El encierro físico no es la verdadera cárcel, la cárcel de verdad son los sueños rotos que se transforman en pesadillas. Saldremos de ésta, como siempre, y más fácilmente si mostramos solidaridad y no volvemos a dormirnos en la ingenuidad. Ésta fue la reflexión de Segismundo, quien sufrió dos encierros y dos liberaciones:
Pues veo estando dormido
que sueño estando despierto.
…
Mas, sea verdad o sueño,
obrar bien es lo que importa.
Si fuere verdad, por serlo;
si no, por ganar amigos
para cuando despertemos.
1. PPrriissiioonneerrooss ddee ssuueeññooss
“Sueña el rico en su riqueza, que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y
pretende, sueña el que agravia y ofende, y en este
mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque
ninguno lo entiende. Yo sueño que estoy aquí de estas
prisiones cargado, y soñé que en otro estado más
lisonjero me vi. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la
vida? Una ficción, una sombra, una ilusión, y el mayor
bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños,
sueños son”. Segismundo, en “La vida es sueño”. Pedro Calderón de la Barca.
Somos ávidos consumidores de estímulos y, como tales, esclavos de los disparadores externos y
de nuestras propias sensaciones. Nuestro cerebro crea una cadena de ensueños en torno a tres
deseos imposibles de mantener y que derivan en pesadilla:
Seguridad. Según Wulf Haubensak: "La amígdala analiza el ambiente de forma continua en
busca de estímulos que predigan el peligro". Cuando percibimos algo que –creemos- puede
dañarnos, de inmediato lo convertimos en preocupación o incluso pánico, que se alimenta
añadiendo peligros imaginarios. La seguridad total no existe y ansiarla destruye nuestra Paz.
Placer. Nuestro sistema de recompensa es igualmente activado por estímulos reales o
imaginarios, que conllevan una promesa de placer que ávidamente buscará incrementarse
artificialmente; aunque el azúcar nos lleve a la diabetes, los decibelios a la sordera, las
compras a la ruina o las drogas a la psicosis. Hedonismo es Disfrute de placeres naturales.
Certeza. Toda interpretación realizada por el neocortex puede ser remodelada hasta el
absurdo, si dejamos que la atención se centre en la sucesión de continuos datos y opiniones
sin tiempo de reflexión. ¡Qué estimulante resulta alumbrar las más peregrinas conclusiones sin
base alguna, y cuan absurdo! Observar los hechos con Perspectiva no es tarea fácil.
Epicteto nos interpelaba: “¿Quieres dejar de pertenecer al número de los esclavos? Rompe
tus cadenas y desecha de ti todo temor y todo despecho”. Su propuesta no era muy diferente
a la de Anthony de Mello: “El sufrimiento no está en el mundo, en los demás o en ti. Está en
tu programación”. Recomendaba aceptar la vida misma para despertar, ser libres y felices con
perspectiva, disfrute y paz; en lugar de resistirnos con juicios, deseos y temores.
Jung también estaría de acuerdo: “Aquello a lo que te resistes, persiste. Lo que niegas te
somete, lo que aceptas te transforma”. Y añadía: “Aquel que mira afuera, sueña. Quien mira
en su interior, despierta”. La vida real no es sueño:
Si la vida te despierta, no vuelvas a dormirte
Efrén Martín, Gerente de y Associate Consultant de Reddin Assessments
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