1.- EL ESPÍRITU CREADOR SANA EL CORAZÓN ENFERMO
2.- CUATRO ACTITUDES EVANGELIZADORAS PARA CONMOVERNOS Y MOVERNOS
2.1.- MIRAR AL ENFERMO. COMPROMISO DE OJOS Y CORAZÓN ABIERTOS A LA SOLIDARIDAD.
2.2.- ESCUCHAR AL ENFERMO. COMPROMISO DE ESCUCHA Y EMPATÍA.
2.3.- ACOMPAÑAR AL ENFERMO. COMPROMISO DE ANIMAR, ALEGRAR, PACIFICAR.
2.4.- COMPARTIR CON EL ENFERMO. COMPROMISO DE ACOGIDA Y CERCANÍA, DE GRATUIDAD.
4. “El Espíritu del Señor
está sobre mí,
me ha ungido para…”
El Espíritu Santo es el artífice
misterioso (creador)
de esta historia de amor del
voluntariado junto a los enfermos.
“Quiero sacar de ti tu mejor tú,
ese que tú no viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo”
(Pedro Salinas).
5. • Hace salir de sí, empuja, hacia el
hermano enfermo
Frente a la cultura del descarte y la indiferencia.
“Los enfermos son los destinatarios
privilegiados del Evangelio y la evangelización
dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino
que Jesús vino a traer. Nunca los dejemos solos”
(EG 48).
“Porque estuve enfermo y me visitasteis”
(Mt 25,36).
6. • El Espíritu está entre nosotros.
Todavía no es demasiado tarde; vivimos
rodeados de enfermos de todo tipo, a los que
les alcanza el miedo y se les apaga la alegría
de vivir.
Cada instante, aquí y ahora, es una nueva
oportunidad para abrirnos a la vida nueva,
para dejar atrás al hombre viejo y salir de un
egocentrismo que encadena.
7. • El corazón.
“Lo que más hay que cuidar es el corazón”
(GE 84).
El Espíritu nos pide una entrega a los enfermos
que brote del corazón.
8. • El Espíritu ser sirve de nuestra
pequeñez
“Sí, tengo muchas debilidades humanas, muchas,
muchas miserias humanas… Pero él baja y nos
usa, a ti y a mí, para ser su amor y su compasión
en el mundo, a pesar de nuestros pecados, a
pesar de nuestras miserias y defectos. Él depende
de nosotros para amar al mundo y demostrarle lo
mucho que lo ama. Si nos ocupamos demasiado
de nosotros mismos, no nos quedará tiempo para
los demás” (GE 107).
9. - De la superficialidad a la hondura.
Para comprendernos desde la raíz, para bucear
en la dignidad del ser humano.
No a la acedia egoísta.
Desafíos del Espíritu:
10. - De la pasividad a la creatividad.
Para encontrar en todo belleza, sin miedo al
vértigo de crear vida para los que sufren.
Los gestos gratuitos de donación son la vía más
creíble para la evangelización.
No al pesimismo estéril.
11. - Del individualismo a la comunión.
Nuestra vida es algo compartido, nuevos vínculos,
y ahí está la magia y la gracia.
La Iglesia mantiene vivo en su corazón el recuerdo
de los que sufren.
Ubuntu: ¿Cómo puedo yo ser feliz si tú no lo eres?
Sí a las relaciones nuevas que genera el Espíritu.
12. 2.1.- MIRAR AL ENFERMO
2.2.- ESCUCHAR AL ENFERMO
2.3.- ACOMPAÑAR AL ENFERMO
2.4.- COMPARTIR CON EL ENFERMO
13. • Al estilo de Jesús
Que se detiene en la explanada
del tempo para mirar y se fija en
una pobre viuda que echa en el
cepillo del templo unos
céntimos.
El gesto de aquella mujer es para
él una presencia alentadora en
su camino de entrega.
2.1.- MIRAR AL ENFERMO
14. • Cruzar despacio el paisaje
Los voluntarios aprenden a mirar, detienen el
paso, dejan de lado la ansiedad para mirar a los
ojos y escuchar.
Renuncian a las prisas para acompañar al que se
quedó al costado del camino.
No quieren que ningún enfermo se quede sin
samaritano.
“Al paso de mis niños veo pájaros, veo flores, veo
grúas… que si voy sola y apurada no veo nada”
(Una madre de familia).
15. • No mirar hacia otra parte
“El mundano ignora, mira hacia otra parte
cuando hay problemas de enfermedad o de
dolor en la familia o a su alrededor.
El mundo no quiere llorar: prefiere ignorar las
situaciones dolorosas, cubrirlas, esconderlas.
Se gastan muchas energías por escapar de las
circunstancias donde se hace presente el
sufrimiento, creyendo que es posible disimular
la realidad, donde nunca, nunca, puede faltar la
cruz” (EG 75).
16. • La vida de colores
“La vida tiene sentido
sonriendo al otro en su
dolor, comprendiendo la
angustia ajena, aliviando a
los demás. Siente que el
otro es carne de su carne,
no teme acercarse a tocar
su herida, se compadece
hasta experimentar que
las distancias se borran”
(EG 76).
17. • Al estilo de Jesús,
que oye al ciego
mendigo gritar al
borde del camino y lo
escucha con atención.
2.2.- ESCUCHAR AL ENFERMO
18. • Escuchar el Evangelio
Los voluntarios evangelizan si se dejan evangelizar.
Para ello, es indispensable que la Palabra de Dios
«sea cada vez más el corazón de toda actividad
eclesial» (EG 174).
19. • El enfermo te libera
«Para liberarte de ti mismo lanza un puente más
allá del abismo que tu egoísmo ha creado.
Intenta ver más allá de ti mismo. Intenta
escuchar a algún otro, y, sobre todo, prueba a
esforzarte por amar en vez de amarte a ti solo»
(Hélder Cámara).
20. • Ejercitarnos en el arte de escuchar
Que es más que oír.
Para llegar a la plena asimilación del misterio.
La escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la
palabra oportuna que nos desinstala de la
tranquila condición de espectadores.
Es preciso dar tiempo, con una inmensa
paciencia.
“El tiempo es el mensajero de Dios” (Pedro
Fabro). (EG171).
21. • Cada enfermo esconde un misterio
dentro
“Descálzate porque el terreno que pisas es santo”.
Necesita comprensión y ternura. Hacen falta
muchas horas de acompañamiento hasta que
llegue el momento de compartir pensamientos y
emociones y la persona enferma recupere la
esperanza.
escultura
22. • Efetá: ábrete
Con el enfermo es muy importante el valor de la
conversación, el valor del silencio, siempre el
valor del respeto. Hay personas cuya principal
necesidad es la escucha, no buscan consejos, ni
a mí me pasó… Solo desean que alguien les
escuche. La mayoría necesita un oído para
contar cosas.
La enfermedad aísla, encierra al enfermo en su
mundo, de ahí la necesidad de hacerles sentir
que no están solos, de abrir sus ventanas a la
vida.
23. • Empatía
Que es mucho más que ponerse en
lugar del otro. Es capacidad de
comprender la vida de
la otra persona en su complejidad.
No pensar y sentir lo mismo.
“Acordaos de los presos como si
estuvierais presos con ellos; de los que
son maltratados como si estuvierais en
su carne” (Hb 13,2).
“De desconocidos que éramos nos
hemos hecho amigos por el diálogo”.
24. • Al estilo de Jesús
Que se hizo compañero de
camino de dos discípulos
que andaban muy
desorientados y tristes por
lo que había pasado. Nada
es más iluminador que
volver a las palabras de
Jesús.
2.3.- ACOMPAÑAR AL ENFERMO
25. • Acompañar a la persona en la
globalidad de su ser
Los enfermos que se dirigían a Jesús o que eran
presentados a él esperaban la curación física.
Pero era mucho más lo que recibían, porque
además de ser curados en el cuerpo, se sentían
acogidos y comprendidos, sanados de las heridas
interiores del pecado, iluminados por la fe,
insertados en la comunidad que los había
marginado, deseosos de dar testimonio a los
demás de su encuentro con Cristo.
26. • Creo en tu Dios
Hacer el camino en compañía para experimentar
el milagro de la ternura.
Darnos la fe en un gesto de gratuidad. Crea
misterio la vida que solo se explica si Dios está
en medio.
27. • Cada persona es digna de nuestra
entrega
“Cada uno es inmensamente sagrado y merece
nuestro cariño y nuestra entrega.
Si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor,
eso ya justifica la entrega de mi vida.
Es lindo ser pueblo fiel de Dios.
¡Y alcanzamos plenitud cuando rompemos las
paredes y el corazón se nos llena de rostros y de
nombres!” (EG 274).
28. • El tiempo teje despacio
La propia experiencia de haber sido acompañados
y curados nos enseña a ser pacientes con los
demás.
Hasta que se despierte el camino de la confianza.
El crecimiento de la persona acontece poco a
poco.
Ver juntos los caminos de la enfermedad origina
mucha luz.
29. • Al estilo de Jesús
Que recibe los cinco
panes y dos peces de un
niño y, con ellos,
comienza la gran fiesta
del compartir.
2.4.- COMPARTIR CON EL ENFERMO
30. • La recíproca pobreza
Cuando compartimos nos damos unos a otros la
pobreza que enriquece.
Todos nos necesitamos.
Tocamos a los enfermos (literalmente) y nos
dejamos tocar.
Al hacerlo, tocamos las profundidades de la vida.
Con expresiones tan sencillas como la caricia se
consigue que la otra persona se sienta querida.
31. • Somos alegría
¿Tenemos derecho a ser felices mientras otros
sufren?
Sí, si es una alegría solidaria, compasiva.
Es la alegría creativa de “llorar con los que lloran”
(Rm 12,15), porque el otro es parte mía.
32. • Amar gratis
El único criterio de actuación es el amor gratuito a
todos. ¿Por qué tanta gente vive insatisfecha?
Amar gratis cura la insatisfacción.
33. Los enfermos tienen mucho que
enseñarnos
Estamos llamados a ponerlos en el centro de la
Iglesia, a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles
nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus
amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a
recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere
comunicarnos a través de ellos.
Parafraseando a San Óscar Romero podemos
decir: “Me han hecho cristiano los enfermos”.
34. • Nunca me había regalado nadie una
flor
Entre dar cosas y darse hay una grandísima
diferencia. No somos mundos aislados, sino que
estamos ligados unos a otros.
La mendiga que comenzó a vivir
asombrada (Relato de Rilke).
35. • Darnos unos a otros la inspiración
para ir más allá de las expectativas
Porque mete más ruido un árbol que cae que
cien que crecen en silencio, “no queremos
olvidar a tantos que dan la vida por amor y
ayudan a muchos a curarse (cf EG 76).
“Quiero recordar a Teresa de Calcuta, un modelo
de caridad que hizo visible el amor de Dios por
los pobres y los enfermos” (Papa Francisco).
Vídeo: escena de Invictus.
36. • Palabras de aliento del Papa
Francisco:
“Vuestros servicios de voluntariado en las
estructuras sanitarias y a domicilio, que van desde
la asistencia sanitaria hasta el apoyo espiritual, son
muy importantes.
De ellos se benefician muchas personas enfermas,
solas, ancianas, con fragilidades psíquicas y de
movilidad.
Os exhorto a seguir siendo un signo de la presencia
de la Iglesia en un mundo secularizado”.
37. Señora de la vida,
esperanza nuestra,
salud de los enfermos,
Acompaña
al voluntariado
en la pastoral de salud
a anunciar con gozo
la Buena Noticia
de Jesús.