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Curso
BASES CONCEPTUALES:
COMPRENDIENDO
NIVEL BÁSICO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO
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BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO
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BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
ÍNDICE
6 	 UNIDAD 1
	 Conceptos de Sexo y Género	
7 	 1. ¿Qué es el género?
8 	 2. El sistema sexo-género 	
9 	 3. Otros enfoques complementarios al género:
	 la interseccionalidad y la interculturalidad	
12 	 UNIDAD 2:
	 ¿Cómo se construye el Género?
13 	 1. Socialización de género, roles y estereotipos
14 	 2. Modelos de masculinidad y feminidad hegemónicas	
18	 3. Distinciones conceptuales entre identidad de género, 	
	 expresión de género y orientación sexual
20	 UNIDAD 3:
	 Las Esferas Pública y Privada	 	
21 	 1. División sexual del trabajo	 	
22	 2. Consecuencias de la división sexual del trabajo
25	3. Desigualdades de genero
30	BIBLIOGRAFÍA	
Contraparte técnica:
Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género
Paulina Cid Vega		 Jefa División de Estudios y Capacitación.
Claudia Echeverría Turres	 Profesional División de Estudios y 		
			Capacitación.
Equipo de Trabajo
ISONOMA Consultorías Sociales
Carolina Muñoz Rojas	 Coordinadora
Patricia Varela Pino	 Desarrollo de contenidos
Marcela Aedo Rivera	 Desarrollo de contenidos
Karim Berlien Araos	 Desarrollo de contenidos
Andrea Peroni		 Desarrollo de contenidos
Loreto Pavez		 Diseño e Ilustraciones
Santiago de Chile, Diciembre 2017
UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO
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PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
El concepto clásico de género ha dado importancia a las
construcciones y significados culturales, relacionándolas y
distinguiéndolas de las diferencias biológicas entre mujeres y
hombres. Así, habitualmente se define género como la “construcción
social y cultural de las diferencias sexuales o biológicas”. De
acuerdo con ello, ser hembra o macho, mujer u hombre, es un hecho
biológico, inmodificable y determinado genéticamente. En tanto
las características que atribuimos a mujeres y hombres (es decir,
lo que entendemos como femenino o masculino), corresponden a
un hecho social, están determinadas culturalmente y por lo tanto
pueden ser modificadas.
UNIDAD 1/
Conceptos de Sexo y Género
¿QUÉ ES EL GÉNERO?
1.
No obstante, previamente, la antropóloga Margaret Mead
fue pionera en plantear las distinciones entre diferencias
biológicas y culturales. En 1935 publica el libro “Sexo y
temperamento en las sociedades primitivas” donde estudia
las diferencias en el temperamiento de hombres y mujeres a
partir de las diferencias sexuales, basándose en el estudios de
tres sociedades primitivas en Nueva Guinea.
El surgimiento del concepto género se remonta a las décadas
de 1950 y 1960 identificandose su origen en los estudios de los
investigadoresJohnMoneyyRobertStoller.Quienprimeroutilizael
término es John Money en 1955 en el marco de sus estudios sobre
disfunciones sexuales, señalando que la identidad de género de
una persona dependía más de cómo había sido educado de niño o
niña, y que podía resultar distinto del sexo biológico. Luego, Robert
Stoller en 1968 recoge los planteamientos de Money señalando
que el vocablo género no tiene un significado biológico, sino
psicológico y cultural, así los términos que mejor corresponden
al sexo son macho y hembra, mientras que los que mejor califican
al género son masculino y femenino, y éstos pueden llegar a ser
independientes del sexo biológico. Posteriormente, el concepto se
introduce en otros ámbitos de estudio para referirse al sistema de
jerarquías sociales basado en las diferencias sexuales en el marco
de los estudios de la mujer desarrollados dentro de las ciencias
sociales.
Diferencias y características
biológicas, anatómicas, fisiológicas
y cromosómicas de los seres
humanos que los definen como
hombres o mujeres.
SEXO GÉNERO
Fuente: INAMU México (2007) y Guerrero et al (2004)
Características biológicas
presentes en un ser vivo que
determinan su función en la
reproducción de la especie, en base
a la cual se le define como macho
o hembra. En los seres humanos, el
macho es denominado hombre, y la
hembra, mujer.
Se nace con esas características,
son universales e inmodificables.
Conjunto de ideas, creencias y
atribuciones sociales, construidas
en cada cultura y momento
histórico, tomando como base
la diferencia sexual; a partir de
ello se construyen los conceptos
de “masculinidad” y “feminidad”,
los cuales determinan el
comportamiento, las funciones,
oportunidades, valoración y las
relaciones entre hombres y mujeres.
Red de rasgos de personalidad,
actitudes, sentimientos, valores,
conductas y actividades que,
a través de un proceso de
construcción social, diferencia a los
hombres de las mujeres.
Son construcciones socioculturales
que pueden modificarse, dado que
han sido aprendidas.
9
8
UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
Esimportantemencionarquelasdefinicionesdesexoydegéneroestánenconstante
revisión y que son también un espacio de disputa desde la teoría y la acción política,
existiendo importantes críticas a la lógica binaria de hombre/mujer y femenino/
masculino, así como diversos planteamientos respecto a que el sexo es también
una construcción social. Así como también, los avances de la ciencia y la tecnología
cuestionan cada vez más el carácter de “inmodificable” que tradicionalmente se le
atribuye al sexo biológico.
Pero más allá de las diferentes corrientes y definiciones en torno al sexo y al género,
lo cierto es que las sociedades, incluida la nuestra, han construido diferencias
sociales y culturales a partir de las diferencias biológicas, y que estas diferencias
han devenido como desigualdades. De este modo, el problema no está en las
diferencias biológicas que existen entre hombres y mujeres, el problema está en
que estas diferencias han sido organizadas social y culturalmente de forma injusta
y desigual, dando una mayor valoración a lo que se asocia con lo masculino y una
menor valoración a lo que se asocia con lo femenino.
La forma en que una sociedad o cultura representa y organiza lo femenino y lo
masculino, se ha denominado “sistema sexo-género”. Este sistema ha sido definido
como el conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores
sociales que las sociedades elaboran a partir de las diferencias sexuales.Respecto
al sistema sexo-género, se ha planteado que adquiere ciertas características
principales, entre ellas:
Tal como ya se ha mencionado, el género no es una variable estática e inmutable,
sino que esta mediada e interactúa por una serie de otras dimensiones y variables,
y esto la hace una categoría altamente compleja. Es por ello, que para poder
realizar análisis de género pertinentes y útiles, es necesario incorporar también
otros enfoques junto al enfoque de género, entre ellos, y para el quehacer de
Estado y las políticas públicas, destacan los enfoques de interseccionalidad y de
interculturalidad.
El enfoque de interseccionalidad refiere al reconocimiento que en las personas,
o en los grupos de personas, interactúan diferentes categorías de privilegio o
discriminación. Así, para cada sociedad concreta, las condiciones de vida de una
persona se deben interpretar atendiendo de forma combinada a su sexo/género,
clase social, nacionalidad, raza/etnia/color, sexualidad, religión, situación de
discapacidad, edad/generaciones, etc.
Estaperspectivasirvedeherramientadeanálisisparacomprenderlasdesigualdades,
sus causas y consecuencias estructurales y dinámicas, que surgen de la interacción
de dos o más de estas categorías o ejes de subordinación. La interseccionalidad
trata la forma por la cual el patriarcado, el racismo, el clasismo y otros sistemas de
opresión crean desigualdades básicas que estructuran las posiciones relativas de
las mujeres, razas, clases y otros (Crenshaw, 1989).
ENFOQUES COMPLEMENTARIOS⁄
la interseccionalidad y la interculturalidad
3.
EL SISTEMA SEXO-GÉNERO
2.
Enfoque de interseccionalidad
a)
En el entendimiento de que el género interactúa con otras categorías sociales
de privilegio o discriminación, como la raza, la edad, la sexualidad, etc., no
es posible hablar de un único sujeto mujer. La interseccionalidad pone en
evidencia la diversidad de mujeres existentes, y con ellas su diversidad de
experiencias y realidades. Es por ello que no es correcto hablar de LA MUJER,
sino de LAS MUJERES. Esta observación es también aplicable para los hombres.
I	 Es histórico y está situado geográficamente, se nutre de elementos que
por ser mutables en el tiempo y en el espacio son también susceptibles de
modificar. Así, no es lo mismo ser mujer en el año 2018 en Chile que serlo
en Holanda o en Irán, así como tampoco es lo mismo ser un hombre en Chile
en el 2018, que haberlo sido en 1820.
I	 Es ubicuo en el sentido de que permea lo micro y lo macro de la sociedad, y
que está presente en todas las esferas de la vida. De este modo, el sistema
sexo género tiene manifestaciones en el mercado de trabajo remunerado,
en la educación, en las relaciones de pareja, en la política, en los medios de
comunicación, etc.
I	 Es interseccional, es decir está atravesado por otras variables sociales
tales como la clase social, el pertenecer o no a un pueblo originario, el estar
o no en situación de discapacidad, etc.
I	 Es jerárquico porque la diferencia que establece entre hombres y mujeres
ni es neutra, implica valoraciones que atribuyen mayor importancia y valía
a las características y actividades asociadas con el hombre.
Desde la perspectiva del sexo, si bien habitualmente se distingue entre
machos y hembras, existen también las personas intersexuales o intersex. Se
ha definido la intersexualidad como “todas aquellas situaciones en las que el
cuerpo sexuado de un individuo varía respecto al standard de corporalidad
femenina o masculina culturalmente vigente” (CIDH, 2012). La intersexualidad
puede presentarse en diferentes grados, siendo por ejemplo una cantidad
menor o mayor a la esperada de las hormonas sexuales correspondiente al
sexo asignado al nacer, hasta la presencia de órganos sexuales de ambos
sexos. De acuerdo a un artículo publicado en la Revista Nature, entre un 1
a 2% de la población es intersexual (DSD, Nature, 2015)
Para Rashida Manjoo, ex Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus
causas y consecuencias, este enfoque es importante porque (ONU, 2015):
I	 En el cumplimiento de sus obligaciones jurídicas internacionales, los
Estados deben tener presente que la discriminación afecta a las mujeres
de modos distintos en función de la posición que ocupan en las jerarquías
sociales, económicas y culturales que prohíben o dificultan que ciertas
mujeres gocen de los derechos humanos universales. Este enfoque también
pone de manifiesto aspectos cruciales de la discriminación y la desigualdad
dentro del propio género, que hasta la fecha han permanecido invisibles en
las iniciativas que trataban de manera homogénea a todas las mujeres a la
hora de responder a la violencia.
I	 La multiplicidad de formas de violencia contra la mujer, así como el hecho
de que a menudo esta violencia se produce en la intersección de diferentes
tipos de discriminación, hace necesario adoptar una estrategia múltiple.
I	 Si se adopta un enfoque más exhaustivo, surgirá una imagen de las
diferentes maneras en que las formas interrelacionadas y múltiples de la
discriminación actúan en el contexto de la violencia contra las mujeres.
Ello refleja el tipo de enfoque sistemático, exhaustivo, multisectorial y
sostenido necesario para formular estrategias nacionales, programas
concretos y actuaciones tendentes a eliminar todas las formas de violencia
contra la mujer.
UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO
11
10
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
DESIGUALDAD EN CLAVE DE GÉNERO,
“MÁS DERECHOS VULNERADOS”:
•	En Perú la brecha de género se demuestra en el sueldo de la
mujer indígena, que representa el 31% del sueldo del varón
indígena. Al mismo tiempo, al comparar las remuneraciones
de la mujer indígena con su par no indígena, el sueldo de
la primera representa tan sólo el 30% del sueldo de la
segunda (Calfio y Velasco, 2005).
•	
En Guatemala solamente un 9% de las adjudicaciones
de tierra (de 1962 a 1996) les pertenece a las mujeres
indígenas (Calfio y Velasco, 2005).
•	A inicios de la década del 2000, la maternidad entre las
jóvenes afrodescendientes con rezago escolar era de un
18% en Honduras y de hasta un 30% en el Ecuador, mientras
que entre las jóvenes afrodescendientes sin rezago el rango
se situaba entre el 4% y el 11% respectivamente (UNFPA/
CEPAL, 2011).
•	Para el 2007, la población afrodescendiente representaba
el 1% del total de curules de la región. Las mujeres
afrodescendientes, por su parte, alcanzaban apenas
el 0,3%. Ellas ocupaban un 1% de los escaños en la
Cámara de Diputados en Brasil y ninguno en la Cámara de
Representantes de Colombia, a pesar de que constituyen
el 25% y el 6% de la población total de sus países
respectivamente (Htun, 2012).
•	En el Estado de Paraná en Brasil se reporta que las madres
“pretas” tienen más del triple de riesgo de morir que las
“brancas” (Oyarce y otros, 2010)
•	En México, por ejemplo, de los 500 escaños de la Cámara
Alta del Congreso de la Unión, 6 de ellos fueron ocupados
por indígenas y de éstos sólo uno era ocupado por una
mujer. En la Cámara baja, por su parte, de los 128 escaños
sólo 1 de ellos correspondía a una mujer indígena (Chunji,
2011).
Fuente: PNUD (2013) Desiguales: Orígenes, cambios y desafíos de la
brecha social en Chile.
Interculturalidad.
Señala la interacción o encuentro entre dos o más grupos
culturalesdeunmodohorizontalysinérgico,rompiendoconla
idea de superioridad de una cultura sobre otra. Pone el énfasis
en el diálogo, la interacción y la construcción de relaciones
interculturales basadas en el respeto a la diversidad cultural,
con el objetivo de favorecer la integración y la convivencia
armónica entre todas las personas. En este sentido, los
conflictos que puedan generarse serán resueltos a través
del respeto, el diálogo y la concertación. Se trata por tanto
de una herramienta y un proyecto para la transformación
del Estado y de la Sociedad. En América Latina y el Caribe
la interculturalidad ha estado asociada a la demanda por el
reconocimiento cultural y político de los grupos indígenas y
afrodescendientes de la región.
Fuente: PNUD (2013) Desiguales: Orígenes, cambios y
desafíos de la brecha social en Chile.
En este escenario, se vuelve imprescindible que cualquier análisis
o acción estatal que esté orientada a mejorar las condiciones de
las mujeres y/o a combatir las desigualdades de género, consideren
como un elemento de suma importancia la diversidad cultural, lo
cual es posible por medio de la incorporación del enfoque de la
interculturalidad.
La mirada intercultural tiene como punto de partida la constatación
de una realidad social, religiosa y culturalmente diversa. Ante esta
diversidad, la mirada intercultural apuesta por su reconocimiento y
porsuvaloración,yfavorecelasrelacionesinterculturales,laigualdad
entendida como la igualdad de derechos y la no discriminación,
destacando la heterogeneidad frente a la homogeneización. Es
decir, un respeto profundo a la diversidad cultural.
El enfoque de interculturalidad implica considerar en los análisis los
elementos de diversidad cultural relacionada con las costumbres,
prácticas, normas y procedimientos de las personas o grupos
sociales, y tomarlos en cuenta a la hora de diseñar las políticas o
intervenciones.
Como se ha mencionado, el sistema sexo-género es situado:
geográfica, histórica y culturalmente. La forma en que las mujeres
indígenas o afrodescendientes viven las desigualdades de género
son distintas en intensidad y en forma, por eso los análisis y las
intervenciones estatales deben incorporar un enfoque de género
culturalmente situado.
Diversos datos de la región muestran una vinculación
determinante entre diversidad cultural y desigualdad en América
Latina. La población indígena y afrodescendiente vive de manera
más grave las consecuencias de una estructura social basada en la
desigualdad de las relaciones inter-étnicas e inter-raciales, pero
también genéricas.
La mayor incidencia de la desigualdad vivida por las mujeres
pertenecientes a pueblos indígenas o afrodescendientes, y
sus particulares consecuencias, nos alerta de sus específicas
condiciones de vulnerabilidad, así como de la necesidad de
abordarla también de modo particular.
Enfoque de interculturalidad
b)
UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO
13
12
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
Durante la socialización de género, vamos aprendiendo e
internalizando, roles y estereotipos de género.
•	 Los roles de género son el conjunto de normas sociales
y comportamentales generalmente percibidas como
apropiadas para los hombres y las mujeres en una sociedad,
y se basan en la construcción social que se tiene de la
masculinidad y la femineidad. El problema, es que estos
roles limitan las opciones y las oportunidades de hombres
y mujeres, y niegan la diversidad de formas en que se puede
ser hombre y ser mujer, o incluso, elegir ser ni lo uno ni lo
otro.
Algunos ejemplos clásicos de la socialización de género son
frases como:
•	 “Siéntate como señorita”
•	 “Los niños no lloran”/”no seas mariquita”/ “es niñita”
(como burla o insulto)
•	 Regalos diferenciados para niños y niñas, etc.
UNIDAD 2/
¿Cómo se construye el Género?
SOCIALIZACIÓNDEGÉNERO,
ROLES Y ESTEREOTIPOS
1.
•	 Los estereotipos de género son ideas o imágenes
exageradas y reduccionistas, pero que son aceptadas
socialmente como un modelo o patrón de cualidades o
de conductas, en este caso relacionadas con el género.
Por lo general, las usamos para encasillar o catalogar a las
distintas personas, aun cuando no conozcamos cómo son o
si están de acuerdo con esos estereotipos. Muchas veces,
los estereotipos están basados en prejuicios validados
socialmente, pero que no son ciertos, con lo que se generan
discriminaciones.
Esta socialización de género se ve reforzada de manera permanente
por diversos dispositivos sociales, que producen y reproducen roles
y estereotipos de género. Ejemplos de estos dispositivos son la
escuela, la propia familia, los medios de comunicación, etc.
Debe cuidar el hogar e hijas/os
Debe ser sensible y emotiva
Debe ser delicada
Todas las mujeres son
emocionales, débiles y
deben estar al cuidado del
hogar e hijos/as
Todos los hombres son
proveedores, racionales y
fuertes.
Debe proveer al hogar
Debe ser racional
Debe ser fuerte
MUJER HOMBRE
ROL DE GÉNERO
ESTEREOTIPO
DE GÉNERO
El sistema sexo-género se aprende e internaliza incluso desde
antes de nuestro nacimiento, a través de un proceso denominado
“socialización de género”. El proceso de socialización de género
abarca el aprendizaje de normas de comportamiento, actitudes,
valores, tareas, espacios de circulación, etc., diferenciados para
hombres y mujeres.
15
14
UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
Los mandatos de género son mensajes explícitos e implícitos, respecto a qué
se espera de hombres y mujeres y que significa ser hombre o ser mujer. Estos
mandatos van configurando la identidad de las personas a lo largo de toda la
vida, y determinan las formas de entender y enfrentar el mundo, y a nosotros/
as mismos/as.
El modelo de masculinidad hegemónica
a)
El modelo de masculinidad hegemónica mandata a los hombres a ser fuertes,
activos, racionales, autónomos, proveedores y poco emocionales. Y su acción
se desarrolla en principalmente en la esfera pública. El modelo de masculinidad
hegemónica tiene las siguientes características:
•	 Se construye por oposición a lo femenino: la masculinidad se construye
como negación, como diferenciación con lo femenino, en otras palabras,
ser hombre es “no comportarse como una mujer”.Esta negación lleva
implícita una desvalorización de lo femenino. . Un ejemplo de esto es
que los principales insultos masculino se relacionan con atribuir roles o
rasgos femeninos o no heterosexuales (“es niñita”, “son unas madres”, “poco
hombre”, etc.)	
•	 La identidad masculina se construye en torno al trabajo, la paternidad y la
heterosexualidad (Olavarría y Parrini, 2000). Mediante el trabajo adquiere
y demuestra prestigio, poder y autoridad, y además, le permite ejercer
su rol de proveedor económico, lo que le otorga poder sobre las mujeres.
Asimismo, mediante su heterosexualidad y paternidad “demuestra” su “no
ser mujer”, y también constituyen espacios de dominación.
•	 Debe ser permanentemente demostrada, ser hombre en este sistema
sexo género implica tener que realizar demostraciones permanentes de
“hombría”, demostrando no ser femeninos, no ser homosexuales, etc.
•	 Acepta y valida la agresividad y la violencia, pues en ciertos espacios de
socialización masculina está permitido, y hasta bien visto, ser agresivos y
hasta violentos.
Es importante mencionar que el modelo de masculinidad hegemónica tiene
costos negativos para la sociedad, para las mujeres y para ellos mismos. Los costos
sociales se relacionan en general con prácticas violentas que generan problemas
en la convivencia social, como por ejemplo pandillas que cometen delitos violentos,
riñas, peleas callejeras, etc. Así como también prácticas arriesgadas o imprudentes,
por ejemplo, mientras conducen un vehículo.
Los costos para las mujeres y las niñas refieren a la gran prevalencia de las distintas
formas de violencia y discriminación hacia las mujeres, las cuales se revisarán al
final de este curso.
Y los costos personales, dicen relación con la mayor exposición a ser víctimas de
homicidios y lesiones (al asumir mayores riesgos y por las relaciones agresivas entre
pares), el ser privados de una parte de su sensibilidad, lo que limita su desarrollo
afectivo, la imposición y carga de ser los responsables principales del sustento
familiar, no tener prácticamente derechos laborales asociados al ejercicio de la
paternidad, etc.
LA MASCULINIDAD, LA AGRESIVIDAD AL VOLANTE Y SUS
COSTOS SOCIALES: EL CASO DE ARGENTINA
En el año 2011, investigadores/as argentinos publicaron el
artículo: “Representaciones sociales de la masculinidad y
agresividad en el tránsito. La ira al conducir en Argentina”. Los
resultados de este artículo muy probablemente son también
extrapolables al contexto chileno, y señalan lo siguiente:
En Argentina un 33% de los accidentes de tránsito son
provocados por mujeres en tanto que el 67% restante tiene
como protagonistas a varones.
La demostración de la destreza en el manejo del vehículo, la
valentía (que se manifiesta en acceder a correr los riesgos),
la demostración de la potencia (del auto), son requerimientos
sociales que históricamente se le han impuesto al varón y
que se encarga de demostrar en su rol de conductor. Estas
actitudes parecen ser mucho más frecuentes en las épocas de
adolescencia y juventud, y tienden a moderarse en la medida
en que pasan los años, o, por ejemplo, cuando la situación
familiar del conductor cambia (sobre todo si hay presencia
de niños en el automóvil). Las actitudes agresivas al volante
parecen intensificarse, sobre todo entre los más jóvenes, si
los conductores varones se encuentran acompañados en el
vehículo por otros hombres (MERLINO, 2009), en ese caso, es
mayor la necesidad de demostrar su “valía” masculina.
En argentina se pierden 170.000 años de vida potencial y
87.000 años de vida activa potencial a causa de las muertes
ocasionadas por el tránsito. Esto supone, además, un costo
directo anual de más de 6 millones de dólares y, considerando
los años de vida perdidos por discapacidad, un costo indirecto
de más de 175 millones de dólares anuales.
Fuente: Aldo Merlino y otros (2011). Representaciones
sociales de la masculinidad y agresividad en el tránsito. La ira
al conducir en Argentina
ALGUNOS DATOS RESPECTO A LOS COSTOS DE LA MASCULINIDAD HEGEMÓNICA
Costos Sociales Costos para las mujeres Costos para los varones
El modelo de masculinidad
vigente entiende la violencia
con un elemento constitutivo
de la identidad masculina.
Esto se expresa en la alta
presencia de prácticas
violentas en espacios de
socialización masculina
(como las pandillas), y en que
todos los delitos violentos
son más cometidos por
hombres.
Cerca de 95% de los
homicidas a nivel global
son hombres, un porcentaje
más o menos constante de
país a país y entre regiones,
independientemente de la
tipología de homicidio o el
arma empleada
(Informe Mundial de
Homicidios, 2013).
La principal consecuencia
del modelo de masculinidad
hegemónica para las mujeres
y las niñas son las diversas
formas de violencia a la
cual se ven enfrentadas de
manera permanente y a lo
largo de toda la vida.
La desvalorización y
menosprecio hacia lo
femenino como forma
de demostrar y reafirmar
la masculinidad, y la
normalización/legitimación
de la violencia masculina
y la pasividad femenina,
fundamenta, legitima y
reproduce la Violencia Contra
las Mujeres (VCM).
Se estima que el 35% de las
mujeres de todo el mundo ha
sufrido violencia física y/o
sexual en algún momento de
su vida
(ONU Mujeres, 2015).
Se estima que en todo el
mundo el 75% de toda la
violencia contra las mujeres
es perpetrada por su pareja o
ex pareja íntima masculina
(Fleming et al., 2015), que
un 38% de los asesinatos de
mujeres es cometido por su
pareja o ex pareja
(OMS, 2013).
Las prácticas, asociadas al
modelo de masculinidad
hegemónica, conducen a los
propios varones a situaciones
de riesgo social y personal, y
en casos extremos empujan a
determinados “hombres” a la
exclusión.
Existen costos individuales
para acceder y mantenerse
en la categoría de “hombre
de verdad”.
A nivel mundial 79% de las
víctimas de homicidio son
hombres.
Hay una tendencia regional y
de género hacia las
víctimas masculinas en
homicidios vinculados a la
delincuencia organizada y las
pandillas.
(Informe Mundial de
Homicidios, 2013).
Fuente: Elaboración propia
MODELOS DE MASCULINIDAD
Y FEMINIDAD HEGEMÓNICAS
2.
El sistema sexo-género vigente impone una determinada manera de ser hombre
y de ser mujer, la cual se ajusta a los roles de género socialmente asignados. A
estos modelos impuestos de cómo ser hombre y cómo ser mujer, se les llama
“masculinidad hegemónica” y “feminidad hegemónica”. Estos modelos hegemónicos
son internalizados por las personas a través de los mandatos de género.
16 17
UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
Es importante señalar que, si bien a nivel general siguen predominando los rasgos
del modelo de masculinidad hegemónica, en la actualidad existen hombres que,
tanto de manera grupal como individual, apuestan por transformar este modelo
avanzando hacia otro más igualitario. A esta corriente se le ha denominado “Nuevas
Masculinidades”, “Masculinidades Alternativas”, entre otras. Así como también
existen grupos o prácticas individuales vinculadas a una paternidad más activa e
involucrada, abriendo espacios para la demostración de afecto y cuidados por parte
de los hombres.
El modelo de masculinidad hegemónica dicta que las mujeres deben ser: afectivas,
cariñosas, sensibles, dependientes, cuidar de los/as hijos/as, de la pareja y de los/as
personas dependientes (adultos/as mayores, enfermos/as, personas en situación de
discapacidad), y ser las responsables de los quehaceres del hogar.
Los mandatos para el género femenino mandatan a las mujeres a olvidarse de
sí mismas, lo que en el sentido de la autoestima está en directa relación con la
valoración de las fortalezas, capacidades, habilidades y valor que las mujeres tienen
como personas se definen en función del desarrollo de acciones orientadas hacia el
bienestar de los/as demás en desmedro del propio.
Actitudes y cualidades como ser cariñosas, dóciles, generosas, amables,
románticas, soñadoras, atentas a las necesidades de los/as demás, entre otros,
son los habituales atributos que se naturalizan como parte del ser mujer, y que
las definen como personas. Parte de éstos derivan del rol femenino asociado a
la maternidad, que se generalizan a todos los ámbitos de sus vidas: lo que se ha
denominado la maternización de los roles femeninos. La vocación de servicio que
define socialmente a las mujeres está basada en el dar afecto, lo que lleva implícito
que en la medida de tal capacidad está la medida de su valía como personas.
El modelo de feminidad hegemónica
a)
Para las mujeres, los mandatos de género habitualmente operan como
sentimientos de culpa, uno de los principales guardianes del deber ser
femenino definido socialmente. Y externamente las consecuencias
explícitas a su desobediencia al modelo hegemónico de feminidad operan
como sanciones sociales; por ejemplo, cuando las mujeres no cumplen el
deber ser asociado a la maternidad se les asocia como personas egoístas o
desnaturalizadas respecto de su función reproductiva.
De acuerdo a lo anterior, la construcción de la feminidad se caracteriza por:
1.	 La centralidad de los roles de madre y esposa, o “madresposas”, como
lo denomina Marcela Lagarde. Desde la temprana edad se incentiva y
estimula en las mujeres el deseo maternal y el deseo de “formar una
familia”. Socialmente se identifica el instinto materno como algo esencial
de la identidad femenina y la maternidad como la máxima realización de
una mujer. Y serán estos roles de madres y esposas lo que determinará su
forma de relacionarse también con el resto de las personas y el mundo, sin
necesidad de ser madre y esposa realmente, sino que tiene que ver más
bien con formas simbólicas de relacionarse (desde los cuidados, desde lo
afectivo, desde el servilismo).
Las madresposas de Marcela Lagarde:
“Ser madres y ser esposas consiste para las mujeres en vivir de acuerdo
con las normas que expresan su ser para y de otros, realizar actividades
de reproducción y tener relaciones de servidumbre voluntaria, tanto con
el poder encarnado en los otros, como con el poder en sus más variadas
manifestaciones”.
(Los cautiverios de mujeres, 1990: 363)
2.	 El Modelo Mariano: referido a la figura de la virgen como el ideal femenino
y a la vez como marco explicativo de la identidad femenina: la devoción,
la entrega y el sacrificio, simbolizada en la madre por excelencia: la Virgen
María.
3.	La búsqueda del atractivo físico: un tercer elemento constitutivo del
modelo de feminidad hegemónica es la búsqueda permanente del
atractivo físico, el cual es un medio para alcanzar de manera material los
roles de madre y esposa. El mandato social nos dice que las mujeres deben
ser sexualmente atractivas para los varones (pero sexualmente pasivas), y
es su responsabilidad mantener vivo el deseo de la pareja hacia ella.
Todas estas características del modelo de feminidad hegemónico, van dejando a
las mujeres en un lugar de dependencia y de subordinación, circunscrita al espacio
privado, a lo doméstico, donde la maternidad podría traer prestigio, pero no
necesariamente autonomía. En resumen, los modelos de masculinidad y feminidad
hegemónica se podrían resumir como en la siguiente tabla:
EL MARIANISMO EN LA CONSTRUCCIÓN
DE LA FEMINIDAD EN LATINOAMÉRICA
ParaSoniaMontecino,elíconomarianotienevitalimportanciaenAméricaLatina
para la reproducción de ciertos valores ligados a lo femenino, el marianismo es
un símbolo cultural universal que adquiere particularidades en el ethos mestizo
latinoamericano, pues su perfil, en este territorio, es sincrético, siendo así un
soporte clave del imaginario mestizo latinoamericano.
La hipótesis de la autora es que la alegoría mariana se ha erigido como relato
fundante de nuestro continente, pues resuelve nuestro problema de origen (ser
hijos de una madre india y de un padre español) y nos entrega una identidad
inequívoca en una madre común. La gestación de la imagen de la Mater Común
haocurridoparalelaalanegacióndenuestrosermestizo,alaconstitucióndeuna
identidad aparentemente no problemática. “El marianismo sería un elemento
central para el encubrimiento de nuestros orígenes históricos, al proponer una
génesis trascendente, un nacimiento colectivo desde el vientre de la diosa-
madre” (Montecino S., 1993, p. 31).
Este culto a María ha significado en la práctica que la visión de la Mujer en
Latinoamérica se asocie directamente a la imagen de madre, lo cual la limita
al ámbito de lo privado y de lo doméstico, al cuidado del hogar y de la familia,
así como también le niega su condición de sujeta sexuada, dando a su cuerpo la
misión de procrear, nutrir y cuidar. Además, la mujer-madre es amable, sumisa y
siempre dispuesta a postergarse por el bienestar de los demás, sobre todo si son
su familia.
Fuente: Elaboración propia en base a MONTECINO S. (1993). Madres y Guachos. Alegorías
del mestizaje chileno. Santiago, Editorial Cuarto Propio, Ediciones CEDEM.
•	 El hombre es fuerte, agresivo y valiente.
•	 El hombre no es emotivo ni demuestra sus
afectos.
•	 Es heterosexual y lo demuestra siendo
sexualmente activo y teniendo hijos/as.
•	 El hombre es el “jefe” de la familia.
•	 El hombre es el principal proveedor
económico de la familia.
MODELO DE MASCULINIDAD HEGEMÓNICA MODELO DE FEMINIDAD HEGEMÓNICA
Fuente: Elaboración propia
•	 La mujer es sensible, cariñosa y entregada
a los/as otros/as.
•	 Es emotiva, demuestra sus afectos.
•	 Le interesa ser atractiva y deseable para
los hombres.
•	 La mujer se realiza siendo madre y esposa.
•	 La mujer es la responsable del trabajo
doméstico y de cuidado, ella es el “alma”
de la familia.
18 19
UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
DISTINCIONES CONCEPTUALES⁄
identidad de género, expresión
de género y orientación sexual
3.
Los estudios de género han abierto también un espacio para la visibilización e
investigación de las diversidades sexuales, las cuales refieren a las formas en que
las personas podemos vivir, sentir y expresar la sexualidad y afectividad. A menudo,
se confunden una serie de conceptos en relación a estas temáticas, por lo que
es importante poder aclarar algunos conceptos clave, los cuales se presentan a
continuación:
●	 LaidentidaddeGénero,refierea“lavivenciainternaeindividualdelgénero
tal como cada persona la siente profundamente, la cual podría corresponder
o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la
vivencia personal del cuerpo (que podría involucrar la modificación de la
apariencia o la función corporal a través de medios médicos, quirúrgicos
o de otra índole, siempre que la misma sea libremente escogida) y otras
expresiones de género, incluyendo la vestimenta, el modo de hablar y los
modales” (CIDH, 2012). Dentro de la categoría de identidad de género se
incluye la categoría trans.
El término trans, es un término macro que es utilizado para describir las
diferentes variantes de la identidad de género, cuyo común denominador es la
no conformidad entre el sexo biológico de la persona y la identidad de género
que ha sido tradicionalmente asignada a ese sexo biológico. Una persona trans
puede construir su identidad de género independientemente de intervenciones
quirúrgicas o tratamientos médicos. De este modo, el concepto trans puede abarcar
desde personas que visten ocasionalmente o permanentemente como el género
opuesto al de su sexo asignado al nacer hasta personas que modifican su cuerpo
quirúrgicamente y y/o que realizan un cambio legal de su nombre.
Puesto que la identidad de género puede ser o no congruente con el sexo
asignado al nacer, se han acuñado los siguientes conceptos:
•	 Persona Cisgénero: Su identidad de género es congruente con su
sexo asignado
•	 Persona Transgénero: Su identidad de género es Incongruente con su
sexo asignado
Ser trans NO es una patología.
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM)
incorpora como un trastorno la “Disforia de Género”, pero la disforia de género
no refiere a que la transexualidad misma sea un trastorno, sino que refiere al
malestar que sufre una persona debido a la discordancia entre la identidad
de género y el sexo asignados al nacer. Y este malestar o disconformidad de
género no constituye enfermedad mental en sí misma, sino que está asociado
al estigma social de no cumplir con los mandatos de género asociados al sexo
asignado.
Fuente: Elaboración propia
●	 La orientación sexual de una persona es independiente del sexo biológico
o de la identidad de género. Se ha definido como “la capacidad de cada
persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y sexual por
personas de un género diferente al suyo, o de su mismo género, o de más de
un género, así como a la capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales
con estas personas” (CIDH, 2012). Cuando hablamos de orientación sexual
nos referimos a la heterosexualidad (atracción por personas de sexo
diferente al propio), la homosexualidad (atracción por personas del mismo
sexo) y la bisexualidad (atracción por personas de ambos sexos).
●	 Finalmente, la expresión de género, ha sido definida como “la manifestación
externa de los rasgos culturales que permiten identificar a una persona
como masculina o femenina conforme a los patrones considerados propios
de cada género por una determinada sociedad en un momento histórico
determinado” (CIDH, 2012)
Habitualmente se ha considerado que la expresión de género se encuentra
subsumida dentro de la categoría identidad de género, sin embargo, se ha
comenzado a establecer la diferencia entre identidad de género y expresión de
género, reconociéndose que la expresión de género supone aspectos específicos
de la manifestación externa y de la percepción social de la identidad de género,
aspectos que habían estado tradicionalmente invisibles. En este sentido, es
importante comprender que la expresión de género constituye una expresión
externa y, aun cuando no se corresponda con la auto-definición de la identidad,
puede ser asociada por terceros con una determinada orientación sexual o identidad
de género (CIDH, 2012).
Es importante tener en cuenta el término de expresión de género, y su
diferencia con la de identidad de género, puesto que el sólo hecho de
tener una expresión de género que no coincide con el modelo de feminidad
hegemónica, es muchas veces un motivo de discriminación y violencia hacia
las mujeres. Así, tal como lo afirma la Comisión Internacional de Juristas,
“la noción de aquello que constituyen las normas masculinas o femeninas
correctas ha sido fuente de abusos contra los derechos humanos de las
personas que no encajan o no se ajustan a estos modelos estereotípicos
de lo masculino o lo femenino. Las posturas, la forma de vestir, los gestos,
las pautas de lenguaje, el comportamiento y las interacciones sociales, la
independencia económica de las mujeres y la ausencia de una pareja del sexo
opuesto, son todos rasgos que pueden alterar las expectativas de género”
(CIDH, 2012).
UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA
21
20
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
La construcción cultural de
las identidades de género
determina también la
conformación del espacio
social, distinguiéndose la
división entre la vida pública
y la privada o doméstica,
asociadas también a lo
masculino y femenino,
respectivamente. Para los
autores Plaza y Delgado
(2007), en sociedades
tradicionales los roles de
género son más rígidos que en
sociedades post industriales,
pero incluso en estas últimas
existe una tendencia general a
queciertastareasseanpropias
de las mujeres, en particular
aquellas relacionadas con la
crianza de los hijos e hijas, con
el cuidado del hogar y con la
reproducción de la vida, que
incluye tanto la reproducción
de la especie en sí como el
mantenimiento material y
psicológico de niñas o niños,
adultos/as, personas mayores,
etc.
Estadistinciónentrelosámbitosdelavidasocialquelecorresponden
a mujeres y hombres, se expresa en las labores que se espera que
desempeñe cada uno/a, lo cual ha sido denominada división sexual
del trabajo, distinguiendo entre trabajo productivo, (mercantil o
remunerado) y reproductivo (doméstico o no remunerado).
El trabajo productivo o mercantil: corresponde a las actividades
que realizan las personas para producir bienes y servicios destinados
a la venta y el consumo de otras personas. Son aquellas actividades
que se desarrollan en el ámbito público y que generan ingresos,
reconocimiento, poder, autoridad y estatus. Este trabajo se realiza
en el espacio público, es visible valorado, y se contabiliza en las
cuentas nacionales de los países.
Eltrabajoreproductivoodoméstico:correspondealasactividades
dirigidas a generar las energías requeridas por las personas para
su sobrevivencia y para la reproducción de la especie humana
en el amplio sentido, incluyendo la alimentación, la limpieza y
mantenimiento de la vivienda y del vestido, el cuidado de las
personas, la producción de bienes de autoconsumo, etc. Este trabajo
se realiza en el espacio privado, es poco valorado, la mayoría de las
veces es invisible, y no se considera en las cuentas nacionales de
los países.
UNIDAD 3/
Las Esferas Pública y Privada
DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO
1.
Fuente: Elaboración propia
Recibe un pago
Es reconocido socialmente
Es visible
Se cuantifica y se reconoce su
aporte a la economía nacional
Trabajo Productivo Trabajo Reproductivo
No recibe un pago
No es reconocido socialmente
Es invisibilizado
No se cuantifica y no se reconoce su
aporte a la economía nacional
22 23
UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
CONSECUENCIAS DE LA DIVISIÓN
SEXUAL DEL TRABAJO
2.
Segregación en el mercado laboral:
segregación vertical y horizontal
a)
Uso del tiempo y economía del cuidado
b)
Cuandolasmujeresentranalsistemalaboraltienenqueenfrentarseaunaestructura
masculina, que privilegia el trabajo productivo y dificulta su compatibilidad con
las otras esferas de la vida como el trabajo reproductivo, el ocio y la participación
política. Por su parte los hombres, encuentran dificultades para vivir una vida
no reducida a lo laboral y participar en condiciones equitativas en el trabajo
reproductivo (SURT, 2017).
Diversos estudios realizados sobre el tema del empleo muestran que, a pesar de
que las mujeres en los últimos años han aumentado notablemente su presencia
en el mundo laboral, sus recorridos laborales son diferentes a los de sus colegas
hombres y la discriminación que sufren afecta sus carreras laborales, además de
condicionar sus opciones en la vida privada.
La segregación sexual del trabajo implica un acceso diferencial entre hombres y
mujeres a ocupaciones y puestos de trabajo, ramas y categorías ocupacionales.
Constituye un factor determinante de la calidad del empleo femenino y de su
evolución, al mismo tiempo que afecta la relación con el trabajo reproductivo, el
ocio y la participación ciudadana (SURT, 2017).
Son variadas las formas de segregación que las mujeres encuentran en su vida
laboral, entre ellas se habla principalmente de la segregación horizontal y
segregación vertical.
La segregación horizontal en el trabajo se refiere a las dificultades de las personas
en acceder a determinadas profesiones. Se verifica en el predominio de las mujeres
hacia los sectores tradicionales feminizados y la dificultad de las mujeres para
acceder a cargos generalmente estipulados como “masculinos”. Aunque sea menos
frecuente, también los hombres encuentran dificultades en el acceso a profesiones,
cargos u ocupaciones considerados como típicamente femeninos, como enfermería,
auxiliares administrativos o ser reconocidos como amos de casa.
Todas las formas de segregación por género en el mercado laboral están ligadas a
normas sociales y pautas culturales profundamente arraigadas en la sociedad que
relacionan a las mujeres con las tareas históricamente consideradas femeninas. Lo
mismo sucede con la división de tareas al interior de los hogares que conduce a
una sobrecarga de las mujeres, ya que son éstas quienes con mayor frecuencia se
ocupan de las tareas domésticas y de cuidados de terceros, no remuneradas.
La situación de desigualdad persistente, tanto en el mercado de trabajo como en
el interior de los hogares, posee implicancias negativas sobre las mujeres a nivel
personal y también, implicancias sistémicas económicas y sociales. En lo personal,
las mujeres poseen una débil autonomía económica, se subordinan en el proceso de
toma de decisiones intrahogar y tienen mayor intensidad en el uso del tiempo, con
lo que sufren un deterioro en su calidad de vida.
Los enfoques económicos tradicionales consideran al hogar sólo como unidad de
consumoynocomoproductordeinsumosyrecursosvaliososparaelfuncionamiento
del sistema económico. Frente a esta postura, la nuevas perspectivas de la economía
desde una perspectiva feminista se caracteriza por poner en el centro del análisis la
sostenibilidad de la vida, descentrando los mercados. En consecuencia, el objetivo
del funcionamiento económico desde esta mirada no es la reproducción del capital,
sino la reproducción de la vida. La preocupación no está en la perfecta asignación,
sino en la mejor provisión para sostener y reproducir la vida. Por lo mismo, la
economía feminista tiene como una preocupación central la cuestión distributiva.
Y en particular se concentra en reconocer, identificar, analizar y proponer cómo
modificar la desigualdad de género como elemento necesario para lograr la equidad
socioeconómica.
La segregación vertical se refiere a las dificultades que tienen especialmente las
mujeresparapoderdesarrollarseprofesionalmente.Sonconocidaslasdesigualdades
que limitan que la mujer ocupe puestos con poder decisorio, o los así como las
condiciones laborales que las afectan: son las que trabajan más a tiempo parcial o
en formas laborales de flexibilidad o jornada continuada y el salario femenino, para
el mismo cargo y las mismas funciones, es frecuentemente más bajo que el salario
masculino.
Nosencontramosanteeldenominadotechodecristal,expresiónqueseutilizadesde
hace décadas para explicar las dificultades que tienen las mujeres para acceder a
los puestos de poder y responsabilidad. Cuanto más poder y responsabilidad tenga
el puesto, peor, más dificultades para llegar. Su carácter de invisibilidad viene dado
por el hecho de que no existen leyes ni dispositivos sociales establecidos ni códigos
visibles que impongan a las mujeres semejante limitación, sino que está construido
sobre la base de otros rasgos que por su invisibilidad son difíciles de detectar
(arraigados en la cultura).
Las cifras demuestran que el techo de cristal no se ha roto y desmienten esa falsa
imagen de centenares de mujeres copando cargos de responsabilidad. Uno de los
indicadores clave en este sentido son los consejos de administración de las grandes
empresas. Sus miembros gozan de poder para definir el curso económico del mundo.
En la mayor parte de los casos, la composición de los consejos de administración es
desproporcionadamente masculina. La razón es simple: la mayoría de los consejeros
provienen de los altos ejecutivos de las grandes empresas y muy pocas mujeres han
alcanzado estos puestos.
De acuerdo con un estudio del año 2015 elaborado por la organización Corporación
Internacional de Mujeres Directivas (CWDI, por su sigla en inglés), las mujeres sólo
ocupan el 6,4% de los consejos de administración de las 100 mayores empresas de
Latinoamérica. A escala mundial, Europa encabeza la lista de porcentaje de mujeres
en los consejos de administración con un 20 %, seguida de Norteamérica (19,2%) y
de la región de Asía-Pacífico (9,4%).
Entre los países latinoamericanos, Colombia lidera con el 13,4% el número de los
cargos de dirección de grandes empresas ocupados por mujeres, una cifra que
representa más del doble de la media de la región. Brasil, con 42 compañías en la
lista de las cien mayores empresas de Latinoamérica, posee una media de 6,3%
de presencia femenina, mientras que Chile tiene un 3,2%, lo que representa el
porcentaje más bajo de la región (CWDI, 2015).
Y de acuerdo con el CWDI, investigaciones realizadas en prácticamente todas
partes del mundo han demostrado que las empresas con mayor rentabilidad y éxito
financiero son aquellas con mayor presencia de mujeres en cargos de liderazgo.
Otro buen ejemplo de ese denominado techo de cristal en Chile es la participación
de mujeres en el poder político, específicamente la composición de ministerios y
Parlamento.
El uso desigual del tiempo dedicado al Trabajo No Remunerado
En un día tipo, las mujeres destinan en promedio a nivel nacional 5,89 horas
al trabajo no remunerado, mientras que los hombres destinan 2,74 horas.
Estas diferencias se presentan también en los días de semana y fin de semana,
donde los hombres a nivel nacional destinan en un día de semana 2,74 horas
en promedio al trabajo no remunerado y las mujeres 6,07 horas en promedio.
En día de fin de semana el tiempo destinado al trabajo no remunerado se
incrementa, ya que los hombres destinan 3,50 horas en promedio y las mujeres
6,12 horas.
Fuente: INE (2016). Informe de Resultados, Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT)
Si bien durante las últimas décadas hubo una gran incorporación de mujeres al
mercado del trabajo y se incrementó considerablemente la tasa de actividad
femenina, este proceso no fue acompañado por una igual inserción masculina en
las tareas domésticas y de cuidado. Como consecuencia, esta situación genera una
precaria inserción femenina en el mercado laboral y la persistencia de la doble
jornada de trabajo para las mujeres.
24 25
UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
Hay que tener presente que el mundo del trabajo (mundo mercantil) sólo
puede funcionar de la manera que lo hace porque descansa, se apoya y
depende del trabajo familiar, fundamentalmente femenino.
DESIGUALDADESDEGÉNERO
3.
Como se señaló anteriormente, la división sexual del trabajo, al igual que el sistema
sexo-género no es neutral, y al circunscribir a las mujeres al espacio privado
y al hacerlas responsables del trabajo reproductivo, les genera situaciones de
desventaja y mayor vulnerabilidad en comparación a los hombres. A continuación,
se revisarán tres aspectos en los cuales se expresa esta discriminación estructural.
En nuestro país, y respecto de los derechos políticos las mujeres ejercen su
derecho a elegir, pero siguen sin poder ejercer en forma plena el derecho a ser
electas. Actualmente, Chile posee uno de los porcentajes más bajos de la región en
representación femenina en el Poder Legislativo, y la situación en el ámbito local
no es mucho mejor (el 15,8% de las parlamentarias son mujeres y solo el 12% de
los alcaldes).
En cuanto a la participación política de las mujeres y el resguardo de su derecho a ser
elegida, Chile está lejos de alcanzar los promedios internacionales. De acuerdo a los
datos de la Unión Interparlamentaria (2013), el promedio mundial de participación
de mujeres en el Congreso es 21,3%; en los países de la OSCE (Organization for
Security and Cooperation in Europe) alcanza 24,2% y en las Américas es 24,1%,
mientras que Chile está por debajo de dichos valores. Y todo ello a pesar de la alta
participación de las mujeres en los partidos políticos.
Participación política de las mujeres
a)
Sexo (Género)
Hombres
Mujeres
MUJERES EN MESAS DIRECTIVAS DE PARTIDOS POLÍTICO
TOTAL 31 PARTIDOS DECLARADOS EN SERVEL
Porcentaje
70%
30%
Cargo
Presidentas
Secretarias generales
Tesoreras
DISTRIBUCIÓN DE CARGOS
MUJERES EN LAS DIRECTIVAS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Porcentaje
23%
19%
48%
Fuente: Unidad de Igualdad y Diversidad, Universidad de Valparaíso en base a datos
de SERVEL www.servel.cl
Cargo
Alcaldesas
Concejalas
Consejeras regionales
Ministras
Subsecretarias
Altos niveles jerárquicos de la
administración pública
Presencia total de mujeres en
la administración pública
CUADRO RESUMEN “SER POLÍTICA EN CHILE”
Porcentaje
11,8% (Elecciones Municipales 2016)
24,6%
19%
34%
36%
20%
58%
Fuente: Unidad de Igualdad y Diversidad, Universidad de Valparaíso, en base a datos
obtenidos de SERVEL en 2016, y el sitio web del Congreso Nacional www.congreso.cl
Asimismo, la economía feminista también ha contribuido a los debates sobre la
cuestión de la pobreza desde el punto de vista conceptual y empírico. En el primer
caso, ha insistido en la importancia de considerar las múltiples dimensiones de la
pobreza (alejándose de las concepciones estrictamente monetarias) y, en particular,
en la necesidad de incorporar la dimensión de la pobreza de tiempo. Por otro lado,
ha contribuido en la producción de evidencia empírica que permite constatar la
persistencia de procesos de feminización de la pobreza y los resultados ambiguos
que, en términos de autonomía de las mujeres, pueden tener las políticas públicas
implementadas para atender esta cuestión (Rodríguez, 2015).
“Los aportes la denominada economía feminista, consisten en introducir
la satisfacción de las necesidades humanas como principio básico de la
economía, así como también el reconocimiento del valor del trabajo no
remunerado (tareas domésticas y de cuidado) como aporte indispensable a la
sociedad en su conjunto. A las ocho horas promedio de trabajo remunerado
en Chile, se le suman las horas de trabajo doméstico. La jornada de trabajo de
las mujeres duplica a la de los hombres. Por esta razón, se han introducido una
serie de metodologías orientadas a medir el tiempo total de trabajo así como
también los estudios sobre uso del tiempo, que permiten conocer más a fondo
la interrelación entre trabajo remunerado y no remunerado y los efectos sobre
la vida de las mujeres” (Carrasco, 2006).
Uno de los principales aportes de la economía feminista fue la recuperación de un
debatedelargadatadentrodelfeminismo:aquelconocidocomo“debatedeltrabajo
doméstico” que, tempranamente argumentó sobre la necesidad de visibilizar el rol
del trabajo doméstico no remunerado y las implicancias en términos de explotación
de las mujeres, tanto por parte de los capitalistas como de “los maridos”.
La revitalización de este debate dentro del campo económico dio lugar a la
promoción del concepto de economía del cuidado (Rodríguez, 2015). Existen
diversas definiciones de la economía del cuidado. Salvador (2007) explica que
ésta es el espacio donde la fuerza de trabajo se reproduce y mantiene, incluyendo
todas aquellas actividades que involucran las tareas de cocina y limpieza, el
mantenimiento general del hogar y el cuidado de los niños y las niñas, enfermos y
personas con discapacidad. Considera que una gran parte de esta economía está a
cargo de las familias y, en su interior, de las mujeres que han sido históricamente
quienes se han encargado de desarrollar estas tareas en forma no remunerada.
La división sexual del trabajo, al igual que el sistema sexo-género no es neutral,
y al circunscribir a las mujeres al espacio privado y al hacerlas responsables del
trabajo reproductivo, les genera situaciones de desventaja y mayor vulnerabilidad
en comparación a los hombres. Ejemplos de esto son:
•	 Al estar dedicadas gran cantidad de tiempo a un trabajo que no recibe
pago, históricamente han tenido menos acceso al control de recursos y
propiedades.
•	 El ser las principales responsables del cuidado del hogar y de los/as hijos/as
las limita en su desarrollo académico y profesional.
•	 Muchas mujeres buscan trabajos más flexibles, aunque sean más precarios
y peor pagados, para poder compatibilizar el trabajo productivo con el
reproductivo.
•	 La dependencia económica hace que muchas mujeres se mantengan
en relaciones abusivas y violentas, por no sentirse capaces de sostener
económicamente su hogar.
•	 Al estar dedicadas al trabajo que se realiza en el espacio privado, las
mujeres han estado históricamente excluidas de las esferas de poder
político y social.
26 27
UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
Además, sigue habiendo una brecha significativa en términos de ingreso, pues las
mujeres perciben en promedio remuneraciones un 30% más bajas que sus pares
hombres. Junto con ello, a pesar del aumento en los niveles de escolaridad, las
mujeres acceden escasamente a cargos gerenciales y de decisión dentro de las
empresas.
Paraasegurarelcumplimientodelosderechoseconómicosserequiereimplementar
las leyes impulsadas. Se ha avanzado en la creación un de marco regulatorio, pero
éste no se cumple a cabalidad. Un ejemplo es la Ley 20.348, de igualdad en las
remuneraciones, que fue promulgada el año 2009, pero que a la fecha no ha sido
implementada debido a limitaciones de recursos y capacidades para hacerlo (PNUD,
2014).
Y en relación a la brecha salarial, como se señala en la tabla a continuación,
independiente del tramo de años de escolaridad en que se encuentren mujeres y
hombres, en todos ellos las mujeres perciben un salario más bajo en relación a los
varones.
De acuerdo a los datos analizados por el INE (2015) el trabajo femenino tiende
a concentrarse en determinadas actividades. Además, ellos y ellas acceden a
ocupaciones que se caracterizan por contar con diferentes condiciones laborales. La
segregación horizontal del mercado laboral contribuye a perpetuar los estereotipos
de género relacionados con los roles apropiados para las mujeres: orientadas a los
temas sociales, de cuidado y reproducción. El hecho de que el sector de trabajo
doméstico esté ocupado de forma mayoritaria por mujeres ejemplifica de forma
más clara cómo la división sexual del trabajo contribuye a su vez a moldear los
espacios laborales. El sector primario es el tercero en importancia porcentual de la
ocupación femenina, tras el sector terciario (85,3%) y el sector secundario (9,8%).
Es importante relevar que la distribución porcentual de la ocupación masculina
es más equitativa que la de las mujeres: ellos se ubican en los sectores terciario,
secundario y primario con un 54,7%, 27,5% y 17,8%, respectivamente.
Es decir, las mujeres tienen una muy baja participación porcentual en los sectores
de extracción de materias primas y en el sector industrial de la economía chilena. La
segmentación laboral y la segregación sexual del mercado, que combina factores de
mercado con atribuciones culturales, reflejan la existencia de sectores económicos
feminizados.
La segregación vertical del mercado laboral se evidencia en el peso relativo de las
personas en los cargos de jefaturas (“miembros del poder ejecutivo y de los cuerpos
legislativos y personal directivo de la administración pública y de empresas”), según
sexo donde sólo el 24,6% de estos puestos son ocupados por mujeres. A su vez, se
puede comprobar la segregación horizontal del mercado laboral en los altos cargos,
pues un 23,9% de las mujeres en estas posiciones trabaja en el sector enseñanza
(directoras de colegio, jefas de UTP o de carrera, entre otras ocupaciones).
Las brechas salariales que existen entre ambos sexos, por su parte, son de gran
relevancia en tanto existen en todos los sectores económicos y ocupaciones,
siendo negativas para las mujeres. Los datos demostraron que las mujeres en Chile
presentan mayor capital humano que los hombres, al menos en lo que se refiere a
la educación formal, pues las encuestas analizadas no permiten conocer de forma
directa las capacitaciones que trabajadores y trabajadoras reciben a lo largo de
su desempeño profesional. Así, aun cuando ellas poseen un capital humano mayor
que el de los hombres, en promedio sus remuneraciones son más bajas, situación
producida en parte porque acceden en menor medida a posiciones de poder dentro
de las organizaciones donde se desempeñan. El enfoque del capital humano es de
gran relevancia para ser utilizado en el análisis de brechas, pues, si bien es evidente
que a mayor capital humano mayor remuneración, en el caso de las mujeres a igual
o superior capital humano que sus pares varones, en promedio, reciben salarios
menores. Esta situación reflejaría problemas de subutilización de capital humano y
sus consecuencias negativas sobre la productividad del país (INE, 2015).
Paraasegurarelcumplimientodelosderechoseconómicosserequiereimplementar
las leyes impulsadas. Se ha avanzado en la creación un de marco regulatorio, pero
éste no se cumple a cabalidad. Un ejemplo es la Ley 20.348, de igualdad en las
remuneraciones, que fue promulgada el año 2009, pero que a la fecha no ha sido
implementada debido a limitaciones de recursos y capacidades para hacerlo (PNUD,
2014).
Y en relación a la brecha salarial, como se señala en la tabla a continuación,
independiente del tramo de años de escolaridad en que se encuentren mujeres y
hombres, en todos ellos las mujeres perciben un salario más bajo en relación a los
varones.
De acuerdo a los datos analizados por el INE (2015) el trabajo femenino tiende
a concentrarse en determinadas actividades. Además, ellos y ellas acceden a
ocupaciones que se caracterizan por contar con diferentes condiciones laborales. La
segregación horizontal del mercado laboral contribuye a perpetuar los estereotipos
de género relacionados con los roles apropiados para las mujeres: orientadas a los
temas sociales, de cuidado y reproducción. El hecho de que el sector de trabajo
doméstico esté ocupado de forma mayoritaria por mujeres ejemplifica de forma
más clara cómo la división sexual del trabajo contribuye a su vez a moldear los
espacios laborales. El sector primario es el tercero en importancia porcentual de la
Participación laboral de las mujeres
b)
En relación con los derechos económicos, en Chile las mujeres aún presentan una
baja participación laboral en comparación con los hombres y el resto de los países
de la región. El Instituto Nacional de Estadística (INE) de Chile, en los resultados de la
Encuesta Nacional de Empleo para el año 2016, muestra que la tasa de participación
laboral de las mujeres alcanzó el año 2016 al 48% y se ha mantenido en torno a la
misma cifra, con una disminución de 0,2% en las últimas tres mediciones y además
de ello el promedio de participación laboral para América Latina y el Caribe, de
acuerdo con la CEPAL (2017) se ha estancado durante los últimos años en torno al
53%.
¿Cuáles son las principales barreras para que las mujeres no participen con
mayor presencia en la vida pública en general, y política en particular?
a.	 Las organizaciones políticas, en especial los partidos políticos suelen tener
un modelo de gestión masculino: poco flexible, competitivo, que fomenta la
completa dedicación al trabajo. En general requieren un estilo de conducta
y un ritmo de vida que conviene a quien no ha tenido otra obligación que
la laboral: reuniones inacabables, viajes de representación y consejos de fin
de semana.
b.	 Valores masculinos, asociados con la agresividad, la competitividad y la
fuerza, son altamente valorados dentro de la “elite política”. En ocasiones
prejuicios de género, expresiones de actitudes machistas de viejo
raigambre, son mecanismos informales de disvalor/exclusión.
c.	 Inequidades en las estructuras de los partidos políticos: segregación
vertical (acceso a posiciones de decisión) y horizontal (temáticas para
hombres y mujeres)
d.	 The secret garden of nomination, es decir, la lógica oculta de selección de
candidatos.
¿Cómo superar estas dificultades?
La OSCE (Organization for Security and Cooperation in Europe), así como el PNUD
y CEPAL, entre otras instituciones, han revisado la experiencia internacional y han
concluido que existe evidencia fundada para mostrar que la estrategia más efectiva
para promover el aumento de mujeres en cargos electos y en cargos de decisión son
las medidas de acción afirmativa como las cuotas electorales o la paridad.
Las cuotas, ejemplo de medidas de acciones positivas, buscan corregir esta
desigualdad estructural. Es decir, su necesidad se justifica toda vez que contribuye
a compensar una situación de injusticia. Desde esta óptica las cuotas electorales,
son uno de los medios constitucionalmente admisibles para revertir la actual
situación desmejorada de la mujer en la vida pública y contribuirá a profundizar
la democracia como aquel espacio público de deliberación verdaderamente
representativo (Zúñiga y otros, 2007).
“La historia del acceso de las mujeres a los puestos de poder no queda bien
descrita usando categorías en blanco o negro. No se trata de que las mujeres
estén completamente excluidas del ejercicio del poder, ni que las que acceden
al él lo hagan plena y definitivamente. En el acceso a las decisiones las
mujeres experimentan un trayecto largo, difícil y escarpado. Aquello que ha
sido llamado el ‘techo de cristal’, es decir, ese límite invisible pero real a su
ascenso en el poder, se parece más bien a un laberinto. Él es perfectamente
visible y consciente para aquellos que participan en los espacios de las elites.
El laberinto tiene ideas y vueltas, desvíos, zonas nebulosas, oscuridades y
silencios.
Todo ello oculto tras declaraciones políticamente correctas. Las mujeres deben
sortear permanentemente toda suerte de obstáculos tanto en sus trayectorias
públicas como en sus esferas domésticas, familiares y afectivas para acceder a
tomar las decisiones que las afectan” (PNUD, 2010).
Sin perjuicio de ello, y a fin de abordar el problema de manera estructural, se
requieren soluciones de carácter transversal, tales como “la reforma de los
sistemas electorales, la adopción de políticas laborales y de conciliación más
favorable a las mujeres, la creación de servicios sociales eficientes, la promoción
del empoderamiento de las mujeres y el fortalecimiento de las relaciones entre el
feminismo de Estado y el movimiento feminista (Lombardo, 2007)
28 29
UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
A pesar de esta evidencia, en términos generales, la violencia contra las mujeres se
ha mantenido invisibilizada y naturalizada. Como nos recuerda la Red Chilena contra
la Violencia hacia las Mujeres citando a Rita Laura Segato (2003), “eso muestra
claramente el carácter digerible del fenómeno, percibido y asimilado como parte
de la normalidad o, lo que sería peor, como un fenómeno normativo, es decir, que
participaría del conjunto de las reglas que crean y recrean esa normalidad” (2015).
Y hay más. Son diversos los informes que señalan que esta violencia no ha hecho
sino aumentar (Cepal, 2016; ONU, 2016; Femenías y Soza, 2009), de tal modo que
la violencia contra las mujeres se “presentaría en la actualidad como una auténtica
pandemia mundial al compás de la globalización” (Femenías y Soza, 2009: 58).
A nivel nacional, hay datos que se replican. Así, por ejemplo, la última Encuesta
Nacional de Victimización por Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales, llevada a
cabo en 2013 por el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, dio cuenta que el
31,9% de las mujeres ha sido víctima, alguna vez en su vida, de violencia perpetrada
por sus familiares, su pareja o expareja¹ . En relación a la forma más extrema de
violencia contra las mujeres -el femicidio-, las estadísticas para 2016 del Sernameg
y la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, registran 34 y 52 femicidios,
respectivamente.
En los últimos años, el número de denuncias de hechos de violencia y de casos en
la justicia ha aumentado sostenidamente. Las denuncias de violencia doméstica
llegaron a 137.117 en 2010, a 155.133 en 2011, y a 144.987 en 2012 (Informe de
Derechos Humanos 2013). El aumento de la denuncia no implica necesariamente
que estos hechos sean hoy más frecuentes, sino también un cambio en la conducta
de las víctimas y su entorno que se atreven a denunciar. Lamentablemente, las
denuncias constituyen solo una muestra parcial de la dimensión del problema en
el país, pues se sabe que un porcentaje importante de mujeres aún no se atreve
a denunciar la violencia de la que es víctima en el ámbito privado. Además, estas
denuncias se restringen a la violencia intrafamiliar, que es la que está tipificada
en la ley, pero quedan fuera otras formas de violencia contra las mujeres. No hay
estudios nacionales y periódicos sobre prevalencia de la violencia de género, por lo
que todavía no se puede tener claridad respecto de la dimensión del problema ni
hacer un adecuado seguimiento del mismo (PNUD, 2014).
Año 2010
Año 2011
Año 2012
Año 2013
Año 2014
Año 2015
Año 2016
REGISTRO ANUAL DE FEMICIDIOS EN CHILE
65
47
45
56
58
58
52
49
40
34
40
40
45
34
Femicidios Red Chilena Ministerio de la Mujer
Fuente: Elaboración propia en base a información obtenida por la Red Chilena contra
la Violencia hacia las Mujeres y el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género
En 1994 se promulgó la primera ley de violencia intrafamiliar, la que fue sustituida
diezañosdespuésporlaLey20.066delaño2005,conelobjetodemejorarelmanejo
y judicialización de los casos de violencia intrafamiliar. También se ha reconocido
el femicidio como una de las manifestaciones más graves de la violencia contra
las mujeres, y se tipificó la muerte violenta de una mujer por el abuso del poder de
género que se produce en el seno de una relación de pareja, actual o pasada, como
un delito distinto a otros tipos de asesinatos (Ley 20.480, sobre femicidio, del año
2010).
No obstante, el impulso de un marco legal más amplio que considere no solo la
violencia en la familia, sino también otros tipos de violencia contra las mujeres es
un desafío pendiente (PNUD, 2014).
De ahí la importancia de la presentación del proyecto de ley sobre el derecho de
las mujeres a una vida libre de violencia (Bol. 11.077-07, 2016), que manifiesta su
intención de transformar el abordaje institucional del fenómeno: de un paradigma
familista (espacio doméstico) a una política integral que reconoce el problema
estructural de la violencia contra las mujeres y pone sobre la mesa la necesidad de
articular y evidenciar que se trata de una materia que requiere del compromiso de
todas las instituciones del Estado (y de la sociedad en su conjunto). Como señala
el Mensaje del Proyecto: “busca contribuir a la generación de un cambio cultural
cuyo horizonte es la igualdad entre hombres y mujeres y el fin de las relaciones de
subordinación que estas padecen, raíz de la violencia de género” (Proyecto de Ley
sobre el Derecho de las mujeres a una vida libre de Violencia).
¹ Boletín N° 11.077–07: Proyecto de ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
ocupación femenina, tras el sector terciario (85,3%) y el sector secundario (9,8%).
Es importante relevar que la distribución porcentual de la ocupación masculina
es más equitativa que la de las mujeres: ellos se ubican en los sectores terciario,
secundario y primario con un 54,7%, 27,5% y 17,8%, respectivamente.
Es decir, las mujeres tienen una muy baja participación porcentual en los sectores
de extracción de materias primas y en el sector industrial de la economía chilena. La
segmentación laboral y la segregación sexual del mercado, que combina factores de
mercado con atribuciones culturales, reflejan la existencia de sectores económicos
feminizados.
La segregación vertical del mercado laboral se evidencia en el peso relativo de las
personas en los cargos de jefaturas (“miembros del poder ejecutivo y de los cuerpos
legislativos y personal directivo de la administración pública y de empresas”), según
sexo donde sólo el 24,6% de estos puestos son ocupados por mujeres. A su vez, se
puede comprobar la segregación horizontal del mercado laboral en los altos cargos,
pues un 23,9% de las mujeres en estas posiciones trabaja en el sector enseñanza
(directoras de colegio, jefas de UTP o de carrera, entre otras ocupaciones).
Las brechas salariales que existen entre ambos sexos, por su parte, son de gran
relevancia en tanto existen en todos los sectores económicos y ocupaciones,
siendo negativas para las mujeres. Los datos demostraron que las mujeres en Chile
presentan mayor capital humano que los hombres, al menos en lo que se refiere a
la educación formal, pues las encuestas analizadas no permiten conocer de forma
directa las capacitaciones que trabajadores y trabajadoras reciben a lo largo de
su desempeño profesional. Así, aun cuando ellas poseen un capital humano mayor
que el de los hombres, en promedio sus remuneraciones son más bajas, situación
producida en parte porque acceden en menor medida a posiciones de poder dentro
de las organizaciones donde se desempeñan. El enfoque del capital humano es de
gran relevancia para ser utilizado en el análisis de brechas, pues, si bien es evidente
que a mayor capital humano mayor remuneración, en el caso de las mujeres a igual
o superior capital humano que sus pares varones, en promedio, reciben salarios
menores. Esta situación reflejaría problemas de subutilización de capital humano y
sus consecuencias negativas sobre la productividad del país (INE, 2015).
Una de las principales muestras de vulneración de los derechos de este grupo de la
población es la violencia que se ejerce contra las mujeres por el solo hecho de ser
mujeres. De acuerdo a ONU Mujeres, el 35% de las mujeres en el mundo ha sufrido
violencia física o sexual en algún momento de su vida (OMS, 2013). Nos referimos a
diversas formas de violencia, tales como:
a.	 La mutilación genital femenina: se estima que 200 millones de niñas y
mujeres han sufrido algún tipo de mutilación o ablación genital femenina
en 30 países (Unicef, 2016).
b.	 Matrimonios forzados: a nivel mundial, más de 700 millones de mujeres
se casaron siendo niñas, esto es con menos de 18 años de edad. De esas
mujeres, más de una de cada tres -o bien unas 250 millones- se casaron
antes de cumplir los 15 años (Unicef, 2014).
c.	 La trata: las mujeres adultas representan prácticamente la mitad de las
víctimas de trata de seres humanos detectada a nivel mundial. En conjunto,
las mujeres y las niñas representan cerca del 70%, siendo las niñas dos de
cada tres víctimas infantiles de la trata.
d.	 Laviolación:quehasidousadacomounatácticageneralizadaenlasguerras
modernas. Según estimaciones conservadoras, entre 20.000 y 50.000
mujeres habrían sido violadas durante la guerra de Bosnia y Herzegovina
en el período 1992-1995, cifra que se disparó hasta las 250.000-500.000
durante el genocidio que vivió Ruanda en 1994 (ONU, 2014).
e.	 Acoso sexual: en los países de la Unión Europea, entre un 40 y un 50% de
las mujeres sufren insinuaciones sexuales no deseadas, contacto físico
u otras formas de acoso sexual en el trabajo (Agencia de los Derechos
Fundamentales de la Unión Europea, 2014).
f.	 Femicidio/feminicidio:deacuerdoadatosdelaCepal,enlaregión,almenos
12 mujeres son asesinadas diariamente por el hecho de ser mujeres (2016).
Además, recientes informes dan cuenta de un aumento en el número de los
femicidios en la región (ONU, 2016).
Violencia de género: violencia contra las mujeres
c)
BIBLIOGRAFÍA BIBLIOGRAFÍA
30 31
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO
NIVEL BÁSICO
BASES CONCEPTUALES/
COMPRENDIENDO EL GÉNERO
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(Valdivia), vol.22, N°2, diciembre.

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Conceptos de género y sexo. Curso básico

  • 2. PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO 3 2 BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO
  • 3. PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO 5 4 BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO ÍNDICE 6 UNIDAD 1 Conceptos de Sexo y Género 7 1. ¿Qué es el género? 8 2. El sistema sexo-género 9 3. Otros enfoques complementarios al género: la interseccionalidad y la interculturalidad 12 UNIDAD 2: ¿Cómo se construye el Género? 13 1. Socialización de género, roles y estereotipos 14 2. Modelos de masculinidad y feminidad hegemónicas 18 3. Distinciones conceptuales entre identidad de género, expresión de género y orientación sexual 20 UNIDAD 3: Las Esferas Pública y Privada 21 1. División sexual del trabajo 22 2. Consecuencias de la división sexual del trabajo 25 3. Desigualdades de genero 30 BIBLIOGRAFÍA Contraparte técnica: Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género Paulina Cid Vega Jefa División de Estudios y Capacitación. Claudia Echeverría Turres Profesional División de Estudios y Capacitación. Equipo de Trabajo ISONOMA Consultorías Sociales Carolina Muñoz Rojas Coordinadora Patricia Varela Pino Desarrollo de contenidos Marcela Aedo Rivera Desarrollo de contenidos Karim Berlien Araos Desarrollo de contenidos Andrea Peroni Desarrollo de contenidos Loreto Pavez Diseño e Ilustraciones Santiago de Chile, Diciembre 2017
  • 4. UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO 7 6 PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO El concepto clásico de género ha dado importancia a las construcciones y significados culturales, relacionándolas y distinguiéndolas de las diferencias biológicas entre mujeres y hombres. Así, habitualmente se define género como la “construcción social y cultural de las diferencias sexuales o biológicas”. De acuerdo con ello, ser hembra o macho, mujer u hombre, es un hecho biológico, inmodificable y determinado genéticamente. En tanto las características que atribuimos a mujeres y hombres (es decir, lo que entendemos como femenino o masculino), corresponden a un hecho social, están determinadas culturalmente y por lo tanto pueden ser modificadas. UNIDAD 1/ Conceptos de Sexo y Género ¿QUÉ ES EL GÉNERO? 1. No obstante, previamente, la antropóloga Margaret Mead fue pionera en plantear las distinciones entre diferencias biológicas y culturales. En 1935 publica el libro “Sexo y temperamento en las sociedades primitivas” donde estudia las diferencias en el temperamiento de hombres y mujeres a partir de las diferencias sexuales, basándose en el estudios de tres sociedades primitivas en Nueva Guinea. El surgimiento del concepto género se remonta a las décadas de 1950 y 1960 identificandose su origen en los estudios de los investigadoresJohnMoneyyRobertStoller.Quienprimeroutilizael término es John Money en 1955 en el marco de sus estudios sobre disfunciones sexuales, señalando que la identidad de género de una persona dependía más de cómo había sido educado de niño o niña, y que podía resultar distinto del sexo biológico. Luego, Robert Stoller en 1968 recoge los planteamientos de Money señalando que el vocablo género no tiene un significado biológico, sino psicológico y cultural, así los términos que mejor corresponden al sexo son macho y hembra, mientras que los que mejor califican al género son masculino y femenino, y éstos pueden llegar a ser independientes del sexo biológico. Posteriormente, el concepto se introduce en otros ámbitos de estudio para referirse al sistema de jerarquías sociales basado en las diferencias sexuales en el marco de los estudios de la mujer desarrollados dentro de las ciencias sociales. Diferencias y características biológicas, anatómicas, fisiológicas y cromosómicas de los seres humanos que los definen como hombres o mujeres. SEXO GÉNERO Fuente: INAMU México (2007) y Guerrero et al (2004) Características biológicas presentes en un ser vivo que determinan su función en la reproducción de la especie, en base a la cual se le define como macho o hembra. En los seres humanos, el macho es denominado hombre, y la hembra, mujer. Se nace con esas características, son universales e inmodificables. Conjunto de ideas, creencias y atribuciones sociales, construidas en cada cultura y momento histórico, tomando como base la diferencia sexual; a partir de ello se construyen los conceptos de “masculinidad” y “feminidad”, los cuales determinan el comportamiento, las funciones, oportunidades, valoración y las relaciones entre hombres y mujeres. Red de rasgos de personalidad, actitudes, sentimientos, valores, conductas y actividades que, a través de un proceso de construcción social, diferencia a los hombres de las mujeres. Son construcciones socioculturales que pueden modificarse, dado que han sido aprendidas.
  • 5. 9 8 UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO Esimportantemencionarquelasdefinicionesdesexoydegéneroestánenconstante revisión y que son también un espacio de disputa desde la teoría y la acción política, existiendo importantes críticas a la lógica binaria de hombre/mujer y femenino/ masculino, así como diversos planteamientos respecto a que el sexo es también una construcción social. Así como también, los avances de la ciencia y la tecnología cuestionan cada vez más el carácter de “inmodificable” que tradicionalmente se le atribuye al sexo biológico. Pero más allá de las diferentes corrientes y definiciones en torno al sexo y al género, lo cierto es que las sociedades, incluida la nuestra, han construido diferencias sociales y culturales a partir de las diferencias biológicas, y que estas diferencias han devenido como desigualdades. De este modo, el problema no está en las diferencias biológicas que existen entre hombres y mujeres, el problema está en que estas diferencias han sido organizadas social y culturalmente de forma injusta y desigual, dando una mayor valoración a lo que se asocia con lo masculino y una menor valoración a lo que se asocia con lo femenino. La forma en que una sociedad o cultura representa y organiza lo femenino y lo masculino, se ha denominado “sistema sexo-género”. Este sistema ha sido definido como el conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a partir de las diferencias sexuales.Respecto al sistema sexo-género, se ha planteado que adquiere ciertas características principales, entre ellas: Tal como ya se ha mencionado, el género no es una variable estática e inmutable, sino que esta mediada e interactúa por una serie de otras dimensiones y variables, y esto la hace una categoría altamente compleja. Es por ello, que para poder realizar análisis de género pertinentes y útiles, es necesario incorporar también otros enfoques junto al enfoque de género, entre ellos, y para el quehacer de Estado y las políticas públicas, destacan los enfoques de interseccionalidad y de interculturalidad. El enfoque de interseccionalidad refiere al reconocimiento que en las personas, o en los grupos de personas, interactúan diferentes categorías de privilegio o discriminación. Así, para cada sociedad concreta, las condiciones de vida de una persona se deben interpretar atendiendo de forma combinada a su sexo/género, clase social, nacionalidad, raza/etnia/color, sexualidad, religión, situación de discapacidad, edad/generaciones, etc. Estaperspectivasirvedeherramientadeanálisisparacomprenderlasdesigualdades, sus causas y consecuencias estructurales y dinámicas, que surgen de la interacción de dos o más de estas categorías o ejes de subordinación. La interseccionalidad trata la forma por la cual el patriarcado, el racismo, el clasismo y otros sistemas de opresión crean desigualdades básicas que estructuran las posiciones relativas de las mujeres, razas, clases y otros (Crenshaw, 1989). ENFOQUES COMPLEMENTARIOS⁄ la interseccionalidad y la interculturalidad 3. EL SISTEMA SEXO-GÉNERO 2. Enfoque de interseccionalidad a) En el entendimiento de que el género interactúa con otras categorías sociales de privilegio o discriminación, como la raza, la edad, la sexualidad, etc., no es posible hablar de un único sujeto mujer. La interseccionalidad pone en evidencia la diversidad de mujeres existentes, y con ellas su diversidad de experiencias y realidades. Es por ello que no es correcto hablar de LA MUJER, sino de LAS MUJERES. Esta observación es también aplicable para los hombres. I Es histórico y está situado geográficamente, se nutre de elementos que por ser mutables en el tiempo y en el espacio son también susceptibles de modificar. Así, no es lo mismo ser mujer en el año 2018 en Chile que serlo en Holanda o en Irán, así como tampoco es lo mismo ser un hombre en Chile en el 2018, que haberlo sido en 1820. I Es ubicuo en el sentido de que permea lo micro y lo macro de la sociedad, y que está presente en todas las esferas de la vida. De este modo, el sistema sexo género tiene manifestaciones en el mercado de trabajo remunerado, en la educación, en las relaciones de pareja, en la política, en los medios de comunicación, etc. I Es interseccional, es decir está atravesado por otras variables sociales tales como la clase social, el pertenecer o no a un pueblo originario, el estar o no en situación de discapacidad, etc. I Es jerárquico porque la diferencia que establece entre hombres y mujeres ni es neutra, implica valoraciones que atribuyen mayor importancia y valía a las características y actividades asociadas con el hombre. Desde la perspectiva del sexo, si bien habitualmente se distingue entre machos y hembras, existen también las personas intersexuales o intersex. Se ha definido la intersexualidad como “todas aquellas situaciones en las que el cuerpo sexuado de un individuo varía respecto al standard de corporalidad femenina o masculina culturalmente vigente” (CIDH, 2012). La intersexualidad puede presentarse en diferentes grados, siendo por ejemplo una cantidad menor o mayor a la esperada de las hormonas sexuales correspondiente al sexo asignado al nacer, hasta la presencia de órganos sexuales de ambos sexos. De acuerdo a un artículo publicado en la Revista Nature, entre un 1 a 2% de la población es intersexual (DSD, Nature, 2015) Para Rashida Manjoo, ex Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, este enfoque es importante porque (ONU, 2015): I En el cumplimiento de sus obligaciones jurídicas internacionales, los Estados deben tener presente que la discriminación afecta a las mujeres de modos distintos en función de la posición que ocupan en las jerarquías sociales, económicas y culturales que prohíben o dificultan que ciertas mujeres gocen de los derechos humanos universales. Este enfoque también pone de manifiesto aspectos cruciales de la discriminación y la desigualdad dentro del propio género, que hasta la fecha han permanecido invisibles en las iniciativas que trataban de manera homogénea a todas las mujeres a la hora de responder a la violencia. I La multiplicidad de formas de violencia contra la mujer, así como el hecho de que a menudo esta violencia se produce en la intersección de diferentes tipos de discriminación, hace necesario adoptar una estrategia múltiple. I Si se adopta un enfoque más exhaustivo, surgirá una imagen de las diferentes maneras en que las formas interrelacionadas y múltiples de la discriminación actúan en el contexto de la violencia contra las mujeres. Ello refleja el tipo de enfoque sistemático, exhaustivo, multisectorial y sostenido necesario para formular estrategias nacionales, programas concretos y actuaciones tendentes a eliminar todas las formas de violencia contra la mujer.
  • 6. UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO UNIDAD 1: CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO 11 10 PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO DESIGUALDAD EN CLAVE DE GÉNERO, “MÁS DERECHOS VULNERADOS”: • En Perú la brecha de género se demuestra en el sueldo de la mujer indígena, que representa el 31% del sueldo del varón indígena. Al mismo tiempo, al comparar las remuneraciones de la mujer indígena con su par no indígena, el sueldo de la primera representa tan sólo el 30% del sueldo de la segunda (Calfio y Velasco, 2005). • En Guatemala solamente un 9% de las adjudicaciones de tierra (de 1962 a 1996) les pertenece a las mujeres indígenas (Calfio y Velasco, 2005). • A inicios de la década del 2000, la maternidad entre las jóvenes afrodescendientes con rezago escolar era de un 18% en Honduras y de hasta un 30% en el Ecuador, mientras que entre las jóvenes afrodescendientes sin rezago el rango se situaba entre el 4% y el 11% respectivamente (UNFPA/ CEPAL, 2011). • Para el 2007, la población afrodescendiente representaba el 1% del total de curules de la región. Las mujeres afrodescendientes, por su parte, alcanzaban apenas el 0,3%. Ellas ocupaban un 1% de los escaños en la Cámara de Diputados en Brasil y ninguno en la Cámara de Representantes de Colombia, a pesar de que constituyen el 25% y el 6% de la población total de sus países respectivamente (Htun, 2012). • En el Estado de Paraná en Brasil se reporta que las madres “pretas” tienen más del triple de riesgo de morir que las “brancas” (Oyarce y otros, 2010) • En México, por ejemplo, de los 500 escaños de la Cámara Alta del Congreso de la Unión, 6 de ellos fueron ocupados por indígenas y de éstos sólo uno era ocupado por una mujer. En la Cámara baja, por su parte, de los 128 escaños sólo 1 de ellos correspondía a una mujer indígena (Chunji, 2011). Fuente: PNUD (2013) Desiguales: Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile. Interculturalidad. Señala la interacción o encuentro entre dos o más grupos culturalesdeunmodohorizontalysinérgico,rompiendoconla idea de superioridad de una cultura sobre otra. Pone el énfasis en el diálogo, la interacción y la construcción de relaciones interculturales basadas en el respeto a la diversidad cultural, con el objetivo de favorecer la integración y la convivencia armónica entre todas las personas. En este sentido, los conflictos que puedan generarse serán resueltos a través del respeto, el diálogo y la concertación. Se trata por tanto de una herramienta y un proyecto para la transformación del Estado y de la Sociedad. En América Latina y el Caribe la interculturalidad ha estado asociada a la demanda por el reconocimiento cultural y político de los grupos indígenas y afrodescendientes de la región. Fuente: PNUD (2013) Desiguales: Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile. En este escenario, se vuelve imprescindible que cualquier análisis o acción estatal que esté orientada a mejorar las condiciones de las mujeres y/o a combatir las desigualdades de género, consideren como un elemento de suma importancia la diversidad cultural, lo cual es posible por medio de la incorporación del enfoque de la interculturalidad. La mirada intercultural tiene como punto de partida la constatación de una realidad social, religiosa y culturalmente diversa. Ante esta diversidad, la mirada intercultural apuesta por su reconocimiento y porsuvaloración,yfavorecelasrelacionesinterculturales,laigualdad entendida como la igualdad de derechos y la no discriminación, destacando la heterogeneidad frente a la homogeneización. Es decir, un respeto profundo a la diversidad cultural. El enfoque de interculturalidad implica considerar en los análisis los elementos de diversidad cultural relacionada con las costumbres, prácticas, normas y procedimientos de las personas o grupos sociales, y tomarlos en cuenta a la hora de diseñar las políticas o intervenciones. Como se ha mencionado, el sistema sexo-género es situado: geográfica, histórica y culturalmente. La forma en que las mujeres indígenas o afrodescendientes viven las desigualdades de género son distintas en intensidad y en forma, por eso los análisis y las intervenciones estatales deben incorporar un enfoque de género culturalmente situado. Diversos datos de la región muestran una vinculación determinante entre diversidad cultural y desigualdad en América Latina. La población indígena y afrodescendiente vive de manera más grave las consecuencias de una estructura social basada en la desigualdad de las relaciones inter-étnicas e inter-raciales, pero también genéricas. La mayor incidencia de la desigualdad vivida por las mujeres pertenecientes a pueblos indígenas o afrodescendientes, y sus particulares consecuencias, nos alerta de sus específicas condiciones de vulnerabilidad, así como de la necesidad de abordarla también de modo particular. Enfoque de interculturalidad b)
  • 7. UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO 13 12 PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO Durante la socialización de género, vamos aprendiendo e internalizando, roles y estereotipos de género. • Los roles de género son el conjunto de normas sociales y comportamentales generalmente percibidas como apropiadas para los hombres y las mujeres en una sociedad, y se basan en la construcción social que se tiene de la masculinidad y la femineidad. El problema, es que estos roles limitan las opciones y las oportunidades de hombres y mujeres, y niegan la diversidad de formas en que se puede ser hombre y ser mujer, o incluso, elegir ser ni lo uno ni lo otro. Algunos ejemplos clásicos de la socialización de género son frases como: • “Siéntate como señorita” • “Los niños no lloran”/”no seas mariquita”/ “es niñita” (como burla o insulto) • Regalos diferenciados para niños y niñas, etc. UNIDAD 2/ ¿Cómo se construye el Género? SOCIALIZACIÓNDEGÉNERO, ROLES Y ESTEREOTIPOS 1. • Los estereotipos de género son ideas o imágenes exageradas y reduccionistas, pero que son aceptadas socialmente como un modelo o patrón de cualidades o de conductas, en este caso relacionadas con el género. Por lo general, las usamos para encasillar o catalogar a las distintas personas, aun cuando no conozcamos cómo son o si están de acuerdo con esos estereotipos. Muchas veces, los estereotipos están basados en prejuicios validados socialmente, pero que no son ciertos, con lo que se generan discriminaciones. Esta socialización de género se ve reforzada de manera permanente por diversos dispositivos sociales, que producen y reproducen roles y estereotipos de género. Ejemplos de estos dispositivos son la escuela, la propia familia, los medios de comunicación, etc. Debe cuidar el hogar e hijas/os Debe ser sensible y emotiva Debe ser delicada Todas las mujeres son emocionales, débiles y deben estar al cuidado del hogar e hijos/as Todos los hombres son proveedores, racionales y fuertes. Debe proveer al hogar Debe ser racional Debe ser fuerte MUJER HOMBRE ROL DE GÉNERO ESTEREOTIPO DE GÉNERO El sistema sexo-género se aprende e internaliza incluso desde antes de nuestro nacimiento, a través de un proceso denominado “socialización de género”. El proceso de socialización de género abarca el aprendizaje de normas de comportamiento, actitudes, valores, tareas, espacios de circulación, etc., diferenciados para hombres y mujeres.
  • 8. 15 14 UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO Los mandatos de género son mensajes explícitos e implícitos, respecto a qué se espera de hombres y mujeres y que significa ser hombre o ser mujer. Estos mandatos van configurando la identidad de las personas a lo largo de toda la vida, y determinan las formas de entender y enfrentar el mundo, y a nosotros/ as mismos/as. El modelo de masculinidad hegemónica a) El modelo de masculinidad hegemónica mandata a los hombres a ser fuertes, activos, racionales, autónomos, proveedores y poco emocionales. Y su acción se desarrolla en principalmente en la esfera pública. El modelo de masculinidad hegemónica tiene las siguientes características: • Se construye por oposición a lo femenino: la masculinidad se construye como negación, como diferenciación con lo femenino, en otras palabras, ser hombre es “no comportarse como una mujer”.Esta negación lleva implícita una desvalorización de lo femenino. . Un ejemplo de esto es que los principales insultos masculino se relacionan con atribuir roles o rasgos femeninos o no heterosexuales (“es niñita”, “son unas madres”, “poco hombre”, etc.) • La identidad masculina se construye en torno al trabajo, la paternidad y la heterosexualidad (Olavarría y Parrini, 2000). Mediante el trabajo adquiere y demuestra prestigio, poder y autoridad, y además, le permite ejercer su rol de proveedor económico, lo que le otorga poder sobre las mujeres. Asimismo, mediante su heterosexualidad y paternidad “demuestra” su “no ser mujer”, y también constituyen espacios de dominación. • Debe ser permanentemente demostrada, ser hombre en este sistema sexo género implica tener que realizar demostraciones permanentes de “hombría”, demostrando no ser femeninos, no ser homosexuales, etc. • Acepta y valida la agresividad y la violencia, pues en ciertos espacios de socialización masculina está permitido, y hasta bien visto, ser agresivos y hasta violentos. Es importante mencionar que el modelo de masculinidad hegemónica tiene costos negativos para la sociedad, para las mujeres y para ellos mismos. Los costos sociales se relacionan en general con prácticas violentas que generan problemas en la convivencia social, como por ejemplo pandillas que cometen delitos violentos, riñas, peleas callejeras, etc. Así como también prácticas arriesgadas o imprudentes, por ejemplo, mientras conducen un vehículo. Los costos para las mujeres y las niñas refieren a la gran prevalencia de las distintas formas de violencia y discriminación hacia las mujeres, las cuales se revisarán al final de este curso. Y los costos personales, dicen relación con la mayor exposición a ser víctimas de homicidios y lesiones (al asumir mayores riesgos y por las relaciones agresivas entre pares), el ser privados de una parte de su sensibilidad, lo que limita su desarrollo afectivo, la imposición y carga de ser los responsables principales del sustento familiar, no tener prácticamente derechos laborales asociados al ejercicio de la paternidad, etc. LA MASCULINIDAD, LA AGRESIVIDAD AL VOLANTE Y SUS COSTOS SOCIALES: EL CASO DE ARGENTINA En el año 2011, investigadores/as argentinos publicaron el artículo: “Representaciones sociales de la masculinidad y agresividad en el tránsito. La ira al conducir en Argentina”. Los resultados de este artículo muy probablemente son también extrapolables al contexto chileno, y señalan lo siguiente: En Argentina un 33% de los accidentes de tránsito son provocados por mujeres en tanto que el 67% restante tiene como protagonistas a varones. La demostración de la destreza en el manejo del vehículo, la valentía (que se manifiesta en acceder a correr los riesgos), la demostración de la potencia (del auto), son requerimientos sociales que históricamente se le han impuesto al varón y que se encarga de demostrar en su rol de conductor. Estas actitudes parecen ser mucho más frecuentes en las épocas de adolescencia y juventud, y tienden a moderarse en la medida en que pasan los años, o, por ejemplo, cuando la situación familiar del conductor cambia (sobre todo si hay presencia de niños en el automóvil). Las actitudes agresivas al volante parecen intensificarse, sobre todo entre los más jóvenes, si los conductores varones se encuentran acompañados en el vehículo por otros hombres (MERLINO, 2009), en ese caso, es mayor la necesidad de demostrar su “valía” masculina. En argentina se pierden 170.000 años de vida potencial y 87.000 años de vida activa potencial a causa de las muertes ocasionadas por el tránsito. Esto supone, además, un costo directo anual de más de 6 millones de dólares y, considerando los años de vida perdidos por discapacidad, un costo indirecto de más de 175 millones de dólares anuales. Fuente: Aldo Merlino y otros (2011). Representaciones sociales de la masculinidad y agresividad en el tránsito. La ira al conducir en Argentina ALGUNOS DATOS RESPECTO A LOS COSTOS DE LA MASCULINIDAD HEGEMÓNICA Costos Sociales Costos para las mujeres Costos para los varones El modelo de masculinidad vigente entiende la violencia con un elemento constitutivo de la identidad masculina. Esto se expresa en la alta presencia de prácticas violentas en espacios de socialización masculina (como las pandillas), y en que todos los delitos violentos son más cometidos por hombres. Cerca de 95% de los homicidas a nivel global son hombres, un porcentaje más o menos constante de país a país y entre regiones, independientemente de la tipología de homicidio o el arma empleada (Informe Mundial de Homicidios, 2013). La principal consecuencia del modelo de masculinidad hegemónica para las mujeres y las niñas son las diversas formas de violencia a la cual se ven enfrentadas de manera permanente y a lo largo de toda la vida. La desvalorización y menosprecio hacia lo femenino como forma de demostrar y reafirmar la masculinidad, y la normalización/legitimación de la violencia masculina y la pasividad femenina, fundamenta, legitima y reproduce la Violencia Contra las Mujeres (VCM). Se estima que el 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual en algún momento de su vida (ONU Mujeres, 2015). Se estima que en todo el mundo el 75% de toda la violencia contra las mujeres es perpetrada por su pareja o ex pareja íntima masculina (Fleming et al., 2015), que un 38% de los asesinatos de mujeres es cometido por su pareja o ex pareja (OMS, 2013). Las prácticas, asociadas al modelo de masculinidad hegemónica, conducen a los propios varones a situaciones de riesgo social y personal, y en casos extremos empujan a determinados “hombres” a la exclusión. Existen costos individuales para acceder y mantenerse en la categoría de “hombre de verdad”. A nivel mundial 79% de las víctimas de homicidio son hombres. Hay una tendencia regional y de género hacia las víctimas masculinas en homicidios vinculados a la delincuencia organizada y las pandillas. (Informe Mundial de Homicidios, 2013). Fuente: Elaboración propia MODELOS DE MASCULINIDAD Y FEMINIDAD HEGEMÓNICAS 2. El sistema sexo-género vigente impone una determinada manera de ser hombre y de ser mujer, la cual se ajusta a los roles de género socialmente asignados. A estos modelos impuestos de cómo ser hombre y cómo ser mujer, se les llama “masculinidad hegemónica” y “feminidad hegemónica”. Estos modelos hegemónicos son internalizados por las personas a través de los mandatos de género.
  • 9. 16 17 UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO Es importante señalar que, si bien a nivel general siguen predominando los rasgos del modelo de masculinidad hegemónica, en la actualidad existen hombres que, tanto de manera grupal como individual, apuestan por transformar este modelo avanzando hacia otro más igualitario. A esta corriente se le ha denominado “Nuevas Masculinidades”, “Masculinidades Alternativas”, entre otras. Así como también existen grupos o prácticas individuales vinculadas a una paternidad más activa e involucrada, abriendo espacios para la demostración de afecto y cuidados por parte de los hombres. El modelo de masculinidad hegemónica dicta que las mujeres deben ser: afectivas, cariñosas, sensibles, dependientes, cuidar de los/as hijos/as, de la pareja y de los/as personas dependientes (adultos/as mayores, enfermos/as, personas en situación de discapacidad), y ser las responsables de los quehaceres del hogar. Los mandatos para el género femenino mandatan a las mujeres a olvidarse de sí mismas, lo que en el sentido de la autoestima está en directa relación con la valoración de las fortalezas, capacidades, habilidades y valor que las mujeres tienen como personas se definen en función del desarrollo de acciones orientadas hacia el bienestar de los/as demás en desmedro del propio. Actitudes y cualidades como ser cariñosas, dóciles, generosas, amables, románticas, soñadoras, atentas a las necesidades de los/as demás, entre otros, son los habituales atributos que se naturalizan como parte del ser mujer, y que las definen como personas. Parte de éstos derivan del rol femenino asociado a la maternidad, que se generalizan a todos los ámbitos de sus vidas: lo que se ha denominado la maternización de los roles femeninos. La vocación de servicio que define socialmente a las mujeres está basada en el dar afecto, lo que lleva implícito que en la medida de tal capacidad está la medida de su valía como personas. El modelo de feminidad hegemónica a) Para las mujeres, los mandatos de género habitualmente operan como sentimientos de culpa, uno de los principales guardianes del deber ser femenino definido socialmente. Y externamente las consecuencias explícitas a su desobediencia al modelo hegemónico de feminidad operan como sanciones sociales; por ejemplo, cuando las mujeres no cumplen el deber ser asociado a la maternidad se les asocia como personas egoístas o desnaturalizadas respecto de su función reproductiva. De acuerdo a lo anterior, la construcción de la feminidad se caracteriza por: 1. La centralidad de los roles de madre y esposa, o “madresposas”, como lo denomina Marcela Lagarde. Desde la temprana edad se incentiva y estimula en las mujeres el deseo maternal y el deseo de “formar una familia”. Socialmente se identifica el instinto materno como algo esencial de la identidad femenina y la maternidad como la máxima realización de una mujer. Y serán estos roles de madres y esposas lo que determinará su forma de relacionarse también con el resto de las personas y el mundo, sin necesidad de ser madre y esposa realmente, sino que tiene que ver más bien con formas simbólicas de relacionarse (desde los cuidados, desde lo afectivo, desde el servilismo). Las madresposas de Marcela Lagarde: “Ser madres y ser esposas consiste para las mujeres en vivir de acuerdo con las normas que expresan su ser para y de otros, realizar actividades de reproducción y tener relaciones de servidumbre voluntaria, tanto con el poder encarnado en los otros, como con el poder en sus más variadas manifestaciones”. (Los cautiverios de mujeres, 1990: 363) 2. El Modelo Mariano: referido a la figura de la virgen como el ideal femenino y a la vez como marco explicativo de la identidad femenina: la devoción, la entrega y el sacrificio, simbolizada en la madre por excelencia: la Virgen María. 3. La búsqueda del atractivo físico: un tercer elemento constitutivo del modelo de feminidad hegemónica es la búsqueda permanente del atractivo físico, el cual es un medio para alcanzar de manera material los roles de madre y esposa. El mandato social nos dice que las mujeres deben ser sexualmente atractivas para los varones (pero sexualmente pasivas), y es su responsabilidad mantener vivo el deseo de la pareja hacia ella. Todas estas características del modelo de feminidad hegemónico, van dejando a las mujeres en un lugar de dependencia y de subordinación, circunscrita al espacio privado, a lo doméstico, donde la maternidad podría traer prestigio, pero no necesariamente autonomía. En resumen, los modelos de masculinidad y feminidad hegemónica se podrían resumir como en la siguiente tabla: EL MARIANISMO EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA FEMINIDAD EN LATINOAMÉRICA ParaSoniaMontecino,elíconomarianotienevitalimportanciaenAméricaLatina para la reproducción de ciertos valores ligados a lo femenino, el marianismo es un símbolo cultural universal que adquiere particularidades en el ethos mestizo latinoamericano, pues su perfil, en este territorio, es sincrético, siendo así un soporte clave del imaginario mestizo latinoamericano. La hipótesis de la autora es que la alegoría mariana se ha erigido como relato fundante de nuestro continente, pues resuelve nuestro problema de origen (ser hijos de una madre india y de un padre español) y nos entrega una identidad inequívoca en una madre común. La gestación de la imagen de la Mater Común haocurridoparalelaalanegacióndenuestrosermestizo,alaconstitucióndeuna identidad aparentemente no problemática. “El marianismo sería un elemento central para el encubrimiento de nuestros orígenes históricos, al proponer una génesis trascendente, un nacimiento colectivo desde el vientre de la diosa- madre” (Montecino S., 1993, p. 31). Este culto a María ha significado en la práctica que la visión de la Mujer en Latinoamérica se asocie directamente a la imagen de madre, lo cual la limita al ámbito de lo privado y de lo doméstico, al cuidado del hogar y de la familia, así como también le niega su condición de sujeta sexuada, dando a su cuerpo la misión de procrear, nutrir y cuidar. Además, la mujer-madre es amable, sumisa y siempre dispuesta a postergarse por el bienestar de los demás, sobre todo si son su familia. Fuente: Elaboración propia en base a MONTECINO S. (1993). Madres y Guachos. Alegorías del mestizaje chileno. Santiago, Editorial Cuarto Propio, Ediciones CEDEM. • El hombre es fuerte, agresivo y valiente. • El hombre no es emotivo ni demuestra sus afectos. • Es heterosexual y lo demuestra siendo sexualmente activo y teniendo hijos/as. • El hombre es el “jefe” de la familia. • El hombre es el principal proveedor económico de la familia. MODELO DE MASCULINIDAD HEGEMÓNICA MODELO DE FEMINIDAD HEGEMÓNICA Fuente: Elaboración propia • La mujer es sensible, cariñosa y entregada a los/as otros/as. • Es emotiva, demuestra sus afectos. • Le interesa ser atractiva y deseable para los hombres. • La mujer se realiza siendo madre y esposa. • La mujer es la responsable del trabajo doméstico y de cuidado, ella es el “alma” de la familia.
  • 10. 18 19 UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO UNIDAD 2: CÓMO SE CONSTRUYE EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO DISTINCIONES CONCEPTUALES⁄ identidad de género, expresión de género y orientación sexual 3. Los estudios de género han abierto también un espacio para la visibilización e investigación de las diversidades sexuales, las cuales refieren a las formas en que las personas podemos vivir, sentir y expresar la sexualidad y afectividad. A menudo, se confunden una serie de conceptos en relación a estas temáticas, por lo que es importante poder aclarar algunos conceptos clave, los cuales se presentan a continuación: ● LaidentidaddeGénero,refierea“lavivenciainternaeindividualdelgénero tal como cada persona la siente profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo (que podría involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios médicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que la misma sea libremente escogida) y otras expresiones de género, incluyendo la vestimenta, el modo de hablar y los modales” (CIDH, 2012). Dentro de la categoría de identidad de género se incluye la categoría trans. El término trans, es un término macro que es utilizado para describir las diferentes variantes de la identidad de género, cuyo común denominador es la no conformidad entre el sexo biológico de la persona y la identidad de género que ha sido tradicionalmente asignada a ese sexo biológico. Una persona trans puede construir su identidad de género independientemente de intervenciones quirúrgicas o tratamientos médicos. De este modo, el concepto trans puede abarcar desde personas que visten ocasionalmente o permanentemente como el género opuesto al de su sexo asignado al nacer hasta personas que modifican su cuerpo quirúrgicamente y y/o que realizan un cambio legal de su nombre. Puesto que la identidad de género puede ser o no congruente con el sexo asignado al nacer, se han acuñado los siguientes conceptos: • Persona Cisgénero: Su identidad de género es congruente con su sexo asignado • Persona Transgénero: Su identidad de género es Incongruente con su sexo asignado Ser trans NO es una patología. El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) incorpora como un trastorno la “Disforia de Género”, pero la disforia de género no refiere a que la transexualidad misma sea un trastorno, sino que refiere al malestar que sufre una persona debido a la discordancia entre la identidad de género y el sexo asignados al nacer. Y este malestar o disconformidad de género no constituye enfermedad mental en sí misma, sino que está asociado al estigma social de no cumplir con los mandatos de género asociados al sexo asignado. Fuente: Elaboración propia ● La orientación sexual de una persona es independiente del sexo biológico o de la identidad de género. Se ha definido como “la capacidad de cada persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género diferente al suyo, o de su mismo género, o de más de un género, así como a la capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas” (CIDH, 2012). Cuando hablamos de orientación sexual nos referimos a la heterosexualidad (atracción por personas de sexo diferente al propio), la homosexualidad (atracción por personas del mismo sexo) y la bisexualidad (atracción por personas de ambos sexos). ● Finalmente, la expresión de género, ha sido definida como “la manifestación externa de los rasgos culturales que permiten identificar a una persona como masculina o femenina conforme a los patrones considerados propios de cada género por una determinada sociedad en un momento histórico determinado” (CIDH, 2012) Habitualmente se ha considerado que la expresión de género se encuentra subsumida dentro de la categoría identidad de género, sin embargo, se ha comenzado a establecer la diferencia entre identidad de género y expresión de género, reconociéndose que la expresión de género supone aspectos específicos de la manifestación externa y de la percepción social de la identidad de género, aspectos que habían estado tradicionalmente invisibles. En este sentido, es importante comprender que la expresión de género constituye una expresión externa y, aun cuando no se corresponda con la auto-definición de la identidad, puede ser asociada por terceros con una determinada orientación sexual o identidad de género (CIDH, 2012). Es importante tener en cuenta el término de expresión de género, y su diferencia con la de identidad de género, puesto que el sólo hecho de tener una expresión de género que no coincide con el modelo de feminidad hegemónica, es muchas veces un motivo de discriminación y violencia hacia las mujeres. Así, tal como lo afirma la Comisión Internacional de Juristas, “la noción de aquello que constituyen las normas masculinas o femeninas correctas ha sido fuente de abusos contra los derechos humanos de las personas que no encajan o no se ajustan a estos modelos estereotípicos de lo masculino o lo femenino. Las posturas, la forma de vestir, los gestos, las pautas de lenguaje, el comportamiento y las interacciones sociales, la independencia económica de las mujeres y la ausencia de una pareja del sexo opuesto, son todos rasgos que pueden alterar las expectativas de género” (CIDH, 2012).
  • 11. UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA 21 20 PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO La construcción cultural de las identidades de género determina también la conformación del espacio social, distinguiéndose la división entre la vida pública y la privada o doméstica, asociadas también a lo masculino y femenino, respectivamente. Para los autores Plaza y Delgado (2007), en sociedades tradicionales los roles de género son más rígidos que en sociedades post industriales, pero incluso en estas últimas existe una tendencia general a queciertastareasseanpropias de las mujeres, en particular aquellas relacionadas con la crianza de los hijos e hijas, con el cuidado del hogar y con la reproducción de la vida, que incluye tanto la reproducción de la especie en sí como el mantenimiento material y psicológico de niñas o niños, adultos/as, personas mayores, etc. Estadistinciónentrelosámbitosdelavidasocialquelecorresponden a mujeres y hombres, se expresa en las labores que se espera que desempeñe cada uno/a, lo cual ha sido denominada división sexual del trabajo, distinguiendo entre trabajo productivo, (mercantil o remunerado) y reproductivo (doméstico o no remunerado). El trabajo productivo o mercantil: corresponde a las actividades que realizan las personas para producir bienes y servicios destinados a la venta y el consumo de otras personas. Son aquellas actividades que se desarrollan en el ámbito público y que generan ingresos, reconocimiento, poder, autoridad y estatus. Este trabajo se realiza en el espacio público, es visible valorado, y se contabiliza en las cuentas nacionales de los países. Eltrabajoreproductivoodoméstico:correspondealasactividades dirigidas a generar las energías requeridas por las personas para su sobrevivencia y para la reproducción de la especie humana en el amplio sentido, incluyendo la alimentación, la limpieza y mantenimiento de la vivienda y del vestido, el cuidado de las personas, la producción de bienes de autoconsumo, etc. Este trabajo se realiza en el espacio privado, es poco valorado, la mayoría de las veces es invisible, y no se considera en las cuentas nacionales de los países. UNIDAD 3/ Las Esferas Pública y Privada DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO 1. Fuente: Elaboración propia Recibe un pago Es reconocido socialmente Es visible Se cuantifica y se reconoce su aporte a la economía nacional Trabajo Productivo Trabajo Reproductivo No recibe un pago No es reconocido socialmente Es invisibilizado No se cuantifica y no se reconoce su aporte a la economía nacional
  • 12. 22 23 UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO CONSECUENCIAS DE LA DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO 2. Segregación en el mercado laboral: segregación vertical y horizontal a) Uso del tiempo y economía del cuidado b) Cuandolasmujeresentranalsistemalaboraltienenqueenfrentarseaunaestructura masculina, que privilegia el trabajo productivo y dificulta su compatibilidad con las otras esferas de la vida como el trabajo reproductivo, el ocio y la participación política. Por su parte los hombres, encuentran dificultades para vivir una vida no reducida a lo laboral y participar en condiciones equitativas en el trabajo reproductivo (SURT, 2017). Diversos estudios realizados sobre el tema del empleo muestran que, a pesar de que las mujeres en los últimos años han aumentado notablemente su presencia en el mundo laboral, sus recorridos laborales son diferentes a los de sus colegas hombres y la discriminación que sufren afecta sus carreras laborales, además de condicionar sus opciones en la vida privada. La segregación sexual del trabajo implica un acceso diferencial entre hombres y mujeres a ocupaciones y puestos de trabajo, ramas y categorías ocupacionales. Constituye un factor determinante de la calidad del empleo femenino y de su evolución, al mismo tiempo que afecta la relación con el trabajo reproductivo, el ocio y la participación ciudadana (SURT, 2017). Son variadas las formas de segregación que las mujeres encuentran en su vida laboral, entre ellas se habla principalmente de la segregación horizontal y segregación vertical. La segregación horizontal en el trabajo se refiere a las dificultades de las personas en acceder a determinadas profesiones. Se verifica en el predominio de las mujeres hacia los sectores tradicionales feminizados y la dificultad de las mujeres para acceder a cargos generalmente estipulados como “masculinos”. Aunque sea menos frecuente, también los hombres encuentran dificultades en el acceso a profesiones, cargos u ocupaciones considerados como típicamente femeninos, como enfermería, auxiliares administrativos o ser reconocidos como amos de casa. Todas las formas de segregación por género en el mercado laboral están ligadas a normas sociales y pautas culturales profundamente arraigadas en la sociedad que relacionan a las mujeres con las tareas históricamente consideradas femeninas. Lo mismo sucede con la división de tareas al interior de los hogares que conduce a una sobrecarga de las mujeres, ya que son éstas quienes con mayor frecuencia se ocupan de las tareas domésticas y de cuidados de terceros, no remuneradas. La situación de desigualdad persistente, tanto en el mercado de trabajo como en el interior de los hogares, posee implicancias negativas sobre las mujeres a nivel personal y también, implicancias sistémicas económicas y sociales. En lo personal, las mujeres poseen una débil autonomía económica, se subordinan en el proceso de toma de decisiones intrahogar y tienen mayor intensidad en el uso del tiempo, con lo que sufren un deterioro en su calidad de vida. Los enfoques económicos tradicionales consideran al hogar sólo como unidad de consumoynocomoproductordeinsumosyrecursosvaliososparaelfuncionamiento del sistema económico. Frente a esta postura, la nuevas perspectivas de la economía desde una perspectiva feminista se caracteriza por poner en el centro del análisis la sostenibilidad de la vida, descentrando los mercados. En consecuencia, el objetivo del funcionamiento económico desde esta mirada no es la reproducción del capital, sino la reproducción de la vida. La preocupación no está en la perfecta asignación, sino en la mejor provisión para sostener y reproducir la vida. Por lo mismo, la economía feminista tiene como una preocupación central la cuestión distributiva. Y en particular se concentra en reconocer, identificar, analizar y proponer cómo modificar la desigualdad de género como elemento necesario para lograr la equidad socioeconómica. La segregación vertical se refiere a las dificultades que tienen especialmente las mujeresparapoderdesarrollarseprofesionalmente.Sonconocidaslasdesigualdades que limitan que la mujer ocupe puestos con poder decisorio, o los así como las condiciones laborales que las afectan: son las que trabajan más a tiempo parcial o en formas laborales de flexibilidad o jornada continuada y el salario femenino, para el mismo cargo y las mismas funciones, es frecuentemente más bajo que el salario masculino. Nosencontramosanteeldenominadotechodecristal,expresiónqueseutilizadesde hace décadas para explicar las dificultades que tienen las mujeres para acceder a los puestos de poder y responsabilidad. Cuanto más poder y responsabilidad tenga el puesto, peor, más dificultades para llegar. Su carácter de invisibilidad viene dado por el hecho de que no existen leyes ni dispositivos sociales establecidos ni códigos visibles que impongan a las mujeres semejante limitación, sino que está construido sobre la base de otros rasgos que por su invisibilidad son difíciles de detectar (arraigados en la cultura). Las cifras demuestran que el techo de cristal no se ha roto y desmienten esa falsa imagen de centenares de mujeres copando cargos de responsabilidad. Uno de los indicadores clave en este sentido son los consejos de administración de las grandes empresas. Sus miembros gozan de poder para definir el curso económico del mundo. En la mayor parte de los casos, la composición de los consejos de administración es desproporcionadamente masculina. La razón es simple: la mayoría de los consejeros provienen de los altos ejecutivos de las grandes empresas y muy pocas mujeres han alcanzado estos puestos. De acuerdo con un estudio del año 2015 elaborado por la organización Corporación Internacional de Mujeres Directivas (CWDI, por su sigla en inglés), las mujeres sólo ocupan el 6,4% de los consejos de administración de las 100 mayores empresas de Latinoamérica. A escala mundial, Europa encabeza la lista de porcentaje de mujeres en los consejos de administración con un 20 %, seguida de Norteamérica (19,2%) y de la región de Asía-Pacífico (9,4%). Entre los países latinoamericanos, Colombia lidera con el 13,4% el número de los cargos de dirección de grandes empresas ocupados por mujeres, una cifra que representa más del doble de la media de la región. Brasil, con 42 compañías en la lista de las cien mayores empresas de Latinoamérica, posee una media de 6,3% de presencia femenina, mientras que Chile tiene un 3,2%, lo que representa el porcentaje más bajo de la región (CWDI, 2015). Y de acuerdo con el CWDI, investigaciones realizadas en prácticamente todas partes del mundo han demostrado que las empresas con mayor rentabilidad y éxito financiero son aquellas con mayor presencia de mujeres en cargos de liderazgo. Otro buen ejemplo de ese denominado techo de cristal en Chile es la participación de mujeres en el poder político, específicamente la composición de ministerios y Parlamento. El uso desigual del tiempo dedicado al Trabajo No Remunerado En un día tipo, las mujeres destinan en promedio a nivel nacional 5,89 horas al trabajo no remunerado, mientras que los hombres destinan 2,74 horas. Estas diferencias se presentan también en los días de semana y fin de semana, donde los hombres a nivel nacional destinan en un día de semana 2,74 horas en promedio al trabajo no remunerado y las mujeres 6,07 horas en promedio. En día de fin de semana el tiempo destinado al trabajo no remunerado se incrementa, ya que los hombres destinan 3,50 horas en promedio y las mujeres 6,12 horas. Fuente: INE (2016). Informe de Resultados, Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) Si bien durante las últimas décadas hubo una gran incorporación de mujeres al mercado del trabajo y se incrementó considerablemente la tasa de actividad femenina, este proceso no fue acompañado por una igual inserción masculina en las tareas domésticas y de cuidado. Como consecuencia, esta situación genera una precaria inserción femenina en el mercado laboral y la persistencia de la doble jornada de trabajo para las mujeres.
  • 13. 24 25 UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO Hay que tener presente que el mundo del trabajo (mundo mercantil) sólo puede funcionar de la manera que lo hace porque descansa, se apoya y depende del trabajo familiar, fundamentalmente femenino. DESIGUALDADESDEGÉNERO 3. Como se señaló anteriormente, la división sexual del trabajo, al igual que el sistema sexo-género no es neutral, y al circunscribir a las mujeres al espacio privado y al hacerlas responsables del trabajo reproductivo, les genera situaciones de desventaja y mayor vulnerabilidad en comparación a los hombres. A continuación, se revisarán tres aspectos en los cuales se expresa esta discriminación estructural. En nuestro país, y respecto de los derechos políticos las mujeres ejercen su derecho a elegir, pero siguen sin poder ejercer en forma plena el derecho a ser electas. Actualmente, Chile posee uno de los porcentajes más bajos de la región en representación femenina en el Poder Legislativo, y la situación en el ámbito local no es mucho mejor (el 15,8% de las parlamentarias son mujeres y solo el 12% de los alcaldes). En cuanto a la participación política de las mujeres y el resguardo de su derecho a ser elegida, Chile está lejos de alcanzar los promedios internacionales. De acuerdo a los datos de la Unión Interparlamentaria (2013), el promedio mundial de participación de mujeres en el Congreso es 21,3%; en los países de la OSCE (Organization for Security and Cooperation in Europe) alcanza 24,2% y en las Américas es 24,1%, mientras que Chile está por debajo de dichos valores. Y todo ello a pesar de la alta participación de las mujeres en los partidos políticos. Participación política de las mujeres a) Sexo (Género) Hombres Mujeres MUJERES EN MESAS DIRECTIVAS DE PARTIDOS POLÍTICO TOTAL 31 PARTIDOS DECLARADOS EN SERVEL Porcentaje 70% 30% Cargo Presidentas Secretarias generales Tesoreras DISTRIBUCIÓN DE CARGOS MUJERES EN LAS DIRECTIVAS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS Porcentaje 23% 19% 48% Fuente: Unidad de Igualdad y Diversidad, Universidad de Valparaíso en base a datos de SERVEL www.servel.cl Cargo Alcaldesas Concejalas Consejeras regionales Ministras Subsecretarias Altos niveles jerárquicos de la administración pública Presencia total de mujeres en la administración pública CUADRO RESUMEN “SER POLÍTICA EN CHILE” Porcentaje 11,8% (Elecciones Municipales 2016) 24,6% 19% 34% 36% 20% 58% Fuente: Unidad de Igualdad y Diversidad, Universidad de Valparaíso, en base a datos obtenidos de SERVEL en 2016, y el sitio web del Congreso Nacional www.congreso.cl Asimismo, la economía feminista también ha contribuido a los debates sobre la cuestión de la pobreza desde el punto de vista conceptual y empírico. En el primer caso, ha insistido en la importancia de considerar las múltiples dimensiones de la pobreza (alejándose de las concepciones estrictamente monetarias) y, en particular, en la necesidad de incorporar la dimensión de la pobreza de tiempo. Por otro lado, ha contribuido en la producción de evidencia empírica que permite constatar la persistencia de procesos de feminización de la pobreza y los resultados ambiguos que, en términos de autonomía de las mujeres, pueden tener las políticas públicas implementadas para atender esta cuestión (Rodríguez, 2015). “Los aportes la denominada economía feminista, consisten en introducir la satisfacción de las necesidades humanas como principio básico de la economía, así como también el reconocimiento del valor del trabajo no remunerado (tareas domésticas y de cuidado) como aporte indispensable a la sociedad en su conjunto. A las ocho horas promedio de trabajo remunerado en Chile, se le suman las horas de trabajo doméstico. La jornada de trabajo de las mujeres duplica a la de los hombres. Por esta razón, se han introducido una serie de metodologías orientadas a medir el tiempo total de trabajo así como también los estudios sobre uso del tiempo, que permiten conocer más a fondo la interrelación entre trabajo remunerado y no remunerado y los efectos sobre la vida de las mujeres” (Carrasco, 2006). Uno de los principales aportes de la economía feminista fue la recuperación de un debatedelargadatadentrodelfeminismo:aquelconocidocomo“debatedeltrabajo doméstico” que, tempranamente argumentó sobre la necesidad de visibilizar el rol del trabajo doméstico no remunerado y las implicancias en términos de explotación de las mujeres, tanto por parte de los capitalistas como de “los maridos”. La revitalización de este debate dentro del campo económico dio lugar a la promoción del concepto de economía del cuidado (Rodríguez, 2015). Existen diversas definiciones de la economía del cuidado. Salvador (2007) explica que ésta es el espacio donde la fuerza de trabajo se reproduce y mantiene, incluyendo todas aquellas actividades que involucran las tareas de cocina y limpieza, el mantenimiento general del hogar y el cuidado de los niños y las niñas, enfermos y personas con discapacidad. Considera que una gran parte de esta economía está a cargo de las familias y, en su interior, de las mujeres que han sido históricamente quienes se han encargado de desarrollar estas tareas en forma no remunerada. La división sexual del trabajo, al igual que el sistema sexo-género no es neutral, y al circunscribir a las mujeres al espacio privado y al hacerlas responsables del trabajo reproductivo, les genera situaciones de desventaja y mayor vulnerabilidad en comparación a los hombres. Ejemplos de esto son: • Al estar dedicadas gran cantidad de tiempo a un trabajo que no recibe pago, históricamente han tenido menos acceso al control de recursos y propiedades. • El ser las principales responsables del cuidado del hogar y de los/as hijos/as las limita en su desarrollo académico y profesional. • Muchas mujeres buscan trabajos más flexibles, aunque sean más precarios y peor pagados, para poder compatibilizar el trabajo productivo con el reproductivo. • La dependencia económica hace que muchas mujeres se mantengan en relaciones abusivas y violentas, por no sentirse capaces de sostener económicamente su hogar. • Al estar dedicadas al trabajo que se realiza en el espacio privado, las mujeres han estado históricamente excluidas de las esferas de poder político y social.
  • 14. 26 27 UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO Además, sigue habiendo una brecha significativa en términos de ingreso, pues las mujeres perciben en promedio remuneraciones un 30% más bajas que sus pares hombres. Junto con ello, a pesar del aumento en los niveles de escolaridad, las mujeres acceden escasamente a cargos gerenciales y de decisión dentro de las empresas. Paraasegurarelcumplimientodelosderechoseconómicosserequiereimplementar las leyes impulsadas. Se ha avanzado en la creación un de marco regulatorio, pero éste no se cumple a cabalidad. Un ejemplo es la Ley 20.348, de igualdad en las remuneraciones, que fue promulgada el año 2009, pero que a la fecha no ha sido implementada debido a limitaciones de recursos y capacidades para hacerlo (PNUD, 2014). Y en relación a la brecha salarial, como se señala en la tabla a continuación, independiente del tramo de años de escolaridad en que se encuentren mujeres y hombres, en todos ellos las mujeres perciben un salario más bajo en relación a los varones. De acuerdo a los datos analizados por el INE (2015) el trabajo femenino tiende a concentrarse en determinadas actividades. Además, ellos y ellas acceden a ocupaciones que se caracterizan por contar con diferentes condiciones laborales. La segregación horizontal del mercado laboral contribuye a perpetuar los estereotipos de género relacionados con los roles apropiados para las mujeres: orientadas a los temas sociales, de cuidado y reproducción. El hecho de que el sector de trabajo doméstico esté ocupado de forma mayoritaria por mujeres ejemplifica de forma más clara cómo la división sexual del trabajo contribuye a su vez a moldear los espacios laborales. El sector primario es el tercero en importancia porcentual de la ocupación femenina, tras el sector terciario (85,3%) y el sector secundario (9,8%). Es importante relevar que la distribución porcentual de la ocupación masculina es más equitativa que la de las mujeres: ellos se ubican en los sectores terciario, secundario y primario con un 54,7%, 27,5% y 17,8%, respectivamente. Es decir, las mujeres tienen una muy baja participación porcentual en los sectores de extracción de materias primas y en el sector industrial de la economía chilena. La segmentación laboral y la segregación sexual del mercado, que combina factores de mercado con atribuciones culturales, reflejan la existencia de sectores económicos feminizados. La segregación vertical del mercado laboral se evidencia en el peso relativo de las personas en los cargos de jefaturas (“miembros del poder ejecutivo y de los cuerpos legislativos y personal directivo de la administración pública y de empresas”), según sexo donde sólo el 24,6% de estos puestos son ocupados por mujeres. A su vez, se puede comprobar la segregación horizontal del mercado laboral en los altos cargos, pues un 23,9% de las mujeres en estas posiciones trabaja en el sector enseñanza (directoras de colegio, jefas de UTP o de carrera, entre otras ocupaciones). Las brechas salariales que existen entre ambos sexos, por su parte, son de gran relevancia en tanto existen en todos los sectores económicos y ocupaciones, siendo negativas para las mujeres. Los datos demostraron que las mujeres en Chile presentan mayor capital humano que los hombres, al menos en lo que se refiere a la educación formal, pues las encuestas analizadas no permiten conocer de forma directa las capacitaciones que trabajadores y trabajadoras reciben a lo largo de su desempeño profesional. Así, aun cuando ellas poseen un capital humano mayor que el de los hombres, en promedio sus remuneraciones son más bajas, situación producida en parte porque acceden en menor medida a posiciones de poder dentro de las organizaciones donde se desempeñan. El enfoque del capital humano es de gran relevancia para ser utilizado en el análisis de brechas, pues, si bien es evidente que a mayor capital humano mayor remuneración, en el caso de las mujeres a igual o superior capital humano que sus pares varones, en promedio, reciben salarios menores. Esta situación reflejaría problemas de subutilización de capital humano y sus consecuencias negativas sobre la productividad del país (INE, 2015). Paraasegurarelcumplimientodelosderechoseconómicosserequiereimplementar las leyes impulsadas. Se ha avanzado en la creación un de marco regulatorio, pero éste no se cumple a cabalidad. Un ejemplo es la Ley 20.348, de igualdad en las remuneraciones, que fue promulgada el año 2009, pero que a la fecha no ha sido implementada debido a limitaciones de recursos y capacidades para hacerlo (PNUD, 2014). Y en relación a la brecha salarial, como se señala en la tabla a continuación, independiente del tramo de años de escolaridad en que se encuentren mujeres y hombres, en todos ellos las mujeres perciben un salario más bajo en relación a los varones. De acuerdo a los datos analizados por el INE (2015) el trabajo femenino tiende a concentrarse en determinadas actividades. Además, ellos y ellas acceden a ocupaciones que se caracterizan por contar con diferentes condiciones laborales. La segregación horizontal del mercado laboral contribuye a perpetuar los estereotipos de género relacionados con los roles apropiados para las mujeres: orientadas a los temas sociales, de cuidado y reproducción. El hecho de que el sector de trabajo doméstico esté ocupado de forma mayoritaria por mujeres ejemplifica de forma más clara cómo la división sexual del trabajo contribuye a su vez a moldear los espacios laborales. El sector primario es el tercero en importancia porcentual de la Participación laboral de las mujeres b) En relación con los derechos económicos, en Chile las mujeres aún presentan una baja participación laboral en comparación con los hombres y el resto de los países de la región. El Instituto Nacional de Estadística (INE) de Chile, en los resultados de la Encuesta Nacional de Empleo para el año 2016, muestra que la tasa de participación laboral de las mujeres alcanzó el año 2016 al 48% y se ha mantenido en torno a la misma cifra, con una disminución de 0,2% en las últimas tres mediciones y además de ello el promedio de participación laboral para América Latina y el Caribe, de acuerdo con la CEPAL (2017) se ha estancado durante los últimos años en torno al 53%. ¿Cuáles son las principales barreras para que las mujeres no participen con mayor presencia en la vida pública en general, y política en particular? a. Las organizaciones políticas, en especial los partidos políticos suelen tener un modelo de gestión masculino: poco flexible, competitivo, que fomenta la completa dedicación al trabajo. En general requieren un estilo de conducta y un ritmo de vida que conviene a quien no ha tenido otra obligación que la laboral: reuniones inacabables, viajes de representación y consejos de fin de semana. b. Valores masculinos, asociados con la agresividad, la competitividad y la fuerza, son altamente valorados dentro de la “elite política”. En ocasiones prejuicios de género, expresiones de actitudes machistas de viejo raigambre, son mecanismos informales de disvalor/exclusión. c. Inequidades en las estructuras de los partidos políticos: segregación vertical (acceso a posiciones de decisión) y horizontal (temáticas para hombres y mujeres) d. The secret garden of nomination, es decir, la lógica oculta de selección de candidatos. ¿Cómo superar estas dificultades? La OSCE (Organization for Security and Cooperation in Europe), así como el PNUD y CEPAL, entre otras instituciones, han revisado la experiencia internacional y han concluido que existe evidencia fundada para mostrar que la estrategia más efectiva para promover el aumento de mujeres en cargos electos y en cargos de decisión son las medidas de acción afirmativa como las cuotas electorales o la paridad. Las cuotas, ejemplo de medidas de acciones positivas, buscan corregir esta desigualdad estructural. Es decir, su necesidad se justifica toda vez que contribuye a compensar una situación de injusticia. Desde esta óptica las cuotas electorales, son uno de los medios constitucionalmente admisibles para revertir la actual situación desmejorada de la mujer en la vida pública y contribuirá a profundizar la democracia como aquel espacio público de deliberación verdaderamente representativo (Zúñiga y otros, 2007). “La historia del acceso de las mujeres a los puestos de poder no queda bien descrita usando categorías en blanco o negro. No se trata de que las mujeres estén completamente excluidas del ejercicio del poder, ni que las que acceden al él lo hagan plena y definitivamente. En el acceso a las decisiones las mujeres experimentan un trayecto largo, difícil y escarpado. Aquello que ha sido llamado el ‘techo de cristal’, es decir, ese límite invisible pero real a su ascenso en el poder, se parece más bien a un laberinto. Él es perfectamente visible y consciente para aquellos que participan en los espacios de las elites. El laberinto tiene ideas y vueltas, desvíos, zonas nebulosas, oscuridades y silencios. Todo ello oculto tras declaraciones políticamente correctas. Las mujeres deben sortear permanentemente toda suerte de obstáculos tanto en sus trayectorias públicas como en sus esferas domésticas, familiares y afectivas para acceder a tomar las decisiones que las afectan” (PNUD, 2010). Sin perjuicio de ello, y a fin de abordar el problema de manera estructural, se requieren soluciones de carácter transversal, tales como “la reforma de los sistemas electorales, la adopción de políticas laborales y de conciliación más favorable a las mujeres, la creación de servicios sociales eficientes, la promoción del empoderamiento de las mujeres y el fortalecimiento de las relaciones entre el feminismo de Estado y el movimiento feminista (Lombardo, 2007)
  • 15. 28 29 UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO UNIDAD 3: LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO A pesar de esta evidencia, en términos generales, la violencia contra las mujeres se ha mantenido invisibilizada y naturalizada. Como nos recuerda la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres citando a Rita Laura Segato (2003), “eso muestra claramente el carácter digerible del fenómeno, percibido y asimilado como parte de la normalidad o, lo que sería peor, como un fenómeno normativo, es decir, que participaría del conjunto de las reglas que crean y recrean esa normalidad” (2015). Y hay más. Son diversos los informes que señalan que esta violencia no ha hecho sino aumentar (Cepal, 2016; ONU, 2016; Femenías y Soza, 2009), de tal modo que la violencia contra las mujeres se “presentaría en la actualidad como una auténtica pandemia mundial al compás de la globalización” (Femenías y Soza, 2009: 58). A nivel nacional, hay datos que se replican. Así, por ejemplo, la última Encuesta Nacional de Victimización por Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales, llevada a cabo en 2013 por el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, dio cuenta que el 31,9% de las mujeres ha sido víctima, alguna vez en su vida, de violencia perpetrada por sus familiares, su pareja o expareja¹ . En relación a la forma más extrema de violencia contra las mujeres -el femicidio-, las estadísticas para 2016 del Sernameg y la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, registran 34 y 52 femicidios, respectivamente. En los últimos años, el número de denuncias de hechos de violencia y de casos en la justicia ha aumentado sostenidamente. Las denuncias de violencia doméstica llegaron a 137.117 en 2010, a 155.133 en 2011, y a 144.987 en 2012 (Informe de Derechos Humanos 2013). El aumento de la denuncia no implica necesariamente que estos hechos sean hoy más frecuentes, sino también un cambio en la conducta de las víctimas y su entorno que se atreven a denunciar. Lamentablemente, las denuncias constituyen solo una muestra parcial de la dimensión del problema en el país, pues se sabe que un porcentaje importante de mujeres aún no se atreve a denunciar la violencia de la que es víctima en el ámbito privado. Además, estas denuncias se restringen a la violencia intrafamiliar, que es la que está tipificada en la ley, pero quedan fuera otras formas de violencia contra las mujeres. No hay estudios nacionales y periódicos sobre prevalencia de la violencia de género, por lo que todavía no se puede tener claridad respecto de la dimensión del problema ni hacer un adecuado seguimiento del mismo (PNUD, 2014). Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014 Año 2015 Año 2016 REGISTRO ANUAL DE FEMICIDIOS EN CHILE 65 47 45 56 58 58 52 49 40 34 40 40 45 34 Femicidios Red Chilena Ministerio de la Mujer Fuente: Elaboración propia en base a información obtenida por la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres y el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género En 1994 se promulgó la primera ley de violencia intrafamiliar, la que fue sustituida diezañosdespuésporlaLey20.066delaño2005,conelobjetodemejorarelmanejo y judicialización de los casos de violencia intrafamiliar. También se ha reconocido el femicidio como una de las manifestaciones más graves de la violencia contra las mujeres, y se tipificó la muerte violenta de una mujer por el abuso del poder de género que se produce en el seno de una relación de pareja, actual o pasada, como un delito distinto a otros tipos de asesinatos (Ley 20.480, sobre femicidio, del año 2010). No obstante, el impulso de un marco legal más amplio que considere no solo la violencia en la familia, sino también otros tipos de violencia contra las mujeres es un desafío pendiente (PNUD, 2014). De ahí la importancia de la presentación del proyecto de ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia (Bol. 11.077-07, 2016), que manifiesta su intención de transformar el abordaje institucional del fenómeno: de un paradigma familista (espacio doméstico) a una política integral que reconoce el problema estructural de la violencia contra las mujeres y pone sobre la mesa la necesidad de articular y evidenciar que se trata de una materia que requiere del compromiso de todas las instituciones del Estado (y de la sociedad en su conjunto). Como señala el Mensaje del Proyecto: “busca contribuir a la generación de un cambio cultural cuyo horizonte es la igualdad entre hombres y mujeres y el fin de las relaciones de subordinación que estas padecen, raíz de la violencia de género” (Proyecto de Ley sobre el Derecho de las mujeres a una vida libre de Violencia). ¹ Boletín N° 11.077–07: Proyecto de ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. ocupación femenina, tras el sector terciario (85,3%) y el sector secundario (9,8%). Es importante relevar que la distribución porcentual de la ocupación masculina es más equitativa que la de las mujeres: ellos se ubican en los sectores terciario, secundario y primario con un 54,7%, 27,5% y 17,8%, respectivamente. Es decir, las mujeres tienen una muy baja participación porcentual en los sectores de extracción de materias primas y en el sector industrial de la economía chilena. La segmentación laboral y la segregación sexual del mercado, que combina factores de mercado con atribuciones culturales, reflejan la existencia de sectores económicos feminizados. La segregación vertical del mercado laboral se evidencia en el peso relativo de las personas en los cargos de jefaturas (“miembros del poder ejecutivo y de los cuerpos legislativos y personal directivo de la administración pública y de empresas”), según sexo donde sólo el 24,6% de estos puestos son ocupados por mujeres. A su vez, se puede comprobar la segregación horizontal del mercado laboral en los altos cargos, pues un 23,9% de las mujeres en estas posiciones trabaja en el sector enseñanza (directoras de colegio, jefas de UTP o de carrera, entre otras ocupaciones). Las brechas salariales que existen entre ambos sexos, por su parte, son de gran relevancia en tanto existen en todos los sectores económicos y ocupaciones, siendo negativas para las mujeres. Los datos demostraron que las mujeres en Chile presentan mayor capital humano que los hombres, al menos en lo que se refiere a la educación formal, pues las encuestas analizadas no permiten conocer de forma directa las capacitaciones que trabajadores y trabajadoras reciben a lo largo de su desempeño profesional. Así, aun cuando ellas poseen un capital humano mayor que el de los hombres, en promedio sus remuneraciones son más bajas, situación producida en parte porque acceden en menor medida a posiciones de poder dentro de las organizaciones donde se desempeñan. El enfoque del capital humano es de gran relevancia para ser utilizado en el análisis de brechas, pues, si bien es evidente que a mayor capital humano mayor remuneración, en el caso de las mujeres a igual o superior capital humano que sus pares varones, en promedio, reciben salarios menores. Esta situación reflejaría problemas de subutilización de capital humano y sus consecuencias negativas sobre la productividad del país (INE, 2015). Una de las principales muestras de vulneración de los derechos de este grupo de la población es la violencia que se ejerce contra las mujeres por el solo hecho de ser mujeres. De acuerdo a ONU Mujeres, el 35% de las mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida (OMS, 2013). Nos referimos a diversas formas de violencia, tales como: a. La mutilación genital femenina: se estima que 200 millones de niñas y mujeres han sufrido algún tipo de mutilación o ablación genital femenina en 30 países (Unicef, 2016). b. Matrimonios forzados: a nivel mundial, más de 700 millones de mujeres se casaron siendo niñas, esto es con menos de 18 años de edad. De esas mujeres, más de una de cada tres -o bien unas 250 millones- se casaron antes de cumplir los 15 años (Unicef, 2014). c. La trata: las mujeres adultas representan prácticamente la mitad de las víctimas de trata de seres humanos detectada a nivel mundial. En conjunto, las mujeres y las niñas representan cerca del 70%, siendo las niñas dos de cada tres víctimas infantiles de la trata. d. Laviolación:quehasidousadacomounatácticageneralizadaenlasguerras modernas. Según estimaciones conservadoras, entre 20.000 y 50.000 mujeres habrían sido violadas durante la guerra de Bosnia y Herzegovina en el período 1992-1995, cifra que se disparó hasta las 250.000-500.000 durante el genocidio que vivió Ruanda en 1994 (ONU, 2014). e. Acoso sexual: en los países de la Unión Europea, entre un 40 y un 50% de las mujeres sufren insinuaciones sexuales no deseadas, contacto físico u otras formas de acoso sexual en el trabajo (Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, 2014). f. Femicidio/feminicidio:deacuerdoadatosdelaCepal,enlaregión,almenos 12 mujeres son asesinadas diariamente por el hecho de ser mujeres (2016). Además, recientes informes dan cuenta de un aumento en el número de los femicidios en la región (ONU, 2016). Violencia de género: violencia contra las mujeres c)
  • 16. BIBLIOGRAFÍA BIBLIOGRAFÍA 30 31 PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO PLAN DE FORMACIÓN EN GÉNERO NIVEL BÁSICO BASES CONCEPTUALES/ COMPRENDIENDO EL GÉNERO • FEMENÍAS, María Luisa y SOZA, Paula (2009): “Poder y violencia sobre el cuerpo de las mujeres”, en SociologÍas, Porto Alegre, ano 11, nº 21, jan./jun., p. 42-65. • Fundación Víctor Grífols i Lucas (2013): La ética del cuidado. Carol Giligan. Cuadernos de la Fundació Víctor Grífols i Lucas No 30. Barcelona: Fundació Víctor Grífols i Lucas • INE (Instituto Nacional de Estadísticas) (2016) Encuesta Nacional Sobre Uso del Tiempo (ENUT 2015). Santiago: INE. • ___ (2015). Mujeres en Chile y mercado del trabajo: Participación laboral femenina y brechas salariales. Santiago: INE. • LAGARDE Marcela (1990). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. México, D.F: Universidad Nacional Autónoma de México. • LAMAS, Marta. (1999). 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