3. ¿Que Significado tiene para tí la Semana Santa?... No debería de significar para cada uno de nosotros... Acompañarte ,Oh Madre Santa en tus horas de Dolor Sentir la grandeza de tu Amor, caminando hacia nuestra conversión Vivir día a día el fruto de tu Redención
6. ¿Es tiempo de vacacionar o de reflexión y recogimiento? Podemos hacer de nuestras vacaciones algo especial reflexionando y acompañando a Nuestro Señor Jesucristo en su dolorosa pasión , sin importar en lugar en que nos encontremos, ya sea en una playa , de visita a nuestros familiares o descansando en el hogar
7. Podemos descansar en el pensamiento del amor de Dios, que está en el origen de todos los acontecimientos que conmemoramos en esta semana: "Porque tanto ha amado Dios al mundo, que le ha dado a su Hijo unigénito" (Jn 3,16). Toda la pasión fue motivada por amor, el amor de Dios hecho visible en Cristo. Una vez más es Juan quien nos lo afirma: "Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin" (Jn 13,1). Por esa razón los invito a reflexionar sobre la Semana Santa y su significado la Teniendo presente que …
8. Introducción a la semana santa Entre todas las semanas del año, la más importante para los cristianos es la semana santa, que ha sido santificada precisamente por los acontecimientos que conmemoramos en la liturgia y consagrada a Dios de manera muy especial. La Iglesia, al conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Cristo, se santifica y renueva a sí misma. Esta semana se conoció también antiguamente como "la semana grande", título que conservó hasta hace poco en el breviario romano 1 . Es, en efecto, una semana grande, puesto que constituye el centro y el corazón de la liturgia de todo el año. En ella se celebra el misterio de la redención. Los cristianos de la antigüedad estaban bien persuadidos de su grandeza; un escritor de los primeros siglos la resumió en esta frase lapidaria: "Pascua es la cumbre".
9. El Triduo Pascual Es la cumbre del año litúrgico. Comienza en la tarde del Jueves Santo con la Misa, que es el Memorial de la Ultima Cena de Jesús con sus apóstoles y termina en la tarde del Domingo de Pascua .
10. El Santo Triduo Pascual y la Indulgencia Plenaria Durante el santo Triduo Pascual podemos ganar para nosotros o para los difuntos el don de la Indulgencia Plenaria si realizamos algunas de las siguientes obras establecidas por la Santa Sede. Obras que gozan del don de la indulgencia pascual: Jueves Santo 1. Si durante la solemne reserva del Santísimo Sacramento, que sigue a la Misa de la Cena del Señor, recitamos o cantamos el himno eucarístico del "Tantum Ergo" ("Adorad Postrados"). 2. Si visitamos por espacio de media hora el Santísimo Sacramento reservado en el Monumento para adorarlo. Viernes Santo 1. Si el Viernes Santo asistimos piadosamente a la Adoración de la Cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor. Sábado Santo 1. Si rezamos juntos el rezo del Santo Rosario. Vigilia Pascual 1. Si asistimos a la celebración de la Vigilia Pascual (Sábado Santo por la y en ella renovamos las promesas de nuestro Santo Bautismo.
11. Condiciones: Para ganar la Indulgencia Plenaria además de haber realizado la obra enriquecida se requiere el cumplimiento de las siguientes condiciones: a. Exclusión de todo afecto hacia cualquier pecado, incluso venial. b. Confesión sacramental, Comunión eucarística y Oración por las intenciones del Sumo Pontífice. Estas tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra enriquecida con la Indulgencia Plenaria; pero conviene que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se cumple la obra. Es oportuno señalar que con una sola confesión sacramental pueden ganarse varias indulgencias. Conviene, no obstante, que se reciba frecuentemente la gracia del sacramento de la Penitencia, para ahondar en la conversión y en la pureza de corazón. En cambio, con una sola comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Santo Padre sólo se gana una Indulgencia Plenaria. La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple si se reza a su intención un solo Padrenuestro y Avemaría; pero se concede a cada fiel cristiano la facultad de rezar cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción.
12. Todos los sacerdotes, acompañados de sus comunidades, se reúnen en la Iglesia Catedral para celebrar la Misa Crismal. En esa ocasión, con la presencia del Obispo del lugar, y rodeados de fieles, renuevan sus promesas sacerdotales. En esa misma celebración se bendicen los santos óleos con los que serán ungidos los niños que recibirán su bautismo, los enfermos y quienes celebren el sacramento de la Confirmación durante el año. Jueves Santo
13. Por la noche, se celebra la Eucaristía que viene a evocar la Ultima Cena en la cual Jesucristo, en medio de la comida Pascual, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y el vino. También se destacan otros gestos importantes como la presentación de los dones, la ayuda fraterna, el gesto de paz, la solidaridad con los más pobres, etc. Jueves Santo Una vez concluida la Misa se procede a reservar el Santísimo Sacramento en un lugar adecuado, el que estará adornado para que invite a la adoración, a la meditación y a la oración de los fieles.
14. Viernes Santo Celebración de la Pasión del Señor, juntos, en comunidad, proclamamos su Pasión y adoramos su cruz como primer acto del Misterio Pascual. La cruz es la victoria del amor y la esperanza de la Resurrección. Es así como, además, los fieles peregrinan, con devoción, siguiendo las estaciones del Vía Crucis (que significa camino de la cruz) De este modo nos unimos al dolor y la Pasión de Cristo. Este día no hay celebración eucarística.
15. En viernes Santo… El ayuno es obligatorio, además de hacer la oración y practicar el sacrificio . Pero … ¿Cuál es el objeto de este ayuno?, ¿Por qué debo abstenerme en particular ese día de comer como normalmente lo hago? : Es que al reducirme a lo esencial, a lo mínimo ayudo a fortalecer mi interior al renunciar a aquello que no es tan importante en mi crecimiento espiritual y de esta manera me estoy llenando de Dios … lo que me conduce a la conversión Esto de debe a que ( 1427 catecismo de la Iglesia Católica) Jesús nos llama a la conversión .debido a esto he de renunciar al mal y llenarme de Dios, es decir convertirme de corazón Pero … si ayunamos solamente con la abstinencia de los alimentos y no en nuestro corazón al dejar aquello que nos conduce a obrar mal como : la critica, la envidia, la mentira , la pereza, etcétera … ¿estaremos dejando que Dios entre en nuestro interior y por lo por lo tanto daremos ese paso definitivo hacia nuestra conversión?
16. Como desde el tiempo de los profetas, la llamada de Jesús a la conversión y a la penitencia no mira, en primer lugar, a las obras exteriores "el saco y la ceniza", los ayunos y las mortificaciones, sino a la conversión del corazón, la penitencia interior . Sin ella, las obras de penitencia permanecen estériles y engañosas; por el contrario, la conversión interior impulsa a la expresión de esta actitud por medio de signos visibles, gestos y obras de penitencia (cf Jl 2,12-13; Is 1,16-17; Mt 6,1-6. 16-18). Debemos de recordar que el ayuno consiste en tomar una comida ligera en el día ,no comer carne ,ni alimentos elaborados; así mismo no comer entre comidas( Se puede comer atún ,o algún guisado de verduras) y que obliga desde los 14 a los 60 años a excepción de los enfermos …. Pero lo mas importante es hacer nuestro ayuno de corazón.
17. Sábado Santo Se trata de un día de silencio, no hay celebración eucarística. Continuamos la oración y la meditación del día anterior. El dolor de Cristo es también dolor de la Iglesia. El sagrario está vacío, no hay música ni flores.
18. Domingo de Pascua Llegamos a la celebración más grande e importante que tenemos los cristianos: la Pascua. Es una "noche de vela (de ahí la palabra vigilia) en honor al Señor". Esta noche culminamos la larga espera de Cuaresma. Juntos celebramos el paso de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida. La Iglesia entera proclama que Jesucristo ha resucitado. A partir del Domingo de Resurrección, la Iglesia nos invita a celebrar con alegría los cincuenta días de Pascua hasta Pentecostés como si se tratase de un solo día de fiesta, como un gran Domingo.