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SERIE CUADERNOS DE REFLEXIÓN ACCIÓN:
RECURSOS PARA UNA CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA
                 EN LAS FAMILIAS


      Coordinación General: Beatriz Schmukler
     Coordinación Editorial: Xosefa Alonso Sierra




                   -Cuaderno nº 6-

             FAMILIAS CONSTRUYENDO

            RELACIONES DEMOCRÁTICAS


              María Cristina Ravazzola
2
Los puntos de vista manejados en esta obra son responsabilidad exclusiva de las autoras
 y autores, por lo que no necesariamente reflejan las posiciones del Instituto Nacional de
            las Mujeres y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.




                                            3
Agradecimientos


        Queremos dar las gracias a todas las personas que participaron con
nosotros en la creación de este proyecto, especialmente a Clemencia Muñoz por
su apoyo intelectual y moral     y a las personas de los Equipos Estatales de
Coordinación que nos ayudaron a cuestionarnos día a día y a buscar formas más
democráticas de relacionarnos.
        Agradecemos el apoyo de Inmujeres, PNUD y UNICEF para que este
proyecto fuera posible, a los Institutos o Programas Estatales de la Mujer y de
Equidad de Género de los 10 Estados participantes: Baja California Sur, Distrito
Federal, Querétaro, Guanajuato, Puebla, Monterrey, Sonora, Sinaloa, Veracruz y
Yucatán.
       Estos cuadernos se construyeron partiendo de una propuesta general
formulada conjuntamente desde la coordinación con las y los autores de los
cuadernos. A partir de esta primera propuesta recibimos retroalimentación de
muchas personas que contribuyeron a enriquecerlos con sus ideas y sugerencias,
especialmente los equipos estatales de coordinación, y las promotoras y
promotores de los programas sociales que participaron en la revisión de las
diferentes versiones de los cuadernos, sus ideas y experiencias fueron de mucha
ayuda para lograr que estas herramientas se adapten a sus realidades. Paco
Cervantes y Roberto Garda del Colectivo de Hombres por Relaciones Igualitarias
(CORIAC) también ayudaron a enriquecer estos cuadernos con sus sugerencias y
críticas constructivas.
       La autora agradece especialmente el apoyo de Gladys Laviery, como
asistente de investigación y asesoría pedagógica; a todo el equipo de
democratización familiar, especialmente a Beatriz Schmukler, Xosefa Alonso,
Rosario Campos, y Marcelo Carrillo, por su apoyo intelectual y afectivo para mi
trabajo; a Juliana Montefiore Kandel por su confianza y apoyo; a mis colegas de
Buenos Aires (Diana Maffía, Denise Najmanovich y Elina Dabas) con las que
comparto tantas vicisitudes de la temática del género y redes.




                                         4
ÍNDICE

Introducción general…………………………………………………………..… 4

Metodología y ética……………………………………………………………... 14

Guía de el o la facilitadora
      Presentación……………………………………………………………... 22
    Ⅰ. Diversas formas de organización familiar………………….…….. 27
    Conceptos generales
    Diferencias históricas
    Diversas organizaciones familiares actuales
    La construcción social de roles y funciones
    en la cotidianeidad familiar


    Ⅱ. Sistemas de poder y autoridad familiar………………………….. 40
    Sistemas de Poder y Autoridad familiar en la organización
    de la vida Doméstica
    Familias con rasgos más autoritarios.
    Familias con rasgos más democráticos


    Ⅲ. Comunicación Familiar: Entrenamientos en pláticas para la
    democratización de las familias……………………………………….. 53
    Consideraciones generales acerca de la comunicación
    La Comunicación en las Familias
    Nuevos aportes a la comunicación familiar para lograr
    pláticas de colaboración
    Recomendaciones generales a modo de Guía Práctica


    Ⅳ. Pareja. Revisión de conceptos acerca de La PAREJA:
    Pareja Conyugal y Pareja Parental…………………………………… 72

Bibliografía……………………………………………………………………….. 79

Ficha Curricular………………………………………………………………….. 81

Directorio…………………………………………………………………………. 82


                                     5
Introducción General


                                   Beatriz Schmukler
                                   Xosefa Alonso Sierra


La   serie   “Cuadernos    de   Reflexión-Acción:      recursos   para      una   vida
democrática en las familias” que estamos presentando forma parte de una
estrategia de trabajo para integrar el Enfoque de Democratización Familiar en
políticas públicas.
       El objetivo de los cuadernos es facilitar el dialogo y la reflexión colectiva
sobre el tipo de relaciones familiares que se establecen, comprender tanto los
aspectos satisfactorios como aquellos que debilitan a sus miembros y les quitan
recursos para crecer y desarrollar sus objetivos grupales e individuales.
       Los cuadernos están dirigidos a ejecutores de políticas públicas, a las y los
promotores de programas sociales, y constituyen herramientas de apoyo para el
desarrollo de talleres con familias o con alguno de sus miembros.
       Nos proponemos tender sobre las relaciones familiares una mirada que nos
permita ver la realidad sin idealizaciones y sin normas rígidas que se conviertan en
camisas de fuerza; comprender que los vínculos de amor pueden llegar a
transformarse en relaciones de dominación y ser a veces tiránicos y violentos;
sentir y entender las dificultades que tenemos para solucionar nuestros conflictos
de modos negociados, así como las creencias que nos impiden resolverlos con
libertad; visualizar los prejuicios sobre lo que deben ser las mujeres y los hombres,
sobre la disciplina de las hijas e hijos y sobre las maneras de vivir de otras
personas, ancianas y ancianos, jóvenes, niñas y niños. Nos preguntamos cómo
podemos hacer para aceptar esas diferencias, siempre y cuando no lastimen los
derechos individuales.
       Los Cuadernos de Reflexión-Acción son una herramienta para conversar.
La conversación nos sirve para reconocer nuestros miedos al fracaso en los
vínculos que establecemos, nuestras dudas sobre los cambios que hemos


                                         6
experimentado nosotras, nosotros, nuestras hijas e hijos, nuestras parejas y
nuestras relaciones. Asimismo, conforman un instrumento para auxiliar a las y los
promotores en esta labor social que los convierte en líderes de relaciones
humanas; ayudarlos a acompañar el proceso de transformación de las personas
con quienes trabajan como facilitadores del Enfoque de Democratización Familiar,
reconociendo sus propios miedos y contradicciones.
      Consideramos      sustantivo    poder    reconocer     nuestros     prejuicios   y
autoritarismos, así como los obstáculos que tenemos para cambiar. Nos referimos
a las nuevas situaciones que estamos viviendo en nuestras familias y la necesidad
de construir nuevas miradas y vivencias para situaciones nuevas.
      Estos cuadernos se fueron conformando colectivamente a partir de las
temáticas más habituales que surgían en los talleres con las y los promotores.
Dichos temas constituyen la base de las dinámicas que proponemos en ellos. Por
ejemplo, aspectos que tenemos en común madres y padres cuando nos sentimos
dueños de la vida de nuestras hijas e hijos y queremos imponerles conductas,
mientras ellos ya desean su libertad. ¿En qué consiste nuestra función en ese
caso? ¿Cómo podemos, sin imposición, facilitarles también a ellos sus vidas?
¿Cómo ayudarlos sin permitirles transgresiones que vulneren los derechos de los
demás? ¿Cómo pueden las y los jóvenes ser sujetos de su propia vida y llegar a
acuerdos con sus madres, padres, compañeras y compañeros? ¿Qué hacer para
que las niñas y los niños sean escuchados en un clima donde los adultos los
respeten y a su vez les puedan pedir su participación en la vida del grupo?
      Las mujeres estamos aprendiendo a reconocer nuestros deseos y nuestros
derechos. ¿Cómo plasmar esta nueva manera de vivir al negociar con las otras
personas   y,   simultáneamente,     poner    límites   claros   cuando   necesitamos
defendernos? También los hombres se están transformando, comienzan a
reconocer los alcances del machismo y a reflexionar sobre “qué es un hombre de
verdad”, como se dice en el cuaderno de Hombres construyendo democracia. ¿Es
que habrá un hombre de verdad, o podremos ser individuos en relación, saber ser
recíprocos y responsabilizarnos por nosotras, nosotros y las demás personas?




                                         7
¿POR QUÉ PROPONEMOS UNA DEMOCRACIA FAMILIAR?


Esta democracia no implica anarquía ni la necesidad de votar para tomar
decisiones, tampoco significa debilidad respecto a los deberes familiares.
Implica “aceptación de las obligaciones, además de derechos protegidos ante
la ley”. Implica la protección de niñas y niños, de ancianas y ancianos y de las
personas con discapacidad. No significa “falta de respeto y ausencia de
autoridad”, sino equidad en las decisiones, en la distribución del bienestar y en
la libertad de pensamiento y acción, así como “la posibilidad de réplica” y de
disentir, de ser diferentes.
       Algunos de los criterios que supone la democracia familiar son: la
posibilidad de compartir la autoridad y el poder entre los adultos a cargo y
hacer partícipes a los demás miembros de las decisiones que afectan al
conjunto.
       Ello conduce a propiciar consultas entre quienes ejercen el poder y la
autoridad –así como con los otros miembros del grupo– para que a partir de la
reflexión surjan nuevas preguntas y se arribe a soluciones de respeto y de
mayor consenso y negociación.
       Planteamos problematizar las relaciones de género existentes y las
maneras actuales de “resolver” conflictos. La propuesta es que –mediante el
trabajo con los cuadernos en los talleres– se elabore, dialogue y reflexione
colectivamente acerca de formas de respeto y equidad entre los géneros y
entre adultos y niños.
       Se requieren metodologías para elaborar de manera conjunta aquellas
trabas que nos impiden imaginar nuevas salidas a nuestros conflictos, salidas
que implican descubrir barreras emocionales y culturales. La reflexión supone
encontrar en nosotras y nosotros mismos el cúmulo de obstáculos culturales
para pensar.
   Para construir una vida democrática en las familias es necesario repensar la
cultura de género y descubrir nuestras barreras emocionales para pensar. ¿Por
qué hablamos de género en esta construcción? y ¿por qué poner el acento en



                                          8
la necesidad de que mujeres y hombres revisemos en la vida de todos los días
las modalidades habituales de ser mujer y ser hombre?
   El enfoque de género es una manera de mirar las diferencias entre las mujeres
y los varones y las relaciones que establecen, es un concepto que ayuda a pensar
que el conjunto de atributos y expectativas que atribuimos a las personas de cada
sexo biológico son características definidas y construidas por el conjunto de los
miembros de cada sociedad en cada época histórica. Entonces, todas y todos
somos sujetos activos de esa construcción conjunta y podemos generar cambios
beneficiosos.
   La vida cotidiana es el escenario en el que se produce y reproduce la
desigualdad entre los géneros. Esa desigualdad aparece en el día a día de forma
tal que las mujeres quedan al servicio de las necesidades domésticas, como
personas vulnerables y altamente emocionales. Los padres, maridos, hijas e hijos
tienen derechos sobre las mujeres, mientras que los hombres quedan como los
sujetos de autoridad y mando, con derechos y capacidad para tomar decisiones
por todos. Esta forma de organización cotidiana construye la desigualdad entre los
géneros y da lugar a dificultades de negociación que pueden traducirse en
situaciones violentas cuando las mujeres no están dispuestas a aceptar
pasivamente sus lugares subordinados y cumplir con el papel que se espera de
ellas.
   La tendencia a transformar las diferencias en litigios, lamentablemente ha
favorecido controversias y enfrentamientos, más que conversaciones fructíferas
entre quienes sustentan puntos de vista diferentes.
   Con el objetivo de adquirir habilidades en este tipo de conversaciones, estos
cuadernos proponen entrenamientos que aseguren participaciones democráticas
en las decisiones, que incluyen sugerencias y prácticas a través de diálogos
abiertos y continuos.
   Proponemos que los cuadernos nos permitan trabajar con nosotras /os como
personas, que no nos dé pena encontrarnos con los mismos problemas que la
población a la que queremos ayudar. Ayudar es dialogar, escuchar y cooperar con
las soluciones de los otros, tener una actitud de apertura hacia las diferentes



                                        9
alternativas. En este sentido, proponemos la reflexión, la comunicación y los
recursos para la democratización familiar como ejes transversales presentes en
cada cuaderno:


   a) La reflexión es útil para realizar una revisión crítica de nuestras vivencias y
      actitudes, visualizar problemáticas y modelos hegemónicos que se
      sostienen en relaciones de poder asimétricas. Nos posibilita cuestionarnos
      cuáles son las causas de este tipo de relaciones, cómo se manifiestan, se
      sostienen y cuáles son los costos y consecuencias para el individuo, para el
      grupo familiar y la comunidad.


   b) La comunicación se plantea como una herramienta para la convivencia y
      la resolución de conflictos de una forma pacífica. Es una manera de
      apreciar las diferencias que existen entre hombres y mujeres, distintas
      generaciones, experiencias, historias y culturas, aprendiendo a respetarlas
      sin juzgar negativamente lo diferente. Nos permite establecer maneras de
      comunicación que propicien acuerdos y prácticas para el bienestar de cada
      persona y del conjunto familiar, manifestar lo que sentimos y pensamos
      mientras que, a la vez, nos disponemos a escuchar y considerar la opinión
      de las otras personas.


   c) Los recursos para la democratización familiar son herramientas,
      habilidades y potencial individual y colectivo para la transformación de las
      relaciones familiares. Se trata de una búsqueda individual y grupal para
      acceder a alternativas posibles dentro de unos valores democráticos, de
      equidad, cooperación y solidaridad. Si bien estos principios se plantean
      como básicos y fundamentales para alcanzar relaciones democráticas, no
      se proponen como modelos a seguir, en tanto que cada persona, cada
      familia tiene experiencias y particularidades diferentes y, en consecuencia,
      ha de decidir y elegir la opción que más le ayude en cada momento.




                                         10
ESTRUCTURA DE LOS CUADERNOS


Los seis cuadernos responden a una misma estructura. Se presenta primero el
apartado de Introducción General, Metodología y Ética, que es común a todos los
cuadernos. Cada uno de ellos cuenta con un apartado de Presentación donde se
realiza un breve diagnóstico de la situación específica del grupo al que va dirigido,
por ejemplo, cuál es la problemática que viven las niñas y niños, los jóvenes, las
mujeres, los hombres, etc. En función de esta descripción general de la realidad
social en la que vive este grupo y en relación con los otros miembros de una
sociedad, se plantea una serie de temáticas que se analizan en los capítulos de
cada cuaderno. Cada capítulo responde a un objetivo específico que a su vez
remite al objetivo general del cuaderno; los capítulos contienen varios apartados
en los que se presenta una reflexión teórica y una o dos actividades, como
herramientas para las y los promotores en el trabajo con grupos. Dichas
actividades son de carácter participativo, tienen el fin de hacernos reflexionar
sobre nuestras propias vivencias y nos invitan a visualizar caminos de cambio
para aquellos aspectos que deseamos modificar de nuestro comportamiento en
las relaciones laborales, familiares y personales especialmente. Además de estas
actividades o ejercicios para generar conocimiento y análisis, existen otras para
dinamizar grupos, de cooperación, comunicación, relajación, etc. Todas ellas se
presentan como herramientas para lograr un proceso de aprendizaje.
   La serie “Cuadernos de Reflexión-Acción: recursos para una vida
democrática en las familias” consta de los temas siguientes:


   1. Niñas y niños: actores de la democracia en las relaciones familiares,
      autores: Hugo Rocha, Laura Donnadieu y Yolanda Corona. En este
      cuaderno se plantea la construcción de una visión distinta sobre las niñas y
      los niños, reconociéndolos como sujetos de derechos y deberes. Visión
      alejada de considerar a las niñas y niños como objetos que han de ser
      controlados, manipulados y reprimidos. Se pretende generar en los adultos



                                         11
una sensibilidad hacia las niñas y los niños para comprenderlos y contar
   con ellos como aliados, encontrando formas de mejorar nuestras relaciones
   familiares,   contagiándonos   de    sus   capacidades   creativas,   lúdicas,
   inventivas y de alegría.


2. La aventura de caminar juntos construyendo democracia, madres, padres-
   hijas e hijos, autora María Jiménez. Se propone problematizar los diferentes
   contextos familiares en los que se da la crianza de un ser humano,
   identificando y cuestionando los procedimientos autoritarios que pueden
   existir en las relaciones familiares, especialmente en la relación madres,
   padres, hijas e hijos. El objetivo es lograr una convivencia en donde las
   niñas y niños recuperen sus derechos y responsabilidades de acuerdo con
   su nivel de madurez; se invita a conformar relaciones democráticas
   partiendo de la confianza, el respeto la empatía y la conexión de la madre y
   el padre con sus emociones primero, y con las de sus hijas e hijos después.


3. Mujeres y hombres jóvenes construyendo democracia en las relaciones
   familiares, autoras Olivia Aguilar Dorantes y Silvia del Pilar López
   Hernández. La pretensión de este cuaderno es que las y los jóvenes
   reflexionen acerca de sus relaciones de familia, interpersonales y de pareja.
   Para ello, se revisan las relaciones de autoridad y abuso de poder que
   pueden sufrir las y los jóvenes en los diferentes ámbitos de su vida, y se
   cuestionan las funciones de género en nuestra sociedad. Partiendo de la
   reflexión sobre los principales ejes de conflicto se propone la construcción
   de alternativas para establecer relaciones que promuevan la solidaridad, la
   cooperación, el respeto y la equidad entre hombres y mujeres.


4. Mujeres construyendo democracia en las relaciones familiares, autoras
   María Cristina Ravazzola y Emma María Reyes Rosas y Gisela Sánchez
   Díaz de León. En este tema se reflexiona acerca de la educación y formas
   de socialización tradicionales que viven las mujeres. Contiene un



                                       12
replanteamiento sobre las relaciones autoritarias justificadas por el género y
   se propone fomentar procesos de empoderamiento y autoestima de las
   mujeres a través del conocimiento de sus derechos y el reconocimiento de
   sus deseos y valores, en armonía con la sociedad de la que forman parte.
   Asimismo, se consideran las formas de relación de las mujeres con las
   otras personas de la familia en vínculos de paridad y negociación.


5. Hombres construyendo democracia en las relaciones familiares, autores
   Benno De Keijzer y Gerardo Ayala. El cuaderno plantea reflexionar sobre la
   participación de los hombres en sus relaciones de pareja y familia; el
   ejercicio de su paternidad, las creencias acerca de los significados de ser
   hombre en nuestra sociedad; y las formas de ejercer la autoridad. La meta
   es acompañar a los hombres en la transformación de sus relaciones
   familiares y personales, así como el reconocimiento y desarrollo de
   recursos individuales y colectivos para la negociación de conflictos en la
   familia, con miras a vivir relaciones de equidad más justas que permitan el
   desarrollo pleno de hombres y mujeres.


6. Familias construyendo relaciones democráticas, autora Cristina Ravazzola.
   Se propone una reflexión acerca de las familias mexicanas, analizando
   cuáles son los cambios que éstas han experimentado en las últimas
   décadas. A partir de visualizar cómo hemos ido transformando nuestras
   relaciones familiares, desde nuestros antepasados hasta la actualidad, se
   analiza la familia como un ente social en continuo cambio y evolución.
   Reflexiona sobre qué tipo de familia queremos y se proponen valores de
   equidad, respeto, solidaridad y cooperación como un camino para la
   conformación de familias más democráticas.




                                     13
USOS DE LOS CUADERNOS


Los cuadernos están pensados como herramienta de acompañamiento para la
realización de talleres con grupos, mixtos o por separado, de hombres y mujeres
adultos, jóvenes, niñas y niños.
       Se propone incorporar el enfoque de democratización familiar como un eje
transversal en los programas sociales. En este sentido, los materiales no
pretenden sustituir a otras experiencias ni otros materiales con los que ya cuenten
dichos programas, sino que, por el contrario, sean una herramienta formativa
complementaria para la o el promotor en su trabajo con grupos, que le ayude a
incorporar algunos temas o a re trabajar otros desde una mirada democrática.1
       Cada cuaderno puede ser trabajado desde el principio al fin, tomado como
guía para armar un conjunto de talleres, o pueden seleccionarse alguno de los
temas que se presentan en capítulos diferentes del mismo cuaderno. También
pueden combinarse temáticas de dos o más cuadernos para trabajar con un
mismo grupo. Por ejemplo, si tenemos un grupo mixto, podemos trabajar algunos
temas que se presentan en el cuaderno de hombres junto con otros que se
presentan en el cuaderno de mujeres. A este respecto, es preciso tener en cuenta
que algunas dinámicas se presentan para realizar por separado o en grupos
homogéneos, ya que son problemáticas específicas de mujeres o de hombres; la o
el promotor deberá estar atento a cuál es la situación del grupo y sus necesidades
para realizar las actividades de una forma u otra.
       Además, si bien hay temas similares que se tratan de forma diferente en el
cuaderno de hombres, el de mujeres o el de jóvenes, cuando se dan estas
concordancias se establecen puentes entre un cuaderno y otro para que la o el
promotor pueda ampliar su información si lo considera necesario.

1
Ello implica también una relación democrática del facilitador con el grupo. Véase en el apartado de
Metodología y Ética de los cuadernos.




                                                14
Se recomienda a las y los facilitadotes que si considera que las actividades
o ejercicios que se brindan no resultan pertinentes para trabajar en su comunidad,
las adapten al contexto socio-cultural en el que se encuentran, partiendo de su
conocimiento de la realidad comunitaria y de su experiencia de trabajo. En algunos
temas se propone como herramienta complementaria la proyección de videos; no
obstante, no es imprescindible en caso de que no se pueda disponer de ellos o no
se cuente con el equipo necesario para proyectarlos.
      Con el fin de lograr acuerdos básicos para el buen desarrollo de las
actividades se sugiere que todo taller tenga un momento de entrada con técnicas
de presentación e integración grupal, donde también se trabajen las expectativas y
temores; así como un momento de cierre en el que se evalúe lo aprendido y cada
cual pueda definir compromisos para realizar en su vida cotidiana respecto a lo
que le ha motivado el taller.
      En suma, la o el facilitador puede armar sus talleres como mejor lo
disponga, la función de los cuadernos es brindarle elementos para desarrollar su
trabajo según sus necesidades.




                                       15
Metodología y Ética


                              Emma María Reyes Rosas


                                                       “Cada generación abre las alas
                                                       donde las ha cerrado la anterior
                                            para volar más lejos, siempre más lejos.”
                                                                        José Ingenieros.


                                    A QUIEN FACILITA


En el siguiente texto encontrarás algunos aspectos y principios básicos a
considerar en tu trabajo de facilitación sobre la metodología participativa utilizada
en los “Cuadernos de Reflexión-Acción: recursos para una vida democrática
en las familias”, y algunas reflexiones sobre la ética en todo el proceso. Es
importante que te tomes unos momentos para reflexionar cómo este trabajo nos
atañe de manera personal y profesional. Recuerda que, si bien no hay recetas, sí
hay puntos de partida que nos permiten visualizar a corto, mediano y largo plazo la
diversificación de posibilidades que acompañan los procesos en el nivel personal,
familiar, comunitario e institucional para que la democratización familiar sea cada
vez más posible.


                   ¿QUÉ ENTENDEMOS POR UNA METODOLOGÍA PARTICIPATIVA?


En la introducción de los cuadernos se menciona que requerimos metodologías
para elaborar de manera colectiva las trabas que tenemos para imaginar nuevas
salidas a nuestros conflictos, salidas que implican rebasar barreras emocionales y
culturales. Para esto es fundamental desarrollar habilidades que nos permitan el
acercamiento y confianza entre las personas integrantes de los grupos y poner en
práctica todos nuestros sentidos.




                                          16
La metodología que se propone es participativa, está diseñada de manera
que lo vivencial y lo teórico–metodológico se entretejan para enriquecer la
experiencia del proceso educativo. Se trabajará a partir de nuestras propias
experiencias para posteriormente retroalimentar con lo teórico e ir integrando la
mirada, el pensar y sentir de las mujeres y hombres con quienes trabajamos.
Finalmente, cierra con una reflexión sobre la forma en que se puede adaptar y
aplicar en los contextos concretos y recuperar los aprendizajes colectivos.
      Esta metodología tiene su origen en la educación popular (De Keijzer,
2000), en la educación de adultos que se ha enriquecido con la perspectiva de
género dando lugar a la pedagogía de género. Se parte de la premisa de que toda
la gente tiene experiencias y conocimientos que puede comunicar. Es sobre esta
experiencia que se construye el conocimiento nuevo.




Las características de esta pedagogía son:
1. Es horizontal: de sujeto a sujeto, es decir, de persona a persona. Esto hace
   que la enseñanza y el aprendizaje sean de ambas direcciones (bidireccional)
   constituyendo así un “enseñaje”. Quien impulsa el proceso se convierte
   entonces en facilitadora o facilitador del mismo. En nuestro caso, esto vale
   también para todos los niveles de relación que se mantienen con las personas
   más allá de las sesiones educativas.


2. Se centra en aprender a aprender más que en simple transmisión de
   conocimientos. La incorporación de ésta y otras habilidades tiene una relación
   directa con el empoderamiento y la democratización del conocimiento.


3. Este aprendizaje debe ser significativo: relacionado con la cotidianidad y los
   intereses de las personas. Un aprendizaje que sea cargado de emoción tendrá
   siempre mayor impacto.




                                          17
4. Parte de y toma en cuenta la experiencia y la cultura local. Esto hace que
   sea integradora de los conocimientos populares y los que nosotros podemos
   aportar. Este proceso no es visto sólo como individual sino que es colectivo.
   En el trabajo de facilitación hay que saber partir del nivel en que se encuentra
   el educando y establecer cuál es el del educador, se trata de un nivel cultural,
   político e ideológico.


5. Es participativa: tanto la experiencia y el saber nuestro como el de las
   personas con las que trabajamos es importante. No se basa en grados
   académicos ni en calificaciones y se desarrolla en espacios diversos (extra
   escolares) que rebasan el aula tradicional. Este elemento participativo a veces
   choca con la propia dinámica institucional que puede no ser tan participativa o
   democrática en su interior y en su relación con la población.


6. Busca que estos contenidos sean apropiados y apropiables. Es por eso que
   se basa mucho en la práctica, en el aprender haciendo. Ello incluye a la
   metodología, que debe ser sencilla para que también pueda transmitirse a
   otras personas.


El instrumento más importante en la educación popular es el diálogo, la
comunicación horizontal. Esto no es un descubrimiento reciente en la
educación. Al contrario, ya Sócrates decía que la educación es el arte de parir
ideas dialogando inteligentemente.


Es importante diferenciar dos conceptos básicos:
   a) La metodología se refiere al proceso educativo global o camino general
      que utilizamos para construir conocimientos en forma colectiva.
   b) Las técnicas educativas son nuestras herramientas para lograr los
      objetivos específicos en ese proceso o camino.




                                        18
Esta diferenciación es importante porque hay gente que puede utilizar técnicas
más o menos participativas en un proceso que termina imponiendo o manipulando
a las mujeres y hombres con quienes trabajamos.


En la metodología participativa hay tres pasos:
    1. Partir de la experiencia, la práctica de las personas.
    2. Reflexionar y teorizar sobre ella.
    3. Volver a una práctica enriquecida.


La educación, en su sentido más amplio, es un proceso permanente que involucra
a todos los seres humanos. El hecho de ser humano implica que estamos
aprendiendo todo el tiempo: en nuestros hogares, en nuestro trabajo, en nuestras
interacciones con otros; así como en la primaria, la universidad, etcétera.2
       Citando a Paulo Freire (2000): El proceso de conocimiento, se construye
cotidianamente. Enseñar es parte del proceso mayor de conocer. Enseñar implica
necesariamente aprender. La educación o la práctica educativa es siempre una
teoría del conocimiento puesta en práctica. La mejor manera de acercarse es
distanciarse desde la teoría del conocer.
       En este sentido, el educador necesita del educando y viceversa, ambos se
educan, las tareas son específicas. La cuestión es saber cómo se dan estas
relaciones dentro de una práctica democrática; esto depende de ciertas cualidades
que el profesor tiene que crear, como por ejemplo: no tener vergüenza de no
saber, de no conocer alguna cosa que el educando pregunta, sino de aprender
conjuntamente. Esto requiere tener la cualidad de la humildad.
       Educar es como crear, porque ayudamos a hacerse mujer u hombre a otro
ser humano y la huella que imprimimos permanece en el otro por siempre. Educar
implica el compromiso de educar en la conciencia.
       La pedagogía de género es un proceso educativo concreto que incide en
modificar profundamente nuestras identidades, nuestras vidas y enriquece

2
   Campaña “Banco Mundial en la Mira de las Mujeres” en el Seminario tripartita: Definición de
lineamientos metodológicos básicos para la aplicación del enfoque de género en las políticas
públicas, septiembre 1999.


                                             19
nuestros “saberes”. En cualquier proceso pedagógico el núcleo del asunto es el
saber, es decir, hay un proceso educativo y hay un saber que se genera o se
sintetiza y luego se transmite, recibe y elabora cuando se da un proceso
pedagógico para la apropiación.
      Es importante que todo proceso de capacitación tenga la intencionalidad de
cambio, estableciendo como meta los objetivos propuestos para la capacitación.
En una capacitación en género, esta intencionalidad pretende contrarrestar las
desigualdades e inequidades entre mujeres y hombres. No sólo busca propiciar un
cambio intelectual, sino incluso comprometer transformaciones personales
profundas en la gente capacitada. No basta con cambiar las funciones femeninas
y masculinas, es preciso incidir sobre la manera en cómo se establece la dinámica
en el ejercicio del poder. Y cuándo hablamos de poder nos referimos al poder
positivo para actuar sin afectarnos negativamente ni a nosotros ni a las personas
que nos rodean.
      En una pedagogía de género el respeto a las personas en la formación de
sus capacidades tiene que ver con la posibilidad de utilizar la evaluación como un
estímulo y no como un castigo. La evaluación es el reconocimiento de las
capacidades propias, las de otras y otros y la búsqueda de su utilización para los
objetivos que se persiguen (Reyes, 1999).


                              ¿POR QUÉ ES VIVENCIAL?


Lo vivencial nos toca a todas y a todos. Todas y todos venimos de diferentes
vivencias familiares y –sin hablar de familias buenas o malas, ya que hay matices
y no todo es blanco o negro– no hay familias sin problemas. Por eso, la
capacitación   puede   tocarnos,   cuestionarnos,   revivir   recuerdos   o   incluso
situaciones actuales. Así es que les sugerimos estar en contacto consigo mismas /
os para identificar qué nos mueve y qué les pasa a las personas con las que
trabajamos. Identificar qué nos sucede nos da la posibilidad de apoyar mejor al
grupo con quienes estamos facilitando. Recordemos que los problemas y /o los
conflictos nos pueden ayudar a buscar nuevas posibilidades y a transformar estas



                                        20
situaciones en experiencias de aprendizaje. Este es un trabajo educativo más que
terapéutico, aunque pretende llevar al cambio.
      El proceso de formación y capacitación con perspectiva de género es un
proceso continuo y sistemático. No se puede hablar sólo de lo que le pasa a las
otras personas, ya que también nosotras y nosotros somos sujetos de cambio y
parte activa en los procesos de transformación.
      Revolucionar el mundo de los significados entraña asumir la coautoría y
reconocer la dimensión política del proceso educativo. Como capacitadores y
facilitadores, transformar la realidad nos conduce a reflexionar sobre las
consecuencias e impactos del tipo de educación que queremos impulsar, y a re-
pensar qué significa tener poder, influir en la sociedad en la que vivimos e incidir
en una educación para la vida.
      En este sentido, la dinámica de grupo nos proporciona una magnifica
oportunidad para incorporar y manejar instrumentos de indagación, para
problematizar, sistematizar, romper estereotipos, trastocar pautas de conducta,
visualizar y conceptualizar la totalidad del proceso. Nos ofrece la posibilidad de
arriesgarnos, de aprender a actuar, pensar y fantasear con libertad; nos permite
aprender a observar y a escuchar, a relacionar nuestras propias opiniones con las
ajenas, a admitir que otras personas piensan diferente.


                       LA FUNCIÓN DE LAS PERSONAS FACILITADORAS


Desde una pedagogía de género, la facilitación no es neutral. Nos lleva a:
      Diseñar procesos, a encauzarlos a través de la reflexión, el análisis y la
      síntesis de acuerdo con los objetivos.
      Propiciar y potenciar habilidades que aumenten la expansión de la
      conciencia
      Afinar la capacidad de preguntar y cuestionar.
      Incidir en la toma de decisiones en todos los ámbitos de nuestra vida.




                                         21
Parafraseando a Freire: una de las tareas del educador –de las personas
facilitadoras– es rehacer el mundo de relaciones en el que coexistimos mujeres y
hombres para así realmente vivir en una sociedad equitativa. En este sentido, la
persona facilitadora es también un artista que: “rehace el mundo, redibuja el
mundo, repinta el mundo, recanta el mundo, redanza el mundo”.


Ética


Hablar de ética nos lleva a mencionar la importancia de respetar los procesos de
las mujeres y los hombres con quienes trabajamos. Para ello es necesario
diferenciar entre nuestras posturas, creencias y maneras de ver el mundo, y las
que poseen las personas con quienes estamos trabajando en los talleres. Si bien
en un taller no se resuelve todo, sí contribuimos a generar procesos que van más
allá del taller mismo. Contribuimos a generar chispas de luz, de “saberes” para
potenciar recursos personales, habilidades que apoyen a las personas a buscar
sus propios caminos.
        ¿Quiénes somos para decirle desde afuera a alguien qué es lo que tiene
que hacer? A veces, hay la tendencia a decirle a los demás: ”y por qué te dejas”,
“por qué eres tan tonta”; o “es mejor que le perdones y vuelvas a la casa,
perdónale”; “es mejor que no lo dejes hacer eso”; “es mejor que hagas…”; “eso no
vale”; “eso sí es lo que vale”; y así podríamos seguir mencionando otros ejemplos.
Lo importante es generar la reflexión para que las personas se den cuenta de
otras opciones e incorporen nuevos conocimientos y “saberes”.
        Recuerda que estamos contribuyendo a generar procesos, por lo que hay
que evitar lo siguiente: empujar, enjuiciar, criticar, etiquetar, imponer, querer dirigir
la vida de otras personas.
        La facilitación implica crear un espacio de aprendizaje colectivo. Facilitar
significa, básicamente, posibilitar la reflexión, el intercambio, la “problematización”,
la discusión, la reelaboración de lo aprendido y de lo vivido. Implica motivar para la
construcción de nuevos significados; reconocer la diversidad dentro de los
diferentes contextos.



                                           22
EL PROCESO DE CAPACITACIÓN (Reyes, 1999)


Recuerda incluir una sesión introductoria con los siguientes puntos:
1. La presentación de las personas participantes.
2. Las expectativas y temores: “Lo mejor y lo peor” de trabajar el tema de la
   democratización de las familias.
3. Establecer colectivamente las “reglas de oro”; es decir, los acuerdos grupales
   para que pase lo mejor y no lo peor en el trabajo que se va a comenzar. Por
   ejemplo:
          a. Cada cual responde y se compromete por lo que piensa, siente y
              actúa.
          b. Cada cual es libre de compartir lo que quiera compartir.
          c. Hablar en primera persona.
          d. Actitud de escucha.
          e. La honestidad.
          f. El respeto.
          g. La comprensión y empatía (ponerse en los zapatos de la otra
              persona, mas no querer caminar por ella).
          h. No etiquetar ni enjuiciar a nadie.
          i. Las vivencias personales se quedan en el taller (secreto).
          j. Es importante aclarar dudas, temores y construir colectivamente.
4. Realizar encuadre metodológico y presentación del programa.




                                         23
Guía de el o la facilitadora

                                      Presentación


Este cuaderno está destinado a las y los agentes de gobierno ejecutores de
políticas públicas así como a promotoras y promotores que trabajan en
instituciones que llevan a cabo programas sociales que incluyen familias.
       Nos proponemos con estos textos y actividades apoyarlos en su labor,
destacando el objetivo de facilitar relaciones de equidad y democráticas entre sus
miembros. Sabemos que la práctica de relaciones democráticas en las familias y
otras instituciones promueve la dignidad y la conciencia apreciativa3 de las
personas. Esto les permite legitimar y exigir el efectivo cumplimiento de sus
derechos, el cuidado de sí mismos y la no-tolerancia a ningún tipo de conductas
abusivas.
       Las familias son entonces laboratorios sociales que pueden promover y
asegurar aprendizajes que conduzcan a organizaciones cada vez más
democráticas.
       Hemos concebido este cuaderno como una guía para que las y los agentes
de políticas públicas y los promotores reflexionen y flexibilicen sus propias ideas
acerca de Las Familias, para lo cual planteamos temas claves y metodologías
variadas que ayuden a esta reflexión. No pretendemos imponer nuestra visión de
Las Familias; queremos trabajar y debatir estas concepciones en conjunto.



                                 ¿Por qué es importante para las y
                                 los agentes de programas
                                 sociales conversa e intercambiar
                                 ideas acerca de La Familia?




3
  La posibilidad de tomar en cuenta a las personas considerando sus capacidades y recursos, en
lugar de poner el acento en juicios negativos acerca de ellas.


                                             24
Las familias constituyen formas de organización social con mucha tradición
en nuestras comunidades; son núcleos socializadores básicos en la formación de
seres humanos; escenarios donde se construyen legados, mitos, creencias,
valores, pautas, códigos y estilos de relación (Díaz Mújica y otros, 2002). Son
también    instituciones    cuya    función     es   coordinar    cotidianamente   los
comportamientos de sus miembros, con la finalidad de asegurar su bienestar y de
producir, reproducir, transmitir y conservar la cultura familiar y social.
       La vida y el desarrollo de todos los miembros de una familia dependen del
éxito de actividades asociativas en las cuales las relaciones de alianza y las
acciones positivas necesitan prevalecer por sobre las rivalidades y los
malentendidos. (Por actividades asociativas entendemos formas en que las
personas nos comunicamos y acciones que los miembros de una familia tienen
que poder compaginar a fin de colaborar, cooperar y contribuir a sumar recursos
en favor de una mejor calidad de vida para todas y todos.)
       En las familias se producen intercambios verbales y no verbales que van
confirmando las identidades de sus miembros, la identidad familiar y los códigos
que expresan el mundo extra familiar. A su vez, una serie de mensajes sociales
sirve de referencia a los miembros de una familia, funcionando como guías y
modelos de comportamiento acerca de los papeles de cada miembro, sus
conductas y las formas de relacionarse, o al menos lo que se espera de ellos.
Estos mensajes sociales no siempre respetan los derechos de todos,
especialmente los de las mujeres, niñas /os y ancianas /os, quienes en nuestras
comunidades siguen siendo los miembros más vulnerables de las familias.
       En la sociedad, en sus instituciones y también en las familias persisten
lamentablemente patrones de relación de abuso. Cuando esto ocurre se sostienen
rasgos autoritarios, que sirven de base a comportamientos violentos de parte de
quienes tienen más poder. Son esos aspectos autoritarios de las relaciones los
que necesitamos modificar si queremos modalidades cada vez más democráticas
de funcionamiento familiar y social.
       Uno de nuestros objetivos es entonces reflexionar, revisar y construir
conjuntamente, en toda su complejidad, concepciones sobre “La Familia” que la



                                           25
presentan como una aparente unidad simple, como si fuera un fenómeno de la
naturaleza y como si las familias no hubieran cambiado a lo largo de la historia o a
lo largo de los siglos.
          En especial, nos interesa pensar en las imágenes ideales de familia que
todos tenemos y compararlas con las familias que existen en la realidad. Para
empezar, poder hablar de familias y no de “Familia”. Creemos que si podemos
pensar en las familias como asociaciones complejas y diversas que construimos
socialmente, nos vamos a permitir la libertad de explorar y modificar, cuando sea
necesario, los vínculos que se establecen en ellas.
          Las familias no están separadas de los movimientos de la historia. Vemos
que tanto México como la mayoría de los países latinoamericanos, han pasado
por gobiernos autoritarios que dejaron su marca en formas de comportamientos y
prácticas sociales autoritarias. En ellas, el poder se ejerce desde una jerarquía
fundamentada en esencias, representadas por el hombre blanco, poseedor de
bienes y recursos sociales, simbólicos y políticos. Actualmente, estamos en
camino hacia procesos sociales más democráticos, transitando desde una cultura
de imposición a una cultura de reconocimiento de las personas como sujetos de
derechos. Esto incrementa cada vez más la posibilidad de plantear argumentos
divergentes, buscar en conjunto alternativas que contemplen intereses de
diferentes integrantes de un grupo social, negociar, participar, etc. Según los
distintos estados y países, estas nuevas formas de convivencias se materializan
en propuestas que están en fases diferentes, las que se expresan en
modificaciones del Derecho Jurídico (especialmente en cuanto al Derecho de
Familia) y en decisiones que se toman en cuanto a políticas públicas4.
          Al estar en permanente transición, es probable que encontremos ambas
vertientes –autoritaria y democrática– coexistiendo en las instituciones y en las
diferentes organizaciones familiares. Por esta razón creemos que es tan
importante que promotoras y promotores de programas sociales se entrenen para
estar alertas y así no reproducir con las familias mensajes que refuerzan los
autoritarismos y las discriminaciones en general, así como también para

4
    Inspirado en Grosman, 1994.


                                         26
convalidar mensajes y acciones que promuevan relaciones equitativas, respeto
por la diversidad, la solidaridad, etc. En este camino de entrenamiento decidimos
acompañarlos y aportarles nuestras experiencias e inquietudes.
       Como ya lo hemos expresado, nos proponemos con este programa de
trabajo promover y sostener una cultura familiar que contribuya a generar formas
cada vez más democráticas de organización social. Además de los hombres
adultos, nos interesa que también las mujeres adultas, las y los jóvenes, niñas y
niños, ancianas y ancianos participen en la construcción de una nueva forma de
ciudadanía y estén cada vez más presentes en las decisiones políticas (Baruby,
1999), algo que es posible si también ejercitan sus derechos en la vida familiar.
       En el primer capítulo de este cuaderno vamos a comenzar por revisar
concepciones “naturalizadas” de La Familia, incorporando a su análisis los
contextos de la historia y de las diversidades culturales.
       En el segundo capítulo hemos querido transmitirles algunas de las formas
en que aparecen los rasgos más autoritarios y los más democráticos en la
organización de las familias, sus valores, recursos y problemas más frecuentes.
       En el tercer capítulo, nos abocamos al tema de cómo mejorar las
comunicaciones para la democratización familiar. Estimamos que las formas
democráticas5 de comunicarse son uno de los pilares en los que se apoya este
Programa. Si bien este espacio va a ser demasiado breve para desplegar toda la
gama de posibilidades que brinda este enfoque comunicacional,6 vamos a tratar
de enriquecer las experiencias ampliando las alternativas que surgen de los
recursos que aporta este enfoque.
       Y por último, en el capítulo cuarto, decidimos profundizar en una de las
formas de las organizaciones familiares: La pareja. Queremos reflexionar acerca
de este tema, ya que, en las diferentes culturas, La Pareja aparece como piedra
fundamental en la constitución de las relaciones familiares. Lo interesante de
trabajar sobre este tema, La Pareja, ha sido justamente que las diferencias y los

5
  Con respeto por cada persona y sus derechos, con inclusión de alternativas, con buen trato, en
equidad aun en las diferencias.
6
  Véase Bateson,1976; Maturana, 1990; Watslawick, Beavin y Jackson, 1971.




                                              27
acuerdos entre sus miembros evidencian la dimensión tan importante que tiene la
comunicación entre ellos, como un reconocimiento al valor de las pláticas, dadas
las consecuencias que generan en las organizaciones familiares. Así, preferimos
abocarnos a La Pareja después de haber desarrollado ideas y actividades
relativas a las modalidades conversacionales y a los factores que facilitan y
obstaculizan la comunicación familiar.




                                         28
Ⅰ . DIVERSAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN FAMILIAR


La reflexión sobre este tema tiene como objetivos:
   •   Ayudarnos a registrar la variedad de familias que coexisten
   •   Ayudarnos a cuestionar las imágenes que casi automáticamente nos
       formamos acerca de “la familia”, que empobrecen nuestras miradas sobre
       nuestras familias y las de los demás
   •   Reflexionar sobre la supuesta existencia de modelos ideales de familias
       (¿ideales para quién?), de parejas, de mujeres, de hombres, de niñas y
       niños, de adolescentes y jóvenes




                                 CONCEPTOS GENERALES


Aunque la mayoría de nosotras y nosotros ha nacido y crecido en el seno de una
familia, y, tal vez, ha constituido ya alguna (lo que quiere decir que seguramente
tenemos algún “saber” sobre el tema), las familias no son un producto natural.
Tampoco son un organismo viviente, si bien la metáfora puede ser interesante.
Son    entidades   construidas    socialmente,   que    asumen       configuraciones,
organizaciones y objetivos cambiantes a lo largo de la historia humana y que se
muestran diferentes en la actualidad según las distintas culturas. Resultan un
dispositivo social muy eficaz para que se desarrollen las criaturas humanas, para
que experimentemos intensos afectos y emociones de pertenencia, confirmación,
acompañamiento, confort, acogimiento, bienestar, estímulo, sentido de la propia
existencia, y para aprendizajes de modos de convivencia social y de proyección
individual.
       En general, tendemos a considerar a un único “tipo” de familia como patrón
familiar, y a que se nos deslice la noción de que existe una supuesta familia ideal.



                                          29
Esto tiene varios efectos que nos perjudican en la búsqueda de relaciones más
democráticas: comparadas con ese tipo ideal, las familias reales, en su diversidad
y multiplicidad, pasan a ser poco menos que familias desviadas, anormales o
desintegradas, lo cual genera emociones negativas en sus miembros (de estar en
falta, de estar fallados, fracasados).
       Desde esa perspectiva del supuesto “ideal” es probable que frente a la
realidad de cada una de las familias nos pongamos en el lugar de observadores
críticos, como jueces, en vez de intentar colaborar con ellas. ¿Qué sería colaborar
con ellas? Por ejemplo, si las familias piden ayuda para que sus niños participen
en programas de cuidado en horarios diferentes a los escolares, es necesario
aceptar que si existen problemas para organizar el cuidado de los niños entre los
miembros de la familia es porque los problemas son parte de la vida familiar, y no
porque los miembros de esa familia sean poco capaces o “malos” padres.
       Por todas esas razones, necesitamos cuestionar esos supuestos ideales y
tomar conciencia de la multiplicidad y diversidad de formas de convivencia y de
arreglos familiares existentes y posibles, lo que nos va a permitir mejores
gestiones y negociaciones, en planos de mayor equidad.


Actividad: De las familias “ideales” a las familias “reales”
Objetivo: Hacer visible cómo describen la o las familias las afirmaciones que
circulan en las diferentes instituciones sociales y qué incidencia tienen en nuestras
propias ideas y juicios sobre las concepciones familiares.
Tiempo: 1 hora 15 minutos.
Desarrollo:
1. Divididos los participantes en cuatro grupos, les pedimos que describan en una
   cartulina ¿Cómo se habla de la familia en:
   La escuela
   Los medios de comunicación
   Los discursos políticos
   Los discursos religiosos




                                          30
2. Cada grupo podrá apelar a las fuentes de información que recuerde en ese
   momento, por ejemplo: las ilustraciones de la familia en los libros de textos; un
   programa de radio dirigido al público adolescente; las declaraciones de
   políticos y políticas respecto a un tema específico relacionado con la familia;
   propagandas en los medios; o bien las clases de catequesis a las que acudían
   sus hijos o sobrinos.
3. Una vez concluidas las descripciones, se compartirán con el grupo en Plenaria.
4. Para reflexionar, y como disparador para el debate, se proponen las preguntas
   siguientes:
   ¿Estas familias (las descritas por los grupos) les parecen parecidas a las que
   ustedes conocen?
   ¿O piensan que son más ideales que reales?
   ¿Qué está ocurriendo en la actualidad en las familias reales?
   ¿Qué deseamos que ocurra para mejorar las condiciones de vida de sus
   miembros?
   ¿Cuáles ideas acerca de las familias creen que están presentes en esas
   afirmaciones?
5. Por último, y después del acalorado debate que nos imaginamos se habrá
   generado, les pedimos que cada cual recuerde las características de sus
   familias de origen, las familias de sus compañeras y compañeros de trabajo,
   cómo viven los vecinos de comunidades próximas y distantes, etc., dejando
   que aparezcan todas las imágenes de escenas posibles; y que luego
   reflexionen cuidadosamente sobre las preguntas siguientes:
   ¿Qué sucede con quienes estarían “desviados de la norma” de esa familia
   descrita como ideal?
   ¿Cómo hacemos valer nuestros derechos si nos consideramos “en falta” por
   no responder a los ideales?




                                        31
6. Los integrantes del grupo pueden, si lo desean, compartir con la compañera o
      compañero más próximo cómo se sintieron después esta reflexión; ya para
      finalizar, se invita a las y los integrantes a recuperar en conjunto las reflexiones
      que hicimos.


                                       DIFERENCIAS HISTÓRICAS


                               ¿Podemos imaginar cómo se originó “la familia”?


Muchos        científicos    (historiadores,    antropólogos         y   sociólogos)   estudiaron
documentos que dan idea de cómo surgieron las familias y en función de las
necesidades humanas.7
          Para algunos, los principales factores que influyeron en las formas que
fueron tomando las organizaciones familiares fueron:
              •   La conciencia de necesidad de cuidados intensivos a los miembros
                  pequeños de la especie, que de lo contrario no sobrevivían
              •   La importancia de la sexualidad ligada a la reproducción, y el control
                  de la sexualidad de las mujeres y sus capacidades reproductivas
              •   Los tabúes para las relaciones incestuosas, es decir, la prohibición
                  de relaciones sexuales entre personas de la misma sangre


          Es posible imaginar lo que algunos autores plantean, es decir, que existió
un grupo primitivo sin forma –llamado horda– (Levy-Strauss, 1968) que se
transformó en una sociedad en la cual los varones intercambiaron mujeres (como
si fueran regalos) entre ellos en pactos de no-agresión (Gayle, 1975). Según
sostienen ciertos autores, las mujeres fueron consideradas entonces objetos de
intercambio y no sujetos con sus propios deseos y proyectos. También afirman
que se necesitaban formas de control para establecer y mantener ese orden en
que los varones eran los únicos sujetos, y, entonces se instituyeron algunos
tabúes (incesto, homosexualidad) que se consideraron pilares en la construcción
7
    Véase Schmukler, Di Marco y Faur, en prensa; y Chartier, 1992.


                                                 32
de la familia. Podemos pensar que las convivencias y las organizaciones sociales
en general necesitan de un orden que intenta establecer una simplificación a partir
de un conjunto de relaciones complejas.
      Dice un autor, Le Roy Ladurie, que las familias en la Edad Media eran
patriarcales. El patriarcado ha sido y es un orden en el que el hombre, lo
masculino, se erige como una jerarquía superior, en la línea de un ser Superior –
Rey – Hombre. A su vez, sabemos que ese orden no ha podido instalarse
totalmente, sino que ha estado atravesado por múltiples formas alternativas
(muchas veces consideradas transgresiones o conductas indeseables), como por
ejemplo, algunas formas de poder ejercido por las mujeres en su relación con los
hijos, o intercambios de información entre mujeres y entre sirvientes, considerados
como “chismes”, pueden considerarse alternativas al poder patriarcal.
      La familia patriarcal, emblema de inequidad, se constituyó bajo la
conducción de un “amo” para el cual los subordinados (mujer, hijas e hijos, otros
parientes, sirvientes y animales) debían producir bienes (objetos y personas) a
cambio de seguridad y protección frente a las amenazas externas (mundo público
al que sólo el “amo” tiene acceso).
      Con la modernidad, ocurre el afianzamiento de la producción industrial y la
transformación de la familia extensa (parientes como primos, tíos y abuelos todos
conviviendo) en una familia “conyugal”, con un hombre proveedor y una mujer que
se hace cargo del cuidado y de las tareas domesticas. Muchas mujeres sienten
que ese lugar social, trabajar en el hogar, es el mejor para ellas, a pesar de que a
veces se sientan encerradas o asfixiadas.
      Recordemos que, puesto que en el orden patriarcal las mujeres eran vistas
como potencialmente peligrosas porque podían llegar a cuestionar ese orden
desigual, se necesitaba asegurar el control de un hombre sobre su persona, como
lo establecían muchas leyes y muchas costumbres que permanecen aún
inadvertidas entre nosotras y nosotros. Ejemplo de lo anterior es que en muchos
países en los que no se usa el apellido materno, se desconoce la línea
genealógica de las mujeres antepasadas; las familias no son consideradas como
tales si falta el padre; las mujeres han llegado mucho más tarde a ejercer su



                                          33
derecho a votar sus representantes, y a participar de los niveles más altos de la
educación. A continuación se mencionan algunas preguntas útiles para
reflexionar:
       ¿Qué costumbres creen que caracterizan a una sociedad patriarcal?
       ¿Qué costumbres patriarcales persisten en nuestras sociedades?
       ¿Cómo las ves?
       ¿Qué cambiarías de ellas?
       ¿Qué deseamos y necesitamos que ocurra para mejorar las condiciones de
       vida de los miembros de las familias?
       ¿Queremos un modelo de familia?
       ¿Cómo están cambiando las familias?


                     DIVERSAS ORGANIZACIONES FAMILIARES ACTUALES


Como hemos visto en el breve recorrido histórico y apelando a nuestros
conocimientos de la vida diaria, hay muchos grupos sociales que cumplen
funciones familiares, las cuales trascienden la imagen tradicional de una madre,
un padre y dos o más hijos. Todos estos diferentes escenarios de “familias” han
sido influidos en los últimos tiempos por algunos factores que nos gustaría incluir
para reflexionar.
       En México, la mayor parte de los hogares corresponde a familias con hijos
(84.3%). De ellos, sólo la mitad están compuestos por mamá, papá e hijas o hijos,
mientras que todos los demás son hogares extensos con una pareja conyugal
(14.1%), o monoparentales (9.2%), con un papá o una mamá que viven con sus
hijas o hijos. En los hogares extensos es posible encontrar una pareja que viven
con una abuela o abuelo, o con sus padres o madre o padre. Incluso en los
hogares nucleares, las mezclas en la actualidad son grandes. Podemos encontrar
los míos, los tuyos y los nuestros: hijos de una pareja anterior de la mujer, hijos
del hombre que habitan sólo algunos días, o hijos del hombre que habitan siempre
con la nueva pareja, e hijos comunes de la nueva pareja. También consideremos
que los hogares dirigidos por mujeres han aumentado en las últimas décadas, o al



                                         34
menos las estadísticas los están reconociendo porque actualmente se pregunta
quién es el jefe o la jefa cuando se hacen los censos de población.
    Les pedimos que se detengan por un instante en cada uno de los puntos que
describiremos, revisando en su interior si conocen, saben o le han contado de
familias en las que aparezcan algunas de las modificaciones siguientes:
•   Cambios laborales con crisis de desocupación creciente que afecta de manera
    muy especial a los hombres. Históricamente ellos fueron los indiscutidos “Jefes
    del Hogar”, con su autoestima muy ligada al papel de proveedor.
•   Adolescentes y jóvenes más autónomos e independientes.
•   Mujeres que cada vez más trabajan fuera del hogar para ganar dinero.
•   Reconocimiento de voz y voto de las mujeres.
•   Tener relaciones sexuales con parejas ocasionales. Aparición y uso de
    distintos métodos anticonceptivos. Jóvenes que no se preocupan por llegar
    vírgenes al matrimonio.
•   Parejas que deciden no tener hijos.
•   Parejas que deciden tener hijos sin vivir juntos.
•   Parejas que acuerdan vivir juntos sin casarse.
•   Familias monoparentales: mujeres u hombres que crían solas y solos a su
    “descendencia” sin tener una compañera o compañero.
•   Personas que se divorcian o enviudan y deciden convivir en pareja con otra
    persona en condiciones similares, compartiendo la casa y las hijas o hijos de
    ambos, si los tienen. (Todavía no se ha definido un nombre para estas nuevas
    organizaciones;    se   las   llama   familias   “ensambladas”,    “reconstituidas”,
    “binucleares”, etcétera.)
•   Parejas que conviven con padres y hermanos de alguno de los cónyuges, que
    crían a las hijas e hijos asociadamente, estas organizaciones se conocen como
    familias “ampliadas”.
•   En situaciones de fallecimiento de padres y madres (países con regímenes
    dictatoriales, guerras, pandemias como el    SIDA),   muchos hijos han sido criados
    por abuelas y /o abuelos, vecinas y /o vecinos, creando también arreglos y
    configuraciones diversas.


                                           35
•   Nuevas tecnologías reproductivas como la fertilización asistida, la reproducción
    “in vitro” o de probeta, etcétera.
•   Vicisitudes diversas de crianza de hijas e hijos adoptados (adopción legal,
    donaciones, vientres subrogados, abuelos y vecinos que, por diversas
    circunstancias, crían hijas o hijos de otras personas, etcétera).
•   Familias con padres o madres homosexuales.
•   Personas que viven en “comunas” (en general, gente joven que vive en
    viviendas cuyos gastos y organización afrontan en común; conventos u
    órdenes religiosas; bandas de música; instituciones con organización de
    convivencia, como escuelas, internados, etcétera).


    En México, según describe Orlandina De Oliveira (1998), predominan los
arreglos familiares nucleares con jefes varones y uniones legales. Sin embargo,
las familias extensas, aquellas dirigidas por mujeres, y las que se forman mediante
uniones consensuales, representan proporciones nada despreciables que varían
según las regiones, áreas rurales y urbanas, y sectores sociales. En los años
noventa, en contraste con las décadas anteriores, encontramos que las familias
mexicanas son de menor tamaño, las parejas se unen a edades más tardías, la
diferencia de edad entre los cónyuges ha disminuido y las pautas nupciales se
han hecho más complejas.



      Recordemos que, además de las nuevas organizaciones detalladas, si
      pensamos en las distintas razas, etnias, clases sociales y religiones que
      conocemos, incluiríamos aún más complejidades y variedades posibles de
      configuraciones familiares.
                                           ¡Enriquezcámonos de y en la diversidad!




       Además, las familias enfrentan nuevos desafíos con los que lidiar, como la
difusión en el uso de drogas y alcohol; o los temas como la pobreza y la
criminalización de la misma, es decir, familias que dependen para su



                                          36
supervivencia del trabajo legal o delictivo de sus hijas e hijos niños y
adolescentes. Un fenómeno particular y creciente es la idealización cultural –sobre
todo en medios urbanos– de la etapa adolescente, corriente en la que quedan
atrapados incluso los adultos que los imitan y no pueden entonces asumir
funciones de puesta de límites, de educación, etc. A esto se suma el papel de los
medios de comunicación, en especial de la televisión, que se ha colocado en un
lugar familiar central y sus personajes forman parte de pláticas familiares. Si bien
introduce muchos temas y aporta información que actualiza a quienes
permanecen más tiempo adentro de sus casas, también limita la cantidad y
calidad de intercambios entre los miembros de las familias. ¿Estará sustituyendo
los vínculos entre las personas?


      Todos estos diferentes impactos (masivo consumo de drogas y alcohol,
criminalización de la pobreza, idealización de la etapa adolescente, invasión de
los hogares por la televisión) influyen en la vida cotidiana. Es necesario tenerlos
presentes, no para imaginar que las familias se destruyen o se termina la vida en
familia, sino para aceptar que las familias cambian y que, al mismo tiempo,
pueden seguir siendo una red social de sostén y apoyo afectivo y material.


Actividad
Objetivo: Reconocer el impacto que nos ocasionan los escenarios actuales y las
formas en que los abordamos.
Desarrollo:
1. La persona que coordina solicita que cada cual, con su compañera o
   compañero de al lado, comente qué impresión le causó leer el punteo de los
   nuevos escenarios actuales.
2. Luego les pide que traten de platicar acerca de la aceptación social e individual
   de estas diversidades. A continuación se ofrecen algunas preguntas guía para
   facilitar la reflexión:




                                        37
¿Cuánto hay de: discriminación, estigmas, marginación, terrorismo familiar
   (amenazas de destrucción, confusión, enfermedad) si los modelos familiares
   no se ajustan a los tradicionales?
   ¿Por qué creen que esto sucede?
3. Ya en Plenaria, se abre el debate acerca de cuánto hay de discriminación,
   estigmas, amenazas, etc. dentro de las instituciones sociales que trabajan con
   familias.
4. Por último, se pide que cada cual se pregunte qué le gustaría que se
   modificara en la institución en que trabaja. La indicación es que no sean
   humildes, no es momento de serlo, sino que imaginen con todas sus fuerzas
   qué desearían modificar.


A modo de impacto visual, la persona que facilita describe la escena siguiente:
El hombre está mirando el programa de noticias; la mujer, viendo la telenovela,
cada uno con un televisor distinto... muy contentos. Se ve la puerta del baño
abierta y, en él, un bebé que pone y saca un juguete del inodoro. Un globito
encima de ambos adultos dice “¡qué bien la pasamos juntos!”


Preguntas para reflexionar:
      ¿Qué les sugiere esta escena?
      ¿Cuál es el papel que juega el televisor en la realidad de sus familias?


       LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE PAPELES Y FUNCIONES EN LA COTIDIANEIDAD FAMILIAR


Nos interesa reflexionar en conjunto y tomar conciencia acerca de la importancia
de la distribución de tareas entre los miembros de las familias, en especial para
poder alentar a compartir y colaborar en las numerosas tareas y funciones
necesarias para el bienestar de todas y todos. Somos conscientes de la limitación
para las mujeres – madres de su posibilidad de participación comunitaria si están
muy absorbidas por las tareas domésticas.




                                          38
En la actualidad, la distribución de las tareas domésticas y de crianza ha
debido ser renegociada, entre otros factores, a partir de los cambios laborales. Es
frecuente que las mujeres trabajen en horarios más flexibles que los hombres,
ellas tienen sus propios changarros, venden comida que cocinan o ropa que
cosen; o trabajan en la maquila. Todos estos trabajos no tienen seguridad social y
cuentan con escasos o nulos derechos laborales.
      Por otro lado, a los hombres les ha sido muy difícil aceptar “reciclarse” en
otros trabajos que se consideran como femeninos (su autoestima y su identidad se
intrincan con el desempeño laboral). También es difícil para ellos acomodarse a
cumplir funciones en el hogar, para las que en verdad serían muy importantes y
necesarios especialmente cuando la mujer tiene que salir a trabajar.


Estas situaciones nuevas en las familias necesitan apoyo, preparación y
comprensión para que todos entiendan que un hombre no es menos hombre si
cocina, plancha o lava los trastes; ni es menos hombre si no consigue traer a su
casa un salario; que los bebés y niños necesitan ser higienizados y alimentados
y que eso lo pueden hacer personas responsables, sin importar su sexo; que
una mujer no pierde su lugar en su familia porque falte algunas horas de su
casa, a la que sostiene con su trabajo si es ella quien consigue un salario. Se
trata de una ética del cuidado que incluye tanto a mujeres como a hombres.




   Sugerimos pensar en conjunto respuestas a las preguntas siguientes:
             ¿Qué valor tiene el trabajo fuera del hogar para los hombres?
             ¿Qué valor tiene el trabajo fuera del hogar para las mujeres?
             ¿Por qué?
             ¿Qué significados le asignan a eso?
             ¿Hay posibilidades de hacer arreglos satisfactorios para todos?


Actividad 1: “También es cosa de hombres”



                                        39
Objetivo: Tomar conciencia de que las tareas domésticas, necesarias para el
bienestar familiar, no tienen por qué ser desempeñadas por mujeres y que
también son cosas de hombres y de hijas e hijos, aunque aún tenemos algunos
prejuicios en relación con esto.
Materiales: Dibujos, actores dramatizando.
Tiempo: 40 minutos a 1 hora.
Desarrollo:


1. Los participantes se van pasando tarjetas con una historieta en 3 cuadritos,
   para que todos las vean. La historieta es la siguiente:
   a) Un señor lleva a sus hijos a la escuela (un amigo lo mira).
   b) El mismo señor vuelve con bolsas del mandado (otro amigo lo mira).
   c) Los amigos comentan: Pepe nos tiene preocupados. Desde que su mujer
      es cajera en la tienda, él se está volviendo un mandilón.
2. Se pide a algunos participantes que asuman los personajes del tercer dibujo y
   representen la escena.
3. Divididos en pequeños grupos, se solicita que cada grupo examine y re-trabaje
   lo ejercitado a través de estas preguntas guía:
      ¿Que diría Pepe si conociera estos comentarios?
      ¿Cómo platicaría de esto con su mujer?
      ¿Qué desearía él que dijeran los amigos?
      ¿De quién /es podría esperar apoyo?
4. Se comparten en Plenaria los trabajos de los grupos.


Actividad 2: “Cuentos Mágicos al revés”
Objetivo: Revisar y flexibilizar nuestros propios códigos y los códigos culturales
estereotipados con los que interpretamos situaciones y funciones familiares.
Tiempo: 40 a 50 minutos.
Desarrollo:
1. Se les solicita a los participantes que se dividan en dos grupos (o más, según
   la cantidad) y que piensen en los cuentos tradicionales como ”Cenicienta”, “La



                                         40
Bella Durmiente del Bosque”, “Barba Azul”, etc. Una vez que los recordaron, se
   les pide que los escriban “al revés”, pensando por ejemplo que Cenicienta es
   Ceniciento. Cada equipo tendrá que presentar en Plenaria una síntesis
   argumental del cuento elegido.
2. Luego se les pedirá que opinen en función de las preguntas siguientes:
      ¿Cómo habrían sido nuestras vidas si a lo largo de nuestras infancias
      también nos hubieran contado estos cuentos al revés?
      ¿Cuáles creen que hubieran podido ser sus aportes?
3. La o el coordinador de la Actividad trabajará sobre la base de los estereotipos
   que los miembros de los grupos hayan decidido cambiar en los cuentos “al
   revés”, y sobre las iluminaciones que estos cambios podrían haber generado o
   incluso hoy pueden generar.




                                        41
Ⅱ . SISTEMAS DE PODER Y AUTORIDAD FAMILIAR


Queremos acompañarles y que nos acompañen en el camino de aprender en
conjunto cómo se logran maneras más democráticas de funcionar en familia, y
cómo se construyen relaciones cada vez más respetuosas y justas entre personas
de la misma y de diferente generación y género. Creemos que estos caminos
aseguran el cumplimiento de metas cada vez más próximas a establecer
relaciones de equidad y prevenir conductas de abuso entre las personas.
      Tanto en la familia como en otras instituciones sería deseable que
pudiéramos aprender en la infancia a fortalecer nuestra autoestima, a no
discriminar ni descalificar, a conocer y reconocer los derechos que tiene cada
persona, a respetar los sentimientos y el cuerpo propio y ajeno, a facilitar la
comunicación constructiva y la expresión de emociones sin dañar, a resolver
conflictos en forma no violenta, etc. Todo ello son aprendizajes útiles para prevenir
la violencia y otros abusos, y así vivir mejor. Mujeres y varones podrían aprender a
manejar y administrar una casa, a criar y a atender niños, a resolver situaciones
en conjunto, además de desarrollar un oficio o una profesión.
      En estos aprendizajes estarían incluidos el aceptar los conflictos y los
errores, el reconocer que puede haber problemas más o menos graves en las
familias y en las propias conductas, así como las formas de pedir ayuda y de
cambiar aquello que causa perjuicios.


      SISTEMAS DE PODER Y AUTORIDAD FAMILIAR EN LA ORGANIZACIÓN DE LA VIDA DOMÉSTICA


                                           42
Todas y todos necesitamos crecer y aprender a convivir en redes sociales de
apoyo y contención. Las familias son redes de este tipo, organizadas en unidades
de convivencia que producen cultura y bienes, desarrollan personas y
modalidades de relación. La convivencia demanda una organización de la vida de
todos los días, sostenida mediante variadas tareas. Las personas que participan
de la convivencia definen en su organización qué corresponde hacer a cada cual,
cuándo y cómo, en interrelación con su contexto sociocultural. Las modalidades
de participación y de interrelación con se toman estas decisiones dan cuenta del
sistema de autoridad vigente en cada familia.
   En general, las decisiones pueden ser tomadas:
   •   En conjunto, considerados todos los miembros de la familia con derecho a
       opinar. Éstas serían familias más flexibles en las que se debaten y
       distribuyen equitativamente las diferentes funciones que se necesitan
       cumplir.
   •   Definidas desde una sola persona que detenta una autoridad considerada
       “natural”, decisiones que corren el riesgo de volverse rígidas y de limitar las
       alternativas posibles.


   Hemos llamado familias con tendencias más democráticas a las familias en las
que predomina la primera modalidad de toma de decisiones, y familias con
tendencia más autoritaria a aquellas en que predomina la segunda.
   Si bien las democracias constituyen sistemas imperfectos, contradictorios,
frágiles, vulnerables, y con conflictos, vemos también que quienes crecen y
pertenecen a redes sociales de convivencia, que se organizan según principios
democráticos, desarrollan rasgos de autonomía solidarios que respetan las
diferencias y favorecen el reconocimiento del valor de sí mismos y de las otras
personas.



                         FAMILIAS CON RASGOS MÁS AUTORITARIOS



                                         43
Los objetivos del desarrollo de este tema son los siguientes:
   •   Ayudarnos a identificar y cuestionar los principios que favorecen sistemas
       de organización autoritarios en las familias.
   •   Revisar nuestros propios “automatismos” autoritarios, con los que
       podemos, inadvertidamente, reforzar estos rasgos en las familias con las
       que trabajamos o vivimos.
   •   Ayudarnos a alentar y desarrollar los valores y recursos que favorecen las
       tendencias más democráticas, a través de revisar la organización de
       nuestras propias familias, la organización de las instituciones de las que
       formamos parte, y evaluar la consistencia que mantenemos entre nuestras
       conductas y los valores democráticos en cada negociación.


   Compartir una misma representación de la propia familia promueve un sentido
de pertenencia a una colectividad y a una cultura. Lamentablemente, si la
adhesión a esa cultura es impuesta autoritariamente, existirá un riesgo importante
de trastornos de la percepción acerca de uno mismo y de los otros. Cuando las
relaciones sociales y familiares son abusivas, bloquean la creatividad individual,
anulan la capacidad reflexiva e impiden el encuentro y el diálogo con otras
personas. Encontraremos estas mismas relaciones, con sus dramáticas
consecuencias, en las sociedades totalitarias, en los grupos políticos extremistas,
en las sectas y en los movimientos religiosos fundamentalistas e integristas. En
todas estas relaciones sociales autoritarias, las personas son “convencidas” u
obligadas a aceptar las creencias defendidas por las castas dirigentes o los
grupos dominantes, como si fueran “verdades absolutas”.
   Todas las familias son distintas entre sí y todas pueden tener rasgos más
autoritarios o más democráticos. Los temas que vamos a plantear pueden
ayudarnos a no reforzar sin advertirlo aquellas características que podemos
identificar como tendencias más autoritarias. Por lo usual encontramos en ellas las
relaciones siguientes:
      Se ordenan según jerarquías fijas que sus miembros consideran “naturales”
       e invariables.



                                         44
   Manda alguien por ser mayor en edad o por ser el varón frente a las
       mujeres.
      Las personas no son consideradas iguales, aunque se respetan diferencias
       por sexo o edad.
      Quien manda (autoridad unipersonal única), impone sus decisiones a las y
       los demás que deben someterse a ellas, sin que se tomen en cuenta los
       deseos e intereses de los otros.
      Las decisiones tomadas se mantienen sin flexibilizarse, aunque a veces
       produzcan perjuicios.


   Estas modalidades autoritarias se refuerzan en el aislamiento. En cambio,
cuando sus miembros participan en otros grupos sociales, reciben estímulos que
les facilitan y promueven algunas conductas vinculadas con intereses propios que
resisten a los mandatos autoritarios (estudiar, buscar trabajo, aprender oficios que
brinden mayor autonomía, favorecer vínculos y amistades con conductas y
familias diferentes a la propia, explorar otras conductas alternativas, etc.). Pero,
lamentablemente, cuando esos rasgos autoritarios predominan, quien manda (por
lo general se trata del padre) siente amenaza cuando la gente no acepta sus
mandatos o manifiesta intereses o deseos diferentes. Quien manda, cree
entonces que tiene derecho a ejercer violencia sobre quienes se resisten,
violencia que justifica porque considera que su acción es “disciplinadora”.
   Estas configuraciones familiares autoritarias se apoyan en valores o principios
organizativos que les dan sostén. Entre los valores que predominan, encontramos
los siguientes:
      Suponen que quienes son varones son superiores a las mujeres; los
       adultos, superiores a niñas y niños, y ancianas y ancianos.
      Imponen obediencia sin reflexión.
      Reverencian a las personas por su mayor jerarquía, sin examinar si sus
       conductas son dignas de respeto o no.
      Creen y valorizan las certezas y las verdades totales, únicas e ideales.
      Identifican lo nuevo o desconocido como peligroso y desestabilizante.



                                           45
   Buscan la excelencia en el rendimiento, aquello que les permita colocarse
       por encima de las demás personas (valores relacionados con competir y
       ganar).


Características de estas familias:
      Posibilidad de gran cohesión frente a las dificultades. En general se oponen
       a que los problemas sean discutidos o resueltos fuera del ámbito de su
       casa.
      Consideran válidas algunas propuestas como: mito de que siempre alguien
       debe ser El Jefe y eso es lo mejor; mitos acerca de que los varones deben
       estar al mando porque las mujeres son demasiado sensibles, o débiles. Se
       valora mucho la fuerza.
      Con frecuencia, quien lidera es capaz de asumir sobre sí responsabilidades
       que cree que le corresponden y que no es necesario distribuir entre todos,
       lo cual a veces supone cierta comodidad para los demás pero trae el
       perjuicio de que así no se entrenan para crecer y ser personas
       responsables y autónomas.
      Los líderes operan con alto grado de certeza, lo que brinda gran sensación
       de seguridad y mayor sensación de fortaleza.
      Sus miembros casi no experimentan contradicciones ni necesitan emplear
       tiempo en debates, lo que les significa una economía de tiempo en la toma
       de decisiones.


                                     Necesitamos pensar cómo y en
                                     qué medida podemos estar
                                     transmitiendo valores ligados
                                     con rasgos autoritarios en
                                     nuestras familias.



Comentario para reflexionar en conjunto:




                                          46
Una señora se enoja con su hijo de 10 años porque él trajo de la escuela una
clasificación en matemáticas que no es la máxima. Le arranca entonces la hoja de
su cuaderno y le hace hacer todo el trabajo de nuevo.
       Reflexionemos en conjunto acerca de este relato. Entendemos que esta
mamá quiere lo mejor para su hijo, y podría sugerirle estudiar y trabajar más para
tener mejores clasificaciones. De la manera en que lo hace, ella está convirtiendo
una desigualdad de experiencia, fuerza y autoridad en razón para someterlo.
También está transmitiéndole valores de la cultura autoritaria (lo bueno es ser el
mejor, lo bueno es competir y ganar, lo bueno es hacer cosas forzadas y no medir
sus consecuencias ni los sentimientos en juego con tal de ganar; experimentar
placer no es bueno, es bueno sólo lo mejor, lo ideal, etcétera).
       Tenemos que pensar si bien las familias tratan de inculcar a sus hijos
valores de superación, también es preciso entender que esas acciones deben
enmarcarse en gestos solidarios para que no se prestan a reforzar abusos entre
quienes son diferentes. Tratar de superarse y ser mejor no significa apoyar
supuestos acerca de que es mejor ser blanco que moreno, alto que bajo, varón
que mujer, demostrar más fuerza o más poder, y que los supuestamente “mejores”
dominen a los otros.
   Algunas observaciones nos permiten pensar que hay “climas emocionales”
propios de las familias en las que se producen y reproducen patrones autoritarios.
Dichos climas serían los siguientes:
      Tensión permanente.
      Malhumor.
      Conductas rígidas que no contemplan diferencias de edades e intereses.
      Sensaciones que se guardan en secreto.
      Falta de confianza de unos a otros.
      Sensaciones de malestar y de miedo.
      Puede aparecer violencia bajo la forma de gritos y amenazas, miradas
       furiosas y gestos que imponen silencio o transmiten menosprecio.




                                         47
   Muchas veces hay alguien que trata de disminuir o disimular las dificultades
       y tensiones para evitar discusiones, o alguien que parece estar ausente y
       poco comprometido con lo que viven los demás.
      Las críticas y los castigos son más frecuentes y visibles que las
       aprobaciones.
      Se guardan interminables rencores.
      Las personas se ofenden fácilmente, aun de bromas cariñosas.


   Pensamos que se han acostumbrado a vivir así porque no conocen otra forma
o no saben cómo intentarlo.
   Lamentablemente, todas y todos hemos aprendido muchos patrones de los
modelos autoritarios y no nos damos cuenta de que los producimos y
reproducimos automáticamente. (Por ejemplo: enjuiciamos a las otras personas,
nos sentimos muy mal si no somos mejores y no ganamos las competencias,
privilegiamos las críticas a las miradas apreciativas, etcétera.)


                         FAMILIAS CON RASGOS MÁS DEMOCRÁTICOS


Recordemos que no existen familias sin dificultades de algún tipo. Las familias
ideales están sólo en nuestra imaginación y no en la realidad.
   Consideramos familias con rasgos más democráticos a las familias en las
cuales la autoridad se ejerce de una manera flexible, procurando tomar decisiones
que contemplen los intereses y las necesidades de todos, a través de llegar a
acuerdos consensuados en conjunto, o de negociar cuando no hay acuerdos.


Características de estas familias:
      Frente a situaciones difíciles, sus miembros se muestran dispuestos a
       enfrentar los problemas y se comunican entre sí para solucionarlos.
      Cuando se sienten molestos pueden expresar sus enojos sin dañar ni
       dañarse y, por lo tanto, son capaces de continuar las relaciones sin
       provocar rupturas afectivas definitivas.



                                          48
   Se pueden demostrar afecto.
       Pueden tolerarse errores y contradicciones, tanto en las acciones como en
        las decisiones.


En cuanto a los “climas emocionales”:
       Se divierten.
       Les importa disfrutar y compartir momentos de placer.
       Se cruzan bromas inofensivas.
       Se informan novedades.
       Se escuchan con interés y se disculpan si se producen malestares.


    En estas familias,8 todos sus miembros son conscientes de que deben aportar
sus recursos a la convivencia, la crianza, la evolución afectiva, intelectual y
espiritual, etcétera.
       Quienes integran la familia se saben y se sienten aceptadas y aceptados.
       Los rencores y las ofensas no son frecuentes o no duran mucho tiempo.
       Tienen algunos proyectos en común pero nadie está obligado a participar
        en lo que no le interesa, ni debe postergar y dejar siempre de lado sus
        deseos por complacer a los demás.
       Los mayores no imponen las cosas por la fuerza sino explicando las
        razones para cada propuesta.
       Nadie se considera “jefe” de nadie.
       No ocultan lo que puede estar sucediendo en la familia (dificultades
        económicas, pérdida del trabajo, enfermedades, adicciones, etc.) ni
        mantienen en secreto aspectos de sus vidas, conversan estos temas.
       Consideran prioridad aquello que le sucede a la otra o al otro y que todas y
        todos estén bien.


Valores que les dan sostén:

8
  Estas definiciones y descripciones de familia autoritaria y democrática están inspiradas en Corsi-
Ferreira, 1998; y Proyecto Propuestas para una Convivencia Democrática en la Familia, mimeo.
.


                                                49
Reconocen el valor del estímulo positivo, la unión, la cooperación, la equidad de
género y de generación, la disposición a las pláticas, la responsabilidad
compartida, la flexibilidad, el respeto por los derechos de todos, el apoyo, el buen
humor, el buen trato, los contactos sociales con la gente que no es de la familia, la
solidaridad, la paciencia, las diferencias, la tolerancia a los errores –de los que se
aprende– y a los conflictos que se sabe inevitables y que se busca solucionar.


Recursos con los que cuentan las familias:
      Establecen reglas que permiten a cada uno desarrollar su individualidad sin
       perjudicar al conjunto.
      Saben que, aunque no hagan lo esperado, no por ello van a perder el
       afecto de los demás.
      Tratan de que cada circunstancia sea un momento de aprendizaje.
      Cuidan la estima de sí mismos y de los otros.
      Son capaces de tomar decisiones en forma conjunta, atendiendo a los
       intereses y las opiniones de cada uno, buscando compartir equitativamente
       responsabilidades según sus experiencias y capacidades.
      Buscan resolver los problemas y no “tener la razón” o castigar al
       equivocado.
      Reconocen los problemas, los enfrentan con creatividad y no desperdician
       energías en quejas, acusaciones, peleas o reclamos inútiles.
      Aceptan las diferencias y las debaten con interés.
      Tienen paciencia para adaptarse a los distintos tiempos de cada uno, y al
       crecimiento y evolución de todos.
      Nadie se aprovecha de los puntos débiles de otra u otro.
      Todos reconocen sus propias capacidades y también sus limitaciones.
      Cada una y cada uno se respeta a sí misma y a sí mismo, respetan a las
       otras personas y se hacen respetar.
      Negocian y buscan soluciones creativas y no-violentas a los conflictos.
      No se enrolan en fanatismos ni prejuicios extremos.
      Se interesan por lo que pasa en su comunidad y en el mundo.



                                           50
   Pueden esperar y comportarse con serenidad, sin dejarse llevar por
       provocaciones.
      No ocultan sino que expresan y comparten sus problemas.


   Todas estas formas de relacionarse son maravillas ideales que no siempre
podemos tener en cuenta en la vida de todos los días. Las estamos planteando
para que pensemos, sintamos y reflexionemos en conjunto sobre ellas, y sobre
todo para saber que existen estas posibilidades de relacionarse, que no todo es
ganar o perder y que se puede ganar y ganar.
   Con la idea de comprender mejor estas maneras de relacionarse y
organizarse, les comentamos acerca de dos actividades posibles, la primera, más
centrada en las familias, y la otra, en las relaciones familias – instituciones.


Actividad: De la familia más “desastrosa” a la familia más “virtuosa”
Objetivo: Reconocer cuáles son los mensajes propios de las familias más
autoritarias, cuáles los de las más democráticas y cuáles podrían ser las
herramientas de cambio posibles.
Tiempo: 1 hora.
Desarrollo:
1. Se pide al grupo que se divida en dos subgrupos. El subgrupo A tendrá la
   consigna de armar una familia con rasgos más autoritarios, y el B una familia
   con rasgos más democráticos.
2. Se les da la tarea siguiente: Deben afrontar la situación de que las hijas de 15
   años de ambas familias no han concurrido a la escuela y han vuelto a sus
   casas por la noche, varias horas después del horario escolar.
3. Se les pide que imaginen y dramaticen escenas de las pláticas que tendrán
   lugar en el seno de la familia A (más autoritaria) y en la familia B (más
   democrática). Pueden imaginar escenas antes de que las adolescentes
   aparezcan, cuando ellas ya han llegado, con ellas presentes o no.
4. En momentos críticos de las pláticas, se les piden monólogos a los que están
   representando a los miembros de la familia.



                                           51
5. Por último, se discuten en Plenaria ideas acerca de cómo ayudar a crear
   condiciones más democráticas.


      En la medida en que somos las personas quienes les damos formas a las
organizaciones, podemos decir que las instituciones también pueden sostenerse
según tendencias más democráticas o más autoritarias. Pensemos en la lista de
rasgos distintivos y nuevamente en los valores y recursos, y hagamos una relación
entre esas listas y nuestras condiciones institucionales.


Preguntas para reflexionar:
      ¿Se pueden encontrar analogías entre las familias y otras instituciones?
      ¿Cómo sugerirías organizar la institución donde trabajas para hacerla más
      democrática?
      ¿Quiénes sería conveniente que participaran en la “reformulación
      institucional”?
      ¿Por qué?


Actividad: “Familias virtuosas y familias desastrosas” o “ni muy muy, ni tan, tan”
Objetivo: Poner en cuestionamiento la idea de que las modalidades de
organización pueden ser puras o absolutas. Ayudar a pensar acerca de cómo
volverlas cada vez más democráticas.
Material: Cartulinas, plumones.
Desarrollo:
 1. La persona que coordina le solicita a las y los participantes que se dividan en
     3 grupos:
      a) El grupo A estará compuesto por un “equipo de docentes de una
          escuela” que describirán en una cartulina cómo conciben los rasgos de
          familias tanto virtuosas como desastrosas.
      b) El grupo B se pondrá en la piel de los integrantes de un “equipo técnico
          de una Asociación Comunitaria que desarrolla programas de apoyo a
          familias de una escuela” (podrán elegir la modalidad de trabajo que



                                         52
deseen e incorporar las voces de los agentes, profesionales o no, que
            ellos consideren propicios), y desde allí también describirán cómo
            conciben a las familias con mejores y peores características.
      c) El grupo C estará compuesto por un “Equipo de observadores” que en
            los primeros 15’ no hará otra cosa que observar el desarrollo de la
            primera parte de la actividad: cómo conversan los integrantes de los
            grupos, si se ponen de acuerdo o no con los puntos descritos, etc. Los
            otros 15’ los emplearán en darle forma a una escena que se desarrollará
            en una escuela y cuyo principal personaje es una niña “que trae muchos
            problemas” en el aula. Tiempo total: 30’.
 2. Luego, los subgrupos compartirán con el resto de los participantes las
     descripciones que han realizado sobre las “familias democráticas o virtuosas”
     y las “familias autoritarias o desastrosas”.
 3. Una vez enumeradas, las y los coordinadores promoverán, en Plenaria,
     comentarios acerca de estas categorías. Tiempo: 30’
 4. A continuación, los que estuvieron como observadores plantearán la
     situación problemática y solicitarán a otros compañeros que la dramaticen.
     Tendrán que tener en cuenta que la escena se lleva a cabo en la escuela
     donde trabajan los “docentes” que formaron parte del grupo A. Tiempo: 30 a
     40’.


Preguntas para tener en cuenta a la hora de coordinar la actividad:
      ¿Cómo actuarían docentes y familiares para resolver ese conflicto?
      ¿Qué cosas se dirían?
      ¿Cuáles serían las concepciones de familias y de funciones que
      predominan en cada uno de los personajes de la escena?
      ¿Piensan que una ayuda apelando a las redes comunitarias podría ser
      beneficiosa? ¿Se les ocurrió recurrir a los miembros del equipo técnico de
      la ONG representada por el grupo B? Etcétera.




                                          53
Es probable que el grupo de observadores reconozca cómo se juegan los
“opuestos” entre las características de las familias “virtuosas” y las familias
“desastrosas”. Como a esta altura sabemos que todos tenemos “virtudes y
defectos”, el grupo tratará de cuestionar las afirmaciones tajantes con comentarios
tales como:
      ¿Siempre es un problema esta niña?
      ¿Hay lugares o personas con las que se comporta de manera diferente?
      ¿Cómo podrían platicar los docentes, los familiares y los equipos técnicos
      para reconocerse todos como seres humanos, con “cosas buenas y otras
      no tanto”, y coordinar acciones de colaboración y apoyo que ayuden a la
      niña?
 5. Para finalizar, ya en Plenaria, se tratará de recuperar entre todos las
     imágenes “automáticas” que se han deslizado en las descripciones de las
     familias: los estereotipos de género (si es que los hubiera), las relaciones con
     posiciones de mayor poder de unos y otros, para entender que no existen
     ideales “democráticos” o “autoritarios” puros sino más bien que ambos
     rasgos coexisten, que todos los tenemos, que es deseable que los primeros
     predominen sobre los segundos, y que es muy importante cómo y de qué
     manera nos comunicamos.




                                         54
Ⅲ . COMUNICACIÓN FAMILIAR: ENTRENAMIENTOS EN
               PLÁTICAS PARA LA DEMOCRATIZACIÓN DE LAS FAMILIAS


                CONSIDERACIONES GENERALES ACERCA DE LA COMUNICACIÓN


El objetivo de este capítulo es ayudar a las y los promotores de programas
sociales a promover en las familias formas de comunicación que incluyan las
diferencias que existen entre hombres y mujeres, distintas generaciones,
experiencias, historias y culturas, aprendiendo a respetarlas sin juzgar
negativamente lo diferente. Estas nuevas formas de comunicación nos permitirán
acuerdos y prácticas para el bienestar de cada persona y del conjunto familiar.
Consideramos que lograr realizar pláticas que sostengan experiencias de equidad
en las familias es uno de los pilares de este programa de democratización familiar.
      Para este particular apartado tenemos en cuenta la importancia del
lenguaje en las pláticas, no sólo como transmisor sino como productor de ideas,
emociones y estímulos para la acción. Esto nos lleva a preocuparnos por crear y
recrear formas de comunicarnos que nos permitan manifestar lo que sentimos y
pensamos mientras, a la vez, nos disponemos a escuchar y considerar la opinión
de las otras personas. Así, vamos a plantear algunas sugerencias y ejercicios para
estimular la comunicación y también poder registrar los obstáculos que bloquean o
impiden las disposiciones a dialogar. Necesitamos ser conscientes de que las
diferentes maneras de platicar generan distintos efectos; asimismo, hacernos
cargo de que a veces producimos efectos que no deseamos; que necesitamos




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Cuaderno Familias

  • 1. SERIE CUADERNOS DE REFLEXIÓN ACCIÓN: RECURSOS PARA UNA CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA EN LAS FAMILIAS Coordinación General: Beatriz Schmukler Coordinación Editorial: Xosefa Alonso Sierra -Cuaderno nº 6- FAMILIAS CONSTRUYENDO RELACIONES DEMOCRÁTICAS María Cristina Ravazzola
  • 2. 2
  • 3. Los puntos de vista manejados en esta obra son responsabilidad exclusiva de las autoras y autores, por lo que no necesariamente reflejan las posiciones del Instituto Nacional de las Mujeres y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. 3
  • 4. Agradecimientos Queremos dar las gracias a todas las personas que participaron con nosotros en la creación de este proyecto, especialmente a Clemencia Muñoz por su apoyo intelectual y moral y a las personas de los Equipos Estatales de Coordinación que nos ayudaron a cuestionarnos día a día y a buscar formas más democráticas de relacionarnos. Agradecemos el apoyo de Inmujeres, PNUD y UNICEF para que este proyecto fuera posible, a los Institutos o Programas Estatales de la Mujer y de Equidad de Género de los 10 Estados participantes: Baja California Sur, Distrito Federal, Querétaro, Guanajuato, Puebla, Monterrey, Sonora, Sinaloa, Veracruz y Yucatán. Estos cuadernos se construyeron partiendo de una propuesta general formulada conjuntamente desde la coordinación con las y los autores de los cuadernos. A partir de esta primera propuesta recibimos retroalimentación de muchas personas que contribuyeron a enriquecerlos con sus ideas y sugerencias, especialmente los equipos estatales de coordinación, y las promotoras y promotores de los programas sociales que participaron en la revisión de las diferentes versiones de los cuadernos, sus ideas y experiencias fueron de mucha ayuda para lograr que estas herramientas se adapten a sus realidades. Paco Cervantes y Roberto Garda del Colectivo de Hombres por Relaciones Igualitarias (CORIAC) también ayudaron a enriquecer estos cuadernos con sus sugerencias y críticas constructivas. La autora agradece especialmente el apoyo de Gladys Laviery, como asistente de investigación y asesoría pedagógica; a todo el equipo de democratización familiar, especialmente a Beatriz Schmukler, Xosefa Alonso, Rosario Campos, y Marcelo Carrillo, por su apoyo intelectual y afectivo para mi trabajo; a Juliana Montefiore Kandel por su confianza y apoyo; a mis colegas de Buenos Aires (Diana Maffía, Denise Najmanovich y Elina Dabas) con las que comparto tantas vicisitudes de la temática del género y redes. 4
  • 5. ÍNDICE Introducción general…………………………………………………………..… 4 Metodología y ética……………………………………………………………... 14 Guía de el o la facilitadora Presentación……………………………………………………………... 22 Ⅰ. Diversas formas de organización familiar………………….…….. 27 Conceptos generales Diferencias históricas Diversas organizaciones familiares actuales La construcción social de roles y funciones en la cotidianeidad familiar Ⅱ. Sistemas de poder y autoridad familiar………………………….. 40 Sistemas de Poder y Autoridad familiar en la organización de la vida Doméstica Familias con rasgos más autoritarios. Familias con rasgos más democráticos Ⅲ. Comunicación Familiar: Entrenamientos en pláticas para la democratización de las familias……………………………………….. 53 Consideraciones generales acerca de la comunicación La Comunicación en las Familias Nuevos aportes a la comunicación familiar para lograr pláticas de colaboración Recomendaciones generales a modo de Guía Práctica Ⅳ. Pareja. Revisión de conceptos acerca de La PAREJA: Pareja Conyugal y Pareja Parental…………………………………… 72 Bibliografía……………………………………………………………………….. 79 Ficha Curricular………………………………………………………………….. 81 Directorio…………………………………………………………………………. 82 5
  • 6. Introducción General Beatriz Schmukler Xosefa Alonso Sierra La serie “Cuadernos de Reflexión-Acción: recursos para una vida democrática en las familias” que estamos presentando forma parte de una estrategia de trabajo para integrar el Enfoque de Democratización Familiar en políticas públicas. El objetivo de los cuadernos es facilitar el dialogo y la reflexión colectiva sobre el tipo de relaciones familiares que se establecen, comprender tanto los aspectos satisfactorios como aquellos que debilitan a sus miembros y les quitan recursos para crecer y desarrollar sus objetivos grupales e individuales. Los cuadernos están dirigidos a ejecutores de políticas públicas, a las y los promotores de programas sociales, y constituyen herramientas de apoyo para el desarrollo de talleres con familias o con alguno de sus miembros. Nos proponemos tender sobre las relaciones familiares una mirada que nos permita ver la realidad sin idealizaciones y sin normas rígidas que se conviertan en camisas de fuerza; comprender que los vínculos de amor pueden llegar a transformarse en relaciones de dominación y ser a veces tiránicos y violentos; sentir y entender las dificultades que tenemos para solucionar nuestros conflictos de modos negociados, así como las creencias que nos impiden resolverlos con libertad; visualizar los prejuicios sobre lo que deben ser las mujeres y los hombres, sobre la disciplina de las hijas e hijos y sobre las maneras de vivir de otras personas, ancianas y ancianos, jóvenes, niñas y niños. Nos preguntamos cómo podemos hacer para aceptar esas diferencias, siempre y cuando no lastimen los derechos individuales. Los Cuadernos de Reflexión-Acción son una herramienta para conversar. La conversación nos sirve para reconocer nuestros miedos al fracaso en los vínculos que establecemos, nuestras dudas sobre los cambios que hemos 6
  • 7. experimentado nosotras, nosotros, nuestras hijas e hijos, nuestras parejas y nuestras relaciones. Asimismo, conforman un instrumento para auxiliar a las y los promotores en esta labor social que los convierte en líderes de relaciones humanas; ayudarlos a acompañar el proceso de transformación de las personas con quienes trabajan como facilitadores del Enfoque de Democratización Familiar, reconociendo sus propios miedos y contradicciones. Consideramos sustantivo poder reconocer nuestros prejuicios y autoritarismos, así como los obstáculos que tenemos para cambiar. Nos referimos a las nuevas situaciones que estamos viviendo en nuestras familias y la necesidad de construir nuevas miradas y vivencias para situaciones nuevas. Estos cuadernos se fueron conformando colectivamente a partir de las temáticas más habituales que surgían en los talleres con las y los promotores. Dichos temas constituyen la base de las dinámicas que proponemos en ellos. Por ejemplo, aspectos que tenemos en común madres y padres cuando nos sentimos dueños de la vida de nuestras hijas e hijos y queremos imponerles conductas, mientras ellos ya desean su libertad. ¿En qué consiste nuestra función en ese caso? ¿Cómo podemos, sin imposición, facilitarles también a ellos sus vidas? ¿Cómo ayudarlos sin permitirles transgresiones que vulneren los derechos de los demás? ¿Cómo pueden las y los jóvenes ser sujetos de su propia vida y llegar a acuerdos con sus madres, padres, compañeras y compañeros? ¿Qué hacer para que las niñas y los niños sean escuchados en un clima donde los adultos los respeten y a su vez les puedan pedir su participación en la vida del grupo? Las mujeres estamos aprendiendo a reconocer nuestros deseos y nuestros derechos. ¿Cómo plasmar esta nueva manera de vivir al negociar con las otras personas y, simultáneamente, poner límites claros cuando necesitamos defendernos? También los hombres se están transformando, comienzan a reconocer los alcances del machismo y a reflexionar sobre “qué es un hombre de verdad”, como se dice en el cuaderno de Hombres construyendo democracia. ¿Es que habrá un hombre de verdad, o podremos ser individuos en relación, saber ser recíprocos y responsabilizarnos por nosotras, nosotros y las demás personas? 7
  • 8. ¿POR QUÉ PROPONEMOS UNA DEMOCRACIA FAMILIAR? Esta democracia no implica anarquía ni la necesidad de votar para tomar decisiones, tampoco significa debilidad respecto a los deberes familiares. Implica “aceptación de las obligaciones, además de derechos protegidos ante la ley”. Implica la protección de niñas y niños, de ancianas y ancianos y de las personas con discapacidad. No significa “falta de respeto y ausencia de autoridad”, sino equidad en las decisiones, en la distribución del bienestar y en la libertad de pensamiento y acción, así como “la posibilidad de réplica” y de disentir, de ser diferentes. Algunos de los criterios que supone la democracia familiar son: la posibilidad de compartir la autoridad y el poder entre los adultos a cargo y hacer partícipes a los demás miembros de las decisiones que afectan al conjunto. Ello conduce a propiciar consultas entre quienes ejercen el poder y la autoridad –así como con los otros miembros del grupo– para que a partir de la reflexión surjan nuevas preguntas y se arribe a soluciones de respeto y de mayor consenso y negociación. Planteamos problematizar las relaciones de género existentes y las maneras actuales de “resolver” conflictos. La propuesta es que –mediante el trabajo con los cuadernos en los talleres– se elabore, dialogue y reflexione colectivamente acerca de formas de respeto y equidad entre los géneros y entre adultos y niños. Se requieren metodologías para elaborar de manera conjunta aquellas trabas que nos impiden imaginar nuevas salidas a nuestros conflictos, salidas que implican descubrir barreras emocionales y culturales. La reflexión supone encontrar en nosotras y nosotros mismos el cúmulo de obstáculos culturales para pensar. Para construir una vida democrática en las familias es necesario repensar la cultura de género y descubrir nuestras barreras emocionales para pensar. ¿Por qué hablamos de género en esta construcción? y ¿por qué poner el acento en 8
  • 9. la necesidad de que mujeres y hombres revisemos en la vida de todos los días las modalidades habituales de ser mujer y ser hombre? El enfoque de género es una manera de mirar las diferencias entre las mujeres y los varones y las relaciones que establecen, es un concepto que ayuda a pensar que el conjunto de atributos y expectativas que atribuimos a las personas de cada sexo biológico son características definidas y construidas por el conjunto de los miembros de cada sociedad en cada época histórica. Entonces, todas y todos somos sujetos activos de esa construcción conjunta y podemos generar cambios beneficiosos. La vida cotidiana es el escenario en el que se produce y reproduce la desigualdad entre los géneros. Esa desigualdad aparece en el día a día de forma tal que las mujeres quedan al servicio de las necesidades domésticas, como personas vulnerables y altamente emocionales. Los padres, maridos, hijas e hijos tienen derechos sobre las mujeres, mientras que los hombres quedan como los sujetos de autoridad y mando, con derechos y capacidad para tomar decisiones por todos. Esta forma de organización cotidiana construye la desigualdad entre los géneros y da lugar a dificultades de negociación que pueden traducirse en situaciones violentas cuando las mujeres no están dispuestas a aceptar pasivamente sus lugares subordinados y cumplir con el papel que se espera de ellas. La tendencia a transformar las diferencias en litigios, lamentablemente ha favorecido controversias y enfrentamientos, más que conversaciones fructíferas entre quienes sustentan puntos de vista diferentes. Con el objetivo de adquirir habilidades en este tipo de conversaciones, estos cuadernos proponen entrenamientos que aseguren participaciones democráticas en las decisiones, que incluyen sugerencias y prácticas a través de diálogos abiertos y continuos. Proponemos que los cuadernos nos permitan trabajar con nosotras /os como personas, que no nos dé pena encontrarnos con los mismos problemas que la población a la que queremos ayudar. Ayudar es dialogar, escuchar y cooperar con las soluciones de los otros, tener una actitud de apertura hacia las diferentes 9
  • 10. alternativas. En este sentido, proponemos la reflexión, la comunicación y los recursos para la democratización familiar como ejes transversales presentes en cada cuaderno: a) La reflexión es útil para realizar una revisión crítica de nuestras vivencias y actitudes, visualizar problemáticas y modelos hegemónicos que se sostienen en relaciones de poder asimétricas. Nos posibilita cuestionarnos cuáles son las causas de este tipo de relaciones, cómo se manifiestan, se sostienen y cuáles son los costos y consecuencias para el individuo, para el grupo familiar y la comunidad. b) La comunicación se plantea como una herramienta para la convivencia y la resolución de conflictos de una forma pacífica. Es una manera de apreciar las diferencias que existen entre hombres y mujeres, distintas generaciones, experiencias, historias y culturas, aprendiendo a respetarlas sin juzgar negativamente lo diferente. Nos permite establecer maneras de comunicación que propicien acuerdos y prácticas para el bienestar de cada persona y del conjunto familiar, manifestar lo que sentimos y pensamos mientras que, a la vez, nos disponemos a escuchar y considerar la opinión de las otras personas. c) Los recursos para la democratización familiar son herramientas, habilidades y potencial individual y colectivo para la transformación de las relaciones familiares. Se trata de una búsqueda individual y grupal para acceder a alternativas posibles dentro de unos valores democráticos, de equidad, cooperación y solidaridad. Si bien estos principios se plantean como básicos y fundamentales para alcanzar relaciones democráticas, no se proponen como modelos a seguir, en tanto que cada persona, cada familia tiene experiencias y particularidades diferentes y, en consecuencia, ha de decidir y elegir la opción que más le ayude en cada momento. 10
  • 11. ESTRUCTURA DE LOS CUADERNOS Los seis cuadernos responden a una misma estructura. Se presenta primero el apartado de Introducción General, Metodología y Ética, que es común a todos los cuadernos. Cada uno de ellos cuenta con un apartado de Presentación donde se realiza un breve diagnóstico de la situación específica del grupo al que va dirigido, por ejemplo, cuál es la problemática que viven las niñas y niños, los jóvenes, las mujeres, los hombres, etc. En función de esta descripción general de la realidad social en la que vive este grupo y en relación con los otros miembros de una sociedad, se plantea una serie de temáticas que se analizan en los capítulos de cada cuaderno. Cada capítulo responde a un objetivo específico que a su vez remite al objetivo general del cuaderno; los capítulos contienen varios apartados en los que se presenta una reflexión teórica y una o dos actividades, como herramientas para las y los promotores en el trabajo con grupos. Dichas actividades son de carácter participativo, tienen el fin de hacernos reflexionar sobre nuestras propias vivencias y nos invitan a visualizar caminos de cambio para aquellos aspectos que deseamos modificar de nuestro comportamiento en las relaciones laborales, familiares y personales especialmente. Además de estas actividades o ejercicios para generar conocimiento y análisis, existen otras para dinamizar grupos, de cooperación, comunicación, relajación, etc. Todas ellas se presentan como herramientas para lograr un proceso de aprendizaje. La serie “Cuadernos de Reflexión-Acción: recursos para una vida democrática en las familias” consta de los temas siguientes: 1. Niñas y niños: actores de la democracia en las relaciones familiares, autores: Hugo Rocha, Laura Donnadieu y Yolanda Corona. En este cuaderno se plantea la construcción de una visión distinta sobre las niñas y los niños, reconociéndolos como sujetos de derechos y deberes. Visión alejada de considerar a las niñas y niños como objetos que han de ser controlados, manipulados y reprimidos. Se pretende generar en los adultos 11
  • 12. una sensibilidad hacia las niñas y los niños para comprenderlos y contar con ellos como aliados, encontrando formas de mejorar nuestras relaciones familiares, contagiándonos de sus capacidades creativas, lúdicas, inventivas y de alegría. 2. La aventura de caminar juntos construyendo democracia, madres, padres- hijas e hijos, autora María Jiménez. Se propone problematizar los diferentes contextos familiares en los que se da la crianza de un ser humano, identificando y cuestionando los procedimientos autoritarios que pueden existir en las relaciones familiares, especialmente en la relación madres, padres, hijas e hijos. El objetivo es lograr una convivencia en donde las niñas y niños recuperen sus derechos y responsabilidades de acuerdo con su nivel de madurez; se invita a conformar relaciones democráticas partiendo de la confianza, el respeto la empatía y la conexión de la madre y el padre con sus emociones primero, y con las de sus hijas e hijos después. 3. Mujeres y hombres jóvenes construyendo democracia en las relaciones familiares, autoras Olivia Aguilar Dorantes y Silvia del Pilar López Hernández. La pretensión de este cuaderno es que las y los jóvenes reflexionen acerca de sus relaciones de familia, interpersonales y de pareja. Para ello, se revisan las relaciones de autoridad y abuso de poder que pueden sufrir las y los jóvenes en los diferentes ámbitos de su vida, y se cuestionan las funciones de género en nuestra sociedad. Partiendo de la reflexión sobre los principales ejes de conflicto se propone la construcción de alternativas para establecer relaciones que promuevan la solidaridad, la cooperación, el respeto y la equidad entre hombres y mujeres. 4. Mujeres construyendo democracia en las relaciones familiares, autoras María Cristina Ravazzola y Emma María Reyes Rosas y Gisela Sánchez Díaz de León. En este tema se reflexiona acerca de la educación y formas de socialización tradicionales que viven las mujeres. Contiene un 12
  • 13. replanteamiento sobre las relaciones autoritarias justificadas por el género y se propone fomentar procesos de empoderamiento y autoestima de las mujeres a través del conocimiento de sus derechos y el reconocimiento de sus deseos y valores, en armonía con la sociedad de la que forman parte. Asimismo, se consideran las formas de relación de las mujeres con las otras personas de la familia en vínculos de paridad y negociación. 5. Hombres construyendo democracia en las relaciones familiares, autores Benno De Keijzer y Gerardo Ayala. El cuaderno plantea reflexionar sobre la participación de los hombres en sus relaciones de pareja y familia; el ejercicio de su paternidad, las creencias acerca de los significados de ser hombre en nuestra sociedad; y las formas de ejercer la autoridad. La meta es acompañar a los hombres en la transformación de sus relaciones familiares y personales, así como el reconocimiento y desarrollo de recursos individuales y colectivos para la negociación de conflictos en la familia, con miras a vivir relaciones de equidad más justas que permitan el desarrollo pleno de hombres y mujeres. 6. Familias construyendo relaciones democráticas, autora Cristina Ravazzola. Se propone una reflexión acerca de las familias mexicanas, analizando cuáles son los cambios que éstas han experimentado en las últimas décadas. A partir de visualizar cómo hemos ido transformando nuestras relaciones familiares, desde nuestros antepasados hasta la actualidad, se analiza la familia como un ente social en continuo cambio y evolución. Reflexiona sobre qué tipo de familia queremos y se proponen valores de equidad, respeto, solidaridad y cooperación como un camino para la conformación de familias más democráticas. 13
  • 14. USOS DE LOS CUADERNOS Los cuadernos están pensados como herramienta de acompañamiento para la realización de talleres con grupos, mixtos o por separado, de hombres y mujeres adultos, jóvenes, niñas y niños. Se propone incorporar el enfoque de democratización familiar como un eje transversal en los programas sociales. En este sentido, los materiales no pretenden sustituir a otras experiencias ni otros materiales con los que ya cuenten dichos programas, sino que, por el contrario, sean una herramienta formativa complementaria para la o el promotor en su trabajo con grupos, que le ayude a incorporar algunos temas o a re trabajar otros desde una mirada democrática.1 Cada cuaderno puede ser trabajado desde el principio al fin, tomado como guía para armar un conjunto de talleres, o pueden seleccionarse alguno de los temas que se presentan en capítulos diferentes del mismo cuaderno. También pueden combinarse temáticas de dos o más cuadernos para trabajar con un mismo grupo. Por ejemplo, si tenemos un grupo mixto, podemos trabajar algunos temas que se presentan en el cuaderno de hombres junto con otros que se presentan en el cuaderno de mujeres. A este respecto, es preciso tener en cuenta que algunas dinámicas se presentan para realizar por separado o en grupos homogéneos, ya que son problemáticas específicas de mujeres o de hombres; la o el promotor deberá estar atento a cuál es la situación del grupo y sus necesidades para realizar las actividades de una forma u otra. Además, si bien hay temas similares que se tratan de forma diferente en el cuaderno de hombres, el de mujeres o el de jóvenes, cuando se dan estas concordancias se establecen puentes entre un cuaderno y otro para que la o el promotor pueda ampliar su información si lo considera necesario. 1 Ello implica también una relación democrática del facilitador con el grupo. Véase en el apartado de Metodología y Ética de los cuadernos. 14
  • 15. Se recomienda a las y los facilitadotes que si considera que las actividades o ejercicios que se brindan no resultan pertinentes para trabajar en su comunidad, las adapten al contexto socio-cultural en el que se encuentran, partiendo de su conocimiento de la realidad comunitaria y de su experiencia de trabajo. En algunos temas se propone como herramienta complementaria la proyección de videos; no obstante, no es imprescindible en caso de que no se pueda disponer de ellos o no se cuente con el equipo necesario para proyectarlos. Con el fin de lograr acuerdos básicos para el buen desarrollo de las actividades se sugiere que todo taller tenga un momento de entrada con técnicas de presentación e integración grupal, donde también se trabajen las expectativas y temores; así como un momento de cierre en el que se evalúe lo aprendido y cada cual pueda definir compromisos para realizar en su vida cotidiana respecto a lo que le ha motivado el taller. En suma, la o el facilitador puede armar sus talleres como mejor lo disponga, la función de los cuadernos es brindarle elementos para desarrollar su trabajo según sus necesidades. 15
  • 16. Metodología y Ética Emma María Reyes Rosas “Cada generación abre las alas donde las ha cerrado la anterior para volar más lejos, siempre más lejos.” José Ingenieros. A QUIEN FACILITA En el siguiente texto encontrarás algunos aspectos y principios básicos a considerar en tu trabajo de facilitación sobre la metodología participativa utilizada en los “Cuadernos de Reflexión-Acción: recursos para una vida democrática en las familias”, y algunas reflexiones sobre la ética en todo el proceso. Es importante que te tomes unos momentos para reflexionar cómo este trabajo nos atañe de manera personal y profesional. Recuerda que, si bien no hay recetas, sí hay puntos de partida que nos permiten visualizar a corto, mediano y largo plazo la diversificación de posibilidades que acompañan los procesos en el nivel personal, familiar, comunitario e institucional para que la democratización familiar sea cada vez más posible. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR UNA METODOLOGÍA PARTICIPATIVA? En la introducción de los cuadernos se menciona que requerimos metodologías para elaborar de manera colectiva las trabas que tenemos para imaginar nuevas salidas a nuestros conflictos, salidas que implican rebasar barreras emocionales y culturales. Para esto es fundamental desarrollar habilidades que nos permitan el acercamiento y confianza entre las personas integrantes de los grupos y poner en práctica todos nuestros sentidos. 16
  • 17. La metodología que se propone es participativa, está diseñada de manera que lo vivencial y lo teórico–metodológico se entretejan para enriquecer la experiencia del proceso educativo. Se trabajará a partir de nuestras propias experiencias para posteriormente retroalimentar con lo teórico e ir integrando la mirada, el pensar y sentir de las mujeres y hombres con quienes trabajamos. Finalmente, cierra con una reflexión sobre la forma en que se puede adaptar y aplicar en los contextos concretos y recuperar los aprendizajes colectivos. Esta metodología tiene su origen en la educación popular (De Keijzer, 2000), en la educación de adultos que se ha enriquecido con la perspectiva de género dando lugar a la pedagogía de género. Se parte de la premisa de que toda la gente tiene experiencias y conocimientos que puede comunicar. Es sobre esta experiencia que se construye el conocimiento nuevo. Las características de esta pedagogía son: 1. Es horizontal: de sujeto a sujeto, es decir, de persona a persona. Esto hace que la enseñanza y el aprendizaje sean de ambas direcciones (bidireccional) constituyendo así un “enseñaje”. Quien impulsa el proceso se convierte entonces en facilitadora o facilitador del mismo. En nuestro caso, esto vale también para todos los niveles de relación que se mantienen con las personas más allá de las sesiones educativas. 2. Se centra en aprender a aprender más que en simple transmisión de conocimientos. La incorporación de ésta y otras habilidades tiene una relación directa con el empoderamiento y la democratización del conocimiento. 3. Este aprendizaje debe ser significativo: relacionado con la cotidianidad y los intereses de las personas. Un aprendizaje que sea cargado de emoción tendrá siempre mayor impacto. 17
  • 18. 4. Parte de y toma en cuenta la experiencia y la cultura local. Esto hace que sea integradora de los conocimientos populares y los que nosotros podemos aportar. Este proceso no es visto sólo como individual sino que es colectivo. En el trabajo de facilitación hay que saber partir del nivel en que se encuentra el educando y establecer cuál es el del educador, se trata de un nivel cultural, político e ideológico. 5. Es participativa: tanto la experiencia y el saber nuestro como el de las personas con las que trabajamos es importante. No se basa en grados académicos ni en calificaciones y se desarrolla en espacios diversos (extra escolares) que rebasan el aula tradicional. Este elemento participativo a veces choca con la propia dinámica institucional que puede no ser tan participativa o democrática en su interior y en su relación con la población. 6. Busca que estos contenidos sean apropiados y apropiables. Es por eso que se basa mucho en la práctica, en el aprender haciendo. Ello incluye a la metodología, que debe ser sencilla para que también pueda transmitirse a otras personas. El instrumento más importante en la educación popular es el diálogo, la comunicación horizontal. Esto no es un descubrimiento reciente en la educación. Al contrario, ya Sócrates decía que la educación es el arte de parir ideas dialogando inteligentemente. Es importante diferenciar dos conceptos básicos: a) La metodología se refiere al proceso educativo global o camino general que utilizamos para construir conocimientos en forma colectiva. b) Las técnicas educativas son nuestras herramientas para lograr los objetivos específicos en ese proceso o camino. 18
  • 19. Esta diferenciación es importante porque hay gente que puede utilizar técnicas más o menos participativas en un proceso que termina imponiendo o manipulando a las mujeres y hombres con quienes trabajamos. En la metodología participativa hay tres pasos: 1. Partir de la experiencia, la práctica de las personas. 2. Reflexionar y teorizar sobre ella. 3. Volver a una práctica enriquecida. La educación, en su sentido más amplio, es un proceso permanente que involucra a todos los seres humanos. El hecho de ser humano implica que estamos aprendiendo todo el tiempo: en nuestros hogares, en nuestro trabajo, en nuestras interacciones con otros; así como en la primaria, la universidad, etcétera.2 Citando a Paulo Freire (2000): El proceso de conocimiento, se construye cotidianamente. Enseñar es parte del proceso mayor de conocer. Enseñar implica necesariamente aprender. La educación o la práctica educativa es siempre una teoría del conocimiento puesta en práctica. La mejor manera de acercarse es distanciarse desde la teoría del conocer. En este sentido, el educador necesita del educando y viceversa, ambos se educan, las tareas son específicas. La cuestión es saber cómo se dan estas relaciones dentro de una práctica democrática; esto depende de ciertas cualidades que el profesor tiene que crear, como por ejemplo: no tener vergüenza de no saber, de no conocer alguna cosa que el educando pregunta, sino de aprender conjuntamente. Esto requiere tener la cualidad de la humildad. Educar es como crear, porque ayudamos a hacerse mujer u hombre a otro ser humano y la huella que imprimimos permanece en el otro por siempre. Educar implica el compromiso de educar en la conciencia. La pedagogía de género es un proceso educativo concreto que incide en modificar profundamente nuestras identidades, nuestras vidas y enriquece 2 Campaña “Banco Mundial en la Mira de las Mujeres” en el Seminario tripartita: Definición de lineamientos metodológicos básicos para la aplicación del enfoque de género en las políticas públicas, septiembre 1999. 19
  • 20. nuestros “saberes”. En cualquier proceso pedagógico el núcleo del asunto es el saber, es decir, hay un proceso educativo y hay un saber que se genera o se sintetiza y luego se transmite, recibe y elabora cuando se da un proceso pedagógico para la apropiación. Es importante que todo proceso de capacitación tenga la intencionalidad de cambio, estableciendo como meta los objetivos propuestos para la capacitación. En una capacitación en género, esta intencionalidad pretende contrarrestar las desigualdades e inequidades entre mujeres y hombres. No sólo busca propiciar un cambio intelectual, sino incluso comprometer transformaciones personales profundas en la gente capacitada. No basta con cambiar las funciones femeninas y masculinas, es preciso incidir sobre la manera en cómo se establece la dinámica en el ejercicio del poder. Y cuándo hablamos de poder nos referimos al poder positivo para actuar sin afectarnos negativamente ni a nosotros ni a las personas que nos rodean. En una pedagogía de género el respeto a las personas en la formación de sus capacidades tiene que ver con la posibilidad de utilizar la evaluación como un estímulo y no como un castigo. La evaluación es el reconocimiento de las capacidades propias, las de otras y otros y la búsqueda de su utilización para los objetivos que se persiguen (Reyes, 1999). ¿POR QUÉ ES VIVENCIAL? Lo vivencial nos toca a todas y a todos. Todas y todos venimos de diferentes vivencias familiares y –sin hablar de familias buenas o malas, ya que hay matices y no todo es blanco o negro– no hay familias sin problemas. Por eso, la capacitación puede tocarnos, cuestionarnos, revivir recuerdos o incluso situaciones actuales. Así es que les sugerimos estar en contacto consigo mismas / os para identificar qué nos mueve y qué les pasa a las personas con las que trabajamos. Identificar qué nos sucede nos da la posibilidad de apoyar mejor al grupo con quienes estamos facilitando. Recordemos que los problemas y /o los conflictos nos pueden ayudar a buscar nuevas posibilidades y a transformar estas 20
  • 21. situaciones en experiencias de aprendizaje. Este es un trabajo educativo más que terapéutico, aunque pretende llevar al cambio. El proceso de formación y capacitación con perspectiva de género es un proceso continuo y sistemático. No se puede hablar sólo de lo que le pasa a las otras personas, ya que también nosotras y nosotros somos sujetos de cambio y parte activa en los procesos de transformación. Revolucionar el mundo de los significados entraña asumir la coautoría y reconocer la dimensión política del proceso educativo. Como capacitadores y facilitadores, transformar la realidad nos conduce a reflexionar sobre las consecuencias e impactos del tipo de educación que queremos impulsar, y a re- pensar qué significa tener poder, influir en la sociedad en la que vivimos e incidir en una educación para la vida. En este sentido, la dinámica de grupo nos proporciona una magnifica oportunidad para incorporar y manejar instrumentos de indagación, para problematizar, sistematizar, romper estereotipos, trastocar pautas de conducta, visualizar y conceptualizar la totalidad del proceso. Nos ofrece la posibilidad de arriesgarnos, de aprender a actuar, pensar y fantasear con libertad; nos permite aprender a observar y a escuchar, a relacionar nuestras propias opiniones con las ajenas, a admitir que otras personas piensan diferente. LA FUNCIÓN DE LAS PERSONAS FACILITADORAS Desde una pedagogía de género, la facilitación no es neutral. Nos lleva a: Diseñar procesos, a encauzarlos a través de la reflexión, el análisis y la síntesis de acuerdo con los objetivos. Propiciar y potenciar habilidades que aumenten la expansión de la conciencia Afinar la capacidad de preguntar y cuestionar. Incidir en la toma de decisiones en todos los ámbitos de nuestra vida. 21
  • 22. Parafraseando a Freire: una de las tareas del educador –de las personas facilitadoras– es rehacer el mundo de relaciones en el que coexistimos mujeres y hombres para así realmente vivir en una sociedad equitativa. En este sentido, la persona facilitadora es también un artista que: “rehace el mundo, redibuja el mundo, repinta el mundo, recanta el mundo, redanza el mundo”. Ética Hablar de ética nos lleva a mencionar la importancia de respetar los procesos de las mujeres y los hombres con quienes trabajamos. Para ello es necesario diferenciar entre nuestras posturas, creencias y maneras de ver el mundo, y las que poseen las personas con quienes estamos trabajando en los talleres. Si bien en un taller no se resuelve todo, sí contribuimos a generar procesos que van más allá del taller mismo. Contribuimos a generar chispas de luz, de “saberes” para potenciar recursos personales, habilidades que apoyen a las personas a buscar sus propios caminos. ¿Quiénes somos para decirle desde afuera a alguien qué es lo que tiene que hacer? A veces, hay la tendencia a decirle a los demás: ”y por qué te dejas”, “por qué eres tan tonta”; o “es mejor que le perdones y vuelvas a la casa, perdónale”; “es mejor que no lo dejes hacer eso”; “es mejor que hagas…”; “eso no vale”; “eso sí es lo que vale”; y así podríamos seguir mencionando otros ejemplos. Lo importante es generar la reflexión para que las personas se den cuenta de otras opciones e incorporen nuevos conocimientos y “saberes”. Recuerda que estamos contribuyendo a generar procesos, por lo que hay que evitar lo siguiente: empujar, enjuiciar, criticar, etiquetar, imponer, querer dirigir la vida de otras personas. La facilitación implica crear un espacio de aprendizaje colectivo. Facilitar significa, básicamente, posibilitar la reflexión, el intercambio, la “problematización”, la discusión, la reelaboración de lo aprendido y de lo vivido. Implica motivar para la construcción de nuevos significados; reconocer la diversidad dentro de los diferentes contextos. 22
  • 23. EL PROCESO DE CAPACITACIÓN (Reyes, 1999) Recuerda incluir una sesión introductoria con los siguientes puntos: 1. La presentación de las personas participantes. 2. Las expectativas y temores: “Lo mejor y lo peor” de trabajar el tema de la democratización de las familias. 3. Establecer colectivamente las “reglas de oro”; es decir, los acuerdos grupales para que pase lo mejor y no lo peor en el trabajo que se va a comenzar. Por ejemplo: a. Cada cual responde y se compromete por lo que piensa, siente y actúa. b. Cada cual es libre de compartir lo que quiera compartir. c. Hablar en primera persona. d. Actitud de escucha. e. La honestidad. f. El respeto. g. La comprensión y empatía (ponerse en los zapatos de la otra persona, mas no querer caminar por ella). h. No etiquetar ni enjuiciar a nadie. i. Las vivencias personales se quedan en el taller (secreto). j. Es importante aclarar dudas, temores y construir colectivamente. 4. Realizar encuadre metodológico y presentación del programa. 23
  • 24. Guía de el o la facilitadora Presentación Este cuaderno está destinado a las y los agentes de gobierno ejecutores de políticas públicas así como a promotoras y promotores que trabajan en instituciones que llevan a cabo programas sociales que incluyen familias. Nos proponemos con estos textos y actividades apoyarlos en su labor, destacando el objetivo de facilitar relaciones de equidad y democráticas entre sus miembros. Sabemos que la práctica de relaciones democráticas en las familias y otras instituciones promueve la dignidad y la conciencia apreciativa3 de las personas. Esto les permite legitimar y exigir el efectivo cumplimiento de sus derechos, el cuidado de sí mismos y la no-tolerancia a ningún tipo de conductas abusivas. Las familias son entonces laboratorios sociales que pueden promover y asegurar aprendizajes que conduzcan a organizaciones cada vez más democráticas. Hemos concebido este cuaderno como una guía para que las y los agentes de políticas públicas y los promotores reflexionen y flexibilicen sus propias ideas acerca de Las Familias, para lo cual planteamos temas claves y metodologías variadas que ayuden a esta reflexión. No pretendemos imponer nuestra visión de Las Familias; queremos trabajar y debatir estas concepciones en conjunto. ¿Por qué es importante para las y los agentes de programas sociales conversa e intercambiar ideas acerca de La Familia? 3 La posibilidad de tomar en cuenta a las personas considerando sus capacidades y recursos, en lugar de poner el acento en juicios negativos acerca de ellas. 24
  • 25. Las familias constituyen formas de organización social con mucha tradición en nuestras comunidades; son núcleos socializadores básicos en la formación de seres humanos; escenarios donde se construyen legados, mitos, creencias, valores, pautas, códigos y estilos de relación (Díaz Mújica y otros, 2002). Son también instituciones cuya función es coordinar cotidianamente los comportamientos de sus miembros, con la finalidad de asegurar su bienestar y de producir, reproducir, transmitir y conservar la cultura familiar y social. La vida y el desarrollo de todos los miembros de una familia dependen del éxito de actividades asociativas en las cuales las relaciones de alianza y las acciones positivas necesitan prevalecer por sobre las rivalidades y los malentendidos. (Por actividades asociativas entendemos formas en que las personas nos comunicamos y acciones que los miembros de una familia tienen que poder compaginar a fin de colaborar, cooperar y contribuir a sumar recursos en favor de una mejor calidad de vida para todas y todos.) En las familias se producen intercambios verbales y no verbales que van confirmando las identidades de sus miembros, la identidad familiar y los códigos que expresan el mundo extra familiar. A su vez, una serie de mensajes sociales sirve de referencia a los miembros de una familia, funcionando como guías y modelos de comportamiento acerca de los papeles de cada miembro, sus conductas y las formas de relacionarse, o al menos lo que se espera de ellos. Estos mensajes sociales no siempre respetan los derechos de todos, especialmente los de las mujeres, niñas /os y ancianas /os, quienes en nuestras comunidades siguen siendo los miembros más vulnerables de las familias. En la sociedad, en sus instituciones y también en las familias persisten lamentablemente patrones de relación de abuso. Cuando esto ocurre se sostienen rasgos autoritarios, que sirven de base a comportamientos violentos de parte de quienes tienen más poder. Son esos aspectos autoritarios de las relaciones los que necesitamos modificar si queremos modalidades cada vez más democráticas de funcionamiento familiar y social. Uno de nuestros objetivos es entonces reflexionar, revisar y construir conjuntamente, en toda su complejidad, concepciones sobre “La Familia” que la 25
  • 26. presentan como una aparente unidad simple, como si fuera un fenómeno de la naturaleza y como si las familias no hubieran cambiado a lo largo de la historia o a lo largo de los siglos. En especial, nos interesa pensar en las imágenes ideales de familia que todos tenemos y compararlas con las familias que existen en la realidad. Para empezar, poder hablar de familias y no de “Familia”. Creemos que si podemos pensar en las familias como asociaciones complejas y diversas que construimos socialmente, nos vamos a permitir la libertad de explorar y modificar, cuando sea necesario, los vínculos que se establecen en ellas. Las familias no están separadas de los movimientos de la historia. Vemos que tanto México como la mayoría de los países latinoamericanos, han pasado por gobiernos autoritarios que dejaron su marca en formas de comportamientos y prácticas sociales autoritarias. En ellas, el poder se ejerce desde una jerarquía fundamentada en esencias, representadas por el hombre blanco, poseedor de bienes y recursos sociales, simbólicos y políticos. Actualmente, estamos en camino hacia procesos sociales más democráticos, transitando desde una cultura de imposición a una cultura de reconocimiento de las personas como sujetos de derechos. Esto incrementa cada vez más la posibilidad de plantear argumentos divergentes, buscar en conjunto alternativas que contemplen intereses de diferentes integrantes de un grupo social, negociar, participar, etc. Según los distintos estados y países, estas nuevas formas de convivencias se materializan en propuestas que están en fases diferentes, las que se expresan en modificaciones del Derecho Jurídico (especialmente en cuanto al Derecho de Familia) y en decisiones que se toman en cuanto a políticas públicas4. Al estar en permanente transición, es probable que encontremos ambas vertientes –autoritaria y democrática– coexistiendo en las instituciones y en las diferentes organizaciones familiares. Por esta razón creemos que es tan importante que promotoras y promotores de programas sociales se entrenen para estar alertas y así no reproducir con las familias mensajes que refuerzan los autoritarismos y las discriminaciones en general, así como también para 4 Inspirado en Grosman, 1994. 26
  • 27. convalidar mensajes y acciones que promuevan relaciones equitativas, respeto por la diversidad, la solidaridad, etc. En este camino de entrenamiento decidimos acompañarlos y aportarles nuestras experiencias e inquietudes. Como ya lo hemos expresado, nos proponemos con este programa de trabajo promover y sostener una cultura familiar que contribuya a generar formas cada vez más democráticas de organización social. Además de los hombres adultos, nos interesa que también las mujeres adultas, las y los jóvenes, niñas y niños, ancianas y ancianos participen en la construcción de una nueva forma de ciudadanía y estén cada vez más presentes en las decisiones políticas (Baruby, 1999), algo que es posible si también ejercitan sus derechos en la vida familiar. En el primer capítulo de este cuaderno vamos a comenzar por revisar concepciones “naturalizadas” de La Familia, incorporando a su análisis los contextos de la historia y de las diversidades culturales. En el segundo capítulo hemos querido transmitirles algunas de las formas en que aparecen los rasgos más autoritarios y los más democráticos en la organización de las familias, sus valores, recursos y problemas más frecuentes. En el tercer capítulo, nos abocamos al tema de cómo mejorar las comunicaciones para la democratización familiar. Estimamos que las formas democráticas5 de comunicarse son uno de los pilares en los que se apoya este Programa. Si bien este espacio va a ser demasiado breve para desplegar toda la gama de posibilidades que brinda este enfoque comunicacional,6 vamos a tratar de enriquecer las experiencias ampliando las alternativas que surgen de los recursos que aporta este enfoque. Y por último, en el capítulo cuarto, decidimos profundizar en una de las formas de las organizaciones familiares: La pareja. Queremos reflexionar acerca de este tema, ya que, en las diferentes culturas, La Pareja aparece como piedra fundamental en la constitución de las relaciones familiares. Lo interesante de trabajar sobre este tema, La Pareja, ha sido justamente que las diferencias y los 5 Con respeto por cada persona y sus derechos, con inclusión de alternativas, con buen trato, en equidad aun en las diferencias. 6 Véase Bateson,1976; Maturana, 1990; Watslawick, Beavin y Jackson, 1971. 27
  • 28. acuerdos entre sus miembros evidencian la dimensión tan importante que tiene la comunicación entre ellos, como un reconocimiento al valor de las pláticas, dadas las consecuencias que generan en las organizaciones familiares. Así, preferimos abocarnos a La Pareja después de haber desarrollado ideas y actividades relativas a las modalidades conversacionales y a los factores que facilitan y obstaculizan la comunicación familiar. 28
  • 29. Ⅰ . DIVERSAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN FAMILIAR La reflexión sobre este tema tiene como objetivos: • Ayudarnos a registrar la variedad de familias que coexisten • Ayudarnos a cuestionar las imágenes que casi automáticamente nos formamos acerca de “la familia”, que empobrecen nuestras miradas sobre nuestras familias y las de los demás • Reflexionar sobre la supuesta existencia de modelos ideales de familias (¿ideales para quién?), de parejas, de mujeres, de hombres, de niñas y niños, de adolescentes y jóvenes CONCEPTOS GENERALES Aunque la mayoría de nosotras y nosotros ha nacido y crecido en el seno de una familia, y, tal vez, ha constituido ya alguna (lo que quiere decir que seguramente tenemos algún “saber” sobre el tema), las familias no son un producto natural. Tampoco son un organismo viviente, si bien la metáfora puede ser interesante. Son entidades construidas socialmente, que asumen configuraciones, organizaciones y objetivos cambiantes a lo largo de la historia humana y que se muestran diferentes en la actualidad según las distintas culturas. Resultan un dispositivo social muy eficaz para que se desarrollen las criaturas humanas, para que experimentemos intensos afectos y emociones de pertenencia, confirmación, acompañamiento, confort, acogimiento, bienestar, estímulo, sentido de la propia existencia, y para aprendizajes de modos de convivencia social y de proyección individual. En general, tendemos a considerar a un único “tipo” de familia como patrón familiar, y a que se nos deslice la noción de que existe una supuesta familia ideal. 29
  • 30. Esto tiene varios efectos que nos perjudican en la búsqueda de relaciones más democráticas: comparadas con ese tipo ideal, las familias reales, en su diversidad y multiplicidad, pasan a ser poco menos que familias desviadas, anormales o desintegradas, lo cual genera emociones negativas en sus miembros (de estar en falta, de estar fallados, fracasados). Desde esa perspectiva del supuesto “ideal” es probable que frente a la realidad de cada una de las familias nos pongamos en el lugar de observadores críticos, como jueces, en vez de intentar colaborar con ellas. ¿Qué sería colaborar con ellas? Por ejemplo, si las familias piden ayuda para que sus niños participen en programas de cuidado en horarios diferentes a los escolares, es necesario aceptar que si existen problemas para organizar el cuidado de los niños entre los miembros de la familia es porque los problemas son parte de la vida familiar, y no porque los miembros de esa familia sean poco capaces o “malos” padres. Por todas esas razones, necesitamos cuestionar esos supuestos ideales y tomar conciencia de la multiplicidad y diversidad de formas de convivencia y de arreglos familiares existentes y posibles, lo que nos va a permitir mejores gestiones y negociaciones, en planos de mayor equidad. Actividad: De las familias “ideales” a las familias “reales” Objetivo: Hacer visible cómo describen la o las familias las afirmaciones que circulan en las diferentes instituciones sociales y qué incidencia tienen en nuestras propias ideas y juicios sobre las concepciones familiares. Tiempo: 1 hora 15 minutos. Desarrollo: 1. Divididos los participantes en cuatro grupos, les pedimos que describan en una cartulina ¿Cómo se habla de la familia en: La escuela Los medios de comunicación Los discursos políticos Los discursos religiosos 30
  • 31. 2. Cada grupo podrá apelar a las fuentes de información que recuerde en ese momento, por ejemplo: las ilustraciones de la familia en los libros de textos; un programa de radio dirigido al público adolescente; las declaraciones de políticos y políticas respecto a un tema específico relacionado con la familia; propagandas en los medios; o bien las clases de catequesis a las que acudían sus hijos o sobrinos. 3. Una vez concluidas las descripciones, se compartirán con el grupo en Plenaria. 4. Para reflexionar, y como disparador para el debate, se proponen las preguntas siguientes: ¿Estas familias (las descritas por los grupos) les parecen parecidas a las que ustedes conocen? ¿O piensan que son más ideales que reales? ¿Qué está ocurriendo en la actualidad en las familias reales? ¿Qué deseamos que ocurra para mejorar las condiciones de vida de sus miembros? ¿Cuáles ideas acerca de las familias creen que están presentes en esas afirmaciones? 5. Por último, y después del acalorado debate que nos imaginamos se habrá generado, les pedimos que cada cual recuerde las características de sus familias de origen, las familias de sus compañeras y compañeros de trabajo, cómo viven los vecinos de comunidades próximas y distantes, etc., dejando que aparezcan todas las imágenes de escenas posibles; y que luego reflexionen cuidadosamente sobre las preguntas siguientes: ¿Qué sucede con quienes estarían “desviados de la norma” de esa familia descrita como ideal? ¿Cómo hacemos valer nuestros derechos si nos consideramos “en falta” por no responder a los ideales? 31
  • 32. 6. Los integrantes del grupo pueden, si lo desean, compartir con la compañera o compañero más próximo cómo se sintieron después esta reflexión; ya para finalizar, se invita a las y los integrantes a recuperar en conjunto las reflexiones que hicimos. DIFERENCIAS HISTÓRICAS ¿Podemos imaginar cómo se originó “la familia”? Muchos científicos (historiadores, antropólogos y sociólogos) estudiaron documentos que dan idea de cómo surgieron las familias y en función de las necesidades humanas.7 Para algunos, los principales factores que influyeron en las formas que fueron tomando las organizaciones familiares fueron: • La conciencia de necesidad de cuidados intensivos a los miembros pequeños de la especie, que de lo contrario no sobrevivían • La importancia de la sexualidad ligada a la reproducción, y el control de la sexualidad de las mujeres y sus capacidades reproductivas • Los tabúes para las relaciones incestuosas, es decir, la prohibición de relaciones sexuales entre personas de la misma sangre Es posible imaginar lo que algunos autores plantean, es decir, que existió un grupo primitivo sin forma –llamado horda– (Levy-Strauss, 1968) que se transformó en una sociedad en la cual los varones intercambiaron mujeres (como si fueran regalos) entre ellos en pactos de no-agresión (Gayle, 1975). Según sostienen ciertos autores, las mujeres fueron consideradas entonces objetos de intercambio y no sujetos con sus propios deseos y proyectos. También afirman que se necesitaban formas de control para establecer y mantener ese orden en que los varones eran los únicos sujetos, y, entonces se instituyeron algunos tabúes (incesto, homosexualidad) que se consideraron pilares en la construcción 7 Véase Schmukler, Di Marco y Faur, en prensa; y Chartier, 1992. 32
  • 33. de la familia. Podemos pensar que las convivencias y las organizaciones sociales en general necesitan de un orden que intenta establecer una simplificación a partir de un conjunto de relaciones complejas. Dice un autor, Le Roy Ladurie, que las familias en la Edad Media eran patriarcales. El patriarcado ha sido y es un orden en el que el hombre, lo masculino, se erige como una jerarquía superior, en la línea de un ser Superior – Rey – Hombre. A su vez, sabemos que ese orden no ha podido instalarse totalmente, sino que ha estado atravesado por múltiples formas alternativas (muchas veces consideradas transgresiones o conductas indeseables), como por ejemplo, algunas formas de poder ejercido por las mujeres en su relación con los hijos, o intercambios de información entre mujeres y entre sirvientes, considerados como “chismes”, pueden considerarse alternativas al poder patriarcal. La familia patriarcal, emblema de inequidad, se constituyó bajo la conducción de un “amo” para el cual los subordinados (mujer, hijas e hijos, otros parientes, sirvientes y animales) debían producir bienes (objetos y personas) a cambio de seguridad y protección frente a las amenazas externas (mundo público al que sólo el “amo” tiene acceso). Con la modernidad, ocurre el afianzamiento de la producción industrial y la transformación de la familia extensa (parientes como primos, tíos y abuelos todos conviviendo) en una familia “conyugal”, con un hombre proveedor y una mujer que se hace cargo del cuidado y de las tareas domesticas. Muchas mujeres sienten que ese lugar social, trabajar en el hogar, es el mejor para ellas, a pesar de que a veces se sientan encerradas o asfixiadas. Recordemos que, puesto que en el orden patriarcal las mujeres eran vistas como potencialmente peligrosas porque podían llegar a cuestionar ese orden desigual, se necesitaba asegurar el control de un hombre sobre su persona, como lo establecían muchas leyes y muchas costumbres que permanecen aún inadvertidas entre nosotras y nosotros. Ejemplo de lo anterior es que en muchos países en los que no se usa el apellido materno, se desconoce la línea genealógica de las mujeres antepasadas; las familias no son consideradas como tales si falta el padre; las mujeres han llegado mucho más tarde a ejercer su 33
  • 34. derecho a votar sus representantes, y a participar de los niveles más altos de la educación. A continuación se mencionan algunas preguntas útiles para reflexionar: ¿Qué costumbres creen que caracterizan a una sociedad patriarcal? ¿Qué costumbres patriarcales persisten en nuestras sociedades? ¿Cómo las ves? ¿Qué cambiarías de ellas? ¿Qué deseamos y necesitamos que ocurra para mejorar las condiciones de vida de los miembros de las familias? ¿Queremos un modelo de familia? ¿Cómo están cambiando las familias? DIVERSAS ORGANIZACIONES FAMILIARES ACTUALES Como hemos visto en el breve recorrido histórico y apelando a nuestros conocimientos de la vida diaria, hay muchos grupos sociales que cumplen funciones familiares, las cuales trascienden la imagen tradicional de una madre, un padre y dos o más hijos. Todos estos diferentes escenarios de “familias” han sido influidos en los últimos tiempos por algunos factores que nos gustaría incluir para reflexionar. En México, la mayor parte de los hogares corresponde a familias con hijos (84.3%). De ellos, sólo la mitad están compuestos por mamá, papá e hijas o hijos, mientras que todos los demás son hogares extensos con una pareja conyugal (14.1%), o monoparentales (9.2%), con un papá o una mamá que viven con sus hijas o hijos. En los hogares extensos es posible encontrar una pareja que viven con una abuela o abuelo, o con sus padres o madre o padre. Incluso en los hogares nucleares, las mezclas en la actualidad son grandes. Podemos encontrar los míos, los tuyos y los nuestros: hijos de una pareja anterior de la mujer, hijos del hombre que habitan sólo algunos días, o hijos del hombre que habitan siempre con la nueva pareja, e hijos comunes de la nueva pareja. También consideremos que los hogares dirigidos por mujeres han aumentado en las últimas décadas, o al 34
  • 35. menos las estadísticas los están reconociendo porque actualmente se pregunta quién es el jefe o la jefa cuando se hacen los censos de población. Les pedimos que se detengan por un instante en cada uno de los puntos que describiremos, revisando en su interior si conocen, saben o le han contado de familias en las que aparezcan algunas de las modificaciones siguientes: • Cambios laborales con crisis de desocupación creciente que afecta de manera muy especial a los hombres. Históricamente ellos fueron los indiscutidos “Jefes del Hogar”, con su autoestima muy ligada al papel de proveedor. • Adolescentes y jóvenes más autónomos e independientes. • Mujeres que cada vez más trabajan fuera del hogar para ganar dinero. • Reconocimiento de voz y voto de las mujeres. • Tener relaciones sexuales con parejas ocasionales. Aparición y uso de distintos métodos anticonceptivos. Jóvenes que no se preocupan por llegar vírgenes al matrimonio. • Parejas que deciden no tener hijos. • Parejas que deciden tener hijos sin vivir juntos. • Parejas que acuerdan vivir juntos sin casarse. • Familias monoparentales: mujeres u hombres que crían solas y solos a su “descendencia” sin tener una compañera o compañero. • Personas que se divorcian o enviudan y deciden convivir en pareja con otra persona en condiciones similares, compartiendo la casa y las hijas o hijos de ambos, si los tienen. (Todavía no se ha definido un nombre para estas nuevas organizaciones; se las llama familias “ensambladas”, “reconstituidas”, “binucleares”, etcétera.) • Parejas que conviven con padres y hermanos de alguno de los cónyuges, que crían a las hijas e hijos asociadamente, estas organizaciones se conocen como familias “ampliadas”. • En situaciones de fallecimiento de padres y madres (países con regímenes dictatoriales, guerras, pandemias como el SIDA), muchos hijos han sido criados por abuelas y /o abuelos, vecinas y /o vecinos, creando también arreglos y configuraciones diversas. 35
  • 36. Nuevas tecnologías reproductivas como la fertilización asistida, la reproducción “in vitro” o de probeta, etcétera. • Vicisitudes diversas de crianza de hijas e hijos adoptados (adopción legal, donaciones, vientres subrogados, abuelos y vecinos que, por diversas circunstancias, crían hijas o hijos de otras personas, etcétera). • Familias con padres o madres homosexuales. • Personas que viven en “comunas” (en general, gente joven que vive en viviendas cuyos gastos y organización afrontan en común; conventos u órdenes religiosas; bandas de música; instituciones con organización de convivencia, como escuelas, internados, etcétera). En México, según describe Orlandina De Oliveira (1998), predominan los arreglos familiares nucleares con jefes varones y uniones legales. Sin embargo, las familias extensas, aquellas dirigidas por mujeres, y las que se forman mediante uniones consensuales, representan proporciones nada despreciables que varían según las regiones, áreas rurales y urbanas, y sectores sociales. En los años noventa, en contraste con las décadas anteriores, encontramos que las familias mexicanas son de menor tamaño, las parejas se unen a edades más tardías, la diferencia de edad entre los cónyuges ha disminuido y las pautas nupciales se han hecho más complejas. Recordemos que, además de las nuevas organizaciones detalladas, si pensamos en las distintas razas, etnias, clases sociales y religiones que conocemos, incluiríamos aún más complejidades y variedades posibles de configuraciones familiares. ¡Enriquezcámonos de y en la diversidad! Además, las familias enfrentan nuevos desafíos con los que lidiar, como la difusión en el uso de drogas y alcohol; o los temas como la pobreza y la criminalización de la misma, es decir, familias que dependen para su 36
  • 37. supervivencia del trabajo legal o delictivo de sus hijas e hijos niños y adolescentes. Un fenómeno particular y creciente es la idealización cultural –sobre todo en medios urbanos– de la etapa adolescente, corriente en la que quedan atrapados incluso los adultos que los imitan y no pueden entonces asumir funciones de puesta de límites, de educación, etc. A esto se suma el papel de los medios de comunicación, en especial de la televisión, que se ha colocado en un lugar familiar central y sus personajes forman parte de pláticas familiares. Si bien introduce muchos temas y aporta información que actualiza a quienes permanecen más tiempo adentro de sus casas, también limita la cantidad y calidad de intercambios entre los miembros de las familias. ¿Estará sustituyendo los vínculos entre las personas? Todos estos diferentes impactos (masivo consumo de drogas y alcohol, criminalización de la pobreza, idealización de la etapa adolescente, invasión de los hogares por la televisión) influyen en la vida cotidiana. Es necesario tenerlos presentes, no para imaginar que las familias se destruyen o se termina la vida en familia, sino para aceptar que las familias cambian y que, al mismo tiempo, pueden seguir siendo una red social de sostén y apoyo afectivo y material. Actividad Objetivo: Reconocer el impacto que nos ocasionan los escenarios actuales y las formas en que los abordamos. Desarrollo: 1. La persona que coordina solicita que cada cual, con su compañera o compañero de al lado, comente qué impresión le causó leer el punteo de los nuevos escenarios actuales. 2. Luego les pide que traten de platicar acerca de la aceptación social e individual de estas diversidades. A continuación se ofrecen algunas preguntas guía para facilitar la reflexión: 37
  • 38. ¿Cuánto hay de: discriminación, estigmas, marginación, terrorismo familiar (amenazas de destrucción, confusión, enfermedad) si los modelos familiares no se ajustan a los tradicionales? ¿Por qué creen que esto sucede? 3. Ya en Plenaria, se abre el debate acerca de cuánto hay de discriminación, estigmas, amenazas, etc. dentro de las instituciones sociales que trabajan con familias. 4. Por último, se pide que cada cual se pregunte qué le gustaría que se modificara en la institución en que trabaja. La indicación es que no sean humildes, no es momento de serlo, sino que imaginen con todas sus fuerzas qué desearían modificar. A modo de impacto visual, la persona que facilita describe la escena siguiente: El hombre está mirando el programa de noticias; la mujer, viendo la telenovela, cada uno con un televisor distinto... muy contentos. Se ve la puerta del baño abierta y, en él, un bebé que pone y saca un juguete del inodoro. Un globito encima de ambos adultos dice “¡qué bien la pasamos juntos!” Preguntas para reflexionar: ¿Qué les sugiere esta escena? ¿Cuál es el papel que juega el televisor en la realidad de sus familias? LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE PAPELES Y FUNCIONES EN LA COTIDIANEIDAD FAMILIAR Nos interesa reflexionar en conjunto y tomar conciencia acerca de la importancia de la distribución de tareas entre los miembros de las familias, en especial para poder alentar a compartir y colaborar en las numerosas tareas y funciones necesarias para el bienestar de todas y todos. Somos conscientes de la limitación para las mujeres – madres de su posibilidad de participación comunitaria si están muy absorbidas por las tareas domésticas. 38
  • 39. En la actualidad, la distribución de las tareas domésticas y de crianza ha debido ser renegociada, entre otros factores, a partir de los cambios laborales. Es frecuente que las mujeres trabajen en horarios más flexibles que los hombres, ellas tienen sus propios changarros, venden comida que cocinan o ropa que cosen; o trabajan en la maquila. Todos estos trabajos no tienen seguridad social y cuentan con escasos o nulos derechos laborales. Por otro lado, a los hombres les ha sido muy difícil aceptar “reciclarse” en otros trabajos que se consideran como femeninos (su autoestima y su identidad se intrincan con el desempeño laboral). También es difícil para ellos acomodarse a cumplir funciones en el hogar, para las que en verdad serían muy importantes y necesarios especialmente cuando la mujer tiene que salir a trabajar. Estas situaciones nuevas en las familias necesitan apoyo, preparación y comprensión para que todos entiendan que un hombre no es menos hombre si cocina, plancha o lava los trastes; ni es menos hombre si no consigue traer a su casa un salario; que los bebés y niños necesitan ser higienizados y alimentados y que eso lo pueden hacer personas responsables, sin importar su sexo; que una mujer no pierde su lugar en su familia porque falte algunas horas de su casa, a la que sostiene con su trabajo si es ella quien consigue un salario. Se trata de una ética del cuidado que incluye tanto a mujeres como a hombres. Sugerimos pensar en conjunto respuestas a las preguntas siguientes: ¿Qué valor tiene el trabajo fuera del hogar para los hombres? ¿Qué valor tiene el trabajo fuera del hogar para las mujeres? ¿Por qué? ¿Qué significados le asignan a eso? ¿Hay posibilidades de hacer arreglos satisfactorios para todos? Actividad 1: “También es cosa de hombres” 39
  • 40. Objetivo: Tomar conciencia de que las tareas domésticas, necesarias para el bienestar familiar, no tienen por qué ser desempeñadas por mujeres y que también son cosas de hombres y de hijas e hijos, aunque aún tenemos algunos prejuicios en relación con esto. Materiales: Dibujos, actores dramatizando. Tiempo: 40 minutos a 1 hora. Desarrollo: 1. Los participantes se van pasando tarjetas con una historieta en 3 cuadritos, para que todos las vean. La historieta es la siguiente: a) Un señor lleva a sus hijos a la escuela (un amigo lo mira). b) El mismo señor vuelve con bolsas del mandado (otro amigo lo mira). c) Los amigos comentan: Pepe nos tiene preocupados. Desde que su mujer es cajera en la tienda, él se está volviendo un mandilón. 2. Se pide a algunos participantes que asuman los personajes del tercer dibujo y representen la escena. 3. Divididos en pequeños grupos, se solicita que cada grupo examine y re-trabaje lo ejercitado a través de estas preguntas guía: ¿Que diría Pepe si conociera estos comentarios? ¿Cómo platicaría de esto con su mujer? ¿Qué desearía él que dijeran los amigos? ¿De quién /es podría esperar apoyo? 4. Se comparten en Plenaria los trabajos de los grupos. Actividad 2: “Cuentos Mágicos al revés” Objetivo: Revisar y flexibilizar nuestros propios códigos y los códigos culturales estereotipados con los que interpretamos situaciones y funciones familiares. Tiempo: 40 a 50 minutos. Desarrollo: 1. Se les solicita a los participantes que se dividan en dos grupos (o más, según la cantidad) y que piensen en los cuentos tradicionales como ”Cenicienta”, “La 40
  • 41. Bella Durmiente del Bosque”, “Barba Azul”, etc. Una vez que los recordaron, se les pide que los escriban “al revés”, pensando por ejemplo que Cenicienta es Ceniciento. Cada equipo tendrá que presentar en Plenaria una síntesis argumental del cuento elegido. 2. Luego se les pedirá que opinen en función de las preguntas siguientes: ¿Cómo habrían sido nuestras vidas si a lo largo de nuestras infancias también nos hubieran contado estos cuentos al revés? ¿Cuáles creen que hubieran podido ser sus aportes? 3. La o el coordinador de la Actividad trabajará sobre la base de los estereotipos que los miembros de los grupos hayan decidido cambiar en los cuentos “al revés”, y sobre las iluminaciones que estos cambios podrían haber generado o incluso hoy pueden generar. 41
  • 42. Ⅱ . SISTEMAS DE PODER Y AUTORIDAD FAMILIAR Queremos acompañarles y que nos acompañen en el camino de aprender en conjunto cómo se logran maneras más democráticas de funcionar en familia, y cómo se construyen relaciones cada vez más respetuosas y justas entre personas de la misma y de diferente generación y género. Creemos que estos caminos aseguran el cumplimiento de metas cada vez más próximas a establecer relaciones de equidad y prevenir conductas de abuso entre las personas. Tanto en la familia como en otras instituciones sería deseable que pudiéramos aprender en la infancia a fortalecer nuestra autoestima, a no discriminar ni descalificar, a conocer y reconocer los derechos que tiene cada persona, a respetar los sentimientos y el cuerpo propio y ajeno, a facilitar la comunicación constructiva y la expresión de emociones sin dañar, a resolver conflictos en forma no violenta, etc. Todo ello son aprendizajes útiles para prevenir la violencia y otros abusos, y así vivir mejor. Mujeres y varones podrían aprender a manejar y administrar una casa, a criar y a atender niños, a resolver situaciones en conjunto, además de desarrollar un oficio o una profesión. En estos aprendizajes estarían incluidos el aceptar los conflictos y los errores, el reconocer que puede haber problemas más o menos graves en las familias y en las propias conductas, así como las formas de pedir ayuda y de cambiar aquello que causa perjuicios. SISTEMAS DE PODER Y AUTORIDAD FAMILIAR EN LA ORGANIZACIÓN DE LA VIDA DOMÉSTICA 42
  • 43. Todas y todos necesitamos crecer y aprender a convivir en redes sociales de apoyo y contención. Las familias son redes de este tipo, organizadas en unidades de convivencia que producen cultura y bienes, desarrollan personas y modalidades de relación. La convivencia demanda una organización de la vida de todos los días, sostenida mediante variadas tareas. Las personas que participan de la convivencia definen en su organización qué corresponde hacer a cada cual, cuándo y cómo, en interrelación con su contexto sociocultural. Las modalidades de participación y de interrelación con se toman estas decisiones dan cuenta del sistema de autoridad vigente en cada familia. En general, las decisiones pueden ser tomadas: • En conjunto, considerados todos los miembros de la familia con derecho a opinar. Éstas serían familias más flexibles en las que se debaten y distribuyen equitativamente las diferentes funciones que se necesitan cumplir. • Definidas desde una sola persona que detenta una autoridad considerada “natural”, decisiones que corren el riesgo de volverse rígidas y de limitar las alternativas posibles. Hemos llamado familias con tendencias más democráticas a las familias en las que predomina la primera modalidad de toma de decisiones, y familias con tendencia más autoritaria a aquellas en que predomina la segunda. Si bien las democracias constituyen sistemas imperfectos, contradictorios, frágiles, vulnerables, y con conflictos, vemos también que quienes crecen y pertenecen a redes sociales de convivencia, que se organizan según principios democráticos, desarrollan rasgos de autonomía solidarios que respetan las diferencias y favorecen el reconocimiento del valor de sí mismos y de las otras personas. FAMILIAS CON RASGOS MÁS AUTORITARIOS 43
  • 44. Los objetivos del desarrollo de este tema son los siguientes: • Ayudarnos a identificar y cuestionar los principios que favorecen sistemas de organización autoritarios en las familias. • Revisar nuestros propios “automatismos” autoritarios, con los que podemos, inadvertidamente, reforzar estos rasgos en las familias con las que trabajamos o vivimos. • Ayudarnos a alentar y desarrollar los valores y recursos que favorecen las tendencias más democráticas, a través de revisar la organización de nuestras propias familias, la organización de las instituciones de las que formamos parte, y evaluar la consistencia que mantenemos entre nuestras conductas y los valores democráticos en cada negociación. Compartir una misma representación de la propia familia promueve un sentido de pertenencia a una colectividad y a una cultura. Lamentablemente, si la adhesión a esa cultura es impuesta autoritariamente, existirá un riesgo importante de trastornos de la percepción acerca de uno mismo y de los otros. Cuando las relaciones sociales y familiares son abusivas, bloquean la creatividad individual, anulan la capacidad reflexiva e impiden el encuentro y el diálogo con otras personas. Encontraremos estas mismas relaciones, con sus dramáticas consecuencias, en las sociedades totalitarias, en los grupos políticos extremistas, en las sectas y en los movimientos religiosos fundamentalistas e integristas. En todas estas relaciones sociales autoritarias, las personas son “convencidas” u obligadas a aceptar las creencias defendidas por las castas dirigentes o los grupos dominantes, como si fueran “verdades absolutas”. Todas las familias son distintas entre sí y todas pueden tener rasgos más autoritarios o más democráticos. Los temas que vamos a plantear pueden ayudarnos a no reforzar sin advertirlo aquellas características que podemos identificar como tendencias más autoritarias. Por lo usual encontramos en ellas las relaciones siguientes:  Se ordenan según jerarquías fijas que sus miembros consideran “naturales” e invariables. 44
  • 45. Manda alguien por ser mayor en edad o por ser el varón frente a las mujeres.  Las personas no son consideradas iguales, aunque se respetan diferencias por sexo o edad.  Quien manda (autoridad unipersonal única), impone sus decisiones a las y los demás que deben someterse a ellas, sin que se tomen en cuenta los deseos e intereses de los otros.  Las decisiones tomadas se mantienen sin flexibilizarse, aunque a veces produzcan perjuicios. Estas modalidades autoritarias se refuerzan en el aislamiento. En cambio, cuando sus miembros participan en otros grupos sociales, reciben estímulos que les facilitan y promueven algunas conductas vinculadas con intereses propios que resisten a los mandatos autoritarios (estudiar, buscar trabajo, aprender oficios que brinden mayor autonomía, favorecer vínculos y amistades con conductas y familias diferentes a la propia, explorar otras conductas alternativas, etc.). Pero, lamentablemente, cuando esos rasgos autoritarios predominan, quien manda (por lo general se trata del padre) siente amenaza cuando la gente no acepta sus mandatos o manifiesta intereses o deseos diferentes. Quien manda, cree entonces que tiene derecho a ejercer violencia sobre quienes se resisten, violencia que justifica porque considera que su acción es “disciplinadora”. Estas configuraciones familiares autoritarias se apoyan en valores o principios organizativos que les dan sostén. Entre los valores que predominan, encontramos los siguientes:  Suponen que quienes son varones son superiores a las mujeres; los adultos, superiores a niñas y niños, y ancianas y ancianos.  Imponen obediencia sin reflexión.  Reverencian a las personas por su mayor jerarquía, sin examinar si sus conductas son dignas de respeto o no.  Creen y valorizan las certezas y las verdades totales, únicas e ideales.  Identifican lo nuevo o desconocido como peligroso y desestabilizante. 45
  • 46. Buscan la excelencia en el rendimiento, aquello que les permita colocarse por encima de las demás personas (valores relacionados con competir y ganar). Características de estas familias:  Posibilidad de gran cohesión frente a las dificultades. En general se oponen a que los problemas sean discutidos o resueltos fuera del ámbito de su casa.  Consideran válidas algunas propuestas como: mito de que siempre alguien debe ser El Jefe y eso es lo mejor; mitos acerca de que los varones deben estar al mando porque las mujeres son demasiado sensibles, o débiles. Se valora mucho la fuerza.  Con frecuencia, quien lidera es capaz de asumir sobre sí responsabilidades que cree que le corresponden y que no es necesario distribuir entre todos, lo cual a veces supone cierta comodidad para los demás pero trae el perjuicio de que así no se entrenan para crecer y ser personas responsables y autónomas.  Los líderes operan con alto grado de certeza, lo que brinda gran sensación de seguridad y mayor sensación de fortaleza.  Sus miembros casi no experimentan contradicciones ni necesitan emplear tiempo en debates, lo que les significa una economía de tiempo en la toma de decisiones. Necesitamos pensar cómo y en qué medida podemos estar transmitiendo valores ligados con rasgos autoritarios en nuestras familias. Comentario para reflexionar en conjunto: 46
  • 47. Una señora se enoja con su hijo de 10 años porque él trajo de la escuela una clasificación en matemáticas que no es la máxima. Le arranca entonces la hoja de su cuaderno y le hace hacer todo el trabajo de nuevo. Reflexionemos en conjunto acerca de este relato. Entendemos que esta mamá quiere lo mejor para su hijo, y podría sugerirle estudiar y trabajar más para tener mejores clasificaciones. De la manera en que lo hace, ella está convirtiendo una desigualdad de experiencia, fuerza y autoridad en razón para someterlo. También está transmitiéndole valores de la cultura autoritaria (lo bueno es ser el mejor, lo bueno es competir y ganar, lo bueno es hacer cosas forzadas y no medir sus consecuencias ni los sentimientos en juego con tal de ganar; experimentar placer no es bueno, es bueno sólo lo mejor, lo ideal, etcétera). Tenemos que pensar si bien las familias tratan de inculcar a sus hijos valores de superación, también es preciso entender que esas acciones deben enmarcarse en gestos solidarios para que no se prestan a reforzar abusos entre quienes son diferentes. Tratar de superarse y ser mejor no significa apoyar supuestos acerca de que es mejor ser blanco que moreno, alto que bajo, varón que mujer, demostrar más fuerza o más poder, y que los supuestamente “mejores” dominen a los otros. Algunas observaciones nos permiten pensar que hay “climas emocionales” propios de las familias en las que se producen y reproducen patrones autoritarios. Dichos climas serían los siguientes:  Tensión permanente.  Malhumor.  Conductas rígidas que no contemplan diferencias de edades e intereses.  Sensaciones que se guardan en secreto.  Falta de confianza de unos a otros.  Sensaciones de malestar y de miedo.  Puede aparecer violencia bajo la forma de gritos y amenazas, miradas furiosas y gestos que imponen silencio o transmiten menosprecio. 47
  • 48. Muchas veces hay alguien que trata de disminuir o disimular las dificultades y tensiones para evitar discusiones, o alguien que parece estar ausente y poco comprometido con lo que viven los demás.  Las críticas y los castigos son más frecuentes y visibles que las aprobaciones.  Se guardan interminables rencores.  Las personas se ofenden fácilmente, aun de bromas cariñosas. Pensamos que se han acostumbrado a vivir así porque no conocen otra forma o no saben cómo intentarlo. Lamentablemente, todas y todos hemos aprendido muchos patrones de los modelos autoritarios y no nos damos cuenta de que los producimos y reproducimos automáticamente. (Por ejemplo: enjuiciamos a las otras personas, nos sentimos muy mal si no somos mejores y no ganamos las competencias, privilegiamos las críticas a las miradas apreciativas, etcétera.) FAMILIAS CON RASGOS MÁS DEMOCRÁTICOS Recordemos que no existen familias sin dificultades de algún tipo. Las familias ideales están sólo en nuestra imaginación y no en la realidad. Consideramos familias con rasgos más democráticos a las familias en las cuales la autoridad se ejerce de una manera flexible, procurando tomar decisiones que contemplen los intereses y las necesidades de todos, a través de llegar a acuerdos consensuados en conjunto, o de negociar cuando no hay acuerdos. Características de estas familias:  Frente a situaciones difíciles, sus miembros se muestran dispuestos a enfrentar los problemas y se comunican entre sí para solucionarlos.  Cuando se sienten molestos pueden expresar sus enojos sin dañar ni dañarse y, por lo tanto, son capaces de continuar las relaciones sin provocar rupturas afectivas definitivas. 48
  • 49. Se pueden demostrar afecto.  Pueden tolerarse errores y contradicciones, tanto en las acciones como en las decisiones. En cuanto a los “climas emocionales”:  Se divierten.  Les importa disfrutar y compartir momentos de placer.  Se cruzan bromas inofensivas.  Se informan novedades.  Se escuchan con interés y se disculpan si se producen malestares. En estas familias,8 todos sus miembros son conscientes de que deben aportar sus recursos a la convivencia, la crianza, la evolución afectiva, intelectual y espiritual, etcétera.  Quienes integran la familia se saben y se sienten aceptadas y aceptados.  Los rencores y las ofensas no son frecuentes o no duran mucho tiempo.  Tienen algunos proyectos en común pero nadie está obligado a participar en lo que no le interesa, ni debe postergar y dejar siempre de lado sus deseos por complacer a los demás.  Los mayores no imponen las cosas por la fuerza sino explicando las razones para cada propuesta.  Nadie se considera “jefe” de nadie.  No ocultan lo que puede estar sucediendo en la familia (dificultades económicas, pérdida del trabajo, enfermedades, adicciones, etc.) ni mantienen en secreto aspectos de sus vidas, conversan estos temas.  Consideran prioridad aquello que le sucede a la otra o al otro y que todas y todos estén bien. Valores que les dan sostén: 8 Estas definiciones y descripciones de familia autoritaria y democrática están inspiradas en Corsi- Ferreira, 1998; y Proyecto Propuestas para una Convivencia Democrática en la Familia, mimeo. . 49
  • 50. Reconocen el valor del estímulo positivo, la unión, la cooperación, la equidad de género y de generación, la disposición a las pláticas, la responsabilidad compartida, la flexibilidad, el respeto por los derechos de todos, el apoyo, el buen humor, el buen trato, los contactos sociales con la gente que no es de la familia, la solidaridad, la paciencia, las diferencias, la tolerancia a los errores –de los que se aprende– y a los conflictos que se sabe inevitables y que se busca solucionar. Recursos con los que cuentan las familias:  Establecen reglas que permiten a cada uno desarrollar su individualidad sin perjudicar al conjunto.  Saben que, aunque no hagan lo esperado, no por ello van a perder el afecto de los demás.  Tratan de que cada circunstancia sea un momento de aprendizaje.  Cuidan la estima de sí mismos y de los otros.  Son capaces de tomar decisiones en forma conjunta, atendiendo a los intereses y las opiniones de cada uno, buscando compartir equitativamente responsabilidades según sus experiencias y capacidades.  Buscan resolver los problemas y no “tener la razón” o castigar al equivocado.  Reconocen los problemas, los enfrentan con creatividad y no desperdician energías en quejas, acusaciones, peleas o reclamos inútiles.  Aceptan las diferencias y las debaten con interés.  Tienen paciencia para adaptarse a los distintos tiempos de cada uno, y al crecimiento y evolución de todos.  Nadie se aprovecha de los puntos débiles de otra u otro.  Todos reconocen sus propias capacidades y también sus limitaciones.  Cada una y cada uno se respeta a sí misma y a sí mismo, respetan a las otras personas y se hacen respetar.  Negocian y buscan soluciones creativas y no-violentas a los conflictos.  No se enrolan en fanatismos ni prejuicios extremos.  Se interesan por lo que pasa en su comunidad y en el mundo. 50
  • 51. Pueden esperar y comportarse con serenidad, sin dejarse llevar por provocaciones.  No ocultan sino que expresan y comparten sus problemas. Todas estas formas de relacionarse son maravillas ideales que no siempre podemos tener en cuenta en la vida de todos los días. Las estamos planteando para que pensemos, sintamos y reflexionemos en conjunto sobre ellas, y sobre todo para saber que existen estas posibilidades de relacionarse, que no todo es ganar o perder y que se puede ganar y ganar. Con la idea de comprender mejor estas maneras de relacionarse y organizarse, les comentamos acerca de dos actividades posibles, la primera, más centrada en las familias, y la otra, en las relaciones familias – instituciones. Actividad: De la familia más “desastrosa” a la familia más “virtuosa” Objetivo: Reconocer cuáles son los mensajes propios de las familias más autoritarias, cuáles los de las más democráticas y cuáles podrían ser las herramientas de cambio posibles. Tiempo: 1 hora. Desarrollo: 1. Se pide al grupo que se divida en dos subgrupos. El subgrupo A tendrá la consigna de armar una familia con rasgos más autoritarios, y el B una familia con rasgos más democráticos. 2. Se les da la tarea siguiente: Deben afrontar la situación de que las hijas de 15 años de ambas familias no han concurrido a la escuela y han vuelto a sus casas por la noche, varias horas después del horario escolar. 3. Se les pide que imaginen y dramaticen escenas de las pláticas que tendrán lugar en el seno de la familia A (más autoritaria) y en la familia B (más democrática). Pueden imaginar escenas antes de que las adolescentes aparezcan, cuando ellas ya han llegado, con ellas presentes o no. 4. En momentos críticos de las pláticas, se les piden monólogos a los que están representando a los miembros de la familia. 51
  • 52. 5. Por último, se discuten en Plenaria ideas acerca de cómo ayudar a crear condiciones más democráticas. En la medida en que somos las personas quienes les damos formas a las organizaciones, podemos decir que las instituciones también pueden sostenerse según tendencias más democráticas o más autoritarias. Pensemos en la lista de rasgos distintivos y nuevamente en los valores y recursos, y hagamos una relación entre esas listas y nuestras condiciones institucionales. Preguntas para reflexionar: ¿Se pueden encontrar analogías entre las familias y otras instituciones? ¿Cómo sugerirías organizar la institución donde trabajas para hacerla más democrática? ¿Quiénes sería conveniente que participaran en la “reformulación institucional”? ¿Por qué? Actividad: “Familias virtuosas y familias desastrosas” o “ni muy muy, ni tan, tan” Objetivo: Poner en cuestionamiento la idea de que las modalidades de organización pueden ser puras o absolutas. Ayudar a pensar acerca de cómo volverlas cada vez más democráticas. Material: Cartulinas, plumones. Desarrollo: 1. La persona que coordina le solicita a las y los participantes que se dividan en 3 grupos: a) El grupo A estará compuesto por un “equipo de docentes de una escuela” que describirán en una cartulina cómo conciben los rasgos de familias tanto virtuosas como desastrosas. b) El grupo B se pondrá en la piel de los integrantes de un “equipo técnico de una Asociación Comunitaria que desarrolla programas de apoyo a familias de una escuela” (podrán elegir la modalidad de trabajo que 52
  • 53. deseen e incorporar las voces de los agentes, profesionales o no, que ellos consideren propicios), y desde allí también describirán cómo conciben a las familias con mejores y peores características. c) El grupo C estará compuesto por un “Equipo de observadores” que en los primeros 15’ no hará otra cosa que observar el desarrollo de la primera parte de la actividad: cómo conversan los integrantes de los grupos, si se ponen de acuerdo o no con los puntos descritos, etc. Los otros 15’ los emplearán en darle forma a una escena que se desarrollará en una escuela y cuyo principal personaje es una niña “que trae muchos problemas” en el aula. Tiempo total: 30’. 2. Luego, los subgrupos compartirán con el resto de los participantes las descripciones que han realizado sobre las “familias democráticas o virtuosas” y las “familias autoritarias o desastrosas”. 3. Una vez enumeradas, las y los coordinadores promoverán, en Plenaria, comentarios acerca de estas categorías. Tiempo: 30’ 4. A continuación, los que estuvieron como observadores plantearán la situación problemática y solicitarán a otros compañeros que la dramaticen. Tendrán que tener en cuenta que la escena se lleva a cabo en la escuela donde trabajan los “docentes” que formaron parte del grupo A. Tiempo: 30 a 40’. Preguntas para tener en cuenta a la hora de coordinar la actividad: ¿Cómo actuarían docentes y familiares para resolver ese conflicto? ¿Qué cosas se dirían? ¿Cuáles serían las concepciones de familias y de funciones que predominan en cada uno de los personajes de la escena? ¿Piensan que una ayuda apelando a las redes comunitarias podría ser beneficiosa? ¿Se les ocurrió recurrir a los miembros del equipo técnico de la ONG representada por el grupo B? Etcétera. 53
  • 54. Es probable que el grupo de observadores reconozca cómo se juegan los “opuestos” entre las características de las familias “virtuosas” y las familias “desastrosas”. Como a esta altura sabemos que todos tenemos “virtudes y defectos”, el grupo tratará de cuestionar las afirmaciones tajantes con comentarios tales como: ¿Siempre es un problema esta niña? ¿Hay lugares o personas con las que se comporta de manera diferente? ¿Cómo podrían platicar los docentes, los familiares y los equipos técnicos para reconocerse todos como seres humanos, con “cosas buenas y otras no tanto”, y coordinar acciones de colaboración y apoyo que ayuden a la niña? 5. Para finalizar, ya en Plenaria, se tratará de recuperar entre todos las imágenes “automáticas” que se han deslizado en las descripciones de las familias: los estereotipos de género (si es que los hubiera), las relaciones con posiciones de mayor poder de unos y otros, para entender que no existen ideales “democráticos” o “autoritarios” puros sino más bien que ambos rasgos coexisten, que todos los tenemos, que es deseable que los primeros predominen sobre los segundos, y que es muy importante cómo y de qué manera nos comunicamos. 54
  • 55. Ⅲ . COMUNICACIÓN FAMILIAR: ENTRENAMIENTOS EN PLÁTICAS PARA LA DEMOCRATIZACIÓN DE LAS FAMILIAS CONSIDERACIONES GENERALES ACERCA DE LA COMUNICACIÓN El objetivo de este capítulo es ayudar a las y los promotores de programas sociales a promover en las familias formas de comunicación que incluyan las diferencias que existen entre hombres y mujeres, distintas generaciones, experiencias, historias y culturas, aprendiendo a respetarlas sin juzgar negativamente lo diferente. Estas nuevas formas de comunicación nos permitirán acuerdos y prácticas para el bienestar de cada persona y del conjunto familiar. Consideramos que lograr realizar pláticas que sostengan experiencias de equidad en las familias es uno de los pilares de este programa de democratización familiar. Para este particular apartado tenemos en cuenta la importancia del lenguaje en las pláticas, no sólo como transmisor sino como productor de ideas, emociones y estímulos para la acción. Esto nos lleva a preocuparnos por crear y recrear formas de comunicarnos que nos permitan manifestar lo que sentimos y pensamos mientras, a la vez, nos disponemos a escuchar y considerar la opinión de las otras personas. Así, vamos a plantear algunas sugerencias y ejercicios para estimular la comunicación y también poder registrar los obstáculos que bloquean o impiden las disposiciones a dialogar. Necesitamos ser conscientes de que las diferentes maneras de platicar generan distintos efectos; asimismo, hacernos cargo de que a veces producimos efectos que no deseamos; que necesitamos 55