Discurso pronunciado por Alberto Galarza, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios, durante el foro de discusión "Ayotzinapa: Verdad y Justicia" en donde participó el padre Alejandro Solalinde
LO QUE NUNCA DEBARIA HABER PASADO PACTO CiU PSC (Roque).pptx
Discurso "La historia de esta lucha"
1. LA HISTORIA DE ESTA LUCHA
Dicen que la Historia la escriben los vencedores pero en nuestro país la
historia la contaremos nosotros.
En México una historia que ocurre cada día es la de las madres mutiladas
porque han perdido a sus hijos, porque el gobierno no puede y no quiere
encontrarlos, historias que no salen en los medios porque eso es mala
prensa para el Señor Presidente.
Tampoco se cuenta la historia de cada uno de los muertos que se van acu-mulando
desde que comenzó esta guerra infame y sin sentido y que ya
suma más de 121 mil cadáveres. Una guerra cruel en la que nos metieron
a todos y en la cual para el Gobierno sólo somos una cifra.
Son cientos o miles las historias de terror que se viven en municipios de
Guerrero, de Michoacán, de Tamaulipas, de Chihuahua y otros estados,
en donde los presidentes municipales actúan como caciques horrendos
y mortales, donde no hay crítica y el que critica se queda sin voz y sin
aliento gracias al cañón de la pistola de un policía.
Tal como ocurría en Iguala, en donde los críticos de José Luis Abarca
desaparecían, en donde nadie tenía la seguridad de vivir un día más, en
donde a José Luis Mondragón le arrancaron el rostro y de donde nos
arrancaron a 43 de los nuestros.
Son cientos o miles de Abarcas e Igualas que existen en el País, que
tienen pactos con los criminales y trabajan para ellos, Abarcas que
siguen aterrorizando a sus pobladores con las desapariciones, la violen-cia
y las muertes horrendas.
2. Pero en esta historia no hay que convertir en todo-culpables a los Abar-cas
del País. Ellos no son los principales culpables, los culpables están allá,
en las altas esferas del poder, en donde el crimen y el gobierno no se
pueden distinguir. Iguala es sólo la muestra de lo podrido que está el País.
Es detestable la poca preocupación que tienen por encontrar la solución a
los problemas que han creado y que dejaron crecer. Da asco ver a la clase
política realizar cálculos con el sufrimiento de la sociedad, mostrando que
su preocupación se centra en las próximas elecciones.
Es por eso que cuando llaman a pacto nosotros no escuchamos porque
sabemos que es un pacto entre ellos, un pacto que desatiende a la socie-dad,
un pacto que sólo busca crear una buena imagen para los inversioni-stas
y que en ningún momento comprometerá los intereses de su
pirámide corrupta.
El pacto lo tenemos que hacer desde la sociedad, tenemos que hacer las
demandas necesarias y las preguntas correctas, de manera pacífica y
creativa. Este es el punto de inflexión, el punto donde tenemos que
reconstruir a nuestro país organizándonos de manera inteligente y pací-fica.
No debemos darle al Gobierno ningún pretexto para que reprima
nuestra organización, para que sofoque la movilización nacional que se
está articulando y desde la que vamos a escribir una historia nueva, una
mejor, con justicia, sin impunidad, donde reine la paz y la democracia.