El trabajo social de grupos ayuda a individuos a mejorar su funcionamiento social a través de experiencias grupales y enfrentar problemas personales y comunitarios. La participación en un grupo ofrece a personas con situaciones o intereses comunes mejorar su situación personal y capacidad de modificar aspectos sociales negativos. Los grupos se forman para aprender de otros, compartir ideas y sentirse entendidos, o para colaborar en decisiones y trabajo que no se puede hacer solo, con metas de superación individual, ampliar capacidades y lograr productividad y decisiones eficaces colectivas.