2. Existe en este planeta llamado “Tierra” y en el continente que llaman “Americano” una país...que es el nuestro, conocido por nacionales y extranjeros con el nombre de “México”.
3. Es su historia una larga batalla entre su deseo de ser él mismo y las ganas extrañas de arrebatarlo para otra bandera Así estuvo que se llamara MEXICO este pedazo de tierra y agua y cielo y sueño que tuvimos nosotros por regalo de nuestros más anteriores.
4. Y “Mexicanos” nos llamamos y nos llamaron. Y la historia se siguió dando tumbos y dolores. Y cada tanto, venía el poderoso de otras tierras a querer robarnos el mañana. Nosotros seguimos siendo mexicanos porque no se nos daba estar a gusto con otro nombre ni se nos daba en caminan con otra bandera.
5. Los habitantes primeros de estas tierras, los indígenas, fuimos siendo olvidados en un rincón y el resto empezó a hacerse grande y fuerte y nosotros sólo teníamos nuestra historia para defendernos y a ella nos agarramos para no morirnos. Y llegó así esta parte de la historia en que un sólo país, el país del dinero, se puso por encima de todas las banderas.
6. Y entonces ellos dijeron “Globalización” y entonces nosotros supimos ya que así le llamaban a este orden absurdo en que el dinero es la única patria a la que se sirve y las fronteras se diluyen, no por la hermandad sino por el desangre que engorda a los poderosos sin nacionalidad.
7. La mentira se hizo moneda universal y en nuestro país tejió, sobre la pesadilla de los más, un sueño de bonanza y prosperidad para los menos. Corrupción y falsedad fueron los principales productos de exportación... y tanta y tan grande fue la mentira, que acabamos por creer que era verdad .
8. En los foros internacionales la pobreza fue declarada un invento que se desvanecía ante al desarrollo que gritaban las cifras económicas.
9. ¿Y nosotros? más nos olvidaron, ya no nos alcanzaba la historia para morirnos así nomás, olvidados y humillados. Porque morir no duele, lo que duele es el olvido. Un país que se olvida de sí mismo es un país triste; un país que se olvida de su pasado no puede tener futuro.
10. Y entonces nos agarramos las armas y nos metimos en las ciudades. Donde animales éramos. Y fuimos y le dijimos al poderoso “¡Aquí estamos!” y al país entero, y al mundo, le gritamos “¡Aquí estamos!”
11. Y miren lo que son las cosas: para que nos vieran, nos tapamos el rostro; para que nos nombraran, nos negamos al nombre; apostarnos el presente para tener futuro y para vivir… moriremos. Subcomandante I. MARCOS.