Doha postergando decisiones sobre el cambio climático
1. Doha: postergando decisiones sobre cambio climático
Gerardo Honty
ALAI AMLATINA, 08/12/2012.- Algún día se escribirá la historia de las
negociaciones internacionales de cambio climático. El libro podría
titularse “Las mil y una maneras de no tomar las decisiones urgentes
haciendo de cuenta que se toman decisiones importantes”. Es que los
comunicadores de la Convención (Secretarios, Presidentes, co-
Presidentes, etc.) tienen una gran habilidad para salir de las
reuniones con las manos vacías y mostrarnos tesoros relucientes.
La Convención ha tenido a lo largo de su historia una serie de
pomposos documentos finales que en realidad solo deciden que han
resuelto posponer las decisiones para más adelante. El “Mandato de
Berlín” (1995), el “Plan de Acción de Buenos Aires” (1998), la “Hoja
de Ruta de Bali” (2007), son algunos de estos ejemplos. El último de
estos casos es la “Plataforma de Durban” aprobada el año pasado en
aquella ciudad sudafricana. Allí se comunicaba que como no se había
logrado cumplir con la Hoja de Ruta de Bali, los delegados se iban a
tomar unos añitos más para ver como reacomodaban la agenda y
continuaban la discusión hasta el 2015.
Con 24 horas de retraso, acaba de finalizar este sábado la COP 18 en
Qatar; y como no podía ser de otra manera, se aprobó una nueva
postergación, esta vez denominada el “Portal Climático de Doha”
(Doha Climate Gateway). El llamado “paquete de Doha” incluye
varios documentos, particularmente los acuerdos resultantes de los
grupos del Protocolo de Kioto, de la Plataforma de Durban y de
Cooperación a Largo Plazo, entre otros.
2. El nuevo paquete de acuerdos pone punto final a la Hoja de Ruta de
Bali –firmada en 2007 y que debió concluir hace dos años en
Copenhague- y mantiene abierta la nueva ruta establecida en
Durban. No le puso punto final porque hubiera alcanzado los
objetivos propuestos sino porque logró concretar la continuidad del
Protocolo de Kioto –aunque mucho más débil de lo que ya era- y
pasar todos los temas no resueltos del grupo creado en Bali sobre
Cooperación de Largo Plazo para el 2015 a través de la Plataforma de
Durban.
La resolución sobre el Protocolo de Kioto –que fija las metas de
reducción de los países desarrollados- resultó todo lo escasa que se
esperaba. Habrá un “segundo período de compromiso” hasta el 2020,
pero este será insuficiente para los desafíos del cambio climático. Los
países firmantes se comprometen a reducir un 18% sus emisiones
para el 2020 (comparadas con las 1990), cuando la ciencia establece
que debían reducirse en un 40%. Pero además, sólo la Unión Europea
y unos pocos países más lo han firmado, mientras que algunos de los
mayores emisores entre los países desarrollados (Estados Unidos,
Japón, Rusia, Canadá y Nueva Zelandia) no han firmado este nuevo
acuerdo. Los demás grandes emisores que no son países
desarrollados, no tenían ni tendrán compromisos de reducción bajo
este Protocolo.
La resolución en torno a la Plataforma de Durban, pomposamente
lanzada hace un año, solo establece que se continuará reuniendo
durante 2013 y 2014, que invitan a los países a enviar sus ideas por
escrito, y que la secretaría se ocupe de conseguir los recursos para
financiar las reuniones. Eso es todo. Bueno, no todo. En su primer
párrafo reconoce que “el cambio climático representa una amenaza
urgente y potencialmente irreversible para las sociedades humanas y
el planeta y esto requiere ser urgentemente atendido por todos los
países”. Pero parece que la mejor forma de atender este asunto de
manera urgente es establecer un nuevo calendario de reuniones para
los próximos dos años.
Como ha sucedido anteriormente, las decisiones tomadas en Doha no
tienen ningún impacto en la mitigación del cambio climático ni en la
capacidad de los países más pobres de poder proteger sus
poblaciones y ecosistemas de sus efectos. Los límites a las emisiones
3. acordados están muy lejos de lo necesario y la trayectoria de
aumento de la temperatura bajo esos escenarios nos conduce
directamente a un aumento de 4°C hacia el 2050.
Otros temas importantes, como el financiamiento comprometido en
Copenhague (100 mil millones de dólares al año), el capítulo sobre
“pérdidas y daños” que pretendía compensar a los países más
vulnerables por los impactos del cambio climático, o los
procedimientos para la Reducción de Emisiones de la Deforestación,
fueron una vez más postergados.
Pero nada de esto impidió la consabida auto-aclamación de la
Convención, las felicitaciones cruzadas entre los delegados, y las
congratulaciones a la presidencia por el extenuante esfuerzo
realizado; y los delegados aplaudieron fervorosamente la tardía
aprobación de estos inútiles acuerdos.
Ahora las (des)esperanzas se postergan hasta el próximo noviembre
cuando la COP 19 se reúna en Polonia y tengamos la oportunidad de
ver una nueva manera de postergar decisiones urgentes presentadas
como decisiones importantes.
- Gerardo Honty es investigador de CLAES (Centro Latinoamericano
de Ecología Social).
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Agencia Latinoamericana de Información
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Doha: Los gobiernos redactan páginas en blanco para el futuro
del planeta
Comunicado de Prensa - La Vía Campesina (Jakarta, 6 de
diciembre 2012) –
Se está acercando el fin de las negociaciones sobre el clima y los
paises industrializados insisten en seguir inactivos también en la
próxima década, en encontrar todavía más excusas para no asumir
su responsabilidad histórica, en crear más mercados de carbono,
4. incluso en la agricultura, y en seguir con sus negocios que saquean el
planeta. Mientras los gobiernos siguen dando prioridad a los intereses
de la industria y el agronegocio, las campesinas y los campesinos no
dejan de producir para alimentar a los pueblos del mundo y al
planeta.
Las sesiones de alto nivel de la 18º Conferencia de las Partes
(COP18) y la 8º Reunión de las Partes (CMP 8) de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC)
comenzaron el 5 de diciembre con la llegada de los ministros al
petroestado de Doha, Catar. Pero las negociaciones de casi dos
semanas no han producido nada en absoluto. Los países
desarrollados están tan atrincherados en sus posturas de inacción
que la Presidencia de las negociaciones presentó un nuevo texto para
el plan de Acción Cooperativa a Largo Plazo, que contenía,
literalmente, hojas en blanco, en lo referido a las áreas en las que,
según la Presidencia, había divergencias entre las partes. Estas áreas
incluían adaptación, desarrollo tecnológico, finanzas, construcción de
capacidades y las consecuencias sociales y económicas de las
medidas adoptadas – problemas que son motivo de gran
preocupación para los países en desarrollo.
En cuanto al problema fundamental de la reducción de emisiones, los
compromisos propuestos por los países industrializados, rebajan las
cifras, ya reducidas, que se propusieron en 2009 en Copenague.
Según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (UNEP), el calentamiento global ascenderá hasta 5 ºC si se
aplican las cifras pactadas en Copenague, sobrepasando así, el
umbral de 2 ºC, que según advierten los científicos, ha de mitigarse
para evitar el caos climático. A pesar de esto, las cifras en Doha se
han colocado en valores áun más bajos. La UE, por ejemplo, solicitó
que su compromiso de reducción de emisiones en un 20% hasta el
2020 se rebajase al 12 % porque decían haber cumplido ya con un
8% durante el primer período del Protocolo de Kioto. De esta forma,
para el 12 % restante ni siquiera estarían haciendo reducción es
reales, sino que estarían usando mecanismos de mercado.
En materia de agricultura, en la COP17 en Durban se acordó seguir
adelante y posiblemente crear un programa de trabajo. Hasta
Durban, la agricultura como totalidad había estado fuera de las
negociaciones del UNFCCC y, lo que es más importante, fuera del
alcance de los mercados de carbono. Pero en Durban y en Catar los
países desarrollados junto con grandes organizaciones de agricultores
y agronegocios que decían representar a los campesinos de todo el
mundo, han estado haciendo presión para que la agricultura entre en
las negociaciones. Si la agricultura se introduce en alguno de los
programas de trabajo de las negociaciones del UNFCCC, llevará a la
puesta en marcha de un sistema de agricultura inteligente o a lo que
5. ellos llaman la “intensificación sostenible” o aumentar la producción
por unidad de terreno. Esto abrirá las puertas a los mercados de
carbono en la agricultura, permitirá que la contabilidad del carbono
determine las políticas agrícolas, propiciará que los organismos
genéticamente modificados (OGM) y otras soluciones técnicas como
la biología genética sigan expandiéndose y dará ventajas a los
agronegocios sobre las campesinas y los campesinos.
Los países desarrollados se han tomado a broma el problema de la
financiación. Prometieron la mísera cifra de 100 mil millones de
dólares para 2020. El Estudio Económico y Social Mundial de 2009 del
Departamento para Asuntos Sociales y Económicos de las Naciones
Unidas calculaba que la cantidad anual que debían destinar los países
desarrollados para adaptarse al cambio climático y mitigar sus efectos
eran 500–600 mil millones de dólares. En 2009 sólo el Gobierno de
Estados Unidos destinó 661 mil millones de dólares a gastos
militares. La oferta de 100 mil millones de dólares ya es un insulto,
pero lo que es peor es que los países desarrollados han propuesto
que el Banco Mundial sea el administrador fiduciario y que los fondos
procedan de diferente fuentes y que puedan llegar en forma de
préstamos.
En cuanto a la transferencia de tecnología, tampoco existe un
compromiso que los países desarrollados deban cumplir respondiendo
al principio de de responsabilidad histórica. No se ha abordado el
problema de los derechos sobre la propiedad intelectual y por eso los
países en desarrollo tendrán que pagar para acceder a tecnologías de
las que deberían disponer por derecho.
En 2007, cuando el Panel Intergubernamental sobre el Cambio
Climático publicó su cuarto informe, sus descubrimientos ya advertían
de la gravedad de la situación. Hoy en día nos encontramos en una
situación mucho peor de lo que se predijo entonces. En el mes de
septiembre el deshielo del ártico alcanzó el nivel más bajo desde que
los científicos comenzaron su seguimiento en 1979. Los científicos
advirtieron también que si esos niveles se mantienen, el hielo habrá
desaparecido totalmente para finales de esta década.
Ya estamos notando los efectos del cambio climático. En los últimos
meses hemos sido testigos de manifestaciones climáticas extremas
que han batido records – sequías, tifones, inundaciones y
temperaturas extremas. Estos exagerados cambios en el clima
también han causado estragos en las cosechas, en las tierras de
cultivo, en el las formas de ganarse el sustento y en muchos hogares.
Ya existe una relación cada vez más clara entre el cambio climático y
el alarmante aumento en el precio de los alimentos y la creciente
crisis alimentaria. El cambio climático también está desplazando a
millones de personas de sus hogares. Se estima que sólo en 2010
6. más de 30 millones de personas tuvieron que desplazarse por
motivos relacionados con catástrofes medio ambientales y climáticas
que azotaron Asia. Esta semana, mientras se retrocedía en las
negociaciones sobre el clima, más de 300 personas han muerto en
uno de los tifones más violentos que han sacudido las Filipinas.
La Vía Campesina, el movimiento campesino internacional, que
representa a más de 200 millones de campesinas y campesinos de
todo el mundo, denuncia el uso de las negociaciones por el clima para
legitimizar que se siga haciendo negocios como hasta ahora, a costa
de la humanidad y del planeta. La inacción en las negociaciones
climáticas representa el secuestro de los gobiernos por parte de las
grandes corporaciones que quieren seguir expoliando la naturaleza
para obtener tanto beneficio como sea posible. Mientras los gobiernos
están jugando tontamente – debatiendo páginas en blanco e
inventando vías de escape para eludir su responsabilidad - las
campesinas y los campesinos, que se encuentran entre los que más
se han visto afectados por la crisis climática, son quienes están
aplicando soluciones reales sobre el terreno para adaptarse a las
condiciones climáticas y conseguir la soberanía alimentaria. Los
estudios demuestran que los campesinos y las campesinas aún
producen la mayor parte de los alimentos del mundo. No sólo
estamos alimentando al mundo, sino que también estamos
adaptándonos a las nuevas condiciones climáticas a través de la
agroecología y las variedades de semillas campesinas.
La Vía Campesina rechaza las falsas soluciones capitalistas de la
economía verde, que sólo empeorarán la crisis climática y medio
ambiental. Las campesinas y los campesinos están ayudando a salvar
a la humanidad a través de la agricultura agroecológica – luchando
contra el hambre y enfriando el planeta.
--
La Via Campesina
Via Campesina is an international movement of peasants, small- and
medium-sized producers, landless, rural women, indigenous people,
rural youth and agricultural workers. We are an autonomous, pluralist
and multicultural movement, independent of any political, economic,
or other type of affiliation. Born in 1993, La Via Campesina now
gathers about 150 organisations in 70 countries in Asia, Africa,
Europe, and the Americas.
Email: viacampesina@viacampesina.org
CONFEDERACIÓN SINDICAL INTERNACIONAL
7. Las prórrogas en Doha ponen en peligro al planeta y a sus habitantes
Bruselas, 10 de diciembre del 2012 (CSI EnLínea): Al clausurar la
conferencia sobre el cambio climático en Doha (Qatar), los Gobiernos
han enviado un mensaje claro a los trabajadores y trabajadoras de
todo el mundo: el empujón decisivo para crear empleos verdes y
decentes tendrá que esperar.
Sharan Burrow, la Secretaria General de la CSI, afirmó que, a pesar
de las pocas esperanzas que tenía puestas en esta conferencia, el
movimiento sindical estaba convencido de que los recientes informes
científicos y la urgente necesidad de transformar las economías
podrían acelerar el ritmo de las negociaciones.
“Salimos de esta conferencia preguntándonos cuándo volverá la
ambición a la mesa de negociaciones. En un planeta muerto no habrá
ningún puesto de trabajo, ni tampoco una Transición Justa con
resultados como estos”, explicó la Sra. Burrow.
En Doha, los Gobiernos acordaron fijar una segunda prórroga para el
cumplimiento de los compromisos adquiridos en el Protocolo de Kioto.
Aún así, el número de países que se sumaron al mismo y la ambición
general disminuyeron a medida que progresaban las conversaciones
de la COP 18.
Los países que no se han sumado al Protocolo de Kioto II también
han debilitado las posibilidades de lograr un fuerte marco en el futuro
para luchar contra el cambio climático. Las negociaciones de Doha no
han aclarado cómo los Gobiernos de los países desarrollados
conseguirán los 100 mil millones de US$ asignados a la financiación
de la lucha contra el cambio climático.
“Cuanto más esperemos para fijar objetivos ambiciosos de reducción
de emisiones, más injusta será la transición. Necesitamos tiempo
para crear una Transición Justa, para adoptar las políticas sociales
necesarias que ayuden a los trabajadores/as a participar plenamente
en una economía sostenible. Las prórrogas dificultarán nuestra tarea,
casi la imposibilitarán. Para que sea justa, la transición debe iniciarse
ahora”, explicó la Sra. Burrow.
Como el empleo verde y el planeta están en juego, el movimiento
sindical internacional está movilizando a los trabajadores/as para que
se hagan oír y cambien la postura de sus Gobiernos acerca del
cambio climático antes del 2015, fecha fijada como plazo para la
aprobación del próximo acuerdo climático.
8. El movimiento sindical internacional ha manifestado sus inquietudes
acerca del trato que reciben los trabajadores/as migrantes en Qatar a
los delegados y Gobiernos que asistían a las conversaciones de la
ONU sobre el cambio climático.
“A 1,2 millones de trabajadores y trabajadoras migrantes se les niega
el derecho a formar o afiliarse a un sindicato. Además, trabajan en
condiciones de esclavitud moderna. Qatar debe hacer lo correcto y
cumplir las normas laborales internacionales estipuladas por la OIT,
que es un organismo de la ONU”, concluyó la Sra. Burrow.
La CSI representa a 175 millones de trabajadores y trabajadoras en
308 organizaciones nacionales afiliadas de 153 países y territorios.
Información en la Red: http://www.ituc-csi.org y
http://www.youtube.com/ITUCCSI