Un analisis gráfico y textual del capitulo 3 del Génesis. Espero dar herramientas para entender no solo la violencia de género, sino todo tipo de sometimiento y esclavitud.
2. Génesis, 3
LA MALDICIÓN DEL
PARAÍSO
El Génesis es el primer libro de la
Biblia y que de acuerdo con la
tradición judía fue escrito por Moisés,
quien según la misma tradición habría
vivido en el siglo XV ac. El Génesis es el
libro de los inicios, los dos primeros
capítulos hablan de la creación del
Universo, de la Tierra, de la Naturaleza
y del género humano. En dos cortos
capítulos resume el autor el proceso
de la evolución mediante la
participación divina.
3. Génesis, 3
LA MALDICIÓN DEL
PARAÍSO
Es en el tercer capítulo donde se
muestra toda la ira de Dios, del dios de
los judíos. No es mi deseo hacer un
análisis religioso de este texto, es
tratar de desmenuzarlo en la mirada
del hombre prehistórico y sus
implicaciones para la humanidad que
estaba en proceso de formación. Si
bien el texto debió ser escrito entre
1500 a 1400 ac, se plantean dos
hipótesis para su inclusión temprana
en este libro de esencial importancia
para el desarrollo de la civilización
occidental por su influencia tanto de la
religión judía como posteriormente las
cristiana e islámica.
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LA MALDICIÓN DEL
PARAÍSO
La primera hipótesis es la recopilación
oral de las tradiciones, mitos y
leyendas que diese un significado a las
penurias sufridas por la humanidad y
pudiese justificarlas. La otra hipótesis
es la inclusión intencionada por parte
del autor para legalizar el
sometimiento y la violencia padecido
por la humanidad y perpetuarlos.
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LA MALDICIÓN DEL
PARAÍSO
Tratemos de abstraernos de las
motivaciones del autor para escribir el
texto y analicemos los versículos con
una visión de la época que estaba
viviendo la humanidad por aquellos
tiempos. Para ello debemos
trasladarnos al neolítico, aún no existe
traza de civilización y los grupos
nómadas cazadores están encontrando
la forma de asentarse en un territorio.
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Los hombres se dedican a la caza y a la
protección física de su grupo. Los
peligros que brindaba la naturaleza
eran variados y muy grandes. Fieras
colosales hambrientas que disputaban
con los humanos el alimento, siendo
los mismos humanos parte de su dieta.
Tormentas impresionantes,
inundaciones repentinas
avasalladoras, vientos indomables, etc.
Las mujeres se dedicaban básicamente
a la alimentación del grupo, de los
niños y a su cuidado.
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Seguramente los humanos habían
aprendido muchas cosas de la
naturaleza como distinguir que frutos
y semillas eran aptas para su
alimentación. Pero muchas otras las
adquirieron por su nivel de inteligencia
más alto que sus compañeros de
espacio, por ejemplo el uso del fuego
para la protección del grupo y la
cocción de alimentos. Igualmente
fabricaron herramientas que les
facilitaban sus actividades como la
caza, la pesca, el desoye de animales,
esta última practicada para obtener las
pieles que usaban para tapar su
cuerpo no por vergüenza sino por
necesidad. El género humano es el
más inteligente pero a la vez el más
frágil.
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Volvamos a la mujer quien
seguramente esperaba al hombre en
sitios relativamente seguros contra los
peligros descritos. La mujer se
dedicaba a observar la naturaleza, no
tanto en contemplación sino en
encontrarle utilidad al ambiente
donde se encontraba. Seguramente
ella observó y comprendió el proceso
de la semilla caída, como germinaba y
se transformaba en una planta. De
dicha comprensión nació la
agricultura.
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De la misma forma se debió
desarrollar la domesticación de las
animales. Casi con seguridad éstos se
acercaron a los grupos humanos en
búsqueda de los residuos de alimentos
que dejaban y lentamente fueron
adquiriendo confianza los unos y los
otros, hasta que el animal se quedó
acompañando el grupo. Es posible que
fuese algún carroñero tipo hiena, que
se convirtió en el noble y leal perro.
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Lo que quiero plantear es la forma
diferente como se relacionaron los dos
géneros con la naturaleza, el hombre
se acercó a ella a través del miedo y la
agresión, la mujer lo hizo mediante el
estudio de los fenómenos y la
investigación. La respuesta obtenida,
obviamente, fue diferente para cada
género, mientras que al hombre la
naturaleza le respondió con violencia a
la mujer le abrió las puertas del
conocimiento. La mujer fue capaz de
abrir un canal de comunicación con
sus compañeros de planeta, los
conquistó y los dominó, porque fue
capaz de conocer sus secretos.
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Por eso es capaz de hablar con la
serpiente. El primer versículo del
capítulo 3 del Génesis dice
metafóricamente que la mujer tenía la
capacidad de escuchar a los animales,
quienes con su comportamiento le
habían enseñado que era bueno y que
era malo para la supervivencia. Sin
embargo la mujer llevó a cabo su
aprendizaje de manera lenta y con
cautela, sabía que al comer fruto
equivocado todos podrían morir, ella,
sus hijos y los hombres. Lentamente
fue adquiriendo conocimiento y
sabiduría, con ellos la capacidad de
discernir entre lo que era bueno y lo
que era malo.
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Estudio de prueba y error
seguramente, pero en algún momento
del proceso evolutivo se dio cuenta
que ella tenía el poder de dominar a la
naturaleza, incluyendo al hombre. Y en
ese momento despertó, podemos
decir que perdió la inocencia, abrió los
ojos y como pudo le reveló lo que
conocía al hombre, abriéndosele a
ambos los ojos, comprendieron que
podían llegar a dominar la naturaleza e
igualmente convertirse en su propio
dios.
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Recordemos que aún estamos en el
remoto pasado, sin organizaciones
humanas aún estables, apenas están
los grupos reunidos dándose
protección mutua. Y la mujer surge
como la poseedora del poder, tiene la
habilidad de dar vida, de alimentarla y
de acabarla. Poder muy envidiable
sobre todo por el hombre que posee
un afán de dominación a la fuerza,
destructor.
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Se inicia una guerra por el poder, como
arrebatárselo a su dueña, un ser en
apariencia más frágil, indefenso y
sobre todo sensible. Con el tiempo la
lucha se fue definiendo, el
sometimiento surgió como la forma de
contener el poder de la mujer y con el
tiempo arrebatárselo, los días del
matriarcado estaban contados. La
mujer tenía un talón de Aquiles muy
grande: su descendencia.
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Ese calcañal, sus hijos se convirtieron
en su gran debilidad, una madre hará y
dará cualquier cosa por protegerlos, y
exactamente eso sucedió. El hombre
utilizó a sus propios como armas para
debilitar a la mujer, la chantajeó y la
usó para finalmente arrebatarle todo
el poder. Y el mundo se transformó en
una tierra maldita, un mundo de dolor,
de violencia, de angustia, de hambre,
de miseria, de corrupción. Y el hombre
la dominó.
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¿Qué obtuvo con esa dominación? El
poder sobre ese conocimiento de la
Naturaleza que se volvió oculto,
hermético, tan guardado que solo
ciertos individuos tenían acceso a él,
era muy riesgoso que los humanos
despertarán de nuevo y se hiciesen
iguales a ellos. Así nacieron las castas
sacerdotales que guiaron todas las
religiones y se hicieron poseedoras del
poder, tales castas lógicamente eran
masculinas, la mujer lo había perdido
para siempre.
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Con la mentalidad masculina agresiva,
violenta y destructiva era muy difícil
lograr la comunicación fluida que
poseía la mujer con la Naturaleza, de
hecho, esa actitud masculina recibió
como respuesta una no cooperación
natural a sus planes y proyectos,
tornándose muy difícil desarrollar la
agricultura y demás labores del
campo, que hicieron muy difíciles el
progreso de esas nacientes
comunidades. Y el trabajo se tornó
más importante y necesario, trabajar
la maldita tierra exigía manos más
fuertes que toco buscarlas en otras
comunidades, tomarlas por la fuerza,
someterlas, instaurando la esclavitud.
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El escriba pudo, quizás, solo redactar
la antigua leyenda que daba
consistencia a las organizaciones
humanas de su época, ya mucho más
desarrolladas, seguramente ya habrían
pasado más de dos mil años desde que
se había iniciado ese ciclo y se
necesitaba plasmarlo para perpetuar
su nación y su religión.
Pudo igualmente hacerlo con
conocimiento de causa, es decir a
sabiendas de las consecuencias que
habrían de causar sus palabras, al fin y
al cabo provenía de las castas
sacerdotales y conocía las verdades
herméticas del poderoso imperio
egipcio.
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Cualquiera hubiese sido la motivación
del escriba, la consecuencia más
importante de la Maldición del Paraíso
ha sido el dolor permanente en el que
se ha desarrollado la humanidad
desde sus orígenes y que hoy en día
parece ser ya incontenible.