Pablo y Bernabé predicaron el Evangelio en varias ciudades como Listra, Derbe e Iconio. En Listra, Pablo fue apedreado y dado por muerto, pero se recuperó. Luego designaron presbíteros en las comunidades y las exhortaron a perseverar en la fe. Finalmente regresaron a Antioquía y contaron a la comunidad lo que Dios había hecho a través de ellos al abrir las puertas de la fe a los paganos.