Este documento describe cómo ha cambiado el pueblo de Purmamarca a lo largo del tiempo. Originalmente era un pueblo remoto y silencioso, pero con el paso de los años ha recibido más visitantes y se han construido más hoteles e infraestructura para turistas. Mientras que estas mejoras han traído beneficios económicos, también han alterado la naturaleza del pueblo y ponen en riesgo su belleza original. El autor expresa la esperanza de que se pueda encontrar un equilibrio entre el desarrollo y la preserv
Purmamarca, ayer y hoy: la evolución del pueblo a través del tiempo
1. PURMAMARCA, ayer y hoy
16 de abril de 2010 a las 22:25
Por Patricia de Baspineiro
Nunca dejará mi memoria la primera imagen entrando a Purmamarca. El pueblo se esperezaba
de una buena noche, en su cama pétrea con respaldo multicolor. Entonces mi exclamación fue
“Quién habrá sido el ángel que dio color a este cuadro!!!” El silencio… de tan profundo
resultaba abrumador…
De esta descripción hace ya tres décadas y como corresponde, el paso del tiempo va dejando su
huella.
Continuando con este viaje interior, recuerdo el sonido de las puertas y ventanas abriendo con
desconfianza y asomando a ellas alguna cara curtida, de ojos profundos que con voz cansina
retaceaba toda información… lectura… el foráneo no era “convidao”. Pero justamente y sin
proponerlo el lugareño sumaba y mucho al cuadro.
Fue en una de esas primeras visitas en la que estando en la búsqueda de un lugar para
desayunar, dimos con un señor de apellido Vilte, hoy mayoría en el pueblo. Este se encontraba
abocado a darle forma de hospedaje a la casona que se encuentra tras la iglesia. Entablamos una
charla amena la que dio como resultado la invitación a realizar una caminata de un par de horas.
Prometía ser espectacular!!
2. El circuito comenzaba cruzando el cementerio para luego seguir por una huella con ascensos…
descensos... trepadas... cruces de acequias... era una vuelta completa tras el cerro siete colores!!
La expedición fue tan buena, que a partir de entonces y con cada visita anual, invitábamos a un
grupo diferente de familia para compartir el descubrimiento… eso sí... ya lo hacíamos con equipo
de mate para una parada contemplativa…
Pasaron unos cuantos años y el pueblo continuaba en su ostracismo, y digo esto como el mayor de
los halagos porque justamente era esto parte del encanto. Pero como el tiempo pasa implacable y
con él viene de arrastre “el progreso”… como buey con su carro. Llegó el trazado del camino
Paso de Jama, cruce con Chile.
No pongo en dudas el beneficio social-económico que la ruta trajo a la región, y si no consulten al
Gral. San Martín!!!…jajá. Así como la oportunidad de recorrer en vehículo una quebrada de
vistas maravillosas hasta arribar a la inmensidad blanca de las Salinas Grandes… y por unos
Km. más… al pueblo de Susques.
Hoy al visitar Purmamarca, aún no pierdo oportunidad de hacer el circuito tras el cerro siete
colores…¡caminando!, y vale la aclaración ya que en el afán de dar comodidad al visitante se
cruzó el límite de lo natural… y no solo le asignaron un nombre… “Camino de los
3. Colorados”, si no que también construyeron un camino para realizar el trayecto en coche. Y yo me
pregunto… hacía falta llegar a tanto?!!...
Como relaté al comienzo el pueblo no contaba siquiera con lugar para hacer noche, pero… si con
abrigo subías medianamente el cerro más bajo ya el cielo te cobijaba con un manto espectacular de
estrellas… un cielo infinito, digno de éstas latitudes.
Hoy las estrellas continúan viéndose en el cielo,… pero… en la tierra también es posible
contarlas con forma de hotel… y saben que?... éstas, ya son demasiadas!!!
Que bueno sería si este relato tomara vuelo… y rodando… rodando… llegara a las conciencias
de quienes tengan la posibilidad de frenar el crecimiento desmedido y encontrar así el equilibrio que
no ponga en riesgo la belleza de esta joya de la Quebrada de Humahuaca.