Tras la caída del Imperio Carolingio en el siglo IX, la debilidad de los reinos europeos llevó al surgimiento del feudalismo como sistema político y social. Los señores feudales ejercían el poder mientras que los campesinos proveían la mano de obra en un sistema de autosuficiencia. En los siglos XII y XIII, mejoró la economía gracias al incremento de la producción agrícola y el comercio, surgiendo una nueva clase social burguesa y formas políticas como los ayuntamientos y asambleas nacionales