1. Las oraciones en el parágrafo
Dimensiones y variedad de la oración
Hay estilos de época; durante el siglo
XIX, gustaban las oraciones largas y muy
arborizadas. En el actual, se impone la
simplicidad oracional, fraccionando el
flujo del discurso en oraciones no
demasiado largas (pero no tan cortas,
que parezca que el discurso camina a
pequeños saltos).
2. Las oraciones en el parágrafoLas oraciones en el parágrafo
Los retóricos antiguos insistieron en la
necesidad de variar tanto la longitud de
las oraciones como su modalidad. Y ello,
para evitar la monotonía. Pero sin caer
en el extremo de que el escrito parezca
un revoltijo de oraciones largas y
cortas, de enunciaciones, preguntas,
admiraciones.
3. •Naturalmente, un escrito expositivo admite
poca variación en las modalidades:
predominarán las oraciones enunciativas. Pero
cuanto más subjetivo es lo que escribimos, más
se presta a ser variado.
•He aquí un caso extremo: el mejicano A.
Reyes emplea la admiración, la enunciación y
la interrogación en un mismo y breve
parágrafo.
Las oraciones en el parágrafoLas oraciones en el parágrafo
4. Las oraciones en el parágrafoLas oraciones en el parágrafo
¡LA CRITICA, esta aguafiestas recibida
siempre como el cobrador de alquileres,
recelosamente y con las puertas a medio
abrir! La pobre musa, cuando tropieza
con esta hermana bastarda, tuerce los
dedos, toca madera, corre en cuanto
puede a desinfectarse. ¿De dónde salió
esta criatura paradójica, a contrapelo,
en el ingenuo deleite de la vida?
5. •Un texto como el siguiente admite muchas
variaciones:
No debe confundirse la política con la vulgar
astucia; sin embargo, quien actúa en política
debe ser astuto si aspira al éxito.
Las oraciones en el parágrafoLas oraciones en el parágrafo
6. Las oraciones en el parágrafoLas oraciones en el parágrafo
Entre ellas, podrá elegir la que el
buen gusto y la ocasión aconsejen:
• ¿Puede identificarse la política con la
vulgar astucia? Nadie se atrevería a
hacerlo. Y, sin embargo, ¿no es cierto que
el político debe ser astuto si aspira al
éxito?
• Aseguran algunos que la política es
vulgar astucia. No, es cierto: hay que
rechazar tal identificación. Pero tenemos
que aceptar este otro hecho: sólo el
político astuto alcanza el éxito.
7. Ahorremos las oraciones exclamativas
•El aprendiz de escritor suele abusar de
las oraciones exclamativas. Cree que así
da más fuerza a sus sentimientos, cuando
en realidad los está debilitando por el
abuso de ese artificio
Las oraciones en el parágrafoLas oraciones en el parágrafo
8. Las oraciones en el parágrafoLas oraciones en el parágrafo
• Los consumidores deben reclamar sus
derechos. ¡Y hay que hacerlo ahora! ¡No
puede perderse un minuto más!
9. Las oraciones en el parágrafoLas oraciones en el parágrafo
Muchas veces, basta con
quitar los signos de
admiración (¡!) para que
el texto facilite una
lectura más persuasiva:
• Los consumidores deben reclamar sus
derechos. Y hay que hacerlo ahora. No
puede perderse un minuto más.
10. Aún se rebajaría el énfasis sin que el
pensamiento perdiera fuerza, escribiendo:
Los consumidores deben reclamar sus derechos.
Y hay que hacerlo ahora, No puede perderse un
minuto más.
• Debemos reservar las oraciones
exclamativas para aquellos momentos en
que es forzoso comunicar una verdadera
emoción.
Las oraciones en el parágrafoLas oraciones en el parágrafo
11. Las oraciones en el parágrafoLas oraciones en el parágrafo
• A mí dadme los viejos caballos del
tiovivo. ¡Oh nobles caballos!
¡Amables y honrados caballos! Os
quieren los chicos, las niñeras, los
soldados. ¿Quién puede aborreceros,
si bajo el manto de vuestra fuerza
se esconde vuestro buen corazón? (P.
Baroja).
12. La Excesiva Musicalidad
La buena calidad de la prosa se ve amenazada
por la existencia de sonoridades muy acusadas.
Evitaremos, por tanto, cosas como esta:
Hay luna llena, una luna oronda (hinchada) y
enorme, amarilla y gigante, que derrama sus
rayos por la inmensidad del mar.
13. La Excesiva Musicalidad
ESCRIBIMOS ALGO
MUSICALMENTE
COMO ESTO OTRO:
• Hoy hay luna llena. Está en lo alto
oronda y enorme; su gigantesca faz
amarilla se refleja en el mar.
14. La Excesiva Musicalidad
• LA RIMA:
De efectos favorables en el verso, debe
ser cuidadosamente perseguida en la prosa.
Dos cláusulas próximas no deben acabar con
los mismos sonidos porque producen
sonsonete: (mal sonido).
15. En la cocina todo es
pobre: el humilde
fogón, el mobiliario,
las sartenes, las
cazuelas de cobre.
•Hacer ciertas cosas
es un error; pero no
hacerlas puede ser
peor.
La Excesiva Musicalidad
16. La Excesiva Musicalidad
• Al fondo de la capilla,
iluminada por una débil
luz, se veía una cruz.
• Esta montaña, la bruma se
extendía por toda la
bahía.
• Llamaron a la puerta
suavemente. Nuestro susto
aumentó: tal vez abrir
resultaría imprudente.
17. Adverbios en - mente
Este último ejemplo debe prevenirnos
contra el abuso de los adverbios acabados
en - mente, y sobre todo contra el mal
efecto que produce usar dos o más en
estrecha vecindad. Resulta desagradable
un párrafo así:
El perro salió a recibirnos alborozadamente.
Mi hermanillo se asusto al verlo, pero después
lo agarró de una oreja confianzudamente.
Chillaba el can, pero no se defendía,
aguantando pacientemente el dolor de la oreja.
18. Adverbios en - mente
• Parecería más grato redactado de este
modo:
El perro salió a recibirnos ladrando de
alborozo. Mi hermanillo se asusto al
verlo, pero después lo agarró de una oreja
confianzudamente. Chillaba el can, pero no
se defendía, aguantando con paciencia el
dolor de oreja.
19. A veces, deben ir dos o más adverbios en
mente seguidos, formando serie como
complementos de un mismo verbo. Son
posibles dos soluciones:
•Reservar el sufijo - mente sólo para el
último, que irá precedido de y: El público
desfiló silenciosa y ordenadamente.
Adverbios en - mente
20. Adverbios en - mente
Enunciar los adverbios con su forma plena,
y, muchas veces, sin conjunción:
• Se echó a llorar suavemente, mansamente,
con autentico dolor.
• La lluvia azotaba las ventanas
furiosamente, incansablemente,
implacablemente.
• La primera solución es la recomendable
cuando no se pretenden efectos subjetivos
de estilo.
21. Repetición del verbo auxiliar
En la actualidad se está extendiendo la moda
de suprimir haber cuando se suceden varios
perfectos compuestos, a partir del segundo:
• El presidente ha recibido a la comisión,
escuchado sus peticiones, y prometido
atenderlas.
No es correcto: el auxiliar haber no debe ser
omitido en las formas compuestas.
22. Repetición del verbo auxiliar
CACOFONIA:
• En prosa, la repetición de fonemas o
grupos de fonemas próximos, produce
cacofonía y sonsonete (mal sonido).
Evitemos, pues, oraciones como estas:
• El novio cerró con rabia los labios.
• Es esencial para ser original rechazar el
pensamiento vulgar y expresar lo
personal.
• Trata de trabajar con un contrato de
trabajo permanente.