Rol de la semantización en el ser y decir para estar feliz
1. ROL DE LA SEMANTIZACIÓN EN EL SER Y DECIR PARA
ESTAR FELIZ
Socorro Flórez Pérez
“Primero los niños deben aprender a construir
significados y después a manejar los signos… cuando
se estimula la generación de ideas se favorece el
liderazgo, la independencia, la libertad.
Cajiao Restrepo.”
“Ser y decir para estar feliz”, proyecto muy acertado para niños de 3 a 5 años,
pero a su vez, ambicioso, esperanzador, delicado, de mucha responsabilidad y
trascendencia para la vida de los niños involucrados, como también, para la
educación nacional. Pues a futuro, apunta a prepararlos para el ejercicio de la
ciudadanía y participación de cada uno de ellos, como miembros plenos de
su sociedad. Es necesario por tanto, tener una idea precisa y clara acerca de
estos dos conceptos.
Ciudadanía
Capacidad de participar a plenitud y conciencia en la conducción u orientación
de la nación en la que vive, condición básica para una vida en democracia.
Ciudadanía y democracia no se improvisan, es el resultado de una larga
experiencia de: VIDA EN DEMOCRACIA, en el ejercicio permanente de la
participación como toma de decisiones, tanto en el hogar como en la escuela.
Participación
Es el derecho que tiene el niño a decir su palabra, ser escuchado y
escuchar teniendo como base el conocimiento pleno: de quienes, para qué,
por qué y donde se toman las decisiones que atañen a todos los miembros de
su comunidad inmediata, para luego hacerla extensiva a su país. Por lo tanto la
calidad del manejo del lenguaje, sobre todo en el aspecto semántico es
decisivo, pues como afirma Gustavo Gutiérrez “no se trata de ser la voz de los sin
voz, sino de quienes hoy no tienen voz, la tengan”.
En esta perspectiva, para iniciar el proyecto es indispensable reconocer dos
derechos fundamentales más de los sujetos de esta propuesta: la vida
humana y la libertad. Sin este reconocimiento previo, el trabajo a emprender
carecería de un norte, hasta correría el peligro de ser incongruente.
Derecho a una vida humana:
Implica un desarrollo integral del SER del niño, bio-psico emocional. Asumir
que es una unidad indivisible y como tal debe ser educado.
2. Nivel biológico:
La escuela debe brindar una adecuada educación corporal cuyo objetivo
fundamental sea la estructuración del Esquema Corporal, como andamiaje para
el desarrollo de todas sus potencialidades.
El aspecto nutricional del niño no debemos inadvertirlo, que si bien, no es
responsabilidad de esta intervención, sin embargo un buen asesoramiento a la
familia, para el uso de recursos nativos, muy alimenticios y a bajo costo, puede
contribuir a una alimentación deseada.
Nivel psicológico:
Facilitar el ejercicio de procesos mentales superiores, para lo cual es también
es necesario un énfasis especial en el aspecto semántico del lenguaje,
requisito fundamental para que ejercite su derecho a la libertad.
Nivel emocional:
El PRONOEI debe ser un espacio en el que el niño pueda expresar sus
emociones auténticas: de cólera, alegría, tristeza, miedo y afecto. Aprender a
manejarlas, no a controlarlas, es impostergable también, para el ejercicio de su
derecho a la libertad.
Derecho a la Libertad
Derecho que reconoce que cada sujeto decide su propio destino. Ser el
arquitecto de su futuro, aprender a manejar su libertad integral. Libertad que
comienza con la liberación interna a partir de su corporalidad. Corporalidad,
que desde el vientre materno y luego en la vida cotidiana, ha venido sufriendo
de agresiones que han ido imprimiéndose en sus músculos como tensiones
que almacenan miedos o temores, que se proyectan en su libertad externa y
limitan su expresión libre y creativa a través del lenguaje de su movimiento, de
la expresión de sus emociones auténticas y de su lenguaje verbal.
En esta dirección el dominio de su lenguaje verbal y no verbal se hace
indispensable y es necesario estimular su desarrollo desde la primera infancia
a través de una real educación integral.
Educación integral
El niño, en sus primeros años de vida, presenta necesidades específicas,
propias de la edad y de cuya atención y calidad, depende el éxito o el fracaso
en su vida de adulto.
Siente necesidad de alimentación, de protección y afecto, de juego, de
movimiento, de recreación, de comunicación (ser entendido y entender a los
demás), de libertad, de creación, de identidad y trascendencia.
3. Estas necesidades tienen estrecha relación con la unidad en totalidad que es el
ser humano: cuerpo, mente, emocionalidad y espiritualidad. Por lo tanto para
asegurar un buen proceso de desarrollo es importante atender todas sus
necesidades, educándolo de manera integral.
EL LENGUAJE VERBAL DEL NIÑO DE 3 AÑOS
El aprendizaje del lenguaje verbal, se inicia de las partes al todo: un niño
comienza a comunicarse desde el primer grito, como reflejo afectivo, luego
habla a partir del balbuceo, las lalaciones, la palabra sílaba, una palabra, la
palabra pivotal, hasta que aprende a construir la oración completa, alrededor
de los tres años.
Cuando el niño llega a la escuela inicial, a los 3 años, prácticamente ha
adquirido el lenguaje formal, maneja la sintaxis y la fonética de la lengua.
Ningún niño normal altera la estructura oracional o de la palabra: a lo más dirá
“vamos a juegar”, error que no altera el significado, pero de ninguna manera
cambiará la sucesión rigurosa de la cadena del lenguaje, necesaria para
entender el significado; no se expresará: mosva garju por vamos a jugar.
Para precisar el sentido de su expresión verbal usa con impresionante efecto
los elementos metalingüísticos, no verbales, como la entonación, intensidad,
cantidad, ritmo, pausas, mímica, gestos y movimientos corporales que
curiosamente se pierden en el aula, a pesar de que enriquecen y aclaran la
comunicación.
Además usa un promedio de 1500 palabras, en el caso de haber sido
convenientemente estimulado. La locuacidad del niño ilusiona a gran parte de
los maestros, pues da la impresión de un manejo cabal de la lengua oral, pero
la lógica de su pensamiento no comprende aún las relaciones: causales,
condicionales y temporales, a pesar de que verbalmente las maneja. Es pues,
un manejo espontáneo e irreflexivo.
A pesar de que se expresa con oraciones completas (sintaxis), no conoce el
significado de todas las palabras que usa (semántica). Su lenguaje tiene
carácter netamente simpráxico: su expresión se va a referir siempre a una
situación concreta inmediata. Lo fonético cumple sólo una función nominal, dar
nombre a las cosas y, lo semántico de referencia al objeto, ya que descubre
que cada cosa tiene un nombre pero lo entiende todavía como propiedad del
objeto.
A los 3 años el niño está listo para asumir el habla de los adultos, sus avances
lingüísticos dependen en gran medida de la actitud responsable de los adultos,
para no usar el código especial denominado “lenguaje bebé”, pues aprende el
lenguaje por imitación. Pero referido siempre a la fonética, la morfología y
sintaxis de su lengua materna, los significados siguen siendo globales y
simpráxicos. Insistimos, hasta los 6 años más o menos da significado a la
palabra con la presencia inmediata del objeto o con la repetición de la acción.
Todavía no es capaz de usar la palabra como símbolo, por eso se le llama
lenguaje simpráxico.
4. En conclusión, el aprendizaje de la fonética y de la sintaxis del lenguaje verbal
es más rápido en el tiempo, a los tres años más o menos, el niño ya captó la
sintaxis de su lengua materna pero el pensamiento y el significado siguen
siendo globales. Comprender la estructura y las relaciones del lenguaje que
oye y le permite expresarse, que la palabra sustituye a la acción y al objeto
necesita más tiempo.
Teniendo en cuenta esta realidad, aparente manejo de la lengua oral por la
locuacidad del niño, en las aulas es necesario facilitar experiencias que lo
ayuden a cargar de significado a las palabras y no reducirla al recitado de
poesías, canciones, descripción de láminas, relato de cuentos y lo que es peor
a las tediosas planas de caligrafía.
SEMATINZACIÓN
Una facultad innata del niño entre los 3 y 6 años, es reflexionar, analizar, de
manera semi inconsciente sobre el lenguaje que está aprendiendo. Es por eso
que en esta etapa aumenta la vocalización, “el hablar solo”, el aula se convierte
en un monólogo colectivo, pues no habla para el otro, sino para sí mismo en el
afán de entender y solucionar lo que hace. Es conveniente facilitar este
monólogo pues, sienta las bases para la semantización de la palabra y el
desarrollo de su lenguaje interior, alimento en su adultez, de su lenguaje
exterior o verbal.
Hemos realizado una descripción abreviada de cómo el niño aprende su lengua
materna con el fin de ver claramente que en este proceso de adquisición del
lenguaje hay necesidad de diferenciar el aspecto semántico de los otros:
morfológico, sintáctico y fonológico, pues a pesar de que es un proceso
unitario es a su vez, opuesto en su evolución.
Las oraciones con las que se expresa un niño de 3 a 6 años tienen significación
global. Para que distinga y relacione los significados específicos de cada
palabra que conforma la oración, necesita tiempo y es un proceso inverso a
como aprendió la sintaxis y la fonética, que fue de las partes al todo. En el caso
de los significados va del todo a las partes. De la comprensión de la totalidad
oracional necesita conocer los significados de cada palabra: del todo a las
partes.
El nombre o una determinada palabra evoca un concepto preciso que
constituye el significado básico de esa palabra. Cuando la palabra se
constituye en concepto, alcanza un significado básico y definido, se aleja de la
realidad concreta para convertirse en abstracción. Es un avance apreciable,
pues en lugar del conocimiento netamente sensorial, cambiable, que obedece a
la realidad y a lo intuitivo, da paso a la comprensión de lo permanente, a la
posibilidad de llegar a la esencia de las cosas y a ordenar su conocimiento. Sin
esta actividad conceptiva el conocimiento humano queda incompleto, no
rebasa el área de la experiencia para pasar al plano mental de abstracción.
5. En la medida que el niño va creciendo en edad y aprendizajes, cuando el
significado básico de la palabra haya logrado precisión y claridad, es
importante que se le facilite el aprendizaje de los diferentes sentidos que una
misma palabra puede tener de acuerdo al entorno físico, oracional o textual. El
lenguaje se hace más rico pues como dice Luis Hernán Ramírez “el contexto
puede proporcionarle múltiples matices emocionales o de naturaleza
puramente objetiva”.
Para que el niño, después de los 6 años, logre usar la palabra como símbolo,
cargada de significado e independiente del objeto y de la acción: lenguaje
sinsemántico, es importante que durante su educación inicial verbalice todo lo
que realiza, sobre todo cuando realiza tareas de movimiento. Asociar la palabra
con la acción, con las partes de su cuerpo en relación con el espacio y el
tiempo y con la expresión de sus emociones es un buen punto de partida para
estimular las operaciones mentales complejas que requiere la semantización
del lenguaje.
Si no logra semantizar la palabra va a necesitar hacer uso de gestos y señas
para precisar su significado, por ejemplo cuando dice: “anda más allá”,
indicando con gestos en lugar de usar las palabras “hacia atrás, adelante,
derecha, izquierda etc.”
Funciones del lenguaje
La semantización debe cumplirse también, con respecto a las funciones del
lenguaje, ya que su cumplimiento tiene trascendencia definitiva en el proceso
de personalización y socialización del niño. Es necesario involucrar en el
proceso educativo estas tres funciones y específicamente cuando nos
referimos a los aspectos del pensamiento y lenguaje por su estrecha ligazón.
Función de expresión: en relación con el hablante, ligada a su mundo
afectivo-emocional.
Función de apelación: en relación con el oyente, directamente
relacionada con su vida volitiva
Función de representación: en relación con la realidad, referida a la
dimensión intelectual del ser.
Función expresiva.
La función expresiva o afectiva, referida a la vida emocional, totalmente
olvidada en la escuela y lo que es peor, distorsionada de la realidad.
Al niño no se le permite expresar sus emociones auténticas: miedo, cólera,
alegría, tristeza, sino por el contrario, en la escuela se reafirma aprendizajes
inadecuados como cuando un niño que está corriendo algún peligro escucha el
mensaje: “no tengas miedo”, en lugar de recibir una invitación a sentir su miedo
para que fluya su emoción y a partir de ella aprenda a protegerse.
Al analizar lo mencionado notamos que el miedo no es un objeto a poseer, el
miedo se siente y lo siente realmente el niño y también el adulto. Si los
educadores fuéramos conscientes de la trascendencia de estas expresiones lo
6. lícito sería invitar al niño a sentir su miedo, identificar si es real o imaginario
para luego, si es real, aprenda a protegerse del peligro, del riesgo que corre.
Aprendizaje que posteriormente lo llevará a protegerse de la droga, el alcohol
y otros peligros.
Igual podemos decir de la cólera, permitida para los hombres, en algunos
casos y reprimida para las mujeres, expresar cólera es comportarse mal,
perder los papeles, ser criticado. La consecuencia es la sumisión, la obediencia
y la falta de autonomía. Lógicamente hay necesidad de aprender a manejar la
cólera y expresarla adecuadamente. Tampoco es permitido llorar, sobre todo
“los hombres no lloran”, en consecuencia, vemos que la tasa de mortalidad de
los hombres es más alta.
Lo recomendable es que la escuela sea un espacio para que el niño realice
actividades espontáneas con las que canalicen sus pulsiones y vaya
expresando sus emociones...
Las actividades que realiza el niño, tanto espontáneas como no espontáneas a
través de las cuales canaliza tanto sus energías positivas cono negativas:
angustias, satisfacciones, cóleras alegrías, frustraciones, deben ser motivo
constante de reflexión.
Para evitar que nuestra sociedad se insensibilice y deshumanice y se vuelva
más cruel, un paso necesario y urgente en la escuela es la expresión de las
emociones a fin de semantizarlas adecuadamente y lograr equilibrio afectivo-
emocional.
Semantizarlas no con el ánimo de intelectualizar esta dimensión del hombre
sino, por el contrario, a potenciarla a partir de la vivencia adecuada de las
emociones que le permitan a nivel intelectual tener un claro y preciso concepto
de ellas. Significados que luego le permitirán la fluidez en la expresión de sus
emociones auténticas. Es decir, la persona estará en condiciones de darse
permiso para expresar adecuadamente su vida afectivo-emocional, tan
apreciada y requerida para reinstaurar y mantener la ansiada paz social.
Función apelativa
La función apelativa o activa esta relacionada con la vida volitiva del ser
humano. El lenguaje es regulador de los actos voluntarios pues se actúa de
acuerdo a la significación que se le da a la palabra, de allí la importancia de la
semantización adecuada. Por ejemplo si el niño dice “él me está conversando
por eso no atiendo” él está expresando que es otra persona la que tiene poder
sobre su atención y no es él mismo, quien decide no atender. En
consecuencia, de manera inconsciente no quiere asumir su responsabilidad.
Es necesario remarcar la trascendencia de esta función, en los primeros años
del niño ya que el poder que ejerce la palabra del adulto es definitivo para las
decisiones que va tomar en su vida.
7. Los mensajes de las figuras significativas –padres y maestros- empoderan su
lenguaje y juegan un rol determinante en la definición de la posición existencial
y el argumento de vida. Posición que una persona decide en la infancia frente
a sí misma y de los demás, concepto de sí mismo y de los demás y que hará el
papel de brújula durante toda su vida, a no ser que revise sus aprendizajes a
través de una terapia que lo invite a una redecisión. Dos ejemplos:
Con frecuencia el maestro, cuando está frente a un alumno que reitera una
determinada conducta, lo etiqueta de terrible, incontrolable o muy movido. Esta
nominación del maestro refuerza la conducta en lugar de corregirla, pues el
alumno en su inconsciente recibe y grava la orden de mantener la
característica de su actitud.
Los padres se quejan que los hijos a medida que crecen no asumen la
responsabilidad de sus tareas. Siempre esperan la presencia de uno de ellos
para realizar la tarea. ¿Cómo asumirá la actitud de responsabilidad si cuando
era más pequeño, mamá le ayudó a hacerla, borró, corrigió y hasta comentó lo
mal hecha y por último le hizo la tarea? Tanto la actitud como las palabras de
los padres contribuyen para que el niño se sienta inútil y grave en su
inconsciente: “sólo mamá sabe, ella es perfecta, yo no sé nada” la inseguridad
aprendida en estas vivencias se prolonga en sus actitudes posteriores. Por otro
lado con este acto deshonesto, a nivel de valores, es la mejor manera de
enseñar la injusticia y la inmoralidad presentando un trabajo que no es suyo.
El empoderamiento de la palabra surgido de todos los aprendizajes en el
hogar y en la escuela inicial despliega su poder y guía la acción de su propio
Yo, regula sus actos voluntarios en el futuro.
Función representativa
La función representativa está relacionada con la realidad. El lenguaje es
medio de comunicación, para que se cumpla esta función hace falta que las
palabras del niño se carguen de significados adecuados. En esta etapa
también es importante que logre usar el pronombre YO dentro del contexto
gramatical, pues es una señal que ya está en condiciones de mantener un
intercambio con el otro u otros.
Estrategia en el aula
El aprendizaje del lenguaje, si bien corresponde al aspecto cognitivo, dentro de
una verdadera educación integral, debe involucrar al niño como totalidad,
atender por igual, en equilibrio, sus dimensiones corporales, emocionales e
intelectuales
Los avances de las ciencias antropológicas, neurológicas, psicológicas,
lingüísticas y pedagógicas rompen con el dualismo cartesiano “mente sana en
cuerpo sano” para asumir el principio de la unidad indivisible del hombre:
cuerpo, mente y afecto en íntima y permanente interacción. Esta nueva
8. concepción revalora al cuerpo y le da su real significado y trascendencia en la
vida del ser humano: presencia concreta en el mundo y eje relacional consigo
mismo y con todo lo que le rodea.
Por lo tanto, la educación de la corporalidad del niño es vital para dar una
sólida base al aprendizaje del lenguaje y juntos a los posteriores aprendizajes.
Es por esta razón, que se sugiere la estrategia pedagógica de “Acción-
pensamiento-lenguaje” y las Tareas de Movimiento. De esta manera
aseguraremos que en su vida intelectual sea capaz de producir, con facilidad y
placer, procesos de análisis, aplicación, inferencia, extrapolación, síntesis,
evaluación y creación, en camino a alcanzar su realización plena en
consecuencia la Felicidad.
Indudablemente, hay necesidad de cambiar la estrategia pedagógica en el aula
que le permita aprender en felicidad. Partir de la acción-reflexión, observación
de las acciones concretas que el niño realiza y verbalizarlas, facilita el proceso
para cargar de significado a las palabras en un ambiente de alegría y placer.
Por ejemplo, caminar es una actividad que realizamos a diario y con mucha
frecuencia, sin embargo, cuando queremos explicar el significado,
aparentemente fácil, encontramos en la definición imprecisión y falta de
claridad. La observación de la actividad misma y la consiguiente verbalización
contribuirá a clarificar y precisar el significado de la palabra, la formación de los
conceptos. Esto a su vez, le permitirá, posteriormente la generalización, que es
la transferencia, que en el ejercicio mismo del lenguaje se hace a otros objetos.
Lo mejor es aprovechar las dos facultades innatas o características naturales
del niño: su movimiento corporal como medio de percibir el mundo y el análisis
semi inconsciente que hace del lenguaje para que inicie el proceso de
significación y semantización de la palabra en un clima de alegría y placer,
condición básica para propiciar que el niño esté feliz.
Educación Corporal: Psicomotricidad
El niño es presencia en el mundo gracias a su cuerpo y en los primeros años
de vida manifiesta lo que desea a través del movimiento, este lenguaje natural,
no verbal, gestual, es su primer medio de comunicación. Pavlov; Piaget y sus
seguidores lo consideran el primer sistema de señalización sobre el cual se va
a formar el segundo sistema de señalización: el lenguaje verbal.
A medida que el niño crece muestra un constante impulso de moverse y es en
la acción corporal que comienza a conocerse a sí mismo, a la vez que
descubre también el mundo que le rodea (los otros y las cosas) e inicia su
conquista.
Las experiencias de movimiento que vive le permite reconocerse como ser
único y diferente, valerse por sí mismo con confianza y seguridad, bases de su
autonomía y de su relación en el encuentro con el otro u otros.
En la acción corporal el niño logra más seguridad de sí, porque le permite sentir
su cuerpo, vivirlo y tener control de sus movimientos. Este logro, a su vez, le
9. facilita actuar con eficacia y asertividad, elaborar procesos mentales superiores
y mayor capacidad en la toma de decisiones,
Investigaciones realizadas sobre el proceso evolutivo del niño afirman que en
los primeros 6 años la maduración nerviosa alcanza hasta un 75%. La calidad
y la cantidad de redes neuronales que se formen en esta etapa no sólo están
directamente relacionadas con la nutrición sino con el movimiento, pues éste se
constituye en el mejor estímulo del proceso de sinapsis cerebral. Mantener al
niño el mayor tiempo sentado, dedicado a otro tipo de actividades, es detener
su desarrollo.
EL ESQUEMA CORPORAL
La Educación Psicomotriz es un campo específico de la Educación Corporal,
atiende al niño entre los 0 y 12 años más o menos, paralelamente a la
maduración nerviosa. Su objetivo fundamental es el proceso de estructuración
del esquema corporal
.
Para Le Boulch el esquema corporal es la imagen del cuerpo autoestructurado
sobre la base del movimiento en el que el yo corporal, a través de la actividad
motora entra en relación con su medio, lo explora, lo modifica y lo verbaliza. No
es una imagen preformada que se dé por naturaleza, sino es como asevera
Mucchieli, una “estructura estructurada”, fruto de un ajuste entre la persona y
sus movimientos.
Al referirse al esquema corporal, Josefa Lora afirma que no es un
ordenamiento visible, topológico, concreto con respecto al cuerpo sino, por el
contrario, es un proceso de estructuración complejo y abstracto en el que
interviene la totalidad del ser en relación con el espacio y el tiempo, sustentado
por la integración de las funciones tónica y de motilidad y el estricto
cumplimiento de las leyes biológicas de maduración: Céfalo caudal y Próximo
distal.
La experiencia corporal vivida a través del movimiento es una necesidad
sustantiva para que el sentido propioceptivo envíe la información a la mente y
proceda a la elaboración del Esquema Corporal que constituye en la vida del
hombre la estructura central de su personalidad y de la evolución de su
inteligencia.
Si el Esquema Corporal no está estructurado o su estructuración es imprecisa,
borrosa, va a originar que la persona tenga dificultades en su yo interno
(autoestima) y en su integración con el mundo externo (aprendizajes escolares
u otras situaciones que le toque vivir.
Se puede apreciar estos déficits o carencias que van a dificultar el
aprendizaje, principalmente de la lectura, escritura y matemática:
• A nivel perceptivo: En una deficiente estructuración espacio-temporal.
10. • A nivel motor: Mala postura, torpeza e incoordinación.
• En su comunicación con las otras personas: Perturbaciones afectivas que
provocan inseguridad e incapacidad relacional.
Todos los estudios, especialmente los de Wallon, Merleau-Ponty, Ajuriaguerra
y Le Boulch coinciden en señalar que el esquema corporal se va construyendo
por estadios.
Se inicia en la etapa sensorio motriz, en la cual las caricias juegan un rol
decisivo.
Luego, las experiencias tónicas y motrices vividas, desde los 3, hasta los 6
años, juntamente con los datos visuales y la expresión verbal, dan paso a la
estructuración de la imagen sintética y completa del cuerpo que podemos
apreciar a través de su dibujo, pero es sólo una imagen reproductora, por ser
trascripción de un esquema postural.
La modificación de esta estructura en el estadio de los 7 a los 12–14 años es
vital, pues para pasar del esquema postural estático a una imagen del cuerpo
(representación mental), hace falta lograr la unidad afectiva, motora e
intelectual de la persona.
Las consideraciones antes mencionadas de manera muy sintética, son una
invitación para replantear la acción pedagógica frente al niño. Lograr en los
primeros 6 años de vida la coordinación global, totalidad corporal, y las
coordinaciones segmentadas, algunas partes del cuerpo como es el brazo
gráfico, son un reto que se hará realidad sólo si permitimos que el niño vivencie
su cuerpo en el movimiento, que aunado a un buen manejo del lenguaje y de
las emociones sentarán las bases sólidas de un desarrollo equilibrado y de una
verdadera educación integral
EQUILIBRIO TÓNICO-MOTRIZ
En el proceso de organización del esquema corporal la participación de las
funciones tónica y de motilidad es definitiva, pues de ellas depende un ajuste
equilibrado del ser. La primera destinada a la comunicación con su mundo
interior, consigo mismo. Y, la otra, a su comunicación con el mundo exterior.
Cuando hablamos de función tónica, relacionada con el sistema nervioso a
través de los husos neuro-musculares, nos referimos al grado de tensión que
mantiene el músculo en forma permanente. La repetición constante de las
tensiones, de acuerdo con las experiencias afectivas vividas en contacto con el
otro, crea el hábito tónico que se revela en el hipotono, hipertono o en el
equilibrio entre estos dos extremos. El tono determina la manera de ser de la
persona y su actitud ante la vida.
Rigideces extremas van a dar lugar al hipertono: personas inquietas, agresivas,
estresadas, y lo contrario, una debilidad total, el hipotono: personas cansadas,
aburridas, lentas, sin fuerzas para los esfuerzos y que no pueden mantenerse
11. en pie, en lucha contra la gravedad. Un equilibrio entre estas dos es la eutonia.
Como vemos, el tono se proyecta en la estructuración de la postura, y la
actitud.
La función de motilidad se refiere a los desplazamientos y movimientos del
cuerpo para comunicarse con el mundo exterior. Está ligada a la inteligencia,
puesto que a través de la locomoción y la aprehensión, como vías de
exploración, manipulación y transformación, el niño toma contacto con el
mundo y aprende en él. Sin lugar a equivocarnos, podemos afirmar, que el
movimiento es fuente inagotable de conocimientos.
Estas dos funciones, tónica y de motilidad se implican mutuamente, no pueden
darse de manera unilateral, un desequilibrio entre el tono y el movimiento
conduce al fracaso de la acción. Y es el tono que tiene singular importancia,
puesto que en todo movimiento, la hiper o hipotonia no le otorgará apoyo
suficiente a la postura (lo fisiológico) ni a la actitud (lo psicológico); lo cual
conducirá al ser a una frustración, en su relación Yo-mundo. El equilibrio tónico
es insustituible para mantener la atención y para un eficaz rendimiento de la
capacidad cognitiva. A su vez la motilidad es imprescindible para lograr el
equilibrio tónico.
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