Este documento resume el proyecto de vida de Jesús y su mensaje sobre el Reino de Dios. Jesús anunciaba que el Reino de Dios se acercaba y proponía la creación de una fraternidad universal basada en el amor, con Dios como Padre misericordioso y los seres humanos como hermanos. Jesús quería orientar todo hacia los marginados y sanar el sufrimiento, con la compasión como principio y el perdón como horizonte.
2. OBJETIVOS:
• 1.- Que los participantes descubran quien
es Jesús para ellos
• 2.- Que logren entender el Proyecto de
vida de Jesús.
• Que conozcan la personalidad de Jesús y
el porqué de su muerte.
3. Charla No. 1
Los interrogantes que se le
presentan al pueblo Hispano
acerca de Jesús.
4. Generalidades
• Para nosotros, como pueblo hispano, la religión sigue siendo
una costumbre y una tradición que en ocasiones poco tiene
que ver con nuestras necesidades y actividades de todos los
días.
• La fe en Jesucristo no deja de ser parte de un bagaje
cultural heredado de nuestros antepasados, que muy poco
tiene que ver con nuestra experiencia de un Dios
misericordioso y salvador.
• En el mundo moderno hay tantas idolatrías, que uno ya no
sabe cuales caminos lo conducirán a la verdadera felicidad.
• En el fondo de su corazón, uno siente un gran vacio que
nada consigue llenar y que presiente que es el Dios de
Jesucristo
5. Seguido me pregunto: ¿De que manera entiendo que
Jesús es el Señor?:
En Jesucristo podemos conocer a Dios, ya que a Dios
nadie lo ha visto, la persona de Jesús, su vida, pasión, muerte
y resurrección me dice todo acerca de cómo es Dios y sus
atributos principales.
Viendo a Cristo, vemos a Dios, la imagen del Dios
invisible es la persona de Jesús de Nazaret, ya que en él
podemos hallar lo que queramos saber de Dios.
Mi Señor es el Dios que me creó, que me hizo a su
imagen y semejanza, el creador de todo lo visible e invisible.
Me doy cuenta que siguiendo a Jesucristo nos encontramos
con Dios.
En Cristo hallamos nuestra verdadera naturaleza
humana, su vocación y su destino, ya que él es el modelo de
perfección
6. A veces me pregunto: ¿Cuál es el rol que
personalmente juego yo dentro de la Iglesia?
La Iglesia no es solo una comunidad que anuncia la
salvación de Dios, sino un pueblo que continúa la acción
salvadora de Jesús, su misión no es solo confesar a Cristo,
sino proseguir su obra dentro de la historia humana.
Personalmente, cada uno de nosotros, somos testigos
del amor misericordioso de Dios, por lo que no podemos
callar y salimos a predicar el Evangelio de salvación en Cristo
Jesús.
Cada uno de nosotros los cristianos, somos piedras
vivas con las que se construye el edificio de la Iglesia, y
somos continuadores de una humanidad nueva renacida en
la resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
7. ¿Qué puedo hacer yo personalmente , para anunciar el
Reino de Dios?
Lo más importante para el anuncio del Reino de Dios
es el testimonio personal de vida del cristiano en relación con
el compromiso real por el hombre, por eso, como ha dicho
Juan Pablo II: la Iglesia no puede permanecer insensible a
todo lo que sirva al verdadero bien del hombre, como tampoco
puede permanecer indiferente a lo que le oprime y esclaviza.
Para los cristianos de hoy es imposible anunciar a un
Padre bueno y misericordioso a quien no vemos y
desentendernos del bien del hermano a quien si vemos. De
ahí la necesidad de solidarizarnos y colaborar con otros
hombres y mujeres en tareas humanizadoras.
8. Hay algo que no acabo totalmente de entender : ¿Qué es
la conversión cristiana?.
La conversión suscitada por la evangelización supone
un cambio de sentido y dirección en la totalidad de la
existencia humana.
La conversión no es solo un cambio de mentalidad, sino
algo que afecta a la persona entera, al sentido y orientación de
su vida personal y social, a los valores y principios que la rigen
y las condiciones sociales que la hacen posible.
La conversión es real cuando se transforman los
criterios de juicio, los modelos de la humanidad, y las
estructuras sociales de la convivencia humana, para hacerla
más justa y fraterna.
9. ¿Cómo puedo tener conciencia crítica de mi religión?
Nuestro pueblo siempre ha creído en Dios, nunca fue
necesario demostrar su existencia, porque él ha sido parte de
las realidades más obvias. En los EE.UU. Hay miles de ideas
diferentes sobre Dios, y millares de personas que niegan su
existencia.
Hay que dar razón de nuestra fe, no hay que tener
miedo a las preguntas, no hay que escandalizarse de las
dudas. Hay que buscar con sinceridad y honestidad; al mismo
tiempo hay que temer del que dice que no duda y que lo tiene
todo resuelto.
Junto con una nueva experiencia de Dios, se hace
también necesario un acercamiento crítico a nuestra religión
que cuestione y ponga en duda algunas de nuestras certezas.
10. Charla No. 2
El Proyecto de Jesús: El reinado
de Dios
La personalidad de Jesús
11. Jesús y su Proyecto:
Los creyentes creemos que en Jesús de Nazaret se ha
encarnado Dios, otros no lo creerán así, pero a todos nos
interesa saber cual ha sido el proyecto de vida de este
hombre, por el cual vivió y murió, entregándose con
obediencia y amor.
Deseamos saber que es lo que Jesús ha querido
introducir en la historia humana. Todos los investigadores
están de acuerdo en que el resumen que hace el evangelista
Marcos (el primer evangelista) es el mas correcto; dice así:
Jesús anunciaba la Buena Noticia de Dios, y a Dios como algo
bueno y nuevo. Jesús anuncia que el Reino de Dios se está
acercando y que este Dios no quiere dejarnos solos frente a
los problemas y los desafíos , sino orientar nuestra vida de
manera plena, sana y dichosa. Jesús nos invita a cambiar de
manera de pensar y nos invita a creer en él.
12. La Fraternidad Universal:
Resumiendo el tema, quizá demasiado, podemos decir
que Jesús proponía la creación de una hermandad entre los
seres humanos (la familia de Dios) de que pudiéramos ver a
Dios como un Padre bueno y misericordioso y que nos
pudiéramos ver a nosotros mismos como hermanos,
constituidos en una sola familia: Padre e hijos.
Nosotros al rezar el Padre Nuestro decimos: Venga a
nosotros tu Reino; no pedimos ir al cielo, pedimos con Jesús
que se haga realidad el Reino de Dios aquí en la Tierra. ¿Qué
quiere decir Jesús cuando nos invita a entrar en el Reino de
Dios? Para empezar, que nos tenemos que salir de otros
reinos, el reino de la violencia y la injusticia, el reino del dinero
y la fama para entrar en el “Reino de Dios”
13. El “Reino de Dios”:
Para Jesús este proyecto del Reino de Dios lo desarrolla
en cuatro puntos: Primero, cuando Dios reine, el principio
fundamental de actuación, la ley suprema, será el amor y dicho
de modo mas concreto: La Compasión.
En segundo lugar: La dignidad de los últimos como meta
Jesús quiere orientarlo todo hacia los pecadores y marginados.
El Reino de Dios es crear entre todos, con la colaboración de
Dios, una sociedad mas justa, humana, dichosa y feliz.
En tercer lugar: La acción sanadora como programa,
Jesús ha venido a sanar la vida, a devolver la salud, la
dignidad y la vida a todo necesitado.
Y por último, en cuarto lugar: el Perdón como horizonte.
Como no va a haber perdón para todos, si Jesús en la cruz
pidió el perdón para los que le estaban ejecutando.
14. La Compasión como principio de actuación:
Dios es compasivo; esta es la base de la actuación de
Jesús, él nunca habla de un Dios indiferente, frio, desentendido
de nuestros problemas; tampoco vemos que Jesús presente un
Dios preocupado por sus intereses, su gloria, su liturgia, su
templo, su sábado…. La preocupación de Dios somos nosotros
Para Jesús, Dios es compasivo y misericordioso, tiene
“entrañas”. La compasión es la reacción primera de Dios ante
sus criaturas.
Las parábolas mas bellas, las que Jesús más trabajó y
probablemente las que más repitió, son aquellas con las que
quiere contagiar a la gente su experiencia de un Dios
compasivo: La parábola del hijo pródigo y la parábola del Buen
Samaritano.
Por eso, leed el Evangelio y veréis que la compasión no es
solo una virtud más, como podían ser las obras de misericordia
15. Sino la única manera de empezar a parecernos a Dios. El
modo de mirar al mundo con compasión, el mirar a las
personas con compasión, el mirar los acontecimientos y la vida
entera con compasión, es la mejor manera de irnos pareciendo
a Dios.
Puede parecer que esto de la compasión no está muy
de moda, puede que parezca sentimentalismo, pero no es así.
Para Jesús la compasión es un principio de actuación;
sencillamente es saber interiorizar el dolor ajeno y sentirlo
como propio, que me duela a mí el sufrimiento de los demás y
reaccionar haciendo todo lo posible por ayudar a esa persona,
y aliviando su sufrimiento en la medida que yo pueda.
El Reino de Dios solo se podrá construir si aprendemos,
como principio de actuación, a ser un poco mas compasivos.
16. La dignidad de los últimos como meta:
Cuando llega Jesús les llama a todos a vivir el Reino de
Dios, pues quiere una vida mas digna y mas dichosa para
todos, empezando por los últimos. Hay que aprender a vivir
desde la compasión hacia los que sufren, desde la defensa de
los últimos, desde la acogida incondicional a todos, desde la
defensa de la dignidad de toda persona humana.
Cuando Jesús ve a los campesinos de Galilea, que se
están quedando sin tierra, presionados por las deudas de los
tributos…. Les dice: Felices vosotros, los que no tenéis nada,
pobres e indigentes, porque tenéis a Dios como Rey y es
vuestro el Reino de Dios, el Reino de la compasión, de la
bondad y de la justicia, porque Dios os quiere ver saciados; un
día lo veréis, seréis los primeros en entrar al Reino de Dios.
Los que no interesan a la gente, son los que más le interesan
a Dios. La dignidad de los últimos, es para Dios lo primero. 16
17. La actuación terapéutica como programa:
No hay duda de que Jesús amó, defendió y se entrego
a los más pobres e indefensos de la sociedad. La clave desde
la que Jesús vive a Dios y lucha por su reinado no es el
pecado, la moral o la ley, sino el sufrimiento generado por la
falta de compasión y de justicia.
Jesús cura a los enfermos, sana a los leprosos, libera a
los endemoniados y alivia el sufrimiento, se acerca a la gente
para sanarla, su misión principal era terapéutica encaminada
a aliviar el sufrimiento de quienes se ven agobiados por el mal
y excluidos de una vida sana y feliz.
Para Jesús es mas importante suprimir el sufrimiento
que denunciar los pecados de la gente, y no es que no le
preocupe el pecado, sino que para él, lo que mas se opone al
Reino de Dios es causar sufrimiento o tolerarlo con
indiferencia, desentendiéndose de él. 17
18. El perdón como horizonte:
Lo que provocó mas escándalo y hostilidad hacia Jesús
fue su amistad con los pecadores, ningún profeta se había
acercado a ellos en esa actitud de respeto, amistad y simpatía
Lo de Jesús era difícil de entender, no hablaba de la ira de
Dios contra los pecadores; al contrario, repetía que en el
Reino de Dios había sitio para los pecadores y las prostitutas,
no se dirigía a ellos en nombre de un juez irritado, sino de
manera amistosa y acogedora y en nombre de un Padre
compasivo y misericordioso.
El asunto era explosivo, jamás un hombre piadoso y
respetable se sentaría a comer con mendigos, pecadores y
prostitutas, su mesa estaba abierta a cualquiera, nadie se
debía sentir excluido. En el Reino de Dios todo ha de ser
diferente: La misericordia acogedora sustituye a la santidad
excluyente.
19. No ha habido sobre la tierra otro hombre que haya
proclamado con tal fuerza y hondura la amistad y el perdón de
Dios hacia quienes lo olvidan o rechazan, el mensaje de Jesús
sigue resonando hasta hoy en día:
Cuando os veáis juzgados por la ley, sentíos
comprendidos por Dios, cuando os veáis rechazados por la
sociedad, sabed que Dios os acoge, cuando nadie os perdone
vuestra indignidad, sentid sobre vosotros el perdón inagotable
de Dios. Que no lo merecéis. No lo merece nadie, pero Dios
es así: amor y perdón, no lo olvidéis nunca y creed en esta
Buena Noticia.
La marcha del mundo cambiaría si el Reino de Dios se
convirtiera en el eje vertebral de las culturas, las políticas y las
religiones. Jesús puede ser el “alma” de un mundo más justo y
más humano.
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20. La Buena Noticia : El Reino de Dios:
Jesús no se predicó a sí mismo, ni a la Iglesia, sino el
Reino de Dios; Él pretende ser, en su propia persona, la
respuesta de Dios a la condición humana, por eso su mensaje
es una Buena Noticia. Hay en el hombre un principio de
esperanza…. Este mundo siniestro, tendrá un fin bueno,
humano y divino. Esta visión optimista de la historia y la idea
del Reino de Dios conectan bien con nuestras expectativas de
un mundo mejor y más humano.
El mensaje del Reino contiene la sabiduría de nuestra
fe, en él podemos encontrar respuesta acerca de quien es
Dios, quien es Jesús y quienes somos nosotros mismos y
como construir el proyecto de plenitud que Dios tiene
reservado para nosotros.
21. ¿Quién es Dios?:
Lo primero que nos revela el mensaje del Reino, es que
nos trae un reino sin rey, porque si Dios viene a reinar es para
manifestar su bondad y hacerla efectiva… Su reinado no es
para imponerse a nadie por la fuerza, sino para introducir en la
vida su misericordia y llenar la creación entera de su
compasión.
La parábola del “hijo pródigo” (Lc. 15, 11-32) es la que
más nos aclara como es Dios según la predicación de Jesús,
ese Dios que crea, cuida, perdona y espera, como el Padre
misericordioso que solo sabe amar y perdonar.
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22. Anuncio y Oferta: El Reino de Dios:
En todos los Evangelios canónicos, después del relato
del bautismo de Jesús en el Jordán y del triunfo sobre las
tentaciones, se nos relata su actividad pública, sus palabras y
obras, que se resumen en la llamada y anuncio del Reino de
Dios (Mt. 4, 23-25).
En el Antiguo Testamento la expresión “Reino de Dios”
indicaba la soberanía de Dios sobre su pueblo, sobre todos los
pueblos, Soberanía que tenía un triple significado:
1.- Utopía feliz, la realización de los mayores anhelos del
hombre como son la paz, el amor, la justicia y la abundancia y
la desaparición de los rencores y enemistades (Is. 65,17)
2.- Juicio, para su realización era necesaria la denuncia de
todas las iniquidades (Is. 58; 59)
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23. 3.- Justificación gratuita, porque surgirá un siervo que pagará
el precio de la paz, que cargará con los sufrimientos y pecados
del pueblo. (Is. 53)
El Reino, una realidad cercana:
Los Evangelios empiezan diciendo que se ha cumplido
el tiempo, que ha llegado el Reino, que es algo inminente. Dios
ya estaba presente en la historia de los hombres, pero ahora
se presenta de forma especial.
Pero ese acontecimiento no se presenta en un lugar y
tiempo determinados, pues Dios no cambia. Jesús nos revela ,
nos dice con palabras lo que Dios ha sido y es desde siempre
para los hombres. El mundo es el Reino de Dios y que a él
pertenecen todos los hombres, aunque nos empeñemos en
que no sea así.
24. Jesús, realización del Reino:
Jesús de Nazaret es la realización del Reino, pues en su
persona se hace manifiesta la presencia permanente de Dios
entre los hombres, Jesús tiene conciencia de inaugurar un
orden nuevo (Lc. 4, 18-21; 11, 20; Mt. 11, 4-6), trae los signos
de un cambio total, su presencia es clarificación de todas las
situaciones, una revolución de todas las precariedades, abre la
realidad nueva, el hombre nuevo que hace posible la utopía.
Jesús inicia la transformación de este mundo hasta que
llegue a ser soberanía de Dios. No se trata de otro mundo, ni
de otro lugar, ni para después de la muerte, sino un “orden
nuevo” de la realidad, que lo entendemos en la actuación y
enseñanza de Jesús de Nazaret:
Como Don de Dios:
Gratuidad para todos los hombres sin distinción, un Dios
que ama desmesuradamente al hombre y toma la iniciativa,
25. Y le ofrece una nueva vida, valores y proyectos para su
felicidad podemos verlo en Lc. 15, 11 ss.; Mt. 18, 23-25; 20, 1-
16. Textos que hablan de una nueva relación basada en la
suprema ley del amor.
La Comunión como objetivo del Reino:
La unión en común acuerdo es la consumación de la
alianza, que ya se realiza plenamente en Jesús, pues el
encuentro con Dios pasa por el encuentro con los hombres y es
una posibilidad abierta a todo el hombre y a todos los hombres.
Jesús vive esa comunión: Con el Padre, consigo mismo
y con los demás, a quienes se entrega y también con los
acontecimientos y la historia que sabe interpretar y vivir en
plenitud.
26. Es tiempo de Fiesta:
El gran banquete que Dios ofrece a los hombres, la
fiesta de la reconciliación, del Dios que sale al encuentro de
aquellos que lo buscan, es una fiesta que exige una
determinación y tomar una opción. (Lc. 14, 15-24; 15, 11 ss.)
La Conversión, exigencia del Reino:
El anuncio del Reino va siempre unido a una llamada:
“Convertíos y creed en el Evangelio”. Convertirse no es el
echo infantil de arrepentirse de los pecados, es algo mucho
más radical: Es volver a pensar la realidad, tener nuevas ideas
sobre ella, cambiar de modo de ver las cosas, de la que surge
una nueva pauta de vida y de comportamiento.
Convertirse comporta un cambio en la manera de verse
a uno mismo y a los demás, abrir los ojos a la totalidad del
27. Evangelio y dejarse guiar por esa palabra de gozo y salvación,
ver la presencia del amor de Dios en acciones insospechadas.
Pero convertirse es abandonar la vieja vida, como una
transformación radical de las estructuras de pecado; en
definitiva, convertirse significa optar por ser “hijo de Dios”, es
decir, tener confianza y colaborar en su proyecto, reproducir
en la propia existencia los criterios y modos de actuar de Dios.
Las Parábolas del Reino:
El Reino de Dios es una de esas realidades que
resultan difíciles de describir, es algo que no encontramos en
nuestra cotidianidad, por ello los Evangelios, para superar esta
dificultad, se sirven de parábolas, que son narraciones o
historias comparativas y sencillas de las que se deduce una
enseñanza moral, y que son las siguientes:
28. 1.- La Parábola de los trabajadores de la viña:
Mateo 20, 1-15
2.- La Parábola del Sembrador:
Mateo 13, 1-23
3.- La Parábola del trigo y la cizaña:
Mateo 13, 24-30
4.- La Parábola del grano de mostaza:
Mateo 13, 31-32
5.- Las parábolas del tesoro, la perla y la red:
Mateo 13, 44-50
29. Los signos del Reino de Dios:
El Reino, como Dios mismo, es una realidad difícil de
ver empíricamente. Su existencia y presencia se adivina por
ciertos indicios, señales y signos que si pueden verse. Los
Evangelios nos refieren algunos de estos signos:
1.- La resurrección de Jesús, que hace aparecer el Reino como
la victoria de Dios sobre la muerte y presenta un reino de vida
y felicidad, que es la manifestación de Dios para amar y dar
vida.
2.- Los milagros de Jesús: que son signos de la verdad de su
palabra y su predicación sobre el Reino, que conduce a la vida,
libera a los hombres de los sufrimientos y los ayuda a vivir una
vida de entera felicidad.
30. Pero a la vez, presentan ese Reino como tarea del
hombre: le invita a un respeto por la vida y a luchar contra el
dolor y el sufrimiento. Es un llamado a construir un mundo
nuevo, a colaborar en la solución de los problemas de la
humanidad, haciendo la vida más digna y humana para todos.
3.- La lucha contra el mal y el dolor, como actitud profunda de
la vida de Jesús, que se manifiesta en desacuerdo con la
realidad humana dominada por el pecado y la muerte, que no
son mas que consecuencias del dolor y la injusticia, tratando de
llegar a la raíz misma del problema, nos invita a esa tarea y nos
propone una pauta las: Bienaventuranzas.
El mensaje de Jesús sobre el Reino de Dios ha de entenderse
en el horizonte de la búsqueda de la humanidad por la vida, la
paz, la libertad y la justicia.
31. LA PERSONALIDAD DE JESÚS:
Para comprender el mensaje de Jesús, no basta conocer
lo que el dijo o hizo, es necesario, también, quién fue Jesús de
Nazaret. Es necesario conocer a fondo su personalidad y sus
actitudes fundamentales.
Jesús, hombre libre:
Jesús aparece en los Evangelios como un hombre libre,
no existe para él realidad alguna que lo condicione en su misión
o que le impida llevar adelante su proyecto de vida.
Libre frente a los grupos religiosos:
En tiempos de Jesús los grupos religiosos más
influyentes eran los Saduceos, los Escribas y los Fariseos.
Jesús se enfrenta a ellos acusándolos de hipócritas y de olvidar
lo más importante en la vida: La justicia y la misericordia.
32. Libre frente a la autoridad civil:
Jesús se muestra libre frente a las autoridades romanas
y judías. No se detiene frente a las intrigas del poder político,
no entra en el juego de los cálculos políticos y diplomáticos. Un
ejemplo de esto es cuando el pueblo quiere aclamarlo como
rey y el se oculta y desaparece.
Jesús no se coloca del lado de los que tienen la fuerza y
el poder. Está con los que sufren las consecuencias de la
dominación y de la opresión de los poderosos. Su juicio sobre
ellos es duro, ante esta forma de ejercer la autoridad, el
propone el servicio en su comunidad.
La libertad con la que enseña y actúa es considerada
como una amenaza ante el poder político y religioso. Ambos se
unen para matarlo, pero no pudieron quitarle la libertad de
decir la verdad y denunciar el pecado.
33. Libre frente al sistema religioso:
Jesús actúa con libertad frente a los poderes religiosos
establecidos y ante los intérpretes oficiales de la ley. Jesús no
aparece ante sus contemporáneos como un judío observante
de la ley y de las prácticas religiosas. Es un renovador que
pone en revisión todo el sistema religioso vigente. Esta actitud
religiosa plenamente libre es el motivo de todas las
controversias con los fariseos.
En la época de Jesús, la Ley es la que organiza y
mantiene toda la vida de la sociedad judía. Ser piadoso
consiste en aceptar con fidelidad todas sus exigencias, aún en
los más mínimos detalles. Jesús se opone a esta realidad:
quebranta el ayuno, viola el sábado, descuida las
purificaciones legales, etc. Jesús de esta manera sitúa al
hombre por encima de la ley, para él no hay mas ley que el
amor.
34. Jesús, pues, se manifiesta libre frente a las leyes, ritos y
prácticas religiosas que quedan vacías de sentido, si se olvidan
que deben estar al servicio del hombre, y orientadas hacia un
Dios que quiere amor y no sacrificios. (Mt. 12, 1-8)
B.- Jesús, un hombre para los demás:
Libre para servir:
Jesús es un hombre libre para amar y servir, para Jesús el
servicio es el centro de su vida, pues el mismo dice que no ha
venido para que lo sirvan, sino para servir (Mt. 10, 45)
Toda la vida de Jesús es un “desvivirse por los demás”
no encontramos nunca a Jesús actuando egoístamente en
busca de su propio interés. No busca fama, dinero o poder, es
un hombre libre para los demás.
35. Toda su vida la consagra a los demás, ama a la gente,
se preocupa por ellos. Las multitudes lo buscan y el atiende a
todos. Su entrega es total. Los evangelistas nos dicen que no le
quedaba tiempo para comer.
Cercano a los más necesitados:
Dentro de esta vocación de servicio, Jesús manifiesta en
su doctrina y en su actividad una preferencia clara por los más
necesitados: Los pobres, los enfermos, los marginados, los
ignorantes… Por eso Jesús se mueve en círculos de “mala
reputación”, rodeado de gente “sospechosa”: Publicanos,
prostitutas, leprosos, impuros, samaritanos, herejes… Personas
despreciadas por las clases más selectas de la sociedad.
Jesús aspira a cambiar los destinos del mundo, pero se
preocupa de acariciar a los niños, de llorar por sus amigos, o de
que tengan comida quienes le siguen para escuchar su palabra.
36. Nunca nadie tan centrado en lo espiritual tuvo tan fina
atención por los problemas materiales. Se arrodillaba como un
esclavo para lavar los pies a sus discípulos.
Jesús manifestó un absoluto desinterés, él no es un líder
que sirve al pueblo, para luego servirse de el. No busca el
aplauso, vive de la limosna y todo esto no le detiene en
absoluto en su amor por los demás. Él era el hombre que no
guardó para si mismo ni una esquirla de su propia vida, el que
renunció a su propia vida, para dar vida a los demás.
Jesús era solo amor, amar era para él algo tan inevitable
como lo es quemar para la llama. Él era el hermano universal
que no podía no amar, no sabía otra cosa que amar.
C.- Jesús, fiel al Padre:
Como todos los judíos, Jesús oraba continuamente,
37. También iba los sábados a la sinagoga para rezar, pero él hace
algo más que supera las costumbres de los judíos: Vive en
diálogo permanente con Dios. Hace de su vida una oración-
comunión con Dios.
Orar para Jesús es algo tan importante como anunciar el
Evangelio, curar enfermos o multiplicar los panes. Jesús al
dirigirse a Dios en su oración lo llamaba “Abba” que era una
expresión empleada por los niños, que equivaldría a decir papá.
Jesús se dirige a Dios con la misma confianza y
familiaridad con la que un niño se dirigía a su padre, ningún
Israelita se había atrevido a llamar así a Dios.
Hay una constante en la vida de Jesús: Su fe total en el
Padre, su obediencia a Dios. Jesús nos dice que lo que alienta
y alimenta su vida y da sentido a su actuación es hacer la -
38. Voluntad de su Padre, por eso él se identifica con la voluntad
del que lo ha enviado y en llevar a cabo su obra liberadora:
Anunciar y hacer presente el Reino de Dios.
No solo la vida de Jesús, también su muerte está en
profunda relación con su Padre. Porque la muerte de Jesús no
fue una muerte natural. Fue ejecutado como consecuencia de
los conflictos que provocó con su mensaje y con su actuación.
Muere por ser fiel a su misión, por serle fiel a Dios.
En la cruz, en los últimos momentos de su vida, Jesús
sigue aceptando a su Padre y entregándose en sus manos. Es
un acto de fe total. Jesús muere creyendo en el amor de su
Padre.
39. Charla No. 3
La muerte de Jesús
Sus causas y significación
teológica.
40. Causas de la muerte de Jesús:
La pasión y muerte de Jesús fue el resultado del
conflicto que provocó su vida. Por un lado, el conflicto con las
masas ante su actitud de perdonar a publicanos y pecadores y
hacerlos sus amigos y, por otro, su enfrentamiento con los
dirigentes y autoridades judías al acusarlos de haber convertido
el templo de Dios en una cueva de bandidos (Mt. 21, 13 ss.) al
llamarlos en público asesinos y malvados (Mt. 21, 33-46). La
muerte de Jesús en la cruz fue el resultado final de una vida
entregada a la causa del Reino de Dios.
A Jesús se le hizo un juicio doble: el religioso y el civil en
cada uno se dio una razón distinta de la condena. En el juicio
religioso se le acusó de blasfemia al declarar que él era el
Mesías (Mc. 14, 61 ss.) pero el fondo del problema era otro, al
decir Jesús estas palabras afirmaba que Dios estaba de su
parte, le daba la razón a él y se la quitaba a ellos, se le acusó
41. De falso profeta, e incluso, de hechicería. Respecto al juicio
político y a juzgar por el letrero puesto en la cruz, sabemos que
a Jesús lo condenaron por haberse proclamado rey de los
judíos (Mt. 27, 38) aunque en realidad el procurador romano dio
la sentencia de muerte porque los dirigentes religiosos lo
amenazaron de denunciarlo al emperador por proteger a un
“sedicioso” (Jn. 19, 12 )
Humanamente estas son las causas de la muerte de
Jesús: Su vida siempre de acuerdo a la voluntad del Padre, de
parte de los pobres, oprimidos y desprotegidos, esto desde
luego, amenaza el bienestar de los poderosos.
Al mismo tiempo, quien se pronuncia a favor de la
justicia, rescata al hombre de la más cruel de las realidades: el
pecado. La misión del Hijo de Dios no es solo quitar los males,
sino arrancar de raíz lo que los origina: La injusticia y la
opresión de la gente.
42. Monseñor Romero decía que “se mata a quien estorba” y
Jesús porque estorbó a quienes practicaban una religión
opresora, lo mataron. A él lo mataron por la vida que llevó y la
misión que cumplió.
Si desde el punto de vista teológico puede decirse que
Jesús murió por nuestros pecados y para la salvación de los
hombres; desde el punto de vista histórico, ha de sostenerse
que lo mataron por la vida que llevó. La lucha por el Reino
suponía, necesariamente, una lucha a favor del hombre
injustamente oprimido, y esta lucha llevó a Jesús al
enfrentamiento con los responsables de esa opresión.
Lo que parece evidente es que la cuestión sobre el
Templo fue el motivo de mayor peso para eliminar a Jesús. Los
que tenían en esta institución su prestigio social, su poder y sus
pingües ganancias, tenían que hacer callar la voz de aquel que
los denunciaba de todas las irregularidades cometidas.
43. Significación teológica de la muerte de Jesús:
Es verdad que Jesús muere por nuestros pecados y para
nuestra salvación, que murió, como se ha dicho, en solidaridad
con todos los que han muerto, y también con los que
moriremos como consecuencia del pecado, que no es otra cosa
que la injusticia y la opresión.
El pecado nos impide experimentar el amor de Dios. Nos
aleja de Él. Todos los judíos estaban conscientes de la
necesidad de expiar los pecados mediante algún sacrificio y el
“Chivo expiatorio” debía ser Jesús, cuyo nombre significa “Dios
salva”. El Padre al ver tanto amor de parte de su hijo por
nosotros, cancela nuestra deuda, por tanto, ya estamos
reconciliados con Él.
Jesús no solamente borra nuestros pecados, sino que
nos capacita para no pecar más con el testimonio de su vida.
44. El Padre nos salva por la mediación única de Jesucristo,
Él es el puente entre Dios y los hombres, su sangre fue
derramada como expiación de los pecados de los hombres.
Jesús experimentó su muerte en una actitud de
obediencia y fidelidad al Padre y de amor y perdón a los
hombres, la muerte que era la manifestación suprema del
pecado, se ha convertido en la manifestación suprema del amor
y reconciliación entre Dios y el hombre.
La muerte de Jesús no fue fruto del azar, sino que
pertenece al misterioso designio de Dios. Mas no significa esto
que los que entregaron a Jesús sean solo ejecutores pasivos
de un drama escrito de antemano por Dios. Él permitió los
actos nacidos de la ceguera del hombre, para realizar su
designio de salvación.