Este documento habla sobre la Jornada de las Migraciones que se celebró en la Catedral. Da la bienvenida a los hermanos y hermanas de otros lugares y países que se han unido a la comunidad por la misma fe. También expresa gratitud por su colaboración en la tarea de evangelización y por aportar su fe, devoción y trabajo a una tierra que ahora necesita esos dones. Finalmente, recuerda la necesidad de acoger y respetar la dignidad de todos los migrantes y refugiados.
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Catedral 15.01.2012 Catedral 15.01.2012
nidad como seres humanos. Y una sociedad que lo olvida no deja Hay preguntas elementales que, si somos capaces de escucharlas y
nunca de estar en crisis. responder con sinceridad, pueden cambiar la vida. Una de ellas es la
que Jesús dirige a los dos discípulos de Juan Bautista que le siguen.
No importa de dónde procedemos, aquí la mesa del altar, redonda “¿Qué buscáis?” Una pregunta que necesitamos escuchar y
como el mundo, sin habitantes de primera ni de tercera, está abierta hacérnosla también nosotros, los jóvenes que aún no han
a todos los que compartimos una misma fe. A esta mesa nos dispo- encontrado un proyecto de vida y los adultos metidos de lleno en él.
nemos a acercarnos. ¿Qué busco? ¿Qué ando buscando con mis trabajos y afanes? Y
¿qué busco como creyente en Jesús? ¿Busco algo? Hoy se me ofrece
la oportunidad de escuchar la pregunta de labios de Jesús porque
también yo, como aquellos dos discípulos, me he acercado a Jesús,
le he visto pasar, otros me lo han señalado. “Ése es el cordero de
Dios”. ¿Qué buscas? ¿Cuál sería mi respuesta hoy?
Es realmente un regalo que Dios nos llame. Quiere decir que se ha
fijado en nosotros. Si Dios nos llama es porque nos ama. Como para
Andrés y el otro discípulo, ahora son para nosotros también las cua-
tro de la tarde, la hora en que van declinando otros intereses y
hemos de preguntarle a Jesús “¿Dónde vives?”. La hora en que él
nos responde “Venid y lo veréis”. Y nosotros empezamos a caminar
con él. ¿Será nuestra respuesta tan pronta y generosa como la de
Samuel y la de aquellos dos discípulos del Bautista y diremos como
el salmista:”Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad?
La segunda lectura, hoy ha tocado un tema importante para los cre-
yentes y sobre el cual la sociedad tiene una visión diferente. Frente
a la opinión general de que “mi cuerpo es mío y hago con él lo que
quiero”, los cristianos afirmamos que si hemos sido ungidos por el
Espíritu Santo, resulta que nuestro cuerpo es un templo donde el
Espíritu habita, es algo sagrado. Hemos, pues, de respetar nuestro
cuerpo: no podemos degradarlo ni degradar el de los demás, no
podemos abusar de él ni abusar del de los demás, no podemos da-
ñarlo ni dañar el de los demás, porque, aunque es parte de noso-
tros, el cuerpo no nos pertenece y hemos de cuidarlo y hemos de
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ponerlo al servicio del bien. Somos miembros de Cristo y hemos de A los hermanos y hermanas que habéis venido de fuera y que os ha-
glorificarle con nuestro cuerpo. béis insertado en nuestras comunidades y grupos, os damos las gra-
cias por vuestra colaboración en la tarea de la evangelización. Hab-
Hoy es la Jornada de las migraciones. En esta celebración en la Cate- éis llegado a una tierra que fue de fe recia, de muchas vocaciones
dral tenemos la alegría de recibir hoy a hermanos y hermanas de sacerdotales, religiosas y misioneras. Hoy estamos débiles en la fe,
distintos lugares. Todos unidos por la misma fe. Los obispos encar- débiles en número y débiles en fuerza. Es lo que vosotros nos apor-
gados de esta Comisión en la Conferencia Episcopal nos han escrito táis. No os dejéis contagiar por el secularismo y el relativismo que
sobre los inmigrantes algo que nos puede hace pensar: “Salgamos al nos invaden. Mantened y comunicad el ardor de vuestra fe y el en-
encuentro, abramos puertas. Este lema nos demanda no tusiasmo por transmitirla. Muchas veces os vemos en nuestras cele-
permanecer cerrados en los recintos de nuestras comunidades, braciones y apreciamos vuestra devoción al comulgar y vuestro
atrevernos a transitar por nuevos caminos abriendo puertas y aprecio por el sacramento de la penitencia.
suscitando encuentros, leyendo en el rostro de los inmigrantes sus
dolores y esperanzas, traduciendo la esperanza del Evangelio en Pero gracias también por vuestra presencia. No siempre es bien
respuestas prácticas para adultos, jóvenes y niños. En la acogida. Cuando la economía iba bien, aportasteis vuestro trabajo,
evangelización –como en la relación migratoria– no hay uno que da cotizasteis a la Seguridad Social e hicisteis crecer la riqueza. Aumen-
y otro que recibe. Los dos dan y reciben”. táis la natalidad, sin la cual un país va al suicidio. La tasa de natali-
dad en el País Vasco se sitúa entre las cinco más bajas de la Unión
Como nos recuerda el papa Benedicto: “Las comunidades cristianas Europea. Además, tantas veces asumís los trabajos que nadie quiere
han de prestar una atención particular a los trabajadores hacer. Y por unos pocos delincuentes e inadaptados, la inmensa
inmigrantes y a sus familias, a través del acompañamiento de la mayoría, que sois personas de bien, tenéis que sufrir y podéis ser
oración, de la solidaridad y de la caridad cristiana; la valoración de lo juzgados injustamente.
que enriquece recíprocamente, así como la promoción de nuevos
programas políticos, económicos y sociales, que favorezcan el Cáritas nos recuerda que ahora que estamos en crisis, este clima
respeto de la dignidad de toda persona humana, la tutela de la propicia actitudes insolidarias que colocan a las personas inmigran-
familia y el acceso a una vivienda digna, al trabajo y a la asistencia”. tes en la última posición de nuestra sociedad, como si sus derechos
no fueran tales, sino privilegios de los que pueden ser despojadas
Tampoco quiere el Papa que nos olvidemos de quienes lo pasan sin consecuencia, y nos transmite la idea de que sin el colectivo in-
peor lejos de sus países: Los refugiados que piden asilo, tras escapar migrante será más fácil recuperar el período de bonanza económica.
de persecuciones, violencias y situaciones que ponen en peligro su No podemos caer en ese error, otro más: por encima de la riqueza
propia vida, tienen necesidad de nuestra comprensión y acogida, del que supone la diversidad cultural, por encima de la contribución de
respeto de su dignidad humana y de sus derechos, así como del estas personas al mantenimiento de un Estado de Bienestar que
conocimiento de sus deberes. otros se empeñan en desmantelar, se encuentra el respeto a su dig-