2. Paradigma Crítico
Desde el ámbito de la investigación, un paradigma es un cuerpo de
creencias, presupuestos, reglas y procedimientos que definen cómo hay
que hacer ciencia; son los modelos de acción para la búsqueda del
conocimiento. Los paradigmas, de hecho, se convierten en patrones,
modelos o reglas a seguir por los investigadores de un campo de acción
determinado (Martínez, 2004).
Introduce la ideología de forma explícita de la auto-reflexión crítica de
los procesos del conocimiento. Tiene como finalidad la transformación de
la estructura de las relaciones sociales y dar respuesta a determinados
problemas generados por éstas.
Sus principios son: Conocer y comprender la realidad como praxis
Unir
teoría
y
práctica
(conocimiento,
acción
y
valores)
Orientar el conocimiento a emancipar y liberar al hombre.
El paradigma socio-crítico de acuerdo con Arnal (1992) adopta la idea de
que la teoría crítica es una ciencia social que no es puramente empírica ni
sólo interpretativa; sus contribuciones, se originan, “ de los estudios
comunitarios y de la investigación participante”
(p.98). Tiene como
objetivo promover las transformaciones sociales, dando respuestas a
problemas específicos presentes en el seno de las comunidades, pero
con la participación de sus miembros.
3. El paradigma socio-crítico se fundamenta en la crítica social con un
marcado carácter autorreflexivo; considera que el conocimiento se
construye siempre por intereses que parten de las necesidades de los
grupos; pretende la autonomía racional y liberadora del ser humano; y se
consigue mediante la capacitación de los sujetos para la participación y
transformación social. Utiliza la autorreflexión y el conocimiento interno y
personalizado para que cada quien tome conciencia del rol que le
corresponde dentro del grupo; para ello se propone la crítica ideológica y
la aplicación de procedimientos del psicoanálisis que posibilitan la
comprensión de la situación de cada individuo, descubriendo sus
intereses a través de la crítica. El conocimiento se desarrolla mediante un
proceso de construcción y reconstrucción sucesiva de la teoría y la
práctica.
En este paradigma se considera la unidad dialéctica de lo teórico y lo
práctico. La teoría crítica nace como una crítica al positivismo
transformado en cientificismo. Es decir, como una crítica a la racionalidad
instrumental y técnica preconizada por el positivismo y exigiendo la
necesidad de una racionalidad substantiva que incluya los juicios, los
valores y los intereses de la humanidad.
Por lo tanto, la teoría crítica es fundamental la relación entre teoría y
práctica, porque ella misma surge de la revisión de esta relación, y es por
ello que la concepción de la relación teoría-práctica es el criterio que
utiliza el paradigma crítico para diferenciar los distintos paradigmas o
tradiciones de la investigación. La ciencia social crítica será, pues, aquella
4. que yendo más allá de la crítica aborde la práctica crítica; esto es, una
forma de "ilustración" de una acción social transformada. Esto requiere
una integración de la teoría y la práctica en momentos reflexivos y
prácticos de un proceso dialéctico de reflexión, ilustración y lucha política,
llevado a cabo por los grupos con el objetivo de su propia emancipación.
(Carr y Kemmis (1988) p.157)
A la luz de este paradigma, la teoría crítica genera las siguientes
consideraciones sobre lo que debe ser una teoría educativa: La teoría
educativa debe rechazar las nociones positivistas de racionalidad,
objetividad y verdad; La teoría educativa debe admitir la necesidad de
utilizar las categorías interpretativas de los docentes; La teoría educativa
debe ofrecer los medios para distinguir las interpretaciones que están
ideológicamente distorsionadas de las que no lo están; y debe
proporcionar también alguna orientación acerca de cómo superar los
autoentendimientos distorsionados; La teoría educativa debe preocuparse
de identificar aquellos aspectos del orden social existente que frustran la
persecución de fines racionales, y debe poder ofrecer explicaciones
teóricas mediante las cuales los enseñantes vean cómo eliminar o
superar tales aspectos; La teoría educativa es práctica, en el sentido de
que la cuestión de su consideración educacional va a quedar determinada
por la manera en que se relacione con la práctica.(Carr y Kemmis 1988)
En síntesis, podemos decir, que es necesario construir una teoría
crítica o paradigma crítico con nuevos íconos que no reduzcan la realidad
a lo que existe y que nos permitan concebir que el ideal de igualdad y la
justa distribución de la riqueza constituyen una aspiración democrática
básica que no es inevitable ni será alcanzado plenamente. Y que para
5. ello, es necesario diferenciar cuáles son las posiciones rivales, a fin, de
construir un nuevo paradigma desde abajo, y con participación
multicultural.
Entonces Se considera al Paradigma Critico la unidad dialéctica de lo
teórico y lo práctico. La teoría crítica nace como una crítica al positivismo
transformado en cientificismo. Es decir, como una crítica a la racionalidad
instrumental y técnica preconizada por el positivismo y exigiendo la
necesidad de una racionalidad substantiva que incluya los juicios, los
valores y los intereses de la humanidad.