A partir del libro de las historias de la HIstoria del cómputo en México, se entresacan los aspectos que tienen que ver con la definición de políticas públicas en el área del cómputo en México. El trabajo se presentó en el coloquio internacional http://coloquiocientificomexico2009.blogspot.com/
Usos y desusos de la inteligencia artificial en revistas científicas
50 años de Sociedad Del Conocimiento en México
1. Cincuenta años de construcción de la sociedad del conocimiento
en México. Algunos hitos.
Dr. Rafael Fernández Flores1 FES Cuautitlan UNAM. erreefeefe@gmail.com. Ángel
Urraza 1131 casa 1 Col Del Valle 03100 Del. Benito Juarez. México DF y Margarita
Ontiveros y Sánchez de la Barquera Subsecretaría de educación superior SEP
margarita.ontiveros@gmail.com. Antiguo camino a Cuernavaca 5671 casa 8 col San
Pedro Martir, 14650 Tlalpan. México DF.
Introducción
El 18 de junio de 1958 se puso por primera vez en marcha una computadora electrónica
en México, una IBM-650. El hecho sirvió para inaugurar el Centro de Cálculo
Electrónico de la UNAM, en la Ciudad Universitaria. Con ésta acción se inició en
México la era del cómputo electrónico. Para celebrar medio siglo de éste
acontecimiento, los autores de éste trabajo publicaron en 2008 un libro titulado:
“historas de la Historia del cómputo en México” (1). El libro relata sesenta y dos
historias, a partir de entrevistas con treinta y nueve de varios de los principales
protagonistas de la historia del cómputo en México.
Cuando se les ve en conjunto, como un todo, las historias, van delineando claramente
algunos hitos que han llevado al país desde el sitio en el que estaba hace 50 años,
cuando inició el funcionamiento de la primera computadora, hasta el país que trata,
hoy, de construirse, como una sociedad más equitativa, con base en el conocimiento
compartido, mediante las redes humanas y de cómputo.
Políticas Públicas.
El trabajo se ha inscrito al coloquio dentro del Tema 1 que se refiere a “Las políticas
públicas y la construcción de las sociedades del conocimiento”, por lo cual la selección
de las historias del libro se ha orientado al análisis del tema.
Hablar de políticas públicas es hacerlo de un objetivo definido, pues como nos ha hecho
notar Lewis Carroll con la historia del Gato de Cheshire, si no sabemos adonde
queremos ir, cualquier camino da igual. Las políticas se definen para orientar la acción
de la sociedad hacía la consecución de un objetivo. El objetivo que se pretende alcanzar
y los medios para lograrlo deben tener una concordancia.
Hablar de políticas públicas es hacerlo del rol del estado. Hoy todas las economías
desarrolladas son economías mixtas, las distingue el tamaño de la participación del
estado. Hay teóricos como Nozik (2) que quieren reducir la participación del estado a un
mínimo y dejar actuar a la mano invisible del mercado, hay otros como John Rawls (3)
para quienes el estado tiene la obligación moral de redistribuir la justicia.
En los cincuenta años que abarcan las historias del libro hemos pasado por gobiernos de
diferentes orientaciones: gobiernos con políticas de sustitución de importaciones,
gobiernos que firmaron tratados de libre comercio y gobiernos que lanzaron la iniciativa
de construir e-México.
2. Las entrevistas del libro permiten bosquejar cómo ha evolucionado en esos cincuenta
años el cómputo en México para ir formando la infraestructura de una sociedad del
conocimiento. Los ejes que a partir de las historias del libro parecen adecuados para
analizar el tema son: la formación de recursos humanos, el efecto que la crisis de los 80
y 90 tuvo sobre las universidades públicas, la participación del sector privado en el
mercado de la conectividad y de la información, la necesidad de regulación del mercado
emergente de telecomunicaciones, el uso de las computadoras como elementos de
equidad social y las visiones de futuro.
Terminamos este apartado diciendo que en 1958 era rector de la Universidad Nacional,
Nabor Carrillo Flores, quien como investigador en mecánica de suelos tenía necesidad
de resolver ciertos problemas en los que el uso de la computadora resultaba de gran
ayuda. El objetivo inicial fue traer la IBM-650 a México para apoyar la investigación
científica, pero como su renta era cara se decidió, vender tiempo de uso de la máquina a
quienes tuvieran necesidad de ella y mantenerla funcionando solamente si era
autosostenible.
Hay ya en éstas acciones el germen de algunos criterios de políticas públicas: Apoyo a
la investigación, renta de equipos, ingresos extraordinarios por venta de servicios y auto
sustentabilidad.
La formación de recursos humanos.
Una vez que se supo que la computadora vendría a México, los investigadores a quienes
podría rendir servicio se interesaron en poder tener acceso a ella, para lo cual algunos,
como el Dr. Arcadio Poveda, buscaron que sus estudiantes se capacitaran, según nos
narra Renato Iturriaga, quien fue su alumno y quien sustituiría tiempo después a Sergio
Beltrán como director del centro de cálculo electrónico de la UNAM.
En una primera etapa, la formación de recursos humanos se dio en dos planos: Un plano
local, de capacitación en los centros de cómputo recién formados en el país; el
Politécnico Nacional y el Instituto Tecnológico de Monterrey pusieron en marcha sus
respectivos centros en 1963. El otro plano es el de los estudios de posgrado que varios
de los entrevistados realizaron en el extranjero. Ambos planos no son excluyentes,
algunas personas que iniciaron como “pollos” en los centros de cómputo, salieron
después a completar su formación en el extranjero y varios de ellos cerraron el ciclo
dirigiendo algún centro de cómputo en México, a su regreso al país.
Por ejemplo, José Treviño Abrego, quien fue el primer director del centro de cálculo del
ITESM, nos platica que pasó dos meses en el verano de 1959, trabajando con el
Ingeniero Beltrán y en 1963 estaba en Cleveland, Ohio, realizando un doctorado. A su
regreso a México en 1964 se hace cargo de la dirección del centro del Tecnológico de
Monterrey.
Víctor Guerra Ortiz, que estuvo en el año 2000 al frente del equipo que desarrolló el
primer programa federal de resultados preliminares (PREP) para el IFE, fue “Pollo” en
el centro de cómputo de la UNAM, antes de salir a doctorarse a la Universidad de Rice
y volver al país, para eventualmente ser la cabeza de la Dirección General de Servicios
de Cómputo Académico (DGSCA) de la UNAM en 1989.
3. Otros casos de personas que se formaron en el extranjero, en esas primeras épocas son:
el mismo Renato Iturriaga, Adolfo Guzmán Arenas, Manuel Álvarez, Tomás Garza y
Jorge Gil. Todos ellos serían, más adelante, directores de algún centro de cómputo.
Algunos más habrán salido a estudiar al extranjero y no habrán regresado, de ellos no
hemos seguido la huella en el libro y otros como Enrique Calderón y Juan Ludlow,
regresaron al país y luego de un paso breve por la UNAM desarrollaron sus carreras
profesionales fuera de ella. Los de ambos son casos muy interesantes de creación de
empresas de base tecnológica.
Es de destacarse la comunicación que mantuvieron, en este inicio, las instituciones
educativas entre sí. Además del caso de Treviño Abrego que trabajó con Sergio Beltrán
en la UNAM, antes de dirigir el centro del ITESM, debe citarse el “Primer Congreso
Latinoamericano sobre la Computación Electrónica en la Enseñanza profesional”,
organizado en 1964 por Miguel Ángel Barberena, director del Centro Nacional de
Cálculo del IPN. En la lista de asistentes a ese congreso encontramos muchos nombres
importantes del cómputo en México.
Una segunda etapa en la formación de recursos humanos es el arranque, ya en el país, de
licenciaturas y maestrías en cómputo. El IPN a través del CENAC inicia desde 1964
una especialidad en computación dentro de su Maestría en Ciencias, primer posgrado en
el tema en toda Latinoamérica. Por su parte en el ITESM se hace obligatorio desde 1966
un curso de computación para todos los alumnos de ingeniería y para 1968 se diseña la
carrera de Ingeniero en sistemas computacionales. También en el ITESM se habían
creado dos opciones técnicas: Procesamiento de datos y Procesamiento Técnico de
datos.
En el mismo ITESM se diseña en 1971 la carrera de licenciado en Sistemas de
Computación Administrativa y la maestría en Sistemas de Información en 1976. La
UNAM también a mediados de los setenta inicia su Maestría en Computación al amparo
del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), la carrera de Ingeniero en Cómputo en
la Facultad de Ingeniería y la de Ciencias de la Computación en la Facultad de Ciencias.
El politécnico creó en 1993 la Escuela Superior de Cómputo ESCOM, como
consecuencia de un proyecto de modernización de los planes de estudio de la ESIME.
Antes de la creación de la ESCOM, el politécnico tenía en UPIICSA, una carrera de
licenciado en informática, orientada al desarrollo de sistemas.
A principios de los años noventa del siglo pasado, la puesta en marcha del tratado de
libre comercio de América del Norte, orilló a buscar definir un perfil o perfiles de
egresados de carreras de computación. La Asociación Nacional de Instituciones de
Educación Informática (ANIEI), cuya presidencia estaba, en esos momentos, en manos
del CONALEP, tuvo una participación importante en esa tarea.
Desde el punto de vista de las políticas públicas hay en lo narrado anteriormente, varios
puntos interesantes:
El primer punto a notar es que no se pueden crear políticas públicas antes de que un
cierto fenómeno novedoso empiece a darse. Las políticas vienen a normar y orientar lo
4. que ya esta sucediendo. Vemos que parte de la formación inicial de recursos humanos
ocurrió antes de que existiera el Conacyt y un programa de becas para formación de
personal en áreas estratégicas.
Otro punto interesante es ver como el área de cómputo se fue diversificando, dando
origen a diferentes perfiles profesionales. Un perfil fue el de técnico, otro el de uso
administrativo del cómputo, llamado muchas veces informática e impartido
normalmente en las escuelas de contaduría y administración. También se decantaron los
perfiles de ingeniero en cómputo y de ciencias de la computación. Todos estos perfiles
tienen todavía el cómputo como el objeto de estudio.
Recientemente el cómputo ha pasado a formar parte de los planes de estudio de casi
todas las carreras, como soporte de la práctica profesional. Hoy un diseñador gráfico
requiere saber de cómputo o manejar algunos programas de cómputo para realizar sus
diseños, igual que un abogado lo requiere para acceder a sus bases de datos o navegar
en Internet. El cómputo no es ya, para ellos, el objeto de estudio; sino un soporte al
estudio de su disciplina.
Las preguntas que cabe formular en este apartado con relación a las políticas públicas
son:
¿Tenemos los perfiles necesarios de profesionales en áreas de cómputo?
¿Son suficientes los números de cada uno de los profesionales en ese perfil?
¿Según las tendencias del área, cuál debe ser la distribución de esos perfiles a futuro?
La construcción de la sociedad del conocimiento requiere de profesionales
interdisciplinarios, ¿Se están formando?, ¿Dónde? ¿Cómo?
El rol de las Universidades Públicas en la construcción de la Sociedad del
Conocimiento.
En las entrevistas realizadas en el libro es muy evidente el efecto que la crisis de los
años 80 y 90 del siglo pasado tuvo sobre las universidades públicas en dos aspectos.
Uno, redujo los presupuestos para investigación básica y dos, volvió poco atractivos los
salarios de los investigadores. Esto trajo como consecuencia la transferencia de personal
de las universidades públicas a instituciones privadas y a empresas del área de cómputo.
Como nos dijo Armando Jinich, quien saliera del Instituto de Investigación en
Matematicas Aplicadas y Sistemas (IIMAS) para dirigir Acer en México y llevarla a
cotizar en la bolsa de valores: “No es malo que la gente se haya ido de la Universidad,
lo malo es que no haya habido quien los remplazara”.
Otro aspecto relacionado con estas crisis fue la necesidad de tener programas de auto
equipamiento, en cuanto a computadoras personales. Miguel Lindig, actual Coordinador
General de Servicios Informáticos en el Politécnico Nacional nos platicó la experiencia
de construir cuatro mil Pc s, con diseños de él, que terminó con una demanda de IBM
por “competencia desleal”.
5. Las necesidades que lo conversado con los entrevistados parecen sugerir en cuanto a
políticas públicas son:
Definir las reglas de juego entre el sector comercial y las instituciones públicas de
enseñanza superior para que la investigación básica pueda ser financiada por quienes
eventualmente capitalizarán comercialmente sus aplicaciones y que a su vez quienes,
junto con el estado, financian esta investigación, obtengan resultados que justifiquen su
inversión. Algo de ésto lo realiza el Conacyt
Generar los programas que permitan a las universidades públicas asegurar el remplazo
generacional.
Definir el papel que deben desempeñar las instituciones privadas de educación superior
y las empresas de base tecnológica registradas ante el Conacyt, en el proceso de
construcción de la sociedad del conocimiento.
La participación del sector privado en el mercado de la conectividad y de la
información.
Las crisis económicas de finales del siglo pasado no solo golpearon a las universidades
públicas sino a la economía del país en general. No es casual que a la irrupción de las
nuevas tecnologías en el mercado se le llame también Economía Digital. Vista en esa
perspectiva es una economía que tiene por lo menos tres vertientes, no separadas:
Hardware, Software y Servicios.
Nos dice José Warman, quien trabajó para SECOFI, que en 1981, en cómputo,
estábamos mejor que Corea. En ese año se hizo en México, un programa de fomento
desde la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (SECOFI) pero no tuvo fuerza
porque el cambio de gobierno se daría al año siguiente. En 1982, ya con un nuevo
gobierno, la política tampoco funcionó porque las altas tasas de interés, derivadas de la
crisis que vivía el país, hacían más rentable tener el dinero en el banco que buscar crear
una industria.
Para 1986, el momento mundialmente favorable para la creación de una industria
manufacturera de computadoras personales había pasado y las máquinas del sureste
asiático habían capitalizado la oportunidad, gracias a una política de fomento de sus
gobiernos.
La oportunidad se perdió, nos dice Warman, porque el pensamiento que prevaleció en
México es que el mercado manda y yo, agrega, no creo en la mano invisible del
mercado. No veo ningún país que tenga computadoras y que no haya tenido una política
tecnológica muy clara.
Imaginemos la capacidad de Miguel Lindig y su habilidad organizativa, que construyó
4000 PCs para el IPN, junto con el talento de Armando Jinich y el enorme potencial de
las universidades, apoyados por una política pública de fomento a la industria del
cómputo.
Una parte del sector privado en el área del cómputo se agrupa en la Asociación
Mexicana de Industrias de las Tecnologías de Información (AMITI). Hacía 1997
6. miembros de AMITI se entrevistaron con la Secretaría de Industria y Comercio para
plantearle la necesidad de crear una política para desarrollar una industria del software
en México.
El programa comenzó a caminar durante la segunda mitad del sexenio del presidente
Zedillo, pero como reconoce Rafael Bernal, líder del programa por parte de los
industriales: “ …necesitábamos a otros jugadores, porque para hacer lo que habíamos
planteado necesitábamos primero a la academia, porque alguien tenía que formar a los
recursos humanos” y agrega: “El gran problema es que cada año egresan de las
universidades entre veinte y treinta mil personas, pero desgraciadamente si acaso, la
mitad de ellos son contratables. Estos datos parecen responder de manera negativa la
pregunta formulada anteriormente acerca de si se esta formando el número de
profesionales necesarios.
El gobierno de Fox, retomó el programa del software a través de la Secretaría de
Economía. Un programa que actualmente está exportando mil doscientos millones de
dólares, pero advierte Bernal: “quiero comentar con mucho cuidado porque luego me
acusan de querer regresar a un país cerrado, que no es cierto, porque a mi me encanta la
globalización, la globalización inteligente no suicida. La verdad es que hay que hacer
nuestra industria antes de abrirnos… eso no es nuevo y lo hacen los países primer
mundistas.” Un comentario similar hace Salma Jalife más adelante al comentar la
apertura del sector de telecomunicaciones.
El surgimiento de las redes de computadoras creó una forma totalmente nueva de
comunicación y con ello de posibilidad de negocio. Muchos de ellos se hacían en los
Estados Unidos, pero era imposible hacerlos en México debido a normatividades
diferentes. Por ejemplo, recuerda Alonso Carral, quien fuera presidente de AMITI, un
intento para transmitir información médico-legal a través de radio modems, que no
prosperó por falta de los permisos correspondientes de la Secretaría de Comunicaciones
y Transporte SCT.
En la misma conversación, nos platicó Alonso Carrral el origen del Internet comercial
en México, desde que, a principios de 1993, inició como distribuidores de Compuserve
en México, con cuatrocientos usuarios hasta que venden en octubre de 1999, cuando
tenían ya más de treinta mil usuarios. Recuerda que a partir de 1996, empezó a entrar la
competencia: “Entro Internet de México, los del periódico Reforma(…) fue entonces
que decidió entrar Prodigy. Esa época es el parte aguas, empiezan a pasar cosas muy
chistosas, como por ejemplo que los enlaces suben de precio 700% Ahí empezó un
conflicto muy fuerte entre Telmex y el grupo de proveedores de Internet privado”.
Esta conversación, con Alonso, nos recuerda la frase de Martin Gardner (4): “Sin las
regulaciones gubernamentales, los oligopolios pueden determinar los precios por unos
procedimientos que nada tiene que ver con las fluctuaciones a corto plazo del mercado
libre”
A partir de estas historias, dos puntos son evidentes en lo concerniente a políticas
públicas en este punto:
El apoyo a la creación de empresas de base tecnológica, algo que de alguna manera esta
ocurriendo a través de la Secretaría de Economía.
7. La regulación de la competencia. Este punto es complicado, platica por ejemplo Martin
Gardner (4) que: “A principios de 1982, y después de trece años de costoso litigio, el
Departamento de Justicia abandonó su demanda antitrust contra IBM. Abandonó
también nueve años de esfuerzos fracasados por romper el oligopolio de las Tres
Grandes compañías de cereales para el desayuno: Kellogg, General Mills y General
Foods.” Por ser esfuerzos costosos e inviables
La necesidad de regulación del mercado emergente de telecomunicaciones
Al respecto de la regulación en el mercado de las telecomunicaciones nos dice Salma
Jalife del Consorcio de Universidades para el Desarrollo de Internet (CUDI) y quien
trabajó en Cofetel: “ Lo que dispara el tener un órgano regulador es la interconexión de
redes y con ella la apertura de la competencia. Si vamos a los antecedentes, la mayoría
de los países tenían un monopolio estatal, prestando servicios de telecomunicaciones.
Pero cuando surge la apertura a la competencia, que da lugar a las interconexiones de
redes, es cuando se requiere un arbitro que se encargue de vigilar que las condiciones
del mercado tengan reglas claras”.
Nos cuenta Salma que la Cofetel surge en agosto de 1996, con la Ley Federal de
Telecomunicaciones de 1995. Antes de esa fecha se seguía operando con la Ley de Vías
Generales de Comunicación, de 1940. La regulación en el caso de las
telecomunicaciones tiene dos razones principales: garantizar que no existan
interferencias entre sistemas que conviven en una misma frecuencia y vigilar que el
conectar un nuevo equipo a una red pública, no genere degradación en el servicio.
La autoridad reguladora tiene un papel muy importante, pero no sola, nos dice Salma
Jalife: “Casi nadie sabe que tenemos una ley suprema de las radio comunicaciones que
es el Reglamento de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de
Telecomunicaciones (UIT)”. Ese reglamento se ratifica o modifica cada dos años y
medio aproximadamente y se remite a los países miembro, en México se remiten al
senado donde se ratifican para convertirse en ley.
La ley de telecomunicaciones de 1995 prevé la tendencia mundial de crear órganos
reguladores. En el mundo anglosajón se puede crear un órgano regulador independiente,
dice Jalife, porque no existe un ministerio de comunicaciones, en el caso mexicano
hubo decisiones políticas coyunturales que evitaron que fuera independiente.
Es interesante sin embargo notar que en los noventas, México fue una de las primeras
naciones en hacer este tipo de cambios estructurales en la regulación de las
telecomunicaciones. Le anteceden Inglaterra, donde surge este concepto de órgano
regulador, los Estados Unidos de Norteamérica y Chile a finales de los ochenta, nos
cuenta Salma Jalife.
El TLC y el acuerdo del cuarto protocolo de la Organización Mundial de Comercio son
los dos instrumentos básicos para que México delinee su nueva política de apertura y
liberación del mercado de las telecomunicaciones y aquí apunta Jalife algo importante
respecto al momento en que esto ocurre: “La mayoría de los países desarrollados se
abrieron a la competencia cuando ya tenían 60% de circulación cubierta con servicios
básicos. En el caso de México no llegábamos ni al 10% de penetración de servicios de
8. telecomunicaciones cuando ya estábamos abriendo el mercado y eso generó un
problema muy serio”
Finalmente advierte Salma sobre la necesidad de unificar criterios: “hubo (en estos
primeros catorce años de Cofetel) tantas etapas de pleito entre SCT y Cofetel, que eso
hizo que el sector no despegara como hubiera podido”. “Ojala que quien reestructure la
ley de medios, piense en unificar. No importa si se queda en la SCT o en Cofetel, pero
que se unifiquen los procesos.”
El uso de las computadoras como elementos de equidad social.
Una vez que las redes de cómputo empezaron a usarse para prestar servicios a la
población en general, resultó evidente que empezaba a abrirse una “brecha digital” entre
quienes tenían acceso a las tecnologías de la información y quienes no lo tenían. En el
año 2000 el gobierno del presidente Fox, lanzó el programa de e-México para poner
bajo una sola coordinación todos los esfuerzos del gobierno respecto a la creación de un
país digital.
Julio Cesar Margáin, que fuera el primer coordinador del programa nos cuenta: “La
Sociedad de la Información implica componentes básicos. Uno de ellos muy importante,
es una política de conectividad, que nunca tuvimos. La segunda fundamental, el crear
una infraestructura social, verdadera”. “Todo mundo creía que la sociedad de la
información era e-gobierno, No. La sociedad de la información es e-Gobierno más e-
Economía más e-Educación y e-Salud.”. “Por primera vez en la historia del mundo en
Junio de 2002 en Ginebra, se presentaba (por parte de México) un proyecto social con
cuatro vertientes.”
E-México es para Julio Cesar Margáin un sentido social a la tecnología. “Un sentido
que empezó en la ciencia, siguió en las universidades, se contaminaron, en el buen
sentido las empresas y ahora la sociedad se esta infectando. ¿De qué? Del cambio
radical, de la transformación brutal de usar a la información como componente básico
de cambio y es tan así, que todas las sociedades que están haciendo el cambio lo están
realizando con tecnología”.
Al hablar del tema de las computadoras como elemento de equidad social vale la pena
mencionar otros casos que se relatan en el libro: El de red escolar, desarrollado a
finales de 1996 y principios de 1997 en el Instituto Latinoamericano de Comunicación
Educativa (ILCE), el de Enciclomedia del 2001, el de la Unión de Empresarios para la
Tecnología en la Educación UNETE y el de Intel Educar para el futuro.
En el primer caso hay asuntos de política pública interesantes como son el desarrollo de
contenidos nacionales y locales, la capacitación de los profesores, el equipamiento de
las escuelas y la conectividad y la definición de un modelo pedagógico. El caso de
Enciclomedia plantea un modelo diferente al de red escolar de uso de la computadora en
el aula, pero tiene también que ver con la producción de contenidos, la capacitación de
los profesores y el equipamiento, incluida la conectividad. En el libro que ha servido de
base a la elaboración de este texto, pueden verse los detalles platicados por Felipe
Bracho, creador del programa.
9. El caso de UNETE es muy interesante, pues en un esquema de pari-passu y con
estrategias muy inteligentes, como el redondeo, los goles por la educación y un 0.2 %
adicional al 2 % de impuesto sobre la nómina, que los empresarios Chihuahuenses
agrupados en la Fundación del Empresariado Chihuahuense (Fechac) aportan para obras
sociales, ha logrado equipar más de cuatro mil escuelas públicas de enseñanza básica. El
ejemplo es aun más interesante en el contexto del debate sobre el tipo de política
económica de un país. Autores ultraliberales como Robert Nozick de Harvard (2)
argumentan que es “inmoral” que el estado grave la riqueza de los particulares excepto
para mantener un Estado mínimo que haga cumplir la ley y que toda caridad, entendida
como dinero de los ricos que se redistribuye con propósitos sociales, ha de ser
voluntaria. Esto deja abiertas cuestiones como el apoyo del estado a estas
organizaciones civiles y los mecanismos para su supervisión.
El caso de Intel, al menos en su versión inicial, es el de una corporación transnacional
que aporta recursos para la formación de profesores. Esté tipo de apoyos son siempre
bienvenidos, pero deben ponerse en un marco más amplio, para hacerlos armónicos con
otros esfuerzos del propio gobierno o de otras empresas y para eso hace falta también
tener políticas públicas claras.
Las visiones de futuro.
De la parte que tiene que ver con el futuro, hay dos tendencias que son muy claras: La
explosión de las universidades corporativas y el uso cada vez más numeroso del
software libre.
En cuanto a las primeras, el libro recoge la experiencia del Licenciado Ignacio
Villagordoa, que fue rector de la Universidad Virtual de Liverpool y que antes había
trabajado en la Secretaría de Educación Publica, en la Dirección General de
Acreditación, Incorporación y Revalidación de Estudios. En 1996, cuando Villagordoa
ingresa a la SEP, se le hace el encargo de reglamentar la Ley General de Educación en
lo referente a la participación de particulares en la educación. La ley, publicada en 1993,
establecía únicamente los grandes postulados.
La reglamentación de la educación superior se dio a través del Acuerdo Secretarial 279,
que se publicó el 10 de Julio del 2000. A través de ese acuerdo se abrió la posibilidad de
otorgar reconocimiento oficial a los programas de estudio en las modalidades
escolarizada, no escolarizada y mixta.
Basado en esas tres vertientes de la ley se vio que era posible abrir una Universidad
Virtual y en 2003, el entonces secretario de educación, Reyes Tamez, otorgó el primer
Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios, REVOE a la Universidad Virtual de
Liverpool en la Licenciatura de Administración y Ventas.
Otras corporaciones han tenido la misma inquietud que el grupo Liverpool, que en su
momento utilizó la normatividad vigente para construir su modelo educativo. Ahora en
la medida en que haya más y más universidades de éste tipo, la normatividad deberá
definirse para certificar universidades, planes de estudio e incluso profesores
especializados en el uso de las herramientas tecnológicas.
10. En cuanto al software libre, quizás lo más importante es la filosofía de redistribución,
que es de construcción colectiva del conocimiento. En México hay gente reconocida en
software libre, pero no es un movimiento y no hay liderazgo nacional. México
comparado con otros países similares no está empujando el uso del software libre, nos
dijo Gunnar Wolf, gran entusiasta y conocedor del Software libre.
Las preguntas que se ocurren son: ¿Debe haber una política pública respecto al uso de
software libre en los proyectos gubernamentales?
¿Cómo ayudaría una política de éste tipo a la construcción de la sociedad del
conocimiento?
¿Cómo hacer armónicos esfuerzos dispersos de formación de gente en el área de
Software libre, de manera que se pueda decir que en todo momento el uso de este
software tiene el soporte equivalente a los productos de código propietario.
Referencias.
Fernández F Rafael, Ontiveros S Margarita “historias de la Historia del cómputo en
México” VAS, 2008.
Nozik Robert “ Anarchy, State and Utopia. Basic Books, 1974
Rawls John “A theory of Justice” Harvard University Press, 1971
Gardner Martin “Los porqués de un escriba filósofo”TusQuets, 1989
1Autor al que debe enviarse la correspondencia