Este documento describe los abscesos anorrectales, incluyendo su definición, epidemiología, etiología, clasificación, síntomas, diagnóstico y tratamiento. Los abscesos anorrectales son colecciones purulentas localizadas en la región anal y rectal que pueden drenar a través de la piel perianal o mucosa rectal. El tratamiento de elección es la incisión y drenaje para evitar infección crónica. El tipo de absceso determina si el drenaje se realiza en consultorio, emergencias o qu
2. DEFINICION
El absceso es una colección purulenta localizada en
alguna de las regiones vecinas del ano y recto que
pueden vaciar su contenido a través de un orificio
situado en la piel perianal o en la mucosa rectal.
Por lo que los abscesos anorrectales y las fístulas
anorrectales constituyen un padecimiento asociado y
evolutivo, el primero como la forma aguda y el
segundo como la fase crónica.
3. EPIDEMIOLOGIA
Mayor incidencia en la tercera y cuarta décadas de la vida.
Mayor frecuencia en hombres que en mujeres (de 2:1 a 3:1).
Mayor incidencia durante las estaciones de primavera y verano.
Los abscesos perianales se presentan también en infantes, en este grupo de edad
generalmente el drenaje simple es suficiente para resolver esta condición,
requiriéndose rara vez de alguna intervención quirúrgica.
Aproximadamente 30% de los pacientes tienen historia previa de abscesos
similares que resolvieron espontáneamente o requirieron intervención quirúrgica.
4. ETIOLOGIA
Teoría del origen criptoglandular, la cual señala que la cripta anal sufre una infección y se obstruye,
con la participación generalmente de enterobacterias.
En los abscesos que se originan en la piel perianal, las infecciones pueden ser desencadenadas por
otros grupos de bacterias como el Staphylococcus.
Agente causal:
1. Escherichia coli
2. Estreptococos
3. *Estafilococos aureus
4. Bacterioides.
Causas secundarias:
Fisura, hematomas, hemorroides,
cirugías, abscesos pélvicos, E.
Crohn, traumatismos, tumores,
TB, cuerpo extraño…
5. Primarios o
inespecificos
• Origen criptoglandular
Secundarios o
especificos
• Relacionados con otras enfermedades, como la enfermedad de
Crohn, tuberculosis, traumatismos, cirugía anorrectal previa, cáncer
anal o rectal, radiación, linfomas, leucemias
Abscesos
pelvirectales
• Descartar otras alteraciones como la salpingitis o enfermedad
diverticular complicada
El 90 % de los abscesos son de
origen criptoglandular.
9. CLASIFICACION
De acuerdo con el espacio perirrectal comprometido
El más frecuente es el perianal, seguido por el isquiorrectal.
Los menos frecuentes son los supra-elevadores.
Perianal
Isquiorrectal
Interesfintérico
Submucosos
Posanal profundo
Supraelevador
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13. SINTOMAS
DOLOR
Síntoma principal y común a todos los abscesos
Aparición lenta y gradual
Su Intensidad se incrementa hasta sensación de presión y plenitud
Por lo general es muy intenso e incapacitante, de tipo punzante y que se intensifica al sentarse, deambular,
toser o estornudar.
Fiebre
Los hallazgos del examen físico varían de acuerdo con su localización anatómica.
Se puede presentar una zona de inflamación dolorosa, con hipertermia e hiperemia local; también se
puede agregar supuración transanal, fiebre y rectorragia.
14. SINTOMAS
El estado general no se encuentra afectado, a menos que coexistan otras enfermedades como diabetes
o estados de inmunosupresión; en estos enfermos la evolución es muy rápida y grave pudiendo
extenderse en todo el periné, dando lugar a una gangrena de Fournier, que puede poner en riesgo la
vida del paciente.
Dolor intenso acompañado de síntomas urinarios puede sugerir un absceso Interesfintérico o
Supraelevador.
15. Es la forma de mayor frecuencia.
Representa el 50% de todos los abscesos anorrectales.
Clínicamente se manifiesta por :
Sensibilidad
Inflamación localizada
Hiperemia
Induración
Proctalgia intensa que se exacerba con la defecación y la posición sentada.
Fiebre
Absceso Perianal
Examen físico: Zona tumefacta, eritematosa e indurada
en margen anal.
18. Absceso isquiorrectal
Segundos en frecuencia
Se manifiestan por la presencia de una zona
indurada, dolorsa y eritematosa en la región
glútea baja
Dolorosos, puede existir o no fluctuación.
La presencia de fiebre y leucocitosis es más
frecuente
Existe una variedad: absceso Isquiorrectal en
herradura
RODRIGUEZ, Ulises, Abscesos y fístulas anorrectales, 2013
20. Absceso Interesfinteriano
Se inicia en la cripta, pero se disemina
ascendentemente por plano Interesfinteriano.
No hay manifestación externa
El dolor puede ser la única sintomatología
Dolor y fiebre variable.
Tacto rectal: masa en pared del recto con salida de
pus.
Debido al dolor, algunas veces se requiere el
examen bajo anestesia para identificar el absceso.
RODRIGUEZ, Ulises, Abscesos y fístulas anorrectales, 2013
21. Absceso supraelevador
Apenas el 5% de todos los abscesos
Puede tener un origen críptico o ser una extensión de un absceso Interesfinteriano o secundario a
patología intrabdominal o pélvica (apendicitis, diverticulitis, EPI o ruptura de víscera)
Dolor, fiebre, leucocitosis
Sensación de peso en el recto.
Tenesmo.
Masa pélvica por examen rectal o vaginal.
Complicación: rompimiento a vagina,
recto y otros abscesos.
RODRIGUEZ, Ulises, Abscesos y fístulas anorrectales, 2013
23. Absceso Posanal
La extensión de un absceso Interesfintérico en la línea media posterior conduce a la acumulación de
material purulento en el espacio Posanal profundo.
Difícil de explorar clínicamente por lo que se le llama absceso oculto.
A la inspección no hay cambios en la piel.
Sensibilidad posterior al ano y anterior al cóccix.
24. Absceso en herradura: Extensión directa de un absceso Posanal dentro del espacio isquiorrectal,
unilateral o bilateral.
Absceso en herradura
25.
26. DIAGNOSTICO
Interrogatorio.
Colocar al paciente en una
posición que permita una
inspección y una palpación
adecuadas.
Exploración proctológica: Iniciar
con la inspección de la región
perianal, perineal, glúteos y región
sacrococcígea; por lo general se
observa una tumefacción con
hiperemia local.
27. DIAGNOSTICO
A la palpación puede haber hipertermia y la
tumefacción puede ser fluctuante y muy dolorosa.
Durante el tacto rectal se deben buscar puntos de
abombamiento y dolor en el conducto anal y parte
baja del recto; en ocasiones el guante sale manchado
con material purulento.
Anoscopía permite observar la cripta afectada
drenando al nivel de la línea dentada.
28. Ultrasonido Endoanal.
La ecografía puede delinear la anatomía muscular de los
esfínteres anales en relación con un absceso o una fístula.
Los trayectos fistulosos y los abscesos aparecen como defectos
hipoecoicos dentro de los elementos musculares del conducto
anal.
La apertura interna no se identifica con claridad.
Puede pasar por alto trayectos superficiales, extraesfintericos,
supraesfintericos o supraelevadores.
La utilización de peróxido de hidrogeno inyectado en las
fistulas como realzador de imagen lo hace mas preciso.
29. Se ha demostrado que la RM muestra mejores resultados que
el US para el diagnostico de fistulas y abscesos anorrectales.
Mejor definición anatómica.
Mayor concordancia entre la imagen y hallazgos operatorios.
Trayectos superficiales, extraesfintericos, supraesfintericos o
supraelevadores.
Resonancia magnética
30. Diagnostico Diferencial
Como diagnósticos diferenciales se deben considerar:
Hidradenitis supurativa.
Quistes pilonidales con extensión caudal.
Osteomielitis de los huesos pélvicos (especialmente, fracturas abiertas del isquion).
Fístulas uretroperineales.
Quistes retrorrectales fistulizados.
Carcinoma escamoso de ano.
31.
32. Absceso Anorrectal
El absceso anorrectal constituye una emergencia y el tratamiento de elección es la incisión y el drenaje,
no hay lugar para tratamiento conservador ya que una demora puede terminar en infección crónica y
destrucciñon del tejido.
El estado del paciente y el tipo de absceso determinan si se realiza drenaje en el consultorio,
emergencias o quirófano.
Se emplean antibióticos solo en circunstancias especiales como:
Cardiópatas con prótesis valvular.
Celulitis Extensa
Diabéticos
Pacientes inmunosuprimidos
Sepsis sistémica.
33. Drenaje bajo anestesia local.
Los de mayor tamaño se drenan en quirófano.
Se realiza una incisión en forma de cruz sobre e punto mas
doloroso o fluctuante tan cerca de borde anal como sea
posible.
Por lo general se cortan los bordes de la piel para evitar una
coaptación temprana, sellando de forma prematura y
recurrencia.
Drenaje continuo de grandes cavidades mediante un catéter
Pezzer de 3 a 5 mm.
Absceso perianal
Schwartz, Principios de cirugía, 9º edición
34. Absceso isquiorrectal
Drenaje a través de incisión suprayacente
Los en herradura requieren drenaje de espacio Postanal
profundo con incisiones en uno o ambos espacios
isquiorrectales.
Los abscesos isquiorrectales unilaterales se pueden
drenar mediante una incisión simple o varias
contraincisiones sobre el área inflamada tan cerca del
ano como sea posible.
Se puede emplear catéter de Pezzer para mejorar el
drenaje.
Schwartz, Principios de cirugía, 9º edición
35. Absceso Interesfinteriano
El tacto rectal permitirá palpar una masa en la
pared del recto con salida de pus a la expresión.
El tratamiento se efectúa por por vía endorrectal.
Esfinterotomía interna limitada, resecando el
absceso junto con la zona de la cripta.
Fistulotomía por destrucción de la glándula anal
que la provoca.
Marsupializar los bordes de la herida.
Los bordes de la herida se suturan con fines
hemostáticos, pero la misma debe quedar abierta.
37. Absceso submucoso
Se drenan en forma interna al
incidir la mucosa por encima de
estos.
Se marsupializan los bordes de la
herida
No están indicados el
empaquetamiento de la herida ni
catéter de drenaje.
38. • La localización anatómica del origen del absceso es
fundamental para el manejo.
• Si es secundario a extensión de fistula transesfintérica se
drena transrectalmente.
• Si es secundario a un absceso Isquiorrectal se drena por la
fosa isquioanal homónima.
• Si es secundaria a causa intraabdominal se debe tratar la
causa suprayacente y se drena a través de la vía más
directa, transrectal o transabdominal.
Absceso supraelevador
Schwartz, Principios de cirugía, 9º edición
39. Absceso Postanal profundo
Técnica de Hanley.- Drenaje por medio de una Incisión profunda
en la línea media posterior, se seccionan todos los músculos fijados
al cóccix, el esfínter externo superficial y el borde inferior del
esfínter interno.
Actualmente.- Esfinterotomía interna distal parcial con fistulotomía
con destrucción de la glándula anal en la línea dentada.
Puede requerir anestesia general o regional
Se aconseja colocar un tapón para evitar recidiva
RODRIGUEZ, Ulises, Abscesos y fístulas anorrectales, 2013
40. Absceso en herradura
Se realizan una o varias incisiones secundarias en la piel
por encima del espacio isquiorectal.
Se pueden colocar drenajes blandos para salida de
material purulento.
En 1878 Chiari postuló la teoría del origen criptoglandular, la cual señala que la cripta anal sufre una infección y se obstruye, con la participación generalmente de enterobacterias. En los abscesos que se originan en la piel perianal, las infecciones pueden ser desencadenadas por otros grupos de bacterias como el Staphylococcus.
La mayoría de los abscesos anorrectales tienen un origen criptoglandular (90 a 97%). Las criptas anales pueden obstruirse por traumatismos, cuerpos extraños o materia fecal.2
De acuerdo con el espacio que afectan: interesfintéricos, perianales isquiorrectales, submucosos, pelvirrectales, o bien, puede haber afectación de más de un espacio, como ocurre en los abscesos en herradura.
El interrogatorio y la exploración proctológica son fundamentales.
Para la exploración el paciente debe ser colocado en una posición que permita una inspección y una palpación adecuadas.
Iniciar con la inspección de la región perianal, perineal, glúteos y región sacroccígea; por lo general se observa una tumefacción con hiperemia loca.
A la palpación puede haber hipertermia y la tumefacción puede ser fluctuante y muy dolorosa.
Durante el tacto rectal se deben buscar puntos de abombamiento y dolor en el conducto anal y parte baja del recto; en ocasiones el guante sale manchado con material purulento.
Anoscopia permite observar la cripta afectada drenando al nivel de la línea dentada.
En la actualidad el ultrasonido endoanal y endorrectal, la tomografía computada y la resonancia magnética, permiten evaluar la extensión y profundidad de los abscesos
El absceso anorrectal constituye una emergencia y el tratamiento de elección es la incisión y el drenaje; en el caso de abscesos perianales o isquiorrectales que son palpables y presentan fluctuación se puede realizar una incisión con anestesia local en forma radiada y lo más cercano posible a la apertura anal, ya que en caso de que se desarrolle una fístula, ésta se presentará con un trayecto corto y más fácil de resolver;7 cuando el absceso anorrectal no es palpable en la región perianal y el paciente refiere dolor intenso durante la exploración, se recomienda el tratamiento bajo anestesia y en el quirófano, en este caso se realiza el destechamiento del absceso con la resección de la cripta primaria, también se recomienda la exploración digital del absceso para evitar dejar septos internos. Cuando existen abscesos supraelevadores es conveniente descartar que no estén originados por un proceso intraabdominal. Los antibióticos sólo están indicados en los casos en los que la infección de tejidos blandos es extensa y abarca el periné u otras regiones más distales al sitio inicial de la infección; también se indican en pacientes con enfermedad valvular cardiaca, con prótesis óseas, diabéticos, inmunocomprometidos, y en enfermos con SIDA. En estos casos se recomienda el empleo de antibióticos de amplio espectro tanto para aerobios como para anaerobios, y durante un lapso de siete días después del drenaje amplio del proceso infeccioso.1 La principal complicación del drenaje de un absceso anorrectal es la formación de una fístula, que se presenta en 60% de los casos.
Drenaje continuo de grandes cavidades mediante un catéter Pezzer de 3 a 5 mm. No en submucosos ni interesfintericos