El documento describe tres enfoques en psicología: el psicoanálisis, el conductismo y la psicología humanista. El psicoanálisis se centra en los conflictos inconscientes de la infancia, el conductismo en el aprendizaje a través de estímulos ambientales, y la psicología humanista en la autorrealización y el potencial humano para el crecimiento. Representantes clave de la psicología humanista incluyen a Rollo May, Fritz Perls y Carl Rogers.
1. Las Fuerzas de la Psicología
Primera fuerza: El Psicoanálisis
Es un método creado por el médico y neurólogo austríaco Sigmund Freud (1856–
1939) que tiene como objetivo la investigación y el tratamiento de las enfermedades
mentales. Se basa en el análisis de los conflictos sexuales inconscientes que se
originan en la niñez. El Psicoanálisis nos dice:
La personalidad es el resultado de fuerzas entre el ello, el yo y el súper yo.
La mayor parte de estas fuerzas son inconscientes
Se forja principalmente en la infancia y su desarrollo es para lelo al de la
sexualidad.
Segunda fuerza: El Conductismo
Conocida también como la ciencia del comportamiento, se limita a observar y a
relacionar la conducta en su manifestación externa, afirmando que toda conducta
humana es producto de los estímulos ambientales. El conductismo nos dice:
La personalidad es el resultado del aprendizaje.
El refuerzo social juega un papel muy importante en el aprendizaje.
La aparición de la “tercera fuerza”: La psicología humanista
Se gesta durante las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo XX.
Surge de la necesidad de una nueva disciplina que investigue los fenómenos más
positivos y sanos del ser humano como el amor la creatividad la comunicación la
libertad la capacidad de decidir y sobre todo la autenticidad y el arte de ser uno
mismo, porque de ahí debía provenir el sentido del respeto y responsabilidad desde
ese núcleo del ser.
La teoría humanista de la personalidad enfatiza que tenemos una motivación positiva y
progresamos hacia niveles superiores de funcionamiento.
La psicología humanista nos dice que:
La vida es un proceso de apertura al mundo que nos rodea y que nos permite
experimentar la dicha de vivir.
Destacan el potencial de la gente para el crecimiento y el cambio así como las formas
que experimenta subjetivamente su vida justo ahora, en lugar de hacer demasiado
hincapié en la forma en que se sintió o actuó en el pasado.
Este enfoque sostiene que todos somos personalmente responsables de nuestras
vidas.
2. Principios del modelo humanista.
El modelo humanista se basa en los siguientes principios:
1. La persona es valiosa por sí misma, independientemente de sus accidentes (edad,
nivel socioeconómico, estado civil, nombre, nacionalidad, etc.).
2. La naturaleza humana es constructiva, digna de confianza. Existen situaciones
enajenantes que pueden bloquear el desarrollo constructivo del ser humano, pero
incluso en estos ambientes adversos la persona conserva la tendencia hacia su
desarrollo integral.
3. La motivación básica del ser humano es su autorrealización (autoactualización) por
medio de la cual desarrolla sus potencialidades.
4. La filosofía humanista considera que los impulsos agresivos son partes o elementos
del hombre que surgen como producto de la enajenación en la cual éste pierde
contacto consigo mismo, se cierra y adopta actitudes defensivas. Esta enajenación
produce en él incongruencia y contradicción.
5. La salud se manifiesta al vivir funcionalmente como un organismo total, integrado y
unificado; es decir, cuando el individuo no tiene necesidad de negar aspectos de su
existencia o de su experiencia.
6. La agresividad surge cuando el individuo requiere defensa o protección a fin de
sobrevivir y desarrollarse.
7. El aprendizaje significativo tiene que ser descubierto en la propia existencia.
8. Se puede confiar en la persona y en su innata curiosidad y deseo de aprender. El
ser humano desea descubrir nuevos horizontes y adquirir nuevas posibilidades.
9. Esta capacidad permite al hombre proyectarse en el tiempo y en el espacio
planificar su porvenir utilizar símbolos y abstracciones verse así mismo tal como lo ven
los demás poniendo por medio el autoconcepto que tiene como persona tal como
manifiesta Jimeno Sacristán (1977).
Para nosotros, es a partir de la conjugación de las características y concepción que el
Modelo Humanista ha desarrollado respecto al hombre y su interacción con el medio,
que recién se puede entender algunos procedimientos de actuación respecto de la
problemática existencial del mismo.
Los postulados básicos de la psicología humanista
La psicología humanista es mucho más un movimiento que una escuela, y si
consideramos el conceptualmente amplio grupo de los autores humanístico-
existenciales es, aun más que un movimiento, el reflejo de una actitud sobre el ser
humano y el conocimiento.
Bugental, el primer presidente de la Asociación Americana de Psicología Humanista,
propuso los siguientes cinco puntos:
1) El hombre, como hombre, sobrepasa la suma de sus partes
2) El hombre lleva a cabo su existencia en un contexto humano.
3) El hombre es consciente.
3. 4) El hombre tiene capacidad de elección
5) El hombre es intencional en sus propósitos, sus experiencias valorativas, su
creatividad y su reconocimiento de significación.
Por su parte, dicha Asociación, propone cuatro puntos que compartirían los integrantes
del movimiento:
A) La psicología humanista se centra en la persona humana y su experiencia interior,
así como en su significado para ella y en la autopresencia que esto le supone.
B) Enfatización de las características distintivas y específicamente humanas: decisión,
creatividad, autorrealización, etc.
C) Mantenimiento del criterio de significación intrínseca, en la selección de problemas
a investigar en contra de un valor inspirado únicamente en el valor de la objetividad.
D) Compromiso con el valor de la dignidad humana e interés en el desarrollo pleno del
potencial inherente a cada persona; para la psicología humanista es central la persona
tal como se descubre a sí misma y en relación con las restantes personas y grupos
sociales.
Como se ve, más allá de fundamentarse en una tradición de pensamiento
relativamente común y de compartir, hasta cierto punto, unos postulados básicos muy
generales sobre la naturaleza del ser humano y sobre cómo la psicología debe incidir
sobre él, no hay más elementos que respondan a lo que sería una escuela
estructurada. Seamos ideográficos pues y busquemos el interés en los autores
individuales: veamos alguna de las aportaciones de Ludwig Bingswanger, Rollo May,
Abraham Maslow y Carl Rogers.
Representantes:
Entre ellos destacan Rollo May, Fritz Perls, Carl Rogers y Abraham Maslow
Rollo May
Rollo May se alinea claramente en el lado existencial del movimiento humanista
norteamericano, en su opinión, debe llevar a cabo la psicología así lo atestiguan.
Antes de entrar en los contenidos de sus propuestas digamos que, quizá, uno de los
principales méritos de este autor estriba en la independencia de su pensamiento.
Como ejemplo, lo que sigue:
-Expresa su crítica al reduccionismo que el psicoanálisis freudiano hace, en su
opinión, del ser humano, pero señala expresamente el error que supone desechar la
obra de Freud incidiendo sólo en los desacuerdos con ella.
-Es uno de los principales impulsores de la visión humanista de la psicoterapia pero
critica la exclusión de los elementos negativos de la naturaleza humana que postulan
algunos autores humanistas.
4. -Defendió activamente y con éxito (desde puestos directivos en asociaciones de
psicólogos) el derecho de los psicólogos a trabajar como psicoterapeutas frente a los
intentos repetidos de las poderosas asociaciones de médicos de considerar la
psicoterapia como una especialidad médica, pero denunció la evitación de la
confrontación con los dilemas del hombre que la psicología ha realizado en su camino
hacia la aceptación social (de nuevo el reduccionismo como problema principal de la
psicología).
El psicoterapeuta alterna y complementa la visión del paciente como objeto, cuando
piensa en pautas y principios generales de la conducta, y como sujeto, cuando siente
empatía hacia su sufrimiento y ve el mundo a través de sus ojos. Rechaza las dos
alternativas de la consideración del ser humano como “puramente libre” o “puramente
determinado” argumentando que ambas suponen negarse a aceptar el dilema del
hombre. Dentro de esta concepción introdujo como fundamentales en el contexto de la
terapia las experiencias existenciales de la ansiedad, el amor y el poder.
Algunas de las características que May propone como propias de la terapia existencial
son las siguientes:
1) El objetivo de la terapia existencial es el de aumentar la conciencia del cliente
respecto de su propia existencia y, así, ayudar a que experimente su existencia como
real.
2) La técnica debe estar subordinada al conocer, y seguir, más que preceder, al
conocimiento. La técnica, por lo tanto, debe ser flexible y ajustarse a las necesidades
de cada cliente.
3) El terapeuta y el cliente son dos personas en una auténtica relación. El terapeuta no
interpreta los hechos sino que los pone de manifiesto en su relación con el cliente.
4) Los dinamismos psicológicos no son primariamente considerados comunes a la
especie humana, sino que se pone el énfasis en considerar que la significación
particular de las dinámicas del cliente se deriva del contexto de su vida. El terapeuta
no siempre sabe qué es lo que motiva al cliente, y su actitud, más que aplicar una
teoría, consiste en escucharle con atención y respeto.
5) El terapeuta procura analizar todas las formas de comportamiento, tanto de él
mismo como del cliente, que impiden el encuentro real entre ambos.
6) La terapia existencial se caracteriza por la importancia que da al compromiso. Estar
comprometido es el verdadero modo de estar vivo.
FRITZ PERLS
Perls era un psiquiatra europeo que experimentó el deseo de trascender
su entrenamiento psicoanalítico original. Su insatisfacción inicial con la teoría y terapia
Freudiana tradicional se hizo evidente en su libro "Ego Hunger and aggresión" ("El
ego, el hambre y la agresión: una revisión de la teoría y método de Freud". 1947).
Perls consideraba que se exageraba la importancia de los otros instintos sexuales y se
menospreciaba el factor que el denomino hombre: un instinto o tendencia hacia la
autoconservación y autorrealización (crecimiento). Como Freud, Perls acentúo
la función del ego para facilitar el crecimiento y la autoconservacion de cada persona
al mediar entre las necesidades individuales internas y las exigencias del ambiente sin
5. embargo el no consideraba que el ego era una estructura o cosa psíquica sino
un proceso cuya meta (inalcanzable) era la reducción de la tensión entre la persona y
el ambiente.
Perls desarrolló una aproximación clínica denominada "terapia Gestalt"
cuyo objetivo es que la persona inicie nuevamente su crecimiento y reestablezca
sus procesos de conocimiento.
El existencialismo, que nació como la necesidad del ser humano para sentir su
existencia presente, dio la base filosófica a la terapia Gestalt siendo uno de sus
principios el determinar como el hombre experimenta su existencia inmediata (hoy es
el primer día del resto de tu vida), lo que significó un paso adelante al principio de la
psicología de la Gestalt que consiste en establecer como el hombre percibe su
existencia inmediata, el cambio reside en colocar, el experimentar, el vivir, el sentir en
lugar de percibir. Así mismo la terapia Gestalt toma el concepto de que el individuo
tiene que hacerse responsable de su propia existencia (como diría José Ortega y
Gasset: "Yo soy yo y mi circunstancia) del existencialismo.
Otras de las raíces de la terapia Gestalt provienen de la filosofía oriental Zen (para los
orientales el hombre sabio se guía por lo que siente y no por lo que ve) y de
la fenomenología, en las cuales no profundizaré debido a las limitaciones de este
capítulo. El lector interesado podrá consultar en Castanedo, 1983 (donde ambas
corrientes se discuten ampliamente).
Han pasado cerca de 40 años desde que Fritz Perls escribiera su primera obra sobre
terapia Gestalt (Ego, Hunder and Agression. The Beginning of Gestalt Therapy, 1947),
dedicada a Max Wertheimer; desde entonces este movimiento psicoterapéutico no ha
dejado de crecer y desarrollarse. En un comienzo Fritz Perls junto con Laura Perls,
Isadore From, Ralph Hefferline, Paul Weisz y Paul Goodman, fueron los maestros de
este revolucionario punto de vista psicoterapéutico tendiente al desarrollo de la
personalidad y del potencial humano. Con la fundación del Instituto Gestalt de Nueva
York, estos pioneros de la terapia Gestalt dieron entrenamiento en psicoterapia Gestalt
a un gran número de futuros gestatistas, que más tarde tuvieron como meta formar a
otros en centros como el de Cleveland, San Diego, Los Angeles y San Francisco. En
esta segunda generación figuran Erwin y Miriam Polster, Sinkim, Fagan, Levitsky,
Nevis, Fantz, Zinker, Enright y algunos más que fueron iniciados en la terapia Gestalt
por la primera generación, los fundadores del movimiento. En la actualidad existen
Centros de Formación en terapia Gestalt en E.U.A. (unos veinte), en Europa (unos
seis), en Canadá (unos cuatro), en Australia (dos) y en Japón. Así mismo,
la bibliografía sobre este enfoque psicoterapéutico ha ido creciendo, existiendo en la
actualidad unas 800 publicaciones entre libros, artículos, películas y videocassetes,
además de unas ochenta tesis de doctorado que tratan este tema.
Sobre Fritz Perls se ha escrito mucho, posiblemente lo que más lo describe como
académico y profesional es parte de la reseña que hace Bruce Chenoweth en el
Newsletter de la Association for Humanistic Psychology (1982), del libro de James
Oldham, Tony Key y Yaro Starak, Risk Being Alive, 1981 (El Riesgo de
Vivir, Manual Moderno, 1991).
"Fritz Perls, el fundador de la Terapia Gestalt, escribía de manera brillante y a veces
oscura. Sus métodos llegaron a conocerse más por sus demos-traciones que por sus
escritos, aunque sus ideas cambiaron la naturaleza de la Psicoterapia actual...”
6. Es curioso que la vida de Perls haya estado llena de polaridades, incluso cuando
escribía seguía ese principio fundamental de la terapia Gestalt.
Como hemos visto, la terapia Gestalt retoma conceptos del existencialismo, de la
fenomenología y de la filosofía Zen, en lo que se refiere a como experimenta su
existencia el ser humano. Por otra parte, los principios de la psicología de la Gestalt,
en cuanto a la percepción, son aplicados para explicar cómo el hombre se "siente" a sí
mismo, a los demás y a su medio. Finalmente, Reich contribuyó con su teoría de la
"armadura" que lleva la persona.
La conducta simbólica pertenece al campo mental (pensar, imaginar sueños,
pesadillas, fantasías). Este tipo de conducta puede formar parte del darse cuenta de la
persona por medio de la visualización la que se hace al revivir un sueño o pesadilla o
al dialogar con alguien no presente por medio de la técnica de la Silla vacía.
La conducta interpersonal es la que se establece con los otros, el contacto puede ser
interrumpido por resistencias como la deflexión, esto es evitando el contacto físico o la
comunicación con los otros. La deflexión en su máxima expresión se da en el
aislamiento incluso sensorial del medio, lo que hace que la persona se encierre en sí
misma y adopte conductas catatónicas.
De acuerdo con los principios de la terapia Gestalt, retomados de la psicología de la
Gestalt, el ser humano vive o siente sus percepciones, necesidades, pensamientos y
emociones como procesos en formación y destrucción de Gestalt (configuraciones,
formas) en las que se da la polaridad de lo que sobresale en ese momento (figura), y
lo que se esconde (fondo). En algunos momentos la figura puede ser el individuo en
contacto consigo mismo y el fondo la interrelación entre el individuo y el medio que le
rodea; en otras ocasiones la figura se puede convertir en fondo y el fondo en figura.
Van De Riet, Korb y Gorrell (1980) relacionan la teoría de la personalidad de la terapia
Gestalt con la teoría organísmica de Goldstein, la fenomenología de Lewin,
el estructuralismo psicoanalítico francés de Lacan y Muchielle, en el que
el sistema individual simbólico es un factor principal para estructurar la experiencia de
la persona. El enfoque neurolingüistico, de Bandler y Grinder (1975, 1976), que
considera la comunicación como eje, está también asociado con la terapia Gestalt
(Castanedo, 1985).
El organismo humano como totalidad está compuesto de partes que funcionan como
una unidad: la persona. En términos gestálticos la personalidad no es únicamente la
suma total de las acciones e interacciones entre lo psíquico y lo somático (medicina
psicosomática), sino que también es la manera en que lo psíquico y lo somático
interactúan, junto, con el medio.
La personalidad se manifiesta por los patrones de conducta habituales del individuo,
sus actividades mentales y físicas, sus acciones y actitudes, todo ello en respuesta a
los estímulos que le llegan y proceden del medio. También la personalidad expresa las
necesidades y deseos individuales y su capacidad para satisfacerlos al interior de su
medio.
Carl Rogers
Las propuestas de Carl Rogers (1902-1987) son, quizá, las más influyentes y
conocidas de entre las que surgieron dentro del movimiento humanista. Su enfoque
terapéutico, la terapia centrada en el cliente, también es conocido como terapia no
7. directiva. La hipótesis central de este enfoque la establece así brevemente Rogers: el
individuo posee en sí mismo medios para la autocomprensión, para el cambio del
concepto de sí mismo, de las actitudes y del comportamiento autodirigido; estos
medios pueden ser explotados con sólo proporcionar un clima determinado de
actitudes psicológicas favorables. De un modo resumido la terapia centrada en el
cliente parte de dos premisas fundamentales:
1) La confianza radical en la persona del cliente.
2) El rechazo al papel directivo del terapeuta.
Para Rogers el ser humano nace con una tendencia realizadora (el concepto central
en la teoría de Rogers) que, si no se falsea o se tuerce por los sucesos de la crianza,
puede dar como resultado una persona de pleno funcionamiento, es decir, alguien
permeable a nuevas experiencias, capaz de reflexión, espontáneo, y capaz de valorar
a otros y a sí mismo. La persona mal adaptada sería, pues, cerrada, rígida y
autodespreciativa.
El enfoque psicoterapéutico de Rogers enfatiza la actitud y cualidades del terapeuta
como elemento esencial del cambio. De este modo, cualidades tales como empatía,
autenticidad y congruencia son requeridas al terapeuta como condición esencial para
producir un cambio terapéutico: el peso recae en el terapeuta más que en la técnica.
Rogers se interesó particularmente por la comprensión y descripción del proceso de
cambio en las personas cuando estas se sienten aceptadas y comprendidas tal como
son por el terapeuta. En un primer momento del proceso de cambio, se produce una
relajación de los sentimientos. Estos pasan de describirse como algo remoto a ser
reconocidos como propios, para finalizar experimentándolos como un flujo siempre
cambiante. También se da un cambio en el modo de experimentar: el individuo
comienza muy alejado de su vivencia hasta que progresivamente la va aceptando
como un referente al que se puede acudir en busca de significados y, finalmente, la
persona se permite vivir de manera libre y permisiva y emplea sus vivencias como
principal referente de sus conductas. En este proceso igualmente se da un paso de la
incoherencia a la coherencia. En un extremo estaría el máximo de incoherencia,
desconocida para el propio individuo; progresivamente iría tomando conciencia de sus
contradicciones para terminar experimentando sólo la incoherencia de modo ocasional
puesto que ya no percibe como amenazadora su experiencia. Cambia también su
relación con los problemas, desde su negación, pasando por su reconocimiento, hasta
la conciencia de la propia participación en su génesis. Igualmente, el modo de
relacionarse cambia desde la evitación de las relaciones íntimas hasta una vivencia
abierta y libre de su relación con los demás.
TERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE
La terapia centrada en el cliente fue la más utilizada en Estados Unidos
durante los años cincuenta y sesenta.
Pone énfasis en la situación inmediata del individuo y no en su pasado.
La terapia tiene lugar pese al desconocimiento del terapeuta sobre la vida
pasada del paciente.
8. CARACTERISTICAS:
1) El foco del asunto es el individuo y no su problema.
2) Se pone el acento más en los sentimientos y emociones que en los aspectos
intelectuales.
3) Se subraya lo inmediato del individuo más que su situación pasada.
4) Se hace destacar la relación terapéutica como una experiencia de desarrollo.
ASPECTOS BASICOS:
Se les llama clientes, no pacientes.
Importancia de la relación personal entre iguales, no de autoridad.
Ambiente de total confianza: expresión auténtica de sentimientos y
pensamientos.
No directiva (no aconseja, no da pautas...)
Metas: autoconocimiento, autoaceptación, madurez, progresiva
autorrealización.
LO QUE SE LOGRACON LA TERAPIA:
Relajación de los sentimientos: de considerarlos como algo remoto se reconocen
como propios y, finamente como un flujo siempre cambiante.
Cambio en el modo de experimentar: de la lejanía con que primero experimenta su
vivencia se pasa a aceptarla como algo que tiene un significado, y al terminar el
proceso se siente libre y guiado por sus vivencias.
Cambia su modo de relacionarse con los demás: desde la evitación a la búsqueda de
relaciones íntimas y de una disposición abierta.
De antes estar centrado en el pasado, a la actualidad en donde el paciente se centra
en el presente.
9. Abraham Maslow
Teoría de la Motivación Humana
Maslow propone la “Teoría de la Motivación Humana”, la cual trata de una jerarquía de
necesidades y factores que motivan a las personas; esta jerarquía identifica cinco
categorías de necesidades y considera un orden jerárquico ascendente de acuerdo a
su importancia para la supervivencia y la capacidad de motivación. Es así como a
medida que el hombre va satisfaciendo sus necesidades surgen otras que cambian o
modifican el comportamiento del mismo; considerando que solo cuando una necesidad
está “razonablemente” satisfecha, se disparará una nueva necesidad.
Las cinco categorías de necesidades son: fisiológicas, de seguridad, de amor y
pertenencia, de estima y de auto-realización; siendo las necesidades fisiológicas las
de más bajo nivel. Maslow también distingue estas necesidades
en “deficitarias” (fisiológicas, de seguridad, de amor y pertenencia, de estima) y
de “desarrollo del ser” (auto-realización). La diferencia distintiva entre una y otra se
debe a que las “deficitarias” se refieren a una carencia, mientras que las de “desarrollo
del ser” hacen referencia al quehacer del individuo.
Necesidades fisiológicas: son de origen biológico y refieren a la supervivencia del
hombre; considerando necesidades básicas e incluyen cosas como: necesidad de
respirar, de beber agua, de dormir, de comer, de sexo, de refugio.
Necesidades de seguridad: cuando las necesidades fisiológicas están en su gran
parte satisfechas, surge un segundo escalón de necesidades que se orienta a la
seguridad personal, el orden, la estabilidad y la protección. Aquí se encuentran cosas
como: seguridad física, de empleo, de ingresos y recursos, familiar, de salud y contra
el crimen de la propiedad personal.
Necesidades de amor, afecto y pertenencia: cuando las necesidades anteriores
están medianamente satisfechas, la siguiente clase de necesidades contiene el amor,
el afecto y la pertenencia o afiliación a un cierto grupo social y buscan superar los
sentimientos de soledad y alienación. Estas necesidades se presentan continuamente
en la vida diaria, cuando el ser humano muestra deseos de casarse, de tener una
familia, de ser parte de una comunidad, ser miembro de una iglesia o asistir a un club
social.
Necesidades de estima: cuando las tres primeras necesidades están
medianamente satisfechas, surgen las necesidades de estima que refieren a la
autoestima, el reconocimiento hacia la persona, el logro particular y el respeto hacia
los demás; al satisfacer estas necesidades, las personas tienden a sentirse seguras de
sí misma y valiosas dentro de una sociedad; cuando estas necesidades no son
satisfechas, las personas se sienten inferiores y sin valor.
Maslow propuso dos necesidades de estima: una inferior que incluye el respeto de los
demás, la necesidad de estatus, fama, gloria, reconocimiento, atención, reputación,
y dignidad; y otra superior, que determina la necesidad de respeto de sí mismo,
incluyendo sentimientos como confianza, competencia, logro, maestría, independencia
y libertad.
Necesidades de auto-realización: son las más elevadas encontrándose en la
cima de la jerarquía; responde a la necesidad de una persona para ser y hacer lo que
la persona “nació para hacer”, es decir, es el cumplimiento del potencial personal a
10. través de una actividad específica; de esta forma una persona que está inspirada para
la música debe hacer música, un artista debe pintar, y un poeta debe escribir.
A continuación se presenta la pirámide de la jerarquía de necesidades de Maslow.
Además de las cinco necesidades antes descritas, Maslow también identificó otras tres
categorías de necesidades, lo que dio origen a una rectificación de la jerarquía de
necesidades.
Necesidades estéticas: no son universales, pero al menos ciertos grupos de
personas en todas las culturas parecen estar motivadas por la necesidad de belleza
exterior y de experiencias estéticas gratificantes.
Necesidades cognitivas: están asociadas al deseo de conocer, que posee la
mayoría de las personas; como resolver misterios, ser curioso e investigar actividades
diversas fueron llamadas necesidades cognitivas, destacando que este tipo de
necesidad es muy importante para adaptarse a las cinco necesidades antes descritas.
Necesidades de auto-trascendencia: Hacen referencia a promover una causa
más allá de sí mismo y experimentar una comunión fuera de los límites del yo; esto
puede significar el servicio hacia otras personas o grupos, el perseguir un ideal o una
causa, la fe religiosa, la búsqueda de la ciencia y la unión con lo divino.
Aplicando la teoría al área educacional
Es necesario destacar que esta teoría, forma parte del paradigma educativo
humanista, para el cual el logro máximo de la auto-realización de los estudiantes en
todos los aspectos de la personalidad es fundamental, procurando, proporcionar una
educación con formación y crecimiento personal. Se debe tener en cuenta, además,
que para que un alumno pueda llegar a la autorrealización se requiere que las otras
necesidades estén cubiertas, lo que se plantea como una dificultad para aulas en que
11. los niños no han satisfecho necesidades de tipo fisiológicas, de seguridad o de amor,
pertenencia y de estima. Por ello las formas en que se aborda la satisfacción de estas
necesidades también se torna como un desafío para las instituciones educativas y el
sistema escolar en general, considerando que las carencias como por ejemplo el
hambre, la inseguridad o sentido de indefensión, la falta de constitución en la familia,
entre otras problemáticas están muy presentes en la vida de muchos alumnos sobre
todo de los que provienen de contextos más vulnerables y por ende afectan su
educación y la búsqueda de su auto- realización.
Valoración de la psicología humanista
A la hora de evaluación de la psicología humanista se le ha atribuido el mérito de que
conceptos como subjetividad, experiencia o construcción de significado hayan tenido
su lugar. Myers (1994), da cuenta de una serie de investigaciones en las que a través
de la comparación de los resultados de encuestas de los años 30 y los años 80, se
concluye que las ideas de Maslow y Rogers han influido notablemente en las
creencias de la sociedad norteamericana. De un modo más específico, las propuestas
de Rogers sobre la importancia de la actitud del terapeuta, y por extensión las del
educador, parecen tener un alto grado de aceptación (Orlinsky y Howard, 1986), sino
como condición suficiente para inducir el cambio tal como creía Rogers, sí como
condición necesaria.
En lo que respecta a las críticas recibidas, la más relevante es la ausencia de
validación empírica de sus propuestas. Se ha señalado que esta crítica no es del todo
justa (Feixas y Miró, 1993; Rosal, 1982) y que Rogers señala la necesidad y
conveniencia de entender como hipótesis sus propuestas y someterlas a validación
empírica (véase Rogers, 1968, quinta parte, para su posición con respecto a la
investigación y Rice y Greenberg, 1984, para una compilación sobre investigaciones
sobre supuestos humanistas). Gendlin (1988) ha señalado, incluso, que Rogers fue
pionero en insistir en la unión entre la psicoterapia y las técnicas objetivas de la
psicología experimental, grabando las sesiones y evaluando el efecto de las sesiones
por medio de la aplicación de tests antes y después de la terapia.