1. ¿ES NUEVA NUESTRA ACTUAL TECNOLOGIA?
Frank Barrios Gómez.
N uestra orgullosa civilización se pasea victoriosa a todo lo largo y ancho
de la Tierra. Nos creemos amos y señores de todo el Universo, aunque
todavía no dominemos lo que se encuentra dentro de uno mismo.
Para muchos, el dios existente es la tecnología actual. Dicen estas personas que
únicamente creen y aceptan aquello que la ciencia oficial descubra, porque es algo tangible.
Lo demás, es cosa que existe en las mentes de gente llena de ilusiones, que sueña con un
pasado inexistente.
Basta que nos pongamos a estudiar descubrimientos llevados a cabo por los arqueólogos,
para que nos pongamos a pensar si antes de nosotros, existieron civilizaciones que nos
superaron en tecnología y conocimientos.
Se habla de Atlántida. Platón, como cualquier investigador serio dijo que existió hace 12
mil años. Poseyeron una tecnología tan adelantada, que lo que conocemos en la actualidad,
es apenas un principio de lo que existió en aquel entonces.
Platón dice que toda esa tecnología se perdió con el hundimiento de Atlántida. Tuvieron
que transcurrir 6 mil años después del hundimiento, para que se adquirieran los
conocimientos rudimentarios que comenzó a sacar al hombre de las cavernas; y otros 6 mil
años, para que se alcanzara el conocimiento actual.
Pero los textos antiguos mencionan que antes de Atlántida, existió otra civilización
superior y se llamó Mu. De aquí provenimos, ya que data de los primeros primates que se
irguieron al perder la cola y Charles Darwin, buscó restos de este continente desaparecido
hace 25 mil años en la tierra del fuego, Océano Pacífico.
No nos vayamos tan lejos. Si cuesta comprender lo que fue Atlántida, menos vamos a
entender a Mu y Lemuria. Sobrevivientes de esos continentes fueron los que se encargaron
de fundar al siguiente, aprovechando lo poco de tecnología que lograron rescatar. Lo
mismo sucederá, cuando esta civilización actual llegue a desaparecer, como se nota que es
inevitable.
Sobrevivientes de esta raza aria algo tendrán que rescatar. Con ese poco de tecnología
tendrán que aprender a sobrevivir, perdiéndose mucho de lo que se llegue a rescatar, una
vez que se cumpla con el ciclo de vida de esos aparatos. Al ser desechados, quedarán
enterrados en las entrañas de la tierra, y cuando hayan transcurrido miles de años, la
civilización vigente llegará a descubrirlos y entonces, se darán cuenta que lo que se está
utilizando, ya existía desde hace miles de años atrás.
Veamos qué nos dice la historia al respecto. En el año 1900, unos buzos encontraron
restos de una embarcación cuya antigüedad no es menor a los 2 mil años. El barco estaba
cargado con tesoros que al parecer procedían de la isla griega Antikythera. Estatuas de
mármol y bronce fueron encontradas, y posiblemente se encontraba viajando rumbo a
Roma, cuando en el año 65 a. C. se hundió.
2. Una masa de madera y bronce también fue hallada entre esos restos. El metal estaba tan
derruido que no pudo apreciarse en ese entonces, que se trataba de ruedas de engranaje y
escalas grabadas.
Pero en 1954, el físico Derek J. de Solla Price, de la Universidad de Cambridge,
trabajando arduamente sobre esa pieza, descubrió que se trataba de un antiguo mecanismo
de cálculo análogo muy avanzado, en relación a lo que por siglos se conoció en Europa. En
su momento, esa pieza fue un moderno reloj mecánico.
El mecanismo poseía 40 ruedas de engranaje, 9 escalas móviles, 3 ejes, 1 rueda central
de 240 dientes, 1 diferencial y 1 eje mayor, apoyado esto en una serie de placas de bronce,
montado en una caja de madera. Cuando se daba vuelta a un mango que atravesaba la caja,
las manecillas de movían a velocidades diferentes sobre esferas protegidas por unas
pequeñas puertas. Tenía también indicaciones sobre cómo operar ese reloj y lo que
representaban las esferas.
Este aparato marcaba el movimiento de los cuerpos siderales de nuestro Sistema Solar
tales como Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, el Sol y la Luna. También marcaba la
hora. En su momento fue un moderno reloj astronómico sin escape, una moderna
computadora astronómica que ahorraba tediosos cálculos.
En Bagdad fue encontrada una vasija de barro de unos 15 centímetros de alto, taponeada
con betún, en el que se montó un cilindro de cobre que penetra la vasija 10 centímetros. El
cilindro tiene tiras de cobre soldadas y una tapa de cobre. En el interior se encontró una
varilla de hierro, corroída por algún tipo de ácido. Se cree que data de la época de los
partos, quienes dominaron esta parte de Irak en los años 250 a. C. hasta 224 d. C.
En el año 1937, el arqueólogo Wilhelm Köning descubrió por casualidad esta pieza en el
museo de Irak, se dio cuenta que se trataba de una pila para generar voltaje eléctrico. Años
después, se llevaron a cabo experimentos con piezas similares y por ellas se podía generar
voltaje.
Con el líquido adecuado dentro de la vasija, se generaba un voltaje de 1 ½ a 2 voltios
entre el cilindro de cobre y la varilla de hierro. Uniendo una serie de elementos, el voltaje
podía aumentar de acuerdo a las necesidades que se requerían.
Electricidad, energía atómica, relojes mecánicos supermodernos, aviones de motor e
instrumentos de medicina para llevar a cabo cirugías sofisticadas, han sido tan solo algunos
de los descubrimientos que los arqueólogos han desenterrado, indicando que lo que estamos
utilizando en la actualidad, y de lo que muchos se jactan de modernidad, en un pasado
remoto, civilizaciones que nos superaron ya los utilizaban. Por alguna razón, esas
civilizaciones se perdieron, pero muestra de que un día existieron, son los descubrimientos
que continúan haciendo los investigadores en nuestros días.