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La historia de la ética y elementos
conceptuales para una forma de vivir
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¿De qué manera
las pasiones
pueden afectar
nuestra forma de
vivir en el mundo?

2. Breve historia de la ética

• ¿Sabes que significa la palabra
ética?, ēthos (palabra griega para
referir la ética) tuvo en principio
un significadodiferente, pues su
significado literal se refería al
lugar o guarida donde habitan los
insectos.

2.1 ¿Cuándo se inicia la
reflexión moral? La
moral desde el paleolítico
a los albores de la
civilización

• El mythos expone elementos
culturales y tradicionales donde
aquello que se hace es porque ya
se hizo antes.
• Es una ontología del hacer en el
sentido de que la ética no brota
de una reflexión filosófica, sino
en que aquello que se hace
resulta útil y, por ende, su
resultado será en vista a lo
bueno-bello (kalos kai agathos).
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• Estamos ante los siglos XII a. C.,
donde la aristocracia pone en
práctica la excelencia (areté)
según las condiciones que les
son favorables, así que los textos
homéricos inician no una
reflexión moral, pero sí planten
la vida ética del hacer que brota
de la experiencia.

• Otro aspecto que se relaciona
con la excelencia (areté) es el
kleos, esto es, aquella gloria que
está en boca de los otros. Por
consiguiente, el fin ético del
carácter forjado del héroe es
buscar hacer cosas grandiosas,
magníficas, heroicas que le
permitan estar en la memoria de
una vida social aristocrática
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La ética tiene su origen el hacer lo
correcto y que se considere bueno

2.2 Las escuelas
clásicas mayores y
menores

• En el siglo VI a.C. nació el
primer pensador conocido
como Tales de
Mileto, que intentó
explicar las causas últimas del
universo a partir de un
elemento material.
• Esta primera observación fue
una actitud frente al mundo y
frente a los otros, porque
suponía que el hacer humano
no respondía propiamente a
las causas divinas, sino al
mismo hacer y conflictos de
los seres humanos

De acuerdo con Diógenes
Laercio (2013), Tales de Mileto
escribió poemas en los que
plasmó esta temática, del que
podemos resaltar el siguiente: • El mucho hablar
no demuestra
una mente
sagaz. Busca
una sola cosa
sabia. Elige una
sola cosa
respetable.
Acallarás así la
cháchara
infinita de los
hombres necios
• Este fragmento da pistas
de hacia dónde apunta el
hacer del primer sabio,
calificativo dado por
Diógenes Laercio.
• La excelencia y la vida
ética están frente a la
elección de asuntos que
sean de provecho para la
vida.

• Heráclito sugiere
claramente que el
conocimiento no es
una cuestión de
cantidad, sino de
calidad

• Los pitagóricos
concebían la
actividad científica
como un medio
para alcanzar su fin,
un modo de
conseguir el ideal de
vida que perseguían

• Entre los últimos filósofos de la
Grecia antigua, o también
physiologos, tenemos a
Parménides,
Empédocles,
Anaxágoras, Leucipo y
Demócrito, quienes
formularon el ser, los cuatro
elementos, el noús, y la teoría
de los átomos, respectivamente,
como elementos materiales,
como causas últimas de todo lo
que existe.
• Estas formas de observación
científica exploran un camino de
que toda investigación debe
girar en beneficio de la calidad
humana. La ciencia está para la
conservación de la vida misma.

Los sofistas.
Protágoras
• El periodo de la sofística inicia una
nueva forma de filosofar. Esta época
también es conocida como el periodo
humanista griego, puesto que en vez de
poner énfasis en la naturaleza (physis)
su interés sería por el ser humano y
todo aquello en cuanto lo refiere.
• El hombre es la medida de todas las
cosas, de las que son en cuanto son, de
las que no son en cuanto no son .
Protágoras.

El ser humano determina
según su propio
conocimiento. Esta idea
pone en jaque las
perspectivas universales y
culturales según las
regiones. Lo que intentó
formular Protágoras es
que el fundamento del
conocimiento proviene de
los sentidos según cada
sujeto.
La doctrina escéptica no
acepta una verdad como
tal, sino que la verdad
está limitada a cada
sentido individual y
determinadas
circunstancias.

Sócrates y la
naturaleza
humana
• Los sofistas iniciaron un camino de
reflexión moral, aunque no encontraron
los fundamentos o las bases para
sostenerse, todos, excepto Sócrates,
cayeron en un escepticismo pragmático.
Ahora bien, para Sócrates el alma era el
centro de la personalidad moral y en
esto fundamentó toda su ética. Sócrates
innovó un modo de filosofa, pues el
hombre era el alma y sobre esta verdad
encontró los cimientos para levantar
toda una reflexión del hombre mismo y
todo aquello referido a él.
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• Este modo de cuidar el alma tiene
su razón de ser, porque para
Sócrates el alma estaba en
relación con la virtud, que se
identifica con el conocimiento.
Por tanto, cuidar el alma es cuidar
todas las posibilidades éticas y, en
consecuencia, cultivar las
virtudes. El conocimiento puede
llegar a hacer buenas todas las
almas, sin embargo, la única vía
para llegar a hacernos buenos es
por medio de una ciencia, mas no
cualquier ciencia, Sócrates
entendía por ciencia un
conocimiento del alma en sí.

• Conocer el alma implica
hacernos buenos y
cultivar las virtudes para
eliminar aquellos vicios
pasionales que están en
el mundo de las
apariencias. Incluso, ya
en el Fedón de Platón
(2017) Sócrates planteó
que quien teme a la
muerte es porque está
aferrado a las
apariencias del mundo,
tales como el cuerpo, la
fama y las riquezas.

Aristóteles y la
media de oro
• Aristóteles, discípulo de Platón,
escribió tres tratados de ética:
Ética a Eudemo, Ética a
Nicómaco y Gran ética. Estos
tratados están muy relacionados
con otra obra titulada Política,
llamada Aristóteles ciencia
práctica o ciencia política, en
donde destaca el saber universal
cuya finalidad es orientar al ser
humano en su obrar, en tanto
ser humano y ser político
(ciudadano).
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• Para este filósofo, la ética
exigía un método que no
es teórico o, al menos,
no es posible teorizar,
sino que debía de partir
de la experiencia de la
vida humana. En otras
palabras, la ética, según
Aristóteles, no puede ser
un saber deductivo o
metafísico, sino, como se
ha dicho antes, de la
experiencia propia de
cada individuo.

Para Aristóteles
existían dos
tipos de
virtudes:
• Virtudes éticas o morales:
• Están en relación con
los hábitos buenos,
mientras que los
hábitos malos están en
relación con los vicios.
Por este motivo, la
práctica de las virtudes
éticas puede llegar a la
excelencia debido a la
habitualidad, es decir,
solo la excelencia se
hace excelencia en
tanto que es habitual,
a saber, por la
repetición de actos.
• Virtudes intelectuales:
• Son aquellas
virtudes que solo
pueden darse en la
parte racional del
alma. Esta razón
teórica está
relacionada con la
sabiduría, mientras
que en la razón
práctica es la
prudencia.

El Jardín de
Epicuro
• Para Epicuro, el placer se entiende
como supremo bien, que implica
la salud de la condición natural
humana. No todos los placeres
son necesarios para vivir de
acuerdo con la felicidad o que sea
subterfugio de una vida antimoral;
este filósofo para evitar tales
interpretaciones, entiende que es
necesario clasificar los placeres:
existen placeres naturales y
necesarios, placeres ni naturales
ni necesarios y placeres naturales
y no necesarios.

Placeres naturales y
necesarios
Placeres ni naturales ni
necesarios
Placeres naturales y no
necesarios
• Así pues, el Jardín es sinónimo
de alejamiento de la vida activa
política (láthe biṓsas), porque la
vida política no es más que una
farsa, según postuló Epicuro, y
es la lucha por la fama, las
riquezas y todos aquellos bienes
mediados por opiniones vacías

Aristipo y el
hedonismo
• Aristipo de Cirene fue discípulo de
Sócrates y fundador de la escuela
cirenaica, la cual postulaba que el único
criterio de la verdad se hallaba en las
emociones internas del alma. Al atribuir
la verdad a las emociones internas
creyeron que la existencia de dios (o
dioses) era una mera construcción
emocional, hasta que al final terminaron
por negar su existencia propia. La
verdad era, para los cirenaicos,
apariencia de lo verdadero. El placer era
el objetivo último de la vida humana.

La conexión entre
moral y religión
• En consecuencia, cuando se ponen en
práctica los imperativos religiosos,
entonces refieren unas formas de
vidas sociales más justas y más
significativas, en tanto que se respeta
al otro como un sujeto moral. Dicho
esto, la conexión entre religión y moral
es evidente, puesto que la religión
parte de los supuestos naturales de
respetar la vida del otro, que a su vez
se legitima en el derecho judicial.

• Dios establece cómo hay que
vivir, no dicta un mandato
imposible, pues la misma
consciencia natural y la vida
natural ya nos explicitan cómo
se debe vivir.

La teoría del mandato
• La teoría del mandato divino estable
cómo se debe vivir y, aunque pareciera
que no da las razones de vivir
contrariamente a tal mandamiento, se
explicita que si no respetamos al
prójimo tendremos consecuencias
morales y legitimas con el Estado.
• Ciertamente, a cada individuo le
corresponde juzgar las acciones y
arrepentirse en caso de haber
transgredido la ley divina y, en
consecuencia, pagar los actos ante la ley
humana

La teoría del
derecho natural
• Con la decadencia del derecho divino, a
mitad del siglo XVII, surgió el derecho
natural, que adoptó una perspectiva en
el humano mismo o también en el
derecho de los fines humanos. La causa
mayor del surgimiento del derecho
natural tuvo sus grandes ecos en el
racionalismo, que ganó terreno y logró
conducirse después de la Revolución
francesa en 1789.
• El derecho natural propugnó entonces
una doctrina ética enfocada en la
naturaleza humana y no desde una
naturaleza divina que impusiera a los
seres humanos quién debía gobernar y
quién no.

Vínculos entre
Dios y el hombre
(Edad Media)
• La felicidad en la Edad Media
puso énfasis en Dios como única
fuente de verdad, en tanto que
verdad absoluta. Estar en Dios es
estar feliz, vivir de acuerdo con
unos hechos morales para con
quienes circundan la existencia.
De ahí, que la religión es la
constante religación o ligazón
entre Dios y el hombre o, mejor
dicho, es el puente significativo
que hay para llegar a Dios.

Doctrinas éticas
cristianas: San Agustín
y Santo Tomás de
Aquino
• El ser humano, según la
concepción cristiana, tiene una
naturaleza pecadora que lo hace
imperfecto, como también la
sociedad en la que vive. La moral
cristiana sostiene que todos los
deseos conducen al bien pero
solo hay que enderezarlos con el
propio esfuerzo y la gracia
divina. Esta idea es bastante
parecida a la aristotélica, en
tanto que todo deseo apunta al
bien

• En la filosofía de San
Agustín se resalta que
el ser humano no es un
ser destinado al fin
social o político como
eje de la acción
política; al contrario, el
ser humano busca a
Dios para rendir
cuentas por sus actos

Para San Agustín, existen tres formas
de concebir al ser humano:
• Primero, el ser humano que hace todo su esfuerzo para
refugiarse en el puerto de la filosofía, pero que no está en
contra de los otros seres humanos, sino que sus obras escritas
son avisos para una vida más vivible y más feliz en el sentido
de no obliterar en la angustia o la desdicha.
• La segunda forma se refiere a aquellos seres humanos que por
arrimarse a la bonanza se alejan de la estabilidad espiritual,
pues quedan cegados por la esterilidad, las riquezas y todos
aquellos bienes en apariencia, que no son fruto (frugalidad)
espiritual.
• La tercera forma son aquellos seres humanos que no se
alejaron de la frugalidad espiritual y que sufrieron poco o, al
menos, no sufrieron mucho su retorno de la vida de
apariencias a la frugalidad espiritual. Estos seres humanos son
los que por varias razones se vieron constreñidos en refugiarse
en escritos y en sabios para despertar el espíritu

• Para Santo Tomás de Aquino la tarea
de emprender una filosofía es a
partir de la filosofía aristotélica y
hacia la teología cristiana.
• Camps (2017) al respecto comenta:
“Aunque no rechaza del todo la idea
de que la razón de ser de la filosofía
moral es la búsqueda de la felicidad
que debe coincidir con el bien,
antepone al deseo del bien la
búsqueda de la verdad” (p. 112).

• Tomás de Aquino planteó que la vida
ética estaba en el conocimiento que
llevaba necesariamente a Dios. Se
trata, por tanto, de hacer el bien
como virtud y evitar el mal, como
vicio. Esta teoría enmarca los influjos
de carácter aristotélico, puesto que
el bien es considerado como la
realización de la felicidad, mientras
que el mal implica la práctica de los
vicios.

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