1. LECTURAS DEL 4 DE NOVIEMBRE 8 DE NOVIEMBRE 2013
TERCER CICLO DE PRIMARIA
2. LECTURAS PARA EL LUNES NUMERATIVAS.
Sinopsis: A Guillermo lo que más le gusta es hacer trastadas. Quedarse en casa leyendo
le parece muy aburrido. Cuando su tía le regala un libro de Guillermo Brown, no le
hace demasiada ilusión… Pero un día, dando una vuelta por el Retiro, conoce a un
extraño e interesante hombre que le revela un secreto: los libros esconden un tesoro, y
para descubrirlo hay que ir leyéndolos. Uno nos lleva a otro, y así sucesivamente hasta
completar la red que desvela el tesoro. Guillermo decide buscarlo y comienza a
interesarse por los libros, para sorpresa de su familia. Un enano le venderá otro libro
de Guillermo, y él descubrirá que cuenta su propia historia, y que va creciendo según
le suceden cosas. Guillermo buscará la solución al misterio, con ayuda de una librera, y
se dará cuenta de que el tesoro de los libros es su lectura, lo que se aprende y disfruta
con ellos, y que ha sido el hombre del Retiro quien, mediante trucos, ha fabricado el
libro que cuenta su propia historia: El libro de Guillermo.
Título: 02 - El libro de Guillermo
Autor/es: Frabetti, Carlo
Ilustrador: Gabán Bravo, Jesús
Colección: 3 - Ala Delta Serie Verde [+ 10 años]
N.º Páginas: 104
Formato: 130x200 mm
Encuadernación: Rústica plastificado
Código: 73310
ISBN: 9788426348623
Versión:Papel
ACTIVIDADES: Este lunes en los textos numerativos trabajaremos las fichas técnicas de los
libros. Identificaremos los aspectos más normales que aparecen en esta fichas. Podemos
plantear actividades en las que comparemos la ficha del libro propuesto con nuestro libros de
texto. Crear una plantilla para nuestra lectura de los libros de biblioteca de aula.
3. LECTURAS PARA EL MARTES INFORMATIVAS.
Los frutos secos de otoño
La castaña está considerado como uno de los frutos secos más saludables, es más rico en
hidratos de carbono y su contenido en grasas es muchisimo menor, consulta aquí las
propiedades nutricionales de las castañas.
Parece que este año nos llegan las castañas con algo de retraso (¿o somos un poco
impacientes?), hace semanas que estamos pensando en este reconfortante fruto, una de las
alegrías gastronómicas que nos trae el otoño, pero las pocas castañas que han llegado están a
un precio desorbitado, al menos en una de las fruterías en las que compramos habitualmente,
¿más de 9 euros el kilo?… seguiremos esperando, si hay una buena campaña empezarán a
abundar a final de octubre. Pero mientras tanto, vamos a conocer un poco más al fruto del
castaño, principalmente nos vamos a centrar en sus propiedades nutricionales.
Relacionamos la castaña como un fruto muy nuestro, pero su consumo ha sido muy importante
desde la antigüedad en buena parte de Europa, en el este y sudoeste de Asia, en Norteamérica… La
mayoría conocemos las castañas de toda la vida, siendo uno de esos alimentos que gusta a todos,
pocos niños se niegan a comer castañas cuando se han relacionado con fiestas, celebraciones o
comidas especiales. Así lo vivimos nosotros, disfrutar de las castañas asadas podría ser comparable
a disfrutar de turrones y polvorones en Navidad, o a las frutas de sartén en Semana Santa, pero
resultando un alimento más sano y nutritivo.
Las castañas se consideran uno de los frutos secos menos calóricos, su composición nutricional
está más cerca de los cereales que de los frutos secos. Es una interesante fuente de carbohidratos, se
compara con el trigo, es más, en las dietas celíacas se suele sustituir la harina de trigo por harina de
castañas (entre otras harinas sin gluten). Quizá no conocéis la harina de castaña, pero se trata de un
interesante alimento para celíacos y para todos en general, el problema puede ser su precio.
La castaña, antiguamente denominada pan de pobres, es un alimento muy versátil, se puede comer
cruda y cocinada, lo habitual es comerlas asadas si se van a tomar solas, también se asan, se
hierven, se cuecen, se confitan, se fríen… para incorporarlas en distintas e innumerables recetas, a
cuál más rica.
5. LECTURAS PARA EL MIÉRCOLES NARRATIVAS.
Otoño
De los árboles caían pesadas las últimas hojas. Los días se acortaban, como los
paseos al atardecer, como las conversaciones a la intemperie cuando dos conocidos se
encontraban.
El otoño era la estación que más le gustaba. La única en la que no se sentía solo, sino
acompañado por algo tan valioso como la naturaleza. En este lado del mundo todo se
ralentizaba, la vida se hacía más pausada, o simplemente, se ocultaba. Y se sentía tan
identificado con esta estación, que su vida parecía un perpetuo otoño.
Para muchos triste, melancólico, infeliz... el otoño era para él la mejor época en la
que compartir emociones. El ya incipiente frío propiciaba según él la búsqueda de un
corazón en el que resguardarse, el más temprano anochecer otorgaba mayor tiempo
de oscuridad para derramar lágrimas de felicidad, o para compartir momentos de esos
tan especiales.
Puede que para quien lo observara desde la lejanía no existiese sentido a la sonrisa
que casi siempre mostraba en esta época. Pero era sincera. Sonreía al recordar a esas
personas a las que algún día había amado, aún sin poder. Sonreía al creer que tenían
un corazón en el que resguardarse, puede que no tan grande como el suyo, pero
seguro más deseado. Más querido.
Pero
aun
así,
sonreía
por
ellas,
pues
siempre
deseó
su
felicidad.
Poco a poco caía la noche, el frío arreciaba, apenas quedaba ya nadie en la calle
encharcada. Apresuró sus pasos en dirección al albergue, donde con suerte podría
comer algo o, al menos, dormir. Si así no fuese, los cartones serían una buena
compañía para sobrevivir una noche más en la calle, y soñar en que no eran esos
simples envoltorios de objetos, con quizá más sentimientos que muchas personas,
quienes lo arropaban.
Mañana sería otro feliz día de otoño.
6. LECTURAS PARA EL JUEVES EXPOSITIVA
Darwin y el viaje del Beagle
El viaje de Charles Darwin (1809-1882) supuso una experiencia vital para sus
estudios y un paso muy importante para la ciencia, pues significó el germen de la
teoría que posteriormente concibió respecto al origen de las especies y sobre la que se
cimenta la ciencia moderna. La expedición partió del puerto de Plymouth el 27 de
diciembre de 1831, un proyecto que tenía como principal misión medir las corrientes
oceánicas, cartografiar la costa y hacer un estudio exhaustivo de las costumbres,
estructura social y economía de las culturas locales. Mientras, Darwin, que iba a
bordo por recomendación del botánico John S. Henslow, podía desembarcar en tierra
firme y dedicarse a sus investigaciones sobre geología y biología. Recogía muestras
de todas aquellos especímenes que le resultaban interesantes y, junto a la
correspondencia familiar, las enviaba a Inglaterra para que Henslow tuviera
constancia de sus avances.
Durante la travesía, el capitán del Beagle, Robert Fitzroy, cristiano, tradicional,
educado y excelente marino, cuestionaba con frecuencia las afirmaciones de Darwin
sobre el origen de la vida, e incluso en ocasiones estas conversaciones acababan en
agrias discusiones. No obstante, estos puntos de vista tan distantes no supusieron un
impedimento para que ambos trabaran una fuerte amistad, ya que Fitzroy no ponía
dificultades a Darwin en sus quehaceres, siempre y cuando no se convirtieran en una
demora para la misión principal del Beagle.
Tras navegar por las costas brasileñas y atravesar el siempre peligroso Cabo de
Hornos, el Beagle alcanzó las Islas Galápagos, el vértice del viaje, el lugar donde
Darwin halló todos los fundamentos empíricos que luego sustentaron sus ideas. Allí
observó las diferencias anatómicas que existían entre las aves, las tortugas y las
iguanas de una y otra isla, verificando pequeñas variaciones entre ellas. En los
pinzones comprobó cómo cada una de las especies estudiadas tenía una forma
diferente de pico, cada una adaptada a la perfección a los alimentos que consumía. De
este modo, concluyó que todas las especies de pinzones eran descendientes de un
antepasado común, y que cada una desarrolló una serie características morfológicas
7. diferentes para enfrentarse al medio donde se hallaba y así explotarlo de manera más
eficaz.
A partir de estos descubrimientos, Darwin comenzó a pensar en las características
comunes que tenían los animales, en cómo se forman los distintos grupos
taxonómicos y como es su distribución geográfica y sus pequeñas variaciones
anatómicas. De este modo, cuestionaba cada vez más la idea del creacionismo
cristiano de que cada especie es una especie fija creada por un ser divino. Para
explicar cómo se producían estos cambios , Darwin concluyó que aquellos individuos
que mejor se adaptaron al medio eran aquellos que tenían las cualidades más
apropiadas para ello y, con toda seguridad, esas cualidades serían heredadas por sus
crías. Si este hecho se repite con continuidad en el tiempo, se producirían cambios
notorios en la población de esa especie y culminaría con la aparición de otra, es lo
que se llamó proceso de selección natural.
Finalmente, a su vuelta a Inglaterra en octubre de 1836, Darwin pudo estudiar con
detenimiento los escritos y las muestras recogidas que, como dijimos, serían el punto
de partida de su teoría de la evolución. Ésta la expresó en la famosa obra El Origen
de las Especies, publicada en 1859, que revolucionó el campo de las ciencias,
ayudándonos a comprender un poco más nuestro pasado y hacer caer por su propio
peso los débiles cimientos creacionistas del cristianismo, cuyos defensores
rechazaban toda prueba empírica en favor de la interpretación literal del Génesis.
Fuentes:
http://darwin-online.org.uk/
-Eldredge, Niels. Darwin. Ed. Katz, 2009.
– Darwin, Charles. El Origen de las Especies. Ed. Espasa, 2010.
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8. LECTURAS PARA EL VIERNES DESCRIPTIVAS.
Descripción de un paisaje de otoño
Es un bonito paisaje de montaña.
Delante de mí hay una bonita verja un poco vieja y oxidada. Es pequeña pero fuerte,
de piedra y de hierro.
Detrás de ella hay un árbol bastante alto, de unas preciosas hojas amarillentas y
doradas. Y es casi tan vieja como la valla.
Cerca del árbol hay muchas rocas, entre ellas hay una casita, no muy grande, de color
marrón rosado. Es una casa pequeña y humilde.
Unos fuertes y robustos árboles cubren la montaña, que está detrás de la casita.
No es visible la cima de la montaña, pues está cubierta de niebla. Es imposible ver el
cielo con el sol y las nubes.
Junto a esta montaña hay otra del mismo tamaño, aunque sus árboles son mucho más
oscuros. No se ve ninguna flor, porque parece ser otoño.
Es un lugar bonito para vivir.