1. UNIVERSIDAD FERMIN TORO
VICERECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
Historia de los medios digitales en Venezuela y el mundo.
Integrante:
Fabiola M. Zenere A.
C.I.: V.- 25.163.067
Prof.: Ing. Juan Capote
Cátedra: Tecnología de la Comunicación IV
Sección: SAIA A
Barquisimeto, Noviembre 2016
2. Las cada vez mayores restricciones a las que se enfrentan
los medios tradicionales en Venezuela están teniendo un
inesperado efecto colateral. Ante la caída de la publicidad
y las crecientes presiones del poder político y económico,
florecen en el país las iniciativas de grupos de
periodistas que buscan en la Red un espacio de
independencia en un sistema informativo en crisis. Son
varias las nuevas cabeceras digitales lanzadas en los
últimos meses, especialmente tras el bloqueo informativo
posterior a las protestas que dividieron al país entre
febrero y julio del año pasado.
“La situación de los medios tradicionales ha provocado que
muchos periodistas abandonen sus redacciones, bien sea por
haber sido despedidos al no acatar órdenes de censura, o
por una decisión voluntaria, y están migrando hacia medios
que comienzan a desarrollarse en las plataformas
digitales”, explica Marianela Balbi, directora ejecutiva
del Instituto Prensa y Sociedad Venezuela (Ipys-Venezuela),
filial venezolana del homónimo observatorio de medios de
Perú. “En el último año, a raíz de los cambios en la
propiedad de medios y los flagrantes casos de censura, han
surgido medios digitales que buscan sustituir la oferta
informativa que no están ofreciendo los medios
tradicionales”, añade. Según un estudio de Ipys-Venezuela,
publicado en octubre del año pasado, el 34% de los
periodistas encuestados reconocen que han sido censurados
por poderes estatales, especialmente por el ejecutivo.
Es el caso de Laura Weffer, periodista de investigación que
dejó su periódico tras ver censurado un reportaje sobre las
llamadas guarimbas, las protestas callejeras. “Trabajaba
en Últimas Noticias y escribí una crónica en la que
retrataba a los protagonistas de la protesta y a los
agentes. Y finalmente no gustó porque consideraron que yo
estaba nivelando a unos ‘delincuentes’ con la policía. La
humanización resultó subversiva en un contexto en el que
existe la tendencia por parte del poder a deshumanizar al
otro, a aumentar la desconfianza”, relata. Un año y medio
después, Weffer acaba de estar en Madrid para presentar su
nuevo proyecto y lanzar la campaña de
crowfunding (mecenazgo colectivo) para financiarlo: el
3. diario digital Efecto Cocuyo. El nombre es una declaración
de intenciones. El cocuyo es un insecto parecido a las
luciérnagas. “Descubrimos que antiguamente los indígenas
agarraban un puñado de cocuyos y andaban con ellos para
aclarar el camino. Así que pensamos que muchos cocuyos
reunidos crean el ‘efecto cocuyo’, la posibilidad de traer
luz en medio de la oscuridad”, explica. Dos días después de
su lanzamiento en Twitter tenían ya 12.000 seguidores y un
mes más tarde, más de 30.000.
A esta nueva galaxia de medios pertenecen también páginas
como Poderopedia, versión venezolana de la homónima
plataforma de periodismo de investigación
chilena, Runrun.es, fundada por el conocido periodista
Nelson Bocaranda, y Armando.info. La idea de Armando nació
hace cuatro año y desde hace unos meses se ha convertido en
un proyecto profesional. Sus fundadores, Joseph Poliszuk,
Alfredo Meza y Ewald Scharfenberg –estos últimos
colaboradores de este diario– pretenden publicar con
frecuencia semanal investigaciones y reportajes que no
tienen cabida en los medios tradicionales. “Durante las
protestas tuvimos un boom y ahora vamos por oleadas, ya que
no queremos competir con medios que cubren el día a día,
sino contar historias que no han sido tratadas”, comenta
Poliszuk, por teléfono desde Caracas.
Distinto es el planteamiento de Contrapunto, un portal de
noticias generalista, lanzado en junio de 2014. “En un país
fuertemente polarizado y con los medios de comunicación
atrincherados, sea para hablar a favor del gobierno o en
contra y definir así su forma de ser, nosotros queríamos
ocupar un espacio que estaba abandonado, tratando no de
estar en el centro sino de hablar a ambos sectores, con las
dificultades que esto implica”, comenta su director Felipe
Campos. Nueve meses después tienen 600.000 visitas al mes y
50 empleados. A diferencia de otros proyectos, Contrapunto
cuenta con financiación tanto pública –tienen anuncio del
estado de Miranda, gobernado por el excandidato de la
oposición a la presidencia Henrique Capriles, como de la
alcaldía de Sotillo, cuyo regidor es chavista– como
privada. “Cualquier medio vive de la inversión pública y
privada. Y bienvenida sea, porque como yo no tengo por qué
4. aceptar presiones de Coca Cola tampoco las tengo que
aceptar de Pdvsa [la compañía petrolera estatal]”, dice.
En opinión de la directora del Ipys-Venezuela si para los
medios tradicionales, los problemas han surgido de las
presiones directas o indirectas –a través de cambios de
propiedad– del poder político, de las restricciones al
acceso de divisas para la compra de papel para la prensa, o
del uso de mecanismo legales para hostigar a periodistas
críticos, las nuevas cabeceras digitales tienen dos grandes
desafíos: cómo hacer llegar sus mensajes a la extensa
población de las clases más desfavorecidas y ganarle la
batalla a las cifras de acceso a Internet y a la velocidad
de conexión. En Venezuela los usuarios de la Red por cada
100 habitantes son 54,9, según los datos del Banco Mundial
(en España la cifra asciende a 71,6). Un buen aliado en la
difusión son las redes sociales que, según Balbi, “se han
convertido en el primer canal para estar informados”.
La comunicación a través de medios digitales y redes
sociales se ha venido convirtiendo en una práctica
cotidiana de los cada vez más numerosos usuarios de
tecnologías de información y comunicación (TIC). En estos
entornos los temas son múltiples, pero es posible observar
uno que en el contexto actual cobra relevancia: la
llamada infociudadanía, vale decir, la expresión de una
identidad política virtual que se entrecruza con la que el
ciudadano ya posee en los espacios fuera de línea, pero que
expande sus alcances (Puyosa, 2008). Según Varela (citado
por Rojano, 2009), el activismo social o la vocación de
intervenir en la realidad desde la conversación virtual es
uno de los rasgos más importantes y distintivos de la
blogosfera.
¿Pueden considerarse los medios digitales y redes sociales
como prácticas de comunicación alternativa en el Siglo XXI
venezolano? Aunque el desarrollo de la investigación que
adelantamos, exigirá la comprobación empírica de una de sus
características (su apertura a la expresión plural), por lo
pronto nos parece que es posible arriesgar una respuesta
afirmativa. Al menos por la reacción que ha tenido el
poder.