3. Ediciones Ginosko Año iii Número 10
“Cita con Dios” es una publicación mensual gratuita
con un tiraje de 13,000 ejemplares.
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4.
5. Relaciones que Bendicen
Si supieras que solamente vas a vivir un mes ¿cómo y con quién
utilizarías tu tiempo? Se hizo una investigación al respecto y
una mayoría abrumadora dijo que si su tiempo estuviera limitado,
no lo desperdiciaría buscando aventuras ni viajando a lugares her-mosos;
lo invertiría con las personas que más ama.
No tiene nada de malo ser aventurero o visitar lugares hermo-sos,
yo he estado en muchos lugares así, pero si yo tuviera un mes de
vida, lo pasaría con las personas más importantes para mí. Creo que
estarás de acuerdo conmigo.
En este mes vamos a hablar acerca de cómo profundizar en las
relaciones más importantes, las relaciones que nos bendicen, y para
esto debemos tomar en cuenta 3 aspectos muy importantes:
• Vivir la vida con sabiduría (Salmos 90:12). “Enséñanos a contar bien
nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría”. Estas es
una oración donde le pedimos a Dios que nos enseñe a usar de
la mejor manera nuestro tiempo, para que podamos tener la
sabiduría de dedicarnos a lo más importante, y esto tiene que
ver con tener buenas relaciones y pasar tiempo con las perso-nas
que amamos y que nos aman.
• Aprender a perdonar y a confiar. Todos necesitamos relaciones
aun cuando éstas sean complicadas; necesitamos ser amados,
estar conectados con otras personas de manera genuina. Ayu-da
mucho el que aprendamos a perdonar y a confiar en los
demás.
• Hacer una lista. No de todos tus contactos de Facebook, sino
de aquellas personas que consideras más importantes en tu
vida, y decide empezar ahora mismo a pasar más tiempo con
ellos y a profundizar en esas relaciones.
Te invito a que consideres restaurar las relaciones que en al-gún
momento y por cualquier motivo se hayan fracturado y que
profundices en aquéllas que son de bendición para tu vida.
Pastor Elías Betanzos Luis
Director General
6. Martes 1º de octubre Lectura del día: Efesios 2:11-22
Cristianismo es comunidad
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos,
sino conciudadanos de los santos, y miembros
de la familia de Dios.” Efesios 2:19
Este era un banquete donde había todo tipo de manjares, las
cosas más deliciosas que uno se puede imaginar. El problema
en esta fiesta es que los asistentes no podían doblar los brazos, no
podían flexionar el codo, de tal forma que no se podían llevar nada
a la boca. ¿Cómo le hicieron para poder disfrutar de toda esta comi-da?
Fue sencillo, se sentaron en pares y cada uno le dio de comer al
otro. La enseñanza de esta historia es sencilla. Nos necesitamos unos
a otros. Uno de los propósito por el que Dios nos hizo, es para ser
parte de una comunidad, una familia.
Dios puso en el género humano genes con características que
hacen que pertenezcan a un grupo, para vivir juntos, Él nos diseñó
así. Aunque algunos se consideren personas solitarias, la verdad es
que requerimos de los demás para vivir completos. La vida no está
diseñada para vivir solos. Cuando pretendemos vivir solos nos opo-nemos
al plan de Dios para nosotros.
Dios mismo es un Dios de comunidad. El pasaje de Génesis
1:26 “Y dijo Dios hagamos al hombre conforme a nuestra imagen y
semejanza” nos deja ver la pluralidad de personas, que no de dioses,
haciendo referencia a su nombre Elhomin, y sigue diciendo Génesis.
Creó al hombre, pero después de crearlo dice de él: No es bueno que
el hombre esté solo. (Gn 2:18)
Muchas personas por diferentes circunstancias no tienen fa-milia.
Quizá tu madre de abandonó, o tu padre o quizá nunca los
conociste. Pero la Biblia dice que nosotros venimos a ser la familia de
Dios, estamos llenos de hermanos aquí, Jesús además de ser nuestro
hermano, es nuestro padre, nuestro Salvador, nuestro Dios. En el rei-no
de Dios no hay huérfanos. Él nos creó para que perteneciéramos
a Su familia.
Carnalmente la familia es muy importante, pero esta familia
te va a durar los años que tengas de vida, pero la familia de Dios te va
a durar toda la eternidad, por lo que es importante que fortalezcamos
nuestras relaciones con esta familia, la familia de la fe.
Busca lo mejor en cada persona y en cada situación.
Casi siempre lo encontrarás
7. Lectura del día: Hechos 15:36-41 Miércoles 2 de octubre
Vivir en comunidad traerá conflicto.
“Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro;
Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre.” Hechos 15:39
Bernabé y Saulo eran personalidades prominentes en la Iglesia
primitiva. Bernabé (Hijo de Consolación) quien originalmen-te
se llamaba José (Hechos 4:3, 6) sin duda recibió el cambio de nom-bre
por ser un atributo de su persona. Pablo era un excelente siervo
de Dios, con todo, estos grandes cristianos se vieron envueltos en
una diferencia no pequeña que ocasionó que se separaran y que cada
uno se fuera por su propio camino
En toda sociedad humana habrá dificultades por aquello de
las relaciones humanas y nuestras diferencias como individuos. En la
Biblia nos encontramos con comunidades muy sanas y familias que
se querían mucho y aun así tuvieron graves adversidades. En el hogar
de Isaac y Rebeca había favoritismo; en el hogar de Elí había falta
de disciplina; en el hogar de José había envidias, entre los apóstoles
había rencilla por saber quién sería mayor en el reino, entre Pedro y
Pablo hubo discusiones, en la Iglesia primitiva hubo disensión por-que
había discriminación entre los hebreos y los griegos.
Como puedes darte cuenta, la mayoría de las personas del párra-fo
anterior fueron grandes instrumentos de Dios, y sin embargo tuvie-ron
sus diferencias con otros santos también. En toda sociedad humana,
aun con todo y la madurez, consagración, siempre habrán diferencias
y debemos estar listos para identificarlas, comprenderlas y superarlas.
Es muy probable que en el diario convivir en la comunidad
de creyentes, alguien te ha fallado. Por ser la iglesia, tal vez espera-ríamos
que las cosas fueran diferentes, pero quizá no ha sido así. Hay
cosas que podemos hacer para restituir las relaciones.
• Habla con Dios antes que con la persona.
• Toma la iniciativa siempre para arreglar el problema, es el de-seo
de Dios.
• Sé comprensivo. Filipenses 2:4
• Confiesa tu parte en el conflicto. No esperes que los demás
admitan su culpa.
• Ataca al problema, no a la persona. Lo más importante no es
quién tuvo la culpa.
• En cuanto dependa de ti, está en paz con todos.
Busca lo mejor en cada persona y en cada situación.
Casi siempre lo encontrarás
8. Lectura d Jueves 3 de octubre el día: 1 Corintios 13:1-8
No guardes rencor
“No hace nada indebido, no busca lo suyo,
no se irrita, no guarda rencor.”
Corintios 13:5
La culpabilidad viene cuando has hecho algo impropio o has da-ñado
a alguien. El rencor viene cuando alguien ha hecho algo
impropio contigo o te ha dañado. Los rencores vienen por lo que
otras personas han hecho con nosotros.
Vas a ser herido en la vida, ese es un hecho. La vida no es justa.
La gente te lastimará. Las heridas más grandes las recibirás, desafor-tunadamente,
de las personas que más amas. Algunas veces lo ha-rán
intencionalmente, otras involuntariamente. De cualquier modo
duele. Como manejes esos resentimientos de la vida determinará si
eres una persona amargada o una persona libre.
¿Qué hago con todas las heridas que tengo amontonadas, toda
la basura emocional que aún guardo con rencor y cuando esa gen-te
viene a mi mente simplemente se me aprieta el estómago? ¿Qué
hago?
Job 5:2 dice: “Es cierto que al necio lo mata la ira. Y al co-dicioso
lo consume la envidia.” ¿Por qué? El resentimiento nun-ca
hiere a la otra persona, sólo te hiere a ti. Las otras personas
podrían estar totalmente inconscientes de que tú aún piensas en
ellos. Ellos ya han continuado con su vida, quizá ni se acurdan de
ti, pero tú todavía sigues pensando en ellos y en todo el mal que
te hicieron.
¡Algunos de nosotros hemos permitido que personas de nues-tro
pasado nos sigan hiriendo ahora! ¡Y eso es tonto! El pasado ya
pasó. Ellos no podrán herirte más a menos que tú continúes repa-sándolo
en tu mente. Cada vez que repasas ese resentimiento ellos te
herirán de nuevo. Incluso quienes te han hecho daño, y mucho qui-zá,
pueden ya estar muertos y aún te siguen hiriendo desde la tumba.
¡Eso es absurdo! Tú no los puedes herir a ellos con tu resentimiento.
Aferrarse de una herida, sólo te lastimará a ti. “Sólo te estás lastima-do
a ti mismo con tu enojo.” Job 18:4.
¿Qué haces con tus rencores? ¿Guardas rencor a la gente que
te ha herido? Decide perdonar. Dios te puede ayudar.
Busca lo mejor en cada persona y en cada situación.
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9. Lectura del día: Romanos 12:19-21 Viernes 4 de octubre
No te vengues
“No os venguéis vosotros mismo, amados míos, sino dejad lugar a la ira de
Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.”
Romanos 12:19
Debido al pecado en este mundo, la vida es injusta. Dios nunca
dijo que la vida sería justa. Esta es la Tierra, no el Cielo en don-de
la voluntad de Dios siempre se hace. Algunas veces gente inocente
sufre. Y a veces las personas culpables y malas prosperan. La justicia
no siempre se ejerce en este mundo. Este es un mundo pecador.
Pero Dios dijo que un día Él va a llamar a cuentas. Un día Él
llamará a cuentas a los buenos y a los malos, y establecerá los asun-tos
que no fueron establecidos aquí – los crímenes, la injusticia, el
prejuicio, el racismo, el sexismo, las violaciones, los asesinatos, las
heridas, los secuestros, el abuso. Un día Dios va a hacer cuentas.
Mientras tanto, la Biblia dice no os venguéis vosotros mismos. Esto
te devoraría ¿En lugar de eso qué debes hacer?
“Libérate de toda amargura… perdonándonos unos a otros
como Cristo nos perdonó.” Existe realmente un cielo y realmente
un infierno. Un día Dios hará cuentas. Y mientras tanto Él dijo que
nos liberáramos de la amargura, perdonándonos unos a otros como
Dios nos perdonó. Si Dios te ha perdonado, Dios espera que tú per-dones.
Tú nunca tendrás que perdonar a otra persona, más de lo que
Dios ya la ha perdonado.
Una de las más grandes cosas que Martín Luther King dijo fue,
“La amargura es ciega.” Si yo permito que tú me hieras, la amargura
me cegará. Me cegará a la verdad, de todo lo que es bueno en el
mundo, lo único que podré ver será maldad y perversidad. Me cegará
de lo que Dios quiere hacer en mi vida. Dios quiere aún tomar lo
negativo, dañino, perjudicial y cambiarlo y usarlo para bien y hacer-me
una mejor persona. Yo no puedo ver eso cuando estoy amargado
¿De qué te sientes herido? ¿De qué quisieras vengarte? ¿Estás
dejando que el dolor y el resentimiento te incapaciten y te manten-gan
encerrado en una prisión? – tú mismo te pusiste en esa prisión.
Nadie cerró con llave la puerta – tú mismo la cerraste.
Ora: Dios sana mi pena, sana mi dolor. No tomaré venganza.
Dejo mi caso en tus manos, Tú eres el juez justo. Confío en ti.
Busca lo mejor en cada persona y en cada situación.
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10. Sábado 5 de octubre Lectura del día: Salmos 42:1-11
Jesucristo quiere sanar tus emociones dañadas
“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en
Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío.” Salmos 42:5
El rey David está usando términos que un pastor de ovejas en-tiende
muy bien cuando habla acerca de estar abatido.
Las ovejas están hechas de manera que si ellas caen sobre uno
de sus costados y luego sobre sus espaldas con sus patas engarrotadas
en el aire, ellas no podrán salir de esta posición por sí mismas. A esta
posición se le llama, en el mundo de las ovejas, estar abatida. Cuando
una oveja está abatida es espantoso, da patadas y se revuelca en el aire,
sabe que está expuesta al ataque. En esta posición el gas comienza a
acumularse en su estómago, el cual se endurece e impide que pase el
aire y las sofoca, en un día caluroso una oveja en posición abatida pue-de
morir en cuestión de horas. Ellas no pueden hacer nada al respecto.
Ellas necesitan un pastor que restaure su alma.
Cuando un pastor restaura una oveja abatida, esto no sucede
inmediatamente, toma tiempo. Primero un pastor vendrá a la oveja
que está acostada sobre su espalda y le dará un amoroso mansaje en sus
patas engarrotadas todas derechas en el aire, para que tenga circulación.
Entonces suavemente volteará a la oveja y la levantara porque no puede
estar de pie por sí misma, la alzará y la sostendrá mientras la oveja em-pieza
a hacer algo de equilibrio. La sangre comenzará a fluir en las patas
nuevamente y entonces tendrá más estabilidad y podrá irse
¡Qué cuadro de lo que Dios quiere hacer contigo! Cuando estás
sobre tu espalda revolcándote alrededor y los resentimientos, la culpa
y los rencores te están agobiando, piensas que vas a morir en esa po-sición,
pero recuerda: el Señor es tu Pastor. Él viene amorosamente y
con palabras tranquilizantes extiende sus manos y levanta a su pequeño
cordero, lo coloca derecho hasta que pueda sostenerse en sus propios
pies y lo carga hasta que ya recuperó esa estabilidad. Jesucristo quiere
restaurar tu alma. Si has estado abatido por alguna razón, Él es el único
que puede ayudarte a ponerte de nuevo en pie.
Jesucristo quiere sanar tu alma. ¿Cómo lo hace? “Si tú dispu-sieres
tu corazón, Y extendieres a él tus manos; Si alguna iniquidad
hubiere en tu mano, y la echares de ti. Y no consintieres que more en
tu casa la injusticia. Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha
y serás fuerte, y nada temerás: y olvidarás tu miseria, O te acordarás
de ella como de aguas que pasaron.” Job. 11:13-16.
Busca lo mejor en cada persona y en cada situación.
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11. Lectura del día: Mateo 15:21-28 Domingo 6 de octubre
No te permitas ser ofendido
Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen
de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Mateo 15:27
En Mateo 15:21 al 28 tenemos la historia de una mujer no judía
que se acerca a Jesús pidiéndole su intervención en la vida de
su hija, quien estaba gravemente atormentada por un demonio. La
petición es urgente, la actitud de ella era desesperada, quien humi-llada
imploraba el poder del “Hijo de David”.
En la escena Jesús adopta una actitud evidente de prejuicio
religioso, no porque lo fuera, sino porque quería darnos una lec-ción
a nosotros y a sus discípulos. Jesús aparentemente desprecia a la
mujer por su condición cultural (griega), étnica (Siria de Fenicia) y
religiosa (pagana). La historia nos presenta no sólo el rechazo de los
discípulos por esta mujer, sino aun la respuesta fría de Jesús: No está
bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos, insistiendo
en que su misión está destinada solamente a las ovejas perdidas de
la casa de Israel.
Sin embargo esta gran mujer no se permite ser ofendida. Ha
sido rechazada tres veces en esta breve historia, sin embargo, no está
dispuesta a que en su vulnerabilidad acepte un no como respuesta.
Su necesidad es grande, también su coraje y no va a permitirse ser
ofendida. La fuerza de la ofensa no depende de quien la pronuncia
sino de quien la acepta
No te permitas ser ofendido. Esa es una decisión tuya. Las
personas hablan y dicen, pero la ofensa no depende de ellos, depende
de ti. En algunos casos quizá no hubo intención de ofenderte, sin
embargo te ofendiste. En otros casos alguien quiso ofenderte y tú no
te diste por aludido. Ves, no es de quien la pronuncia, sino de quien
la acepta.
Todos hemos recibido alguna ofensa, nos ha dañado más
cuando ha venido de quien menos lo esperábamos. Sin embargo,
hay una manera diferente de enfrentar la ofensa y el rechazo. En
esta historia parece que Jesús pone obstáculos, realmente a cada
obstáculo lo que corresponde es una respuesta más férrea. Jesús
conoce a esta mujer y sabe que su carácter la va a levantar para con-seguir
lo que desea. No te permitas perder la bendición por una
ofensa, sigue adelante, Dios quien todo lo ve, va a ver tu carácter
y tu disposición.
Busca lo mejor en cada persona y en cada situación.
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12. Lectura d Lunes 7 de octubre el día: Mateo 18:23-35
Hoy es el día del perdón
¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo,
como yo tuve misericordia de ti? Mateo 18:33
Cuando Dios hizo al hombre, le hizo a partir de la comunión
y la armonía; los seres vivos fueron pensados para vivir en
completa comunión, ese era el plan original de Dios, pero cuando
el pecado entró a la humanidad, lo primero que se rompió fue la
comunión: La comunión con Dios y la armonía en la naturaleza.
Entonces es cuando la Biblia dice: “Y vio Jehová que la maldad de
los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pen-samientos
del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y
se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió
en su corazón.” (Génesis 6:5)
En medio de todo este caos, Dios decidió crear una cosa más,
creó el perdón, que sería a la postre el único instrumento para restaurar
las relaciones dañadas. El perdón de Dios hacia la humanidad que ha
pecado se manifestaría a través de la muerte de Su Hijo Jesucristo que
nos limpia de todo pecado, y la restauración de las relaciones rotas en
el ser humano que se restablecerán sólo a través del perdón
La historia de los dos deudores de Mateo 18 nos habla de la
magnanimidad del dueño de la firma. El dueño asume la deuda, el
deudor queda perdonado, esta es la historia de Dios para la humani-dad.
Nosotros debemos pero Él paga.
Lo triste de la historia es que no queda ahí. El deudor tiene a
su vez alguien que le debe a él, aunque sólo una cantidad mínima;
sin embargo, la exige hasta casi aniquilar a su compañero deudor.
El dueño de la firma al saber lo que ha sucedido le mandó traer y le
echó en la cárcel hasta que pagara lo último: Entonces, llamándole
su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné,
porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu
consiervo, como yo tuve misericordia de ti? (32-33)
Cuando oramos el Padrenuestro “perdónanos nuestras deudas
así como nosotros perdonamos a nuestros deudores” debemos recor-dar
que en la misma medida como perdonamos a los que nos ofen-den,
en esa medida seremos perdonados.
Cuando estés enojado con alguien a quien amas, ten cuidado con lo que
le dices, porque tu mente se enoja, pero a tu corazón todavía le importa.
13. Lectura del día: Colosenses 4:1-6 Martes 8 de octubre
Los jefes
“Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo
que también vosotros tenéis un Amo en los cielos.” Colosenses 4:1
Dentro de las relaciones interpersonales, que son una bendi-ción,
tenemos la de los jefes o patrones en el trabajo. Dios
ha permitido que actualmente tengamos muchos empresarios em-prendedores
y personas en posición de administradores o jefes. La
Biblia no pasa por alto esta relación y nos enseña que éstos deben
tratar a sus subalternos con respeto, dignidad, aprecio y nunca
humillarlos, mucho menos en público o delante de los demás em-pleados.
En Colosenses 4, el apóstol Pablo procede a tratar el de-ber
de los amos para con sus siervos. No sólo se les pide justicia,
sino estrictamente equidad y bondad. Deben tratar a los siervos
como esperan que Dios los trate a ellos. Algunos estudiosos de la
Biblia traducen justicia en su interpretación amplia y liberal en
asuntos comunes.
En México la Ley Federal del Trabajo tiene artículos que
norman la relación de los patrones para con sus empleados: Por
ejemplo en los artículos 132 y 133 habla sobre las obligaciones de los
patrones, que van desde el hecho de no negarse a aceptar trabaja-dores
por razón de edad o su sexo, hasta no exigir a los trabajadores
que compren sus artículos de consumo en tienda o lugar determina-do.
Del 136 en adelante, de habitaciones para los trabajadores, Del
153, incisos A hasta la X, de la Capacitación y adiestramiento de los
trabajadores. Del 154 al 162 de la antigüedad y ascenso. Del 164 al
172 del trabajo de las mujeres. Y del 173 al 180 de los niños mayores
de 14 años y menores de 16.
Mario Vargas Llosa publicó en 1957 un cuento titulado “Los
jefes” y está basado en un episodio real de cuando el escritor cursaba
el 5º año en el Colegio San Miguel de Piura, a fines de 1952. Es una
aventura estudiantil con su amigo Javier Silva “El gordito”, que años
después sería Ministro de Economía y Finanzas.
Los empleadores cristianos hemos sido llamados a ser buenos
patrones y a demostrar el amor de Cristo con nuestros empleados o
subordinados.
Cuando estés enojado con alguien a quien amas, ten cuidado con lo que
le dices, porque tu mente se enoja, pero a tu corazón todavía le importa.
14. Miércoles 9 de octubre Lectura del día: 1 Timoteo 6:1-7
Los empleados
“Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos,
sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician
de su buen servicio. Esto enseña y exhorta.” 1 Timoteo 6:2
Así como hay obligaciones de los patrones hacia sus empleados,
la Biblia nos lleva a considerar las obligaciones de los trabaja-dores
o subordinados. Se espera que los empleados sean puntuales,
responsables, honestos, respetuosos de sus compañeros y de sus jefes.
La Palabra de Dios en pasajes como Colosenses 3:22 al 24 nos dice:
“Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo
al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con co-razón
sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que
del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo
el Señor servís.” En 1 Pedro 2:18 “Criados, estad sujetos con todo
respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino
también a los difíciles de soportar.” Y en 1 Timoteo 6:2 “Y los que
tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos,
sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se
benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta.”
Los artículos 134 y 135 de la Ley Federal del Trabajo hablan de
las obligaciones y prohibiciones de los trabajadores. Va desde cumplir
con las normas de trabajo que les sean aplicables, hasta no presentarse
al trabajo en estado de embriaguez, usar los útiles y herramientas
suministrados por el patrón, para objeto distinto de aquel a que están
destinados o hacer cualquier clase de propaganda en las horas de tra-bajo,
dentro del establecimiento.
Es privilegio de los empleados cristianos reconocer que la Bi-blia
asegura que cuando servimos a nuestro patrón o jefe inmediato
de corazón, como para nuestro Señor Jesucristo, recibimos bendi-ción
espiritual y material. Además de que Él nos da la gracia para
sobrellevar a los de difícil carácter.
Ora hoy por tus jefes y pide a Dios
bendición para ellos y sus familias.
Cuando estés enojado con alguien a quien amas, ten cuidado con lo que
le dices, porque tu mente se enoja, pero a tu corazón todavía le importa.
15. Lectura del día: 1 Pedro 2:11-25 Jueves 10 de octubre
La actitud correcta ante la crítica
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también
Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo,
para que sigáis sus pisadas” 1 Pedro 2:21
Nuestra capacidad para aceptar críticas nos puede formar o des-truir.
Nadie es indiferente a las críticas; nos hacen responder,
ya sea de forma positiva o negativa. Aprender a enfrentar las críticas
puede ser una de las lecciones más difíciles de aprender en la vida.
Si quieres hacer grandes cosas para Dios, recuerda que siempre habrá
alguien que no estará de acuerdo contigo y te criticará. Depende de
ti si quieres seguir adelante en el sueño que Dios te dio o te vas a
detener en medio del fuego de la crítica
Hay un tipo de personas muy propensas a recibir críticas, y
son los líderes. Aristóteles lo dijo bien claro: «La crítica es algo que
se puede evitar fácilmente no diciendo nada, no haciendo nada y no
siendo nada.» Sí, uno de los costos del liderazgo es la crítica. Si usted
está dispuesto a ir en contra de la corriente, se coloca en una posición
vulnerable, así que cuente con cierto grado de críticas.
Durante los últimos años de su vida, John Wesley hizo amistad
con William Wilberforce. Este hombre era un gran defensor de la abo-lición
de la esclavitud antes del inicio de la Guerra Civil. Él fue víctima
de una fuerte campaña por parte de los comerciantes de esclavos y de
otros cuyos poderosos intereses comerciales peligraban. Se comenzó
a rumorar que Wilberforce golpeaba a su esposa. Durante cerca de
veinte años de intensas batallas, se criticaron el carácter, la moral y las
motivaciones de Wilberforce. Desde su lecho de muerte, John Wesley
le escribió a Wilberforce: «A menos que Dios te haya llamado para este
tipo de cosas, la oposición de los hombres y de los demonios te desgas-tarán.
Pero si Dios está de tu parte, ¿quién puede estar en contra tuya?
¿Son todos ellos juntos más fuerte que Dios? No te canses de hacer el
bien.» William Wilberforce nunca olvidó las palabras de John Wesley.
Lo hicieron seguir adelante aun cuando todas las fuerzas del infierno
se alistaron en su contra.
La pregunta para nosotros no es: ¿Tendré que enfrentar las
críticas? sino ¿Cómo puedo enfrentar y aprender de las críticas y
de las confrontaciones? Es posible aprender a aceptar las críticas de
manera exitosa.
Cuando estés enojado con alguien a quien amas, ten cuidado con lo que
le dices, porque tu mente se enoja, pero a tu corazón todavía le importa.
16. Viernes 11 de octubre Lectura del día: Ezequiel 3:10-15
Ponte en los zapatos de la otra persona
“Y vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban
junto al río Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados,
y allí permanecí siete días atónito entre ellos.” Ezequiel 3:15
Ezequiel el profeta tiene dos opciones: Proclamar desde su espa-cio
de comodidad a una comunidad que vive en el cautiverio,
o sentarse con ellos para vivir su realidad y comprender su corazón,
aunque esto representara permanecer en silencio por siete días. El
pasaje nos dice que optó por la segunda
Henry Ford dijo: “Si hay un gran secreto para el éxito en la
vida es la habilidad de ponerse uno en el lugar de la otra persona y
ver las cosas desde su punto de vista a la vez que del de uno mismo”.
A esta habilidad de ver desde la perspectiva del otro se le conoce
como empatía. Empatía es la capacidad de identificarse con otra per-sona
entendiendo su situación, sus sentimientos y sus motivos.
En una sociedad ególatra como la nuestra lo que menos im-porta
son los sentimientos, los beneficios y el bienestar del otro. A
menos que usted esté en el departamento de atención al cliente, será
el único lugar, quizá, en donde los deseos e intereses del otro sean
lo importante; sin embargo, la vida diaria no es así, este mundo está
diseñado para que a pesar de todo y de todos, el beneficio mayor
siempre sea el mío. Eso se llama egoísmo.
La empatía utiliza un corto camino que logra que dos personas estén
en la misma página de inmediato, sin tener que malgastar palabras
ni tiempo explicando lo que importa.
La expresión de empatía más grande la encontramos en la per-sona
de Jesucristo: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo
también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó
el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a
sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.
Filipenses 2:5-7
Fue gracias a esta actitud que el amor de Jesús por nosotros
se hizo evidente; de la misma manera nuestro amor, cariño, aprecio
por los demás se hará evidente, en la medida que logremos ver la
vida desde la mayor cercanía posible a la realidad de las personas con
quienes nos relacionamos todos los días.
Cuando estés enojado con alguien a quien amas, ten cuidado con lo que
le dices, porque tu mente se enoja, pero a tu corazón todavía le importa.
17. Lectura del día: Salmos 1:1-6 Sábado 12 de octubre
Rodéate de personas con actitudes positivas
“Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en
la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la
ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella.” Salmos 1:1-2 (NVI)
Cuando tengas opciones en cuanto a tiempo, dedícaselo a per-sonas
que te ayudan a crecer, positivas, de buenas relaciones.
Dedicarles suficiente tiempo a las personas con actitudes positivas
reducirá los efectos de las críticas negativas. Al mismo tiempo te
desalentará a criticar a los demás.
Mateo 15:19 dice que del corazón salen los malos pensamien-tos,
los falsos testimonios, etc., también dice que de la abundancia
del corazón habla la boca. Las personas de las que nos rodeamos nos
van a influir de manera determinante, sin darnos cuenta, para bien
o para mal.
Las personas que se mueven en un ambiente de confianza y
paz, esperan lo mismo que los demás, pero quien se mueve en un
círculo negativo, también espera lo mismo de los demás. Crecer en
ambiente de crítica crea desconfianza y deteriora las relaciones hu-manas,
porque vivimos bajo esas expectativas en donde nada parece
estar en su lugar correcto.
Cuando la gente negativa te critique, muévete en círculos so-bre
tus adversarios en lugar de luchar contra ellos. Si tu actitud posi-tiva
llega a tener algún efecto en las personas con actitudes negativas,
será por tu ejemplo, no por tu defensa. Cuando los cuervos atacan a
un halcón, este no contraataca, por el contrario, se eleva muy alto,
volando en círculos cada vez más amplios hasta que los pájaros lo
dejan tranquilo. Así que elévate por encima de ellas. Cuesta trabajo
elevarse como un águila si tú te identificas con los guajolotes.
Así que rodéate de personas con actitudes positivas, quienes
te formarán para que vivas por encima de las críticas y no busques
constantemente aclaraciones ni defensas. Estas personas positivas
crearán un ambiente sano y de confianza en donde uno pueda ser
uno mimo, sin estarse cuidando de nadie.
La persona más transparente y de más confianza que te va a
ayudar a vivir por encima de la crítica, es nuestro fiel amigo Jesús,
el Hijo de Dios.
Cuando estés enojado con alguien a quien amas, ten cuidado con lo que
le dices, porque tu mente se enoja, pero a tu corazón todavía le importa.
18. Domingo 13 de octubre Lectura del día: Efesios 4:7-32
El poder del perdón
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también
os perdonó a vosotros en Cristo.” Efesios 4:32
En el Nuevo Testamento la palabra griega más usada para ha-blar
de perdón significa literalmente, liberar, salir corriendo,
liberarse de algo.
Sólo el perdón puede detener el ciclo de culpa y dolor, rom-piendo
las cadenas de la falta de gracia. La palabra resentimiento
literalmente significa “sentir otra vez” y expresa lo que sucede en el
ciclo de la falta de perdón, se sigue repitiendo sin interrupción el do-lor.
El resentimiento se aferra al pasado; lo vuelve a vivir una y otra
vez, arranca las costras nuevas para que la herida nunca se sane. Cada
vez que lo traemos a la memoria nos vuelve a lastimar.
Pero no es sólo un acto de benevolencia que hago por alguien,
sino también un acto de bondad que alguien hace por mí. El poder del
perdón puede aflojar la tenaza de la culpa en el propio culpable. Rom-pe
el ciclo de acusaciones y afloja el nudo estrangulador de la culpa.
No sólo necesitamos perdonar, sino también ser perdonados.
Esto abrirá el círculo de la libertad y de la remisión de la culpa.
Dios va pasando por etapas progresivas cuando perdona, de forma
muy parecida a los humanos:
• Primeramente, descubre de nuevo la humanidad de la persona
que lo ha ofendido, quitando la barrera creada por el pecado.
• Después, renuncia a su derecho de la venganza, decidiendo en
cambio cargar el precio sobre su propio cuerpo.
• Por último, revisa sus sentimientos hacia nosotros, encontran-do
una forma de “justificarnos”, de manera que cuando nos
vea, lo que vea sea a sus propios hijos adoptivos con su imagen
divina restaurada.
Como otras disciplinas espirituales, cuando perdonamos, la
mayor bendición no es para quien recibe sino para quien da. El que
es perdonado ha sido liberado, pero el que perdona ha extendido su
mano a la libertad y se multiplica en el gozo de saber que no sólo
ha traído el beneficio de la paz a alguien, sino que él mismo, como
pacificador, ha recibido de Dios el gozo de su presencia.
Cuando estés enojado con alguien a quien amas, ten cuidado con lo que
le dices, porque tu mente se enoja, pero a tu corazón todavía le importa.
19. Lectura del día: Colosenses 3:5-17 Lunes 14 de octubre
A paz nos llamó Dios
“Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones,
a la que asimismo fuisteis llamados en un solo
cuerpo; y sed agradecidos.” Colosenses 3:15
La mayoría de nosotros, en diferentes momentos de nuestra
vida, hemos atravesado conflictos interpersonales. El problema
no es que tengamos conflictos; el verdadero problema ocurre cuan-do
no se pueden resolver las diferencias de una manera saludable y
conforme a la voluntad de Dios.
La mayoría de las personas cargan consigo patrones para enfren-tar
los conflictos que vienen de sus padres. Si mamá gritaba y tiraba
los platos, es probable que nosotros hagamos lo mismo. Sin embar-go,
el hecho de que hayamos aprendido patrones negativos en nuestro
pasado no nos da el derecho de repetir los mismos errores. Tenemos
que aprender cómo desarrollar nuevos patrones de comportamientos
positivos. Cada vez que se aprende a resolver las diferencias de una
manera positiva, estará mejor equipado para poder resolver el siguiente
problema que surja. Esto también te llevará a nuevos niveles de amistad
e intimidad con los demás.
Todos hemos cometido el error de dejar que patrones negati-vos
surjan durante los conflictos. En vez de usar maneras constructi-vas
de resolver el conflicto, las personas terminan lastimándose. Hay
maneras incorrectas de lidiar con los conflictos, por ejemplo:
• Rehusarse a confrontar la verdadera causa del problema.
• Pretender que: “No es nada”, subestimando la gravedad de
un problema
• Ser reincidente en la conversación de temas resueltos.
• No perdonar.
• Buscar resolver los asuntos en el calor del momento del con-flicto.
Los conflictos relacionales tarde o temprano llegan, eso no lo
podemos evitar, pero lo que sí podemos decidir es la forma como los
vamos a enfrentar. No se trata de ignorarlos, tampoco de exaltarlos,
pero si se requiere un acercamiento con la actitud correcta en este pro-ceso
doloroso de interacción, que sólo es posible con la gracia y la pre-sencia
del Espíritu Santo en nuestra vida.
Sé amable con todos, sociable con muchos,
íntimo con pocos, amigo de uno, y enemigo de nadie.
20. Martes 15 de octubre Lectura del día: Romanos 14:1-9
No vivas para ti mismo
Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos,
para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos,
o que muramos, del Señor somos. Romanos 14:8
Quien ama verdaderamente renuncia a sí mismo por amor, el me-jor
ejemplo de esto es la familia. Muchos padres, por amor, re-nuncian
a satisfacer algunas de sus necesidades más elementales con tal
de que a sus hijos no les falte nada. Un padre o madre de familia por
amor renuncia a muchas de sus diversiones personales buscando el be-neficio
colectivo de la familia. La esposa por amor renuncia a muchas
cosas que le agradan con tal de “tener un hogar en paz”.
Si vivo, debo vivir para Dios, si muero, debo morir para Dios,
para hacer su voluntad y no la mía, para hacer lo que a Él le agrada y
no lo que me agrada a mí. Dios no está buscando “ratones de Iglesia”
quiere personas que estén dispuestos a supeditar sus deseos personales
a los beneficios colectivos: en su casa, trabajo, en la calle. Él quiere que
tú vivas para Él, en todo lo que hagas y que aún mueras para Él. Que
no sea tu propia naturaleza la que salga a relucir, sino la gracia de Dios
a través de ti. Que ames como Él ama, que vivas como Él. Renunciar
a ti mismo no te hace títere de Dios, tampoco es fácil, pero te hace un
hijo(a) obediente, y por lo tanto feliz.
Pablo ocupa este capítulo 14 para hablar sobre el hecho de no
juzgar a los demás. La tendencia nuestra es medir a los demás con una
regla personal, generalmente más suave con las personas que amamos
y más estricta con aquellos nos ofrecen cierta resistencia. No hemos
comprendido que no son las acciones de las otras personas las que
determinan lo que está bien o mal, ni siquiera mi criterio. Tenemos
que reconocer que el Espíritu trata con cada persona de modo muy
particular y que cada uno conforme a la madurez que tiene asume esa
dirección del Espíritu.
Si me comparo con otros, en muchos casos voy a salir bien
parado, en otros vapuleado; sin embargo, si dejo que la medida de
todas las cosas sea el mismo Jesucristo, entonces estaré parado en una
esfera de gracia en donde su misericordia y guianza dirigirán mi vida
para que la viva de la mejor manera.
Sé amable con todos, sociable con muchos,
íntimo con pocos, amigo de uno, y enemigo de nadie.
21. Lectura del día: Mateo 18:15-22 Miércoles 16 de octubre
Perdonar otra vez
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor,
¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que
peque contra mí? ¿Hasta siete? Mateo 18:21
Pedro, para no caer en pecado, quería saber cuántas veces debía
perdonar a quien le había hecho daño, y dijo: ¿Hasta siete?
¿Tantas? Los rabinos de aquellos días habían sugerido que “tres” era
el número máximo de veces que se esperaba que uno perdonara,
Pedro se estaba volando la barda al sugerir siete.
Jesús le dijo: setenta veces siete. No entremos en pormenores
si es cuatrocientas noventa veces, o setenta a la séptima potencia, el
caso es que Jesús le está indicando que debe perdonar siempre. Un
buen consejo a estas alturas sería: Perdona todas las veces que tú ne-cesites
el perdón de alguien más.
Nuestros hijos, nuestra pareja, nuestros hermanos y nuestros
padres son las personas que más amamos y sin duda es a ellos a quie-nes
en ocasiones les hacemos más daño, la mayoría de las veces, sin
quererlo.
Dios te dio dominio para controlar tu enojo, frustración, can-sancio,
todo aquello que te “pone mal” Porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2
Ti 1:7). Y es cierto también que en muchas ocasiones no has logra-do
controlarte y has lastimado a quienes más amas. ¿Qué debemos
hacer?
Cuando estamos educando a nuestros hijos en la infancia,
hay dos palabras que les decimos que surten buen efecto: Por favor
y gracias. Constantemente les hacemos ver la importancia de estas
palabras como gesto de respeto y amabilidad; hasta que se vuelven
parte de su vocabulario y parte de su conducta. Hay otra palabra que
debiéramos agregar a nuestro vocabulario, independientemente de
nuestra edad y de nuestra educación infantil y es la palabra: discúlpa-me,
por favor perdóname.
El perdón es algo que se ofrece, pero como todo acto genero-so,
el beneficio más grande no es para quien lo recibe sino para quien
lo da. Esa es la maravilla de la gracia y la misericordia de Dios.
Sé amable con todos, sociable con muchos,
íntimo con pocos, amigo de uno, y enemigo de nadie.
22. Jueves 17 de octubre Lectura del día: Romanos 14:10-23
No critiques
“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? Porque todos
compareceremos ante el tribunal de Cristo.” Romanos 14:10
Hay un dicho que dice: «Todo lo que se va, regresa.» Eso es muy
cierto, especialmente en la esfera de las actitudes humanas. Si
usted es una persona criticona y negativa, la vida lo tratará mal. Por
el contrario, si mantiene una actitud positiva y tiene una disposición
alegre, la alegría que comparte regresará a usted.
La crítica es inútil porque pone a la otra persona a la defensi-va,
y por lo común hace que trate de justificarse. La crítica es peli-grosa,
porque lastima el orgullo, hiere el sentido de la importancia
y despierta el resentimiento.
Una de las grandes necesidades humanas es la de la aprobación
y de reconocimiento. Hace unos años se hizo un estudio sociológico
entre esposas que habían abandonado sus hogares, ¿Y cuál crees que fue
la razón principal que dieron para haber tomado su decisión? “Falta de
aprecio”. Tenemos que recordar que tanto como tememos la condena,
anhelamos la aprobación. El principio más profundo del carácter hu-mano
es el anhelo de ser apreciado. La crítica y el juicio no despiertan
el entusiasmo entre las personas. La forma de desarrollar lo mejor que
hay en el ser humano es por medio del aprecio y el aliento.
A todo el mundo le agrada un elogio, y esto es algo que pode-mos
aprender, desarrollar la disciplina del elogio y rechazar la tenta-ción
constante de la crítica.
Antes de criticar debemos hacernos un breve examen:
• ¿Criticaría esto si no fuera por razones personales? En ocasiones
reaccionamos de manera diferente cuando tenemos una parti-cipación
directa desde el punto de vista personal y emocional.
• ¿Las críticas me hacen parecer mejor? Criticar a alguien para real-zarse
uno mismo es la forma más baja de gratificar el ego personal.
Eso denota una gran inseguridad. Recuerde que no es necesario
apagar las luces de otra persona para dejar la de uno encendida.
¿Me produce dolor o placer esta crítica? Cuando le resulta do-loroso
criticar a los demás, probablemente lo está haciendo de buena
fe. Si le produce tan sólo una pizca de placer cuando está criticando
a alguien, debe entonces aguantarse la lengua.
Sé amable con todos, sociable con muchos,
íntimo con pocos, amigo de uno, y enemigo de nadie.
23. Lectura del día: Romanos 13:1-7 Viernes 18 de octubre
Los ciudadanos con las autoridades
“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque
Wno hayautoridad sino de parte de Dios, y las que hay,
por Dios han sido establecidas.” Romanos 13:1
Mientras regresamos a nuestra verdadera ciudadanía como hijos
de Dios, que es el Cielo, seremos ciudadanos del país en donde
nacimos o en donde decidimos vivir. Por ejemplo, la ciudadanía mexi-cana,
de acuerdo a la Constitución Política de México en el artículo
34, es el estatus social que se le concede a toda persona que haya cum-plido
18 años de edad y tenga un modo honesto de vivir. Nuestra re-lación
se rige por derechos y obligaciones. El ciudadano cristiano tiene
la obligación de cooperar con las autoridades municipales, estatales y
federales, contribuyendo para el bien común en justicia, verdad, liber-tad
y solidaridad. Debe amar a su patria, defenderla, obedecer sus leyes
y sus autoridades legalmente puestas y, dice el apóstol Pablo, pagar sus
impuestos (Romanos 13:1-8).
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
en sus artículos 30, 31, 34, 35 menciona las obligaciones y los de-rechos
de todo ciudadano mexicano, desde hacer que sus hijos o
pupilos concurran a las escuelas públicas o privadas, para obtener la
educación primaria y secundaria, y reciban la militar, en los térmi-nos
que establezca la ley, hasta desempeñar los cargos concejiles del
municipio donde resida, las funciones electorales y las de jurado. Por
supuesto que enumera las prerrogativas y derechos que todo ciuda-dano
tiene.
Juan Martínez con dificultades pagó los impuestos del ne-gocio
que había establecido. Le costó porque todavía no es del
todo autosuficiente. Su sorpresa fue grande cuando meses después
su contador le notificó que la Secretaria de Hacienda le había
hecho una devolución por saldo a favor del impuesto sobre la
renta. Cumplir con nuestras obligaciones fiscales es obedecer el
mandato bíblico.
Pide a Dios que, aun en aquellas leyes sencillas como el respe-to
a los semáforos y las reglas de tránsito, te ayude a cumplirlas y dar
así un buen testimonio como cristiano.
Sé amable con todos, sociable con muchos,
íntimo con pocos, amigo de uno, y enemigo de nadie.
24. Sábado 19 de octubre Lectura del día: 1 Corintios 14: 6-19
Escucha a quienes le necesitan
“Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como
extranjero para el que habla, y el que habla será
como extranjero para mí.” 1 Corintios 14:11
Escuchar es la base de toda relación. No se puede entablar una
conversación si no existe un emisor y un receptor. Debemos
aprender a ser buenos receptores cuando estamos frente a una perso-na
con quien tenemos una relación.
Nosotros podemos comunicarnos porque hablamos un mismo
idioma. Si alguien llegara a hablarnos en alemán o chino, tal vez na-die
le entendería; si llegara algún científico o algún médico a hablar
con términos técnicos, no podríamos entender todo lo que dijeran,
y no quedaría claro lo que nos quieren expresar. Cuando hablamos
con un adulto, utilizamos un lenguaje diferente al que utilizamos
para hablar con un niño; incluso entre hombres cambia el lenguaje
con respecto a las mujeres. La forma de expresarnos depende mucho
del tipo de personas con quienes estamos tratando.
Para poder escuchar atentamente y captar lo que la otra per-sona
quiere decirnos, debemos darle la importancia que se merece.
En primer lugar, olvídate un momento de tus propios problemas y
enfócate en lo que la otra persona te quiere comentar; eso la hace
sentir importante. En segundo lugar, elimina las distracciones que te
rodean, como el celular u otras conversaciones alrededor, y escucha
atentamente.
En tercer lugar, trata de ponerte en su lugar. Pocas personas
logran ayudar a otras porque no se ponen en sus zapatos. En cuarto
lugar, ayúdale a ver el panorama desde donde estás tú parado, y
que pueda ver otras opciones que quizás desde su óptica no logra
apreciar.
Siempre permite que haya un tiempo de oración, si la persona
te lo permite, para que puedas poner su situación en manos de Dios,
y que traiga paz a su vida. Y por último, evita dar consejo si no te lo
piden; algunas personas sólo quieren ser escuchadas.
Recuerda que Jesús siempre estuvo dispuesto a escuchar a
otros, y siempre está dispuesto a poner atención a nuestros problemas
y nuestras dificultades.
Sé amable con todos, sociable con muchos,
íntimo con pocos, amigo de uno, y enemigo de nadie.
25. Lectura del día: Santiago 1:22-27 Domingo 20 de octubre
Con los más necesitados
“La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta:
Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones,
y guardarse sin mancha del mundo” Santiago 1:27
En toda la Biblia se habla de tener una actitud de misericordia,
piedad, compasión y amor hacia los necesitados. Hay una bon-dad
humana a la que el mundo llama altruismo. Nuestra actitud y
acciones deben ir más allá del altruismo, que algunas veces es para
aparecer a ocho columnas en el periódico o ser nombrado “bene-factor
de los pobres”, cuando se está realmente dando de lo que a la
persona le sobra.
Nuestra relación con los necesitados
debe ser para mostrar el amor de Cristo,
enseñándoles a pescar, en lugar de darles pescado.
No pretenderemos acabar con la pobreza en el mundo, pero
sí podemos ayudar a una persona o a una familia; con ello haremos
la diferencia.
En Zacarías 7: 9. “Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo:
Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada
cual con su hermano”. Jesús dijo en Mateo 25:35-36, 40 “Porque tuve
hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui
forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfer-mo,
y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí… Y respondiendo
el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de
estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.
El 13 de marzo del 2013, el cónclave de la Iglesia Católica Ro-mana
que se celebró tras la renuncia de Benedicto xvi, eligió como
papa a Jorge Mario Bergoglio, argentino que escogió llamarse Fran-cisco
en honor a San Francisco de Asís. Dijo a los periodistas que,
“cuando alcanzó los votos necesarios para su elección, el cardenal
Claudio Hummes le abrazó, le dio un beso y le dijo: No te olvides
de los pobres”. Y a raíz de ese comentario de su amigo decidió seguir
los pasos de Francisco de Asís, “el hombre de la pobreza, de la paz, el
que ama y cuida la creación”, terminó diciendo.
Si tienes la oportunidad, ayuda a una persona necesitada.
Sé amable con todos, sociable con muchos,
íntimo con pocos, amigo de uno, y enemigo de nadie.
26. Lectura d Lunes 21 de octubre el día: 2 Timoteo 1:1-6
Relación con los abuelos
“Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti,
la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre
Eunice, y estoy seguro que en ti también.” 2 Timoteo 1:5
En nuestro país, todos los días ochocientas personas cumplen 60
años y se estima que el envejecimiento representa el 9 % del total
de la población mexicana. Se estima que para el 2030 habrá más adultos
mayores que menores de 15 años y que para el 2050 el 30 % de la po-blación
estará dentro del segmento de los adultos mayores. De acuerdo
con cifras del Instituto Nacional de las Personas Mayores (inapam) más
de 10 millones de mexicanos son mayores de 60 años, de los cuales 21.4
% tienen problemas de acceso a la alimentación; 26 % a servicios de
salud; 28 % no tienen seguridad social y el 16 % no cuenta con servicios
en su vivienda. Además hay sólo 350 médicos especialistas en geriatría
para más de 10 millones de ancianos en el país. Dentro de estos núme-ros
están nuestros abuelos y abuelas.
Dios nos llama a reconocer a los abuelos como una fuente
de trasmisión de conocimientos, experiencias, habilidades, valores
y creencias. Si tenemos uno en la familia démosle amor, atención,
oportunidad de que nos platique las veces que sea la misma histo-ria,
cuidado, medicamentos, visitas frecuentes y atención, aunque sea
por breve tiempo.
Un artículo publicado en “Pensamientos selectos”, dice lo si-guiente:
“Cuando uno se acerca a cierta edad, los pensamientos so-bre
la utilidad futura para el Señor ocurren a menudo. Atravesando
un bosque cercano tuve una extraña visión. Un árbol viejo y nudoso
había sido derribado pero todavía brotes verdes salían de él y estos
eran alimentados por el tronco del árbol. Nosotros todavía podemos
ser útiles en la edad madura.” Con justa razón Salmos 1:3 dice: “Será
como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su
tiempo, y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.”
Da gracias a Dios por los ancianos en tu familia que aun viven
y si tienes oportunidad visítalos esta semana. Seguramente será de
bendición para ti.
No se necesita el permiso de nadie para ser feliz.
27. Lectura del día: Éxodo 18:1-9 Martes 22 de octubre
Relación con la familia extendida
“Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó,
y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban,
y vinieron a la tienda.” Éxodo 18:7
Es muy común escuchar a un esposo o una esposa decir: “Me
casé contigo, pero no con tu familia”. Permíteme decirte que
eso es un error, porque desde el momento en que principias una
relación de matrimonio, también tienes que tomar en cuenta a la fa-milia
extendida, es decir a los suegros, abuelos, tíos, cuñados. Como
cristianos, debemos procurar una buena relación con los padres y
familiares de nuestro cónyuge.
En un vistazo rápido por la Biblia, podemos recordar a Sarai
nuera de Taré, a Tamar nuera de Judá, a Jetro el suegro de Moisés, a
Noemí suegra de Rut, a la suegra de Pedro que fue sanada por el Se-ñor
Jesús y a Anás que era suegro del Sumo sacerdote Caifás. Cuando
desarrollamos positivamente la relación con las dos familias, logramos
éxito. Es correcto que nosotros no esperemos que los familiares se
adapten a como nosotros vivimos, por el contrario, nosotros debemos
aceptarlos tal como los conocimos, independientemente de aquellas
conductas que nos pueden parecer erróneas o difíciles de aceptar. El
respeto es lo que debe prevalecer en las relaciones entre la familia
nuclear y la familia extendida. Y si podemos aprovechar las reunio-nes
familiares, como cumpleaños o aniversarios, para acercar a ambas
familias, es conveniente.
Olga, se había casado con Eduardo, a pesar de que no era una
persona aceptada por sus suegros. La conducta amistosa y servicial
de ella, le acercó cada día más a la hermana Ciria, hasta el punto en
que ganando su corazón, se volvió la nuera favorita de ella. No fue
fácil. Tuvo que pasar por alto algunas actitudes negativas, pero como
cristiana, dio siempre un testimonio de tolerancia y amor. Cuando
estaba a punto de morir, la hermana Ciria se quitó una cadena de
oro con una medalla valiosa, y la colocó en el cuello de Olga, como
muestra de su cariño hacia ella.
Agradece a Dios por la familia de tu cónyuge.
No se necesita el permiso de nadie para ser feliz.
28. Miércoles 23 de octubre Lectura del día: 1 Corintios 16:14-24
Relación con otras familias
“Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya,
y que ellos se han dedicado al servicio de los santos.” 1 Corintios 16:15
Partiendo de la base de que la familia es el núcleo de la sociedad
y de que las familias son parte del tejido social en el que nos
desarrollamos, reconocemos que los seres humanos se han orga-nizado
y viven de maneras distintas, que no son ni superiores ni
inferiores, solamente diferentes. La manera de organizarse responde
a la sociedad en que viven, las costumbres del país, sus necesidades,
las condiciones de vida, la ubicación geográfica, el clima, la época
en que se hallan. Hay una relación entre familia y familia que es
complementaria, dependiente y correspondiente.
A la luz de la Palabra de Dios la familia ha sido puesta en
el mundo para establecer y edificar el Reino de Dios y participar
activamente en la vida y misión de la Iglesia. Es una comunidad de
creyentes que testifica de la presencia transformadora de Cristo a
través de la fidelidad y unidad de los esposos, la conservación y la
transmisión de la fe a las siguientes generaciones. Cada familia tiene
el bendito privilegio de compartir su fe con otras familias, el mode-lo
donde se desenvuelve su vida cotidiana, los valores cristianos, el
amor al trabajo, el respeto hacia los demás, el sentido de responsa-bilidad,
el compartir con los que menos tienen, la gratitud a Dios y
a todos.
Los tojolabales son un grupo indígena de Chiapas, que con-sideran
que todas las personas de su comunidad son familiares, no
por los lazos de sangre, sino porque pertenecen al mismo pueblo y
conforman una gran familia. También consideran familia al Padre
eterno, al sol, a la tierra. Cada persona tiene una función que desa-rrollar,
se favorece el trabajo comunitario, las tareas se dividen por
edades, dicen que a solas nadie puede hacer nada, que todos nece-sitamos
de todos para subsistir. Los ancianos son reconocidos como
los líderes, respetados y obedecidos. Consideran que una persona no
está completa hasta que se casa.
Invita esta semana a otra familia a una célula o a la congregación.
No se necesita el permiso de nadie para ser feliz.
29. Lectura del día: Gálatas 6:2-10 Jueves 24 de octubre
Relación con los hermanos en la fe
“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos,
y mayormente a los de la familia de la fe.” Gálatas 6:10
Así como en la familia tenemos hermanos, en la Iglesia, que es
nuestra familia espiritual, tenemos el gozo de tener compañe-rismo
con otros. Desde el Antiguo Testamento, en el libro de Salmos,
capítulo 133, se habla de lo bueno que es “habitar los hermanos juntos
en armonía”, porque “allí envía Dios bendición y vida eterna”. En
el Nuevo Testamento, especialmente en las Epístolas de Juan, se nos
instruye a amar a los hermanos en la fe. De hecho se dice que el amor
que uno tenga por sus hermanos, determina si se es cristiano o si se
está en tinieblas. Independientemente de que el hermano o la herma-na
sea o no agradable, carismático, o “cae bien”, debemos amarlo sólo
por ser nuestro hermano en Cristo.
Son numerosos los pasajes de la Biblia que nos hablan de de-sarrollar
una relación de amor con quienes compartimos la misma
congregación y sus ministerios. El apóstol Juan dice que si una per-sona
no tiene amor por los hermanos «permanece en muerte», que
odiarlos equivale a cometer homicidio, que es el resultado de amar
a Dios, y que debemos restaurarlo cuando cae, en lugar de juzgarle y
condenarle. Amar a los hermanos significa estar dispuestos a negarnos
a nosotros mismos para servir a los demás, es estar dispuestos incluso
a dar nuestra propia vida por los hermanos. Nuestro ejemplo supremo
es Cristo, quien, dice el escritor a los Hebreos, no se avergüenza de
llamarnos “hermanos” (2:11-12, 17).
Antes de que los familiares de Alejandro llegaran al lugar del
accidente automovilístico, llegó un hermano que asistía a su misma
Iglesia. Se quedó a su lado, le ayudó en los trámites con las autoridades
y estuvo pendiente de que recibiera atención médica de sus heridas.
Cuando fue dado de alta, estuvo allí para llevarle a casa y apoyarle en
todo, durante esos días de convalecencia. Muchas veces, como Ale-jandro,
recibimos más ayuda de los hermanos en la fe, que de nuestros
propios familiares.
Ora hoy por un hermano en la fe.
No se necesita el permiso de nadie para ser feliz.
30. Lectura del día: 1 T Viernes 25 de octubre esalonicenses 2:7-12
Relación con los compañeros de trabajo
“Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga;
cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno
de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.” 1 Tesalonicenses 2:9
Si hablamos de compañeros de trabajo, estamos hablando de una
relación que entraña ciertas dificultades. Por supuesto varía de
acuerdo a cuál es el tipo de trabajo que desarrollamos, cuántos trabaja-dores
son, si son del mismo sexo o de ambos. También hay que conside-rar
si somos jefes o estamos en el mismo nivel que los demás. Lo cierto
es que las relaciones laborales son importantes en nuestra vida, porque
allí pasamos una buena parte de nuestro tiempo. Y si consideramos que
el trabajo tiene valor, no solamente por recibir un salario, sino porque
allí se desarrolla una vida social, porque compartimos, conversamos,
reímos con otros compañeros y compañeras de actividad, conviene que
aprendamos a llevarnos bien y crear un ambiente armónico, con el fin
de tener bienestar personal, eficacia y disfrutar del trabajo.
Como cristianos, es allí donde tenemos la oportunidad de
compartir nuestra fe, a través del testimonio de una conducta dife-rente
y si es necesario usaremos palabras. Tenemos que esforzarnos
en llevarnos bien con todos, demostrar nuestro caminar con Dios,
sin llegar al extremo de ser religiosos. Es conveniente no tener re-lación
sentimental con ningún compañero o compañera; no ser de-masiado
alegres, pero si tener una relación cálida y de respeto con
todos; ser educados; saludar a todos, estableciendo contacto visual y
no con una actitud indiferente; no participar en chismes o rumores;
evitar las discusiones; mantener un espíritu optimista; ser corteses
y amables, esforzándonos en conocer a aquéllos de quien tenemos
una impresión negativa; utilizar el diálogo para resolver diferencias
de trabajo; felicitar a aquéllos que logran algún avance; respetar y
obedecer a nuestros jefes.
Alejandro comenzó a trabajar en una empresa textil y sin de-cir
abiertamente que era cristiano, se ha ganado el respeto y admira-ción
de sus compañeros. Eventualmente le piden consejos y oración,
ha llevado a la Iglesia a algunos de sus colegas. Es visto como un
buen amigo. Tú puedes ser como él.
Bendice a Dios por tus compañeros de trabajo.
No se necesita el permiso de nadie para ser feliz.
31. Lectura del día: Proverbios 31:10-18 Sábado 26 de octubre
Los comerciantes con sus clientes
“Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.”
Proverbios 31:18
El comercio es una práctica desde el principio de los tiempos.
En Nehemías capítulo 3, en la lista de los que participaron en
la reconstrucción del muro en Jerusalén, aparecen los comerciantes
(3:31-32). 1 Reyes 10 nos menciona las cosas que Salomón comer-ciaba
con los reyes de Egipto, de Siria y de los Heteos, además de la
reina de Sabá. En el tiempo de los profetas en Israel los comerciantes
se habían corrompido en sus actividades lucrativas, de tal manera
que en Miqueas 6:11 Dios pregunta: “¿Daré por inocente al que
tiene balanza falsa y bolsa de pesas engañosas?” y en Amós 8:4-6
reclama: “Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis
a los pobres de la tierra, diciendo: ¿Cuándo pasará el mes, y vende-remos
el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del pan, y achi-caremos
la medida, y subiremos el precio, y falsearemos con engaño
la balanza, para comprar los pobres por dinero, y los necesitados
por un par de zapatos, y venderemos los desechos del trigo?”. En el
Nuevo Testamento el apóstol Pablo, al igual que Aquila y Priscila,
se dedicaba al negocio de hacer tiendas (Hechos 18:3).
Para los comerciantes cristianos en la actualidad, que se en-frentan
a la libre competencia, tienen que luchar con algunas prác-ticas
desleales de otras compañías, que pueden ser desde el engaño
hasta actos de descrédito, mala imitación, violación de normas, pac-tos
de exclusividad, entre muchas otras. Por ejemplo, un comercian-te
que reparte volantes o rumores de que la comida que vende cierto
restaurant tiene poca higiene o que está contaminada, va a causar
graves prejuicios. La relación con los clientes, por otro lado, debe
ser una que marque una diferencia en el trato amable, estándares
de excelencia en los productos que se venden, integridad, buena fe
y veracidad en la información que se da. La Biblia nos enseña que
los comerciantes en su relación con sus clientes deben ser justos, al
comprar y vender.
Eleva una oración a Dios, dando gracias por todos tus clientes
y pide bendición para ellos.
No se necesita el permiso de nadie para ser feliz.
32. Domingo 27 de octubre Lectura del día: 1 Juan 1:5-7
Una relación personal con Dios
“Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos
en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad” 1 Juan 1:6
Dios, nuestro Creador y nuestro Padre celestial, siempre ha de-seado
estar cerca de nosotros. Tener una relación personal
con sus criaturas. Antes de que Adán y Eva desobedecieran y peca-ran,
tenían una relación íntima con su Dios. Caminaban a su lado
en el Jardín de Edén y conversaban directamente con Él. Debido a la
desobediencia del ser humano, fueron separados de Dios. Él es santo
y lo menos que puede pedir es que su creación tuviera su naturaleza
pura. Antes de que Cristo muriera en la cruz del Calvario, los seres
humanos tenían que sacrificar animales, como un medio para tener
comunión con Dios y como recurso de salvación, aunque el hombre
pervirtió ese sistema puesto por el Señor.
Nuestro Padre celestial envió, por amor al ser humano, a su
Hijo Jesucristo, para que llevara nuestra maldad, muriera y fuera
resucitado, venciendo al pecado y a la muerte. El tener una relación
personal con Jesucristo comienza al momento de darnos cuenta de
nuestra necesidad de Él, admitiendo que somos pecadores, arrepin-tiéndonos
de nuestros pecados, y pidiéndole que entre a nuestro co-razón
para ser la autoridad en nuestra vida. Lo que muchas personas
no saben, ni se dan cuenta o no les interesa, es que Jesús nos dio el
regalo más asombroso – la oportunidad de pasar la eternidad con Él
y Dios el Padre al creer o depositar nuestra confianza en Él.
Bernard Idding Bell, en su libro “Todavía brillan las estrellas”
dice: “Necesitamos olvidar al Cristo imaginario que ha sido nuestro
por demasiado tiempo y redescubrir al verdadero Cristo, el Cristo
de los profetas y los mártires, el Cristo que no solo es amante de las
almas, sino el maestro, el monarca con demandas para cumplir en
la industria, las finanzas, en la educación, en las artes, en el matri-monio,
en el hogar; el Cristo que es el maestro de una ideología
social que tiene validez eternal; el Cristo que nos llama con fuerza
convincente…”.
Mantengamos nuestra relación con Dios por medio de Cristo.
No se necesita el permiso de nadie para ser feliz.
33. Lectura del día: Génesis 2: 18-22 Lunes 28 de octubre
Relación entre esposos
“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo;
le haré ayuda idónea para él.” Génesis 2:18
Es cierto que el hombre y la mujer fueron creados por Dios como
iguales, pero se les asignó papeles específicos para cada uno de
ellos dentro del matrimonio. Adán estuvo feliz de que, al no encon-trarse
en la creación una ayuda idónea para él, Dios mismo, quitando
parte de su cuerpo, creó a la mujer y se la entregó. A partir de allí,
nuestro Creador instituyó el matrimonio y la familia.
El esposo debe asumir el liderazgo de la familia de acuerdo
con el ejemplo de Cristo, quien es cabeza de su Iglesia. De la misma
manera como Cristo ama a la iglesia, con compasión, misericordia,
perdón, respeto y sin egoísmo, el esposo debe amar a su esposa, tra-tándola
amablemente, siendo su protector, su proveedor, cuidándola
como a sí mismo. La esposa debe sujetarse a la autoridad de su espo-so,
reconociéndolo como cabeza de la mujer. Debe amarlo, respetar-lo
y tener un comportamiento piadoso, que lo ayude a mantenerse
cerca de Dios. Si la mujer cristiana tiene un esposo incrédulo, debe
mostrarle el amor de Cristo en todas sus acciones y estar sujeta a él,
como conviene en el Señor.
Enélida aceptó a Cristo como su salvador y Señor, aunque
Martín, su esposo no lo hizo. Su testimonio de amor incondi-cional
hacia él, de atención, de cuidado en sus enfermedades, de
perdón, de apoyo en todo, hicieron que él se acercara a Dios y se
convirtiera unos años después. Ahora ambos le sirven a Dios y son
un ejemplo de vida matrimonial para muchos que ha aceptado al
Señor Jesucristo como su Señor. Su hogar se ha vuelto una agencia
de salvación para todos aquéllos que han reconocido su necesidad
espiritual y han buscado la salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo.
Si eres soltero o soltera, pide a Dios que te conceda la ayuda
ideal con la que puedas compartir el resto de tu vida. Si eres casado,
disfruta tu matrimonio en fidelidad, amor, respeto y una comunica-ción
abierta, franca y de buenos modales.
A partir de hoy trata a todos como si fuera su último día. Dales
atención, amabilidad y entendimiento, tu vida nunca será la misma.
34. Martes 29 de octubre Lectura del día: Efesios 6:1-4
Relación con los hijos
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en
disciplina y amonestación del Señor.” Efesios 6:4
Si es importante el diálogo en las relaciones interpersonales, ma-yormente
lo es la comunicación en la familia. Esta nos sirve,
guiada por los sentimientos, para establecer contacto con la esposa,
con los hijos, con todos. Además nos permite dar o recibir informa-ción,
trasmitir nuestros sentimientos, comunicar algún pensamiento,
idea, experiencia o información, para unirnos por medio del afecto y
de la empatía. Si logramos superar la difícil tarea de tener comunica-ción,
particularmente con los hijos, se logrará un ambiente de unión,
de compañerismo, de afecto, de respeto en la familia. Para ello, tene-mos
que aprender a escuchar con atención a los hijos, hablar con el
corazón, mantener una actitud positiva, mostrar empatía y fomentar
los valores de la Palabra de Dios.
El apóstol Pablo escribe a los Efesios en el capítulo 6, al princi-pio,
pidiendo a los hijos obediencia, honra y respeto hacia los padres
y luego, aconseja a los padres a no provocar a ira a los hijos, por no
darles buen ejemplo, no respetar su espacio propio, no marcar los
límites en forma amable, imponiendo reglas estrictas, no hablándoles
con la verdad o no apoyándoles en su proyecto de vida. En un sen-tido
positivo, fomentamos la buena relación, dando información en
forma clara y positiva, cumpliendo lo que se promete, poniéndonos
en el lugar del hijo o de la hija, compartiendo nuestros sentimientos
de amor con ellos, siendo claros al pedir algo, manteniendo una co-municación
abierta.
Una antigua anécdota cuenta de una campesina, madre de 12
hijos, a la que en una ocasión alguien preguntó a cuál de sus hijos
prefería por encima de los demás. Su respuesta encierra, en su senci-llez,
un mensaje profundo: “Al que está ausente hasta que vuelve, y
al que está enfermo hasta que sana…”
Si eres padre, disfruta y ama a tus hijos, guíalos en la vida cris-tiana.
Si eres hijo, honra a tus padres, obedéceles en todo. Nuestro
Dios tiene dirección y bendición para nuestra familia, por medio de
la Biblia.
A partir de hoy trata a todos como si fuera su último día. Dales
atención, amabilidad y entendimiento, tu vida nunca será la misma.
35. Lectura del día: Proverbios 18:20-24 Miércoles 30 de octubre
Relación con los amigos
“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo;
y amigo hay más unido que un hermano” Proverbios 18:24
Dios creó al hombre y a la mujer como seres sociales. Nos ha
dado una doble bendición: hacer nuevos amigos y conservar
a los que tenemos. En Proverbios encontramos, por lo menos, quin-ce
versos en los que se habla de la amistad de forma muy positiva.
Todos tenemos recuerdos de los amigos de la infancia, adolescencia
o juventud. Todos hemos tenido dos o tres “amigos del alma”, que
recordamos con mucho cariño, con anécdotas únicas. Tenemos que
advertir que, si no somos cuidadosos, tendremos conflictos al escoger
a los amigos. De manera especial, debemos decir a nuestros jóve-nes
que tengan cuidado con seleccionar a quién brindarle su amistad.
Podemos tener muchos compañeros de trabajo o de la escuela, pero
pocos amigos verdaderos.
La mejor amistad que podemos tener es la de Jesucristo. En
Juan 15:14-15 dijo: “Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les
mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto
de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que
a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes”. Como
cristianos debemos estar cerca de nuestros amigos, buscar la manera
de mejorar nuestras relaciones con ellos, apoyarlos en momentos de
necesidad, no emitir juicio, influir positivamente en ellos, aprender
a escucharlos con atención, mostrar respeto hacia ellos, distinguir
cuando una relación de amistad es sana o perjudicial, entre muchas
otras cosas.
Joseph Clark reflexionó su sentir como amigo, escribiendo:
“A Dios doy gracias por ti; cuánto me gustaría ser la ayuda que tú has
sido para mí… Cuando yo recuerdo cómo has inspirado mi corazón,
me encuentro orando que Dios te bendiga hoy. Ante su trono de
Gracia, recuerdo tu rostro y entonces, oro para que Dios te guíe por
todo el camino… Espero algún día, estar parado contigo delante del
trono, a la diestra de Dios y decirte al final del camino: Alabado sea
el Señor, porque tú has sido mi amigo.”
Agradece a Dios por tus amigos.
A partir de hoy trata a todos como si fuera su último día. Dales
atención, amabilidad y entendimiento, tu vida nunca será la misma.
36. Jueves 31 de octubre Lectura del día: Romanos 12:17-21
Relación con los vecinos
“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros,
estad en paz con todos los hombres.” Romanos 12:18
La enseñanza continua de la Palabra de Dios es a “seguir la paz
con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (He-breos
12:14), “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno
delante de todos los hombres.” Y “Si es posible, en cuanto dependa
de vosotros, estad en paz con todos los hombres.” (Romanos 12:17-
18). Toda instrucción bíblica es en el sentido de mantener una re-lación
cordial con todos los que nos rodean y de ellos con nuestros
vecinos. Si lo hacemos así, la convivencia será sana y nuestro estado
anímico y relacional se mantendrá saludable.
Reconocemos que los vecinos pueden ser buenos y malos. El deber
de los creyentes en Cristo Jesús es hacer todo lo posible por man-tener
buenas relaciones con nuestros vecinos, independientemente
de la actitud de ellos hacia nosotros. De manera práctica, debemos
utilizar el sentido común para mantener una buena relación con los
vecinos, no molestarles con ruidos innecesarios a altas horas de la
noche, apoyarlos cuando lo necesiten, saludarles con una sonrisa,
respetar su privacidad, invitarle alguna vez a tomar un café en nues-tra
casa, procurar el bien común en la colonia donde vivimos, y no
hacer llamadas que en horas impertinentes o que interrumpan un
momento familiar, además de dar la bienvenida a los vecinos recién
llegados.
Manuel Antonio Carreño Muñoz, quien nació en Caracas, Vene-zuela,
en el año de 1812, y falleció en París, Francia, el 4 de septiem-bre
de 1874, escribió entre muchas obras, inclusive de pedagogía
musical, un “Manual de Buenas Costumbres y Modales”, en el que
de manera sencilla habla de cómo tener buenas relaciones con los
vecinos, entre otros. Es clásica esta obra de Carreño, quien ejerció
varias profesiones, entre ellas, la de ministro y diplomático.
Quienes tenemos a Cristo en nuestro corazón como Salvador y Se-ñor,
debemos demostrar con nuestros vecinos el amor de Dios en
todas las maneras posibles, especialmente compartiéndoles las bue-nas
noticias de salvación. Esta semana puedes regalar a un vecino un
disco compacto con música cristiana o un libro.
A partir de hoy trata a todos como si fuera su último día. Dales
atención, amabilidad y entendimiento, tu vida nunca será la misma.