El documento presenta tres secciones de la vida y el ministerio del profeta Jeremías: 1) Jeremías denuncia el pecado de Judá y enseña sobre la necesidad de confiar en Dios. 2) Los hombres de Anatot conspiran para matar a Jeremías. 3) Jeremías lamenta ante Dios la prosperidad de los impíos mientras él sufre oposición.
4. “¿QUÉ ES LO QUE HA
SIDO HECHO? Lo mismo
que se hará; y nada hay
nuevo debajo del sol”
(Ecl. 1:9).
¿Nada nuevo bajo el sol?
Esto es especialmente
cierto cuando se refiere a
la vida y la obra de los
profetas de Dios, que mu-
chas veces fueron llama-
dos para entregar palabras de advertencia y reprensión a quienes
deberían haber sabido mejor. Aunque trataban de ser fieles a su
llamamiento, los profetas en su mayor parte afrontaron oposición
ardiente, incluso duras retribuciones, a menudo de los líderes
espirituales, que deberían haber sido los primeros en escucharlos.
5. No es extraño que
Jesús dijera: “¡Ay de
vosotros, escribas y
fariseos, hipócritas!
porque edificáis los
sepulcros de los pro-
fetas, y adornáis los
monumentos de los
justos, y decís: Si hu-
biésemos vivido en
los días de nuestros
padres, no hubiéra-
mos sido sus cómpli-
ces en la sangre de los profetas” (Mat. 23:29, 30). Esta semana
comenzaremos a considerar las pruebas que pasó Jeremías,
cuyo ministerio parece consistir en nada más que reprensión y
retribución: él da la reprensión, los líderes le dan la retribución.
6. El
mensaje
de
Jeremías
• Los dos caminos (Jeremías 17:5-10)
• La denuncia del pecado (Jeremías 17:1-4)
La
respuesta
al
mensaje
• El ataque al profeta (Jeremías 11:18-23)
• El lamento del profeta (Jeremías 12:1-5)
La
respuesta
divina • La sequía (Jeremías 14:1-10)
7. • «Así ha dicho Jehová:
Maldito el varón que
confía en el hombre,
y pone carne por su
brazo, y su corazón se
aparta de Jehová»
(Jeremías 17:5)
• «Será como la
retama en el
desierto, y no verá
cuando viene el bien,
sino que morará en
los sequedales en el
desierto, en tierra
despoblada y
deshabitada»
(Jeremías 17:6)
• «Bendito el varón
que confía en Jehová,
y cuya confianza es
Jehová» (Jeremías 17:7)
• «Porque será como el
árbol plantado junto
a las aguas, que
junto a la corriente
echará sus raíces, y
no verá cuando viene
el calor, sino que su
hoja estará verde; y
en el año de sequía
no se fatigará, ni
dejará de dar fruto»
(Jeremías 17:8)
«Engañoso es el
corazón más que todas
las cosas, y perverso;
¿quién lo conocerá?»
(Jeremías 17:9)
Solo hay dos caminos:
o ponemos nuestra
confianza en Dios, o
no lo hacemos.
¿Qué confianza
podemos tener, aún
en nosotros mismos,
si nuestro propio
corazón nos engaña?
8. ¿Cómo puedes aprender a confiar en
Dios más de lo que has confiado hasta
ahora?
¿De qué modo puedes vivir por fe,
ahora mismo, y hacer lo que es correcto
antes los ojos de Dios?
REFLEXIÓN
9. «El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con
punta de diamante; esculpido está en la tabla de su
corazón, y en los cuernos de sus altares» (Jeremías 17:1)
El mal, como cincel de hierro, esculpe el
pecado en nuestros corazones de piedra.
Con cada pecado, la marca se hace más
clara y contamina todas nuestras
acciones (los cuernos del altar).
Al denunciar el pecado de Judá, Jeremías
hace un llamado al arrepentimiento; a
aceptar el amor de Dios (Jeremías 31:3).
Cuando dejamos que Dios actúe sobre
nuestro corazón ocurre un cambio
extraordinario:
«siendo manifiesto que sois carta de
Cristo expedida por nosotros, escrita
no con tinta, sino con el Espíritu del
Dios vivo; no en tablas de piedra, sino
en tablas de carne del corazón»
(2ª de Corintios 3:3)
10. LA ADVERTENCIA A JEREMÍAS
“Y esta es la conde-
nación: que la luz vino
al mundo, y los
hombres amaron más
las tinieblas que la luz,
porque sus obras eran
malas” (Juan 3:19).
La triste historia de Jeremías es que la oposición que afrontó provino
de los mismos que, por medio de él, Dios estaba tratando de salvar.
Dios quería evitarles el desastre que ciertamente vendría. El
problema, sin embargo, es que la gente a menudo no
quiere oír lo que necesita oír, porque va en contra de
sus deseos pecaminosos y corruptos.
11. Lee Jeremías
11:18 al 23.
¿Qué sucede
aquí? ¿A qué
nos recuer-
dan algunas
de esas
imágenes?
Aunque en el antiguo Israel los que profetizaban falsamente en el
nombre de Dios podían afrontar la muerte, en este caso no hay
indicación de que los hombres de Anatot pensaran que Jeremías
estuviera hablando falsamente. En cambio, parece que ellos solo
querían silenciarlo. No deseaban escuchar lo que él tenía para
decir. Aunque el texto no explica cómo pensaban matarlo, algunos
eruditos piensan que podrían haber planeado envenenarlo.
12. Como ya vimos, Anatot era el pueblo natal de Jeremías, y
su gente estaba rechazando su mensaje hasta el punto de
estar dispuesta a matarlo. Sin embargo, esto solamente
era el comienzo de un rechazo mucho más amplio de
todo el “remanente” de su propia nación.
13. Por supuesto, todo esto,
incluyendo la imagen
del “cordero llevado al
matadero”, evoca el
sacrificio de Jesús.
En un sentido, Jeremías
prefiguró a Cristo, no
como un tipo (como los sacrificios de animales), sino en
que él, como Jesús, enfrentó una fuerte oposición de los
mismos a quienes trataba de ayudar. Esta situación en la
vida de Jeremías recuerda decididamente lo que Jesús
también pasó durante los comienzos de su ministerio
(Luc. 4:14-30).
14. ¿Cuándo fue la última vez que oíste algo
que sabías que era correcto, pero
sencillamente no querías escuchar?
¿Cuál fue tu reacción inicial?
En casos como este,
¿por qué necesitamos aprender a tomar
nuestra cruz?
REFLEXIÓN
15. «Cuando Jesús habla de un nuevo
corazón, se refiere a la mente, a la
vida, a todo el ser. Tener un cambio
de corazón quiere decir apartar los
afectos de este mundo y aferrarse
de Cristo. Tener un nuevo corazón
es tener nueva mente, nuevos
propósitos, nuevos motivos. ¿Cuál
es la señal de un nuevo corazón?: una vida
nueva. Hay una muerte diaria y de cada hora al
egoísmo y al orgullo»
E.G.W. (Hijos e hijas de Dios, 3 de abril)
16. «Y yo era como cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía que
maquinaban designios contra mí, diciendo: Destruyamos el árbol con su fruto,
y cortémoslo de la tierra de los vivientes, para que no haya más memoria de su
nombre» (Jeremías 11:19)
Al igual que los ciudadanos de Nazaret
intentaron matar a Jesús, los hombres de
Anatot intentaron matar a Jeremías para
impedir que siguiera profetizando.
Mientras denunciaba el pecado de Judá,
Jeremías confiaba en que su familia, y sus
hermanos, los sacerdotes, le apoyarían.
Pero Dios le tuvo que mostrar que eran
precisamente sus más allegados los que
deseaban su muerte.
Cuando Jeremías se enteró de la
conspiración contra él, comenzó a
comprender la actitud de aquellos que no
quieren corregir sus pecados.
17. EL LAMENTO DEL PROFETA
«Justo eres tú, oh Jehová, para que yo dispute contigo; sin embargo,
alegaré mi causa ante ti. ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos,
y tienen bien todos los que se portan deslealmente?» (Jeremías 12:1)
Habían atentado contra su vida; nadie quería
escucharle. Jeremías estaba haciendo la voluntad de
Dios, pero eran los pecadores los que prosperaban,
mientras él padecía.
Al igual que el salmista (Salmo 73), Jeremías
interroga a Dios sobre esta injusticia.
¿Cómo podemos aprender a confiar en Dios a pesar
de todas las cosas que ocurren, que parecen no tener
sentido para nosotros?
«Si corriste con los de a pie, y te cansaron,
¿cómo contenderás con los caballos? Y si en la
tierra de paz no estabas seguro, ¿cómo harás
en la espesura del Jordán?» (Jeremías 12:5)
La respuesta de Dios a Jeremías parece dura, pero es en sí
una promesa: si mantienes tu confianza, te daré fuerzas
para soportar dificultades mayores.
18. «Dios permite que los malvados
prosperen y manifiesten su ene-
mistad contra él, para que cuan-
do hayan llenado la medida de
su iniquidad, todos puedan ver
la justicia y la misericordia de
Dios en la completa destrucción
de aquellos. Pronto llega el día de la venganza
del Señor, cuando todos los que hayan
transgredido su ley y oprimido a su pueblo
recibirán la justa recompensa de sus actos;
cuando todo acto de crueldad o de injusticia
contra los fieles de Dios será castigado como
si hubiera sido hecho contra Cristo mismo»
E.G.W. (El conflicto de los siglos, pg. 45)
19. ¿Cómo podemos aprender a confiar
en Dios a pesar de todas las cosas
que ocurren, que parecen no tener
sentido para nosotros?
REFLEXIÓN
20. EL PROBLEMA
«Porque se
resquebrajó la tierra
por no haber llovido
en el país, están
confusos los
labradores, cubrieron
sus cabezas»
(Jeremías 14:4)
LA ORACIÓN
«Aunque nuestras iniquidades
testifican contra nosotros, oh
Jehová, actúa por amor de tu
nombre; porque nuestras
rebeliones se han
multiplicado, contra ti hemos
pecado» (Jeremías 14:7)
LA RESPUESTA
«Me dijo Jehová: No
ruegues por este pueblo
para bien. Cuando ayunen,
yo no oiré su clamor, y
cuando ofrezcan holocausto
y ofrenda no lo aceptaré…»
(Jeremías 14:11-12)
¿Por qué no quiso Dios escuchar la
intercesión del profeta? Aunque
Jeremías entendía la raíz del proble-
ma (el pecado), el pueblo rogaba
solamente para librarse del problema
en sí (la sequía). No había arre-
pentimiento sincero, ni deseo de
cambiar. No podemos pretender tener
el favor de Dios y vivir apartados de Él.
21. En ocasión de una catástrofe
natural como esta, era la
costumbre ir al Templo de
Jerusalén (Joel 1:13, 14; 2:15-
17) para ayunar y traer
ofrendas a Dios. Jeremías vio
la ansiedad de la gente, pero
sabía que no buscaban a Dios,
sino solo agua. Esto entristecía
a Jeremías. Él también oraba,
no por agua, sino por la
misericordia y la presencia de
Dios.
22. Jeremías entendía que esto
era solo el comienzo de las
aflicciones que vendrían.
Dios veía los corazones de
la gente, y sabía que si
retiraba la sequía el arre-
pentimiento desaparecería.
La gente hacía lo posible tra-
tando de cambiar esa situa-
ción: iba a Jerusalén,
ayunaba, oraba, vestía ropa
de luto y llevaba ofrendas, pero se olvidaba de lo más
importante, que era el verdadero arrepentimiento. Estaban
procurando eliminar los resultados del problema, y no el
problema, su pecado.
23. «El pecado se liga a cada
aspecto de la existencia
humana y la satura.
Jeremías experimentó
esto en forma drástica
cuando amenazaron su
propia vida por causa del
mensaje que predicaba. Le
contó a Dios sus luchas de
fe, y Dios le dio una nueva
perspectiva: ¡tú puedes
correr con caballos!»
24. APLICACION
• ¿Qué dice la Biblia acerca de las
pruebas en el ministerio de Jeremías?
• El pecado se liga a cada aspecto de
la existencia humana y la satura.
Jeremías le contó a Dios sus luchas
de fe y Dios le dio una nueva
perspectiva.