Este documento presenta 10 poemas de diferentes autores en castellano. Los poemas tratan de temas como la identidad, el amor, la vejez, la política, la muerte y la guerra. Los autores incluyen a Glòria Bosch, Federico García Lorca, Gabriel Celaya, José Agustín Goytisolo, Jaime Gil de Biedma, Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Gamoneda, Miguel Hernández, Antonio Machado y Gloria Fuertes.
2. AUTORRETRATO
Soy una mujer nacida en primavera
que tuvo muchas ansias de amar en otoño.
Que le crecieron las piernas demasiado pronto
y el corazón no tardó en estallarle.
Soy una mujer pero pude ser perro, o gaviota,
o carnero.
Soy una mujer de carne y verso.
De niña quise escalar por las ventanas,
preguntar lo indescifrable.
Pero me veía a mi misma colgándome de nuevo
los interrogantes.
Ahora soy una mujer de amor y hueso
que recoge una a otra las caricias
que se fueron desprendiendo.
Soy una mujer que saborea despacio
cuando aflora el sentimiento.
Que se cuelga en el tiempo de los ojos amados.
Que un día aligeró su peso y hoy tiene un espacio.
Soy una puerta entreabierta que finaliza en mis brazos.
Pero no sé adónde voy aunque sigo insistiendo
en ceñir de nuevo el lápiz entre mis dedos.
No quiero ir en contra de mi propia marea.
Soy sólo una mujer nacida en primavera.
Glòria Bosch
3. LA CASADA INFIEL
Y que yo me la lleve al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua me
sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la lleve del río.
Con el aire se batían las
espadas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.
4. RIBEREÑAS
(Con acompañamiento de campanas)
Dicen que tienes cara
(balalín)
de luna llena.
(balalán.)
Cuántas campanas ¿oyes?
(balalín.)
No me dejan.
(¡balalán!)
Pero tus ojos..., ¡Ah!
(balalín)
... perdona, tus ojeras ...
(balalán)
y esa rosa de oro
(balalín)
y esa... no puedo, esa...
(balalán.)
Su duro miriñaque
las campanas golpean.
¡Oh tu encanto secreto!..., tu...
(balalín
lín
lín
lín...)
Dispensa.
Federico García Lorca
5. LA POESÍA ES UNA ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque a penas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
6. Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.
Gabriel Celaya
7. PALABRAS PARA JULIA
Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
8. La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
José Agustín Goytisolo
9. NO VOLVERÉ A SER JOVEN
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Jaime Gil de Biedma
10. OH CIUDAD DEL TERROR…
Oh ciudad del terror
entre las avenidas lívidos
árboles del otoño
los invasores
fusilaban archivos
borrachos de memoria bárbaros
hartos de carne humillada
y ofendida
el miedo era una presencia
el silencio su mortaja
las palabras escondidas en las cosas
las ideas en los ojos
contemplaban
la división entre el que muere y el que mata
Praga 1982
Manuel Vázquez Montalbán
11. CAIGO SOBRE UNAS MANOS
Cuando no sabía
aún que yo vivía en unas manos,
ellas pasaban sobre mi rostro y mi corazón.
Yo sentía que la noche era dulce
como una leche silenciosa. Y grande.
Mucho más grande que mi vida.
Madre:
eran tus manos y la noche juntas.
Por eso aquella oscuridad me amaba.
No lo recuerdo pero está conmigo.
Donde yo existo más, en lo olvidado,
están en tus manos y la noche.
A veces,
cuando mi cabeza cuelga sobre la tierra
y ya no puedo más y está vacío
el mundo, alguna vez sube el olvido
aún al corazón.
Y me arrodillo
a respirar sobre tus manos.
Bajo
y tú escondes mi rostro, y yo soy pequeño,
y tus manos son grandes, y la noche
viene otra vez, viene otra vez.
Descanso
de ser hombre, descanso de ser hombre.
Antonio Gamoneda
12. VIENTO DEL PUEBLO
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
13. señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Miguel Hernández
14. PROVERBIOS Y CANTARES NºXXIX
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Antonio Machado
15. LA GARRA DE LA GUERRA
Hay que decir lo que hay que decir
pronto
de pronto
visceral del tronco.
Con las menos palabras posibles
que sean posibles los imposibles
hay que hablar poco y decir mucho
hay que hacer mucho
y que nos parezca poco:
arrancar el gatillo a las armas
por ejemplo.
Gloria Fuertes
16. Autorretrato. Glòria Bosch
La casada infiel. Federico García Lorca
La poesía es una arma cargada de futuro. Gabriel
Celaya
Palabras para Julia. José Agustín Goytisolo
No volveré a ser joven. Jaime Gil de Biedma
Oh ciudad el terror. Manuel Vázquez Montalbán
Caigo sobre unas manos. Antonio Gamoneda
Viento del pueblo. Miguel Hernández
Proverbios y cantares nºXXIX. Antonio Machado
La garra de la guerra. Gloria Fuertes