1. GUÍA PARA LA LECTURA COMPRENSIVA
Aristízabal (1991) dice: «El buen lector es aquel que lee rápido,
comprende lo que lee y profundiza al máximo... con el fin de
sacar provecho de lo leído ya que leer por leer - como un robot
- no tiene sentido”.
Comprender un texto significa, como dice Eduardo Vidal-Arbaca1, sobre todo
impregnarnos de su significado, extraerlo y hacerlo consciente en nuestra mente, lo cual
supone realizar conjuntamente un sin número de procesos, mediante los cuales
integramos la información léxica, sintáctica, semántica, pragmática e interpretativa, para
poder conversar con el autor. Ello implica:
a) Desentrañar las ideas que encierran las palabras y las oraciones del texto para
poder construir conceptos con las palabras del texto.
b) Conectar las ideas entre sí que nos permitan construir un hilo conductor que de
conexión y coherencia al texto y corresponda a la representación mental de lo
que leemos y escribimos.
c) Asumir la jerarquía de las ideas existente o de construir otra nuevas que
establezcan algún tipo de vínculo entre éstas que las diferencien o jerarquicen.
d) Reconocer la trama de relaciones que articulan las ideas globales, la
macroestructura del texto.
Son varios los métodos conocidos que permiten una mayor comprensión de lo leído.
El método que vamos a emplear para leer comprende un antes, un durante y un después
de la lectura.
Con el ánimo de lograr este cometido, en la educación se han propuesto y ensayado
muchas estrategias de lectura. Desde el Diplomado proponemos a los participantes el
método IPLER.
EL METODO IPLER
En 1.940 Robinsón elaboró el método SQ3R que corresponde al acróstico en inglés
de los cinco pasos que abarca esta estrategia de lectura, que traducidos al español
corresponden a IPLER. Pero sólo fue en 1.984 que Jhons y Mc Nema lo propusieron como
un método para obtener un bien rendimiento académico.
El método comprende tres momentos:
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POZO, Juan Ignacio, MONEREO, Carles (coord.) El Aprendizaje Estratégico. Ed Santillana
Aula XXI: España, 1999. p 155
1
2. Antes de leer Inspeccionar
Preguntar y Predecir
Durante le lectura Leer y Valorar
Expresar
Después de la lectura Revisar y Consolidar
1. Iniciar y examinar previamente la lectura
Después de relacionar la lectura la ficha informe de lectura, procedemos, de la
siguiente manera:
Al enfrentarse al texto, la nuestra primera tarea es tratar de descubrir el tema del
escrito: ¿De qué trata la lectura de la semana?.
Como el título no siempre refleja el tema del escrito, nos ayudamos con un examen
relámpago de los subtítulos, el resumen, las preguntas de repaso y todo otro elemento
que utiliza el autor para presentar sus mensajes, tales como nomencladores, símbolos,
cuadros, gráficos, figuras, etc.
El objeto es formarnos una idea del tema global de la lectura y, hasta donde sea
posible, reconstruir la estructura del texto, por ejemplo: determinar si para presentar y
desarrollar sus ideas el autor emplea comparación y contraste, problemas y soluciones,
causa y efecto, etc.
2. Preguntar y predecir
Aquí empezamos dividiendo el documento en secciones y no trabajar el documento en
su totalidad. Inmediatamente después de elegir la sección que vamos a leer, convertimos
en preguntas las inquietudes que nos genera cada parte del texto. Una manera de
ayudarnos en esta labor es convertir en preguntas los subtítulos que vamos a leer.
Hecho lo anterior, nos imaginamos y escribimos cuanto se nos ocurra sobre esta parte
de la lectura. No importa si los saberes previos que tenemos coinciden o no con los
planteamientos del autor, lo esencial es que podamos establecer relaciones entre lo que
ya sabemos con lo nuevo que podemos encontrar y en algunos casos generar cambios.
En este paso, bien podemos aprovecharnos de la ficha SQA que preparamos al iniciar
nuestro trabajo. Tal vez, encontremos que vale la pena complementarla y modificarla.
3. Leer con propósito
Aquí empezamos propiamente la lectura.
Leemos para respondernos las preguntas y lograr el propósito de la lectura. Toda
actividad que se realice con un propósito definido y claro permite centrar la atención en
aquello que es esencial al propósito y dejar de lado lo trivial, accesorio o innecesario.
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3. La lectura comprensiva es una actividad que no deberíamos llevar a cabo si antes no
hemos establecido para qué leemos. Si hemos fijado propósitos, por ejemplo a través de
preguntas que debemos responder al terminar la lectura de las secciones, tendremos
guías para subrayar ideas nuevas, ideas principales, detalles importantes y términos
técnicos o científicos. Pero no subrayemos a medida que vayamos leyendo sino al finalizar
uno o más párrafos porque entonces sólo en ese momento habremos que puntos son
dignos de resaltar.
Una cosa nos debe quedar bien clara, que en el transcurso del Diplomado no se lee
para memorizar términos, definiciones o datos; la lectura es una estrategia para que cada
uno de nosotros construya sentido con lo que lee y con los saberes previos que de
antemano trae sobre el tema de la lectura. A medida que practiquemos el proceso iremos
mejorando la redacción y conceptualización de los aspectos que deseamos profundizar.
4. Ejercitar y expresar lo leído
Después de leída cada sección en su totalidad y no antes, respondemos con nuestras
propias palabras las preguntas que nos formulamos anteriormente, utilizando diferentes
técnicas que nos ayuden a conceptuar, por ejemplo: un cuadro sinóptico en forma
telegráfica con la ayuda de las partes subrayadas. Si no podemos expresar por escrito lo
que acabamos de leer quiere decir que aún no lo ha comprendido. Debemos tener claro
que en este punto no se trata de repetir o reproducir lo que dice el autor, es necesario
aprovechar la ocasión para ejercitar las habilidades de interpretación, complementación,
crítica y aplicación de cada uno de nosotros.
A este ejercicio hay que darle el tiempo suficiente, vale la pena porque aumenta
considerablemente la efectividad en la construcción, comprensión, retención y
recuperación del conocimiento. El tiempo que emplee para la ejercitación y expresión
durante el periodo de lectura significará ahorro para las actividades de aprendizaje
futuras.
Nota: repitamos los pasos 2, 3 y 4 para cada sección del documento.
5. Recuperar lo aprendido y reflexionar sobre nuestra práctica como
agentes educativos
Se afirma que se lee para aprender. Si se cumplimos los pasos anteriores existe una
altísima probabilidad de que se hayamos aprendido mucho. Ahora hay que recuperar y
verificar la totalidad del documento.
Los autores de este método recomiendan que en este momento hagamos un
recorrido del texto completo, releyendo las notas y respondiendo nuevas preguntas que
nos surjan. En caso de duda podemos ayudarnos con las notas o releyendo el texto.
Todo este proceso lo hemos realizado con el propósito de cualificar nuestra práctica
como agentes educativos de jóvenes y adultos campesinos. Por ello, esta estrategia de
aprendizaje será coherente si la finalizamos realizando una reflexión las situaciones de la
vida profesional o cotidiana en las que real o hipotéticamente podemos aplicar la los
aprendizajes obtenidos en el estudio del documento. Bien vale retomar situaciones en las
cuales este estos conocimientos nos hubieran aportado para un mejor desempeño.
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