El TPM surgió en Japón para eliminar las seis grandes pérdidas de los equipos y hacer posible la producción "Just in Time". Estas pérdidas se relacionan directa o indirectamente con los equipos y reducen la eficiencia en tiempos muertos, funcionamiento por debajo de la capacidad, y productos defectuosos. El TPM es ahora fundamental para lograr la eficiencia total necesaria para alcanzar la competitividad total a través de mejoras coordinadas en calidad, tiempo y costo de producción.