Este documento resume las obras y estilos de dos importantes poetas del Siglo de Oro español: Luis de Góngora y Francisco de Quevedo. Góngora fue el mayor exponente del culteranismo, un estilo poético complejo y culto. Quevedo desarrolló el conceptismo, caracterizado por el uso de antítesis, hipérboles y juegos de palabras. Algunas de las obras más destacadas de Góngora fueron Soledades y La fábula de Polifemo y Galatea, mientras que Quevedo se dest

1. Culteranismo y conceptismo. Luis de Góngora y Francisco de Quevedo.

2. El culteranismo: Luis de Góngora. Luis de Góngora (1561-1627) es el mayor exponente de este movimiento. Su poesía va hacia el límite estético del Barroco, considerándose poesía-límite. Recibió órdenes menores, se estableció en palacio al servicio de Felipe III. Su vida la marcó su pasión por la literatura, por sus grandes amistades y, como no, enemistades.

3. Luis de Góngora: Obra. Es vital la distinción entre príncipe de la luz y príncipe de las tinieblas. Sus obras destacan por su popularidad y su carácter culto. Desarrolló durante toda su vida la letrilla y el romance con contenido burlesco y satírico. No debemos olvidarnos de sus sonetos (expresión culta de la poesía) con temas de diversa índole. Finalmente, son recordadas obras como Soledades, Panegírico al Duque de Lerma y La fábula de Polifemo y Galatea.

4. El conceptismo: Francisco de Quevedo. Fue un hombre de vasta cultura y políglota. Nació en Madrid (1580-1645) y su vida la desempeñó tanto en palacio, como en Italia. Fueron unos versos malintencionados los que provocaron su muerte. De su gran formación, nacieron varios conductos temáticos que le llevaron al reconocimiento artístico y cultural.

5. Francisco de Quevedo: Obras. Resaltan las antítesis (belleza-crueldad; noble-plebeyo; amor-odio…). Es, sin duda, la poesía amorosa lo que le destaca como poeta: Amor constante más allá de la muerte. Amor constante más allá de la muerte. La sátira logra su máximo esplendor por el uso de la hipérbole, vulgarismos y juegos de palabras. Lo moral y lo espiritual hacen que se cuestione la existencia y el más allá; mientras que en los romances, su temática es de corte popular.

7. Textos.