El vanguardismo-latinoamericano-para-cuarto-de-secundaria (1)
Presentacion fer de literatura com
1.
2. El Dadaísmo nació en Alemania y Suiza durante la Primera
Guerra Mundial, y después de la conflagración se
trasladó a París. No era tanto un movimiento artístico
como una actitud, una actitud de revuelta y de
desprecio, de disgusto frente al orden social existente,
caracterizado por una avaricia inhumana y un ansia de
poder, y frente al arte tradicional, que había quedado
invalidado por el hecho de que la sociedad lo consideró
respetable. El bigote y la inscripción obscena en la "Mona
Lisa" ilustra perfectamente esta actitud. Los Dadaístas
experimentaron diversos estilos artísticos, algunos de los
cuales serían desarrollados posteriormente por los
Surrealistas. En el período de entreguerras, el Surrealismo
(asentado en París y altamente cosmopolita) dominó el
mundo del arte y jugó un papel importante en la literatura
y en el cine. A partir de mediados de los años 40, muchos
de sus reclutas más relevantes vinieron de América
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4. El surrealismo es considerado un movimiento artístico que
tiene su nacimiento en Francia y obtiene su base inicial en el
Manifiesto del Surrealismo(1924) de André Breton,
definiéndolo como un “Automatismo psíquico puro, por cuyo
medio se intenta expresar el funcionamiento real del
pensamiento”, reforzándose en que se trataba de “un
dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de
la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral”.
Apollinaire pronosticó “una serie de manifestaciones del
Espíritu Nuevo que se está haciendo sentir hoy”, vaticinando
que lograría “cambios profundos en nuestras artes y
costumbres a través de la alegría universal, pues es
sencillamente natural, después de todo, que éstas lleven el
mismo paso que el progreso científico e industrial”.
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6. Estridentismo, movimiento vanguardista literario mexicano
fundado por Manuel Maples Arce. Los estridentistas
conjugaban el aspecto moderno del futurismo, con la
irreverencia dadá. Trataron de obtener una simbiosis entre
todas las tendencias de la vanguardia. Animados por la
nueva sociedad surgida después de la Revolución
Mexicana, exaltaban las fábricas y las masas
trabajadoras. Teóricos y prácticos, lanzaron varios
manifiestos, como ya habían hecho los surrealistas en
Francia; el primero, presentado como el "comprimido
estridentista", Actual y Hoja de Vanguardia (1922). A este
grupo pertenecieron escritores como el mismo Maples
Arce, Germán List, Salvador Gallardo o Luis Quintanilla. El
primer manifiesto también incluía nombres como
Cansinos-Assens, Borges y Guillermo de la Torre.
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8. Belleza y arte
La belleza construida en el presente con justificaciones seniles ha
nacido irremediablemente muerta, y se encuentra en un ambiente de
farándula burguesa que la convierte en un objeto meramente
suntuario.
Esa belleza se ha asfixiado entre sus numerosos adornos: extensas
disertaciones sobre la pureza de las formas, teorías sobre el color o las
palabras “buenas” y “malas” que nada tienen que ver con el ser
humano, innumerables panegíricos para los artistas vacuos, ediciones
de poesía limitada con la firma del autor en cada ejemplar, cultismo
confuso con información tan libresca que las computadores se mueren
de envidia.
Y con la muerte de esa señora, toda producción de seudoarte
cómplice ha sido afectada. Nunca se habían dado tantos artistas y
críticos cuya cobardía clama por el viejo tiempo del presente, y que se
arrojan desesperadamente sobre la calavera de la belleza para darle
algunos toques de maquillaje, cuya supuesta calidad es atestiguada
por los tenebrosos cubículos de las academias, o le cuelgan algunos
artefactos de la joyería Morlock
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10. La poesía experimental o la poesía visual, como se la conoce más
popularmente es, sin duda el género más desconocido por el público
en general y sin embargo, el que más nos rodea y seguro que todos
habéis visto y leído ya, aun sin ser conscientes de ello.
“Visto”; ésta es su peculiaridad: la poesía “visual” no sólo se lee o se
declama… se ve, se mira. Es el más “seductor” de los géneros poéticos
que se nos aproxima con todas las cualidades de la poesía discursiva y
además nos hace guiños con sus formas, colores, texturas… para
detenernos, hablarnos y conquistarnos.
En efecto, puede que no lo sepas pero eres ya un consumidor de la
magia y juego visual literario que es la poesía experimental. ¿Quieres
comprobarlo? Muy simple, fíjate en la publicidad que recibes cada día:
¿cuantos „slogans‟ guardan un “acertijo” visual? ¿Cuántos anagramas,
carteles y logotipos están hechos con una “visualización” de una
palabra?
Más allá de las palabras, más allá de la imagen, la poesía visual
entrelaza los códigos de ambas expresiones en un “comunicado”. Eso
es poesía visual y el diseño es, por ejemplo, un medio que ha absorbido
las técnicas y tácticas de la poesía experimental.
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12. La poesía concreta surge en la década de 1950 y sus intereses pasan
por la experimentación con la materialidad del lenguaje.
En 1954, el poeta boliviano-suizo Eugen Gomringer definía sus principios
en el manifiesto Vom Vers zur Konstellationen (Del Verso a la
Constelación).
Gomringer promovía el ideal de una poesía universal, común para
todos los hombres. Este tipo de manifestaciones se caracterizaban por
ser simples, fácilmente comunicables, no miméticas, por jugar con las
posibilidades combinatorias propia del lenguaje, por ignorar la
gramática y sintaxis convencionales y por promover un cambio en los
hábitos de la lectura.
El concretismo paulista del grupo Noigrandes, conformado por Decio
Pignatari y los hermanos Augusto y Haroldo de Campos, acentuaba a
su vez la triple dimensión verbal, visual y sonora de los signos (su
verbivocovisualidad) realizando particulares diseños de poesía.
Para ellos, el poema no debía limitarse solamente a poseer una
particular diagramación o a innovar a nivel tipográfico sino que debía
constituirse a partir de estos procedimientos, en una suerte de
ideograma
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14. A partir de este primer manifiesto se producen todos los momentos
nucleares de la poesía concreta. La tematización de los medios
artísticos significa, luego, para el lenguaje, la concentración sobre las
unidades lingüísticas y sus combinaciones; concentración sobre aquello
que permanece comúnmente desatendido como soporte de la
información, por ejemplo, la palabra, el sonido, la sílaba; y en la base
del texto, el espacio visivo y el espacio auditivo del texto. El mayor o
menor énfasis puesto en cualquiera de estos elementos nos entrega la
diferencia entre los autores de esta nueva tendencia, como es el caso
de Eugen Gomringer, Noigrandes, Claus Bremer, Emmett Williams,
Ferdinand Kriwet, frente a otros poetas concretistas como Ernst Jandl,
Friedericke Mayröcker, Friedrich Achleitner, Mauricio Kagel, para
quienes el lado acústico del lenguaje (su articulación musical) y no el
lado visual (o gráfico) juega un rol decisivo en la composición. Las
unidades lingüísticas en él son aisladas de modo tal que ya no
aparecen más como una comunicación de la experiencia
extralingüística sobre la realidad, sino que son dadas como soportes de
información en una apertura lexemática mucho más amplia, ergo, son
desfuncionalizadas como instrumentos de la comunicación.
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16. Las últimas propuestas de poesía visual de Josep Sou afloran directamente de las
barrocas imágenes postfotográficas, emanadas —como un juego cabalístico— de
otros tantos espejos, cóncavos o convexos, ubicados por doquier, donde realmente se
reflejan imaginariamente.
Un verso recordado, una palabra flotante, una frase astillada o una cita perdida y
azarosamente recobrada constituyen, de hecho, la materia prima. Pero también hay
que contar con la estructura formal de los valores plásticos de estas obras,
profundamente escenográficas, amparadas por las connotaciones tecnológicas que
de todas ellas, más o menos, intensamente afloran.
De este modo —frente al latido y la connivencia de “la mirada cómplice”— se pone a
prueba la última poética experimental del autor, siempre tras la búsqueda obsesiva y la
conquista pactada de nuevos lenguajes/nuevos medios/nuevas estrategias para la
comunicación estética.
Quede, pues, bien claro que el punto de partida está en los fragmentos poemáticos,
en las letras y en los signos de cualquier tipo que pueden ser concitados a la
subsiguiente manipulación de imágenes. Es así como el color, el movimiento, los
claroscuros, la diversificación de planos, los contrastes, los ritmos, la densidad de las
propias imágenes o las formas inventadas cooperan con la tecnología para arbitrar la
aparición de una realidad nueva y diferente, en la escenografía del complejo discurso
visual resultante.
Es así como el poema-origen deja paso en esa manipulación seriada de las imágenes,
en esa cuidada postfotografía, a “otro tipo de poema visual”, al ciberpoema
materializado en el formato fotográfico. De este modo, otros significantes, más allá de
la estricta palabra, con otras sintaxis y otras asociaciones visuales dan lógicamente
paso franco a otros significados.