El documento habla sobre la epistemología. En resumen:
1) La epistemología estudia el conocimiento científico, examinando cómo se obtiene y justifica.
2) Tuvo sus orígenes en el Renacimiento con pensadores como Galileo y Descartes, y se desarrolló en los siglos XIX y XX con corrientes como el positivismo lógico y el racionalismo crítico.
3) La epistemología analiza problemas generales sobre las relaciones entre ciencias y también problemas específicos de cada campo científico.
1. Epistemología
La epistemología (del griego ἐ πιστήμη (episteme), "conocimiento", y λόγος (logos), "teoría") es
una rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento científico. Como teoría del
conocimiento, se ocupa de problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y
sociológicas que llevan a su obtención, y los criterios por los cuales se lo justifica o invalida. El tipo
de conocimiento llamado episteme se oponía al conocimiento denominado doxa. La doxa era el
conocimiento vulgar u ordinario del hombre, no sometido a una rigurosa reflexión critica. La
episteme era el conocimiento reflexivo elaborado con rigor. Hoy en día, sin embargo, el término
"epistemología" ha ido ampliando su significado y se utiliza como sinónimo de "teoría del
conocimiento". Así, las teorías del conocimiento específicas son también epistemología; por
ejemplo, la epistemología científica general, epistemología de las ciencias físicas o de las ciencias
psicológicas.
Introducción
No es fácil distinguir la epistemología de otras disciplinas afines o de otros saberes fronterizos con
ella. Como todos los problemas de definición de términos, últimamente se delimita atendiendo a la
conveniencia o al consenso del uso, más que a unas presuntas verdad o falsedad inexistentes. Pero
incluso cuando el consenso existe es un consenso precario, puesto que en un saber dinámico y
constituyente, como es el referido a la reflexión sobre el conocimiento, las fronteras con frecuencia
se trasladan de territorios con facilidad.
La primera frontera imprecisa es la que mantienen los conceptos de epistemología y teoría del
conocimiento. La relación de la epistemología con la teoría del conocimiento sería la que hay entre
la especie y el género, siendo la epistemología la especie, ya que trata de una forma específica de
conocimiento: el conocimiento científico. Sin embargo, esta diferencia desaparece entre los
neopositivistas y empiristas lógicos, para quienes sólo merece el nombre de "conocimiento" el
conocimiento científico, y que califican a cualquier otro pretendido conocimiento de "juego de
palabras sin alcance cognoscitivo" (R. Carnap). Sí, en cambio, opinan que tiene sentido hablar de
distintos tipos de conocimiento quienes han afirmado procedimientos de conocimiento diferentes a
los de la ciencia, como los sentimientos o la intuición.
La segunda delimitación Es la que se establece entre epistemología y filosofía de la ciencia,
debido a la elasticidad de esta última expresión. Si se toma en un sentido amplio, la epistemología
sería uno de los capítulos de la primera, una forma de practicar la filosofía de la ciencia, consistente
en el análisis lógico del lenguaje científico. Para salvar las diferencias entre ambas nociones,
algunos autores intentan desligar a la epistemología de toda relación con la filosofía y evitan usar
esta última palabra al ser partidarios del conocimiento científico como la única forma de
conocimiento. Sin embargo, aunque se intente limitar el término a lo que es propiamente reflexión
sobre la ciencia, no puede desprenderse por completo de una determinada filosofía. En primer lugar,
porque buena parte de las epistemologías actuales, como las de Meyerson, Cassirer, Brunschvicg,
Eddington, Bachelard y Gonseth, han permanecido estrechamente asociadas a una filosofía; en
segundo lugar, porque sobre las epistemologías regionales subsisten problemas de epistemología
general que, seguramente, pueden ser tratados por el sabio, pero que sobrepasan su privilegiada
competencia de especialista; por último, las epistemologías internas y regionales difícilmente
pueden dejar de tratar problemas que podrían calificarse de paracientíficos, por el hecho de que
continúan siendo el motivo de separación de los sabios cuyos métodos no permiten su oposición y
que podrían llamarse filosóficos, puesto que forman parte de la tradición filosófica.
2. En tercer lugar, hay dificultades para deslindar los campos de la epistemología y la metodología
científica. ¿Son la epistemología y metodología dos disciplinas distintas, simplemente conexas, o
por contra, hay que incluir a la metodología dentro de la epistemología como una de sus partes?
Tradicionalmente se ha considerado que la epistemología no estudiaba los métodos científicos, ya
que éstos eran objeto de una parte de la lógica llamada "metodología"; la epistemología en concreto
tenía como objeto el estudio crítico de los principios, hipótesis y resultados de las diversas ciencias,
también resulta difícil hoy hacer un estudio crítico de los principios de las diversas ciencias, de su
valor y objetividad, sin preguntarse al mismo tiempo sobre la naturaleza y valor de los
procedimientos a través de los cuales se forman las ciencias y se llega a elaborar un conocimiento
científico. En este sentido, Piaget ha señalado que la reflexión epistemológica nace siempre con las
crisis de cada ciencia, y que sus "crisis" resultan de alguna laguna de los métodos anteriores que han
de ser superados por la aparición de nuevos métodos. De ahí que análisis de los métodos científicos
y epistemología sean dos tipos de investigación difícilmente disociables. Por ello en la actualidad se
considera a la metodología dentro del campo de la epistemología, no dentro del de la lógica.
No se debe confundir a la epistemología con:
La gnoseología: Muchos autores franceses e ingleses identifican el término "epistemología"
con lo que en español se denomina "gnoseología" o "teoría del conocimiento", rama de la
filosofía que se ocupa del conocimiento en general: el ordinario, el filosófico, el científico,
el matemático.
La filosofía de la ciencia: La epistemología también se suele identificar con la filosofía de
la ciencia, pero se puede considerar a esta última como más amplia que la epistemología.
Algunas suposiciones que son discutidas en el marco de la filosofía de la ciencia no son
cuestionadas por la epistemología, o bien se considera que no influyen en su objeto de
estudio.
La metodología: También se puede diferenciar a la epistemología de una tercera disciplina,
más restringida que ella: la metodología. El metodólogo no pone en tela de juicio el
conocimiento ya aceptado como válido por la comunidad científica sino que se concentra
en la búsqueda de estrategias para ampliar el conocimiento.
La génesis de la epistemología
La epistemología propiamente dicha comienza en el Renacimiento. El conocimiento científico
aparecerá en ella como conocimiento, análisis y síntesis de los fenómenos, es decir, de la apariencia
o manifestación de la realidad en la experiencia humana. Los momentos más importantes de la
maduración de esta metodología de la ciencia como crítica racional de los fenómenos de
experiencia están representados por Galileo Galilei (1564-1642), Francis Bacon (1561-1626), René
Descartes (1596-1650), Isaac Newton (1642-1727), Locke (1682-1704), Leibniz (1646-1716) y
Kant
Las dos obras fundamentales con las que, aunque no existiera la palabra epistemología, empezó a
desarrollarse el contenido de lo que hoy se llama así propiamente fueron la Wissenschaftslehre
(1837), de Bernard Bolzano, y la Filosofía de las ciencias inductivas (1840) de William Whewell.
La palabra Wissenschaftslehre, que Bolzano menciona al comienzo de su obra, corresponde en
alemán a lo que quiere decir en un castellano inspirado en el griego "epistemología", "teoría de la
ciencia".
3. En el siglo XIX se encuentran también otros numerosos intentos de epistemología científica, que
continúan la línea empirista-positivista que en el siglo XVIII había sido continuada por Euler, en
Alemania, o D´Alembert, en Francia. El positivismo decimonónico clásico estuvo representado por
Augusto Comte (1798-1857), John Stuart Mill (1806-1873), John Herschel (1792-1871), William
Whewell (1794-1866) y por el biologista Herbert Spencer (1820-1903). Posteriormente fue
continuado por el empiriocriticismo de Richard Avenarius (1843-1896) y Ernst Mach (1838-1916),
y ya a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, por Henri Poincaré (1854-1912), Pierre
Duhem (1816-1916) y Emile Meyerson (1859-1933), autores todos ellos relacionados por
continuación o reacción con el empiriocriticismo.
En el siglo XX, la epistemología científica queda agrupada en tres grandes escuelas o generaciones:
el neopositivismo lógico, el racionalismo crítico y el pospopperianismo.
El neopositivismo lógico tuvo en Bertrand Russell (1872-1970) y Ludwig Wittgenstein (1889-
1951) sus dos principales predecesores. Bajo su influencia, se formó en los años veinte de este siglo
el llamado Círculo de Viena, con el que el positivismo se transforma en neopositivismo lógico y
toma cuerpo la primera gran escuela de epistemología científica en el siglo XX. Los miembros más
representativos de esta escuela fueron Moritz Schlick (1882-1936), Otto Neurath (1882-1945),
Herbert Feigl (1902), Félix Kaufmann (1895) y Rudolf Carnap (1891-1970). En el Congreso de
Viena sobre epistemología de la ciencia natural, en el año 1929.
El racionalismo crítico discutirá las principales tesis del Círculo de Viena e instaurará una nueva
escuela de teoría de la ciencia que, desde 1934, en que publica Popper su primera obra, se irá
haciendo poco a poco predominante e influirá en la evolución posterior de los autores del Círculo,
por ejemplo en el mismo Carnap o en Reichenbach. Entre los muchos discípulos de Popper pueden
citarse a Hans Albert o a John Watkins.
Los autores llamados pospopperianos. Se caracterizan por presentar epistemologías que, bien
inspiradas preferentemente en el positivismo, bien en Popper, no se identifican totalmente con
ninguno de estos dos sistemas, aunque se vean siempre seriamente influidas por ellos. Entre los
principales autores pospopperianos cabe citar a T. S. Kuhn, P. K. Feyerabend, I. Lakatos y N. R.
Hanson.
Los problemas de la epistemología
Los problemas planteados en la actualidad por la epistemología pertenecen a dos grandes grupos.
Unos son de carácter general, ya que abarcan la totalidad de las ciencias. Otros son específicos de
cada grupo de ciencias, se refieren a una sola ciencia o a alguna rama de una determinada ciencia.
En primer lugar, la epistemología se plantea problemas que se refieren a las relaciones entre las
diversas ciencias. La pluralidad de las ciencias, su incesante proliferación, sus encabalgamientos y
enlaces, su dispersión, no satisfacen al espíritu del sabio a quien llevan a preguntarse por los
problemas de su coordinación.
En segundo lugar, la epistemología se plantea también el problema de las relaciones entre los dos
grandes grupos en que se distribuyen las ciencias. En general se admite la división entre las ciencias
formales, por una parte, lógica y matemáticas, y las ciencias de lo real, por otra. A partir del
nacimiento de la matemática racional la pregunta inevitable es la del acuerdo entre sus
explicaciones y las de la experiencia.
4. En tercer lugar, son también problemas de la epistemología los referidos al análisis de algunas
nociones comunes a todas las ciencias o a la mayoría de ellas. El matemático, físico, naturalista y
lexicógrafo se sirven también de definiciones, pero ¿tienen el mismo significado?
En cuarto lugar, se dan también problemas epistemológicos, en las dos maneras de concebir las
relaciones entre la parte teórica y la experimental de las ciencias, es en las ciencias de la naturaleza
donde se manifiesta más claramente tal desacuerdo en las dos maneras de concebir las relaciones
entre la parte teórica y la experimental.
En quinto lugar, y como primera consecuencia del descenso de la generalización epistemológica
hacia el ámbito de cada una de las ciencias, se encuentran los problemas específicos del primer
grupo de ciencias, las ciencias formales. normas del pensamiento o bien reglas para la manipulación
de los símbolos, es decir, si la lógica es una ciencia objetiva, normativa, o bien un arte del cálculo y
del juego.
En sexto lugar se plantean los problemas de epistemología comunes a las ciencias de la realidad,
que tienen en física una forma modélica, ya que al hablar de dichos problemas casi siempre se
piensa en ella.
En séptimo lugar están los problemas epistemológicos más particulares, relacionados con las
ciencias de la vida y las ciencias del hombre. Aparecen en estas ciencias conceptos fundamentales
comunes a la física, como el concepto de ley, pero aparecen también conceptos ajenos a ella, como
el de ser; estas ciencias hablan de hechos, pero también de valores. Puede analizarse un ser como
una intersección de leyes, pero se elude así la característica esencial de su individualidad. Los
conceptos propios de estas ciencias como los de tendencia, función, éxito y fracaso, normal y
patológico, finalidad, son problemáticos y exigen análisis epistemológicos más específicos.
5. Ética
La ética es una rama de la filosofía que abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber, la felicidad
y el buen vivir.
La palabra ética proviene del latín ethĭcus, y este del griego ἠ θικός, o transcrito a nuestro alfabeto,
"êthicos". Es preciso diferenciar al "êthos", que significa "carácter" del "ethos", que significa
"costumbre", pues "ética" se sigue de aquel sentido, y no es éste Desconocer tal diferencia deriva en
la confusión de "ética" y "moral", pues esta última nace de la voz latina "mos", que significa
costumbre, es decir, lo mismo que "ethos". Si bien algunos sostienen la equivalencia de ambas
doctrinas en lo que a su objeto respecta, es crucial saber que se fundamentan en conceptos bien
distintos.
La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de
aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida personal y social. En la vida cotidiana
constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la utilización de un
sistema moral u otro.
La ética es una de las principales ramas de la filosofía, en tanto requiere de la reflexión y de la
argumentación, este campo es el conjunto de valoraciones generales de los seres humanos que viven
en sociedad.
El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su
desarrollo histórico ha sido amplio y variado. Una doctrina ética elabora y verifica afirmaciones o
juicios determinados. Una sentencia ética, juicio moral o declaración normativa es una afirmación
que contendrá términos tales como "bueno", "malo", "correcto", "incorrecto", "obligatorio",
"permitido", etc.
Introducción
Definición y objeto
Según una corriente “clásica”, la ética tiene como objeto los actos que el hombre realiza de modo
consciente y libre (es decir, aquellos actos sobre los que ejerce de algún modo un control racional).
No se limita sólo a ver cómo se realizan esos actos, sino que busca emitir un juicio sobre estos, que
permite determinar si un acto ha sido éticamente bueno o éticamente malo.
Ello implica establecer una distinción entre lo que sea bueno y lo que sea malo desde el punto de
vista ético, y si el bien y el mal éticos coincidan o no con lo que serían el bien y el mal en sí.
Límites con disciplinas adyacentes
La ética se relaciona con la antropología, el derecho, con la ley y con ciencias empíricas que
estudian el comportamiento humano, como la sociología y la psicología.
6. Ramas de la ética
Metaética
La ética teleológica es generalmente mercancía de ética, que indica ciertos bienes (por ejemplo, la
"felicidad" o "deseo"), así como para los seres humanos, y por lo tanto deseable.
Hume ha planteado la objeción de que la transición de ser no-debe "para ser legítimo (" Ley de
Hume "). Bajo la falacia de la partida "naturalista" de George Edward Moore ha planteado las
cuestiones estrechamente relacionadas, pero que no son estrictamente los mismos.
Como se destaca más adelante, los positivistas, deben estar epistemológicamente entre las tasas y
tarifas de destino, y se diferencian por su relación diferente a los sentidos. La distinción
epistemológica entre es y debe se basa en la ciencia empírica moderna. Quien no acepta esta
distinción, o bien debe postular a un ser que no es directamente o indirectamente detectables, o se
debe considerar lo que debe perceptible.
Las normas éticas se derivan de supuestas declaraciones sobre los seres, con frecuencia pasan
inadvertidos por el uso de la ambigüedad normativa y empírica de términos como "esencia",
"Naturaleza", "determinación", "función", "final", "sentido" u " Objetivo alcanzado". Así, la palabra
"objetivo" es incluso lo que en realidad busca una persona (Su meta es graduarse). La palabra
objetivo puede referirse también a lo que debe perseguir a un hombre (que se centra sólo en el
material, que se perdió el objetivo real de la existencia humana).
La ambigüedad inadvertida empírico-normativa de ciertos términos conduce a falacias lógicas tales
como: "La esencia de la sexualidad es la procreación. Por lo tanto, la anticoncepción no está
permitida, porque no refleja la naturaleza de la sexualidad".
Tomando nota de que esto se supone que se han deducido lógicamente de que el ser es una
justificación de las normas aún no desesperada. Porque, además de las declaraciones normativas y
de los registros, hay voluntades. La expresión de la voluntad de una persona: "No quiero ser
molestado en la siguiente hora por cualquier persona" incluye el deseo de que la norma "Nadie me
moleste en la hora siguiente" sea capaz de ser acogida y respetada por otros. El punto central será
saber si la expresión de la voluntad de esa persona sea o no sea éticamente correcta, o sea
simplemente un acto arbitrario que no exige un respeto absoluto por parte de otros.
La falacia naturalista
Ética normativa
El dilema del tranvía es un experimento mental que puede servir para ilustrar y poner a prueba
distintas teorías éticas.
Las teorías de la filosofía ética o moral se pueden distinguir de acuerdo a los criterios de sus bases
para la determinación del bien moral. El bien moral puede ser determinada por:
Las consecuencias (ética teleológica) consecuencialismo;
Disposiciones de comportamiento, rasgos de carácter y virtudes (ética de la virtud);
La intención del actor (ética disposición);
7. Objetivos hacia hechos morales, como objetivo de las evaluaciones morales sobre la
propiedad o la acción (ética deontológica);
Optimización de los intereses o de las partes interesadas (de preferencia), la ética
utilitarista, de la felicidad (eudaimonía), o del bienestar.
Consecuencialismo
Jeremy Bentham, uno de los padres del utilitarismo.
El consecuencialismo sostiene que la moralidad de una acción depende sólo de sus consecuencias.
El consecuencialismo no se aplica sólo a las acciones, pero éstas son el ejemplo más prominente.
Creer que la moralidad se trata sólo de generar la mayor cantidad de felicidad posible, o de
aumentar la libertad lo más posible, o de promover la supervivencia de nuestra especie.
Esto da lugar a tres tipos de consecuencialismo:
El utilitarismo es la teoría según la cual la mejor acción es aquella que produce las mejores
consecuencias para la mayor cantidad de personas.
El altruismo moral sostiene que la mejor acción es aquella que produce las mejores
consecuencias para todos menos para el agente.
El egoísmo moral sostiene que la mejor acción es aquella que produce las mejores
consecuencias para el agente.
Immanuel Kant, uno de los principales pensadores de la deontología.
Deontología
La deontología es la teoría normativa según la cual existen ciertas acciones que deben ser
realizadas, y otras que no deben ser realizadas, más allá de las consecuencias positivas o negativas
que puedan traer. Es decir, hay ciertos deberes, u obligaciones, que deben ser cumplidos más allá de
sus consecuencias.
Ética de virtudes
La ética de virtudes es una teoría relativamente reciente según la cual una acción es moral si hacerla
fuera propio de una persona virtuosa. Por ejemplo, si para el utilitarismo hay que ayudar a los
necesitados porque eso aumenta el binestar general.
Ética aplicada
La ética aplicada es la parte de la ética que se ocupa de estudiar cuestiones morales concretas y
controversiales. Por ejemplo, algunos objetos de estudio de la ética aplicada son el aborto inducido,
la eutanasia y los derechos de los animales. Algunas de estas cuestiones se agrupan por similitudes
y son estudiadas por subdisciplinas:
La bioética estudia las controversias morales que son producto de los avances en la biología
y la medicina.
8. La deontología profesional se ocupa tanto de buscar justificación para valores morales que
deberían guiar a los profesionales, como de estudiar los valores que de hecho guían a los
profesionales.
La ética ambiental se ocupa de la relación ética entre los seres humanos y el medio
ambiente
Ética militar
Historia de la ética
Antigua Grecia
Desde el inicio de la reflexión filosófica ha estado presente la consideración sobre la ética. Platón
afronta la temática ética en diversos lugares y desde contextos diferentes. Así, por ejemplo, en el
Gorgias busca superar el hedonismo y la ley del más fuerte. En el Fedón evidencia la importancia
de lo que exista tras la muerte para regular el propio comportamiento.
La Ética a Nicómaco, seguramente el más importante tratado de ética de Aristóteles, se basa en la
premisa de que todo ser humano busca la felicidad (ética eudemónica). Para Aristóteles todos los
seres naturales tienden a cumplir la función que les es propia y están orientados a realizar
completamente sus potencialidades.
9. Axiología
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La axiología ( griego άξιος ['valioso'] + λόγος ['tratado']) o filosofía de los valores, es la rama de la
filosofía que estudia la naturaleza de los valores y juicios valorativos. El término axiología fue
empleado por primera vez por Paul Laupie en 1902 y posteriormente por Eduard Von Hartman en
1908.
La axiología no sólo trata en su mayoria intelectual y moral de los valores positivos, sino también
de los valores negativos, analizando los principios que permiten considerar que algo es o no valioso,
y considerando los fundamentos de tal juicio. La investigación de una teoría de los valores ha
encontrado una aplicación especial en la ética y en la estética, ámbitos donde el concepto de valor
posee una relevancia específica. Algunos filósofos como los alemanes Heinrich Rickert o Max
Scheler han realizado diferentes propuestas para elaborar una jerarquía adecuada de los valores. En
este sentido, puede hablarse de una „ética axiológica‟, que fue desarrollada, principalmente, por el
propio Scheler y Nicolai Hartmann.
Desde el punto de vista ético, la axiología es una de las dos principales fundamentaciones de la
Ética junto con la deontología.
El estudio griego culmina con el desarrollo de un sistema de valores. Los valores pueden ser
objetivos o subjetivos. Ejemplos de valores objetivos incluyen el bien, la verdad o la belleza, siendo
finalidades ellos mismos. Se consideran valores subjetivos, en cambio, cuando estos representan un
medio para llegar a un fin (en la mayoría de los casos caracterizados por un deseo personal).
Además, los valores pueden ser fijos (permanentes) o dinámicos (cambiantes). Los valores también
pueden diferenciarse a base de su grado de importancia y pueden ser conceptualizados en términos
de una jerarquía, en cuyo caso algunos poseerán una posición más alta que otros. El problema
fundamental que se desarrolla desde los orígenes mismos de la axiología, hacia fines del siglo XIX,
es el de la objetividad o subjetividad de la totalidad de los valores. Max Scheler se ubicará en la
primera de las dos posiciones. El subjetivismo se opondrá, desde el principio, a este enfoque. Y
entenderá -a la antigua manera de Protágoras- que lo estrictamente humano es la medida de todas
las cosas, de lo que vale y de lo que no vale, y de la misma escala de valores, sin sustento en la
realidad exterior. Ayer mismo, en "Lenguaje, verdad y lógica", su obra temprana, dejará los juicios
de valor fuera de toda cuestión, en virtud de que no cumplen con el principio de verificación
empírica. De esta manera, lo ético y lo estético no son más que "expresiones" de la vida espiritual
del sujeto. No una captación comprobable del mundo externo.