Los discípulos Cleofás y otro discípulo se dirigen a Emaús tristes por la muerte de Jesús, cuando Jesús resucitado se les une en el camino y les explica las Escrituras. Al reconocer a Jesús al partir el pan, regresan a Jerusalén para contar a los otros discípulos que Jesús verdaderamente ha resucitado.
1. LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS.
El primer día de la semana dos de ellos (dos discípulos), es decir dos del
grupo al cual pertenecían las mujeres, se dirigían a una aldea llamada Emaús.
Es evidente que se trata de discípulos de Jesús, ya que el caminar de dos en
dos, fue parte de la técnica enseñada por éste. Uno de ellos es Cleofás, el otro
no es especificado por Lucas, lo que nos obliga a preguntar por la omisión.
El versículo 24,12 es posible que sea una adición posterior, falta en un grupo
de manuscritos, en cuanto a su contenido y ubicación, sin embargo el texto es
presentado por el papiro setenta y cinco, que es bastante antiguo (Cf. Aparato
crítico Nestle-Aland, edición No 26). Schmid, ha señalado que es un resumen
de Jn 20,3-10 (3). Personalmente pienso que es dudosa su autenticidad, ya que
la pertenencia de las mujeres al grupo de los dos discípulos perdería su fuerza,
por el texto que analizamos está claro que las mujeres pertenecían al grupo de
Cleofás. Lo que nos indica que no podemos tomar como presupuesto de Lc
24, l3-35, Lc 24,12.
Hipotéticamente podríamos pensar que el nombre de Cleofás es mencionado
por ser él, el líder del grupo de los discípulos, que no se contaban con los
once. Grupo organizado por Jesús en numero de setenta y dos (Lc 10,1). El
cual tenía correspondencia con el grupo de los once, a los cuales no solo
pertenecían los apóstoles, sino otros discípulos bajo la dirección de los Doce.
Existe la hipótesis que el escritor menciona a Cleofás por ser él quien le
informara sobre lo sucedido, opinión sostenida por Plummer. (4)
No se trata de simples caminantes que se dirigen a una aldea, sino de dos
caminantes que dialogan y discuten entre sí, el verbo antiballete (intercambiar
palabras, lanzarse el uno al otro) es muy dinámico para describir el interés y la
intensidad de la conversación. De los relatos de apariciones del resucitado,
este es el que ofrece el discurso coloquial más largo. Se trata de una verdadera
teología que se construye en el camino y que tiene como presupuesto
acontecimientos reales, la crucifixión y la obra de Jesús.
Jesús es quien pregunta sobre el contenido de la discusión. Para la época en
que Lucas escribe su evangelio ya ha pasado algún tiempo, Willi Marxsen, no
sin razón, sitúa el evangelio en la tercera generación de cristianos por el año
90 d.C.(5).La respuesta de Cleofás a Jesús, subraya la importancia de los
acontecimientos: “ ¿Eres tú el único forastero (paroikeis) en Jerusalén que no
sabe las cosas que han pasado en estos días?” La Biblia Latinoamericana,
traduce atinadamente, peregrino, ya que se suponía, que este forastero venía
de visitar el Templo por la época de la Pascua, -Lc 24,18-. Lucas quiere
llamar su atención a los lectores de su época, de la trascendencia pública que
tuvo los acontecimientos sobre la muerte de Jesús en Jerusalén. Los lectores a
2. quienes iba dirigido originalmente el texto resultaban también extraños para
una Jerusalén ya extinta en el año 70 d.C. (6)
En la respuesta que le dan a Jesús, los discípulos, no solamente evidencian la
noticia: “cómo nuestros sumos sacerdotes y gobernantes le condenaron a
muerte y le crucificaron”, sino que también, alrededor de esta noticia, evalúan
la obra de Jesús y con ello, sus expectativos de futuro (no hay futuro, todo ha
terminado, él permanece muerto hasta hoy)
Jesús fue “varón Profeta poderoso” a los ojos de Dios y de todo el pueblo.
Aquí se excluye obviamente a los sumos sacerdotes y a los gobernantes que
han actuado en contra del consenso entre Dios y pueblo, y por tanto figuran
como opuestos a la voluntad divina y a la voluntad popular. Jesús, fue un
Profeta poderoso, los discípulos esperaban que hubiera sido el destinado a
liberar a Israel, en otras palabras El Mesías Liberador de Israel, no tanto
el Mesías Sufriente. Es interesante que a la óptica de los discípulos, Jesús
viene a ser semejante a Juan el Bautista, aceptable ante Dios y los hombres
pero excluido de los Sumos Sacerdotes y gobernantes.
Jesús fue... y nosotros esperábamos..., (los verbos aquí están en pasado) no
hablan de seguir esperando, mucho menos del cumplimiento de las Escrituras;
entre lo que fue y lo que esperaban, hay una tensión, en medio de esa tensión
se encuentran los Sumos Sacerdotes y los gobernantes judíos, la crucifixión y
la muerte.
Evaluación del Testimonio de las Mujeres
Los discípulos no han sido capaces de creerles a las mujeres, no tanto por lo
inverosímil de la noticia, sino por quienes lo dicen. Lo que se juzga en
realidad, no solo es la noticia en sí, sino la capacidad mental de las mujeres a
quienes se les atribuye una experiencia de histeria:
“El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque
fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar su cuerpo, vinieron
diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles que decían que él
vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal
como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron”.
Lc 24,22-23. B-J
Esta fracción del relato 24,22-23, es muy importante, pues tiene eco en los textos 24,1-
11. 34. En el v. 11, se dice “pero todas estas palabras les parecían un desatino y no les
creían”, el v. 34, es culminante, parece la respuesta final al relato de las mujeres. ¡Es
verdad! ¡El Señor ha resucitado! Es decir, ELLAS TENIAN RAZÓN, NO ESTABAN
TAN FUERA DE SÍ COMO PENSÁBAMOS.
3. El problema está relacionado con la visión, los discípulos querían ver con sus
propios ojos, no les era suficiente oír decir lo que las mujeres decían. Las
mujeres habían visto a los ángeles, no a Jesús, pero ellas aceptaron sus
palabras. Los ojos de los discípulos estaban velados para que no pudieran
reconocer a Jesús. Solo en la fracción del pan reconocieron a Jesús.
La presencia de Jesús Resucitado, cambia el sentido de lo vivido
Los discípulos que van de Jerusalén a Emaús, al final del relato, vuelven en
sentido contrario, es decir, de Emaús a Jerusalén. Lo que implica un cambio
de direccionalidad. La orientación Jerusalén – Emaús; Emaús – Jerusalén, no
es una cuestión meramente geográfica, sino una forma de interpretar y creer,
no es solo un asunto que dependa de la mera visión v.13.33.
Jesús le ha dado vuelta al sentido de la interpretación, que sobre el Mesías
teían sus discípulos. Los discípulos tenían una idea de un Mesías que no podía
sufrir las humillaciones que sufrió Jesús, por lo contrario, veían la figura
mesiánica con un actuar triunfalista. Un liberador de Israel, caudillo guerrero.
Se deduce de las palabras de Jesús, precisamente este asunto: ¿No era
necesario que el Cristo sufriera (pathein aor. Inf., de pascho) eso y entrara así
en su gloria?
Lucas retoma aquí la interpretación del Mesías sufriente. Los discípulos
cuentan con una versión de un Mesías glorioso sin pasar por el sufrimiento,
por eso el p 75, lee “y entrar así en su gloria”.
Aún después los discípulos continuarán asignándole al Mesías Resucitado la
atribución de liberador de Israel en el sentido guerrero: Señor, ¿es ahora
cuando restaurarás el Reino de Israel? Hch. 1,6
Es necesario notar que el cambio de sentido a lo vivido por los discípulos y el
renacimiento de la esperanza, surge en el seno del compartimiento
comunitario. En Lc 24,30-31, los discípulos logran ver a Jesús, al partir el pan,
servido a la mesa. Una pequeña comunidad en comunión eucarística.
HABLAR DEL EVANGELIO DE LA MISERICORDIA.
LA TEOLOGIA DEL CAMINO. (MARÍA SE PONE EN CAMINO,
SAQUEO SE PONE DE CAMINO…)