Este documento ofrece pautas para ayudar a los niños a dejar el pañal y usar el orinal. Recomienda empezar el entrenamiento a los dos años, cuando el sistema genito-urinario y nervioso hayan madurado. Sugiere quitar los pañales durante el día y sentar al niño cada 2 horas coincidiendo con sus horarios normales de orinar, reforzando con algo que le guste cuando orine en el orinal. Además, advierte no presionar, amenazar o ridiculizar al niño, y que el éxito de
1. PAUTAS ÚTILES A SEGUIR EN EL PASO DEL
PAÑAL AL ORINAL
Si queremos que un niñ@ aprenda un comportamiento adecuado hemos
de facilitarle un contexto relajado y positivo. También para el control de
esfínteres.
Empezaremos el entrenamiento cuando el niñ@ tenga
aproximadamente dos años. De esta forma hemos dado tiempo a que su
sistema genito-urinario y nervioso hayan madurado.
Antes de empezar hemos de saber la intensidad y frecuencia de su
orina.
El niñ@ estará preparado para aprender cuando:
Orina abundantemente de una vez y no pequeñas cantidades.
Permanece seco varias horas al día.
Parece darse cuenta de que va a orinar y lo expresa de alguna
forma.
Es capaz de seguir instrucciones complejas, vestirse sólo,
comer sólo…
Comenzaremos por motivarle (verbalizar que ya es un mayor) y
quitarle todo tipo de pañales durante el día (hacer que sea él quien los tire a
la basura con una mueca de desprecio). Por la noche podemos mantenerlos
hasta que veamos que se levanta seco. Hay que tener listas varas mudas
para los “accidentes”.
2. Los primeros días lo sentaremos cada 2 horas aproximadamente,
coincidiendo con las horas que suele orinar (normalmente al levantarse, a
media mañana, después de las comidas, a media tarde y por la noche antes
de acostarse).
Cada vez que haga pis, reforzar con algo que le guste. Pasados los
primeros días el refuerzo será intermitente, hasta que llegue el momento en
que se lo retiremos definitivamente, porque ya no lo necesitará.
NUNCA DEBEMOS:
Tener prisa: cada niño madura a su ritmo. Presionarle sólo conducirá a
frustración y dificultades.
Volver a ponerle pañales durante el día, por muchas tentaciones que
nos den. Se confiaría y tardaría más en aprender.
Amenazarle, reñirle, gritarle, castigarle… cuando no logra controlar.
Ridiculizarle en público, ante sus hermanos… compararlo con otros
niños más “adelantados”.
Forzarle a usar el inodoro (hay niñ@s que tienen miedo a caerse).
Ponerle dificultades involuntarias en forma de ropa difícil de manejar
por el niño: olvidarse de vaqueros, pantalones con cremalleras, petos…
Prestar demasiada atención a los escapes que es precisamente lo que
buscan (nacimiento de un hermano, disminución del tiempo de
dedicación de los padres por alguna razón…).
RECORDAD: EL ÉXITO DEPENDE DE NUESTRA CONSTANCIA Y
HABILIDAD PARA PREMIARLE AL PRINCIPIO.