé la
utilización de
injertos óseos
especialmente en
la fracturas
impactadas o
conminutas, se
debe preparar la
cresta iliaca
contra lateral,
para poder
extraer pequeños
bloques de hueso.
* En casos de osteoporosis
o en fracturas patológicas
debe considerarse el uso de
cemento óseo para reforzar
el anclaje de los tornillos.
40. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
FRACTURAS EXTRARTICULARES UNIFOCALES
TIPO ATIPO A1
Las fracturas uni focales del
troquíter deben tratarse
con inmovilización en
cabestrillo en:
• Pac. Jóvenes, en fracturas
no desplazadas o con
desplazamiento inferior
a 5 mm.
• Pac. Mayores (mayor de 60
años), en fracturas con
desplazamiento inferior
a 10 mm.
• Si la angulación de los
fragmentos es menor de
40º.
41. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
FRACTURAS EXTRARTICULARES
UNIFOCALES TIPO A
TIPO A1
Cuando el desplazamiento de
los fragmentos es
considerable especialmente
la parte superior del
troquíter (AI.2), pueden
alojarse entre la cabeza
humeral y el acromion.
Estos fragmentos deben
reducirse y mantenerse
temporalmente con agujas
de Kirschner.
42. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
FRACTURAS EXTRARTICULARES
UNIFOCALES TIPO A
TIPO A1
Si es necesaria la
reducción abierta a
través de un acceso
delto pectoral, se
puede realizar una
sutura a tensión con
material re
absorbible o en
tirante con alambre,
bien aisladamente o
como refuerzo.
43. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
FRACTURAS EXTRARTICULARES
UNIFOCALES TIPO A
TIPO A2
Las fracturas del cuello quirúrgico o
fracturas subcapitales sin gran
desplazamiento (inferior a 10 mm y
angulación entre 30 y 45º) se
tratan con una inmovilización en
cabestrillo hasta que desaparezca el
dolor.
Posteriormente se comienza con
ejercicios pasivos, seguidos de
ejercicios activos limitados.
Si la fractura estuviera
impactada con una angulación
en varo o en valgo aceptable
se permite un tto funcional
después de unos días.
44. TRATAMIENTO UNIFOCALES TIPO A
QUIRÚRGICO
FRACTURAS EXTRARTICULARES
TIPO A3
Inestables.
Incluso cuando están
impactadas o puedan
reducirse de forma
incruenta, pueden
desplazarse
secundariamente, lo que
conduce a dolor crónico,
inmovilidad y rigidez.
Si se logran reducir, se
intentará mantener la
reducción con un
enclavijamiento
percutáneo bajo
anestesia general.
• En el caso de no poder
reducir la fractura debe
sospecharse una
interposición tendinosa.
• Las fracturas subcapitales
inestables pueden
estabilizarse con clavos no
fresados o placas en T.
45. TRATAMIENTO
QUIRÚRGICO
FRACTURAS
BIFOCALES TIPO B
TIPO B1
• Con poco o ningún
desplazamiento, presentan
una impactación
metafisaria que puede ser
externa, interna o
posterior.
• Las fracturas
tuberositarias
desplazadas deben
reducirse y fijarse.
46. TRATAMIENTO
QUIRÚRGICO
FRACTURAS BIFOCALES
TIPO B
TIPO B2
Son fracturas inestables de
cuello quirúrgico que deben
reducirse si se combinan
con un desplazamiento
rotatorio del fragmento de
la cabeza humeral debido a
la tracción muscular de la
tuberosidad intacta.
Si no es posible una reducción
cerrada, se realiza
mediante acceso percutáneo
y con amplificador de
imágenes usado agujas de
Kirschner roscadas.
Para la reducción abierta se
utiliza el acceso delto
pectoral.
47. TRATAMIENTO
QUIRÚRGICO
FRACTURAS
BIFOCALES TIPO B
TIPO B3
La reducción cerrada
es posible solamente
en alrededor de 20
%, incluso con una
completa relajación.
En el 80% de casos es
necesaria la
reducción abierta.
Una cabeza protésica
debe emplearse
solamente en
pacientes ancianos.
48. FRACTURAS ARTICULARES
TIPO CTIPO C1
Existe una angulación del fragmento
cefálico inferior a 40º y un
desplazamiento del fragmento
tuberositario inferior a 1 cm.
Incluso en fracturas del cuello
mínimamente desplazadas, sin
fractura de las tuberosidades,
el riesgo de necrosis avascular de
la cabeza humeral es superior al
50%.
Con la circulación en peligro,
solamente se debe realizar la
reducción cerrada y una mínima
fijación interna.
49. FRACTURAS ARTICULARES TIPO
C
TIPO C2
Son las auténticas
fracturas de 4
fragmentos. Con más
de 40º de angulación
del fragmento y más
de 1 cm. De
desplazamiento
50. FRACTURAS ARTICULARES
TIPO CTIPO C3
En las fracturas del cuello
anatómico se prefiere la
hemi artroplastía, sólo
si no pueden reconstruir
la fractura cefálica y si
no se encontraron
conexiones de tejidos
blandos con la cabeza
durante el intento de la
reducción abierta.
51. TRATAMIENTO
POSTOPERATORIO
• El hombro es quizá la articulación más difícil
de rehabilitar.
• Los movimientos pasivos precoces se inician
habitualmente después del 1° día post
operatorio, según tolerancia al dolor.
• El mal anclaje de los tornillos en hueso
osteoporotico, problemas de curación en
tejidos blandos; puede retrasar el inicio el
inicio de la movilización pasiva.
• Cuanto mayor sea el desplazamiento inicial de
la fractura y la edad del paciente, mayor será
la posibilidad de una rigidez residual.
• A menudo se mantiene una función
satisfactoria a pesar de una necrosis avascular
parcial.
52. RIESGOS Y
COMPLICACIONES
SITUACIÓN DE LOS IMPLANTES
• En huesos osteoporóticos:
Colocación incorrecta de los implantes y la
movilización de éstos y de los fragmentos
fracturarios.
• Las fracturas B y C terminan a menudo en
una necrosis avascular parcial.
• El nervio axilar es el que está más
frecuentemente en peligro.
53. RIESGOS Y COMPLICACIONES
Consolidación viciosa y pseudo artrosis
- Son raras.
- Si causan dolor y pérdida de la movilidad,
la corrección quirúrgica con fijación interna
proporciona un resultado satisfactorio en
pacientes cooperadores y con tejidos
blandos y hueso de buena calidad.
54. RIESGOS Y
COMPLICACIONES
NECROSIS AVASCULAR
- La necrosis avascular de la cabeza humeral
es relativamente frecuente en las fracturas
tipo B y especialmente en las tipo C.
- Por su peculiar distribución sanguínea se
debe preservar con cuidado vasos e
inserciones de los tejidos blandos.
- Evitar el uso de placas y un número excesivo
de suturas y osteosíntesis en tirante.
- La necrosis avascular puede terminar en un
colapso parcial o completo de la cabeza
humeral con incongruencia articular.
55. RIESGOS Y COMPLICACIONES
LESIONES NERVIOSAS
• El nervio axilar es el más frecuentemente
lesionado tanto durante el accidente como de
modo iatrogénico.
• También puede lesionarse el nervio músculo
cutáneo, sobre todo si se realiza una
osteotomía de la apófisis coracoides.
• El plexo braquial adyacente está en peligro en
las luxaciones y en las fracturas -
luxaciones.
• Se debe tener cuidado durante la colocación
del paciente antes y y durante la intervención
para no provocar un estiramiento del plexo.
56. RIESGOS Y COMPLICACIONES
INFECCIÓN
Las agujas de Kirschner
percutáneas pueden causar
irritación e infección a lo largo
de su trayecto.
Si se produce una infección
profunda se deberá tratar de
modo agresivo.
Será necesario el lavado y
desbridamiento de los tejidos
blandos y fragmentos
necróticos.
En raras ocasiones es necesario
extirpar todo el fragmento
cefálico con la posibilidad de
indicar un reemplazo protésico.