El documento ofrece sugerencias para que los profesores desarrollen competencias clave en el aula. Recomienda entusiasmarse con la enseñanza, involucrar a los estudiantes, ofrecer variedad de estrategias, trabajar en equipo, utilizar tecnología, prevenir la violencia, fomentar la formación continua y la autoevaluación.
2. Involucrar a los alumnos en el aprendizaje y por
lo tanto, en la reestructuración de su
comprensión del mundo.
Es parte de la profesión de maestro motivar a los
alumnos, hacerlos desear aprender, quieran o no.
Es así como nace la responsabilidad relacionada con
algunas de las más complejas y difíciles
competencias del profesor y constituye su oficio
intentar establecerlas.
3. Algunas sugerencias que obviamente no son infalibles:
Entusiasmarse por lo que enseña; promover en el alumno el
deseo de aprender.
Un profesor que ama lo que hace; que se entusiasma con lo que
enseña.
Explicitar la relación entre el aprendizaje y el saber, organizar
las etapas que se quiere desarrollar, invitar el alumno al
desafiante juego de la transformación y anticipar la alegría de
sus conquistas.
El éxito del adulto en algunas iniciativas que van "cruelmente" en
contra de su voluntad depende de sus motivaciones; pero estas no
nacen por casualidad y surgen, en realidad, cuando se sabe por qué
se está luchando.•
4. Organizar un Consejo de Alumnos, haciendo que se sientan
agentes de un proceso y no meros receptores de contenidos
y habilidades.
Para un profesor, todo lo que se enseña tiene sentido y las
estrategias que utiliza son siempre las mejores; pero sus
alumnos ¿pensarán lo mismo?
Ofrecer estrategias diferentes, actividades opcionales.
Una primera clase expositiva es excelente, la segunda
razonable, la tercera aburrida, la cuarta o quinta llega a ser
insoportable.
El cansancio, el estrés, la insatisfacción, la alineación y la
desmotivación son casi siempre dictadas por la rutina, cuando la
organización del trabajo no presenta novedades.
5. Aprender y enseñar a trabajar
juntos y en equipo
Muchas veces, lo que llamamos «cuerpo docente» no es más
un conjunto de partes no integradas de órganos diferentes.
Para que esa competencia se estructure, deben desarrollarse
algunos recursos simples:
Elaborar, verdaderamente, proyectos pedagógicos en
equipos.
Buscar referencias para comprender cómo funciona la
"dinámica de grupos" y cómo se aprende a conducir
reuniones, y ejercitar estas tareas en grupo con el equipo
docente y enseñar a nuestros alumnos a emprenderlas.
6. Analizar situaciones complejas en conjunto y confiar en
el equipo para administrar crisis de relaciones
interpersonales.
Todos los problemas de una comunidad escolar son
problemas de todos sus integrantes y es esencial que juntos
encuentren las alternativas, busquen soluciones, aun
admitiendo que en ciertos casos existe la necesidad de una
ayuda externa que, colectivamente, se puede buscar.
7. Dominar y utilizar las nuevas
tecnologías.
La escuela, y bien lo dice Perrenoud, "no puede ignorar lo que
pasa en el mundo", y las tecnologías de información y
comunicación nos impusieron nuevas formas de relación con
otros y de pensar el día a día.
Entre las competencias esenciales en esa área, destacamos:
Utilizar y enseñar a los alumnos a utilizar editores de
texto.
Es esencial que descubran que la nueva escuela exige nuevos
documentos y que un editor de texto es tan importante como
el dominio de una hoja en blanco.
8. Explorar las potencialidades didácticas de los CD'ROMSy de
otros programas.
Si el ser humano puede informar y educar, educará mejor
contando con recursos que comuniquen las informaciones
disponibles de manera segura y atractiva.
Es natural que los profesores entiendan que los softwares
educativos son limitados; un editor de textos, finalmente, no
enseña al alumno a redactar; sin embargo, el uso de esos
recursos ayudan a generar en los alumnos competencias
diferentes de las que les da el uso del lápiz y el papel.
Utilizar INTERNET como instrumento de investigación y
también para estimular la comunicación a la distancia por medio
de la telemática.
Investigaciones en red, entre escuelas distantes únicamente
por el espacio físico que las separa, ya constituye en sí un
desafío interesante y atractivo de la nueva escuela.
9. Vivenciar y superar los conflictos éticos de la
profesión y administrar su formación de
modo continuo y permanente
La violencia realmente está en todas partes; con alguna de
sus formas nos sentimos indignados, y con otras nos
acostumbramos y las consideramos como "normales".
En cualquier lugar que uno viva resulta fácil percibir que la
verdad, la justicia, la libertad, el respeto por el otro, los
derechos individuales, la igualdad entre los sexos y entre las
etnias y las convicciones personales son un conjunto de
palabras vacías, fórmulas opacas de las mentiras
institucionales.
10. Son competencias difíciles; con todo, es necesario
estimularlas.
Prevenir, en la escuela, toda forma de violencia.
Luchar en contra de todas las formas de prejuicios y
discriminaciones.
Participar de la creación de reglas de conducta relacionadas
con la disciplina y la comunicación en clase.
Una escuela no es un cuartel y la relación entre alumnos y
profesores necesita inspirarse en sentimientos de
reciprocidad y nunca de la ciega obediencia calcada en el
refrán "es porque es".
11. Desarrollar la conciencia profesional y los sentimientos de
responsabilidad, solidaridad y justicia.
Los profesores son artesanos de la responsabilidad, buscan
siempre propugnar los valores de la rectitud, del coraje, de
la alegría y del optimismo, exigen con vehemencia la
solidaridad y son artífices de la justicia, aún sabiendo que
éstas no son cuestiones objetivas y que están sujetas a
equívocos.
12. Administrar su propia
formación y desarrollo continuo
El patrimonio del saber de un profesor, una vez elaborado,
duraba hasta su último acto como profesional.
Como Perrenoud nos recuerda: "una vez constituida, ninguna
competencia permanece adquirida por simple inercia...".
Las competencias " ...no son piedras preciosas que se pueden
guardar en una caja fuerte en donde permanecerían intactas,
a la espera del día en que se necesitase de ellas".
13. Administrar su formación continua y su desarrollo diario
se puede efectivizar si, el profesor:
Se libera de la rutina, adquiriendo la osadía y el coraje
de buscar nuevos caminos, entusiasmándose con espíritu
crítico y buen sentido, aprendiendo nuevas conductas y
transformándolas en acción.
Identifica y justifica cada paso de su acción pedagógica
y de sus prácticas docentes. Identifica y modifica todo
aquello que da sentido a los saberes y a las actividades
escolares.
14. Conduce la clase como una comunidad educativa,
comprendiéndola como un centro generador de aprendizajes
y aboliendo prácticas que estimulen el aprender todo "de
memoria“ y el uso de fórmulas definitivas o estereotipos.
Trabaja en el aula teniendo en cuenta espacios de
formación más amplios.
Posee un proyecto personal de formación continua,
explicitando los libros que pretende leer, los temas que
quiere aprender, los cursos que hará, los progresos que
buscará.
15. Busca involucrar a sus colegas, coopera efectivamente,
estimula a los más sensibles a que se integren a un proyecto
de formación común y continua
Suscita y alienta trabajos que promueven proyectos,
plantean valiosas dudas y situaciones problemáticas y
despiertan la imaginación. Identifica obstáculos, se asocia a
los alumnos en la búsqueda de soluciones y en la
reprogramación de sus tareas.
Observa a los alumnos como un médico de cabecera que
acompaña todos los pasos de la vida, de las emociones y de
las relaciones entre sus pacientes, para hacer de esas
observaciones un instrumento consciente de su trabajo.
16. Define con claridad y lucidez sus limitaciones técnicas,
culturales o pedagógicas y marca líneas de procedimiento para
su superación integral.
Apoya la formación y las experiencias de los colegas, se
interesa y se vincula con ellas.
Busca nuevas estrategias de enseñanza, nuevos
procedimientos de evaluación, nuevos medios de gestión del
orden en clase.
Reconoce los límites personales pero jamás renuncia al
objetivo de hacer de su práctica pedagógica y de su escuela
"un nuevo país, una nueva ciudad", un lugar en donde todavía se
cree en la integridad, en la justicia, en la belleza y en la
bondad.
17. Se sirve de la evaluación del desarrollo del alumno para
diagnosticar las limitaciones individuales y remediarlas a
través de una pedagogía diferenciada o de la ayuda de otros
profesores del equipo.
Se autoevalúa en el uso de las propias competencias y
evalúa la adquisición gradual de las competencias de sus
alumnos.