Sam Cossar-Gilbert, coordinador de justicia económica-resistencia al neoliberalismo de Amigos de la Tierra Internacional
BRUSELAS, 4 jun 2015 (IPS) - El 10 y 11 de junio los jefes de Estado de 61 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Unión Europea (UE), que representan a más de mil millones de personas, se reunirán para discutir cómo “modelar nuestro futuro común”. Desafortunadamente, la Cumbre Celac-UE en Bruselas incluye en su agenda promover malos acuerdos comerciales y más privilegios para las grandes empresas.
1. Celac-UE: Nuestros derechos no son negociables
Sam Cossar-Gilbert, coordinador de justicia económica-resistencia al
neoliberalismo de Amigos de la Tierra Internacional
BRUSELAS, 4 jun 2015 (IPS) - El 10 y 11 de junio los jefes de Estado
de 61 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (Celac) y de la Unión Europea (UE), que representan a
más de mil millones de personas, se reunirán para discutir cómo
“modelar nuestro futuro común”. Desafortunadamente, la Cumbre
Celac-UE en Bruselas incluye en su agenda promover malos acuerdos
comerciales y más privilegios para las grandes empresas.
Muchos países europeos y latinoamericanos están actualmente
participando en negociaciones de acuerdos comerciales mundiales de
gran envergadura llevadas a cabo a espaldas del escrutinio público.
Estos acuerdos son: la Asociación Transatlántica de Comercio e
Inversiones (TTIP), el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), el
Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA), el Tratado de Libre
Comercio entre México y la Unión Europea y una amplia gama de
Tratados Bilaterales de Inversión (TBI).
Los tratados de comercio e inversiones ya no aluden solamente a los
aranceles de importación, también tratan gran variedad de asuntos
que determinan cuáles son los alimentos que comemos, cómo es la
energía que utilizamos y con qué capacidad cuentan los gobiernos
para legislar a favor del interés general.
Tratados que son “caballos de Troya”
Estos tratados son verdaderos “caballos de Troya” aunque difieren
entre sí de muchas y complejas maneras; pero lo que todos tienen en
común el atraso en décadas de avances hacia una mejor protección
2. de nuestro medioambiente y nuestros pueblos, dotando a las grandes
empresas de un poder extraordinario y sin precedentes sobre
nuestras sociedades. Las normas que rigen asuntos tales como la
seguridad alimentaria, las sustancias químicas tóxicas y la energía
sucia se debilitarían significativamente en ambos continentes.
Uno de los componentes más injustos de estos tratados comerciales
es la inclusión del proceso de “solución de diferencias entre
inversores y Estados” (ISDS). Este sistema permite a las empresas
demandar a los gobiernos ante tribunales privados por políticas que
interfieren en sus posibles ganancias. A nivel mundial, a finales de
2014 se conocían 608 diferencias entre inversores y Estados.
Algunos de los casos de diferencias entre inversores y Estados más
conocidos incluyen la multa de 16 millones de dólares impuesta a
México por prohibir un vertedero de desechos tóxicos, la demanda de
la gigantesca empresa tabacalera Philip Morris contra el gobierno
uruguayo y su legislación en materia de protección de la salud frente
al tabaquismo; y la demanda multimillonaria que enfrenta al gobierno
alemán por su decisión no continuar con el uso de energía nuclear.
La razón que se emplea normalmente para justificar estos derechos
empresariales tan exagerados es que “el proceso de solución de
diferencias entre inversores y Estados es necesario para promover y
proteger las inversiones”. Sin embargo, Brasil es el mayor receptor
de inversión extranjera directa en América Latina, aunque su
Congreso legislativo se ha negado a firmar tratados comerciales que
incluyan el sistema inversores y Estado.
Los tribunales empresariales privados carecen de transparencia,
independencia, imparcialidad y no ofrecen ningún derecho de
apelación. Un exclusivo club de tan solo 15 árbitros, casi todos
provenientes de Europa, Estados Unidos y Canadá, han tomado
decisiones sobre 55 por ciento de todas las diferencias entre
inversores y Estados conocidas relacionadas con tratados de
inversión, según estadísticas del año 2012.
Sin embargo, estos tribunales privados que no rinden cuentas ante
nadie continúan impartiendo multas por cientos de millones de
dólares. El 9 de abril se le ordenó a Argentina pagar 405 millones de
dólares a la empresa francesa Suez por cancelar su contrato y
devolver a manos de empresas públicas el abastecimiento de agua.
Desafortunadamente, los nuevos acuerdos comerciales que muchos
países de Europa y América Latina están negociando solo están
fortaleciendo y expandiendo estos tribunales empresariales. Lo que
estamos viendo es un profundo ataque contra la democracia y la
soberanía de los Estados para legislar en favor del interés general.
3. Cambio de rumbo
Sin embargo, hay un movimiento mundial creciente de grupos de la
sociedad civil, sindicatos, agricultores y ciudadanos preocupados que
trabajan juntos para frenar estos caballos de Troya. Por ejemplo,
organizaciones que representan a millones de personas de toda
Europa y América Latina también se reunirán esta semana en
Bruselas para fortalecer sus estrategias mundiales en contra de los
acuerdos de comercio e inversiones agenciados por las grandes
empresas.
También están movilizados en una alianza mundial por un Tratado
vinculante sobre empresas y derechos humanos, para que los
derechos de los pueblos estén por encima de los privilegios a las
trasnacionales que brindan los regímenes de libre comercio.
Algunos gobiernos, especialmente de América Latina, han comenzado
a desvincularse de los tratados que incluyen derechos empresariales
exagerados, y cuestionan el modelo neoliberal. En 2013, Ecuador
creó una Comisión para la Auditoría Ciudadana encargada de evaluar
los tratados bilaterales de inversión del Ecuador y anuló acuerdos
injustos con Finlandia, Suecia, Francia, Alemania y el Reino Unido.
El comercio dejó de ser un asunto periférico en Europa: más de
1.950.000 personas firmaron una petición en contra de la Asociación
Transatlántica de Comercio e Inversiones y decenas de miles de
personas marcharon para protestar contra el TTIP. La localidad de
Erkrath, en Alemania, y cientos de otros municipios de todo el
continente también votaron y se declararon como ‘zonas libres de
TTIP’. El nuevo gobierno de Grecia ya ha dicho que no ratificará el
TTIP y muchos otros países de la UE han expresado gran
preocupación por la cláusula inversionista-Estado.
Hace 10 años en Mar del Plata, en Argentina, otro “caballo de Troya”
conocido como el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) fue
derrotado por la presión de fuertes movimientos sociales y el impulso
de gobiernos progresistas.
Frente a la creciente desigualdad en nuestras sociedades,
necesitamos un sistema comercial más justo que nos ayude a
desarrollar sociedades sustentables. Este sistema tiene que apoyar
las economías locales y las fuentes de empleo sustentables, un
medioambiente limpio, mejor protección social y una producción de
energía más responsable y alimentos para todos.
Mientras los líderes de Europa y América Latina se reúnen en
Bruselas, los pueblos y movimientos sociales de ambas orillas del
océano Atlántico sabemos que podemos frenar los regímenes actuales
4. de comercio e inversión injustos y continuaremos denunciándolos
hasta derrotarlos.
Editado por Estrella Gutiérrez
URL artículo: http://www.ipsnoticias.net/2015/06/celac-ue-nuestros-
derechos-no-son-negociables/
Niccolo' Sarno
Friends of the Earth International Media Coordinator
Email: media@foei.org