El documento describe la larga demanda del pueblo indígena Nasa para que todos los actores armados salgan de su territorio. El reclamo ha ido creciendo en fuerza durante el último año desde que el gobierno aumentó su presencia militar en respuesta a un ataque de las FARC. A pesar de haber logrado la salida de algunos grupos armados recientemente, los líderes indígenas reconocen las dificultades continuas de su lucha debido a la presencia estratégica de las FARC en la región y las
1. • VIEJO RECLAMO
• La demanda no es nueva: el pueblo nasa viene
exigiendo la salida de todos los actores armados de su
territorio desde hace tiempo.
• Y el reclamo empezó a adquirir mayor fuerza hace casi
exactamente un año, luego que el gobierno colombiano
decidiera responder a un anterior ataque contra la
estación de policía de Toribío aumentando
significativamente su presencia militar en la zona.
• El poblado ya había sido blanco de las Farc en
numerosas ocasiones: más de 600, según estimaciones
del anterior alcalde, Carlos Banguera.
• Pero el ataque de julio del año pasado fue presentado
por algunos como evidencia del supuesto resurgimiento
de las Farc durante el Gobierno del presidente Santos. Y
las autoridades decidieron reaccionar.
2. • El presidente está supuesto a anunciar un plan de consolidación que
llevaría a la región proyectos de desarrollo y programas sociales, que
ayuden a mantener a los pobladores lejos de las Farc y los cultivos ilegales.
• Las Farc, por su parte, también tienen sus razones para mantenerse en la
zona y desoír las demandas de los nasa.
• Después de todo, el norte del Cauca hace parte de un corredor estratégico
por el que circula parte de la droga que financia su lucha y la guerrilla
conoce esas montañas como la palma de su mano.
• Y por eso, a pesar del triunfo obtenido a inicios de la semana, el consejero
de la de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del
Cauca, Acin, está consciente de las dificultades de su lucha.
• "El problema es cómo aguantar, cómo resistir, cómo sostenernos", le dijo a
BBC Mundo.
• "Pero sabemos que es complicado. Seguro vendrán las amenazas de parte
y parte, como ya lo hemos visto ya en los últimos meses".
3. En los últimos treinta años los pueblos indígenas en Colombia se constituyen en
sujetos importantes en el desarrollo político del país, afirmación que adquiere
sentido al analizar el ordenamiento territorial y al explorar en la Constitución Política
el lugar que se le asigna a pueblos y culturas en la estructura estatal. En este período
grandes cambios se han producido en el reconocimiento territorial a los pueblos
indígenas, los cuales en la actualidad disponen de áreas resguardadas en un área
cercana al 27% del territorio nacional, en las que se ejerce relativa autonomía en el
ejercicio del gobierno indígena. De esta primera aproximación a la realidad indígena
pudiera deducirse que los pueblos indígenas gozan en Colombia de condiciones
ideales que garantizan la reproducción de sus culturas, pero la realidad enseña de
manera dramática todo lo contrario y el presente trabajo explora el universo de
conflicto y guerra en el que los pueblos indígenas hoy se debaten.
4. La investigación sobre Violencia
política contra pueblos indígenas en
Colombia, define como período
desde 1974 hasta el presente año
por dos razones, una es la
disponibilidad de fuentes que
permitan la reconstrucción de los
hechos y la segunda porque es en
esta fase cuando el indígena emerge
como sujeto del movimiento social e
interroga al Estado respecto a sus
derechos.
5. En la presente investigación se
entiende “por violencia
política, aquella ejercida como medio
de lucha político social con el fin de
mantener, modificar, substituir o
destruir un modelo de Estado o de
sociedad, o también, para destruir o
reprimir a un grupo humano por su
afinidad
social, política, gremial, racial, ideológ
ico o cultural, esté o no organizado.
Esta violencia se expresa entonces, en
una sociedad como la colombiana, a
través de violaciones a los derechos
humanos, infracciones graves al
derecho internacional
humanitario, acciones bélicas y
violencia político – social”. (Noche y
Niebla No. 28, 2004).