SlideShare ist ein Scribd-Unternehmen logo
1 von 11
JUDEIDAD Y BORGES


  Como lo resumiera André Malraux, Borges lo leyó todo, especialmente aquello que ya nadie lee. Sus fuentes
  virtualmente innumerables, e inesperadas, redundan en la fascinante vastedad de la obra borgeana. Por ello,
evocar al autor de El Aleph puede empujarnos en varias direcciones. Una, la de Palermo, los malevos, Güiraldes,
 arrabales, el Martín Fierro o Evaristo Carriego, resultado de una pluma vivamente argentina. Otra, un fluir de
   asociaciones que abarca a Rilke, las Mil y Una Noches, los vikings y el Dante, y revela a quien, incapaz de
   estrecharse en una sola tradición, es un creador universal. Una tercera es una cultura que predomina en su
                                              curiosidad: la judaica.

                                                                          Por GUSTAVO DANIEL PEREDNIK

Varios puentes en el universo borgeano llevan a lo judío. Recomienda el aprendizaje del idioma
alemán a través de la poesía de Heine. El primer libro que lee en ese idioma es Der Golem de
Gustav Meyrink, una fantasía sobre el ghetto de Praga que despertó para siempre su inquietud
por las cuestiones cabalísticas.

Su conocimiento del judaísmo, empero, se remonta a la lectura de la Biblia, que lo moldeó desde
su primera infancia. Su abuela paterna, Fanny Haslam Arnet, era una cultora de la Biblia que le
abrió las puertas a la cultura judaica, con la que fue

Identificándose hasta pensarse frecuentemente como judío. Reaccionó ante esos pensamientos
con su irónica y escandalosa humildad: "No lo merezco. He hecho lo mejor que pude para ser un
judío. Pude haber fracasado. Si pertenecemos a la civilización occidental, entonces todos nosotros,
a pesar de las muchas aventuras de la sangre, somos griegos y judíos. Muchas veces me pienso
judío pero me pregunto si tengo el derecho de hacerlo".

La única opinión política a la que Borges permitió interferir en su literatura fue la defensa de Israel
"cuando lo urgió la exaltación de la Guerra de los Seis Días". Cuando estalló esa guerra, Borges
irrumpió en la biblioteca de la Sociedad Hebraica Argentina con un poema dedicado a Israel, y
solicitó "la hospitalidad" de la revista de esa entidad, en la que eventualmente fueron publicados
los versos. Agregó a su solicitud un fervoroso y elocuente llamado: "¡Viva la patria!".

George Steiner en su libro Extraterritorialidad presenta a Borges como ejemplo del escritor que
rechaza los los límites de una sola herencia, rechazo que para Steiner constituye un elemento
constitutivo de la judeidad. No faltaron rastreos de posibles orígenes judíos de Borges.

Sus alas creadoras le valieron el Premio Jerusalén en 1971, una de las muchas glorias con las que
compensó lo que él llamaba ingeniosamente una tradición anual escandinava (que consistía en
negarle el Premio Nobel). Borges integra en efecto la nómina nada despreciable de genios
literarios privados de ese premio, tales como Tolstoi, Proust, Joyce, Strindberg, Malraux y otros.

Lo judaico en Borges es imaginable como el viaje que plantea Platón. Se forma intelectualmente,
sale a la sociedad a retroalimentarse, y regresa a su fuente formativa. Por esas tres etapas
transcurrió el Israel borgeano, para el que la tríada es Buenos Aires-Europa-Buenos Aires.

El punto de partida porteño es su mentada infancia imbuída de la Biblia, a la que denominó "punto
de partida de todo". Sus dos estaciones europeas son Ginebra y Madrid. En la primera transcurrió
su adolescencia, educado en el Colegio Calvino en el que sus dos mejores amigos fueron Simón
Jichlinsky y Mauricio Abramowicz (huelga aclaración de origen). Con ellos dos se reencontró
cuarenta años más tarde en la misma Ginebra que vio forjar sus años mozos y en la que
descansan sus restos. Allí se había trasladado su familia a comienzos de la Gran Guerra. Concluída
ésta, vivieron un tiempo en Madrid, en donde Borges trabó amistad con Rafael Cansinos Asséns,
de quien siempre se consideró discípulo.

De Cansinos no aprendió sólo poética y ultraísmo, sino la opción que el intelectual español
enfrentó en los años veinte, entre una España tradicionalista, ortodoxa y judeofóbica, frente a
otra liberal, heterodoxa y con simpatías por el judaísmo.

Con esa opción en la mano regresa Borges a Buenos Aires, en la que el crecimiento del nazismo lo
empuja a un filosemitismo militante. Tal militancia se destila por ejemplo en su sarcástico texto
Yo, judío con el que parafraseamos esta sección. Escrita unos meses después de entronizado el
Führer, la página ridiculiza con maestría la "acusación" de los judeófobos argentinos de que
Borges tenía ascendencia israelita.

Restablecido en Buenos Aires, Borges publica en la imprenta de Manuel Gleizer, pionero de la
edición literaria en la Argentina, a quien le dedicaría algún verso.

Su período más importante de creación es precisamente la Segunda Guerra Mundial. Publica
entonces su prólogo al Mester de judería de su amigo Carlos Grünberg, en el que destaca la
legítima integración de lo judío con lo argentino. Segundamente La muerte y la brújula: sólo un
genio de su talla podía sintetizar en un cuento la filosofía de Baruch Spinoza proponiendo en
lenguaje narrativo una dilucidación racional-geométrica de Dios. Luego vendrá su máxima
colección de cuentos, El Aleph, y el Holocausto llegaba a su fin.




                                        Borges judío
                                         Por Moshé Korin

Borges llegó a afirmar, parafraseando a Paul Valéry (1871-1945), que la Historia de la literatura
podría escribirse sin mencionar a un solo autor; debería ser la Historia del Espíritu como productor
y consumidor de literatura. Lo creado disuelve al creador; el gran Libro trasciende a los hombres.
La escritura literaria es, ante todo, Escritura; la creación es un hecho sagrado: acontece en una
dimensión temporal que no es la de los hechos sociales. La inteligibilidad que tiene Borges de la
literatura no puede ser más hebrea.

Las conexiones de Borges con el judaísmo son numerosas y complejas. La presencia de motivos
judíos o hebreos en los textos de Borges, tanto en lo referente a su contenido como en lo que
respecta a la estructura, es bien conocida por sus lectores. No sucede lo mismo en cuanto a sus
vinculaciones personales y profesionales con instituciones de la comunidad judía e incluso con el
Gobierno de Israel, de quien fuera invitado en 1969:

Pasé diez días muy emocionantes en Tel Aviv y Jerusalem... Volví con la convicción de haber
estado en la más antigua y en la más joven de las naciones, de haber venido de una tierra viva,
alerta, a un rincón medio dormido del mundo.

Durante la Guerra de los Seis Días, Borges tomó partido por Israel, sin duda porque lo fascinaba
el carácter casi fabuloso y épico de la empresa guerrera que había encarado la joven nación: ante
los bríos de esa tierra que germinaba en proyectos, se entiende que la suya propia se le
apareciese como un rincón adormecido.

El entusiasmo de Borges por la Israel guerrera lo llevó a escribir dos poemas, uno al calor de la
batalla:

¿Quién me dirá si estás en el perdido
Laberinto de ríos seculares
De mi sangre, Israel?
...
Salve, Israel, que guardas la muralla
De Dios, en la pasión de tu batalla.

(A Israel, 1967)

Escribe otro, una semana más tarde, coronando la victoria israelí:

Un hombre condenado a ser el escarnio,
la abominación, el judío,
un hombre lapidado, incendiado
y ahogado en cámaras letales,
un hombre que se obstina en ser inmortal
y que ahora ha vuelto a su batalla,
a la violenta luz de la victoria,
hermoso como un león al mediodía.

(Israel, 1967)

Y en 1969, año en que visita Israel invitado y homenajeado por el gobierno, nos regala aquellos
versos que no pueden ser más justos, con la pasión contenida tan propia del rigor borgeano:

Serás un israelí, serás un soldado,
Edificarás la patria con ciénagas;
la levantarás con desiertos./
Trabajará contigo tu hermano,
cuya cara no has visto nunca./
Una sola cosa te prometemos:
tu puesto en la batalla.

(Israel, 1969)

Borges cultivó grandes amistades con judíos. Su relación con Bernardo Ezequiel Koremblit hizo
que acostumbrara trabajar durante casi dos años en la sede de la Sociedad Hebraica Argentina.
Había culminado su ciclo como director de la Biblioteca Nacional, y el despacho de Koremblit lo
aislaba convenientemente de los importunos, de los ruidos y del trajín que a menudo perturban el
trabajo. Llegaba cerca de las tres de la tarde, a diario, para dictar, escuchar lecturas, preparar
conferencias, artículos, libros, y se marchaba alrededor de las seis y media. Es conocida la
implacable rutina de Borges en sus tareas.

En una ocasión en que el escritor no pudo asistir a una reunión a la que lo había invitado el
Instituto de Intercambio Cultural y Científico Argentino Israelí, envió estas líneas afectuosas:

Queridos amigos:
No me perdono mi inevitable ausencia. Quiero repetir que de algún modo estoy con ustedes,
íntimamente, esencialmente. Sólo nos alejan las circunstancias, que son, según se sabe,
ficciones.

Un perdurable abrazo.

Jorge Luis Borges.

Las circunstancias a que se refiere Borges en estas líneas son las de un inevitable viaje. Sin
embargo, hay otra lectura posible: que la ficción a que alude sea su realidad no judía, una mera
circunstancia actual que él se va a encargar de refutar a lo largo de su vida y de su obra. Durante
mucho tiempo, Borges indagó en su genealogía la presencia de algún antepasado judío. Estaba
convencido de que a través de la línea materna, la de los Acevedo, su sangre se encontraba con
un pasado sefardita. Se amparaba en una referencia de Ramos Mejía, quien en Rosas y su tiempo
demuestra que todos, o casi todos los apellidos principales de la ciudad, por aquel entonces,
procedían de cepa hebreo-portuguesa, y enumera entre ellos el de los Acevedo.

Si la línea materna lo filiaba al judaísmo, tal como corresponde a la tradición, por el lado de la
sangre, la línea paterna lo filiaba por el lado de la letra:

Yo llegué muy pronto a venerar a la cultura hebrea porque una de mis abuelas era inglesa y sabía
la Biblia de memoria. Alguien citaba una sentencia bíblica y ella daba inmediatamente el capítulo
y el versículo... la Biblia entró en mí muy tempranamente.

Borges nunca dejó de subrayar la deuda que la literatura occidental tiene con la cultura hebrea.
Reconocer esa deuda en su propia literatura, lejos de pesarle lo enorgullecía. Según José Luis
Najenson, Borges no era judío ni cabalista, pero envidió ambas pesadas cargas con afán. La
mística judía ejerció en él fascinación; estudió con detenimiento a Guérshom Schólem, a quien
llamó maestro, y se jactaba de haber sido "el primero y muy imperfecto traductor de la obra de
Martín Búber". Es conocida la relación de profundo respeto y admiración que Borges tenía con
Rafael Cansinos Assens (escribió el libro "El candelabro de los siete brazos"), a quien consideraba
otro de sus maestros.

La escritura: cifra del mundo

La Cábala constituye uno de los motivos centrales en la identificación de Borges con el judaísmo.
Como si fuera el Aleph de la propia obra del escritor, este motivo irradia y justifica los otros, entre
ellos, su admiración ante el culto hebreo por el Libro. Leer un libro, hablar de un libro, recordar un
libro, era para él una experiencia fabulosa:

En un libro sagrado son sagradas no sólo sus palabras sino las letras con las que fueron escritas.
Ese concepto lo aplicaron los cabalistas al estudio de la Escritura... El Espíritu Santo condescendió
a la literatura y escribió un libro. En ese libro, nada puede ser casual. En toda escritura humana
hay algo casual... El curioso modus operandi de los cabalistas está basado en una premisa lógica:
la idea de que la Escritura es un texto absoluto, y en un texto absoluto nada puede ser obra del
azar.

(Conferencia sobre la Cábala)

Borges, como los cabalistas, consagró su obra a la tarea infinita de develar el secreto cósmico de
la Creación. Pero justamente el carácter imposible de esa empresa era lo que lo fascinaba:
sostenía que los cabalistas no habían escrito para facilitar la verdad, sino para insinuarla y
estimular su búsqueda.
La Escritura como cifra del mundo y la lectura como desciframiento, son los ejes de la obra de
Borges. Esos motivos reaparecen en dos dimensiones a lo largo de su literatura. Por un lado, se
podría decir que la fundan, por cuanto en ellos el escritor – como los cabalistas, otros escribas-
encuentra la justificación de su oficio; por otro, constituyen las temáticas predilectas con las que
Borges imagina sus argumentos literarios.

En La Biblioteca de Babel, encontramos un número infinito de libros con el mismo formato:
cada libro consta del mismo número de páginas, cada página del mismo número de líneas y cada
línea del mismo número de caracteres. El significado de cada una de esas obras es impenetrable;
la lengua, desconocida.

El motivo reaparece en El milagro secreto. Jaromir Hládik, erudito de Praga, sueña con la
Biblioteca del Clementinum. "¿Qué busca?", le preguntan. "Busco a Dios... Dios está en una de las
letras de una de las páginas de uno de los cuatrocientos mil tomos del Clementinum".

El tema retorna otra vez en "La muerte y la brújula". Estamos ante el único relato de la literatura
mundial basado en los datos de la Cábala. Tres asesinatos han sido cometidos. En cada ocasión
aparece en el lugar del crimen una hoja de papel con la sentencia: la primera, luego la segunda,
después la tercera "letra del Nombre ha sido articulada".

El detective Lönrot, instruido en la literatura cabalística, intenta penetrar el misterio. Descubre
que los lugares donde fueron cometidos los crímenes forman los tres vértices de un triángulo
equilátero. Infiere que el cuarto crimen ha de corresponder a la cuarta letra del Nombre, y que
tendrá lugar en el cuarto punto del rombo virtual reconstituido. La deducción es perfecta, pero
Lönrot queda atrapado en el borde imposible de su razonamiento: es él, en efecto, quien será
asesinado.

Finalmente, en El Gólem, uno de los poemas más clásicos de la lírica de Borges, el motivo de la
creación asociado al carácter simbólico de la escritura confluye en otro de sus tópicos predilectos,
la figura del regressus ad infinitum: el hombre que sueña y comprende con estupor que es a su
vez el sueño de otro (un dios); el jugador de ajedrez que es a su vez la pieza de un juego Divino;
la apertura en abismo que no tiene fin, como una galería muda de espejos que se miran
mirarse ... Borges elucubró así la imagen inútil, inmóvil, incorruptible, secreta... de la eternidad.

El poema nos sitúa ante Judá León, el rabí de Praga, quien se pregunta – para suscitar a su vez la
pregunta de Borges sobre su propia pregunta- al contemplar con estupor la criatura que acaba de
crear:

¿Por qué di en agregar a la infinita
Serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
Madeja que en lo eterno se devana
Di otra causa, otro efecto y otra cuita?

En la hora de angustia y de luz vaga,
En su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?

Borges conjeturó una y otra vez que en su pasado había ancestros judíos. Esto puede entenderse
como una rigurosa búsqueda histórica, pero cabe también que estemos ante otra conjetura
borgeana. La primera hipótesis no tiene más valor que el dato documental, lo que el mismo
Borges alguna vez denominó "la policía de los pequeños detalles". La segunda, en cambio, ostenta
seducción literaria: ¿por qué la literatura de Borges necesitó postular que corría sangre judía en
las venas de su autor? No es seguro que tales raíces hubiesen dado inexorablemente esos frutos;
lo que sí es seguro es que dichos frutos necesitaron arraigar en ese suelo para madurar.




                                          ----------------
A Israel

¿Quién me dirá si estas en el perdido
laberinto de ríos seculares
de mi sangre, Israel? ¿Quien los lugares
que mi sangre y tu sangre han recorrido?
no importa. Sé que estás en el sagrado
Libro que abarca el tiempo y que la historia
del rojo Adán rescata y la memoria
y la agonía del Crucificado.
en ese libro estás, que es el espejo
de cada rostro que sobre él se inclina
y del rostro, de Dios, que en su complejo
y arduo cristal, terrible se adivina.
Salve, Israel, que guardas la muralla
de Dios, en la pasión de tu batalla.

Jorge Luis Borges, 1967
Israel




Un hombre encarcelado y hechizado,

un hombre condenado a ser la serpiente

que guarda un oro infame,

un hombre condenado a ser Shylock

un hombre que se inclina sobre la tierra

y que sabe que estuvo en el Paraíso,

un hombre viejo y ciego que ha de romper

las columnas del templo,

un rostro condenado a ser una máscara,

un hombre que ha pesar de los nombres

es Spinoza y el Baal Shem y los cabalistas,

un hombre que es el Libro,

una boca que alaba desde el abismo

la justicia del firmamento,

un procurador o un dentista

que diálogo con Dios en una montaña,

un hombre condenado a ser el escarnio,

la abominación, el judío,

un hombre lapidado, incendiado

y ahogado en cámaras letales,

un hombre que se obstina en ser inmortal

y que ahora ha vuelto a su batalla,
a la violenta luz de la victoria,

hermoso como un león al mediodía.




Jorge Luis Borges, 1967




Israel 1969

Temí que en Israel acecharía
con dulzura insidiosa
la nostalgia que las diásporas seculares
acumularon como un triste tesoro
en las ciudades del infiel, en las juderías,
en los ocasos de la estepa, en los sueños,
la nostalgia de aquéllos que te anhelaron,
Jerusalén, junto a las aguas de Babilonia.
¿Qué otra cosa eras, Israel, sino esa nostalgia,
sino esa voluntad de salvar,
entre las inconstantes formas del tiempo,
tu viejo libro mágico, tus liturgias,
tu soledad con Dios?
No así. La más antigua de las naciones
es también la más joven.
No has tentado a los hombres con jardines,
con el oro y su tedio
sino con rigor, tierra última.
Israel les ha dicho sin palabras:
olvidarás quién eres.
Olvidarás al otro que dejaste.
Olvidarás quien fuiste en las tierras
que te dieron sus tardes y sus mañanas
y a las que no darás tu nostalgia.
Olvidarás la lengua de tus padres y aprenderás la lengua del
Paraíso.
Serás un israelí, serás un soldado.
Edificarás la patria con ciénagas; la levantarás con desiertos.
Trabajará contigo tu hermano, cuya cara no has visto nunca.
Una sola cosa te prometemos:
tu puesto en la batalla.




Judería (1923)

Quejas que nunca cesan se alzan las anhelantes paredes
Paredes tan escarpadas que han caído en lo profundo los hombres.
Desangradas antaño en vanas palabras hoy se cicatrizaron las bocas
Mudas como el harapo de infinito que las aristas de los aleros ahorcan
Y que se arrodilla en los ojos por donde el miedo está espiando,
Mientras en el gesto de la resignación las otoñales manos se aflojan
Y las plegarias rotas se despeñan desde el firmamento implacable.
Con las alas plegadas los kerubim han suspendido el aliento.
Ante el portón la chusma se ha vestido de injurias como
quien se envuelve en un trapo.
Dios se ha perdido y desesperaciones de miradas lo buscan.
Presintiendo horror de matanzas los mundos han suspendido el aliento.
Alguna voz invoca su fe: " Dios, el Eterno, Dios de dioses, es Uno "
Y arrecia la muchedumbre cristiana con un pogrom en los puños.




                                       Yo, judío (1934)



                                      Por Jorge Luis Borges



Borges, a una acusación absurda de la Revista “Crisol” (publicación argentina de las primeras
décadas del Siglo XX, de absoluta identificación con el nazismo) en donde se le endilgaba que
ocultaba su ascendencia judía, les responde con el escrito Yo, judío




Como los drusos, como la luna, como la muerte, como la semana que viene,
el pasado remoto es de aquellas cosas que pueden enriquecer la ignorancia.
Es infinitamente plástico y agradable, mucho mas servicial que el porvenir y mucho menos
exigente de esfuerzos.
Es la estación famosa y predilecta de las mitologías.

¿Quien no jugó a los antepasados alguna vez, a las prehistorias de su carne y su sangre?
Yo lo hago muchas veces, y muchas no me disgusta pensarme judío.
Se trata de una hipótesis haragana, de una aventura sedentaria y frugal que a nadie perjudica,ni
siquiera a la fama de Israel, ya que mi judaísmo era sin palabras, como las canciones de
Mendelssohn.

Crisol, en su número del 30 de enero, ha querido halagar esa retrospectiva esperanza y habla de
mi ''ascendencia judía maliciosamente ocultada'' (el participio y el adverbio me maravillan).

Borges Acevedo es mi nombre.
Ramos Mejia, en cierta nota del capítulo quinto de Rosas y su tiempo,
enumera los apellidos porteños de aquella fecha para demostrar que todos, o casi todos,
"procedían de cepa hebreo portuguesa".
Acevedo figura en ese catálogo: único documento de mis pretensiones judías, hasta la
confirmación de Crisol.

Sin embargo, el capitán Honorio Acevedo ha realizado investigaciones precisas que no puedo
ignorar.
Ellas me indican el primer Acevedo que desembarcó en esta tierra, el catalán don Pedro de
Acevedo, maestre de campo, ya poblador del "Pago de Arroyos'' en 1728, padre y antepasado de
estancieros de esta provincia,
varón de quien informan los Anales del Rosario de Santa Fe y los documentos para la historia del
Virreinato; abuelo, en fin, casi irreparablemente español.

Doscientos años y no doy con el israelita, doscientos años y el antepasado me elude.

Estadísticamente los hebreos eran de los mas reducidos.
¿Que pensaríamos de un hombre del año cuatro mil, que descubriera sanjuaninos por todos
lados?
Nuestros inquisidores buscan hebreos, nunca fenicios, garamantas, escitas, babilonios, persas,
egipcios, hunos, vándalos, ostrogodos, etíopes, dardanios, paflagonios, sármatas, medos,
otomanos, beréberes, britanos, libios, cíclopes y lapitas.

Las noches de Alejandría, de Babilonia, de Cartago, de Menfis, nunca pudieron engendrar un
abuelo, sólo a las tribus del bituminoso Mar Muerto les fue deparado ese don.




[Revista Megáfono, 3, Nº. 12, pag. 60, Buenos Aires, Abril de 1934]




Borges volvería siempre a responder con contundencia cada vez que se cuestionó su posible
ascendencia judía. Estudiosos aseveran que para él, la posibilidad de pertenecer al errante pueblo
de Israel nunca supuso un motivo de ignominia o mancillamiento, sino por el contrario, una razón
para el alborozo y el regocijo intelectual.

Muchos años después, el 14 de enero de 1978, Borges en una entrevista publicada por el diario
venezolano, El Universal, dijo esta frase que posteriormente no ha dejado de ser citada. Expresó:
“Siempre lamenté no ser judío”.

Weitere ähnliche Inhalte

Was ist angesagt?

Contralibros
ContralibrosContralibros
Contralibrosautobombo
 
Jorge luis borges
Jorge luis borgesJorge luis borges
Jorge luis borgesanghelaz
 
Las salidas de_borges
Las salidas de_borgesLas salidas de_borges
Las salidas de_borgesericaholc
 
Manual para leer a Borges Apreda-Crespo-Gargiulo
Manual para leer a Borges Apreda-Crespo-GargiuloManual para leer a Borges Apreda-Crespo-Gargiulo
Manual para leer a Borges Apreda-Crespo-Gargiulogabysued
 
Conociendo A Borges Por Fanny Jem Wong
Conociendo A Borges Por Fanny Jem WongConociendo A Borges Por Fanny Jem Wong
Conociendo A Borges Por Fanny Jem WongFANNY JEM WONG MIÑÁN
 
Pacheco_Medina_Francisco_Javier_El_vicio_de_la_lectura
Pacheco_Medina_Francisco_Javier_El_vicio_de_la_lecturaPacheco_Medina_Francisco_Javier_El_vicio_de_la_lectura
Pacheco_Medina_Francisco_Javier_El_vicio_de_la_lecturapachecomedina
 
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)Cristina Elizabeth
 
El Corredor Mediterráneo
El Corredor Mediterráneo El Corredor Mediterráneo
El Corredor Mediterráneo Isa Rezmo
 
El papel de la literatura en franz kafka
El papel de la literatura en franz kafkaEl papel de la literatura en franz kafka
El papel de la literatura en franz kafkaKelita Vanegas
 

Was ist angesagt? (17)

Adolf
AdolfAdolf
Adolf
 
Contralibros
ContralibrosContralibros
Contralibros
 
Jorge luis borges
Jorge luis borgesJorge luis borges
Jorge luis borges
 
Las salidas de_borges
Las salidas de_borgesLas salidas de_borges
Las salidas de_borges
 
Manual para leer a Borges Apreda-Crespo-Gargiulo
Manual para leer a Borges Apreda-Crespo-GargiuloManual para leer a Borges Apreda-Crespo-Gargiulo
Manual para leer a Borges Apreda-Crespo-Gargiulo
 
Sartre
SartreSartre
Sartre
 
Conociendo A Borges Por Fanny Jem Wong
Conociendo A Borges Por Fanny Jem WongConociendo A Borges Por Fanny Jem Wong
Conociendo A Borges Por Fanny Jem Wong
 
La metamorfosis de Franz kafka
La metamorfosis de Franz kafkaLa metamorfosis de Franz kafka
La metamorfosis de Franz kafka
 
Jorge Luis Borges - Ficciones
Jorge Luis Borges - FiccionesJorge Luis Borges - Ficciones
Jorge Luis Borges - Ficciones
 
Pacheco_Medina_Francisco_Javier_El_vicio_de_la_lectura
Pacheco_Medina_Francisco_Javier_El_vicio_de_la_lecturaPacheco_Medina_Francisco_Javier_El_vicio_de_la_lectura
Pacheco_Medina_Francisco_Javier_El_vicio_de_la_lectura
 
DOCENTE
DOCENTEDOCENTE
DOCENTE
 
Nikos Kazantzakis
Nikos KazantzakisNikos Kazantzakis
Nikos Kazantzakis
 
Franz kakfa
Franz kakfaFranz kakfa
Franz kakfa
 
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)
 
El Corredor Mediterráneo
El Corredor Mediterráneo El Corredor Mediterráneo
El Corredor Mediterráneo
 
El papel de la literatura en franz kafka
El papel de la literatura en franz kafkaEl papel de la literatura en franz kafka
El papel de la literatura en franz kafka
 
Jorge Luis Borges: filosofía y enigma
Jorge Luis Borges: filosofía y enigmaJorge Luis Borges: filosofía y enigma
Jorge Luis Borges: filosofía y enigma
 

Andere mochten auch

Interdicción de los proyectos de ley sopa,
Interdicción de los proyectos de ley sopa,Interdicción de los proyectos de ley sopa,
Interdicción de los proyectos de ley sopa,Julio Cesar Mejia Castro
 
Tupa. mdnch isabel aguilar- derecho chimbote- procesal administrativo
Tupa. mdnch  isabel aguilar- derecho chimbote- procesal administrativoTupa. mdnch  isabel aguilar- derecho chimbote- procesal administrativo
Tupa. mdnch isabel aguilar- derecho chimbote- procesal administrativoDarelys Zharuck Aguilar Inga
 
Paseando por Argentina 11
Paseando por Argentina 11Paseando por Argentina 11
Paseando por Argentina 11graasuncion
 
Lego ® mindstorms ® education 2.
Lego ® mindstorms ® education 2.Lego ® mindstorms ® education 2.
Lego ® mindstorms ® education 2.990429
 

Andere mochten auch (20)

Interdicción de los proyectos de ley sopa,
Interdicción de los proyectos de ley sopa,Interdicción de los proyectos de ley sopa,
Interdicción de los proyectos de ley sopa,
 
Introduccion
IntroduccionIntroduccion
Introduccion
 
Tupa. mdnch isabel aguilar- derecho chimbote- procesal administrativo
Tupa. mdnch  isabel aguilar- derecho chimbote- procesal administrativoTupa. mdnch  isabel aguilar- derecho chimbote- procesal administrativo
Tupa. mdnch isabel aguilar- derecho chimbote- procesal administrativo
 
Presentación curso Extremadura 2013
Presentación curso Extremadura 2013Presentación curso Extremadura 2013
Presentación curso Extremadura 2013
 
Presentacion pa
Presentacion paPresentacion pa
Presentacion pa
 
Lego mindstorms guía de usuario parte 5
Lego mindstorms guía de usuario parte 5Lego mindstorms guía de usuario parte 5
Lego mindstorms guía de usuario parte 5
 
Presentacion
PresentacionPresentacion
Presentacion
 
Informe de investigación
Informe de investigaciónInforme de investigación
Informe de investigación
 
TUPAMDNCH
TUPAMDNCHTUPAMDNCH
TUPAMDNCH
 
DIPLOMADO: psicoterapia cognitivo conductual 2013 AREQUIPA
DIPLOMADO: psicoterapia cognitivo conductual 2013 AREQUIPADIPLOMADO: psicoterapia cognitivo conductual 2013 AREQUIPA
DIPLOMADO: psicoterapia cognitivo conductual 2013 AREQUIPA
 
Paseando por Argentina 11
Paseando por Argentina 11Paseando por Argentina 11
Paseando por Argentina 11
 
El baile de la vida
El baile de la vidaEl baile de la vida
El baile de la vida
 
2 baez
2 baez2 baez
2 baez
 
Cinco lobito1
Cinco lobito1Cinco lobito1
Cinco lobito1
 
Lego ® mindstorms ® education 2.
Lego ® mindstorms ® education 2.Lego ® mindstorms ® education 2.
Lego ® mindstorms ® education 2.
 
Proyecto gestion 3.0 APERTURA
Proyecto gestion 3.0 APERTURAProyecto gestion 3.0 APERTURA
Proyecto gestion 3.0 APERTURA
 
Filosofía medieval actividad uno
Filosofía medieval actividad unoFilosofía medieval actividad uno
Filosofía medieval actividad uno
 
Lego midstorms guia de usuario parte 3
Lego midstorms guia de usuario parte 3Lego midstorms guia de usuario parte 3
Lego midstorms guia de usuario parte 3
 
2 rosario gutierrez
2 rosario gutierrez2 rosario gutierrez
2 rosario gutierrez
 
Contos
ContosContos
Contos
 

Ähnlich wie Borges y la cultura judía

Jorge Luis Borges
Jorge Luis BorgesJorge Luis Borges
Jorge Luis BorgesStudent
 
Jorge luis borges ficciones
Jorge luis borges   ficcionesJorge luis borges   ficciones
Jorge luis borges ficcionesmonicagra
 
Ficciones
FiccionesFicciones
FiccionesAnoniC
 
Jorge Luis Borges por Alba
Jorge Luis Borges  por  AlbaJorge Luis Borges  por  Alba
Jorge Luis Borges por AlbaRosa Vila
 
Jorge Luis Borges Metafora Metafísica y Misticismo
Jorge Luis Borges   Metafora Metafísica y MisticismoJorge Luis Borges   Metafora Metafísica y Misticismo
Jorge Luis Borges Metafora Metafísica y MisticismoOscar Blanco-Sanchez
 
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)Cristina Elizabeth
 
Jorge luis borges
Jorge luis borgesJorge luis borges
Jorge luis borgeselda vargas
 
Jorge luis borges
Jorge luis borgesJorge luis borges
Jorge luis borgeselda vargas
 
Monografía comparativa. El Aleph y El Inmortal-J.L Borges
Monografía comparativa. El Aleph y El Inmortal-J.L BorgesMonografía comparativa. El Aleph y El Inmortal-J.L Borges
Monografía comparativa. El Aleph y El Inmortal-J.L Borgesjulietasansone
 
FINAL el engaño de Borges
FINAL el engaño de BorgesFINAL el engaño de Borges
FINAL el engaño de BorgesLevi Kinney
 

Ähnlich wie Borges y la cultura judía (20)

Jorge Luis Borges
Jorge Luis BorgesJorge Luis Borges
Jorge Luis Borges
 
Ficciones
FiccionesFicciones
Ficciones
 
Jorge luis borges ficciones
Jorge luis borges   ficcionesJorge luis borges   ficciones
Jorge luis borges ficciones
 
Borghes ficciones
Borghes ficcionesBorghes ficciones
Borghes ficciones
 
Libro ficciones borges
Libro ficciones borgesLibro ficciones borges
Libro ficciones borges
 
Ficciones
FiccionesFicciones
Ficciones
 
Jorge Luis Borges por Alba
Jorge Luis Borges  por  AlbaJorge Luis Borges  por  Alba
Jorge Luis Borges por Alba
 
Javier diaz
Javier diazJavier diaz
Javier diaz
 
Borges
BorgesBorges
Borges
 
Jorge Luis Borges Metafora Metafísica y Misticismo
Jorge Luis Borges   Metafora Metafísica y MisticismoJorge Luis Borges   Metafora Metafísica y Misticismo
Jorge Luis Borges Metafora Metafísica y Misticismo
 
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)
Jorge luis borges obras completas tomo iii reporte (2)
 
Conociendo a borges
Conociendo a borgesConociendo a borges
Conociendo a borges
 
Jorge luis bogues 1.2
Jorge luis bogues 1.2Jorge luis bogues 1.2
Jorge luis bogues 1.2
 
Jorge luis borges
Jorge luis borgesJorge luis borges
Jorge luis borges
 
Jorge luis borges
Jorge luis borgesJorge luis borges
Jorge luis borges
 
Jorge Luis Borges 1899 - 1986
Jorge Luis Borges 1899 - 1986Jorge Luis Borges 1899 - 1986
Jorge Luis Borges 1899 - 1986
 
Borges
BorgesBorges
Borges
 
Monografía comparativa. El Aleph y El Inmortal-J.L Borges
Monografía comparativa. El Aleph y El Inmortal-J.L BorgesMonografía comparativa. El Aleph y El Inmortal-J.L Borges
Monografía comparativa. El Aleph y El Inmortal-J.L Borges
 
FINAL el engaño de Borges
FINAL el engaño de BorgesFINAL el engaño de Borges
FINAL el engaño de Borges
 
Biografia jorge icaza coronel
Biografia jorge icaza coronelBiografia jorge icaza coronel
Biografia jorge icaza coronel
 

Mehr von Evelia Muñiz Gutiérrez (8)

Presenció curs
Presenció cursPresenció curs
Presenció curs
 
Nietzsche y el cangrejo ermitañor
Nietzsche y el cangrejo ermitañorNietzsche y el cangrejo ermitañor
Nietzsche y el cangrejo ermitañor
 
Tutorial us filosofiabalears
Tutorial us filosofiabalearsTutorial us filosofiabalears
Tutorial us filosofiabalears
 
michel-foucault-que-es-la-ilustracion
michel-foucault-que-es-la-ilustracionmichel-foucault-que-es-la-ilustracion
michel-foucault-que-es-la-ilustracion
 
Untitled document
Untitled documentUntitled document
Untitled document
 
libros
libroslibros
libros
 
El caso de althusser
El caso de althusserEl caso de althusser
El caso de althusser
 
El caso de althusser
El caso de althusserEl caso de althusser
El caso de althusser
 

Borges y la cultura judía

  • 1. JUDEIDAD Y BORGES Como lo resumiera André Malraux, Borges lo leyó todo, especialmente aquello que ya nadie lee. Sus fuentes virtualmente innumerables, e inesperadas, redundan en la fascinante vastedad de la obra borgeana. Por ello, evocar al autor de El Aleph puede empujarnos en varias direcciones. Una, la de Palermo, los malevos, Güiraldes, arrabales, el Martín Fierro o Evaristo Carriego, resultado de una pluma vivamente argentina. Otra, un fluir de asociaciones que abarca a Rilke, las Mil y Una Noches, los vikings y el Dante, y revela a quien, incapaz de estrecharse en una sola tradición, es un creador universal. Una tercera es una cultura que predomina en su curiosidad: la judaica. Por GUSTAVO DANIEL PEREDNIK Varios puentes en el universo borgeano llevan a lo judío. Recomienda el aprendizaje del idioma alemán a través de la poesía de Heine. El primer libro que lee en ese idioma es Der Golem de Gustav Meyrink, una fantasía sobre el ghetto de Praga que despertó para siempre su inquietud por las cuestiones cabalísticas. Su conocimiento del judaísmo, empero, se remonta a la lectura de la Biblia, que lo moldeó desde su primera infancia. Su abuela paterna, Fanny Haslam Arnet, era una cultora de la Biblia que le abrió las puertas a la cultura judaica, con la que fue Identificándose hasta pensarse frecuentemente como judío. Reaccionó ante esos pensamientos con su irónica y escandalosa humildad: "No lo merezco. He hecho lo mejor que pude para ser un judío. Pude haber fracasado. Si pertenecemos a la civilización occidental, entonces todos nosotros, a pesar de las muchas aventuras de la sangre, somos griegos y judíos. Muchas veces me pienso judío pero me pregunto si tengo el derecho de hacerlo". La única opinión política a la que Borges permitió interferir en su literatura fue la defensa de Israel "cuando lo urgió la exaltación de la Guerra de los Seis Días". Cuando estalló esa guerra, Borges irrumpió en la biblioteca de la Sociedad Hebraica Argentina con un poema dedicado a Israel, y solicitó "la hospitalidad" de la revista de esa entidad, en la que eventualmente fueron publicados los versos. Agregó a su solicitud un fervoroso y elocuente llamado: "¡Viva la patria!". George Steiner en su libro Extraterritorialidad presenta a Borges como ejemplo del escritor que rechaza los los límites de una sola herencia, rechazo que para Steiner constituye un elemento constitutivo de la judeidad. No faltaron rastreos de posibles orígenes judíos de Borges. Sus alas creadoras le valieron el Premio Jerusalén en 1971, una de las muchas glorias con las que compensó lo que él llamaba ingeniosamente una tradición anual escandinava (que consistía en negarle el Premio Nobel). Borges integra en efecto la nómina nada despreciable de genios literarios privados de ese premio, tales como Tolstoi, Proust, Joyce, Strindberg, Malraux y otros. Lo judaico en Borges es imaginable como el viaje que plantea Platón. Se forma intelectualmente, sale a la sociedad a retroalimentarse, y regresa a su fuente formativa. Por esas tres etapas transcurrió el Israel borgeano, para el que la tríada es Buenos Aires-Europa-Buenos Aires. El punto de partida porteño es su mentada infancia imbuída de la Biblia, a la que denominó "punto de partida de todo". Sus dos estaciones europeas son Ginebra y Madrid. En la primera transcurrió su adolescencia, educado en el Colegio Calvino en el que sus dos mejores amigos fueron Simón
  • 2. Jichlinsky y Mauricio Abramowicz (huelga aclaración de origen). Con ellos dos se reencontró cuarenta años más tarde en la misma Ginebra que vio forjar sus años mozos y en la que descansan sus restos. Allí se había trasladado su familia a comienzos de la Gran Guerra. Concluída ésta, vivieron un tiempo en Madrid, en donde Borges trabó amistad con Rafael Cansinos Asséns, de quien siempre se consideró discípulo. De Cansinos no aprendió sólo poética y ultraísmo, sino la opción que el intelectual español enfrentó en los años veinte, entre una España tradicionalista, ortodoxa y judeofóbica, frente a otra liberal, heterodoxa y con simpatías por el judaísmo. Con esa opción en la mano regresa Borges a Buenos Aires, en la que el crecimiento del nazismo lo empuja a un filosemitismo militante. Tal militancia se destila por ejemplo en su sarcástico texto Yo, judío con el que parafraseamos esta sección. Escrita unos meses después de entronizado el Führer, la página ridiculiza con maestría la "acusación" de los judeófobos argentinos de que Borges tenía ascendencia israelita. Restablecido en Buenos Aires, Borges publica en la imprenta de Manuel Gleizer, pionero de la edición literaria en la Argentina, a quien le dedicaría algún verso. Su período más importante de creación es precisamente la Segunda Guerra Mundial. Publica entonces su prólogo al Mester de judería de su amigo Carlos Grünberg, en el que destaca la legítima integración de lo judío con lo argentino. Segundamente La muerte y la brújula: sólo un genio de su talla podía sintetizar en un cuento la filosofía de Baruch Spinoza proponiendo en lenguaje narrativo una dilucidación racional-geométrica de Dios. Luego vendrá su máxima colección de cuentos, El Aleph, y el Holocausto llegaba a su fin. Borges judío Por Moshé Korin Borges llegó a afirmar, parafraseando a Paul Valéry (1871-1945), que la Historia de la literatura podría escribirse sin mencionar a un solo autor; debería ser la Historia del Espíritu como productor y consumidor de literatura. Lo creado disuelve al creador; el gran Libro trasciende a los hombres. La escritura literaria es, ante todo, Escritura; la creación es un hecho sagrado: acontece en una dimensión temporal que no es la de los hechos sociales. La inteligibilidad que tiene Borges de la literatura no puede ser más hebrea. Las conexiones de Borges con el judaísmo son numerosas y complejas. La presencia de motivos judíos o hebreos en los textos de Borges, tanto en lo referente a su contenido como en lo que respecta a la estructura, es bien conocida por sus lectores. No sucede lo mismo en cuanto a sus vinculaciones personales y profesionales con instituciones de la comunidad judía e incluso con el Gobierno de Israel, de quien fuera invitado en 1969: Pasé diez días muy emocionantes en Tel Aviv y Jerusalem... Volví con la convicción de haber estado en la más antigua y en la más joven de las naciones, de haber venido de una tierra viva, alerta, a un rincón medio dormido del mundo. Durante la Guerra de los Seis Días, Borges tomó partido por Israel, sin duda porque lo fascinaba el carácter casi fabuloso y épico de la empresa guerrera que había encarado la joven nación: ante
  • 3. los bríos de esa tierra que germinaba en proyectos, se entiende que la suya propia se le apareciese como un rincón adormecido. El entusiasmo de Borges por la Israel guerrera lo llevó a escribir dos poemas, uno al calor de la batalla: ¿Quién me dirá si estás en el perdido Laberinto de ríos seculares De mi sangre, Israel? ... Salve, Israel, que guardas la muralla De Dios, en la pasión de tu batalla. (A Israel, 1967) Escribe otro, una semana más tarde, coronando la victoria israelí: Un hombre condenado a ser el escarnio, la abominación, el judío, un hombre lapidado, incendiado y ahogado en cámaras letales, un hombre que se obstina en ser inmortal y que ahora ha vuelto a su batalla, a la violenta luz de la victoria, hermoso como un león al mediodía. (Israel, 1967) Y en 1969, año en que visita Israel invitado y homenajeado por el gobierno, nos regala aquellos versos que no pueden ser más justos, con la pasión contenida tan propia del rigor borgeano: Serás un israelí, serás un soldado, Edificarás la patria con ciénagas; la levantarás con desiertos./ Trabajará contigo tu hermano, cuya cara no has visto nunca./ Una sola cosa te prometemos: tu puesto en la batalla. (Israel, 1969) Borges cultivó grandes amistades con judíos. Su relación con Bernardo Ezequiel Koremblit hizo que acostumbrara trabajar durante casi dos años en la sede de la Sociedad Hebraica Argentina. Había culminado su ciclo como director de la Biblioteca Nacional, y el despacho de Koremblit lo aislaba convenientemente de los importunos, de los ruidos y del trajín que a menudo perturban el trabajo. Llegaba cerca de las tres de la tarde, a diario, para dictar, escuchar lecturas, preparar conferencias, artículos, libros, y se marchaba alrededor de las seis y media. Es conocida la implacable rutina de Borges en sus tareas. En una ocasión en que el escritor no pudo asistir a una reunión a la que lo había invitado el Instituto de Intercambio Cultural y Científico Argentino Israelí, envió estas líneas afectuosas: Queridos amigos:
  • 4. No me perdono mi inevitable ausencia. Quiero repetir que de algún modo estoy con ustedes, íntimamente, esencialmente. Sólo nos alejan las circunstancias, que son, según se sabe, ficciones. Un perdurable abrazo. Jorge Luis Borges. Las circunstancias a que se refiere Borges en estas líneas son las de un inevitable viaje. Sin embargo, hay otra lectura posible: que la ficción a que alude sea su realidad no judía, una mera circunstancia actual que él se va a encargar de refutar a lo largo de su vida y de su obra. Durante mucho tiempo, Borges indagó en su genealogía la presencia de algún antepasado judío. Estaba convencido de que a través de la línea materna, la de los Acevedo, su sangre se encontraba con un pasado sefardita. Se amparaba en una referencia de Ramos Mejía, quien en Rosas y su tiempo demuestra que todos, o casi todos los apellidos principales de la ciudad, por aquel entonces, procedían de cepa hebreo-portuguesa, y enumera entre ellos el de los Acevedo. Si la línea materna lo filiaba al judaísmo, tal como corresponde a la tradición, por el lado de la sangre, la línea paterna lo filiaba por el lado de la letra: Yo llegué muy pronto a venerar a la cultura hebrea porque una de mis abuelas era inglesa y sabía la Biblia de memoria. Alguien citaba una sentencia bíblica y ella daba inmediatamente el capítulo y el versículo... la Biblia entró en mí muy tempranamente. Borges nunca dejó de subrayar la deuda que la literatura occidental tiene con la cultura hebrea. Reconocer esa deuda en su propia literatura, lejos de pesarle lo enorgullecía. Según José Luis Najenson, Borges no era judío ni cabalista, pero envidió ambas pesadas cargas con afán. La mística judía ejerció en él fascinación; estudió con detenimiento a Guérshom Schólem, a quien llamó maestro, y se jactaba de haber sido "el primero y muy imperfecto traductor de la obra de Martín Búber". Es conocida la relación de profundo respeto y admiración que Borges tenía con Rafael Cansinos Assens (escribió el libro "El candelabro de los siete brazos"), a quien consideraba otro de sus maestros. La escritura: cifra del mundo La Cábala constituye uno de los motivos centrales en la identificación de Borges con el judaísmo. Como si fuera el Aleph de la propia obra del escritor, este motivo irradia y justifica los otros, entre ellos, su admiración ante el culto hebreo por el Libro. Leer un libro, hablar de un libro, recordar un libro, era para él una experiencia fabulosa: En un libro sagrado son sagradas no sólo sus palabras sino las letras con las que fueron escritas. Ese concepto lo aplicaron los cabalistas al estudio de la Escritura... El Espíritu Santo condescendió a la literatura y escribió un libro. En ese libro, nada puede ser casual. En toda escritura humana hay algo casual... El curioso modus operandi de los cabalistas está basado en una premisa lógica: la idea de que la Escritura es un texto absoluto, y en un texto absoluto nada puede ser obra del azar. (Conferencia sobre la Cábala) Borges, como los cabalistas, consagró su obra a la tarea infinita de develar el secreto cósmico de la Creación. Pero justamente el carácter imposible de esa empresa era lo que lo fascinaba: sostenía que los cabalistas no habían escrito para facilitar la verdad, sino para insinuarla y estimular su búsqueda.
  • 5. La Escritura como cifra del mundo y la lectura como desciframiento, son los ejes de la obra de Borges. Esos motivos reaparecen en dos dimensiones a lo largo de su literatura. Por un lado, se podría decir que la fundan, por cuanto en ellos el escritor – como los cabalistas, otros escribas- encuentra la justificación de su oficio; por otro, constituyen las temáticas predilectas con las que Borges imagina sus argumentos literarios. En La Biblioteca de Babel, encontramos un número infinito de libros con el mismo formato: cada libro consta del mismo número de páginas, cada página del mismo número de líneas y cada línea del mismo número de caracteres. El significado de cada una de esas obras es impenetrable; la lengua, desconocida. El motivo reaparece en El milagro secreto. Jaromir Hládik, erudito de Praga, sueña con la Biblioteca del Clementinum. "¿Qué busca?", le preguntan. "Busco a Dios... Dios está en una de las letras de una de las páginas de uno de los cuatrocientos mil tomos del Clementinum". El tema retorna otra vez en "La muerte y la brújula". Estamos ante el único relato de la literatura mundial basado en los datos de la Cábala. Tres asesinatos han sido cometidos. En cada ocasión aparece en el lugar del crimen una hoja de papel con la sentencia: la primera, luego la segunda, después la tercera "letra del Nombre ha sido articulada". El detective Lönrot, instruido en la literatura cabalística, intenta penetrar el misterio. Descubre que los lugares donde fueron cometidos los crímenes forman los tres vértices de un triángulo equilátero. Infiere que el cuarto crimen ha de corresponder a la cuarta letra del Nombre, y que tendrá lugar en el cuarto punto del rombo virtual reconstituido. La deducción es perfecta, pero Lönrot queda atrapado en el borde imposible de su razonamiento: es él, en efecto, quien será asesinado. Finalmente, en El Gólem, uno de los poemas más clásicos de la lírica de Borges, el motivo de la creación asociado al carácter simbólico de la escritura confluye en otro de sus tópicos predilectos, la figura del regressus ad infinitum: el hombre que sueña y comprende con estupor que es a su vez el sueño de otro (un dios); el jugador de ajedrez que es a su vez la pieza de un juego Divino; la apertura en abismo que no tiene fin, como una galería muda de espejos que se miran mirarse ... Borges elucubró así la imagen inútil, inmóvil, incorruptible, secreta... de la eternidad. El poema nos sitúa ante Judá León, el rabí de Praga, quien se pregunta – para suscitar a su vez la pregunta de Borges sobre su propia pregunta- al contemplar con estupor la criatura que acaba de crear: ¿Por qué di en agregar a la infinita Serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana Madeja que en lo eterno se devana Di otra causa, otro efecto y otra cuita? En la hora de angustia y de luz vaga, En su Golem los ojos detenía. ¿Quién nos dirá las cosas que sentía Dios, al mirar a su rabino en Praga? Borges conjeturó una y otra vez que en su pasado había ancestros judíos. Esto puede entenderse como una rigurosa búsqueda histórica, pero cabe también que estemos ante otra conjetura borgeana. La primera hipótesis no tiene más valor que el dato documental, lo que el mismo Borges alguna vez denominó "la policía de los pequeños detalles". La segunda, en cambio, ostenta seducción literaria: ¿por qué la literatura de Borges necesitó postular que corría sangre judía en
  • 6. las venas de su autor? No es seguro que tales raíces hubiesen dado inexorablemente esos frutos; lo que sí es seguro es que dichos frutos necesitaron arraigar en ese suelo para madurar. ----------------
  • 7. A Israel ¿Quién me dirá si estas en el perdido laberinto de ríos seculares de mi sangre, Israel? ¿Quien los lugares que mi sangre y tu sangre han recorrido? no importa. Sé que estás en el sagrado Libro que abarca el tiempo y que la historia del rojo Adán rescata y la memoria y la agonía del Crucificado. en ese libro estás, que es el espejo de cada rostro que sobre él se inclina y del rostro, de Dios, que en su complejo y arduo cristal, terrible se adivina. Salve, Israel, que guardas la muralla de Dios, en la pasión de tu batalla. Jorge Luis Borges, 1967
  • 8. Israel Un hombre encarcelado y hechizado, un hombre condenado a ser la serpiente que guarda un oro infame, un hombre condenado a ser Shylock un hombre que se inclina sobre la tierra y que sabe que estuvo en el Paraíso, un hombre viejo y ciego que ha de romper las columnas del templo, un rostro condenado a ser una máscara, un hombre que ha pesar de los nombres es Spinoza y el Baal Shem y los cabalistas, un hombre que es el Libro, una boca que alaba desde el abismo la justicia del firmamento, un procurador o un dentista que diálogo con Dios en una montaña, un hombre condenado a ser el escarnio, la abominación, el judío, un hombre lapidado, incendiado y ahogado en cámaras letales, un hombre que se obstina en ser inmortal y que ahora ha vuelto a su batalla,
  • 9. a la violenta luz de la victoria, hermoso como un león al mediodía. Jorge Luis Borges, 1967 Israel 1969 Temí que en Israel acecharía con dulzura insidiosa la nostalgia que las diásporas seculares acumularon como un triste tesoro en las ciudades del infiel, en las juderías, en los ocasos de la estepa, en los sueños, la nostalgia de aquéllos que te anhelaron, Jerusalén, junto a las aguas de Babilonia. ¿Qué otra cosa eras, Israel, sino esa nostalgia, sino esa voluntad de salvar, entre las inconstantes formas del tiempo, tu viejo libro mágico, tus liturgias, tu soledad con Dios? No así. La más antigua de las naciones es también la más joven. No has tentado a los hombres con jardines, con el oro y su tedio sino con rigor, tierra última. Israel les ha dicho sin palabras: olvidarás quién eres. Olvidarás al otro que dejaste. Olvidarás quien fuiste en las tierras que te dieron sus tardes y sus mañanas y a las que no darás tu nostalgia. Olvidarás la lengua de tus padres y aprenderás la lengua del Paraíso. Serás un israelí, serás un soldado. Edificarás la patria con ciénagas; la levantarás con desiertos.
  • 10. Trabajará contigo tu hermano, cuya cara no has visto nunca. Una sola cosa te prometemos: tu puesto en la batalla. Judería (1923) Quejas que nunca cesan se alzan las anhelantes paredes Paredes tan escarpadas que han caído en lo profundo los hombres. Desangradas antaño en vanas palabras hoy se cicatrizaron las bocas Mudas como el harapo de infinito que las aristas de los aleros ahorcan Y que se arrodilla en los ojos por donde el miedo está espiando, Mientras en el gesto de la resignación las otoñales manos se aflojan Y las plegarias rotas se despeñan desde el firmamento implacable. Con las alas plegadas los kerubim han suspendido el aliento. Ante el portón la chusma se ha vestido de injurias como quien se envuelve en un trapo. Dios se ha perdido y desesperaciones de miradas lo buscan. Presintiendo horror de matanzas los mundos han suspendido el aliento. Alguna voz invoca su fe: " Dios, el Eterno, Dios de dioses, es Uno " Y arrecia la muchedumbre cristiana con un pogrom en los puños. Yo, judío (1934) Por Jorge Luis Borges Borges, a una acusación absurda de la Revista “Crisol” (publicación argentina de las primeras décadas del Siglo XX, de absoluta identificación con el nazismo) en donde se le endilgaba que ocultaba su ascendencia judía, les responde con el escrito Yo, judío Como los drusos, como la luna, como la muerte, como la semana que viene, el pasado remoto es de aquellas cosas que pueden enriquecer la ignorancia. Es infinitamente plástico y agradable, mucho mas servicial que el porvenir y mucho menos exigente de esfuerzos. Es la estación famosa y predilecta de las mitologías. ¿Quien no jugó a los antepasados alguna vez, a las prehistorias de su carne y su sangre? Yo lo hago muchas veces, y muchas no me disgusta pensarme judío. Se trata de una hipótesis haragana, de una aventura sedentaria y frugal que a nadie perjudica,ni
  • 11. siquiera a la fama de Israel, ya que mi judaísmo era sin palabras, como las canciones de Mendelssohn. Crisol, en su número del 30 de enero, ha querido halagar esa retrospectiva esperanza y habla de mi ''ascendencia judía maliciosamente ocultada'' (el participio y el adverbio me maravillan). Borges Acevedo es mi nombre. Ramos Mejia, en cierta nota del capítulo quinto de Rosas y su tiempo, enumera los apellidos porteños de aquella fecha para demostrar que todos, o casi todos, "procedían de cepa hebreo portuguesa". Acevedo figura en ese catálogo: único documento de mis pretensiones judías, hasta la confirmación de Crisol. Sin embargo, el capitán Honorio Acevedo ha realizado investigaciones precisas que no puedo ignorar. Ellas me indican el primer Acevedo que desembarcó en esta tierra, el catalán don Pedro de Acevedo, maestre de campo, ya poblador del "Pago de Arroyos'' en 1728, padre y antepasado de estancieros de esta provincia, varón de quien informan los Anales del Rosario de Santa Fe y los documentos para la historia del Virreinato; abuelo, en fin, casi irreparablemente español. Doscientos años y no doy con el israelita, doscientos años y el antepasado me elude. Estadísticamente los hebreos eran de los mas reducidos. ¿Que pensaríamos de un hombre del año cuatro mil, que descubriera sanjuaninos por todos lados? Nuestros inquisidores buscan hebreos, nunca fenicios, garamantas, escitas, babilonios, persas, egipcios, hunos, vándalos, ostrogodos, etíopes, dardanios, paflagonios, sármatas, medos, otomanos, beréberes, britanos, libios, cíclopes y lapitas. Las noches de Alejandría, de Babilonia, de Cartago, de Menfis, nunca pudieron engendrar un abuelo, sólo a las tribus del bituminoso Mar Muerto les fue deparado ese don. [Revista Megáfono, 3, Nº. 12, pag. 60, Buenos Aires, Abril de 1934] Borges volvería siempre a responder con contundencia cada vez que se cuestionó su posible ascendencia judía. Estudiosos aseveran que para él, la posibilidad de pertenecer al errante pueblo de Israel nunca supuso un motivo de ignominia o mancillamiento, sino por el contrario, una razón para el alborozo y el regocijo intelectual. Muchos años después, el 14 de enero de 1978, Borges en una entrevista publicada por el diario venezolano, El Universal, dijo esta frase que posteriormente no ha dejado de ser citada. Expresó: “Siempre lamenté no ser judío”.