La relación entre padres y tutores afecta positivamente el desarrollo de los niños. Cuando padres y tutores se comunican y comparten información sobre los intereses, debilidades y necesidades de los estudiantes, y trabajan juntos, los niños se benefician. Entrevistas individuales y participación de los padres en asociaciones escolares son formas de promover la cooperación entre padres y tutores. El aprendizaje completo de los niños depende de una estrecha colaboración entre la familia y la escuela.
1. Las familias son las principales educadoras de sus hijos, cuando van a la escuela tienen unos
valores ya adquiridos en el hogar que se complementan con la labor que ejerce el tutor.
Actualmente, podemos encontrar abundantes casos de enfrentamientos entre el tutor y los
padres. Los padres van a la escuela a plantear quejas sobre la actuación con sus hijos, y por
otro lado, la escuela les acusa a ellos del desinterés por el aprendizaje de sus hijos (uno de
tantos problemas que existen entre ellos). Con estas actitudes, cuando no existe interacción
entre familia y escuela los hijos se pueden ver afectados. Si existe una buena relación entre
padres y tutores el desarrollo del niño se verá beneficiado, sólo tiene que comunicase entre
ellos, proporcionarse información mutuamente y poniéndose de acuerdo en qué es lo que
quieren para el niño.
Algunas de las maneras de que exista compenetración entre padres y profesores son:
individualmente las entrevistas, en las cuales los padres informan de los intereses, debilidades
y necesidades de sus hijos, así como el profesor le escucha y expresa su opinión. En las
entrevistas son muy importantes porque los padres demuestran a los profesores que tienen
tiempo para sus hijos y que les importa su educación, del mismo modo, los padres ven que el
profesor tiene interés en su alumno. A nivel grupal sería interesante que los padres colaboren
en las asociaciones de padres, o en actividades extraescolares…
Para concluir, algunos padres deben olvidarse de que la escuela aporta una parte en la
educación de sus hijos pero no toda está en manos de ellos. Por otro lado la responsabilidad
de los padres no es sólo llevar a los hijos a la escuela y luego desentenderse de lo que ocurre
dentro de ella, y no se puede pedir a la escuela lo que es privativo de la familia, y a las familias
lo que es privativo de la escuela. El aprendizaje íntegro del niño se basa en que exista una
compenetración entre padres y profesores.