Entrevista a Toni Bayón, voluntario de Médicos Sin Fronteras. Las prioridades en la investigación médica, el precio final de los medicamentos, el conflicto entre salud pública y lucro privado o las consecuencias prácticas, y traducibles en vidas humanas, del sistema de patentes pueden apreciarse en las enfermedades “olvidadas” y en cuantas afectan singularmente a los […]
Las enfermedades olvidadas no se investigan porque no afectan a los países ricos
1. “Las enfermedades olvidadas no se investigan porque no
afectan a los países ricos”
Entrevista a Toni Bayón, voluntario de Médicos Sin Fronteras.
Las prioridades en la investigación médica, el precio final de
los medicamentos, el conflicto entre salud pública y lucro
privado o las consecuencias prácticas, y traducibles en vidas
humanas, del sistema de patentes pueden apreciarse en las
enfermedades “olvidadas” y en cuantas afectan singularmente
a los […]
Entrevista a Toni Bayón, voluntario de Médicos Sin Fronteras.
Por Enric Llopis. Kaos en la Red 15 marzo 2015
Las prioridades en la investigación médica, el precio final de los
medicamentos, el conflicto entre salud pública y lucro privado o las
consecuencias prácticas, y traducibles en vidas humanas, del sistema
de patentes pueden apreciarse en las enfermedades “olvidadas” y en
cuantas afectan singularmente a los países del Sur. Sobre estos
dilemas, debajo de los cuales se mezclan la moral y el dinero,
reflexiona Toni Bayón, médico de familia en un centro de salud de
Valencia y voluntario de Médicos Sin Fronteras. Su experiencia sobre
el terreno viene avalada por la coordinación de un proyecto contra la
violencia de género y mejora de las estructuras de salud en El Alto
boliviano (2002), y otro contra la desnutrición infantil en Níger
(2007). Además, participa en el Máster de Cooperación al Desarrollo
que imparten las universidades valencianas.
-En los medios de comunicación aparecen pocas referencias a
las conocidas como enfermedades “olvidadas”. Algunos
ejemplos son la malaria, el chagas, la enfermedad del sueño,
la leishmaniasis visceral, la fibrosis linfática, el dengue o la
esquistosomiasis. ¿Qué tienen en común estas patologías?
2. Se las conoce como enfermedades “olvidadas” porque afectan a
poblaciones en situación de exclusión, en países con rentas bajas que
no tiene desarrollados tratamientos adecuados, o donde las
enfermedades son difíciles de diagnosticar. También pueden ser
enfermedades en que, estando los tratamientos disponibles, no lo
están para todas las personas que lo necesitan. Por ejemplo, el
tratamiento para el VIH Sida es accesible en los países del Norte,
pero en África (donde mayor impacto tiene el virus) una gran parte
de la población carece de tratamiento.
-¿Qué efectos producen las enfermedades “olvidadas” en los
países que las padecen?
Por ejemplo el VIH Sida está cambiando el perfil demográfico de
África, igual que la segunda guerra mundial modificó el de Europa. La
razón es que ha afectado sobre todo a las personas con una vida
sexual activa (principalmente adultos jóvenes), pero también niños
nacidos de madres infectadas. La zona más afectada por el VIH Sida
es África oriental y el tercio sur del continente (Zimbabwe, Sudáfrica,
Botswana…). Un tratamiento adecuado permitiría convertir una
enfermedad mortal en una de tipo crónico, es decir, mucha gente
podría vivir muchos años en condiciones aceptables. Además, con el
tratamiento se evitaría la infección a otras personas. Otro ejemplo de
enfermedad “olvidada” es la enfermedad del sueño, transmitida por la
mosca tse-tse. Produce encefalitis, lesiones cerebrales y del sistema
nervioso central que dan lugar a un estado de letargia, pérdida del
nivel de consciencia y muerte. La enfermedad se concentra en la zona
central de África y no afecta a los países ricos. Ésta es la clave de las
enfermedades “olvidadas”. El caso del Chagas sería parecido, pero
afecta más a Latinoamérica, especialmente a Bolivia.
-¿Se han desarrollado iniciativas para combatir las
enfermedades “olvidadas”?
Ha habido dos tipos de iniciativas importantes. En primer lugar, para
el desarrollo de nuevos medicamentos, que bien no se conocían, bien
no se habían utilizado para tratar determinadas enfermedades. Por
ejemplo, para combatir la enfermedad del sueño se utilizan de
manera conjunta dos medicamentos: la eflornitina y el nifurtimox. El
desarrollo de este grupo de medicamentos ha sido posible gracias al
DNDI (Iniciativa para el desarrollo de medicamentos contra las
enfermedades olvidadas). La idea no parte, evidentemente, de un
laboratorio, ya que no le resultaría rentable investigar tratamientos
contra la enfermedad del sueño. Ha surgido de diferentes
instituciones públicas y privadas, del Norte y del Sur, que se han
unido en una red de investigación y han decidido invertir recursos.
Colaboran en el proyecto instituciones de países como Brasil o Kenia,
el Instituto Pasteur de París o también ONG como Médicos Sin
Fronteras.
3. -¿Y en cuanto al Ébola?
La enfermedad transmitida por el virus del Ébola es conocida desde
1976. Desde entonces ha habido brotes en diferentes países
africanos, especialmente en zonas rurales. La novedad es que ahora
se ha producido por primera vez una situación de epidemia, que ha
afectado a diferentes países y con un número muy importante de
personas afectadas. Además, se ha dado el “salto” con algunos casos
en países como Estados Unidos, España y otros que han repatriado a
personas afectadas. Hasta ahora no se había investigado el Ébola
porque no representaba un negocio. Actualmente, cuando afecta a
países del norte, se investiga sobre la vacuna (para prevenir la
enfermedad y evitar que otras personas se contagien). También
porque se ha formado un importante grupo de presión en la denuncia
de que no podía dejarse morir a miles de personas. Hoy, todos los
centros de salud y hospitales españoles tienen protocolos de
actuación respecto al Ébola.
-Uno de las grandes barreras para el acceso universal a los
tratamientos (médicos) adecuados lo constituyen las
patentes. ¿Cómo surge y se asienta este sistema?
Los acuerdos sobre los derechos de propiedad intelectual (ADPIC) se
establecen en el marco de la Organización Mundial de Comercio
(OMC), en la que participan los países. Son acuerdos que establecen
normas para las relaciones comerciales internacionales, siempre para
los países adheridos a la OMC. En los acuerdos sobre la propiedad
intelectual, en este caso en relación con las patentes, se establecen
las condiciones por las que puede accederse a medicamentos que se
encuentran patentados. Los productos bajo patente tienen un periodo
de protección en los que sólo el propietario, o quien éste autorice,
puede producir. Es un periodo de 20 años.
-Así se estipula teóricamente. ¿Pero cuál es tu opinión al
respecto? ¿A qué intereses responde el régimen de patentes
respecto a los medicamentos?
Aunque quienes estén representados en la OMC sean los estados, en
la práctica estos representan los intereses de sus industrias. Por
tanto, cuando Estados Unidos habla, lo hace en nombre de la
industria farmacéutica norteamericana. Lo mismo puede decirse de
otros países. A las industrias les interesa, esto es obvio, proteger sus
derechos de exclusividad. En el momento que un medicamento pierde
la patente, cualquier otra empresa puede utilizar los conocimientos
que hay, producirlo y venderlo eventualmente a un precio mucho
menor. El problema básicamente es que se han puesto por delante
los beneficios y por detrás a los pacientes.
-¿Hay ejemplos en que pueda apreciarse este conflicto de
intereses?
4. Hay muchos. Por ejemplo, lo que ocurrió a principios del siglo XXI con
los medicamentos para tratar el VIH Sida. En aquel momento todos
estaban bajo patente y eran extremadamente caros (podría decirse
casi que en términos absolutos, pero sobre todo si se considera a los
países afectados por el virus). Para países como Sudáfrica (que en el
contexto continental no es un país pobre), el hecho de tener
muchísimos enfermos y la necesidad de adquirir una ingente cantidad
de medicamentos resultaba inasumible. Esas personas estaban
condenadas a muerte por una razón económica: no podía asumirse el
coste que fijaron los laboratorios. Tratarse o no del VIH Sida
implicaba convertirse en un enfermo crónico que se tome pastillas
(como un hipertenso o un diabético), o bien morirse al poco tiempo
por el desarrollo de la enfermedad.
-¿Existen situaciones excepcionales o vías de escape al
dominio de los laboratorios?
Las licencias obligatorias son un mecanismo por el que un estado
puede autorizar a un determinado laboratorio para producir un
medicamento, aunque esté bajo patente de otro laboratorio. Puede
ocurrir si se considera que hay razones muy graves de salud pública
que lo justifiquen. Por ejemplo, el gobierno de Sudáfrica estableció
este mecanismo, y toda la industria que se dedicaba a la producción
de medicamentos contra el VIH Sida procedió judicialmente contra el
gobierno. Después del atentado contra las “torres gemelas” (11 de
septiembre de 2001), cundió la amenaza de que se iban a lanzar
esporas de ántrax por correo. El laboratorio que en aquel momento
disponía de la patente -Bayer-, no era estadounidense sino alemán, y
no tenía capacidad de producción suficiente para abastecer a toda la
población norteamericana. En este caso el gobierno de Estados
Unidos concedió la licencia obligatoria, porque consideró que había
una amenaza para la salud pública.
-La oficina de patentes de India rechazó el 15 de enero la
patente del sofosbuvir (medicamento de última generación
para combatir la hepatitis C) por parte del laboratorio Gilead.
¿Se dan en todos los casos innovaciones que justifiquen la
patente de nuevos fármacos?
La ley de patentes india es algo peculiar. India cuenta con una
industria farmacéutica muy potente, de hecho, todos los días
tomamos medicamentos producidos en este país. Ciertamente son
muy estrictos en materia de patentes, de manera que sólo reconocen
patentes nuevas si el nuevo medicamento supone un cambio
importante. Esto ha supuesto un motivo de conflicto entre la industria
farmacéutica y el gobierno indio en más de una ocasión.
-¿Cómo se establecen los precios de los medicamentos?
Los precios no son universales. Además, no necesariamente son más
altos en los países con renta per cápita y nivel de vida más elevados.
5. En países del mismo ámbito, la Unión Europea, como España, Francia
o Alemania, los precios de los medicamentos pueden ser diferentes.
Es un misterio, porque teóricamente el precio del medicamento
permite a la industria recuperar la inversión realizada en
investigación y obtener un beneficio razonable. Pero esto es en el
plano teórico. En la práctica, sabemos que la industria dedica mucho
más dinero a la promoción de sus medicamentos que a investigación.
Dicho de otro modo, gasta más en publicidad que en investigar. En el
estado español, el precio lo establece la Agencia Española de
Medicamentos y Productos Esenciales. Pero no hay un mecanismo
transparente que permita observar la descomposición del precio. La
clave del precio es el afán de lucro.
-Uno de los componentes del precio final es la investigación.
Sin embargo, muchas veces los fondos para investigar
proceden de la hacienda pública…
La mayor parte de la investigación es pública. Los hospitales públicos
contribuyen a la investigación sobre medicamentos. En un país como
España, la mayoría de grandes hospitales con capacidad de investigar
son de titularidad pública. También participan las universidades. Las
empresas farmacéuticas que hacen investigación cuentan con
departamentos específicos, pero cuando necesitan que una parte de
la investigación entre en un centro público, lo utilizan. Por ejemplo,
hay una parte en el desarrollo del medicamento en la que participan
pacientes voluntarios que en su mayoría están en hospitales públicos,
así como los médicos investigadores.
-¿Existen, además del precio de los medicamentos, otras
“barreras” de acceso a las medicinas?
Las barreras de acceso a tecnología sanitaria esencial. Hay que
pensar, por ejemplo, en lugares donde no hay neveras para guardar
medicamentos o vacunas. Si no se garantiza una resistencia de los
medicamentos a temperaturas de 40º, estos no sirven de nada.
Habría que adaptar los medicamentos a las condiciones de estos
países. Por ejemplo, la mayoría de las vacunas han de conservarse en
un intervalo de 0 y 4º, desde que se producen, durante el proceso de
transporte y hasta que se administran. Ocurre también con el test
diagnóstico, en el caso de la tuberculosis. Los países con gran
incidencia de esta enfermedad no disponen muchas veces de la
tecnología adecuada para distinguir si una persona se infectó en un
momento dado, o si en este momento padece la enfermedad.
-Por último, ¿se inventan patologías con el fin de justificar
después la necesidad de productos que ayuden a combatir las
enfermedades?
A la industria le interesa que haya una atmósfera general, en el
ámbito profesional y social, de que su tratamiento sirve para afrontar
un problema muy serio. Hoy existe una enfermedad que se denomina
6. “fobia social”, a la que hace algunos años probablemente llamaríamos
timidez. La “fobia social” no es más que una cierta dificultad para
establecer relaciones. En el momento en que se consigue trascender
al terreno de la enfermedad, se cierra el círculo. Porque toda
enfermedad requiere un tratamiento, en este caso puede ser un
antidepresivo. Inventar tal vez sea un término excesivo, pero existe
el concepto de “disease mongering” (promoción de enfermedades).
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196270